Sunar PBT

Aryni Cohen Otra joven entró al local cuando la pelinegra iba a dar un vuelta por la recepción el sitio. La chica pensó que sería mejor no andar husmeando por si conocía a los dueños del allí o simplemente no debía mostrar su nerviosismo a cualquiera. - Hola - saludó a la chica, pero ella tenía otras cosas en mente. Así que se apartó un poco y luego oyó la voz de una elfina. El saludo de la misma fue cordial, y la joven Cohen se acercó de nuevo mientras le ayudaba a la recién llegada con un tema de otro huésped. - Yo deseo un sitio para quedarme solo un día. Verá, debo ir al Ministerio y luego me iré de nuevo. - medio explicó aunque no fuese necesario - Así que solo sería una noche - sonrió Aryni al lefo que le atendió. Y icho eso, aguardó a que le dijera si había lguna pieza para ella, y así dejar una mochila que llevaba, debía pronto acudir a la oficina. http://i.imgur.com/85yLAcF.png

Aryni Cohen La vida no era fácil para una persona como ella, necesitaba sentirse más a gusto consigo misma. El trabajo que le fue ofrecido era de gran ayuda para sobrevivir en esa ciudad tan ajetreada como lo era Londres. A pesar de que se quedaba varios días internada en esa reserva. La pelinegra solo quería seguir avanzando en sus estudios, no los terminó. La chica estaba de compras, seguía buscando ciertos artículos para luego partir a la isla. Después de hacer su trabajo, y aunque tuviera un lugar donde dormir allá, no era lo suficiente para sentir un alivio. Necesitaba relajarse más, quitarse las preocupaciones de encima, y volver con esas energías renovadas. Encontró un nombre curioso y quiso verlo por dentro. - Espero que no se demore el servicio - se dijo entrando al sitio. Miró el interior del lugar, no solo el ambiente era cálido, inclusive la decoración era tan linda que muchas veces pensaba porqué no adornaban mejor la cabaña donde trabajaba. Eso la hizo sonreír, porque al volver le llevaría ciertos colgantes para ponerla a tono con las fiestas decembrinas. - Buen día - saludó la chica al acercarse al mostrador - ¿Me pueden atender? - preguntó la chica Cohen. http://i.imgur.com/85yLAcF.png

http://i.imgur.com/RicDrFX.png ¿Qué más podía hacer? Solamente esperar a que el joven le dijera si quería envuelta la caja donde venía la varita. - ¿De qué está hecha? - y fue entonces que sintió temblar sus piernas. La Housepiek aún no tenía la experiencia para conocer las composiciones de las varitas. Le miró algo apenada pero pensando, tratando de buscar esa salida. Y la halló. - Me permite, un momento - le dijo agarrando la caja. La rubia se alejó, no más de tres metros, hacia un aparador donde se encontraba un gran libro. Dibujado en la cubierta, poseía varias letras en otro idioma o dialecto. Lo abrió y supo que tantos garabatos eran los que vio rato atrás. Todas las cajas poseían, grabadas, ciertas combinación de letras y eso lo identificaba en ese gran listado. Fue pasando las páginas para hallar la composición de la varita, las características de fabricación. Luego de unos minutos, escribió en una hoja de papel de pergamino para colocarla dentro de la caja, a modo de nota para el cliente y que la tuviera. Regresó con él. - Disculpe la demora - y le puso la caja - La varita es de 22.6 centímetros, con núcleo de corazón de dragón, rígida - terminó de decir la chica. http://i.imgur.com/85yLAcF.png

Asunto Ministerial - Sunar Potter Black Tonks - Traslado de Criaturas a Honolulú (Hawaii) - Días antes del evento. Bajaron los escalones de ese primer piso para encaminarse a la parte exterior de la casa. La canastilla la dejó sobre una de las mesas del vestíbulo y aprovechó la oportunidad. - Por favor, cuide a estos animalitos, ya regreso para completar el traslado. - dijo a un elfo que pasaba en ese instante. Salió al patio, y como ya tenía las directrices, no se fijó si el patriarca le acompañaba, seguramente debía revisar más detalles de su boda. No era una novata, sabía qué hacer. Sunar con varita en mano y bolso en el hombro, se dirigió hasta donde le comunicaron que se hallarían los jobberknolls. La joven madre y jefa de la Agencia fue acercándose a los jardines para ir buscando con su mirada a las aves. El color característicos que debían tener, le ayudaría. No obstante, siempre cabía la posibilidad de que tuviera alguna seña diferente porque para cada dueño, siempre era así. Sacó de su bolso una bolsa de papel con algunos insectos. Aunque sabía que no sería fácil porque son asustadizos. Tendría que bloquearle posibles huecos donde se meterían y escaparían. Se acercó lentamente, por el lado este de los jardines, mirando atentamente y tratando de percibir la presencia de los jobberknolls. Movimiento de unas ramas. Una sonrisa se dibujó en los labios de la trigueña y siguió su camino, más lento para evitar que se sobresaltaran con la pelicastaña. Sacó su varita, y cuando quiso lanzarles un hechizo para paralizarlos, un ¡Crack! sonó a metros de ella, por encima de su cabeza. Una jaula apareció y cayó sobre las aves que revolotearon bastante asustadas. Fue su elfo que apareció de imprevisto. - ¿Cómo sabías donde estaba? - y antes de reprenderlo, vio que señalaba el medallón que una vez le dio. Tenía los animales listo, pero aún así algo le molestaba. - Bien, vayamos con el patriarca y llevemos sus jobberknoll - le dijo dirigiéndose a la casa del Ravenclaw.

http://i.imgur.com/RicDrFX.png Vio a las señoritas muy pensativas, puede ser que no querían pedir algo que les fuese a desagradar y por eso dudaban un poco. Así que pensó en dejarlas tranquilas, y tener más paciencia. - Regreso en unos minutos - les cominucó para que no se sintieran presionadas. Se acercó al joven, entró por el otro lado del mostrador para quedar frente a él. - Logró hallar la varita de su agrado - preguntó la rubia. Vio que le chico sostenía una, y las demás ya se encontraban en sus respectivas cajas. Asumió que podría ser la que deseaba, por eso solo se limitó a acomodar las demás mientras el joven Seba le informaba por su elección. - Si quiere la envuelvo - dijo precipitadamente. Se ruborizó porque estaba presurosa a saber qué le decía el joven. No era bueno apresurar a los clientes. Se disculpó y agarró dos de las cajas para dejarlas en el sitio donde se apilaban antes de ponerlas en su sitio. Regresó con el joven y revisando unos papeles, aguardó antes de volver a soltar la lengua con palabras que no debía decir. http://i.imgur.com/91y1kjH.png

Asunto Ministerial - Sunar Potter Black Tonks - Traslado de Criaturas a Honolulú (Hawaii) - Días antes del evento. - Oh, muchas gracias señor - le pareció familia. Ese rostro, y luego recordó un conjunto de locales. Meses atrás hizo inspecciones en los negocios del mago, además que ya le había visto por el departamento. Le informó el patriarca de la familia que ya podía comenzar, tal vez vio su desespero, pero ella ansiaba poder ayudar en el traslado. Además, no tenía el gusto de realizar uno así y sería su estreno en una empresa como esa. Solo la pelicastaña esperaba que las criaturas, no le dieran problemas. Siempre quería hacer un buen trabajo, y por ser éste su primero, de verdad lo ansiaba. - Primero vamos por los puffskeins antes de ir por los jabberknolls - acotó la Potter Black. No solo era más fácil, siendo animalitos que les gustan los mimos, era como jugar con el micropuff de a casa y el cual, era parte del entretenimiento del peliazul de su hijo. En seguida el mago, le señaló por donde subir, solo siguió la dirección que le indicaba aunque le pareció que andaba más preocupado. Si necesitaba que alguien más hiciera eso, no se molestaría porque entendía su estrés. Fueron a la habitación que le comentó, en el primer piso. Al llegar le abrió la puerta y los halló casi listo para el viaje. Miró para saber si le tenía la canastita. Se acercó a ellos,como si estuviera jugando con su hijo, les hizo algunas caricias en la parte superior para ablandarlos un poco y que quisieran entrar. No era nada complicado y más mimos ayudó a meterlos, cerrando la puertecilla. - Vamos por los jobberknolls - le dijo la ojimarrón saliendo de la habitación con la canastilla de puffskeins

http://i.imgur.com/RicDrFX.png La joven Lizzy aguardó a que el hijo de la dueña, (si ya lo sabía porque lo dijo antes) viera las otras varitas que le presentó y así saber cuál se llevaría. Aunque pensó que no estaba segura si le cobraría o no. Luego vería esa parte, mientras tanto, tenía que terminar de revisar las varitas de las demás mujeres que se quedaron en la salita de espera. - Disculpe - dijo entrando a la parte trasera y observando que ya había terminado el proceso de limpieza. Agarró las varitas de Arabella y de Cye, las envolvió cada una con una suave tela de algodón y les amarró una cienta a modo de lazo para que sostuviera el amarre. Al salir, miró por encima al chico que probaba otra varita, sonrió y luego quito esa mueca de su cara. - Deja de pensar cosas, Lizzy - se dijo y con premura antes que se diera cuenta, salió al encuentro de la brujas. - Aquí estan sus avritas, señoritras - les ijo entregándole a Arabella, y acto seguido a Cye. - Espero que sea de sus agrado la limpieza. Siempre van a pedir algo más? - preguntó porque recordaba que les entrgó un catálogo a las mujeres. Y aguardaría a saber, antes de regresar con Seba.

Sethy con Argentus Después que el patriarca de la familia se fuera, el elfo se quedó cuidando al niño al igual que el lobo del amo. Las luces se apagaron, y la pequeña llamita de una brillante pero atenuada luz que alumbraba esa sala para los infantes, le daba esa tranquilidad que necesitaba el pequeño. Luego de un rato varias voces se escuchaban a los lejos, aunque no tanto porque los niños más grandes parecían muy exitados con algo, tal vez, a ellos les tocaba la hora del juego aunque eso significara que el amito Argi podría despertarse. Y como si fuera adivino, el peliazul se movió en sueños, despertándose. - Creo que mejor vez si encuentras la fuente de tremenda algarabía - le dijo a Fenrir. Se acercó a la cuna del niño, y trató de apaciguar su mal humor porque al despertar, casi siempre era así. Y sin su madre madre cerca, sería peor. - ¡Amito, tranquilo! - le decía mientras tarareaba una melodía para que se tranquilizara. Sin embargo, no quería, también pretendía saber porqué los niños gritaban. Quería salir.

Asunto Ministerial - Sunar Potter Black Tonks - Traslado de Criaturas a Honolulú (Hawaii) - Días antes del evento. La pelicastaña observó que no solo un hombre se acercaba con una chica, también escuchó que otra persona más pedía que se le atendiera, entonces no solo ella se encontraba para realizar su trabajo. El solicitante había pedido varios servicios para el evento que celebrarían. Sonrió a la bruja que se dirigió junto a la otra persona del ministerio (casi siempre se olviaba que podía chocar con más empleados en las mansiones) mientras ella aguardaba a saber qué se haría con el traslado que fue a realizar. Sabía que las criaturas no eran tan díficiles de controlar, porque por su conocimiento era capaz de hacerlo. No obstante, no podía ir por el jardín buscando sin saber exactamente dónde el solicitante, y persona que los necesitaba en la boda, los albergaba dentro de los terrenos. - Estoy lista para el traslado, señor - expresó ansiosa de empezar y que ellos disfrutaran de sus mascotas en la isla de Honolulú en Hawaii.

Raizor, elfo doméstico de Sunar Fueron segundos los que pasaron desde la primera y la segunda planta del negocio. Allí se encontraba la matriarca de la familia Potter Black, y él seguía aguardando, alerta de no ver nada raro antes de dejarla sola y trasladar a otro de los amos con la pelivioleta. - En seguida regreso, ama - le dijo desapareciendo en el acto. Apareció con los amos Matt, Perenela y Xell. Ellos parecían como si estuvieran aún planeando algo para poder enfrentarse a los espirítus de las plantas. Esa clase de misión, la que le enconmendó la señorita Sunar, estaba resultando bastante cansona, ya que nunca se lograba saber qué pasaría a continuación. - La ama espera - les dijo mirando que se guardaban algo, pero lo rehuió indagar porque no quería entrometerce mucho, para dejarlos actuar como ellos sabían. Después de unos momentos, otro más se unía a él y se alistaban para desaparcer la segunda planta. - ¿Será usted señorita Vladimir? - al ver a la rubia junto a él. Observó al amo Matt, le hacía señas que ella debía subir.

http://i.imgur.com/RicDrFX.png - Creo que si usted no se acuerda, menos yo - comentó la joven rubia. Obvio que Housepiek no entendía mucho pero lo intentaba, ya que era parte de esa enseñanza a la fuerza que se le hacía al aceptar el trabajo en el local. Ella nunca recibió su varita de la forma cómo posiblemente ellos la recibieron, ya que en el pueblo de ella tenían otra costumbre extraña. - Ehm - se sintió cohibida - ¿De verdad no lo dije? Soy Lizzy, mucho gusto señor Seba - sonrió y volvió a mirar la siguiente caja de varita. Cuando debía comportarse como solo ella sabía, no lo hacía. Quiso ponerse una bolsa de papel sobre la cabeza por la vergüenza que pasó. Miraba de vez en cuando por la puerta de la trastienda, para estar segura que la otra varita se hallara lista. Tampoco quería que se percatara el hijo de la dueña que no cumplía con su trabajo. <<¿Más seguido?>> Evitó pensar cosas raras. - No se preocupe joven - y mientras el chico seguía probando, buscó otra caja más. Si no le iba bien con la segunda ni la tercera, tal vez con la cuarta.

http://i.imgur.com/RicDrFX.png La joven aguardó a saber qué pensaba la mujer de cabellos rubios y el joven, también. Dio gracias que al menos mientras se hiciera la espera de los demás, podia ayudarle co alguna otra consulta o venta de artículos que la tienda despachaba a los clientes curiosos. Así fue que observó que la joven (Cye) le entregaba su varita. - Si señorita, tendré mucho cuidado - y claro que lo haría, no pensaba salir de ese local con la vergüenza de haber destrozado la varita de una persona. Ella entendía muy bien su sentir, Lizzy al principio fue por la reparación de la suya, aunque no sabía la información que le explicó la mujer y pensó que fue la forma de advertirle por si no prestaba cuidado al llevarlo a la limpieza. - Oh!, una varita - ahora si se la ponía más difícil a la Houspiek, ya que no había catálogos para esas, lo poco que vio era que debía buscar por las cajitas que se ubicaban a los lados del local y parte detrás de mostrador. - En ese caso, ¿puede acompañarme para que la escoja? - indagó hacia el joven señalando el sitio a donde esperarla mientras iba a dejar la varita de Cye, no quería cargar la varita por ahí y que le pasara algo. Entró a las trastienda, vio que ya había culminado el proceso y siguió con el de la rubia. Repitió lo mismo, leyendo siempre y al ver el humo salir, volvió con Seba. Buscó tres cajas.

http://i.imgur.com/RicDrFX.png Al menos la joven ya comenzaba a sentirse más en confianza con lo que debía hacer. Si bien era cierto que ofreció limpiar las varitas, aún tenía esa sensación que podría equivocarse. Sin embargo, las direcctrices escritas estaba, ¿Qué podría salir mal? - Claro que nada - se dijo para si misma de forma que no la escucharan. Lizzy no quería dejar mal a la dueña del local que le ofreció una oportunidad para trabajar, esa gran oportunidad para realizarse como persona aunque solo fuese en un local de varitas. Con más experiencia ella sería más confiada en abrirse a otras posibilidades. Le pasó a la señorita Arabella un catálogo de fundas para varitas. Allí se detallaba los colores existentes, desde la gama de los blancos a las de grises, pasando por los diversos colores y sus matices. De cuero, de piel o de tela sintética hasta las que se usan para amarrarse en las piernas o en el cinto. La mujer de cabellos rojos podría escoger mientras ella se dedicaba a llevar la que ya tenía en manos. La Housepiek se disculpó unos momentos y fue a la trastienda. Allí colocó en una plataforma para las varitas, la que le fue entregada, leyó las intrucciones (como si se hubiesen dejado a ella) y procedió a repetir unas palabras con una varita especial para ese caso. Vio como una luz y luego un humo salía para empezar la limpieza profunda. Sonrió la rubia porque logró que saliera como se le explciaba en la hoja. Volvió con ellos. - Dentro de unos minutos estará lista - le dijo a la bruja Arabella - Luego sigue el de usted, señorita - dirgiéndose a Cye. - Disculpe señor, pero me repetiría qué necesitaba usted. - indagó al mago.

Raizor, elfo doméstico de Sunar Si no hablaba el viejo elfo, ni por enterados que él no se había ido de su lado. Tenían mucho que aprender aún de esa raza servicial. Muchos de ellos se encontraban orgullosos de prestar sus servicios a los humanos, claro, que otro no tanto. Estuvieron desde hace muchos siglos con ellos, desde que fue descubierta su "utilidad" y desde entonces, y a pesar de muchos malos tratos, ellos continuaban fieles. - Si ama Sagitas - en tono solemne y con una reverencia, aunque ganas no le faltaron responderle de otra forma. - ¿Cuántos van? - indagó a la matriarca de la familia. Como vio que se halla el amo Matt, la ama Perenela y la ama Xell, asumió que iría todos. No tenía inconvenientes de pasarlos a todos, pero igual aguardaría la orden de la pelivioleta. - Si ama, con gusto - se acercó a la bruja y extendió su brazo para que lo tomara y desaparecieran. No dijo nada acerca de los demás, ya que ella misma había pedido ir. Asumió que no era importante que se llevara a todos. Y cuando estuvieron listo, un ¡Crack! sonó, la figura de Raizor y Sagitas aparecerían en la segunda planta.

http://i.imgur.com/RicDrFX.png - Aquí estoy - le dijo haciendo señas para que la viera que se hallaba más cerca - ¡Dígame! - aguardó las palabras de la rubia que empezaba a hablarle. Las indagaciones que la bruja le sugería eran bastantes válidas para una persona como ella. Lizzy también era bruja, solo que muchas veces se le olvidaba en su empeño de parecer muggle que casi siempre así actuaba. Además, ya sería bueno ir probando para qué era buena. - Por supuesto señorita - expresó hacia Cye para que diera tiempo a que llegara la persona idónea - Cuando usted guste, reviso su varita. Casualmente observé que hay una pequeña agenda con explicaciones de procedimientos básicos y fáciles. - explicó porque estaba segura de poder seguir los pasos. La joven Housepiek hablaba de una carpetita que se hallaba en la trastienda donde la dueña realizaba su labor, lo había leído por breves instantes cuando les dejó las bebidas a los clientes. Así que esperaba que no fuera nada del otro mundo y al menos ayudarlos en algo. - ¿Alguien más quiere que se le limpie su varita? - preguntó la chica a los demás (Seba y Arabella).

Asunto Ministerial - Sunar Potter Black Tonks - Traslado de Criaturas a Honolulu (Hawaii) - Días antes del evento. La empleada del ministerio se dedicó en el camino a la casa principal a observar lo que poseía los terrenos de la familia Ravenclaw. Ya extrañaba salir a ver las casas de las familias en Ottery, porque demasiado trabajo de oficina la estaba matando. Cuando llegó a la casa los elfos la hicieron pasar, causalmente se le había olvidado decirles su nombre pero al momento de entrar, uno la llamaba por el de pila. Se quedó pensativa unos momentos antes de darse cuenta que la insignia, también tenía el nombre de la jefa de la Agencia. - Si, espero - contestó antes de sentarse. El vestíbulo era poseía un ambiente tranquilo e ilimunado con pequeñas lámparitas. Sunar suspiró al pensar que haría un traslado y el de sus criaturas no se logro por un inconveniente familiar. Sin embargo, el que la Potter Black necesitaba solo era para darles más libertad y que pudieran relacionarse con más animales de su especie. En la Reserva había, y por eso lo quería. Pronto, empezó a escuchar unas voces, y se levantó para aguardar al miembro de la familia que le señalaría la dirección a seguir.

http://i.imgur.com/RicDrFX.png << Respira Lizzy >> la chica repetía para sus adentros, pero más que todo para tranquilizar los nervios que sentía porque no tuvo la oportunidad conversar con la señorita Dumbledore. Desde su ubicación no lograba observar bien a las dos mujeres (Cye y Arabella), y mucho menos al chico Seba) pero no quería tampoco dejarlos tanto tiempo solos. Si pensaban que no era una trabajadora, después se lo dirían a la dueña del local. Ella no era así, nunca tuvo miedo para acercarse o entablar conversaciones, sin embargo, con un trabajo era diferente, casi normal. Así que revisó lo que pudo y tomando una bocada de aire, salió al encuentro de ellos. - Disculpe, mis modales. No hay de que joven - respondió al chico que le agradeció por la bandeja y al cual no le dirigiió la palabra al darse la vuelta. - A las damas ¿le puedo ayudar en algo? o ¿al joven? - miró a Cye y Arabella con una sonrisa amable, luego a Seba. Haría su mayor esfuerzo con la tarea que se le aseignara, y eso que no entendía mucho del tema.

Asunto Ministerial - Sunar Potter Black Tonks - Traslado de Criaturas a Honolulu (Hawaii) - Días antes del evento. El día se prestaba bastante cómodo para realizar el trabajo, no habitual para la Potter Black, pero trabajo al fin. La jefa de la Agencia le había tocado el gusto de realizar un traslado de criaturas, y pensar que aún no eran trasladadas las suyas a la Reserva. Como era costumbre a la hora de realizar sus labores ministeriales, iba vestida lo más cómoda posible: unos vaqueros (no muy ajustados) porque necesitaba moverse, las botas y una playera con un chaleco encima donde se podía apreciar la insignia del ministerio. Sunar se acercó a las rejas altas que cercaban los terrenos del Castillo Ravenclaw, viendo que unos elfos no le apartaban la vista cuando ella sacó un papel. - Vengo para realizar un traslado de criaturas... - abrió la copia del formulario y leyó - Dos Jobberknolls y dos Puffskeins son los que debo trasladar a la boda? - su última palabra, dándole un tono de pregunta. No es que no supiera, el papel decía eso, y como asumía que ellos sabían, no quería que se le presentara otros inconvenientes al momento de buscar a los animales. Por esa razón, aguardó a que le dieran el paso para que le dirigieran al área donde tenían a las criaturas. Además, la Potter Black sin despegar un solo minuto su vista, observó que el inmenso jardín del castillo era hermoso pero había dos grandes árboles, con aspecto extraño a varios metros de donde se hallaba. Vio que los elfos le dieron el paso para que entrara a los terrenos, más le advirtieron que no se despegara de ellos hasta pasar a los sauces boxeadores. - Cierto, ya sabía que los había visto antes. - recordó la lectura en la Librería de la Academia. No siempre se fijaba en los libros de criaturas, también de las plantas y esas fueron parte de su última lectura mientras estuvo allá. Seguramente, alguien más la atendería pero eso lo averiguaría cuando llegara a la casa principal de la familia Ravenclaw.

http://i.imgur.com/RicDrFX.png No quiso interrumpir a los posibles "clientes", decidió mirar por su cuenta algunas cajas y otros artículos en la tienda para ayudarles a tomar una mejor desición o al menos, darles otra alternativa a la escasa habilidad para reparar varitas, ella sentía que aún no se hallaba preparada para tal responsabilidad. - Si destruyo algo, me matan - pensó la joven mirando que una segunda mujer hablaba con el joven. Dejó por unos minutos a los tres, mientras indagaba en la parte de la trastienda. Que nuevo mundo para ella, ya que antes estuvo esperando justo como ellos. Nunca consideró entrar y apreciar lo maravilloso que era ese sitio. Encontró el tarro de galletas, y una jarrita para el té. - Aquí les dejo esto - puso sobre la mesita, la charola con tres tazas, una pequeña fuente con galletas de frutas y el tetero con un aromatico té de jazmín. Se apartó un poco para dejarlos hablar con más tranquilida mientras ella fue detrás del mostrador a ojear un poco de los artículos que se vendían, una pequea agenda a modo de catálogo de las varitas que se disponían a los lados del local.

Sethy, elfo doméstico de Sunar - Si ama - respondió cuando la matriarca de la familia le indicó que fueran al llevar al amito a la cuna. Se despidió de la ama para irse con el chico de cabellos rojizos. Cuando llegaron observó que el amo dejó al niño y se le quedó mirando. No iba a decirle nada porque entendía que el amito era de esos que despertaba mucha simpatía, aunque también preocupación. El niño cada vez iría sufriendo a causa de las actividades de su madre. No lo entendería, pero ya sería ella quién le explicara, de alguna forma, las veces que tuviera que presenciar ataques. - Puede irse tranquilo - le dijo antes de verlo salir de la sala. Sin embargo, el lobo se quedó. Se echó cerca a la cuna mientras él le colocaba una manta. Y luego, también buscó una butaca para subirse y prender unas velas. Las que se usan para darle aroma a las casas. Las luces se hallaban apagadas, salvo una pequeña lámpara que iluminaba el cuarto con diseños de lunas, estrellas y consteaciones. Allí aguardarían hasta que el amito quisiera comer, o hasta que la ama llegara por él.

http://i.imgur.com/RicDrFX.png La rubia se apresuró a prender las luces para que al menos eso no pareciera muy oscuro allá dentro. Aunque no necesariamente lo estaba con la luminosidad del día fuera. Y cuando pensaba que no podía ser peor, llegó la pregunta que tanto temía. – Mucho gusto señor Seba – lo saludó – Yo estoy comenzando a trabajar para la señora Dumbledore. – contestó lo más honestamente posible. Acomodó unas revistas que con anterioridad había visto en la pequeña salita donde se esperaba las entregas de varitas, allí los clientes usualmente aguardaban los arreglos cuando se podía tener en el mismo día. Le invitó a sentarse. – No estoy segura, espero que no se mucho – se dirigió a la rubia Lockhart y cuando pensaba que no sería tan malo, otra pregunta. – Sinceramente, aún estoy en el proceso de aprendizaje del arte, señorita. – contestó con otra verdad. Lizzy no podía echarse encima una responsabilidad tan grande como pretender arreglar varitas cuando aún no tenía la experiencia adecuada. Solo esperaba que pronto fuera una buena empleada y pudiera ayudarle mejor a la Ariane. Y la campanilla sonó. Su día no iba bien y todavía no creía que pudiera empeorar más.

Raizor, elfo doméstico de Sunar Aguardó pacientemente, así como ya había aprendido cuando el amito Argentus hacía de sus travesuras, antes de explotar con cada nueva forma de hacerlo enojar. Así el elfo mirab a los amos en busca de una respuesta, o una simple orden. Y no es que quisiera entrometerse pero tampoco le gustaría que mientras él estuviera allí, ellos pasaran trabajo, si él podía brindar una ayuda. Sin embargo, no fue hasta escuchar las palabras del amo Matt que se dio cuenta que no era necesario, según su opinión que se quedara allí, más tiempo. Hizo una reverencia hacia los amos. Se dio media vuelta para bajar atender la entrada del local. Si una persona pasó, pero era familiar. ¿Cuántos más llegarían, diciendo que también eran familia de los amos? - Que me ponga a salvo - repetñia entre dientes. Antes de bajar, escuchó la voz de la matriarca de la familia Potter Black, comentando lo qué harían para subir. Y como si algo le diera valor, se detuvo. Giró y caminó hasta ellos. - Si me permiten... - los ojos de cada uno se posaron en él - si desean, puedo llevarlos a la segunda planta. - no iba a decirles algo que debería saber. Aunque ganas no le faltaron. Al menos entendía que si no podía socorrerlos de otra forma, esa que solo ellos los elfos podía, si.

http://i.imgur.com/RicDrFX.png Viendo al joven supo que no llegaría a tiempo la dueña del local. Solo esperaba que no se enojara con lo iba a hacer. Porqué de ser así, ella estaría de patitas en la calle si siquiera pensar cuándo le propusieron el puesto. – ¿La señorita Ariane es su madre? – pero lo que hizo, ya era tarde. Como en otras ocasiones, donde nadie la había llamado, abrió las puertas. Ella tenía ese pequeño y peligroso actuar. No medía las consecuencias de sus actos. Sin embargo, no quiso que se quedaran fuera y, casi se podía decir, que era la nueva empleada de la señorita Dumbledore. – Tal vez, su madre se tarde en llegar, ella estuvo ocupada con el trabajo – si, era tiempo de decir mentiras también. Así evitaba que le siguieran preguntando y maquinaba mejor lo que haría. Saludó a la nueva persona que llegaba, una bruja que saludó también. Empujó la puerta para que pasaran mientras ella se armaba de valor para seguir con la farsa hasta que la dueña llegara y se la tumbara. Al menos intentaría ayudar a los “clientes” antes de ser despedida.

http://i.imgur.com/RicDrFX.png Hubo pasado un tiempo mientras se familiarizaba con algunos documentos que encontró acerca de la elaboración, los diferentes árboles y núcleos con los que se confeccionaban las varitas de los magos. Pero quedaba la práctica, la que sería de mucha ayuda a la hora de atender satisfactoriamente a los clientes. Y por eso volvía a la tienda. Ese día y como sería su primer día de trabajo, no usó las acostumbradas y escotadas blusas en V, pero ella no era de vestir muy sobrio, eso la desesperaba. Lizzy iba con uno pantalones largos y unos botines. La blusa era rosa vieja con mangas, no tan largas porque le daba calor, y el área del cuello cubría lo suficiente, pero también mostraba lo normal. (xD) Llegó al local viendo que alguien ya estaba por entrar. - Buenas joven. ¿Se le ayuda? - solo faltaba que tuviera que atenderle y aún no iniciaba su capacitación con la señorita Dumbledore.

Raizor, elfo doméstico de Sunar El pequeño elfo trató de alcanzar a la bruja, hija de la matriarca pero la mujer era más rápida que él. Con esas piernas largas, y el pobre de unas que de casualidad le ayudaban a caminar, no pudo. Vio como irrumpía ante los amos que seguramente pensaban en la forma de deshacerse de las sombras que tomaron el local. - Lo siento - dijo avergonzado. Sabía que era importante que encontraran a forma de lidiar con esos entes, de que salieran del establecimiento. Desde que llegó al negocio iba de un problema a otro. A ese paso nunca haría una presentación a los clientes del callejón. Los objetos se colocaban y las cajas seguían casi sin desempacar, por eso no terminaban nunca. Miró a los amos y esperó a que le indicaran si debía quedarse o bajar de nuevo. Aunque podría ser mejor que los dejará actuar a sus anchas y él se dedicara a no dejar que otro cliente entrara y provocara algo más de lo que ya tenían.