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Gabrielle Delacour

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Todo lo publicado por Gabrielle Delacour

  1. Mismo escenario, mismas personas, diferente sentir. La Black tenía una especia de mezcla entre adrenalina y nervios, tenía años sin presentar una prueba y sobretodo, años sin un duelo; hacía unos meses había practicado con su hermano pero aquello era cuestión de perder por unos cuantos galeones. Esto, era real. Escuchaba atenta a Keaton, ahora le tocaría pelear con él ¿Con él? Bueno, empezaría con el pie izquierdo después de todo, los nervios habían logrado superar su ansiedad y hasta ahora se daba cuenta que el tener más de 8 años fuera de las peleas al fin dejarían cicatrices tangibles. De inmediato su varita se materializó en su mano izquierda, sus ojos observaron detenidamente el lugar, ahora aquel piso vacío estaba lleno de armaduras y posibles obstáculos ¿Ballestas? Un auténtico coliseo a lo que Gabrielle enfocó de inmediato a su profesor, sabía que las cosas serían directas y Maida y Valentina no habían perdido el tiempo a lo que comenzaban a duelear, solo quedaba ella. - Seccionatus Dijo apuntando al vampiro, de su varita salieron las esperadas medias lunas directamente hacia el chico y la francesa miraba atenta. Pero su atención se vio interrumpida por un sonido que cortaba el silencio para ella y unas flechas habían sido disparadas por las ballestas, sin mucho que pensar y tomando en cuenta lo último que recordaba gritó Salvaguarda Mágica y cerró los ojos por escasos milisegundos esperando el posible impacto de las flechas. Pero Nada. - Sigo viva...creo.
  2. Contesté en el libro... Pero mañana contesto en la prueba. Me veo lenta porque estoy teniendo problemas con la laptop y tengo que hacerlo desde el celular o esperar a que la laptop teclee lo que quiero escribir... Bueno solo venía a decir eso que no es por vaga es problema de hardware :'( mañana sin falta... Me desespere al escribir respuesta en el libro por eso no seguí con la prueba o escribiría mal todo por culpa de la laptop.
  3. Justo cuando Gabrielle comenzaba a perder la cordura escuchó unos pasos, no era la enfermera de San Mungo, sabía que era alguien ajeno debido a sus pasos cautelosos. Levantó la mirada y su sobrina se encontraba examinándole ¿En verdad tenía tan mala pinta? Sonrió para aligerar el ambiente se levantó sin pensarlo, sentía sus manos temblar y les escondió en los bolsillos de su vestido. Antes de entablar la conversación con su sobrina el ambiente había desaparecido y de nuevo se encontraban en el coliseo. Soltó un suspiro y con él lo tenso de su cuerpo. Su atención trataba de mantenerse en su profesor pero parte de su mente seguía en aquel escenario... hasta que las cosas cayeron de la nada. El grito de cuidado había quedado en su garganta el ver como las cosas le atravesaban y frunció el ceño, era mejor que solo tener la boca abierta; ahora sí su atención estaba del todo en el Ravenclaw y mordió su labio inferior, tal vez sería un poco más difícil de lo que se imaginaba. – ¡NO!- sus manos de inmediato taparon sus labios arrepintiéndose de su grito ante tal suicidio y, justo antes de que la Delacour corriera, el joven había curado la herida sin dejar siquiera rastro. Aquello, adrenalina pura, pensar que el estudiar un libro iba a ser algo sencillo era completamente el error de la Black. Sonrió al escuchar a su sobrina y levantó la ceja tratando de continuar su observación. – Y yo el día en que mi esposo aparezca... Sus ojos se enfocaron en Valentina, al parecer Gabrielle era la única que quedaba sin tomar una posición, la prueba estaba por empezar y a decir verdad ocuparía más que un milagro para salir de esta. Los años habían caído sobre ella y, lo mas importante, su mente aún no estaba preparada para otra cantidad de adrenalina. – Y aquí vamos...
  4. El tiempo corría y mientras más se tardaban en decidir más era lo perdido. Sus pies hacían un constante tamborileo de desesperación y ansiedad y sus ojos se paseaban curiosos entre las camillas que llegaban ¿En verdad el asalto o redada había sido tan... intenso? ¿Cuándo los fenixianos habían logrado herir alguno de las filas mortífagas? Y se le heló la sangre. Había estado fuera bastante tiempo y no sabía la línea en la que eso estaba ocurriendo ¿Estaría ella dentro de esa batalla? Su cabeza comenzó a divagar y el bajón de adrenalina llegó ¿Y su hermano... su hermana... su esposo? Meneó la cabeza, sabía perfectamente que su esposo no era de los que entraban en batalla pero aquella idea le heló el pensamiento. – ¿Malfoy? Pues a Mist... – pero sus palabras se vieron silenciadas por prudencia ¿Sería el tiempo en el que todos podían andar sin máscaras y ser felices sin identidades secretas?– A una rubia... Vaya pista, una Malfoy rubia, era como buscar un mago en Hogwarts. Puso los ojos en blanco ante su propia inteligencia y meneó la mano como si indicara que el tema era poco importante. Sabía perfectamente que su sobrina se inclinaría por ir con Valentina y Gabrielle estaba decidida en seguir buscando, estaba cansada... débil pero el terror de encontrar a su familia era más que suficiente para olvidarse de lo demás. – Si es lo que deseas... Iré por el ala izquierda de San Mungo en caso de que quieran seguirme. Caminó unos pasos hacia una de las puertas, estaba débil, lo sabía pero no le detenía. El saber que tal vez su propio hermano se encontrara herido (aunque malagradecido de seguro en caso de encontrarlo) era más de lo que ocupaba, aún así el terror de encontrar a su marido era aún mayor que el de todos los demás: La herida aún abierta del pasado. Finalmente se detuvo en el marco de una puerta, el corazón le latía con fuerza, sabía perfectamente quien estaba en esa cama pero se mantenía al margen de la habitación ¿Era el amuleto o su propio miedo? Tal vez producto de ambos pero sus piernas comenzaban a fallar; cerró los ojos y suspiró, aquello era más difícil de lo que había pesado. – ¿Está bien?– preguntó inquieta a una de las curanderas. – Está débil aún... Su espalda sintió el frío de la pared y se dejó resbalar hasta tocar el suelo, observó como la chica se acercaba a ella y negó su atención con un gesto de mano. Estaría bien sólo ocupaba distraerse... o correr de la habitación.
  5. — Tía Gabrielle, Valentina se cayó. En efecto, Valentina había azotado en el piso. La Black giró rápido la cabeza para verificar que su "paciente" estuviera bien, el tener a los medimagos cerca había terminado de tener fuera de peligro al mago y ahora su nuevo objetivo estaba en su compañera de clase. Su mirada se mantenía tratando de decidir entre correr o quedarse en la camilla pero el impulso fue más fuerte que su sensatez. Caminó decidida hacia la Ricci para estar junto a las demás pero Maida había logrado ser un poco más ágil, Valentina se encontraba de pie a lo que Gabrielle aligeró su paso. Ahora, sentada estaba tratando de recobrar color. – Bueno, se tomaron muy a pecho lo de salvar vidas ¿Eh? Sonrió tratando de aligerar la tensión pero dentro de ese lugar todo era mas que nervios, adrenalina y tensión (y sangre). Se cruzó de brazos y observó fijamente a Valentina. – Maida y yo continuaremos, recobra energías...– Su mano se posó en su propia frente y cerró por un momento los ojos, estaba un poco mareada pero la adrenalina le mantenía de pie.– ¿Alguien vio a la Malfoy? Sí, el solo decir el apellido le daba una sensación amarga en la garganta. La notoria rivalidad entre los Black y Malfoy era lo que le mantenía más que al margen de los miembros de esa familia y si podía evitar el nombre o apellido era más que bien recibido; sabía que las chicas entenderían a quién se refería y esperaba no solo encontrarla a ella, si no a más a quienes ayudar. Quiso esperar un poco más a que la chica recobrara color pero comenzaba a impacientarse, tal vez el amuleto podría ayudarla también a ella tenía ganas de continuar corriendo detrás de los heridos pero necesitaba estar segura. – ¿Vale te parece bien si Maida y yo nos adelantamos o ya puedes venir con nosotras?
  6. La Black escuchó atenta las palabras del Ravenclaw, sabía perfectamente que el haber llegado más que tarde le daría cierta desventaja sobre sus compañeras, mismas que ya había empezado a reconocer. Trató de mantenerse atenta pero aún le costaba trabajo el recobrar el aliento después de aquella corrida, agradeció con la mirada al joven y trató de no volver a abrir la boca durante la explicación. De reojo observaba las reacciones de sus compañeras, ambas les conocía y aquello le daba cierta tranquilidad, al menos si se equivocaba podría arrastrarles junto con ella. – ¿Quiénes de ustedes cuentan con el Conocimiento de Primeros Auxilios? Gabrielle fue la primera en levantar la mano (aunque después de corroborar con la mirada había sido la única) y le bajó de inmediato dejando que el profesor prosiguiera con la explicación. Al menos tendría un poco de ventaja en ese punto, lo bueno estaría al final. Anillos, cadenas... Todo era más que nuevo para la Delacour; siempre había preferido el dejar los duelos y peleas de lado, aún siendo buena en ello, la adrenalina era más que innecesaria en su nueva etapa de chica "zen" dejando atrás a la loca descontrolada que había sido en el pasado. Ahora su mente no estaba para aquellos trotes, estaba empolvada y sobretodo, el aprender tantas cosas nuevas le dejaban un poco... enredada. San Mungo... Aquello era nuevo ¿Cuándo habían cambiado el escenario? Pero no tuvo tiempo de reaccionar, el ver a los que habían sido sus antiguos líderes en aquellas camillas le hicieron quedarse completamente inmovilizada ¿Y los primeros auxilios? Ayudar, esa sería la tarea. Sacó de su bolsillo el amuleto, al fin le veía el uso a los "souvenirs" que le habían llegado con aquel libro e imitó a su profesor al ponérselo en el cuello se acercó a sus compañeras y apuntó con la mirada las camillas de sus dos ex líderes, no había mucho que agregar, el decir que le siguieran estaba de más. Y corrió tras Crazy. Sus pasos seguían casi a la par la camilla y se detuvo en uno de los cuartos, al igual que Mistify y su otro compañero. Se mantuvo a lado del mortífago y observó de inmediato sus heridas, sangre. Sus ojos miel buscaban la abertura mientras sobre su mano se comenzaba a materializar su varita. Entre tanto bullicio se había olvidado un poco de su alrededor. – Episkey. Dijo al ver una herida profunda sobre su costado derecho, de apoco la sangre dejaba de fluir y podía sentir como el amuleto también lograba bajarle un poco de estado. Igual, el ver que la herida fuerte había dejado de sangrar le había hecho bajar un poco la guardia. Tomó unas cuantas gasas estériles que las chicas de San Mungo mantenían cerca y les ayudó a limpiar las demás heridas. – Maida... ¿Con quién estás? ¿Valentina?– aquella pregunta parecía ilógica sabiendo la gravedad del lugar donde se encontraban, nunca había estado en contacto con la sangre y aquella era su primera vez dentro de una sala de San Mungo, aún así tenía la inquietud de ayudar y localizar a su sobrina y compañera.– En cuanto este Malfoy esté estable pasemos a otra sala. Pero no les escuchaba, ni a Valentina... ¿En verdad estaban junto con ella? Meneó la cabeza, no había tiempo de pensar, primero el Malfoy, después lo demás. Giró su mirada hacia el rostro del mortífago y limpió la sangre que corría por su frente, no, no era suya, pero igual buscaría alguna posible cortada que pudiera estar pasando de largo. No estaba débil, era la adrenalina. De a poco veía como el ahora ministro recobraba un poco más la postura y el estar tan cerca le había hecho sentirse intimidada. Levantó un poco su torso y se quedó a la orilla de la camilla, esperando alguna respuesta y ayudando a limpiar la suciedad de las heridas. – ¿Chicas?
  7. Vengo a pedir que me dejen entrar a la clase, sé que es tarde pero andaba con problemas técnicos de laptop y no había podido ingresar bien (solo por celular y la versión móvil no me avisa de las menciones así que estaba desconectada del mundo). Espero que sí me dejen entrar a la clase y hoy contesto para poder estar a la par con mis compañeras. gracias y espero que aún esté a tiempo
  8. – Tarde, tarde, tarde... Murmuraba la francesa mientras corría apurada por la entrada. Era más que obvio que el tiempo había jugado sucio con ella; sus pies parecían flotar mientras corría y la capa negra que cubría la mayoría de su cuerpo hacía un leve frufrú con el viento. Sus manos estaban ocupadas en hacer una coleta alta y, al terminar, acomodó de manera rápida un listón azul que combinaba con la camisa que portaba. – Lo siento, lo siento... Dijo al momento de parar en aquel pequeño coliseo; de haber estado atenta y en total tranquilidad la Black hubiera apreciado el momento, tanta historia... Pero su mente estaba mas enfocada en contener el poco aire que lograba tomar en sus pulmones después de aquella corrida, tantos años en ballet y el correr tan solo unos cuantos metros le había dejado sin aliento. Volviendo sus ojos miel al único hombre presente sonrió tratando de componer su semblante, posó sus manos en su cintura y tomó por última vez un buen "trago" de aire, le exhaló por completo y observó a sus compañeras de clases, volvió al chico y apresuró sus palabras. – Soy Gabrielle Delacour y espero que perdone mi tardanza.
  9. Vengo por lo mismo que Valentina R así que :B Nick: Gabrielle Delacour ID: 4721 Libro de Hechizos: Libro de la Fortaleza Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): Justificante Rango Social: Dragones de Bronce Nivel de Magia: VIII Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Soy del 2004 soy vieja, no etsistia eso mijo' Link a la Bóveda: Boveda Link a la Ficha: Ficha de Gabrielle
  10. Las palabras se quedaron en la boca de la francesa al ver a su novia salir del baño; sus ojos le observaban minuciosamente, mordió su labio inferior y movió bruscamente su cabeza tratando de alejar las ideas que rondaban su mente, le deseaba era obvio pero estaba en medio de sus sobrinas y de expresar lo que pensaba. – El hecho de que ya no viva aquí no quiere decir que dejó de ser nuestra hermana... o eso creo.– se encogió de hombros y prosiguió.– Y aún siendo matriarcas no nos da el derecho de rastrearles. Me gusta que cada miembro tenga su privacidad. Gabrielle sólo había sido cercana a su hermano; quería a sus tres hermanas pero con Lu siempre había mantenido distancia debido a su carácter explosivo... Y ahora con tanta ausencia esos lazos estaban rotos. Volvió la mirada hacia su hermana y se perdió en sus ojos azules; a ella le había amado desde el momento que le conoció y no permitiría que sus caprichos volvieran a alejar a otra persona en su vida. Le oyó atenta y apresuró a corregirle. – Mahia, amor, eso es para cuestiones "laborales" no para usarle de rastreador.- sonrió y rodó los ojos, ahora sus palabras eran hacia la Yaxley.– Tengo entendido que se fue del bando por decisión propia y aún no ha dado muestras de habernos traicionado ¿Segura que en su casa no ha habido alguna pelea que le hiciera desaparecer? No conocía del todo bien a su hermana menor, sólo sabía pequeños fragmentos. Recordó la sesión en el consultorio de Orión, Lu había mencionado un chico de nacionalidad rusa e hijos ¿Tendría algo que ver ahora? Sus ojos volvieron a la rubia; en su pecho comenzaba a formarse un nudo y, aunque odiaba aceptarlo, comenzaba a preocuparse por la Yaxley ¿Y si él había logrado dar con su hermana? Por el terror en el rostro de Lusitha sabía que el bastardo era de temer, pero no había dado detalles, solo sabía de la nacionalidad... y el tiempo que ella estuvo en china tratando de ocultarse. – ¿Y ustedes en su familia no tendrán un rastreador? Pregunta a tu tío, él debería de saber con tantas clases de adivinación. Empezaba a sentirse incómoda con el tema de sus dos hermanos. La Black se levantó de la cama y se acercó a la cabecera donde se encontraba Psicosis, le tomó entre sus manos apoyándole en su pecho y caminó lentamente por la orilla de la cama mientras acariciaba a su mascota. Sabía que tenía que preocuparse por su hermana pero también sabía que ella no era su responsabilidad. – Bueno Brid, esta es tu familia.– dijo dirigiendo sus palabras hacía la Black.– La desaparición de Lu no es lo raro, si no que Mahia esté tanto tiempo en una habitación. Sonrió y observó de reojo a su novia, quería cortar el ambiente de preocupación aunque sabía que la Yaxley no le dejaría pasar. @ @Bridget Wenlock
  11. hola hermosos... vengo a pedir que me hagan esta compra... gracias :*!!! ID: 4721 Nick: Gabrielle Delacour Link a la Bóveda Trastero: Boveda Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Nivel Mágico: VIII Fecha: 2017-10-18 Nombre del producto: Libro de la Fortaleza Consumible o Libro de Hechizo: Libro de la Hechizo Nivel (del libro): Nivel 5 Precio: 5000 G Precio total: 5000 G
  12. – "¿Qué abuela?" Tu madre no se dio por generación espontánea...- pero detuvo sus palabras, tal vez con su hermana funcionaba diferente en vista que se la llevaba ausente…– O puede que sí, ni yo la veo y se supone que es mi novia. Desvió la mirada tratando de ocultar el enfado, si algo odiaba de la Black era el hecho de desaparecer cuando le daba la gana, sin aviso. Pero su mente frenó en seco su enfado para darse cuenta de que había dicho a la pelirroja y sintió un sudor frío recorrer su espalda; sus ojos miel se clavaron en su sobrina y sonrió apenada. – Disculpa... quería decirte las cosas mas tranquilamente pero me ganó el enfado. Somos... Y ahí estaba ella. Los ojos de la francesa se clavaron con reproche en la rubia y volvieron a Bridget, no estaba dispuesta a causar una escena frente a ella sin contar que no era su estilo, prefería callarle a palabras, verdades y sabía que para eso ya tendría tiempo. Le siguió por el rabillo del ojo, cedió ante la disculpa implícita en su mirar y respondió el beso. No había olvidado, solo puesto en pausa. Sabía que la pequeña Black estaría más que confundida a lo que volvió la mirada ¿Nervios? No, aún en su mente estaba el rencor que sentía hacia su hermana por haberla dejado sola; escuchó atenta sus palabras y Gabrielle levantó la ceja mirándole desafiante. – Mi nombre es Mahia Black. – Mucho gusto Mahia Black, si se la llevara en casa dejara de escuchar esa pregunta... Sus ojos miel demostraban el enojo que sentía y una sonrisa retadora se dibujó en sus labios, sabía que no había argumento para eso a lo que volvió a Bridget, la chica no ocupaba los roces frente a ella. Soltó un suspiro tratando de alejar sus ideas y movió la cabeza, en verdad ocupaba dejar de lado sus reproches, sin contar que la voz de su hermana comenzaba a calmarla, solo ella podía tranquilizarle... ella. Gabrielle se había quedado muda, un tanto tranquila y solo se dedicaba a observar a Mahia, en verdad la amaba y no dejaría que su enfado y su constante necesidad de atención volvieran a destrozar una relación, a ella la adoraba y estaba decidida a cuidar ese sentimiento. Sonrió al verle alejarse y mordió su labio inferior al observarla despojarse de su ropa. – Maida.- dijo volviendo bruscamente la mirada. – Sí, recuerdo la historia, se me hace extraño verte en estos lugares, de hecho tengo tiempo sin ver a tu madre ¿Se encuentra bien? Hacía tiempo que no veía a su hermana, la única que le quedaba que podía decirle hermana. – Brid, creo que es la primera vez que ves tanta familia junta... Maida es tu ¿Prima? Y yo, dejémoslo en tía aún. Nos acabamos de mudar juntas...
  13. Como era de esperar, la Black se había cansado de esperar. Volvió a ingresar en la habitación, todo le era más que ajeno, aún no le sentía suya y comenzaba a sentirse más que sola, tal vez había sido mala idea el haberse mudado de cuarto; caminó unos cuantos pasos y se dejó caer en la cama. Sí, no pertenecía. – ¿Crees que fue precipitado? El conejo le miraba con enfado desde la cabecera, aleteó un par de veces y volvió su mirada con indiferencia. Sólo eso, pero sabía que muy en el fondo el animal la adoraba. – Tal vez sea su ausencia... ¿Por qué tengo esa bendita suerte de conseguirme personas que se dedican a no existir en mi vida? Pero de nuevo el conejo soltó un aleteo, giró su cuerpo y comenzó a asearse, era suficiente, Gabrielle sabía que le había terminado de agotar la poca tolerancia que le tenía. Sonrió para sí, en poco tiempo ella sería la que cediera y le fuera a buscar, él comenzaría el forcejeo pero al final ambos se complementaban, era imposible el continuar con el enfado. La Delacour desvió la mirada a la puerta ¿Tocaban? Frunció la ceja y se levantó de la cama, acomodó su vestido azul y caminó cautelosa a la puerta. – ¡Brid! ¿Qué...?- pero calló sus palabras; tal vez la emoción de ver a un ser vivo cerca de ella, o el hecho de no verla desde hacía casi el año le había orillado a sólo abalanzarse a abrazar a la chica.– Vaya... Tiempo sin verte. Separó su cuerpo de ella, en cierta forma Gabrielle sabía que los Black no eran una familia de cariño pero su personalidad estaba más arriba de lo que la familia llamaba protocolo... o educación. Sonrió, la última vez que le había visto había sido en la cocina, su sobrina ¿Lo era? – Tu abuela está perdida... como siempre.- dijo apresurando sus palabras al pensar que buscaba a Mahia.– ¿Está todo bien?
  14. El tiempo pasaba y Gabrielle se impacientaba. Era más que obvio que la chica detestaba fiestas de gala, el terminar sola aún con pareja era algo demasiado normal en su vida a lo que, en esa ocasión, se adelantaría y dejaría las cosas tal y como debía ser: Sola. Un recién llegado acaparó la atención de la francesa y sonrió sonrojada. Tantos años, tanto tiempo y le volvía a encontrar; en aquellos tiempo había sido más que su ejemplo a seguir, su jefe y sobretodo a quien le debía ese último aliento de ganas de pertenecer al bando, aún así su fuerza se había visto doblegada por su depresión y cediendo ante sus ganas de huir. Pero ahora le tenía ahí, de frente. Metió las manos en los bolsillos de su vestido y apresuró sus pasos hacia la mesa de su antiguo jefe, se detuvo al estar cerca y ladeó la cabeza sonriendo. – ¿Está ocupado este asiento @Artheón Dumbledore ? Sin esperar respuesta jaló la silla y se sentó a su lado; sus manos acomodaron sus cabellos sobre su costado derecho y observó al ex mortífago acomodar la pirámide que tan minuciosamente se encontraba construyendo. – Siento nostalgia regresar a este lugar, es una lástima que cambiaran el nombre, me gustaba más cuando trabajaba para ti.
  15. HOLAAA! Vengo porque ocupo el dinero x'D! si entendí bien quiero cambiar esos puntos que tengo por dineros... digo galeones. ID: 4721 Puntos: 1333 Gracias :*! Sólo porque te vi Demian x'DDDD
  16. Aquí dando más trabajo y aprovechando agradeciendo que están por aquí y activos :$... ID: 4721 Nick: Gabrielle Delacour Link a la Bóveda Trastero: Bóveda trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Boveda Fecha: 2017 -10- 03 Objeto: Gema de la Desaparicion Puntos: 80 Precio: 4000 G Objeto: Espejos comunicadores Puntos: 40 Precio: 2000 G Total de puntos: 120 Total de Galeones: 6000 G Gracias :*
  17. Holi vengo a comprar! aquí dejo las cosas... y gracias!! ID: 4721 Nick: Gabrielle Delacour Link a la Bóveda Trastero: Bóveda trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Boveda Fecha: 2017 -10- 03 Objeto: Navaja magica Multiusos Puntos: 80 Precio: 4000 G Objeto: Monedero de piel de moke Puntos: 10 Precio: 500 G Total de puntos: 90 Total de Galeones: 4500G
  18. El ambiente seguía pesado, Gabrielle le miraba confundida pero más que confundida enojada, furiosa. Los años habían pasado para las dos pero la más afectada parecía ser la rubia, había que comprenderla pero en ese momento la Black no tenía ni mente ni el tiempo para hacerlo. Se quedó callada, observando ¿Y si en verdad tenía una buena excusa? Pero no la había, era solo... amargura. De a poco le iba comprendiendo; el haberle dejado a Nymeria, el verla morir en aquella cama de los Malfoy... Y revivir. Algún efecto secundario debía de traer el cambio brusco de la Banshee, le entendía pero ¿Qué sentido tenía venir a tratar de cambiar de parecer a la francesa? Le observó partir, le conocía ¿En verdad le conocía? A la vieja Afrodita sí, a esta nueva... No del todo. La quería, había sido su única amiga junto con su cuñada Akliz pero de ella no quedaba mas que el puro recuerdo (al igual que su marido), extrañaba lo que había dejado atrás, su segunda familia, su vida... Su mirada se desvió hacia la chimenea ¿En verdad se había ido? ¿Por qué no estaba invitada? Soltó un bufido y se levantó de golpe, tomó las escaleras y se dirigió a su cuarto, tenía mudanza por hacer y qué mejor momento que cuando su mente se encontraba echa un nudo. – ¿Psicosis? Un par de orejas blancas se divisaban sobre la sobrecama, los ojos negros del conejo se clavaron en la mortífaga y se entrecerraron, como si conociera las planes de su dueña, no estaba de humor. Gabrielle materializó su varita y apuntó al closet haciendo que una maleta cayera al piso y se abriera, acto seguido su ropa y pertenencias entraban a la misma, quedando perfectamente organizadas y dobladas. La Delacour se sentó en la cama, sus orbes miel estaban clavados en la maleta y su mano acariciaba instintivamente a su conejo. Sentía nostalgia, tanto tiempo en ese cuarto y ahora le abandonaría. Giró el rostro al sentir la mirada acosadora de su mascota, lo sabía, él no estaba conforme con su decisión. – Recuerdo cuando te conocí...- dijo tratando de cortar el ambiente entre los dos.– Te atrapé en una boda, fuiste creado por Minimin, te amé en el primer momento en que te vi... Y tu nombre iba a ser Frenger ¿Recuerdas? El conejo seguía con la mirada fija en la castaña, no lograría ablandarlo y Gabrielle sabía que temía ser remplazado; le sujetó entre sus manos y aleteó tratando de alejarse de la Black y le detuvo al sentirse aplastado contra el pecho de su dueña; no le quedaba de otra, se aguantaría. – ...Te dije que mi esposo era mucho más lindo, pero también cobarde, faltó el adjetivo "ausente". Por eso te puse otro nombre... Y te amé, amo y amaré. No te cambio, es solo otro capítulo de mi vida y tú sigues en él. Las alas del conejo habían parado de intentar salir de las manos de la chica y cerró sus ojos. No se había rendido y Gabrielle lo sabía, solo había cedido a ciertos términos, mismos que Gabrielle conocía. Tenían 8 años conociéndose, 8 años en el que el conejo la había acompañado en todo, soportado y 8 años en los que la Black le había cuidado, comprendido, amado. Un clic rompió el momento entre los dos, la maleta había terminado, ahora su closet y cajones estaban vacíos; mordió su labio inferior y miró su cuarto por última vez, seguiría siendo su cuarto. Se acercó al tocador con su conejo en el pecho, su mano izquierda le mantenía pegado a ella y se miró en el espejo, la misma Alicia de hace 8 años... pero madura. O eso creía. – Vámonos. Besó la frente de Psicosis y sus ojos se clavaron en la argolla que estaba sobre la madera. Nerviosa bajó la mano y su dedo tocó el frío metal, justo como lo había sido su matrimonio. Frunció el ceño y suspiró, capítulo nuevo. Giró su cuerpo y, sin titubear, caminó hacia la puerta, que el polvo cubriera lo que quedaba, que se olvidara, darlo por muerto, tal y como lo habían hecho con ella. Sus pasos decididos eran acompañados por el sonido de las llantas de su maleta. Si bien podía usar magia el sentir el poco peso de la maleta encantada le hacía bien, Psicosis se encontraba sobre su hombro, aún con los ojos entre cerrados, enojado pero resignado, de a poco se iría acostumbrando. Entró a su nuevo cuarto y tiró la maleta, le abrió con la varita y las cosas se hicieron campo por si solas, lo demás lo acomodarían los elfos. Abrió la puerta del balcón y salió, amaba la vista, casi similar a la de su habitación, se recargó en el pilar y Psicosis se acomodó a su lado, sin emitir sonido, tranquilo, seguía enojado, le conocía. – ¿Quieres esperar a Mahia?- y las alas del conejo golpetearon furiosos el brazo de la francesa. Demasiado pronto.– Entonces ¿Me acompañas a mi?
  19. – No seas tan pesimista Afrodita, vaya, con ese nombre deberías ser un poco menos amargada en ese tema. No, no soy la misma inocente con la que jugaban hace años. Esta vez sí me aman... Observó lo que había quedado de la rosa, en verdad no quedaba mucho por hablar; la chica estaría obstinada y no habría nada que pudiera hacerla cambiar de parecer pues, para la rubia, Gabrielle siempre sería la pequeña que corría detrás de aquel conejo blanco, ciega, obsesionada... ¡diota. El aire era pesado entre las dos, la Black estaba frustrada y la Malfoy parecía estar solo tratando de picar en donde alguna vez hubo una herida. Y ahí estaba ella. Sonrió al escuchar su voz; le aceleraba el corazón el escucharla y sobretodo el observarla, mordió su labio y justo antes de contestar la Banshee le ganó la palabra. Y todo iría de mal en peor... Tragó saliva al escuchar a la ex mortíaga dirigir sus palabras hacia su mujer ¿En verdad? Giró el rostro y no puedo hacer nada más que esperar la contestación de su novia, le conocía no se quedaría callada. – Basta... - dijo en un leve susurro, estaba comenzando a enfadarse, a sentir impotencia. Era obvio que no sería escuchada. Ansiedad, Gabrielle se había convertido en un manojo de ansiedad. Sus ojos miel paseaban nerviosos entre las dos chicas y mordió su labio, de nada serviría; la Malfoy siempre había sido arisca (lo llevaba en el apellido) y, su hermana, tenía fama... Cerró los ojos y al abrirles desvió la mirada, el cruce de palabras entre ellas era suficiente para saber que las cosas acabarían mal. La caricia de la Black le había logrado calmar la ansiedad ¿Seguía viva? Respiraba y aún sentía ese nudo de nervios en la garganta pero, al mirar a Mahia a los ojos aflojó el cuerpo y se olvidó de todo. Solo una persona había logrado tener ese efecto en la Delacour y ahora la Base era quien lo tenía, la que podía hacer y deshacer con ella. Le regresó el "te amo" en susurro y sonrió sin quitar la mirada de ella, odiaba tener que verle partir, así fuera por escasos minutos. Sabía por completo que había contenido demasiado solo por ella y Gabrielle le agradecía, sonrió, en verdad le amaba, por mucho que la Malfoy alegara lo contrario... Y le observó partir. – ¿Te costaba mucho Afrodita? Gabrielle se caracterizaba por su locura y, gracias a ésta, eran pocas las personas a las que ella llamaba cercanos. Había dejado diferencias entre bandos, entre razas, familias y, a pesar de haber pasado parte de su vida en duelos, la francesa nunca había terminado enfadada o resentida con alguien (sin contar a cierta Triviani)... Hasta ahora. – ¿Fui demasiado tonta en pesar que... podías comprenderlo, cierto? Hacía lo posible por no dejar que su voz delatara el coraje que sentía por dentro pero su mirada, su mirada siempre había sido lo que traicionaba sus intentos de fingir. Sus ojos miel se mantenían fijos en el azul de la Malfoy, enfado... Tantas peleas fingidas dentro de la marca y ahora en verdad lo sentía.
  20. ¿Qué estaba pasando? Hacía escasos segundos estaban hablando de amor y ahora ¿Niños muertos? Gabrielle le miró extrañaba, en definitiva su amiga había cambiado y bastante.Arqueó la ceja y apresuró sus palabras. – Ok en definitiva no eres la hiper que dejé en el pasado ¡Estás hablando de niños! C*rajo ¿cómo...? Pero prefirió callar sus palabras, al parecer su ex compañera había dejado de entender razones. No comprendía el hecho de que alguien pudiera enamorarse, ni el que siguiera adelante con su vida y ahora hablaban de en verdad romper lazos ¡Matando niños! Todo carecía de lógica en la mente de la Delacour. Dejó la taza en la mesa y cruzó la pierna, sus ojos miel se encontraban clavados en la Malfoy y se cruzó de brazos. Le dejaría hablar, estaba claro que daba igual cruzar palabras con ella en ese estado. – Sí, Mahia...- comenzaba a sentir cierto enojo en su interior, pero pocas personas podían hablarle a la arpía con sinceridad... y sin temor a su ira.– Y espero sinceridad como siempre lo has hecho. Sus dedos acariciaron su sien y cerró los ojos; estaba enojándose pero se mantenía callada, prudente. Volvió sus ojos miel a su compañera y se cruzó de brazos.
  21. Consumibles en Batallas Nombre: Link a la certificación: enlace Nota: No se permiten más de 5 consumibles en inventario. Consumibles Especiales: Llave de Slytherin
  22. Poderes de Criaturas Tipo de Poder: Descripción: Tarjeta Precio pagado: Fecha de adquisición: Licencia de uso:
  23. Libros de Hechizos Nombre: Libro del Aprendiz de Brujo Descripción: Tarjeta Nivel: 1 Precio pagado: 1000 Puntos obtenidos: 0 Fecha de compra: 08.09.2017 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Sí Nombre: Libro de la Fortaleza Descripción: Tarjeta Nivel: 5 Precio pagado: 5000 Puntos obtenidos: - Fecha de compra: 18.10.2017 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Sí Nombre: Libro de la Sangre Descripción: Tarjeta Nivel: 7 Precio pagado: 7000 Puntos obtenidos: - Fecha de compra: 08.05.2018 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Sí.
  24. Criaturas Mágicas Nombre producto: Osito Mediador Descripción: Tarjeta Categoría: X Precio pagado: 500 G Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 15.02.2019 Link a la certificación: enlace Criaturas en la Reserva: Nombre producto: Ridgeback Noruego Descripción: Tarjeta Categoría: XXXXX Precio pagado: 0 G *Gala SV 2019 Puntos obtenidos: 160 Fecha de compra: 24.02.2019 Link a la certificación: enlace Puntos de poder en criaturas: 170
  25. Pociones Mágicas Nombre producto: Poción Olvidamores Descripción: Tarjeta Categoría: AAA Precio pagado: 2000 Puntos obtenidos: 40 Fecha de compra: 28.02.2018 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Amortentia Descripción: Tarjeta Categoría: AAAAA Precio pagado: 8550 Puntos obtenidos: 160 Fecha de compra: 17.07.2018 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Veritaserum Descripción: Tarjeta Categoría: AAAAA Precio pagado: 8000 Puntos obtenidos: 160 Fecha de compra: 27.09.2018 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Felix Felicis Descripción: Tarjeta Categoría: AAAAA Precio pagado: 9320 Puntos obtenidos: 160 Fecha de compra: 05.01.2019 Link a la certificación: enlace Puntos de poder en pociones: 520

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