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Sunar PBT

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Todo lo publicado por Sunar PBT

  1. Hanimi, elfina doméstica de Sunar Mientras caminaba hacia la floristería, recordó la vez que Simyni le contó que llevó un ramo de flores y las consecuencias fueron funestas. Nadie salió realmente herido de muerte pero casi estuvo la tía de la señorita Sunar. También recoró haberle dicho que no debía recoger cosas desconocidas. La elfina tenía una lista de flores que necesitaban. Casi debía tenerlas lista para cuando algún cliente preguntara por ese servicio. Así fue que llegó al lugar. Entró mirando las variedades de macetas, en el piso y colgadas. - Buenas tardes - saludó con una reverencia a las personas presentes. Vio a una mujer que se levantaba. Sería que en ese sitio, como le comentó la otra elfian, pasaban cosas raras. Solo el tiempo se lo diría.
  2. Raizor, elfo doméstico de Sunar Se había quedado en silencio después de comunicarle a la dueña, tía de su ama, acerca de lo qué vio. No fue hasta observar que el amo Matt subía que se preocupó más. Sin embargo, tenía que seguir atendiendo a la señorita (Eledhwen) porque no estaba seguro de la respuesta de la pelivioleta acerca del blasón de la familia de la misma. Pero enseguida le asignó seguir con la señorita, de buscarle los implemento necesarios, lo que pidió. - Ya regreso señorita - dirigiéndose a Eledhwen. Mientras cumplía con la orden, sintió su brazo. La señora le dijo algo. Raizor asintió para que supiera que cumpliría. Debía ser rápido. Desapareció hacia la planta donde se hallaba el amo, regó la sal para que nada (paranormal) bajara. Segundos después le buscó lo necesario y volvió a bajar. - Aquí tiene señorita - le entregó las muestras de sobres y pergaminos - Usted decide cuál se ajusta a su necesidad - se disculpó y desapareció de nuevo a la primera planta. Seguiría allí con el amo Matt.
  3. Lee Min Nana, Decoradora Extravagante Mina era todo sonrisa, por el momento, ya que igual no comprendía la situación que la señora de cabello violeta conversaba con la joven, más bien discutían, sobre incorporarse y algo más pero la peliverde prefirió que le sirvieran otro trago más. La conversación casi le estaba provocando dolor de cabeza. La bruja no tenía pensado en pasar el poco tiempo que se tomó para ver algo así, y más para escuchar las "quejas" de la pelivioleta, pero tampoco le diría nada porque no estaba en su lugar de trabajo para comportarse mal, y aunque lo estuviera, no podría al ser la otra parte un potencial cliente. - ¿Cuánto es? - le preguntó al elfo que miró de reojo - Oh, si ijo que era por cuenta de la casa.. pero - sacó unos galeones y "No le digas nada" expresó sin que saliera sonido de su boca. Mina se levantó dejando a la pobre criatura con las monedas en la barra. Ya algo haría para que su jefa no lo viese con eso. - Disculpe, espero que se mejore su amiga - le dijo a Sagitas antes de salir de la taberna. La cuarentona se daba cuenta que salir de su tienda a pasear por el Callejón le resultaba cada vez más estresante.
  4. Lee Min Nana, Decoradora Extravagante Parecía que la persona en el piso, se encontraba muy mal. La otra mujer intentaba ayudarle o reanimarla, algo por el estilo. Mina observó por un momento el color de la cabellera de la señora a la que se dirigió. Ya la había visto. - Oh, desmayada - entendió después de tantas palabras rápidamente dichas. También comprendió la petición de hacer silencio. ¿O sería más bien no molestarla? Igual estaría ella en una situación así de complicada con una jovencita tirada en el piso de una taberna. - Será que bebió mucho - pensó mientras se sentaba. Se alejó para darle el espacio que requería. El elfo se acercó dispuesto a servirle. Y la bruja Lee que no quería ver más elfos. - Por favor, sírvame un licor de menta, le pone mucho hielo y unas gotas de jengibre – le dijo esperando solo le llevara el trago para no demorar mucho. Aunque ver cómo la señora de cabellos violetas reanimaba a la chica, no se lo perdía. Sin embargo, no pasó mucho cuando la chica se reincorporó. Hasta un "gracia" le dio al llamarla señorita. Se sintió como una.
  5. Lee Min Nana, Decoradora Extravagante La incursiones de elfos cada rato en el establecimiento le llevó a dejar el trabajo tirado para no provocar una matanza en el local de la señorita Lockhart. Mina no toleraba a esos seres y mucho menos cuando alguno de ellos se pasaba de listo. - Eso fue demasiado, que afrenta - refunfuñaba por la calle buscando un sitio para olvidarse de todo. Fue tan repugnante pensar que ese elfo habría tenido tiempo mirándola mientras ella estaba agachada, en esa posición. Hablaría seriamente con la jefa de la tienda. - Urggg - sintió recorrer un espasmo. Miró el sitio después de tragar, como si una sustancia viscosa pasara por su garganta. Entró buscando la barra para pedir alguna bebida. En cambio, observó que dos figuras se hallaban en piso. ¿Sería una pelea? - ¿Le ayudo señora? - preguntó un poco aprehensiva a recibir una grosería. No estaba para eso y podría responderla.
  6. Raizor, elfo doméstico de Sunar Las veces que había sufrido por causa de los humanos, estaban aumentando. Esa familia no dejaba de meterse en problemas, y así arrastrando a los demás con ellos. Sin embargo, también, y aunque no le gustara, él pertenecía a una de los miembros. Sufrir, era su trabajo. – Señorita, voy por su pedido – señaló cuando se hubieron calmado. Raizor chasqueó los dedos, esos largos, para aparecerse en la quinta planta. Buscó entre unas cajas los sobres y los pergaminos que la señorita pidió. – Tendremos eso de personalizar un escudo – se rascó su grandota cabeza. No estaba seguro. Antes de bajar, un zumbido fue percibido por sus largas y puntiagudas orejas. Otra vez pasaban esas sombras. ¡¡Crack!! – ¡Allá arriba, las vi… las sombras! – exclamó atemorizado tras aparecerse con los paquetes en sus manos, – ¿Tenemos la forma de personalizar escudos en estas cosas? – indagó con la pelivioleta que siempre lo miraba asombrada. Así era el viejo elfo de Sunar, cambiaba de humor como Sethy de calcetines.
  7. Raizor, elfo doméstico de Sunar Como no había mucho que hacer hasta que los amos se fijaran en los asuntos que el negocio tenían, él se quedó aguardando pacientemente la respuesta de la bruja que entró. - Nos atacan - gritó Raizor viendo como explotaba algo y los papeles salía volando cayendo algunos sobre él. Su corazón se aceleró tanto que sentía su cara arder. No era peligroso, solo la ama. No obstante, le asustó de toas maneras. - Estoy bien - dijo quitándose las páginas y acomodándolas sobre una mesa cercana a él. Sabía que no necesariamente le importaría pero se alejó un poco para dejar a las amas hablar mientras él esperaba saber qué necesitaba la señorita Eledhwen, como escuchó decirle la matriarca.
  8. Raizor, elfo doméstico de Sunar Miró a los tres humanos que se encontraban allí, pendientes de un espejo hasta que una aparición en el mismo casi lo hace gritar. Si, no era el más valiente, hasta Sethy lo era más que él. Y eso que el viejo, era Raizor. Mientras escuchaba unas indicaciones a la rubia, él salió para dejar el espacio libre y, señalarle dónde vio las sombras. - Los vi entre las tercera y cuarta planta. Allá donde están los implemento de pociones - comentó a los amos Matt y Sagitas que salieron directo a averiguar qué pasaba. Sin embargo, el elfo se quedó rezagado cuando oyó la voz de una persona, mujer para ser preciso. - Buen día señorita - una reverencia antes de seguir - ¿En qué le puedo ayudar? - le preguntó esperando que los "problemas" de arriba no fueran del conocimiento de la recien llegada. No sería bueno para el negocio asustar a los clientes.
  9. Hola a todos Creo que no tengo que avisar mucho por acá. Solo quería dejar este link porque es necesario que los demás miembros de la familia Tonks lo sepan. Club de la Familia Tonks Soy buena, sonbrina/nieta *primera, segunda y tercera (?)* Es por eso que sería bueno que me explicaran en el club, para saber xDD La familia crece rápido y me pierdo xDD Mi buena obra del día terminó
  10. Raizor, elfo doméstico de Sunar Algunas sombras pasaron muy rápido por en medio de las bandejas. Giró pensando que la alguna ave tapó la luz de los faroles de la calle, pero no vio nada fuera de la común. Volvió a su lugar, observando de nuevo, pero no vio nada. - Esto no va bien - comentó para sí evitando pensar que algo, o alguien rondaba la tienda. ¿Tendría el conocimiento los dueños qué eso pasaba allí? Si no era así, una manera de evitar que se introdujera entidades no deseadas a la tienda. Pondría en peligro la integridad de los objetos, si algún espíritu lograba apoderarse de un utensilio de ese local, podría ser una verdadera tragedia. Vender algo poseído no era nada bueno para el negocio. Bajó hasta poder ir a la trastienda. Carraspeó. - Amos, tenemos problemas - continuó cuando los ojos de ellos se fijaron en el elfo - He visto sombras rondando el primer piso, y segundo. - agregó esperando que ellos supiera a qué se refería.
  11. Raizor, elfo doméstico de Sunar Después de asegurarse que la ama Sunar se fue con los demás, y querer saber qué acontecía en la trastienda, el viejo elfo a medio camino escuchó un susurro que según él, provenía de los pisos superiores. A pesar que los amos hablaban, fue bastante raro porque no estuvo seguro que alguien pudiera haberse metido a la tienda mientras él se hallaba arriba y los amos en la trastienda. Existía la posibilidad, pero no quiso alarmarlos. Raizor, tratando de no parecer aprehensivo por el escalofrío que sintió, fue subió las escaleras. Allí solo algunas cajas le evitaron pasar más adelante. En los estantes reposaban frascos de ingredientes, en otros más utensilios. Pero nuevamente escuchó esa voz que procedía de otra parte. Estando allí ya no parecía de arriba, más bien de abajo. - Ahora me volveré loco - se dijo mirando a unas bandejas de metal.
  12. Argi miraba emocionado por la ronda de regalos, se quedó esperando a qué Sunar sacara algo más del bolsito negro de terciopelo. Sin embargo, no lo hacía, y al empezar a dirigirse de nuevo a los elfos, no lo hizo. – Espero que no se molesten, pero quiero que lo usen – pedía mucho la ojimarrón al mirar el rostro de Raizor, ya que él era más reacio a esas muestras de aprecio. Pero antes de continuar, Sethy ya se había puesto la pulsera y trataba de calmar al peliazul que ocasionó que dos objetos de la tienda se congelaran. Las elfinas también ayudaban a tranquilizar al niño. – Cariño, tu regalo no lo traje. En casa te espera – le comentó tiernamente esperando que se apaciguara antes de sentir las voces de los demás por el ambiente frío a causa de Argi. – Creo que es mejor que nos vayamos ya – miró entonces al viejo elfo. – Tú te quedas a terminar de ayudar, si te indican lo contrario, regresas a casa – ordenó bajando al pequeño para que fuera de la mano de Sethy junto a Sunar y las otras dos elfinas. La Potter Black salió de la tienda. Raizor en cambio de subir, quiso saber qué hacían los amos en la trastienda donde los escuchó rato atrás. Se ajustó el regalo porque perderlo sería un insulto para la ama, según el elfo.
  13. El tiempo corría más aprisa que meses anteriores, debía entregar esos brazaletes a los elfos. Sabía que Raizor se quedó en la Tienda, y solo faltaría la llegada de los otros tres. Mientras eso sucedía entró al negocio junto al pequeño que quería jugar otra vez con los micropuffs. Sunar en una de sus manos cargaba un pequeño bolso color negro de terciopelo. Un pequeño presente para esos seres que tanto le ayudaban. Al menos sabía que las elfinas podría agradecerlo por la actitud que la ojimarrón podía ver en ellas. Sin embargo, los dos elfos, ellos serían más reacios a utilizarlo. Raizor debía estar en las plantas superiores, si su tío no le asignó mucho que hacer, sabía que él viejo elfo no se quedaría quieto. Era bastante trabajador y no descansaría hasta haber culminado toda la labor necesaria. Así de eficiente era él tanto como Sethy en sus asignaciones dentro de la mansión como fuera de ella. Las dos pequeñas se habían reunido antes de ver a Sethy llegar. - La ama nos espera - dijo Hanimi hacia Simyni y su hermano. Tres elfos por las calles algunas veces no era bien visto porque podría ser una asociación ilícita la que promovían pero no se hallaban lejos de la Tienda, entraron velozmente ante la mirada inquisidora de dos magos. - Aquí están - les dijo al verlos juntos. Los cuatro se ubicaron cerca a la puerta de la entrada, - ¡Raizor.. baja! - exclamó asumiendo que pronto estaría alguien de la familia preguntando por los gritos y cuchicheos de varios elfos. Sentó a Argentus en una silla alta porque también se hallaba curioso de lo qué pretendía su madre. El viejo elfo no se demoro mucho mirando a los otros tres. – Bien, así reunidos quiero ofrecerles un presente por ayudarme, estar atentos a las necesidades de niño y la familia – abrió el bolsito, extrayendo dos pulseras color rosa vieja. – Estos son para ustedes.. Simyni y Hanimi – se los entregó observando la alegría en los rostros de las elfinas – Y ustedes tienen otro – los dos últimos eran negro con detalle en bronce – Acéptenlos, porque es mi forma de agradecerles – le dijo a Sethy y Raizor. Los aplausos no se hicieron esperar por parte de Argi, que asumió que era tiempo de regalos y, él esperaba uno también. Mientras los cuatro elfos, se miraban asombrados y sin saber qué decir.
  14. Después de ir a las anteriores plantas, las superiores, la bruja decidió terminar sus compras en la trastienda para así no tener que pensar que no pudo ir por algo que deseaba adquirir no solo para ella sino para el negocio con el que colaboraba. Sunar ya tenía en sus manos uno de los formularios, lo tomó cuand estuvo en la de pociones, solo debía fijarse en ciertos datos de las criaturas para rellenar los campos faltantes. Y eso haría al tener en frente el catalogo. Cuando llegó cerca del mostrador donde lucía franco la revista destinada para que los clientes pudieran ver las especies, terminó de escribir, los datos. Pero también había pensado en otra idea, ésta si que no se hallaba segura que se lograra, y a pesar de eso lo intentaría. - Por favor, me indica si es posible la última compra - de verdad quería que se lograse. Sino, al menos lo habría intentado.
  15. Después de estar en la primera platan, la joven de ojos marrones se dirigió al siguiente nivel. Allí iba en busca de unas pociones; siempre repasaba el catalogo que había para todo aquel que utilizar los servicios del Magil Mall, y ya tenía un par de productos de esa planta en mente. La chica solo debía revisar ciertos detalles antes de pedir. Al acercase al mostrador, se acordó que los formularios eran los mismos, por esa razón en la primera planta, había tomado unos cuantos, los cuales usaría. Con sumo cuidado rellenó los campos que se necesitaba antes de pasarlos a la persona encargada. Si todo estaba bien, podría bajar a la trastienda, que solo debía buscar esa compra para seguir su camino por el callejón.
  16. Tenía tantos planes que no quería dejarlos, pero también vería que adquirir antes de hacer sus maletas. Dejaría sus asuntos en orden antes de salir del país. Pero quería ver si lograba dejar unas cuantas lindas mascotas en casa para que divirtieran a los elfos bajo su mando. Subió primero a la planta donde requería parte de ciertos objetos. La necesidad de darles un incentivo a sus "empleados" y un pequeño regalo por soportarla, fue en parte la razón de ir primero a esa parte de la tienda. Asi fue que Sunar llegó cerca del mostrador donde otras veces estuvo y agarró el formulario respectivo para registrar su compra. Después de rellenar los espacios, le entregó al encargado sin dejar de saludar a los demás compradores que se hallaban allí. Así aguardaría para ir en busca de algunas pociones.
  17. Hola a los que se encargan de este topic. Vengo con una pregunta rara. Bien, si no se pagó un mes a un afiliado pero ya transcurrió el siguiente mes, se puede pagar los dos meses al afiliado? Quiero decir, que no se pagó el mes de Abril, y ya estamos en Junio que se debe pagar Mayo. Puedo dejar el pago de Abril y Mayo, separado por supuesto, de esos dos meses? Espero que se haya entendido lo que quise decir xD Gracias de antemano
  18. Raizor, elfo doméstico de Sunar El viejo elfo se dispuso llevar la caja que el amo Matt le ordenó cargar hasta el piso de las pociones. Pero antes recopiló los frascos de tinta que debía ir también en el piso de arriba. Allí él dejó en un aparador la caja mientras el joven amo le hablaba. – ¿Descansar? – esa palabra era como un insulto. Raizor solo descansaba cuando dormía, si es que lograba hacerlo. No le iba a decir nada al mago, así que esperó a que él bajara para entonces seguir acomodando los frasquitos en las repisas. De alguna forma, su ama, le dejó una nota con instrucciones por si le faltaba qué hacer cuando ella no estuviera. Raizor no tenía conocimiento de lo que acontecía abajo y así siguió su labor hasta que ellos lo necesitarán. El amo Matt sabía que por el local rondaría el elfo, pero no que sus rondas serían para trabajar y no para buscar un rincón de descanso. Se concentró en estar atento cuando fuera necesario entrar en acción.
  19. Raizor, elfo doméstico de Sunar Sin decir nada el elfo se mantuvo en silencio frente al amo Matt, mientras la chica rubia según él creía, recibió el paño húmedo para limpiarse aunque más fácil era absorber el líquido negro que manchó sus ropas. No obstante, se perturbó al escuchar a la tía, matriarca de la familia reír de tal forma. Arqueó una ceja en señal de desaprobación pero relajó su rostro cuando la bruja de cabellos color violeta empezó a explicar la situación que acontecía y por la cual se desarrolló el final que estaban apreciando. – Mmmm – musitó al comprender mucho mejor el porqué de esa rara escena. Sin embargo, reaccionó al escuchar al chico pelirrojo llamarle apara acudir a su auxilio con una caja, ya que también el patriarca le debía llevar nuevos tinteros a la señorita de cabellos rubios. – Si amo – se acercó extendiendo sus cortos brazos para recibir la caja. Acompañándolo así escaleras arriba.
  20. Sunar Potter Black Tonks http://i.imgur.com/K9RLd.gif Mientras esperó a ser atenida por algún dependiente del local, miró los alrededores. Parecía un sueño hecho realidad. Desde que culminó su clase de pociones, no había vuelto a hacer una y eso podría impedirle prepararlas como eran debido, por su falta de práctica. Los diferentes estantes se hallaban repletos de botellas de diversos tamaños, colores y formas. Cada uno tenía su diminuta pero visible etiqueta que mostraba al cliente, para qué servía. La ojimarrón desvió su mirada hacia unas de vidrio color ámbar pero la quitó al sentir su ser nombrado por una voz femenina. Al verla supo que ese rostro le era familiar aunque todavía no sabía por qué aún no se hacía parte de la familia. Debía saber si no pasaría décadas antes de ver a u tío casado. Esperó paciente a la bruja que en cuestión de tiempo bajó para recibirla. – Hola..Cissy. Me alegra mucho verte. No sabia que tuvieras un negocio – comentó señalando por decirlo de alguna forma con su cabeza al girar como si viera todo antes de volver su vista a la novio de Matt. – Si, parece una buena sorpresa pero he venido como una empleada más del ministerio. Soy de la Agencia Consultiva de plagas y, es mi trabajo, como debes saber, mantener la sanidad de los establecimientos. Y estoy para realizar una inspección. – explicó sacando de su bolso un papel. – Esto debes completarlo con los datos que se piden allí para mi registro en el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas, así al final, te daré una constancia que tu negocio se encuentra de libre de plagas. – agregó esperando saber de la breve aclaración de su visita.
  21. Raizor, elfo doméstico de Sunar La ama se había ido con el pequeño niño para descansar, lucía al momento de salir un rostro muy agobiado aunque aliviado. Lo cual le pareció algo raro dada la circunstancias que ella vivió. Raizor pensó que no se le notaría mucho, pero hace tiempo la Potter Black ya no ocultaba sus sentimientos por mucho que lo intentará. Se movió por los alrededores durante unos minutos, dándole espacio al patriarca de la familia, conversaba con una señorita de cabellera rubia. Sin embargo, se detuvo al escuchar el nombre de la pelicastaña ser pronunciado. Sus orejas se movieron de tal forma, que desde su ubicación no perdería detalle de la conversación, entretanto el elfo parecía acomodar unas pequeñas cajitas. – Tsk tsk tsk – en reprobación a la forma de destapar el envase que contenía la sustancia. Miró como la mancha se regaba por su vestimenta y a pesar de todo, le llevó un pequeño trapo húmedo. No obstante, se volvió a retirar un poco para ver si ella misma lo limpiaba. Así el viejo elfo permaneció callado observando la reacciones de los presentes. Su voz no debía escucharse más, que para asentir a una orden de parte del joven Matt hacia su persona, en relación a una tarea dentro del establecimiento perteneciente a la familia.
  22. Raizor elfo doméstico de Sunar en espera de una orden Vio como la ama Sunar se iba con el niño en brazos. Era una mujer que pasaba penurias, que trabajaba demasiado, y qué, necesitaba un tiempo para ella. Sin embargo, no era capaz de arriesgarse y salir de todo, dejar en manos de sus fieles sirvientes las responsabilidades. Tendría que hablar con Sethy y Simyni para plantearle una idea que le ayudaría mucho a la persona que más lo ayudó a él. Le sacó de esa vida miserable que llevaba en un hogar sin sentido de la decencia, y más que por la vida le debía. La respetaba mucho y no quería verla sufrir. Mientras observaba y estaba alerta de la voz del tío de la joven Potter Black, se puso a acomodar el sitio donde estuvo jugando el amito Argentus, siempre mirando de reojo al canino, mascota del amo. Era un animal que no le gustaba. En realidad no era partidario de animales como ese pero trataba de llevarse bien. No obstante, se mantuvo al margen de la charla que el amo Matt tenía con una señorita que algunas veces vio en la mansión. Se alejó un poco porque percibió mucha cercanía al quedarse para atender alguna orden del pelirrojo. Y Raizor sabía mantener la distancia en los momentos que se requería.
  23. Sunar Potter Black Tonks http://i.imgur.com/K9RLd.gif La pelicastaña llegó a las calles del famoso y concurrido Diagon. Después de casi perder el tiempo dentro de su oficina, y volverse loca con el accidente provocado por ella misma, prefirió realizar algunas inspecciones. Así tendría más datos que le servirían para sentarse unos días y culminar los informes pertinentes de cada lugar visitado. El trabajo de oficina se le estaba atrasando mucho por falta de empleados. - Esos tiempos - suspiró remembrando los días en que ella fue empleada. las compañeras tan cordiales que tuvo, el jefe tan trabajador. Aquellos días fueron la escuela de la Potter Black, y los extrañaría siempre. Y era que había tantos sitios que ella todavía no ha visto en ese extenso lugar; cada uno ofrecía un rubro muy atrayente, debiendo estar seguros de prestar el servicio adecuado. Y en eso ella como jefa de una agencia muy importante, debía estar pendiente sino lo hacían los dueños. La sanidad de las edificaciones como la salud de los seres humanos u otra raza que acudían era su misión. Sunar llegó frente a la hermosa fachada de mármol negro y pasa al interior del establecimiento. Observa al entrar un ambiente sobrio pero elegante. Mirando hacia el mostrador, se acerca tratando de ver si alguien se halla. - ¡Buenas! - pronunció un simple saludo - ¿Se encuentra alguien? - esperó saber si empleado o dueño del local se hallaba para pedir el permiso y la anotación de los datos en la inspección que debía realizar.
  24. Sunar con su hijo. Raizor en la Tienda -Mi tío es un amor - le susurró a su hijo dormido. El niño de lo cansado de estar jugando, rápidamente se quedó tranquilo en los brazos de Sunar. Ella quería estar igual que el pequeño pero no quería dejar solo a Matt, con el trabajo que aún quedaba. -¿Seguro que no te molesta? - y pareció muy decidido. Lo pensó un rato antes de darse cuenta que Raizor andaba por el local. Y al verlo supo que debía aprovechar esa oportunidad. Todavía tenía el tiempo necesario para llegar a casa antes que oscureciera más, tampoco quería quedarse y ser atrapada por el toque de queda, era mejor irse de una vez. -Atiende a las direcciones del mi tío - le dijo levantándose y acomodando al peliazul. - Si pasa algo, avísame de inmediato - le ordenó. Las pocas veces que su tono sonaba a una orden. Asintió solemnemente a la Potter Black, la cual antes de que el pelirrojo se alejara, le dio un beso rápido antes de salir. Era un chico muy comprensible y, por eso podía hacerle caso, casi sin sentir que le ponía mucho peso en sus deberes de tío y familiar. Sunar salió del local en dirección a la casa. Mientras tanto, el elfo aguardó saber alguna orden del amo.
  25. Sunar con su hijo, Matt y Raizor cerca. La bruja estaba muy contenta de pasar esos minutos con su niño, aunque él jugaba entretenido. Era increíble como el lobo parecía no cansarse, hasta pena de la daba al verlo seguirle el ritmo al niño. Pero le gustaba verlo, era de esos momentos que daba gracias de no estar lejos de él para verlo ser feliz a su manera. Casi se sintió somnolienta pero una gélida sensación la despertó. Argi estaba tan excitado que no controlaba el poder y, el lobo ya parecía de esos que vivían en las zonas nevadas con más que escarcha sobre el mismo. Llamó a Fenrir un momento para que l llevase al niño. -Estas cansándole – le dijo al ver al canino acercase con el peliazul. En seguida entró Matt, saludó al pequeño y le preguntó por algo para hacer. – Dame unos minutos – le dijo agarrando al niño. – Estas agotado, mírate, hasta sueño tienes – comentó recostándolo en su regazo. Argentus quería seguir jugando pero también se le apreciaba el cansancio y no objetó cuando su madre lo acurrucó en sus brazos. -Te dejé una caja que va para la planta de pociones, es parte de los ingredientes secos que se guardaran hasta necesitarlos – le dijo viendo como cerraba los ojos Argi. El elfo se quedó sentado en espera de alguna orden porque la ama se estaba encargando de todo. Si algo debía hacer, sería muy rápido para él salir de allí.

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