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Mael Blackfyre

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Todo lo publicado por Mael Blackfyre

  1. Me había quedado bastante inquieto desde que el dragón estaba allí. Su respiración hacía mover el césped cada vez que tomaba aire, y cada vez que lo expulsaba. Sus fosan nasales se abrían y se cerraban, preguntándome a cuánta temperatura llegaba cuando éstas expulsaban aquel humo y fuego caliente. Estaba seguro que era más fuerte que el fuego con el que me había atacado el cangrejo. Me acerqué al tronco de un árbol. El dragón no se movía, y mis compañeros como el profesor no aparecían. Pero el dragón se despertó de repente. Y eso hizo que me tensara y llevara mi mano hacia mi varita. ¿Cuántos hechizos que se me cruzaban por la cabeza que podían servir contra él? Estaba seguro que ninguno. Pero éste se fue tan rápido que casi no me había dado cuenta. Di algunos pasos hacia el centro del claro, intentando ver hacia donde se había ido. Y más porque había escuchado grandes movimientos. Un golpe, algunos gritos y una llamarada enorme se elevaba en el cielo. — ¿Qué demonios sucede? —expresé aunque estaba solo en el claro. Algo me dijo que tenía que actuar y es lo que hice. Saqué mi varita y pude notar, mientras me adentraba en aquellos árboles, que el dragón estaba sobrevolando los cielos con alguien encima. ¿Sería el profesor Merabet? No importaba. Si el dragón había desaparecido así y los chicos aún no llegaban, supuse que me decía que estaba ocurriendo algo por alli—. ¿Sagitas? Su cabello violeta lo podía reconocer a kilómetros a distancia. Estaba tirada en el suelo, cerca de un árbol que parecía que lo habían arrancado de raíces. Tenía unos rastros de sangre. No podía entender que demonios estaba sucediendo. Llegué al lado de mi prima, mientras que de un lado el profesor gritaba los apellidos de mis compañeras. Parecía que las estaba buscando. Y del otro lado, una chica también llamaba a mi prima. ¡¿Qué había sucedido?! — Sagitas... Sagitas... despierta... ¿Estás bien? —me acerqué a la pelivioleta y le corrí el cabello del rostro. Había perdido la consciencia, o eso creía. Mire al profesor que se acercaba después de disipar el humo que había invadido el sitio. El humo que había surgido de las llamas de su dragón. No pude ver a Elaryan. ¿Dónde se encontraba? Entre mis ropas saqué aquel amuleto. Y brillo la piedra con el sol. Impuse mis manos delante de mi prima para curarle sus heridas. La Magia Uzza era sorprende—. Despierta, Sagitas ¿Quieres de nuevo un poco de agua? Intenté despertarla aunque no le vendría bien un poco de magia reanimadora. Tal vez ahora que había usado mi amuleto para sanar, podría llegar a despertarse. Miré tanto al profesor como a Valkyria que se habían acercado. Me habría gustado que me explicaran porque la bruja estaba allí, mientras que ellos la buscaban. Y porqué se habían tardado tanto y porqué el dragón había incendiado casi veinte árboles a la vez. Pero no era autoridad allí. Debía averiguarlo.
  2. Abrí los ojos. Desde dónde me encontraba, tirado en el suelo, podía ver aquel techo formado por ramas de árboles y montones de hojas que tapaban aquel cielo estrellado. La oscuridad había llegado al bosque y no tenía idea del porqué me había desmayado. Tenía la frente totalmente cubierta por sudor y tanto los brazos como las piernas, estaban entumecidos. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Y por qué me había desmayado? Mi cuerpo no parecía querer reaccionar y mis párpados querían cerrarse. Tarde algunos segundos en empezar a moverme. Algunas pequeñas rocas me habían marcado la espalda pero no era nada grave. Llegué a sentarme y notar que pegado a mi, estaban mi varita y nuevamente aquella piedra azul. ¿Dónde la había visto antes? No recordaba. Tal vez la había metido dentro de mi bolsillo sin querer. A dos escasos metros estaba aquel lago. El reflejo mostraba lo mismo que había visto al abrir los ojos. Nada más que el fondo era completamente oscuro. Y algo brillaba allí. La llave nuevamente. ¿Por qué me había desmayado? Me saqué la frente del sudor y quise levantarme pero aquello ya era mucho. Tenía muchas más ganas de quedarme allí y dormir por el resto de mi vida. ¿Pero que ganaba con eso? La brisa movió la copa de los árboles y una o dos lechuzas ulularon para romper el silencio. Giré de golpe mi cabeza. No había nadie. ¿Qué era eso? »Persevera« Aquella voz parecía cargar con demasiada sabiduría. No me producía miedo, sino confianza. La cuestión era ¿a qué? Luego de aquella voz, hubo un pequeño destello de más y miré en dirección al lago. Pude notar cómo la llave parecía haberse vuelto más brillosa, como si la luz pura de la luna se viera reflejada. Pero las ramas eran demasiado tupidas para eso. Saboreé mi boca. Estaba seca. Tenía sueño. Refregué mis ojos pero no parecía regresar las fuerzas. Llevé mi mano hacia el agua. — ¿Qué sucede? —murmuré para mi mismo, aunque nadie me respondía. Metía la mano para intentar juntar agua y poder beber, pero el agua no me mojaba. Parecía como si fuese un fantasma atravesando una pared. O era el agua que no se dejaba rozar. Pero la llave continuaba brillando. Moví mi varita y murmuré un perezoso Aguamenti. El agua salió en un poderoso chorro y se unió a la del lago. Aún así no pude tocarla. Ni siquiera tras el segundo intento de beber directamente de mi varita. Golpeé la piedra azul porque la tenía más a mano. Y ésta rodó a la orilla del agua, se sumergió y llegó hasta el fondo del lago. Claramente que no me di cuenta, porque estaba unos metros por debajo, cuando la piedra azul tocó la llave y la luz plateada pasó a una azulada. Volví a mirar hacia el agua preguntándome qué demonios sucedía. Apoyé mi mano cerca de la orilla para aferrarme y poder mirar mejor. ¡Me estaba mojando! Mi camisa blanca tenía algunas manchas de barro después de zambullir completamente la cabeza. Lo necesitaba. Incluso tomé algunos sorbos de agua. Automáticamente el sueño se desapareció. Mis fortaleza se reestableció y me dieron más ganas de salir corriendo de allí. Aunque me contuve. Sequé mi barbilla con la manga de la camisa y sequé mi cabello con mi varita. Me puse de pie mientras la llave volvía a su resplandor natural. No sabía lo que era. No tenía idea si se trataba de un sitio, una llave o una piedra mágica, pero era extraño todo lo que estaba pasando. Guardé mi varita y tanteé mis bolsillos para saber que hora era. En vez de encontrar el reloj, me encontré con la piedra azul, nuevamente.
  3. @@Mistify Malfoy No se pretende más de ustedes. Fijate que incluso aclaré que si seguían asi, iban a aprobar sin problema. Uno pretende que mantengan el ritmo, porque son roles que duran dos semanas. Por eso. Claro que uno habla en general porque somos todo un grupo, pero es para que no se crean que los libros son como los conocimientos o una clase de Hogwarts que hay que esperar a los profes. Toda sugerencia es bienvenida, como las quejas o críticas. Y para eso los mencione, para que hicieran uso de éste topic. Además, otro puede saber o no y podemos ayudarnos entre todos. Yo creo que es tan genial dejar dos post para solucionar un problema. Como hacerlo en uno. Ya eso sería meterse dentro del otro personaje. Hay personajes cuidadosos, otros estudiosos, otros curiosos y esa es la gracia, que desde la trama principal, vayan surgiendo. Asi que estaría tan bueno desviarse, como no. Querer hacerse el heroe es tambien una personalidad xD Pero se entiende tu punto. Volver la trama mas dinámica y ver si salen otras cosas. Pero quédense tranquilos que para eso estamos los profes, para no dejar vacíos. Hasta Monica aprovecho a corregir a Evarela y la tenemos de regreso xDDD Es dificil, pero es el primer libro. Van a ir mejorando todos (vamos) a medida que transcurran los libros. @@Sally Sigel No estás en nuestro grupo, pero seguro los chicos ya te estan leyendo ^^ Nada más te puedo decir que intentes postear y no dejar pasar mucho tiempo. Son roles cortos y pasa eso, hay mucha actividad.
  4. Como era de esperarse, y por tercera vez, los chicos parecían no querer arreglarse con las respuestas que le había dado. Y era lógico. La diferencia era que con Monica, habíamos sido pupilos directamente de los Uzza y nos había costado mucho más. Todo era bajo las costumbres de ellos. ¿Se acordaría mi compañera? Estaba seguro que si, pero habíamos prometido no decir nada de lo que habíamos atravesado cada uno. — Tiene razón Monica, Mistify. Las quejas no van a servir de nada. Cada uno de ustedes compró el libro porque quiso. Y si su deseo es poder utilizarlo, tienen que hacer ésto — miré también a Niko, Thomas y el resto. Nadie estaba fuera de eso, todos se habían inscripto y las reglas, eran reglas. No continué diciendo nada porque mientras las preguntas seguían apareciendo, mi compañera se dirigió rápidamente a Evarela, que al parecer, había intentado traspasar la piedra sin recitar el hechizo. Los poderes tenían complicaciones pero estaba seguro que se irían acostumbrando. Y no era lo único que pasaba. Cuando Monica se acerco con una Evarela ya sanada, la tierra se empezó a mover de más y Ashley quedo del otro lado de la nueva pared que se había formado. Era la primera en reaccionar, la que parecía querer aquel libro a toda costa. Y mi alegría por ver aquella actitud, se vio disipada por las piedras que habían caído y tapado el único agujero que teníamos a disposición para pasar. Me quedé donde estaba, ya que mi camarada pelirroja se había encargado. Había algo, todos los sentíamos. Aquellos anillos eran mucho más útiles de lo que pensábamos. Estaba seguro que todos sentían aquel peligro que nos rodeaba por completo. Era una poderosa maldición que había arrasado con aquel pueblo de Hawaii. El reporte de los Uzza nos había dicho que había algo que los atraía hasta el centro mismo. Aunque no entendía como los muggles podrían atravesar todos esos obstácul0s. Activé el anillo de Escucha. Las palabras de Ashely y Monica apenas se escuchaban como un murmullo. Pero tan solo fue la insistencia de mi compañera que salieran de alli y de repente no se escuchaba nada más. ¿Les había pasado algo o habían activado el anillo que no permitía escuchar nada? Otro de mis anillos emitió un calor sobre el dedo donde estaba aferrado. Me giré de repente y apunté con mi varita por donde habíamos venido. — Alguien viene... —del otro lado las chicas habían llegado y parecía que mi camarada estaba más dispuesta a responder las dudas, pero amenazándolos claramente de que nadie más se fuera. Era cierto, aquella prueba era grupal, deberían poner cada uno su parte.
  5. A pesar de todo, era entendible que Anne y Mei dudaran de aquella Valkiria que parecía haber retrocedido en su decisión por evitar que entráramos al Valhalla, a pesar de que muchos ni siquiera sabíamos si aquel sitio existía de verdad. Escuché atentamente la explicación de Lisa y coincidía con todo lo referente al Libro de la Sangre. Tal vez no estaba vinculado a éste, pero los Uzza me habían enseñado sus artes. Miré la palma izquierda, la que no portaba la varita y en ella se materializó aquella daga. La misma daga que en ése momento Leah estaba intentando descifrar su uso. ¿Acaso la promesa que debían cumplir por toda aquella misión la podrían cumplir todos? «Cualquiera de nosotros que haga alguna cosa que no debe, recibirá un enorme corte, producto del juramento» Aquellas palabras resonaron en mi cabeza. Miré mi daga y la hice desaparecer. — Tal vez para que exista mejor confianza, podamos primero cortarnos nosotros y luego ella. Y si es con la misma daga, estaremos vinculados entre todos. Y no habrá huecos. Entre nosotros y todas ellas —tiré la idea de que cortaran a todas las Valkirias presentes. Porque entonces, aunque el resto de los chicos no lo vieran, la Valkiria desertora tambien corría peligro. Incluso más, por traicionarnos—. Si las dejamos todas aquí, regresarán más rápido que nosotros y puede que nos encontremos con algún peligro mayor. No había querido recitar explícitamente a dónde iríamos, porque no lo sabíamos. Pero de ésa manera, todos nos cubriríamos las espaldas indirectamente. Y además, sabríamos quién era el que rompía el pacto, por aquella misma horrible herida que le haría el poder de aquella daga. Y lo mejor de todo, era que el pacto terminara hasta que cumpliéramos con nuestro objetivo. Me acerqué a Leah y le ofrecí la palma de mi mano libre, para que ésta la cortara con su daga. — No se olviden de jugar. Es lo más importante —no era una cuestión de confianza. No confiaba ni en la mitad de los presentes, pero sabía que haciendo aquello, muchos no correrían peligro. Como Sagitas, Mei o la misma Lisa, que ya había sido cortada. Por lo menos me darían a simple vista, el culpable que intentaba lastimarnos. Cuando Leah cortó mi palma, juré. Todos debían hacerlo, incluso la profesora y ella misma—. Yo juro no hacer daño a nadie aquí presente. Esperaba que las Valkirias nos escucharan y tal vez con eso nos aseguraríamos el pase al Valhalla y la protección alli dentro. O por lo menos que ésas mujeres no nos atacaran por más que fueran cientos las que nos esperaban allí.
  6. http://i.imgur.com/5NC1ZSc.jpg Nombre Noah Stormhold Edad 22 años Nacionalidad Países Bajos (Neerlandés) Raza Humano. Personaje principal al que está asociado: ~ Mael Blackfyre Relación con personaje principal Pertenecieron a la misma comunidad de magos cuando eran pequeños. Aunque ninguno de los dos era consciente de ello, o por lo menos, no se acuerdan por su temprana edad. Los padres adoptivos de Elvis, los Poulain, tenían como amigos, a una familia de magos que vivía cerca de allí, los Stormhold. Se conocían de hacía años. Los hombres de la familia compartían buenos momentos en un bar del pueblo mientras que las mujeres se juntaban en reuniones muggles para pasar desapercibidos. A pesar de haber juntado a Noah y Elvis, éstos nunca se llevaban bien. Siempre explotaba un jarrón de la sala o aparecía alguno sobre el techo de alguna casa. Aspecto físico Tiene el cabello negro y todo revuelto. Sus facciones son afiladas y de tez blanca. Sus ojos son completamente negros, a causa de una maldición en su familia. Lo que es un rsgo que suele llamar la atención, porque está asociada a los demonios, sin ser uno de ellos. Es de contextura delgada pero con una silueta bien marcada. Mide 1.80, con brazos fuertes, aunque su imagen siempre es retraída y esconde sus virtudes. Cualidades psicológicas http://i.imgur.com/TyYbljR.jpgMuy pocas veces sonríe, de hecho casi nunca. Siempre parece que está pensando o planeando algo. No tiene sentido del humor, lo que hace que se vea muy serio. Suele aprovecharse de aquello para que a las personas les cueste más acercarse a él. No posee muchos amigos, prefiere mantenerse con un círculo demasiado íntimo. No suele confiar en las personas aunque tampoco expresa su desagrado. Suele mantenerse callado demasiadas horas al día. Le gusta concentrarse en la música y en la lectura porque lo alejan del mundo en el que vive. Jamás le pregunta a alguien lo que opina e interrumpe sin dudarlo, a alguien que lo esté haciendo de todas maneras. En las pocas oportunidades que puede llegar a expresarse, lo hace con tanta precisión que no necesita explayarse demasiado. Premedita demasiado las cosas e incluso puede llegar a suponer situaciones enteras, para guiarlas donde a él más le convenga. A veces piensa que de tanto levantar una ceja, algún día puede llegar a quedarse fija en ése punto. Sus creencias e ideales suelen ser muy marcadas, apoya que los sangre pura deberían ser los únicos dignos de poseer magia. Aunque jamás le gustó meterse con los muggles, si los puede evitar, mejor. No entra en debates ni cuestiona ideas. Prefiere realizar las tareas sin cuestionarlas, porque es una salida más fácil. Historia Noah nació en Braemar, uno de los pueblos más apartados de Escocia, en Aberdeen. Siempre le agradó su hogar porque era solitario, casi todo el año nevaba y eran pocas las personas con las que se cruzaba. Se crió con su padre, ya que su madre murió cuando él tenía tan sólo tres años de edad. Fue una etapa que marcó su vida, por lo que creció prefiriendo la soledad para no volver a vivir algo así. A los once años llegó su carta de Hogwarts. Su padre estuvo todo el verano insistiendo para que asista al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Le explicaba que sería un sitio agradable y que no tenía que hacer amigos, si así no lo deseaba. Que podría volver cuando él quisiera, que alcanzaba con que le envíe una lechuza para que lo fuera a buscar. Pero cuando Noah se encontró con la inmensidad del castillo y de todos los espacios que le brindaba para estar tranquilo, fue motivo para permanecer allí. Atravesó los siete años de estudio de una manera impecable, aunque lo más silencioso que podía. No se anotaba en ningún club pero prefería pasar horas en la biblioteca o practicando hechizos en alguna aula vacía, que se la brindaban sin problema por sus calificaciones. Hizo un grupo de amigos muy reducido, de aquellos que insistían demasiado en que los acompañara en las comidas o a estudiar. Ellos lo habían aceptado tal cual era, por lo que no había visto el problema de recontribuirles en ése sentido. Pasó sus exámenes con buenas notas y terminó el colegio, aún sin saber que hacer. El Ministerio de Magia no lo atraía y rechazó todas las ofertas en diferentes departamentos. Él quería algo más, algo donde no tuviera alguna barrera o le impidiera continuar creciendo en su aspecto profesional. Se dedicó a las Artes Oscuras. Era uno de los conocimientos que más fácil se le hacía, claramente a escondidas de su padre. Recibía algún pago y a cambio hacía trabajos que muchos no se animaban a hacer, o no podían. Tal vez era lo que realmente quería, porque de ésa manera, no necesitaba relacionarse con las personas. Escondió aquel negocio a nombre un local donde supuestamente te asesoraban con papeleos y tramites aburridos. Se cargó con muchas muertes gracias a aquella magia. Creaba algunos objetos tenebrosos y se los entregaba a sus clientes y éstos, lo utilizaban contra muggle u otros magos. Al principio no sabía que hacer pero continuó de todas maneras. De hecho, empezó a involucrarse aún más, hasta él mismo realizaba algún asesinato. Los muggles eran los más fácil de hacerlos desaparecer. De a poco se fue acercando a un grupo, el cuál, tenía sus mismos ideales: la pureza de sangre, las fuerzas oscuras, la erradicación de los traidores a la sangre. ¿Qué hubiera pensado su padre? No estaba seguro y jamás se lo preguntó cuando decidió alejarse de su hogar. Lo veía cada muchos meses y en algún punto que él decidía. Otros datos * Su negocio se encuentra en Winchester, al sur de Inglaterra. No quería instalarse en el Callejón Diagón, por temor a que sus negocios llamaran demasiado la atención. Tiene maneras especiales de comunicarse con sus clientes y que éstos, lo encuentren. * Su varita es de Serbal. Pelo de Unicornio. 31 centímetros. * En sus momentos libres, suele recurrir a bares pocos populares, tanto muggles como de magos. Para distraerse y también, para captar algunos posibles clientes. * Muy pocas veces recurre al Callejón Diagon o Hogsmeade. Condiciones de utilización Utilizado por Mael Blackfyre
  7. Las cosas se estaban calmando por allí y agradecí que entre todos se fueran cubriendo la espalda. Aunque cabía resaltar que siempre se aprisionaban en un grupo aparte, pero no presté demasiada atención a ello. Podía defenderme solo y había ayudado a mi prima Sagitas. Que notando que estaba tan solo un poco callada, me acerqué un poco más a ella. Miré a Mei. ¿Qué estaría pensando de todo eso? Era Lider de la Orden del Fénix y siempre recurría a ella cuando necesitaba algún consejo. Pero me mantuve al lado de mi prima. — ¿Te encuentras bien? —esperando que si Sagitas necesitaba algo, como curar alguna herida, me brindara el honor de ayudarla. Estaba seguro que algún dia se cansaría y me asesinaría. Siempre que intentaban protegerla, la trataba como un títere, pero esperaba que entendiera que aquellos eran ya mis reflejos. Y eso que no podía ser libremente yo—. ¿Tienes idea que es eso del Valhalla? ¿Y las Valkirias? Parece que todo éso son algo más que un cuento. Creo que son poderosos brujos Le comenté a Sagitas, aunque recordé que ni bien había entrado al aula, ésta se encontraba haciendo varias preguntas que no estaba seguro si se las habían respondido. Lo único que conocía de aquello, es que los muggles consideraban ésa mitologia como alguna creencia, pero estaba seguro que si parte de su ejército eran aquellas mujeres, eran más que una comunidad de magos demasiado fuertes. ¿A qué iríamos al Valhalla? ¿Nos encontraríamos con decenas de aquellas hermosas mujeres? Rocé el colgante que le había quitado a una. ¿Para que servían? Zack y Lisa parecían estar organizando. Nos pedían que revisáramos aquellos libros pero los Guerreros Uzza ya me lo habían enseñado. En aquel retiro espiritual donde cada uno de los profesores, habían sobrevivido a diferentes situaciones, que solamente sabían de manera personal. Ni siquiera podíamos contarlo aunque quisiéramos. Recordé que el libro de la sangre hablaba mucho sobre los sacrificios. Incluso la mayoria de sus poderes se relacionaban con la sangre. Visualicé aquella daga pero no la invoqué porque aún no la necesitaba. Me asegure de tener algo que si necesitaba: mi varita.
  8. — ¿Qué crees que harías tú, Thomas, si media docena de magos interrumpen tu hogar? Eso es lo que hicieron los troll. Los magos os exasperan y sus encantamientos los enloquecieron aún más —estaba mintiéndoles, aunque más que eso, era manipular un poco la verdad. Si íbamos al caso, ése sitio era hogar de muchas criaturas y nosotros eramos los intrusos. Solamente no les comentaba el objetivo por el que estaban allí pero no era necesario decirlos. Aprovechaba para desviar la conversación a lo importante: Los libros. Todos se habían defendido como habían podido—. Los libros tienen un gran poder. Éste anillo sirve para conectarse con la crtiatura. Le podrían haber comunicado que simplemente se calmara, e iba a funcionar. Les mostré en mi mano aquel anillo. Era color dorado pero estaba seguro que todos los reconocerían en sus manos. De hecho no era sobre el Libro de la Fortaleza, sino ése que venía con el Libro del Aprendiz del Brujo, esos objetos que te permitían utilizarlos ni bien los sacabas del Magic Mall. También les comenté que el poder de Orbis Bestiarum podrían controlarlos. Aunque hasta rango XXX pero por lo menos era algo. La cosa es que la situación nos iba enfrentando en diferentes ocasiones y los chicos habían utilizado todos los poderes. Eso era bueno. Nos preparaba para lo final. Todos parecían darse cuenta que había algo extraño. Asi que una vez más, decidí evadir detalles. — Los Uzzas tienen sus costumbres. A pesar que ahora compartieron sus libros, nos pusieron a nosotros por una razón — ¿Era el momento para explicarlo? En aquel momento llamé a Evarela con un grito, que resonó en toda la cueva. Uno de los troll parecía querer moverse pero los tres estaban anulados—. Los Guerreros Uzza cambian conocimiento por conocimiento. Si, el Ministerio nos vende el libro, pero seguimos bajo las reglas de ése pueblo. Para poder vincularnos al libro, para que sea nuestro, debemos darles un conocimiento a cambio, transcurrir un viaje, una especie de prueba —les comenté. Con eso entenderían porqué estábamos en Hawaii y porqué ya habían pasado varias cosas. »Así que, aunque ahora puedan usar los poderes, si quieren que sean suyos, deberán demostrar que son capaces de controlarlos. Acompañarnos en éste viaje y llegar a enfrentar una prueba. Que a veces es grupal, a veces individual y a veces las dos a la vez.« mi voz resonaba levemente en aquella habitación. Mistify y Monica estaban en un lado. Thomas y Niko del otro. Evarela se había acercado a Ashely y parecía que alli empezaba el viaje a consciencia. Quería terminarlo allí mismo con la explicación »En caso que no lo logren, la magia guerrera permite borrar hasta el último detalle de éste ¿retiro espiritual? por llamarlo de alguna manera. Por eso estamos aquí« Me acerqué a Mistify que era la que más cerca estaban de aquel hueco. — Por lo que debemos seguir adelante. Y ver que nos prepararon para llegar al final y dar lo mejor de cada uno —miré a mi compañera Monica, sabía que ella iba a pensar que había explicado demasiado pero tal vez por eso, la visión de los chicos cambiaba. No tenían que seguirnos a nosotros, sino que solamente estábamos para guiarlos. Por eso que les comenté eso mismo para que notaran la diferencia. Podían usar aquellos poderes de los primeros dos libros. Tenían que enfrentar diferentes eventos y llegar al final, que claramente el final no era ése pero lo sabríamos llegado el momento—. ¿Continuamos? Les dije haciéndome a un lado. De los tres enormes agujeros, solamente quedaba el izquierdo intacto. Así que esa era nuestra ruta. ¿Con qué nos encontraríamos? Estaba seguro que podían ser muchas cosas y podría llegar el caso que incluso hasta recurrían a poderes de ando si los necesitaban. Allí salían sin saber quien era de qué grupo, por lo que no había problema. Yo mismo había sido revelado como fenixiano en la vez pasada en la Selva y ya nadie se acordaba.
  9. http://i.imgur.com/MxDvQFF.png La Dirección certifica que Bon Kure, ha aprobado satisfactoriamente el EXTASIS de las clases de Magia Avanzada y Duelo Avanzado, adquiriendo así el status de Graduado del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Atentamente Agatha Haughton Malfoy & Elvis F. Gryffindor Directores de Hogwarts.
  10. http://i.imgur.com/MxDvQFF.png La Dirección certifica que Ernest Macnair Wilfred, ha aprobado satisfactoriamente el EXTASIS de las clases de Magia Avanzada y Duelo Avanzado, adquiriendo así el status de Graduado del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Atentamente Agatha Haughton Malfoy & Elvis F. Gryffindor Directores de Hogwarts.
  11. http://i.imgur.com/CwaoTSx.png La Dirección del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería certifica que Valentine Black, ha aprobado satisfactoriamente el TIMO, adquiriendo así el rango de Unicornio de Bronce. Atentamente Agatha Haughton Malfoy & Elvis F. Gryffindor Directores de Hogwarts.
  12. http://i.imgur.com/CwaoTSx.png La Dirección del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería certifica que Andrew Potter333, ha aprobado satisfactoriamente el TIMO, adquiriendo así el rango de Unicornio de Bronce. Atentamente Agatha Haughton Malfoy & Elvis F. Gryffindor Directores de Hogwarts.
  13. ¿Podemos seguir dejando trabajo? Espero que si, cualquier cosa nos mencionan y vamos reacomodando o juntando de nuevo! Ahi Agatha corrijio el pago de Arcanos como iba ^^ Vengo a dejar el pago por el TIMO's y EXTASIS de los chicos de Hogwarts. Agatha luego viene con el pago a la plantilla de Hogwarts. PAGO a estudiantes de Hogwarts —ENERO— TIMO's Pandora Dyodonel ID de Usuario: 119405 Bóveda: Nº 107051 Galeones: 500 Valentina Ricci ID de Usuario: 119766 Bóveda: Nº 107218 Galeones: 500 Crowley Fizzlebang ID de Usuario: 119874 Bóveda: Nº 107501 Galeones: 500 Alishya ID de Usuario: 119855 Bóveda: Nº 107419 Galeones: 500 JoaPotterSeverus ID de Usuario: 119862 Bóveda: Nº 107630 Galeones: 500 Andrew Potter333 ID de Usuario: 119131 Bóveda: Nº 105522 Galeones: 500 Valentine Black ID de Usuario: 119845 Bóveda: Nº 107648 Galeones: 500 EXTASIS Bon Kure ID de Usuario: 119695 Bóveda: Nº 107041 Galeones: 1000 Ernest Macnair Wilfred ID de Usuario: 119647 Bóveda: Nº 106873 Galeones: 1000 ¡Gracias!
  14. Parecía que habían transcurridos horas desde que había tomado vuelo. El aire fresco de la mañana acariciaba mis plumas de una manera muy agradable. Igual que el sol. Levantaba destellos dorados sobre aquel mar de árboles, que no dejaban ni siquiera ningún hueco para ver en el interior del bosque. Se extendía en todos los puntos cardinales. Incluso invadiendo algunas colinas, donde creían árboles más grandes y más verdes. La libertad era lo más grandioso allí. Aunque pasada unas horas, parecía que aquel cansancio jamás se iba. Por más que me posara en alguna rama alta o descansara por la noche, parecía que acababa de volar kilómetros y kilómetros cuando recién despertaba. Y lo peor es que me esperaban ésas largas distancias. Solamente me había cruzado con otras lechuzas o aves diferentes. Animales como monos y ardillas, descansaban también en aquel techo de hojas. Pero nadie más. "La libertad lleva sus consecuencias" me dije para mi mismo. Ése lugar era uno de mis preferidos. Aunque no recordaba como había llegado allí. Un cosquilleo se produjo desde la punta de mis alas, como si se tensionaran. Habían pasado horas, era mejor descansar un rato más. A veces me preguntaba si el hecho de convertirme en búho, me traía problemas, por ser animales nocturnos. Pero había probado durante las últimas dos noches y estaba igual. — Agua. Gracias a todos los dioses —no sabía en qué momento había querido convertirme en humano de nuevo, pero allí estaba, arrodillado frente a un lago bastante pequeño. Sus aguas cristalinas permitían ver el fondo, donde muy por debajo, había algunas piedras de colores. Todas eran de un color azul. Había pequeños peces pero les resté importancia, me encargué de beber de aquella agua. Era dulce, era deliciosa. Hasta incluso cada vez que bebía todo el líquido de mis manos, parecía que éstas ni se mojaban, pero me satisfacía. En aquel acto de pensar como no me mojaba las manos, pude ver algo. Algo brilloso debajo del lago. Era una llave. Su brillo se distinguía en la profundidad del lago, que no era mucha, por lo que los rayos del sol llegaban hasta allí. ¿Quién había perdido una llave en medio del bosque? No parecía ser un sitio donde pasaran personas, pero tampoco parecía que alguien fuera a beber todos los días allí. Cuando me senté para observarla mejor, pude sentir una piedra que se me clavaba en mi pierna. Quise sacarla pero no la encontré, estaba dentro de uno de mis bolsillos. Saqué una piedra azul. Como las que estaban en el fondo del lago. ¿Qué era eso y qué hacía en mi bolsillo?
  15. — Si, Niko. Puedes utilizar el amuleto o el hechizo en un animal, en otra persona o contigo mismo —le respondí aprovechando que mi compañera le respondía a mi hijo Thomas. Los chicos parecían demasiado preocupados en el uso de cada uno, mientras el resto del grupo estaba callados. Tal vez por tímidos, tal vez por no saber que hacer. Monica no estaba de acuerdo en que le dijeramos a los chicos el motivo verdadero del porqué estábamos alli. ¿Deberíamos camuflar toda ésa actividad como una prueba digna de los Uzza? Estaba seguro que la incertidumbre nos ayudaria. Pero la voz de Evarela, como recordaba que se llamaba aquella bruja, me hizo percatarme de que tenia razón. Mistify no había regresado como le había indicado. Y al parecer, estuviéramos en la selva amazónica, en el Everest, o Hawaii o en la Universidad, siempre existiría un pequeño hueco donde los chicos no sabrían utilizar bien los poderes. ¿Tan dificil había sido ir y volver? Para algunos incluso era dificil arrancar. Pero Monica actuó tan rápido como lo esperaba. Y Thomas, aquel hijo llevaba la sangre de los Gryffindor aunque no me producía confianza si aún no sabían utilizar los hechizos. — ¡Claro que si, señorita Black! Es nuestro deber mantenerlos a salvo y el de ustedes, ayudarnos a eso —le comenté con una sonrisa a Evarela. Claramente que no estaba regañándola. Era mi agradecimiento por escuchar que fuéramos a buscarla y no quedarnos allí esperándolas. Si ellos tres se encontraban dentro de la cueva, entonces estaban más cerca de la maldición, por ende, todas las varitas serían necesarias—. No piensen demasiado en cada poder. Los anillos y amuletos sabrán que hacer. Andando, Niko... Ashley... Llamé la atención de los jovenes, por si aún intentaba ir a la cascada. Lo que teníamos que hacer era si, usar el Salvaguarda porque era la única manera de llegar al interior donde habían desaparecido Mistify, Monica y Thomas, en ése orden. Pero no podíamos quedarnos separados, deberíamos saber cómo se encontraban. Incluso algo me decía que las dudas sobre el amuleto de curación se irían cuando las usáramos allí dentro. Esperé a que éstos tres fueran primero. Si tenían dudas, tenían que dejarlas a un lado y recurrir a aquel poder. Esperaba que se acordaran que un amuleto incluso servía para amortiguar caídas. Tal vez la clase no habían sido lecciones simples. Pero aunque fuera por la fuerza, lo importante era que los aprendieran. Aunque estuviéramos en la búsqueda de un anillo que producía oro por si sólo pero no lo supieran. Claramente Monica me había convencido que ése detalle lo omitiéramos. Nadie ni siquiera lo sospecharía. Llegué pegado a los talones de Evalera, Niko y Ashley. Los chicos estaban dando sus primeros pasos y todo estaba funcionando. Todos llegamos donde se encontraban. Las dos jóvenes mujeres y Thomas, que al parecer se había lastimado. Prendi también mi varita. Aquellas motitas de luz no eran suficientes. Aún desde allí dentro, se podía escuchar el golpe de la caída de la cascada. El agua golpeaba fuerte contra el fondo del lago. Movi un par de veces la varita y cuatro esfera de luz se elevaron por sobre nuestras cabezas. Así se veía mejor. Las estalactitas y estalagmitas decoraban aquella habitación que formaba la cueva. Había tres enormes huecos que iban en diferentes direcciones. — Niko ¿Quieres practicar en Thomas? Necesita un poco de atención —le comenté, aprovechando que pusiera en prácticas sus dudas. Entre los dos solucionarían aquello. Miré a las chicas, Ashley y Evarela, y les hice una seña—. Tal vez ellas también lo requieran —no quería imponerles aquello, pero si se atendían entre mujeres, tal vez tendrían más confianza. Mistify parecía bien, aunque supuse que un poco confundida. Monica ya estaba al lado de ella, tranquilizándola. De repente levanté la cabeza y mire hacia las tres entradas (o salidas) "Uuuuuuuuuuuuooooooo" Un quejido, gruñido o grito resonó como un eco lejano. Pero no necesitábamos aquellos anillos para escucharlo, todos lo habíamos sentido. No estaba seguro en retomar las dudas, pero los chicos habían preguntado varias cosas. Estaba seguro que siempre serían así las clases, no en sentido normal, sino que nos enfrentaríamos a modo de situación para conseguir un objetivo y así, aprender aquellos poderes.
  16. Me aferré a aquel collar que llevaba una de las Valkirias confundidas en el suelo. ¿Porqué habían causado tanto revuelo dentro de la clase? No había sacado la cuenta de las mujeres que habíamos derribado entre todos, pero estaba seguro que por lo menos ya habíamos abarcado a todas. Algunas se encontraban desmayadas, un par confundidas, algunas se encontraban lanzado flechas desviadas porque las cegaban o movían sus arcos. Pero estaba seguro que nadie lograría matarlas. Estaba seguro que eran seres poderosos. Así que tal vez, deberíamos irnos. ¿Para eso eran los colgantes? — ¡Sagitas! No... —me dije a mi msimo. No le estaba diciendo a mi prima, que se defendía de una manera increíble. Incluso se había acercado lo suficiente para que pudiera ver como anulaba completamente el arco de una de aquellas criaturas. Le iba a gritar para felicitarla. Estábamos en peligro pero ¡amaba que las personas se desenvolvieran asi! Y más cuando eran los primeros en recitar que no podían. Pero por ocuparse de defender a Tau, otra compañera, ella se estaba olvidando de cubrirse por la retaguardia. Pero allí estaba yo. Pensé en con Levicorpus. No para Tau ni para las valkirias, sino para las misma Sagitas. En aquel momento se me habían ocurrido un montón de soluciones. Pero para cuando me había dado cuenta, una de las que estaba atacando a ella, ya había apuntando a mi prima y ya estaba lanzando su flecha. Prefería levantarla de un talón a tener que curarla luego, porque de ésa manera le ahorraba dolor ¿Y si la apartaba? Tal vez la hacía golpear la frente contra la pared ¿Y si le tiraba un mueble para cubrirla por completo? Tal vez por el apuro, aplastaba a mi prima. La pelivioleta se vio levantada en el aire como si una mano invisible la hubiera tomado. A dos metros de alto. Cuando se diera cuenta que había sido yo, recibiría un buen regaño, pero la estaba salvando, aquello no me importaba. Me acerqué mi prima mientras le lanzaba un encantamiento de desarme a aquella mujer que nos atacaba. O mejor dicho, mujeres. Pero cada vez eran menos. Su arco voló un par de metros, como lo hacían las varitas. El metal del arma resonó en todo el aula. ¿Cuánto más teníamos que hacer? Llegué a estar por debajo de mi prima y movi la varita contra ella de nuevo, pensando en el contrahechizo para bajarla del aire. — Perdona, prima. Perdona. Es lo único que se me ocurrió para defenderte de eso —le comentaba mientras intentaba atajarla en el aire y aferrarla para amortiguar el golpe de la caída. Aunque el Liberacorpus inmediatamente ya portaba una caída suave. Le señalé la marca que habia en la pared. Un gran agujero negro estaba hecho por aquella flecha y ésta, parecía despedir pequeñas volutas de humo grisáceo con destellos dorados. Mi varita estaba aún aferrada pero nos salvábamos unos a otros—. ¿Tienes un colgante? Toma uno, nos va a servir. Le comenté a Sagitas, entregándole el segundo collar que había obtenido, sin saber si ella se había hecho con uno. El que había conseguido de la Valkiria que aún estaba colgando en la mitad de la habitación, ya lo tenía alrededor de mi cuello. Se sentía extraño. Como una vibración constante. Miré a Lisa. Por primera vez desde mi llegada, la había divisado. ¿Que hacía sobre la mesa? Esperaba que nos dijera cuál era la intención de ambos. ¿Lo habían hecho como parte de la clase o de verdad nos habían venido a interrumpir?
  17. Hola @ *-* Entiendo tu punto de vista/opinion. Pero yo te hablo en aspecto generales o de lo que va mi clase en el libro 5 como profesor y la clase del libro siete como alumno. Las reformas estan planteadas para que sean los alumnos las que lleven la trama. Los profes somos una especie de guias, en caso de necesitarlo. Pero si la mayoria o un buen grupo rolea y se desvia cierto punto, los que deciden en sumarse o hacer qué, son el resto de los chicos. No pretendo que lleven TODOS el mismo ritmo, pero tampoco podemos analizar caso por caso porque tendriamos que abrir un topic para cada uno. Y tampoco podemos pretender que todos vayamos juntos en la trama. Por ejemplo, en la clase que estoy dando con Monica, justo en un post, una de las alumnas se separó. Haciendolo a propósito o no, no podemos evitarlo. Seria arruinar su rol y todos los que esten involucrados. Cada uno decide que hacer. Si seguirla, si frentarla o no meterse donde ella se metio. ¿No crees? Y esa es la gracia. Yo siendo profesor, tengo que ver si me quedo con la mitad de los alumnos, o con todos. O los junto o esperamos. Depende de cada uno. Lo que yo te recomiendo es que veas vos que queres hacer. Tal vez podes ver la manera de acercarte a ellos. O de llamarles la atención on rol. Ya si te ignoran o demás, claramente que si, pero si yo estoy dentro de una cueva y alguien me grita a 50 metros. ¿La escucharía? Hay que tener en cuenta todo. Los requisitos para aprobar no son que empieces y termines con el grupo. Sino que participes. Y hagas atravesar a tu personaje, por las situaciones que ponen los profesores o se van dando solas ^^ Espero haber solucionado tu opinion/duda. ____________________________________________________________ EDITO: ¿Que le pasa a los resagados que no aparecieron en la clase? @@Mia Black Lestrange @@Jock @@Crazy Malfoy @@Galedra Azhebel Myrddin Chiquitos (?) si tienen dudas en los poderes. O trama. O lo que sea respecto al libro, no tengan miedo de postear para aca. Es el topic off que usamos para no deformar la trama. Van bien ^^ Si siguen asi, van a aprobar ésto sin problema! A ponerle pilas que ésto requiere más esfuerzo y actividad ^^ @@Ashley Atkins @@Niko Uzumaki @ @@Mistify Malfoy @@Evarela Black Haughton
  18. Hola @@David Lannister! Es un placer darte la bienvenida a la familia ^^ Un nieto nuevo, que bien :3 Ya habiendo @ pasado a aceptar ser tu madre, de nuevo y @@Ley Gryffindor Rosier, que es una de las matriarcas a aprobar eso, solamente me pasaba a decir que actualicé el árbol del registro y de la mansión ^^ ○••• Árbol Actualizado •••○
  19. — Señorita Adler, lo que le puedo decir es que si, sabemos que es un hombre. Cuando hablamos de precauciones, me refiero a todo junto de lo que comentó. Y no era alguien importante. Pero sigue siendo un muggle asesinado por un mago —o eso quería creer. Comenté todo aquello con unas palabras firmes pero suaves. No quería que las tomaran como estrictas, sino cómo que no quería perder tiempo en todo aquello. Eran detalles que no cambiaran nuestro trabajo. Y las agujas continuaban corriendo en nuestra contra. Los chicos parecían querer preguntar, pero al haber explicaciones de por medio, muchas quedaban resueltas de por mi. Estaba seguro que a ése momento, Helike ya estaba en el sitio donde se reunirían todos. Si salía bien aquello, lo rodearían. Incluso las preguntas de los chicos me ayudaban a hacer hincapié en lo que decían. Justamente las respuestas nos ayudarían para empezar con la clase. Estaba seguro que todos podían preparar alguna poción de ésas con la debida paciencia y la aplicación que se necesitaba, pero estábamos allí para enseñar a implementarlas en la vida cotidiana. — Exacto, joven Lenteric. Ésas dos pociones son grandes ventajas para nosotros. Y no dudo de que ninguno de ustedes pueda hacerla. Y con ésto, espero responderle a la señorita Malfoy—. Mirando a Gatiux. Sabía que ésta pensaba con un poco más de profundidad por su manera de expresarse y la experiencia dentro del Ministerio—. Tomamos aquellas precauciones y allí en donde entran ustedes. El mago quedó rodeado por las autoridades mágicas en un solo sitio. Un bar muggle donde está repleto personas. Suponemos que considera que no vamos a poder actuar allí dentro. Así que el sitio se encuentra totalmente cerrado. Nadie puede salir. Me alejé un poco del escritorio y moví mi varita. Aparecieron cuatro calderos. En cada uno de éstos, contenía las pociones que había escrito sobre el pizarrón. Había una color dorada y tan clara como el agua. La del medio era de un espesor tan negro como la noche y la rosada, con diferentes aromas para cada uno de nosotros, era la Amortentia. Miré a los chicos. — El plan es que debemos infiltrarnos en aquel bar e intentar descubrir quien es al persona. Puede estar bajo los efectos de una multijugos. Pudo haberse cambiado la apariencia o ser él mismo. Pero el objetivo es que ustedes entren y traten de utilizar las pociones sobre las personas presentes. Así daremos con el paradero. El Veritaserum hará hablar a algunos de más, mientras que la multijugos, nos camuflará bajo la apariencia de alguien más. ¿Quién se podrá resistir bajo los encantos de una bella dama o un encantador caballero? Incluso hasta el Felix Felicis puede darles suerte en alguna idea que se les ocurra alli dentro. Con ésto quiero que vean como las pociones nos pueden servir. ¡Empaquen algunas pociones dentro de sus estuches y nos largamos de aquí! Exclamé sin dejar espacio para más preguntas. Las que se habían formulado, ya las había respondido. Mientras preparábamos todo para irnos, tenían que guardar de aquellas pociones. Debían pensar como agentes, como investigadores y tratar de encontrar la manera para captar información. ¿Y si alguno lograba darle el suero de la verdad al culpable y lo revelaba? ¿Y si alguno creaba un plan tan ingenioso que la suerte líquida lo ayudaba a cumplirlo? Eran ellos los que llevaban la situación. El asesino tenía en mente todos los nombres de los empleados del Ministerio. Asi que unos jóvenes desconocidos pasarían inadvertidos. Me coloqué la capa de nuevo. Tomaríamos un traslador.
  20. El sendero se perdió entre los troncos de unos árboles. No podía creer que aquel camino que me había orientado, se perdiera entre el césped y arbustos. Pero mirando unos metros más por delante, pude entender que no era porque no lo habían continuado o porque me había perdido, sino que a unos metros, empezaba un enorme claro. ¿Allí nos esperaba el profesor Merabet? Esperaba que si porque ya tenía todo lo que necesitaba y estaba cansado. Esquivé algunos troncos. Salté pequeñas raíces y traspase los árboles que parecían una barrera. La copa de los árboles no interrumpía la vista al cielo de aquel claro, pero luego de admirar el panorama de aquella reserva, mientras los pájaros piaban y había un sonido lejano a agua corriendo a lo largo de un río, pude notar que no estaba el profesor. ¿Dónde se habían metido todos? ¿Me había apresurado o los demás ya habían llegado y se habían retirado nuevamente al sitio de nuestra aparición? Creí que lo mejor era esperar, porque si llegaba a escabullirme entre los caminos, capaz que me encontraba con alguna otra criatura como lo había sido el cangrejo de fuego. Mi mano estaba totalmente sanada. La única diferencia es que el pergamino se había consumido tan solo un poco, pero toda la información que recolecté, estaba intacta. Esperé unos quince minutos, y en el momento que estaba pegando la vuelta para regresar por el camino que había llegado, escuché un batir de alas y la sombra de un enorme dragón tapó todo. ¡No podía ser! ¡¿Encontrarme con un dragón?! Había visto un Galés Verde pero no era aquel. Hice algunos pasos detrás, porque cuando aterrizo sobre el césped, me miró atentamente. Sin embargo, se acostó con su vientre pegada a la tierra y se quedó allí. Era extraño. Los dragones eran feroces y peligrosos. Mi varita incluso se encontraba aferrada entre mis dedos por temor a que ésta criatura lanzara sus poderosas llamas. Serían peores que las del cangrejo. Pero unos pasos y jadeos me hicieron girar. ¿Venían los demás? ¿Debía alertarlos o los esperaba alli?
  21. Saqué mi varita inmediatamente. Aquello se iba a ir de las manos desde la aparición de la flecha contra la pared. Y así era. Iba a encargarme de ayudar a mi prima Sagitas. Las explicaciones de Lisa no eran suficientes y era de entenderse, no porque no se entendiera, sino porque las personas aún creían que las otras mitologías eran creencias de muggles, cuando muchos sabíamos que se trataban de personas como nosotros, diferentes grupos de magos que engañaban a los muggles para parecer más. Retrocedía tres o cuatro pasos. ¿En qué se habían metido Zack y Lisa? ¿Cómo era que estaban hablando del Valhalla y aparecían esas mujeres? No conocía a la perfección aquella mitología, pero al parecer poseían encantamientos para llegar a un sitio y reducir a cenizas los planes de entrar a su sitio sagrado. La sangre brotaba del pecho de Lisa aunque Zack era el que tenía clavada la flecha. El Libro de la Sangre era totalmente opuesto al de la Fortaleza. Uno ayudaba a convertir la valentía propia en un escudo. El otro eran puros sacrificios, manipulaciones y sangre. Tenía que actuar rápidamente. No podía volverme intangible porque eso duraría pocos segundos. Tampoco quería expresar algún hechizos de la Orden en voz alta, porque no era el momento. Sin embargo no tenia prohibido usarlos, llevé disimuladamente mi mano hacia un costado. Por mi cabeza pasó una Proyección Mágica, haciendo que un gran mueble se interpusiera en tres flechas. Aquellas me hubieran hecho demasiado daño. ¿Y si eran mágicas? ¿Y si no podía curarme? De reojo pude ver que algunos compañeros estaban curándose. Incluso hasta Sagitas presentaba batalla y ya se desenvolvía por cuenta propia. Si habría estado cerca de ella, la habría abrazado. — ¡Quédense donde están! —les advertí a las Valkirias. Eran dos. Aunque no podría con ambas, lo intentaría. Según Zack sus amuletos era necesarios para traspasar al Valhalla. ¿Cómo era posible que encontráramos a las personas que buscábamos allí, porque éstas intentaban detenernos, pero a la vez, llevaban la llave colgada en sus cuellos? Todo me hacía ruido, pero aún así mantuve mi varita bien aferrada entre mis dedos. Todos estaban concentrados en algo, así que colgué por los tobillos a una de ellas, flotando a dos metros en el aire. E instantáneamente confundí a la segunda. Ambas habían lanzado sus flechas y casi me habian rozado las orejas. — ¿Cómo es posible que vengan a evitar algo, cuando nos traen lo que necesitamos? Esquivé un manotazo de aquella Valkiria que colgaba de los talones. Me hubiera sacado casi la mitad de la cara. Aunque tampoco podría tirarme con una flecha, la sangre se amontonaba en su cabeza. Con un movimiento de mi varita corté la cadena, y el colgante ya no estaba más en su cuello. Antes de que ésta me continuara atacando, también la hice caer bajo los efectos de un Confundus y deshice el Levicorpus. Las dos Valikiras estaban totalmente desorientadas a un metro de mi, tiradas en el suelo. ¿Qué haríamos con todas las demás? Me agaché y tomé el colgante. ¿Cómo nos llevaría a Valhalla aquello?
  22. Monica había tirado la premisa aunque aún ninguno se había animado a investigar un poco más allá de lo que eran los libros. Iban a continuar preguntando y estaba seguro que luego de la explicación de mi compañera, y que éstos chicos aprendieran un poco mejor, se animarían a permanecer dentro de aquella aventura. ¿O tenía que decir trabajo? Tal vez los estábamos manipulando un poco con Monica, aquello no me gustaba demasiado, pero si les permitíamos manejar algunos poderes, estarían obligados a corresponder con ayudar con aquella investigación. — Oh, señorita Atkins. Veo que alguien hizo bien los deberes —miré a la bruja de cabello dorado que hasta había pronunciado el nombre del poder. Salvaguarda Mágica. Era algo que seguramente les sorprendería a todos pero les gustaría. ¿Y porqué no ponerlos en práctica? Thomas había empezado a hacer uso del amuleto. Y Niko preguntaba sobre el de curación. Estaba en lo correcto si pensaba que necesitaríamos recurrir a aquellos poderes—. ¡Oigan! ¿Por qué entonces no utilizamos el Salvaguarda Mágica? —miré el origen de aquel ruido constante y el agua caía de a toneladas—. Es cierto que les puede costar la primera vez. Pero nos tienen a nosotros y ahora tienen permiso de utilizar los poderes. Probemos una vez de ir hacia la cascada, atravezarla y regresar, recurriendo al Salvaguarda Mágica Aquello tal vez los haría disfrutar un poco más. »Luego nos enfocaremos al porqué hemos venido hacia aquí« les comenté, terminándolos de convencer. Miré a mi compañera para ver si estaba de acuerdo. Los chicos no sufrirían consecuencias. Todos se volverían intangibles y les alcanzaría el tiempo para atravesar el agua sin mojarse y volver, nada más. Incluso estaba seguro que si alguno se tardaba un poco más, terminaría completamente mojado. Los miré atentamente. Algunos parecían que ni siquiera estaban en la clase, pero sabía que los pocos que nos acompañaban, se sumarían a la búsqueda del Andvarinaut Me acerqué un poco a mi compañera, mientras los chicos se preparaban a volverse como si fueran fantasmas. El ruido de la cascada ayudaba que pudiéramos hablar entre murmullos. Para ellos solamente estábamos comentando el comportamiento y el uso de los poderes. Rocé mi anillo que llevaba en mi mano disimuladamente. Ya éstos formaban parte de mi ser. Se activo el de Salvaguarda contra oídos indiscretos, sería una conversación corta, entre los dos. Los anillos de Escucha no funcionaban para atravesar ésa barrera mágica antisonido. — Debemos decirles lo de Andvarinaut. ¿Crees que accedan? No es una maldición fácil de atravesar y ni siquiera sabemos con lo que nos encontraremos. Los Uzza nos pidieron eso a cambio del conocimiento de los libros, los chicos deben saberlo. Es su forma de agradecer éste libro —no miraba directamente a Monica, aunque la conocía lo suficiente para saber que me podria llegar a decir que no le dijéramos todo. O que no lo necesitaban. Y tal vez estaba en lo cierto.
  23. Mi boca se abrió un poco cuando la Maestra Suluk se expresó delante de mí. Me quedé por algunos segundos mirando el suelo, mientras que ella me explicaba algunas cosas. ¿Cómo ponía un veneno a manos de cualquiera? Estaba seguro que no nos consideraba un cualquiera pero en el apresuro tal vez, no había mantenido las precauciones necesarias. Parecía que hubiera estado dos semanas sin beber agua. O tal vez que ahora que era consciente de mi envenenamiento, podía empezar a palpar los malestares. Me tranquilizó una parte el saber que encontraría la curación. ¿Pero cómo sabría que era esa? Ya había murmurado que estaba listo. Ya estaba listo. Pero había algunas cosas, como una pequeña vocecita que me preguntaba si de verdad estaba preparado. Ya ni siquiera había entrado por aquella puerta, que había quedado fija, y tenía alguna complicación. ¿A qué me enfrentaría? Las dudas se empezaron a disipar de a poco, ya que Suluk Akku nos comentaba un poco cómo iba todo. En los libros que nos había dado, no explicaban con detalle y al parecer era cierto, nadie sabía que esperaba el portal para cada persona. Estiré mi mano y la Arcana depositó un aro plateado. Me lo coloqué en uno de mis dedos, el índice. Automáticamente mientras ella terminaba la explicación, el anillo se volvió tan negro como la noche misma, con algunos destellos azulados. No estaba seguro si podía llegar a entender la complicación en las palabras de la Arcana. Primero nos estaba comentando que ni bien pisáramos dentro del Portal, perderíamos nuestra forma humana. ¿Cómo iba entonces a poder salvarme allí dentro? ¿Hablaba en serio? Nos olvidaríamos de la prueba, de quiénes éramos. Y la respuesta que le brindaba a Katara hablaba sobre que muchas veces había ocurrido que algunas personas habían perdido la vida allí dentro. ¿Me sumaría a ésa lista? Esperaba que no. Poco a poco fue llegando al final de la explicación. Se me revolvió el estómago, pero ahora más que nunca, ni por ninguna fuerza mayor, me vería obligado a salir. Además de regresar el umbral de vuelta, salvaría mi vida. De eso no tenía duda. Me incomodaba totalmente no recordar quién era. Eso me hacía perderme. Siempre utilizaba a mi entorno familiar para enfrentar a cualquier situación. Utilizaba mi pasado como una armadura y mis poderes como una espada. Aunque mantuviera mis emociones, mis miedos y mis alegrías (y el veneno que debía curar) no era lo mismo. Suspiré. Aquella sería una de las pruebas más difíciles que debía enfrentar, definitivamente. Miré hacia mis costados. ¿Por qué querría pasar junto a alguno de mis compañeros? Sentía que cada uno debía hacerlo por su cuenta. Era algo que tenía que hacerlo solo. Avancé dos pasos mientras al puerta se abría. Me olvidé de Suluk, de mis cuatro compañeros y de todo. Giré una vez el anillo de la animagia y me adentré en el portal. Avancé sobre la luz blanca. El umbral desapareció. Miré sobre mis hombros y no estaba la puerta. ¿Qué hacía allí?
  24. Al cabo de pocos segundos de que llegaran los chicos, empezaron las preguntas. Y estaba tan claro como el agua que algunos tenían miedo seguramente, de los poderes que podía llegar a contener éstas armas, que para muchos no eran más que hechizos. Aunque la idea con Monica, o eso queríamos, es que fueran un poco mas allá de los límites. ¿Ninguno había abierto sus libros? Las reglas que había puesto el Ministerio era que no podían estar vinculados a éste, debían demostrarse primero ante los Uzza. ¿Pero no habían buscado en la Biblioteca de Alejandría sobre las historias y las cosas que contenían cada libro? — ¿Qué diferencia hay si estamos en Hawaii, en Londres o en Machu Pichu? Creo que eso podemos dejarlo de momento para más adelante. ¿Les parece? —Monica no le había agradado la idea de que nos demostraran cuánto sabían. No podía mostrarles el libro de la fortaleza que ya tenía vinculado. Porque el pacto prohibía que pudieramos mostrar, enseñar o trasmitir los poderes a otra persona. Por eso necesitábamos que ellos lo leyeran y fueran ellos quienes empezaran a sentirse más cercano—. A ver ahora. Quiero que se suelten un poco más. El sol brillaba sobre todos nosotros. En Hawaii hacía muchos mas calor que en Londres pero por ahora estábamos bien. Había sacado mi varita y con algunos movimientos de ella, hice que el Libro de la Fortaleza que habían comprado en el Magic Mall, se revelara. Los Guerrero Uzza nos habían enseñado que podíamos hacer toda ésa clase de cosas. Incluso teníamos permitido hasta borrarles los recuerdos y jamás, con ningún tipo de hechizo o magia, podrían recordar qué habían visto en la clase. Por eso les convenía aprobar si querían mantener sus recuerdos. — Señorita Malfoy, todos tenemos oídos para poder escuchar. ¡Vamos! Quiero que se expandan un poco más. ¿Alguien se anima? No sean tímidos, en ésta clase no hay sitio para tímidos y cobardes —esperaba realmente que ellos hicieran algo al respecto. ¿Cómo se tomarían la noticia del Andvarinaut? Estaba cien por ciento seguro, que sería mucho mejor causarles intriga, que lanzarles la noticia y esperar a si ayudaban. Y todo se trataba de aquellos dos anillos que conocía muy bien. El anillo Detector de Enemigos empezaría su trabajo. Si alguno lo activaba, estaba seguro que presentiría que algo extraño sucedía allí. Aunque claramente no sabrían que era. Aquello nos serviría de pie para las explicaciones. O tal vez el Anillo de Escucha. La maldición que cernía en el pueblo del Valle de Waipi’o, tal vez contenía alguna información. O ruido extraño. O los sonidos que comentaban que se escuchaban en la cueva, en lo más profundo de ella.
  25. — Ustedes los londineses, se ahogan entre sus propias burocracias. Ya se lo comenté antes, señor Gryffindor. Nuestras costumbres pero sus leyes —exclamó Khufu con una sonrisa, oculta por aquella vestimenta. Era un hombre corpulento pero al parecer era con uno de los que mejores me llevaba. De hecho era el Uzza que había ayudado a conseguir la misión que tenía para con Monica. El Guerrero se despidió con una gran reverencia con la cabeza y dobló en el primer pasillo que encontró. Era sorprendente que mostraran respeto, pero entre sus costumbres resaltaban que los que podían usar los libros, lo merecían. Y así había pasado en aquel respiro. Los Guerreros Uzza nos habían enseñado un montón de cosas luego de atravesar diferentes situaciones. Cada libro tenia su historia. Cada historia se repetía en la enseñanza de los libros. Por más que pudiera haber aprendido los poderes y magia que contenía el Libro de la Sangre, tenía que vincularlo particularmente a mi. Todo por el pacto que hizo Merlin y las leyes que el Ministerio imponia. Debía hacer ése camino, para forjar mi propio camino. En cuánto quise darme cuenta, ya me encontraba delante de la puerta. — ¡Eso es, prima! Que bueno verte aquí —le comenté rodeando a Sagitas con un brazo para que caminara a la par mía. No necesitaba conocer demasiado a la bruja de cabello violeta para saber que no le gustaban aquellos duelos que yo tanto amaba. Pero había sobrevivido al primero y algo la había hecho llegar al segundo. Eso hablaba bien de ella. Era alguien valiente y debía apoyarla. Aún aferrado a mi prima, miré al resto. Había muchos conocidos. Incluso mi Lider Mei que fue la primera en dirigirle una sonrisa—. Buenas días a todos Luego dejé de usurpar el espacio personal de mi prima. Le hice un gesto rápido con el mentón a Hades, aquel joven era prepotente y no le importaba mucho la moral de él o del resto, pero por alguna extraña razón nos complementábamos bien. La desagradable Agatha estaba allí. Anne también, esa chica me caía muy bien. La saludé con un gesto de la mano. Y luego estaban los profesores que llevarían adelante el libro. También los saludé. Y la clase empezaba. Sabía que no era una clase normal y que pronto empezaría una aventura, pero antes teníamos que saber de qué se trataba de todo, qué era lo que teníamos que hacer, para que éso obtenido, pudiéramos cambiárselo a los Uzza por los poderes que nos brindaban. Todo era un cambio de conocimiento por conocimiento, aunque el Ministerio había puesto algunas leyes de más y un negocio por la compra de los libros. Pero eso lo sabía por ser director, profesor y haber aprendido algunos libros. Esperé algunos segundos y apareció el nombre de Valhalla. ¿Estaba seguro? — ¿Y cómo encontramos a las Valkirias, Lisa? ¿Tenemos algún medio de comunicación o manera de llegar a ellas? —aunque mi pregunta se había contestado sola. Incluso la flecha que estaba contra la pared, se había incrustado antes que pudiera dirigirme a mi compañera. Claramente que todas las miradas fueron hacia la risa femenina que resonó en todo el aula. Por alguna extraña razón, sabía que algo iba a empezar. Corroboré que mi varita estuviera dentro de mi bolsillo. Y todos los anillos y amuletos que el libro de la sangre te brindaban. Era el tercer libro y ya tenía una media docena de anillos, que iba poniendo uno pegado al otro. Me sentía raro con ellos pero era cuestión de acostumbrarme.

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