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Gabrielle Delacour

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Todo lo publicado por Gabrielle Delacour

  1. - Quién me viera a mi edad y con este terror… La Black se mantenía caminando con miedo, pero segura hacia el lugar que le habían mencionado para encontrarse con la arcana, los nervios le erizaban la piel por lo que cruzada de brazos solo se dedicaba a ver el piso fijamente mientras caminaba y trataba de calmarse ella misma, era una chica demasiado emocional y a la vez capaz de controlarse. Sabía que tenía semanas de retraso, pero ella misma se había perdido, tantos años fuera del mundo mágico y regresar de golpe, hasta su mente había perdido los hilos. Aún así estaba decidida, con miedo, pero decidida y determinada a cumplir lo que tanto había buscado. El viento acariciaba sus cabellos castaños sintiendo de inmediato el arrepentimiento de no haberse hecho una cola alta como solía hacerlo cuando solía tomar clases, una capa color negro cubría casi en totalidad su cuerpo dejando solo un leve brillo esmeralda cuando la luz le pegaba de golpe. Mientras más se acercaba sus pasos eran más decididos, las botas negras empujaban el borde de la capa que casi rozaba el suelo y se detuvo nerviosa. Ahí estaba después de tanto tiempo, tantos años y se había quedado helada ¿O era cautela? Respiró profundo, era algo que siempre había deseado a lo que sus pasos fueron directo y sin temor a la cabaña deteniéndose justo en la entrada, tocó dejando atrás esos nervios del principio y mordió su labio inferior, su mirada miel la delataba: Estaba ansiosa por lo que se venía. Sintió de nuevo aquella brisa acariciar su cabello y cerró los ojos soltando el aire de sus pulmones, tranquilidad le llamaban y esperó con paciencia la invitación a entrar.
  2. Holi! Una disculpa pero vengo de preguntona: Me inscribí a animagia a finales de mayo a lo que recuerdo y me informaron que ya el arcano está enterado, no es que quiera ser una molestia ni que me vea impaciente pero quisiera saber cuándo empezará ya que he estado al pendiente de menciones para la habilidad y cuidando que de verdad no se me pase porque siendo sincera me da hasta pena quedarle mal o ser yo la que no me de cuenta que ya comenzó.. ¿Sigue en pie la clase? Sobretodo ¿Me harán mención cuando comience? Muchas gracias y que tengan lindo dia!
  3. Nada la calmaba más que tenerla cerca a lo que el bosque pasó a ser secundario cuando su casi esposa le besó dejando caer por completo sus inseguridades cuando la actitud juguetona de la rubia salió a flote; sonrió y casi pudo sentir el calor en sus mejillas, la amaba en cada una de sus facetas. - No me gustan las sorpresas…- dijo en murmullo rodando los ojos, pero como siempre ella accedía a lo que su hermana quisiera hacer con ella, así fuera llevarla en medio de la nada con innumerables peligros, le miró con sigilo frunciendo el ceño sin dejar de mirarla y rió al escuchar su excusa. - Quién soy yo para regañarte si eres la mayor de las dos. El tono de ironía en sus palabras era evidente, sí, la Delacour era la penúltima de los hermanos Black pero podría apostarse que era la que más calculaba y pensaba las cosas antes de hacerlo… al menos actualmente, bastantes años de golpes le habían hecho entender y madurar como para seguir de irracional e insensata. Pero parecía que sus hermanos seguían por el mismo camino que su padre. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, podría ser desconfianza o el clima al que ella no estaba acostumbrada, suspiró y cerró los ojos ¿Por qué había accedido a tal locura? Levantó la mirada al oírla de nuevo y le vio frente a ella cobijándole y lo recordó: Por ella, todo por ella. Aunque el bosque ya no le preocupaba entrelazó su brazo con el de su prometida y recargó la cabeza en él mientras caminaban hacia quién sabe dónde, solo la mayor de las Black lo sabía, igual la francesa le seguiría sin pensar. Un suspiro salió de su pecho y más que frío sintió la calidez del sentimiento que tenía hacia ella, la amaba y el bosque prácticamente era la representación de lo que pasaba en su cabeza: no tenía la más mínima idea del rumbo ni el destino, pero si estaba Mahia a su lado aquello no le importaba, la amaba y no le dejaría escapar de nuevo, así tuviera que meterse entre bosques inciertos. - No me mates… La Delacour cerró los ojos, sabía que esa frase no traería nada bueno, suspiró y era evidente que rodó los ojos aún teniéndolos cerrados. Le miró con una sonrisa en los labios, tal vez la inocencia con la que la rubia le miraba le había hecho detener sus palabras y le daría el beneficio de la duda… Hasta que la verdad cayó de golpe. - ¡Mahia Black! ¿Sabes…?- se acercó corriendo a ella y le detuvo el rostro con ambas manos quedándose a escasos centímetros de sus labios.- ¿Sabes que nos puede cargar la… ley. Por un momento se quedó callada ¿Quién era ella para decirle esas palabras si ni Psicosis ni Anna estaban registrados? Ella también poseía animales ilegales, pero… Dio un paso hacia atrás y soltó un bufido y, antes de que la vampira pudiera argumentar y dar su punto de vista Gabrielle se cruzó de brazos y alzó la ceja juzgando. - Sí, no soy quién para darte este sermón, pero mis mascotas no son tan peligrosas como esto ¡Psicosis es un maldito conejo y Anna…! - calló de inmediato tratando de no ponerse la soga al cuello- Anna no es tan grande ni peligrosa como lo que tú deseas… ¿Quién era ella para negarle un gusto a la mujer que amaba? Sonrió y negó con la cabeza, ya estaban en la boca del lobo, le dejaría hacer lo que ella quería como siempre solía hacerlo, verla feliz y con esa inocencia le derretía hasta la razón. - Va, solo ten en cuenta que Brownie está en reserva… Seré tu cómplice no solo de vida si no en delitos. Mordió su labio inferior y se acercó a Mahia para robarle un beso, acarició con ternura su mejilla y le miró a los ojos. - Let’s do it
  4. Gabrielle rodó los ojos, al parecer su hermana mayor tenía otros planes al sentirse presionada por levantarse de la cama; la Delacour no era una persona que le encantara estar fuera de sus zonas de confort y aquellas solo se limitaban al Castillo y el local que había compartido con Ishaya. Emitió un gruñido de enojo, pero le acompañó sin hacer resistencia. Todo lo que hacía la rubia, todo lo que ella le ordenara o pidiera ella lo hacía sin siquiera preguntar así que ¿Qué caso tenía abrir la boca por simple curiosidad? Anna y Psicosis le seguían de cerca, sobre todo la matagot quien protectoramente se había levantado de la alfombra al ver la chimenea apagarse, se metió caminando en círculos entre las piernas de su dueña, Psicosis solo le miraba desde la cabecera de la cama, aquel pocas veces mostraba preocupación. La francesa sonrió al escuchar a su hermana y asintió, como ya era obvio ella haría caso y seguiría sin dudarlo, a fin de cuentas no solo era el amor de su vida si no era sangre, familia. Y se dejó llevar. Sabía que ya no estaban en Inglaterra, eso era seguro conociendo a Mahia, más después de aquel mareo; cerró los ojos tratando de contener el mareo y rápido les abrió buscando a su prometida quien se encontraba recuperando el porte tratando de disimular…. Black a fin de cuentas, el orgullo primero. A su alrededor nada era familiar a lo que apuró sus pasos hacia su futura esposa sintiéndose desconfiada, todo el lugar era más que hermoso sin contar los paisajes, pero le prefería a ella, prefería su tranquilidad al tenerla a lado. Tanto el castillo de la familia como sus mascotas habían quedado atrás, solo eran ellas dos y, con aquella decoración, la rubia le robaba la mirada. Sonrió y entrelazó su mano con la de ella sintiendo la misma felicidad. -Sabes donde estamos? No tenía ni la remota idea ¿Suiza? El tenerla tan cerca le hizo soltar un suspiro y acomodarse más entre los brazos de su prometida, sujetó fuerte su mano y cerró los ojos al sentir su rostro cerca, giró rápido la cabeza, besó su mejilla volviendo a ver aquel paisaje y negando con la cabeza. - Noruega… ¿Sabes qué hay en Noruega? - ¿Noruegos? Contestó por instinto, respuesta lógica ¿Cierto? Sonrió y mordió su labio inferior, sabía que Mahia no le había llevado ahí a ver “noruegos” entonces ¿Qué? - ¿Qué estás planeando Mahia Black? Ya te dije que quiero tu nacionalidad así que si lo que quieres es una boda aquí no la tendrás.r Era más que obvio el tono bromista de la Delacour pero le abrazó fuerte contra ella esperando que escupiera lo que fuera que traía en mente.
  5. You're the pink in my cheeks and I'm scared 'cause that means I'm a little bit soft...

  6. Las relaciones con el ministerio serían lo de menos, a fin de cuentas, Gabrielle sabía que solo era cuestión de firmar ¿Cierto? Aquello sería entrar, notificar y salir, aunque tal vez la Delacour pudiera conocer a alguien quien les podría agilizar los trámites, el problema sería dónde estaría trabajando ahora y si aún estaba con vida. Sonrió al escuchar nombrar a su hermano, ella también le tenía cierto recelo pero era a quien más quería de sus tres hermanos (sin contar la obviedad del asunto), le dolería el no tenerle cerca pero sabría que Orión entendería del todo, al final de cuentas no quería terminar con una ceremonia hippy bebiendo té y fumando la pipa de la paz por tradiciones inventadas. Solo se limitó a asentir, sabía que para Mahia haber sido la segunda en línea no había sido fácil, ni siquiera le había sido fácil a Gabrielle teniendo a Fernando Black, el líder mortífago con fama de mujeriego, a cargo de un varón de dudosa procedencia y tres mujeres. El calor que sentía al tenerla a era del todo emocional, siendo ella tan distante con sus propias emociones con su hermana dejaba que su mente sintiera y que aquello que había estado reprimiendo por tantos años aflorara, le amaba, auténticamente le amaba, de todas las maneras posibles. Tal vez por esa razón Anna había permitido aquel acercamiento, la conexión que tenían entre ella y su dueña se había reforzado con tantos años solas… y Psicosis. - Dime qué necesitas, qué deseas y sabes que lo tienes.- Dijo rodeando el cuello de su hermana con sus brazos tratando de evitar que se alejara del todo aún teniéndole sobre ella, su mirada estaba clavada en la de la vampira y, entre lujuria y amor, continuó sus palabras.- Siempre he sido y seré tuya, hasta la eternidad si así lo deseas… Su mano recorrió con dulzura la mejilla de la rubia y frenó sus caricias al escuchar nombrar de su país. Bajó la mano y desvió la mirada, era un tema que prefería no tocar; por años había sido desde su refugio al dolor hasta el mismo dolor encarnado: la pérdida de su madre, encontrar a su hermano y tener una familia… y de nuevo regresar para esquivar el dolor que había dentro del mundo mágico, simplemente una montaña rusa de sentimientos y eventos desafortunados. - Podríamos…. Pero prefiero quedarme y casarme aquí.- dijo con sinceridad.- demasiados recuerdos no placenteros como para venirme a arruinar la felicidad que recién re- recuperé. Dicho esto, volvió a mirarle con amor y sus manos le sujetaron de nuevo del cuello para acercarla a sus labios; el haberla recuperado después de tantos años y volverla a tener ahí en el mismo cuarto lo era todo para ella. Mordió ligeramente el labio inferior de la Black y con los dedos de su mano derecha rozaba la columna de su hermana siguiendo vértebra por vértebra, rodeó la cadera de la rubia con su pierna y se separó ligeramente para verla a los ojos. - Solo me importas tú.- sonrió con cierta travesura y acarició la mejilla de su hermana.- Además ¿Quién me daría la ciudadanía para estar legalmente aquí? Amaría tener tu nacionalidad así como otras cosas tuyas en mi…
  7. Por primera vez en muchos años la Delacour se sentía completa, mirarla a los ojos, sentir su cuerpo y sentir la calma después de la tempestad a lado de la mujer que tanto había amado era un pedazo de cielo. Se dejó llevar y solo asentía a ella, sus besos, sus manos y sus caricias le hacían sentir de nuevo completa… Demasiado completa. Escuchó atenta a su hermana y sintió un pequeño escalofrío sobre su espalda al escuchar esa palabra: Boda… Aquella palabra desencadenaba todo tipo de sentimientos dentro de la francesa, tantos matrimonios fallidos para caer en otro que posiblemente tuviera el mismo trágico final. Asintió a las palabras de la rubia y trató de contener su ansiedad dejando su mirada en los ojos azules de su futura esposa. El campo de batalla ahora era el auténtico cuarto que ellas decidieron compartir años atrás, todos los malos recuerdos habían sido borrados con el beso de su hermana y volvía a sentir esos metros cúbicos como hogar. Puso su mano en el brazo derecho de su hermana y bajó lentamente apenas rozándole con la punta de los dedos hasta llegar a su mano, entrelazó los dedos con los de ella y le hizo seguirla hacia la cama. Se acomodó justo en el centro cruzada de piernas y sin siquiera preguntar le obligó a hacer lo mismo, besó su mejilla y tomó una frazada del borde de la cama para cubrirse ambas cayendo la tela color índigo sobre los hombros y espaldas de las Black. - Entonces solo necesitamos quién nos case y alguien del ministerio que legalice el acto.- dijo mientras acomodaba su cabeza en el hombro de Mahia.- Siendo sincera no quiero a nadie, no quiero las clásicas bodas sosas a las que teníamos que ir, somos diferentes. Sonrió sin saber y mordió su labio inferior apenada, en verdad lo eran, no solo por ser hermanas si no que siempre había sentido que la relación entre ambas era más que tan solo un contrato y una fiesta. Para ella su relación con ella era todo y no necesitaba gritarlo al mundo… Aunque pudiera hacerlo si la otra Black lo deseaba. - Pero ¿Tú qué deseas? – la matagot apresuró a brincar sobre la cama y postarse entre las piernas de su dueña, aunque la orden había sido más que clara para ella, al igual que Psicosis, le gustaba marcar territorio.- Si te soy honesta, estoy dispuesta a lo que tú me propongas. Levantó la mirada para buscar la de su hermana y apuró a robarle un beso, había extrañado esa calma entre ellas, esa sensación de hogar y seguridad que Mahia le hacía sentir a pesar de que fuera la Delacour la que siempre se preocupara por ella. - ¿Estás bien, amoure? Yo lo estoy y me preocupa tu salud ¿Me deseas?- sus ojos estaban fijos en el azul de la vampira, podía leerse su aún culpabilidad y sus ganas de remediar las cosas; acarició la mejilla de la Black y rozó con su dedo pulgar su labio inferior.- Te amo…
  8. La francesa seguía en aquel trance, tal vez un poco más tranquila después de haber soltado todo lo que su cuerpo albergaba y daba mordidas al chocolate que Anna le había traído mientras le acariciaba con la mano libre sin pensar la guerra en la que se había metido.o Notó su hermana desconcertada, sonrió de lado orgullosa de lo que había hecho, no solo había cruzado la raya, la había dejado kilómetros atrás y aún así no le importaba. Su cuerpo aún temblaba, no sabía a ciencia cierta si era a causa de la sangre perdida o del desenfreno de sadismo y lujuria que ni ella había podido controlar ¿Sería parte de su genética escondida? Su inestabilidad mental era más que evidente, pero al parecer la Delacour tenía más bajo la manga. Y se desató el infierno mucho antes de lo imprevisto. Psicosis voló sobre el hombro de Gabrielle, tal vez era su manera de calmarla ante tal desastre y Gabrielle solo veía extasiada a su prometida y su matagot, lo poco racional que quedaba vivo de su cabeza se empeñaba a gritar mudamente que la pelea parara, pero su mirada iba y venía entre ellas. Hasta que sus sentimientos le hicieron entrar en razón preocupándose por la mujer que amaba. - ¡ANNA BASTA! La matagot había golpeado fuerte contra la cama y se notaban sus ganas de seguir la pelea, la castaña se levantó de inmediato, pero aún estaba demasiado débil, sintió un mareo y evitó correr hacia su hermana. Aquella mirada altanera había caído al piso junto con Psicosis y solo veía a su prometida con preocupación… y culpa. Asintió a la orden de la Black y volvió hacia Anna. - Anna… Elle es l’amour de ma vie, c’est tout bien. Resté mon amie. La bestia sacudió su cuerpo, bajó la guardia y se acostó sobre la cama con la mirada fija en su dueña. Ahora le tocaba calmar el infierno. Seguía enojada, eso no podía ocultarlo y de cierta manera le había gustado darle no solo ella una lección a su futura esposa si no el demostrar que no estaba sola, que al menos quienes siempre estaban a su lado, por mas “mascotas que fueran” no le dejarían por nada. Pero toda muralla y dolor que había pasado había caído ante las palabras de la persona que más había amado en su vida. El ambiente en el cuarto ya era diferente, no había esa tención y hasta podía sentirse los intangibles pedazos del muro de hielo de la Delacour en el piso. Corrió a abrazarle, pasó sus manos por la espalda de su hermana y suspiró, materializó su varita para poder invocar el amuleto de Curación y al tenerla cerca las heridas de su hermana comenzaron de a poco a desaparecer. En realidad, se sentía culpable, las palabras de su hermana le hicieron volver en sí y despegó un poco su cuerpo del de ella para mirarla a los ojos, pasó su mano por la mejilla de la Black con amor y su mirada lo decía todo… - Je suis trés desolé mon amoure…- Lo sentía, en verdad le dolía y volviendo a guardar su varita y el amuleto, sujetó con ambas manos el rostro de la mujer que amaba y sus ojos miel en verdad demostraban su sumisión y amor ante ella.- Toma lo que quieras… soy y siempre seré tuya, disculpa… mi comportamiento, no me controlé….
  9. Evidentemente la menor de las Black estaba más que empeñada en tener su venganza, su mirada miel que alguna vez demostró amor y ternura ahora era tan solo la ventana a esa sed de tortura y lujuria al ver a su hermana sufrir de esa manera. Sonrió de lado y sus ojos se clavaron en los de su prometida, sabía que tenía el control y aún sin tenerlo su cuerpo vibraba de placer al verla en ese estado. - Sh…- silenció la castaña cuando le escuchó rogarle por su libertad, pasó sus labios por su propia herida, se acercó lentamente al rostro de su hermana para a penas rozar sus labios con los de ella y mojarles con aquel tibio líquido que seguía brotando de su muñeca.- No, no Mahia. Nunca había sentido tanto deseo, tanto poder, amaba torturar y era parte de lo que extrañaba de ser mortífaga pero mezclarlo con lujuria había abierto una parte que ni la Delacour podía controlar. Sus manos apresuraron a quitarle la ropa a la Black y, con la mirada aún fija en los ojos azules de la rubia, bajó lentamente sus labios y manos desde el blanco cuello de la rubia hasta su abdomen dejando un rastro de sangre gracias a su herida. Ya no era ella, era instinto, era deseo estaba fuera de sí, los ruegos e inútiles intentos de su hermana por liberarse solo le avivaron las ganas de continuar. Se detuvo en su entre pierna y pasó su lengua justo en el punto que ella sabía que le hacía enloquecer, su otra mano subía lentamente por el interior de su muslo, jugueteó un poco con su lengua haciendo presión y sus dedos solo se limitaban entre entrar o no en aquel lugar que sabía que le llevaría al éxtasis. Y detuvo sus movimientos. No, aquello era demasiado “premio” para ella. Volvió a acomodar su cuerpo sobre el de ella haciendo que el tirante de su vestido cayera por su hombro dejando ver mas allá que tan solo la clavícula y lentamente bajó su mano derecha para ser ahora ella quien disfrutara del momento. Su mano izquierda detenía con cierto amor y cariño la mejilla de su hermana obligándole a verle a los ojos, mismos ojos miel que ahora solo proyectaban deseo, lujuria y placer, de vez en cuando salía un leve gemido de placer de sus labios y aquel vórtice de sensaciones podía leerse en sus movimientos de cadera. Pasó su mano izquierda por el cuello de la Black de nuevo dejándole un hilo de sangre correr y soltó un último gemido mientras le miraba a los ojos. Un leve mareo le hizo detenerse de los brazos de su hermana dejando su rostro a escasos del de su prometida, cerró los ojos y tomó aire para volver en sí, sonrió altanera y se quitó de encima para sentarse en el piso del cuarto. - Episkey- dijo materializando su varita y curando su muñeca izquierda al igual que su muslo haciendo que de esa manera también las heridas de su hermana curaran de inmediato, Anna apresuró a sentarse entre las piernas de su dueña con un chocolate en el hocico a lo que Gabrielle comenzó a comer de inmediato. - Ah sí… Con un movimiento de varita hizo desaparecer las cuerdas que sujetaban a la mayor de las Black y le guardó como si aquel infierno que había desatado no le diera el más mínimo nivel de importancia; no, no tenía miedo de lo que pudiera pasar y tanto ella como su Matagot estaban preparadas a la reacción de la vampira, sobre todo Anna quien movía la cola ansiosa. - La mayor eres tú pero te recuerdo que la de mayor nivel soy yo, Mahia.- dijo con una sonrisa altanera en sus labios.
  10. Era imposible el negar el amor y la química que la Delacour sentía con su hermana ¿Media hermana? Daba lo mismo, el amor estaba ahí y a fin de cuentas el lema de la familia era mantener la pureza de la sangre ¿Cierto? - Para mi tu esencia es única no necesito agudizar mis sentidos para llegar a ese éxtasis que supongo que me presumes.- musitó orgullosa y al mismo tiempo deseosa al sentirle más cerca.- Pero será lo que tú digas. Las barreras habían caído en ese instante, como siempre solo bastaba el tacto de la rubia para que Gabrielle doblara las piernas y accediera a lo que fuera, soltó un gemido de placer y dolor al mismo tiempo que su hermana mordía su piel y pegó su cuerpo lo mas que pudo al de ella esperando su contacto, su respiración y pulsaciones eran tan aceleradas que en su cabeza no sabía si era producto de tenerla cerca o el haberse embriagado con la lujuria que le hacía sentir; no era tanto el dolor, era el deseo, el coraje, el haberla esperado por años y ahora así tan sencillo le tomaba en brazos y su dignidad caía al tiempo que la mano de la otra Black rozaba su piel. - ¡MAHIA! Frunció el ceño y su mirada miel demostraba el enojo, no tanto hacia la vampira si no hacia ella misma por hacerla tan fácil, una mirada de la ojiazul y con eso tenía para desarmarle. Su mano cubrió el lugar donde la había mordido y trató de detener el deseo de seguir, cerró su puño y se invocó lo que había aprendido del Libro de la sangre para "regresarle el favor" a la mayor de las Black. Cerró su mano sintiendo materializarse su varita en ella y su mirada miel se fijó en el azul que tanto amaba, no se la dejaría sencillo... - ¿Así como así, después de días, meses, años llegas y crees que puedes tomar lo que se te antoje? Sabía la respuesta, la altanería de su hermana era algo que de cierta manera le enamoraba más de lo que podía imaginar. - Incárcerus - tres cuerdas salieron de la varita de la Francesa atando las manos de su hermana a la cabecera de la cama y las otras a sus piernas a cada esquina de la misma dejándola boca arriba. Sonrió de lado y pasó su varita por su muñeca izquierda haciendo un corte lo suficientemente profundo para que su sangre corriera, al mismo tiempo la herida apareció en la muñeca de su prometida. Gabrielle miró altanera su muñeca y luego clavó la mirada en los ojos de la mujer que amaba y que ahora le tenía casi indefensa, se sentó sobre la cadera de la vampira y le miró retadoramente mientras inclinaba su cuerpo al borde de rozar su pecho, acarició la mejilla de la Black con su mano izquierda evitando que la sangre le tocara su piel o rozara sus labios solo dejaba que el aroma estuviera cerca y detuvo con ambas manos su rostro. - ¿Cuánto tiempo soportarás ahora? ¿Otros meses, años? Esta vez la venganza se servía tibia, sentía su sangre recorrer la muñeca y manchar las sábanas, sus ojos seguían fijos en el azul penetrante de su prometida, era una mezcla de venganza y placer al verla, volvió a guardar la varita y acarició de nuevo la mejilla de Mahia al mismo tiempo que le sonreía altanera.
  11. Creo que ya puedo inscribirme y disculpen que ponga el link asi directo ando desde el celular. Gracias! ID:4721 Habilidad (en caso de que se trate de la habilidad de Animagia, especificar preferencia de animal): Animagia (conejo) Nº de conocimientos que se poseen: 7 Link a la Bóveda:https://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78303 Link a la Ficha:https://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78243 Olvidenlo ya vi que sepaporque bajé de nivel 15 a nivel 11 xD gracias por du atención
  12. La Black contuvo sus ganas de detener el anillo pero dejó que su hermana le tomara, suspiró aliviada al sentir su beso y trató de no abalanzarse a sus brazos, se quedó inmóvil esperando qué traía entre manos la otra Black y sus palabras arrasaron con lo que quedaba de frialdad dentro de ella ¿Cómo estar enojada solo por ser ella misma? Así le había conocido y posiblemente así seguiría siendo por más que las ausencias la destrozaran. Correspondió la mirada, notaba que ella también había sufrido la misma separación, posiblemente en menor escala pero ¿Quién era ella para juzgar emociones ajenas? La amaba y amaría siempre y era lo que importaba, lo que siempre iba a importar a pesar de las ausencias, a pesar de las peleas. El tirón logró que su cuerpo siguiera las órdenes de su ex prometida y al sentirla cerca su corazón se descontroló por completo al igual que sus pensamientos, todo aquel rush de recuerdos y pasiones dentro del castillo flashearon por segundos por su cabeza; el tenerla cerca de nuevo era más que peligroso, más después de tanto tiempo sin verla y desearla tanto. El sentir el roce de sus colmillos en su cuello le hizo jadear de deseo y apretó su mano fuerte contra la de su hermana, arqueó la espalda y estiró mas el cuello para ella sujetando fuertemente sus dedos entrelazados. Era química, era natural la respuesta de su cuerpo al de ella, sintió el rubor en sus mejillas y guió la mano de su hermana a sus muslos deteniéndoles con fuerza para reprimir las ganas de tenerla más allá. Y su propuesta le pegó de golpe dejando de lado aquel deseo para convertirse en ¿Nervios? Le miró a los ojos y sonrió, acarició la mejilla de su hermana y asintió con la cabeza mirando de reojo el anillo de nuevo en su dedo, tenía miedo al compromiso, otro golpe así de fuerte sabía que no soportaría pero por ella lo arriesgaba, ella era su todo y su mirada la delataba. Una media sonrisa se dibujó en sus labios y, poniendo sus manos en los hombros de su hermana, le puso contra el piso, sus piernas rodeaban la cadera de la rubia y sus ojos miel se encontraban fijos en el azul de su hermana que tanto amaba. - Sí, quiero casarme contigo Mahia solo queda una pregunta...- bajó lentamente sus labios a los de la rubia y, sin perder la mirada, sonrió entre lujuria y altanería.- ¿Luego quién será tu alimento? Digo, amaría compartir la eternidad a tu lado, juntas pero... -rozó sus labios con los de ella y lentamente avanzó hasta su oído derecho no sin antes hacer rozar su cuello con los labios de la vampira.- ¿De quién te alimentarías en la cama después del platillo principal?
  13. Demasiado rápido y demasiadas emociones en tan poco tiempo ¿Qué acaso no estaba preparada y estable? A decir verdad estable era algo que la chica nunca había logrado estar se mantenía en reposo pero sus emociones y sentimientos siempre habían sido mas fuertes y violentos que los del resto de la familia, tal vez por la parte mitad veela que le había heredado el amorío de su padre con su "extraña" madre, pero era cierto, los desordenes mentales de la Delacour era lo mas normal. Pero esta vez estaba aparentemente tranquila, aunque su matagot era quien notaba sus cambios. Detuvo sus ganas de lanzar la cachetada pero Anna se le había adelantado a lo que solo levantó la ceja un tanto sorprendida de la habilidad de su mascota para detectar las emociones que ella misma reprimía. Podía oír cada latido de su acelerado corazón ¿Tristeza, amor o decepción? - Voy a donde me siento tranquila, que claramente no es aquí. El dolor en sus palabras era más que evidente, más que era la primera vez que su hermana le reprimía también sus faltas. Una relación es de dos y la francesa estaba del todo consiente que esta vez ella también lo había arruinado, pero era testaruda no daría su brazo a torcer... Hasta que sus miradas se cruzaron: aquel vacío, dolor y traición cayeron al piso junto con su orgullo. El pequeño conejo se quedó mirando el anillo y turnaba la mirada entre el anillo y su dueña, Anna se mantenía inquieta rodeándola, ya no sentía la necesidad de protegerla si no de estar. Gabrielle miró el anillo y mordió su labio inferior volviendo la mirada a su ¿Ex prometida? Hermana, era más seguro ese termino. - ¿Por qué nunca te busco? Mujer ¿Estás consiente de....?- soltó un bufido, le molestaba ser tan vulnerable, rodó los ojos y trató de calmar su enojo.- Mahia, sé que soy buena con la varita, que tengo más libros y experiencia que tú pero ¡Soy humana pedazo de mujer ciega! Rio entre enojo y desesperación, sí, ella podía correr y adentrarse en el bosque mientras la francesa solo podía tratar de seguir sus pasos al mismo ritmo que lo haría Psicosis, era ágil con la varita y los duelos siempre habían sido su fuerte pero frente a peligros que no fueran personas la Black reaccionaba más lento que lo normal. En pocas palabras: Lo suyo no era la aventura, lo suyo era seguir viva. - Cuando desee morir te llamo para corretear por el bosque a ver cuántos kilómetros o metros sobrevivo.- rodó los ojos, el verla cual niña en el piso le había terminado de derretir lo que le quedaba de orgullo y suspiró, se acomodó a su lado sentándose con las piernas de lado haciendo que Anna se sentara en su regazo en señal de protección.- No estoy a tu nivel, mujer, no puedo ir corriendo detrás de ti cada que desaparezcas o vayas de caza, yo solo cuento con mi varita, estos dos y un dragón en la reserva que no puede ni defenderme, sí moriría por ti, pero es demasiado... Sí, la seguía amando era obvio; Psicosis tenía el anillo en el hocico y le miraba de frente esperando que le aventara de nuevo aunque era obvia cuál la acción de su dueña, suspiró de nuevo ¿Le había dicho que la seguía amando? Anna levantó la mirada al notar el corazón acelerado de su dueña y la castaña cerró los ojos volviendo a tratar de calmar sus emociones; al volver a recuperar el aliento observó a su hermana volver a ponerse el anillo y levantó la mirada hacia ella para volver a fijarla en Psicosis. Sujetó el anillo y le tuvo varios segundos en su mano mirándole fijamente, nunca había dejado de amarla en todos estos años y sí, ella debió buscarle también, aceptaba la culpa. Acerco un poco su cuerpo al de la Black y recargó su cabeza en su hombro, su aroma, su cabello, todas las memorias cual flash back cayeron de golpe y suspiró. - Prometo buscarte dentro de lo que mi cuerpo me deja... Disculpa por...- soltó un suspiro y cerró los ojos con el anillo en su mano.- Iría a donde me lleves lo sabes...
  14. - Desgraciadamente no muchos tenemos el conocimiento de adivinación, pero espero que sea el siguiente, aún dudaba si entre Adivinación o astronomía y terminé aquí. Dijo la Black respondiendo al comentario de su compañero. Prestó atención a sus movimientos y se quedó mirando las palabras que ahora complementaban las constelaciones que la profesora había hecho aparecer, Gabrielle seguía más enfocada en tratar de memorizarlas, nunca había sido buena con las ubicaciones y mucho menos en orientarse. De un momento a otro comprendió algo de las palabras del único hombre en la clase, se giró el rostro hacia Juve y arqueó la ceja con intriga. - ¿Nosotros como magos nos seguimos rigiendo por las mismas constelaciones? Sí es ridículo pero me refiero a que si en alguna tienda de chuches hay algo que nos ayude a comprender mejor lo enigmático del cielo? ¿Es cierto que posiblemente lo que veamos es tan solo la imagen de estrellas muertas? Digo, eso debe estar a miles de años luz, sería un poco lógico que nosotros sigamos viendo eso y por allá, en tiempo real la estrella esté muerta. ¿Qué le pasaba? Agachó la cabeza y agradeció que el mago siguiera con la plática, la verdad tenía solo el conocimiento de la clase puesto que, por más libros que hubiera en la Black, tan solo pensar que habían sido manoseados por Orión le hacía alejarse de la materia.
  15. ¿Tenía que responder? La Black miraba con intriga ¿Solo dos? ¿Significaba que estaba bien... pro primera vez? ¿Cuántos planetas? Vaya, en su primer intento de escuela llegaban hasta Plutón pero aquello ya era un planeta enano ¿Seguiría siendo? Pero las palabras seguían por lo que ella misma supuso que las preguntas eran solo para abrir su mente; abría y cerraba la boca continuamente tratando de responder, igual era en vano debido a la cátedra de la profesora. Tenía bastantes dudas, sin embargo se dedicaba a escuchar, detestaba el sentirse como si estuviera con el Yaxley y, en el corto tiempo, sabía que había sido un error. Quien tenía la mente abierta y las ganas de ir más allá era él, Gabrielle siempre se habia dedicado en tener los pies sobre la tierra, realista y hasta de cierto modo pesimista después de todo lo que había pasado. ¿Dudas? Bastantes pero seguía atenta ¿Desafíos? Bastantes. – Tengo una pequeña duda... Comentas que los navegantes usaban la Osa mayor ¿Siempre es visible? Es decir ¿Sin importar la hora de la noche? Nunca había intentado encontrarla, le era mucho más fácil encontrar la constelación de la que el Yaxley había sacado el nombre pero nunca las demás, vaya, si el haber elegido aquella clase era desafío, tal vez era eso todo su meollo, retos. @
  16. Sabía perfectamente que había llegado más que tarde y corría desesperada haciendo que la capa de viaje hiciera un fru frú con el viento. Se detuvo de golpe al ver la esfinge y escuchó atenta; el haber llevado Runas con Orión había sido una pesadilla pero ahora AStronomía parecía ocupar el primer lugar y, ganarle a las ocurrencias del Yaxley, era más que pesado. Rodó los ojos, después de haber pasado tantos días en el desierto aún no sabía cómo descifrar acertijos, soltó un bufido y an solo lanzó palabras al aire, era pésima resolviendo acertijos y, si por algo había odiado runas, Astronomía "no hacía malos quesos". - Si estoy adentro dos. Si no pues ¡Qué voy a saber yo! Estaba molesta, acertijos y acertijos. Por si fuera poco no estaría sola en la clase por lo que el convivir otra vez sería su punto débil ¿No debería ya haberse acostumbrado a ser social? – Buenas... lo que fuera compañeros. Dijo más que nada por ser educada y se cruzó de brazos aún molesta por tener el dejavú de que aquello sería como las clases de Orión.
  17. IDIOMAS Había preferido un lugar diferente para ella, en vez de la clásica aula había preferido citarla en pont Notre-Dame; Gabrielle se encontraba viendo hacia el río, amaba París, su idioma, amaba todo y, a pesar de su tragedia en aquel río, ella no guardaba ningún tipo de dolor o rencor. Era medio día, el viento soplaba leve, se notaba que estaba próxima la primavera dejando atrás el invierno; el sol resaltaba el azul cobalto de su capa de viaje y dejaba notar un sencillo vestido negro que se ajustaba tan solo a su cintura, unos zapatos negros a juego y sus cabellos castaños sobre su costado derecho. Demasiada facilidad para encontrarle ¿Qué chica se quedaba tan solitaria en aquella ciudad tan romántica? Por primera vez estaba nerviosa, aunque más que nervios era un nudo en el pecho; la prueba dentro de la gala le había vuelto a abrir la herida y sabía que aquello volvería. Entrelazó sus dedos y apoyó sus brazos en la barra del puente y soltó un suspiro. - Debería haber llegado, creo haber sido específica... Sabía que la chica llegaría. La última vez que le había visto esperaba un bebé, tal vez por eso la demora, o tal vez había decidido caminar un poco por la ciudad, dejaría la preocupación de largo y se mantendría tranquila. Bajó la mirada hacia su anillo de compromiso, seguía iguales los planes y no se atrevía a moverlos, menos a comenzar a buscar a alguien que ocupara aquel lugar. – ¿Cye?
  18. Holii! Vengo a pedir dineros a cambio de mis puntos, gracias chicos! ID: 4721 Puntos: 10000
  19. Subtitulo deseado: Queen of the WillisPremio obtenido: Ganadores Competencia de Rol Llave (Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin, Ilvermorny o maestra): Slytherin Gracias <3
  20. ID: 4721 Nick: Gabrielle Delacour Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=110446 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78303 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): Ganadores Competencia de Rol "La Fuente de la Buena Fortuna" Nivel Mágico: 13 Fecha: 2019-02-24 Criatura: Ridgeback Noruego Puntos: 160 P Precio: 8000 G Criatura: Puntos: Precio: Total de puntos: 160 P Total de Galeones: 8000 G
  21. Sí, era la primera vez que el tema del Triviani estaba sobre la mesa y aquello le ponía un nudo en la garganta. Asintió con la cabeza y bajó la mirada, el tema era doloroso, incluso para la Delacour que siempre trataba de dejar sus sentimientos en el olvido, pero él... Él había sido diferente en su vida, al igual que Mahia. – Aún es duro... Y siempre lo será. Desvió la mirada, sabía que su hermana encontraría el motivo perfecto para cortar el momento... Y ahí estaba. El escuchar el nombre de su ex esposa le hizo quedarse helada por breves segundos ¿Cómo le conocía? Pero sobretodo ¿Sabía lo que ellas dos habían llegado a ser antes de todo? Bajó la mirada y frunció la boca, no era tan mala la idea pero era un tanto incómodo. Gabrielle, debido a la pócima, tenía pocos recuerdos de su matrimonio con el Rexdemort, casi nulos, había quedado como un "crush" que su subconsciente logró enterrar... Pero Akliz. Con la chica había sido su primer contacto después de varios años de ausencia, la familia Rexdemort y la Delacour habían sido más que amigas, hasta que la chica se cruzó por su camino y en un abrir y cerrar de ojos estaba casada con ella, había sido una de sus decisiones de adolecente donde el "¿Por qué no?" Se convierte a los días (tal vez horas) en un "I'm fu**ed". La traición fue evidente y el lazo se cortó más no su amor por la familia, fruto de eso su segundo matrimonio fallido. – Eh... ¿Y tú de dónde la conoces? Tengo tiempo sin saber de ella, si lo deseas puedo intentar contactarla, debe estar con aquella chica psicópata. ¿Qué decía sin tirarse a la horca? Su mirada se quedó fija en los ojos azules de su hermana y sonrió, era imposible mantener la compostura a su lado al igual que aquella barrera para evitar ser leída, acercó su cuerpo aún más a ella y su mano acarició lentamente su cuello hasta llegar a su nuca, le extrañaba más que a sus ganas de fingir estabilidad. – ¿Segura que quieres que alguien de la familia Rexdemort nos case? No tengo inconveniente si tú no lo tienes.- pasó sus labios por los de la rubia pasando poco a poco por u mejilla hasta llegar a su oído.- Mientras más rápido hagamos las cosas más pronto se consuma el matrimonio. Se separó lentamente de ella y le miró desafiante mientras se mordía el labio inferior. Haberla tenido tan cerca había sido un arma de doble filo, ahora era ella la que quedaba con hambre y las horribles ganas de tener que detenerse a causa del compromiso. Una bocanada de aire fue retenida por sus pulmones y le soltó tratando de solar con ella su deseo de tenerla en la cama, bajó lentamente su mano de su nuca al cuello de la Black y sonrió un poco más despejada. – Entonces Akliz...
  22. La Black levantó la ceja con intriga, la pregunta era precisamente para sacar de combate a su alumno pero la que había quedado en otro plano era ella. Asintió con la cabeza y, mientras lo razonaba, le vio aparecer las cosas sobre el escritorio; sonrió y rió sin poder evitarlo cruzándose de brazos, el chico tenía astucia, tal y como le recordaba. – En definitiva nunca deja de sorprenderme joven Ravenclaw...- Rodó los ojos y, aún con la sonrisa en los labios, prosiguió.- Asumo que sabe leer las hojas de té, aunque eso no sea parte de mi enseñanza, los tés y drogas pesadas las encuentra en el departamento de Orión, desolé, hermano equivocado. Había un poco de desviación en el tema pero el chico le lograba dar una sensación de calma que pocas veces le mantenía en su zona de confort. Ladeó la cabeza y trató de proseguir con su cátedra. – Y sí, es cualquier cosa que tenga el fin de comunicar algo, dibujos, gruñidos, rasguños, gemidos... Lo que sea. Suspiró y se dio cuenta de su desvarío; Gabrielle carraspeó un poco, tal vez el hambre era la que estaba hablando pero logró enfocar su mente en el lenguaje en general y no solo el corporal. Enderezó su espalda y acomodó sus cabellos sobre su costado derecho, lo básico estaba puesto ahora solo era cuestión de meter cabeza, no tanto en lo literal. – En vista de que ya te diste una relajada empezarás el trabajo sucio. Meterás la cabeza... pero en idiomas antiguos. Tu presentación final será ir a Egipto, quiero que te leas las inscripciones de las... Las tumbas en las cosas esas... ¡Pirámides! Vaya, y según las figuras y letras que veas quiero que descifres alguna tumba y vida de quien elijas venir a exponerme. Toma en cuenta que aquí uno de tus retos será el idioma de los magos de allá así como el el traducir la escritura antigua de los pobladores de aquella época. A veces les envidio, esos malditos sí sabían como mantenerse en forma a pesar de la muerte. Los pies de la Black jugueteaban en el aire y sus ojos miel se clavaron desafiantes en el Ravenclaw. – En sus marcas... Listos... ¡Fuera! Y no me preguntes cómo llegar, un mago debe de tener sus medios ¿No? Sonrió con malicia, casi con complicidad y se cruzó de brazos. – Yo sé que esto es nada para ti así que deja el maldito té, Orión dos, y anda. @@Keaton Ravenclaw
  23. – Anduve... Por ahí. Empezando con mentiras, ella misma se daba porras mentales ante tal vergüenza pero eventualmente terminaría por contarle la verdad. Trató de disimular su molestia y acarició las cabellos de su hermana, no sin antes inclinarse para darle un rápido beso en los labios. Su mirada ce centró en el estuche que le había cedido alzando la ceja con intriga. – Pues que yo tenga entendido mi "casi esposa" se la pasaba de vaga desde antes ¿Cómo es posible que ahora no encuentres algo que hacer? ¿Dónde está la Mahia que desaparecía por meses? En sus labios se dibujaba una sonrisa altanera, tal vez fuera el hecho de retarla o el tener que usar la palabra "esposa" pero le agradaba estar en aquella situación. Respondió su caricia girando el rostro y besando su mano, al parecer tenía luz verde para abrir el regalo a lo que miró curiosa el contenido, sonrió y negó con la cabeza. Detestaba llamar la atención, el que alguien se tomara el mínimo interés en ella le sacaba de su zona de confort y soltó un suspiro. –Sólo por que dices que con esto estaremos comunicadas lo aceptaré, de cierta forma es como si pudiera ponerte correa...- alzó la ceja y clavó su mirada en la de su hermana.- O tu a mi... Hermoso, solo contigo. Soltó una leve risa y bajó el torso para besarle los labios, le amaba y el estar aún más conectada a ella le gustaba; ahora que estaban un poco más en sintonía sentía la necesidad de pasar mas tiempo a su lado, el verdad terminar el capítulo y empezar el otro, las cosas se habían estado postergando y Gabrielle comenzaba a impacientarse. El hablar de Psicosis pocas veces lo hacía y la Delacour pocas veces prestaba atención al carácter errático de su primer mascota. Se alzó de hombros y como si aquel tema fuera de lo mas normal soltó el vómito de palabras. – Siempre he dicho que tiene el carácter de Frenger, tal vez por eso es tan... ¿Raro? No sé si te acepte, a veces pienso que ni a mi me acepta pero no le queda de otra, pero igual le amo y cuido... Y hablando de amar y cuidar ¿Para cuándo la boda y quién crees que puede...? Odiaba hablar del tema, desde que él había partido se sentía más que vacía, no solo había perdido a quien para ella era su hermano si no a quien quería que les casara, a quien quería, a quien significaba lo mismo que Mahia para ella... Y sabía que su hermana sentía lo mismo. – Disculpa el tema pero... Tenía que tocarlo ¿Tienes alguien más en mente?
  24. – Creo que está de más eso de las presentaciones y disculpas, querido... Y me alegra verte de nuevo - dijo sonriendo a fin de cuentas ya estaba en clase y era todo lo que le importaba.– Así que empezaremos de golpe, así sin algo que resbale... Sonrió con picardía y soltó un poco más el cuerpo; el conocerle, así fuera de bastante tiempo atrás, le daba seguridad no tanto en las palabras si no en lo que su cuerpo expresaba. Eran pocas las veces que la Black dejaba en blanco la pizarra, el tener un lienzo libre le provocaba tener que hacer algo que le arruinara, pero esta vez dejó que su boca fuera la que completara el vacío y no el gis. – En tus palabras ¿Qué es un lenguaje? ¿Por qué crees que es fundamental? ¿Crees que las plantas tienen el suyo? Comenzaba, su mente ya había trazado los posibles caminos que el Ravenclaw tomaría y con ello los retos que, según su respuesta le haría pasar a diferencia de sus demás estudiantes. Tal vez eran demasiadas preguntas y sabía que la última le podría sacar de la comodidad pero ¿Qué acaso no se necesitan ideas diferentes para despertar la mente? @@Keaton Ravenclaw

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