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Valeskya Granger

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Todo lo publicado por Valeskya Granger

  1. Tenía tanto tiempo que no veía a alguien pasar por el proceso de elección de varita, que Valeskya olvidó por unos instantes el verdadero motivo por el cual había estado ahí y se dedicó a observar al mago con mucho interés. No pudo evitar sentir algo de nostalgia por el simple hecho de que ella no recordaba nada de lo que había pasado al elegir su varita, solo sabía que la había tenido desde que su memoria se lo permitía. Así que ver a alguien pasar por ese proceso, por más simple que pareciera para muchos, era algo que no podía pasar desapercibido. Apenas y se percató cuando Selene se había acercado a saludarla. - Siempre es un gusto saludarte – Sonrió la bruja a manera de respuesta, apartando la mirada del mago. – Creo que he sido demasiado descortés, espero no le haya incomodado. - Susurró a medida que acercaba su rostro, claramente se refería al caballero que estaba a unos metros de ellas, ya que tenía claro que había sido bastante indiscreta – Y me encanta la idea del embellecimiento, nunca he hecho algo así. – Miró y se dio cuenta de lo descuidada que traía su varita. – Confío en ti, aparte tengo todo el tiempo del mundo, así que puedo esperar a que lo atiendas. – - Solo algo más… - Respondió de repente, mientras su mirada violácea recorría rápidamente el lugar, en busca de un lugar para esperar. Y enseguida se dio cuenta: había sido la peor idea del mundo haber llegado ahí y más para preguntar por alguien a quien probablemente sería todo un tema complicado de abarcar para la bruja que atendía el negocio. - ¿Has visto a Joaquín? – Preguntó con cautela. - Disculpa por la imprudencia. – Dijo rápidamente. –Pero sé que has permanecido acá mucho más tiempo que yo, ya que me marché por unos meses y casi siempre que he vuelto, Joaquín suele estar merodeando, ya sea en la mansión o en algún negocio del callejón, incluyendo este… Y bueno, ese es el motivo principal por el cual estoy acá. – Suspiró. – Aunque bueno, tampoco es que vaya a desaprovechar la visita del todo. – Cuando terminó de hablar y una vez más observó su varita, podría jurar que tenía hasta rastros de polvo de tan pocas veces que últimamente la había utilizado; algunos rayones que había sufrido hacía ya bastantes años, lo cual la hacía lucir más descuidada de lo que realmente era. Recordó de la última vez que había estado allí, y que por algún motivo, no había podido darle un mantenimiento a su varita. - ¿Te parece si te espero por… allá? – Le dijo a Selene, mientras señalaba un lugar cualquiera del negocio.
  2. Valeskya llevaba días ansiosa y sabía perfectamente el motivo que la tenía así. Tenía un par de meses que había regresado a Londres y no sabía nada de su hermano, Joaquín. Estaba más que claro que no estaba en la mansión, lo que quedaba de ella, ni en ninguno de los negocios familiares; supuso que había emprendido alguna clase de viaje y obviamente no había avisado a nadie, tal como ella lo hacía. Ambos tenían la costumbre de ir y venir por doquier y de una manera u otra siempre terminaban coincidiendo en algún lugar, en algún punto del mundo y de sus vidas. Lo cierto es que lo extrañaba un poco, solo un poco, lo suficiente como para estar fastidiándolo y de paso tener a alguien con quien conversar. Siempre había un punto dentro de sus conversaciones, donde las cosas se desviaban al punto de acabar peleados por una u otra tontería. Esa dinámica familiar siempre les había funcionado, porque ahora ella estaba ahí, tratando de averiguar qué había sido de él. - No está en la mansión, ni en Ottery Fitnes, ni en el karaoke… - Se encontraba divagando mientras sus pasos la guiaban por la calle empedrada de Diagon. La ojivioleta iba hablando sola, provocando que algunos magos y brujas voltearan a verla mientras que seguramente por su mente todos pensaban que estaba loca. – Qué fastidio ¿ahora a quién voy a molestar? Es aburrido si está él, pero más aburrido si no está. – Pasó cerca de un puesto de varitas y fue como si algo hiciera clic dentro de la mente de la joven bruja. Ollivander’s era uno de sus sitios favoritos para comprar y dar mantenimiento a varitas mágicas; seguido de una gran tradición, también recordaba que su hermano había formado parte del negocio, pues un par de veces había estado atendiendo ahí, aunque suponía que era más un ayudante. Pero ese tema de conversación había sido tan delicado como cualquier otro que implicaba la vida personal del Granger; sabía que Valeskya aprovecharía algún rasgo de debilidad, por mínimo que fuera para molestar. Sin más, guio sus pasos hacía aquel negocio de varitas, mientras el aire gélido golpeaba con suavidad su pálido rostro. Afortunadamente el aire no era tan fuerte como para agitar su cabellera negra, lo cual agradecía, así no la despeinaba. Ese día había elegido una blusa de color rojo y un pantalón de mezclilla. No transcurrió mucho tiempo en lo que llegó al local y sin más, abrió la puerta; tal como se hubiera esperado, el sonido de lo que creyó que era una campanilla de viento, sonó al tiempo que entraba, lo cual anunciaba una entrada de lo menos discreta que lo que ella hubiera querido. - Hola – Exclamó a manera de saludo, mientras se dirigía a las dos personas que se encontraban allí , una de ellas era un rostro conocido para ella. – Selene, un gusto verte nuevamente. Vengo por… por un par de cosas, una de ellas es que quería darle mantenimiento a mi varita, está bastante desgastada y pues… eso. – Terminó de murmurar, mientras daba un vistazo rápido al lugar y comprobaba que su hermano no se encontraba allí.
  3. - Supongo que no tendré más opción que ayudarte a encontrar el camino a tu casa, finalizando todo este drama, claro. - En el rostro de Valeskya se dibujó una breve sonrisa, al tiempo que le daba unas palmaditas en el hombro a Garry. El mago siempre había tenido una personalidad bastante peculiar, en comparación a otras personas que había conocido y quizás esa era la extraña razón por la cual le simpatizaba. – Un trato es un trato ¿no es así? – A pesar de que el mago le había comentado que ya no se consideraba capaz de resolver un misterio, la bruja no pensaba igual. En primer lugar, no es que contara con mucha ayuda para resolver algo así y en segundo lugar, dudaba mucho de que las capacidades detectivescas del Ollivander hubieran disminuido, más bien consideraba que había perdido algo de práctica quizás y el motivo ella lo desconocía y la verdad es que tampoco era algo de su incumbencia. Dicho de otra manera, ella iba a depositar toda su fe en él y ya vería qué pasaría más adelante. - Ahora, buscar información de la familia… - Respondió pensativa a una de las últimas preguntas hechas por Garry. – Supongo que será el punto más complicado, ya que esto – Señaló directo a la mansión y miró al mago, quien estaba sentado a su lado. – Ya estaba construido cuando nosotros llegamos a vivir aquí y por ende, quizás haya muchas cosas que todavía no hemos llegado a descubrir. – La ojivioleta comenzó a presionarse. – Se han hecho varias remodelaciones a todo el lugar, y sin embargo, solo hay un lugar del cual casi nadie ha ido…- Tenía muchos años que vivían ahí y no solía ir a esa parte de la casa, en primer lugar porque las mazmorras que habían en el subterráneo, eran más que nada el terreno de Sophie, de sus andanzas, cacerías y todo eso. Aparte de que una zona de ahí pertenecían a los dormitorios de los elfos domésticos de la casa, ya que aunque ese tema desde el inicio había provocado gran discusión entre ellas y los elfos que se habían negado ir a un lugar más adecuado. Y sin embargo, al final habían hecho todo lo posible para que tuvieran una vida mucho más acomodada dentro de lo que podía permitirse en un lugar como aquel. - Sígueme – Valeskya se levantó de golpe al tiempo que daba la orden. A veces se le olvidaba lo mandona que podía llegar a ser. – Vamos hacia las mazmorras… En esa zona había un pasadizo, del cual a nadie le interesó averiguar qué es lo que había más allá de él. Concluimos que llegaba a algún lugar del jardín y que por supuesto, no había salida. – Avanzaba con la mayor rapidez como le era posible, confiando en que Garry seguiría sus pasos. – Digamos que los elfos son los guardianes de esa entrada, ya que su dormitorio está justamente por esa zona, y si me preguntas… - Se mordió el labio. – No se qué tanto han cambiado las cosas desde que me fui . – A medida que se acercaba el lugar, pudo sentir una ola de aire frío, ya que ella recordaba que no estaba tan lúgubre el lugar. Su pie tropezó con algo y logró sujetarse con algo en la pared; con la poca iluminación que había, pudo percibir lo que la había hecho tropezar, así como también lo que había ayudado a que no se estrellara con el suelo. - Quién lo diría Garry, acá están las famosas raíces de las que tanto me hablabas… - Dijo distraídamente.
  4. - Garry, siempre es un gusto verte, aunque casi siempre sea en circunstancias muy… particulares.- La Granger respondió con calma a manera de saludo, como si el invitado que hacía acto de presencia en el jardín, fuera alguien a quien estuviera esperando. Lo cierto era que la presencia del mago la había tomado completamente por sorpresa; se había aparecido tan sigilosamente, que si no hubiera reconocido su voz al instante, era probable que las cosas hubieran terminado con un gran alboroto, por parte de ella obviamente. No le gustaba que desconocidos aparecieran así de la nada, sin ninguna invitación, ya que la por lo general era señal de problemas. Aunque la presencia de Ollivander no era la más casual en ese momento. - No sabía que sintieras atracción por el cuidado de las plantas.- Murmuró distraídamente. – Tenía un par de plantas en mi habitación… probablemente estén muertas, soy un caos intentando cuidar cosas… y personas también. - Estaba más que claro que Valeskya no tenía ni la más remota idea de lo que ocurría con las dichosas raíces de las que tanto hablaba el mago. “¿Qué tan mortal puede ser una raíz?” Pensó de mala gana, aunque trató de que su semblante no mostrara lo que estaba pasando por su mente en ese momento. Lo que sí, es que ahora tenía algo nuevo de lo que tenía que preocuparse; miró a Garry y se preguntó si sería la persona adecuada para decirle lo de la reliquia y todo lo demás en lo que estaba pensando antes de aparecerse por ahí. - Así que, vecino…- Por alguna razón, decir esa palabra le resultaba entre extraño y gracioso, ya que nunca habían convivido con otras familias, a menos que existiera un lazo de sangre que los uniera directamente. – Apareces en el acto a decirme que tienes un problema de raíces provenientes de mi casa, que dicho sea de paso, no veo de donde pudiera provenir, ya que no tenemos árboles suficientemente grandes como para abarcar tanto terreno. – Cruzó los brazos. – ¿Pero, sabes? Dicen que entre vecinos hay que ayudarse… así que no vendría mal un poco de ayuda con un problema que me ha surgido recientemente. – - Verás… - No sabía cómo comenzar a explicar sin que sonara tonto. – Muy probablemente hayas escuchado sobre las reliquias familiares, pero con todo eso que ocurrió en navidad y el caos desatado, me intriga saber sobre ellas, ya que por alguna razón, ni Sophie, ni Fiamma, ni yo, tenemos idea alguna de lo que pueda tratarse, jamás hemos visto un objeto similar en nuestra casa y yo… - Aguardó, mientras trataba de buscar las palabras adecuadas y sobretodo, que pudiera darse a entender. – Bueno, he estado pensando en que quizás alguno de los Granger tiene el objeto en su posesión sin saber la importancia real que tiene… sobretodo saber qué tan poderoso pueda ser y si alguien ajeno pueda estar interesado en él. – Omitió descaradamente el hecho de que en la mansión estaban ocurriendo cosas extrañas desde navidad. Sabía que probablemente recibiría una negativa rotunda si continuaba explicando el problema en su totalidad, así que le había parecido buena idea ir contando las cosas “sobre la marcha”. - El punto es… que si me puedes ayudar a buscar la reliquia o algo de información que pueda ser relevante. Sería un trabajo detectivesco, rápido y efectivo.- Valeskya contaba con que el misterio fuera suficiente como para poder despertar la curiosidad en el Ollivander. – ¿Qué te parece? Sería prácticamente un intercambio de favores.– Finalizó, puntualizando lo último como algo casual.
  5. Jardín de la mansión Granger. Estaba sentada, con los ojos cerrados, tratando de hacer que ese malestar en la cabeza desapareciera lo más pronto posible. Desde lo ocurrido en navidad, se había quedado con ese mal sabor de boca. Lo que prometía ser una noche agradable en familia, o al menos los que habían alcanzado a llegar, se desató en un caos del cual nunca había llegado a comprender del todo. Los días transcurrían de la misma forma para la joven, solo habían cosas a las que no había podido dejar de dar vueltas: la navidad, la cena, sus primas, un secuestro, algo sobre unas reliquias, GRINCH y MACUSA. Valeskya sintió una punzada en la sien en ese momento ¿con qué finalidad habían intentado secuestrar gente? ¿Qué era lo que buscaban? La respuesta a esa última pregunta podría tener relación con las famosas reliquias familiares. - ¿Cuáles reliquias? – Murmuró en voz alta, mientras abría sus ojos y éstos miraban hacia el cielo, como si éste pudiera darle alguna respuesta.qalguno de ellos estaría ocultándonos algo? – Claramente la bruja se refería al resto de los Granger, en todo el tiempo que llevaban habitando la mansión, no recordaba alguna clase de objeto que pudiera representar algo importante o valioso para la familia. A menos que alguien hubiera encontrado algo y lo hubiera guardado para sí, quizás en un ataque de avaricia o simplemente no le había dado la importancia debida y solo lo había tomado como alguna especie de adorno. Valeskya resopló fastidiada, por supuesto que conocía a su familia, todos le agradaban y ninguno había hecho algo que mereciera desconfianza por parte de ella, así que seguramente todo se trataba de un mal entendido. “Sí, de eso se tratará seguramente” pensó, finalmente convencida. Sin embargo, todo aquel incidente ocurrido en la navidad, no había pasado desapercibido, a pesar de algunos vagos intentos por detenerlo, los periódicos habían pasado varios días tratando de darle difusión y sacando sus propias teorías acerca de lo que podía ser el verdadero motivo: desde un robo, hasta algo mucho más oscuro de lo que muchos no se atrevían a hablar. La pelinegra bajó la mirada y vio el periódico de ese día, el cual permanecía a su lado. Lo agarró y lo arrugó, solo por tener algo por hacer y observó la mansión lo que quedaba de ella: todo parecía estar tal y como la última vez que había ocurrido aquel incidente en el que habían perdido gran parte de la casa. Y fue en ese momento en el que notó algo interesante: ella recordaba que entre varios habían hecho algunos arreglos a la mansión y todo permanecía extrañamente limpio y ordenado, como si una gran burbuja invisible permaneciera cubriendo las pertenencias que estaban a plena vista. Había adjudicado aquel orden en la casa al trabajo de los elfos domésticos, pero desde que había ocurrido ese incidente navideño, parecía que tanto esa parte como el resto de la casa parecía comenzar a deteriorarse con inusual rapidez, a pesar de que Breena y los demás se esforzaban en mantener todo limpio, incluso un par de días antes, uno de los muebles se rompió al parecer de la nada, como si hubiera permanecido abandonado durante varios siglos. Aparte de que los elfos mencionaban que comenzaban a escucharse ruidos, como si muchas personas anduvieran en esa casa y que cada vez parecía hacerse más frecuente, junto con otras cosas particularmente extrañas que ocurrían dentro de la mansión. Sin embargo, la ojivioleta no le había dado tanta importancia, solo se había limitado a adjudicarlo a alguna clase de espíritu que rondaba por ahí y que seguramente se aburriría pronto y se iría, no sería la primera vez que sucediera algo así. A ella no le preocupaba tanto, porque solía estar ocupada con cuestiones que la mantenían fuera de la mansión, sin embargo, había decidido tomar cartas en el asunto. Tenía el plan perfecto en su mente: primero, encontrar a alguien que pudiera encontrarle una explicación con respecto a eso y segundo, y probablemente lo más importante: encontrar la famosa reliquia familiar de los Granger y llevar a que fuera examinada para ver qué era lo que la hacía tan especial.
  6. De haber podido, el rostro de la Granger se hubiera ruborizado al máximo. Una ola de vergüenza se iba apoderando de ella al tiempo que el mago decía que no la conocía. Su condición vampírica mantenía su piel tan pálida como al inicio de la conversación. ¿En verdad se había equivocado? “No seas ridícula, Valeskya” una voz en su cabeza la reprendió al tiempo que miraba estupefacta a Tazz. “¡Por supuesto que es él! ¿Quién demonios se cree? ¿Ahora va a fingir que no me conoce?” Esas y otras mil preguntas se agolpaban en su mente rápidamente, a medida que la vergüenza estaba alejándose, dando paso al enojo. A pesar de que en su mente se estaba llevando a cabo un remolino de emociones, se percató de que el Malfoy parecía estar genuinamente desconcertado, lo cual solo lograba que la joven se confundiera aún más. “¿A qué viene todo esto?” Pensaba, mientras su mirada violácea seguía al mago, que parecía tener su propia lucha interna para relajarse. Vio que se sentaba en una de las mesas y pedía un café. Permaneció de pie, sin saber qué hacer: el primer impulso que tuvo, fue dejarlo ahí y largarse a seguir haciendo sus tareas habituales, pero ¿Cómo quedaría ella, siendo la dueña del lugar, mostrando semejante comportamiento? Valeskya suspiró, resignada, mientras con su varita hacía aparecer en sus manos una charola con diversas muestras de cada chocolate que había en la tienda en ese momento: unas exquisitas trufas, chocolate con relleno de fresa, de menta, de caramelo, entre otra variedad de formas para que Tazz degustara. Respiró profundamente antes de acercarse de nuevo, lo cual requería un esfuerzo extraordinario, ya que en su mente la única idea que tenía muy presente, era aventarle la charola directo a la cabeza. - Toma, pruébalos y quizás encuentres algo de tu agrado.- Exclamó secamente, mientras dejaba caer la charola casi de golpe y permanecía de pie al lado de la mesa. Se esforzó en mantener su semblante tranquilo, al tiempo que meditaba la respuesta a la pregunta que había formulado. – Antes de responderte, Malfoy. – Puso especial énfasis en la última palabra. – Si resulta que estás viéndome la cara, me voy a cerciorar de que lo pagues y muy caro. - - La respuesta es sí, nos conocemos, desde hace algunos años… se supone que somos amigos… ÉRAMOS, no lo sé. – Dijo Valeskya de mala gana.- Nos conocimos en un café y bueno, conversábamos y esas cosas.- Lo miró fijamente. – ¿A qué viene todo este teatro? Es más fácil decir que no te interesa seguir hablándome y ya.- El tono de su voz mostraba claramente lo que sentía en ese momento. – Podríamos ahorrarnos todo esto, en verdad, sería menos vergonzoso...- Quiso añadir que también sería doloroso, pero su orgullo no se lo permitía. @ Zenin 💕
  7. El constante movimiento de cristales, la maquinaria, los instrumentos de limpieza y su elfina, mantenían a la Granger distraída. Sus pensamientos comenzaban a divagar acerca de lo que haría esa vez: quedarse en la mansión de forma definitiva y continuar con los negocios, o simplemente marcharse, como todas las veces anteriores. “Al menos tengo donde pasar el rato cómodamente” dijo la ojivioleta para sí, mientras pensaba en la tragedia ocurrida en la mansión hace tiempo y las ruinas que habían quedado. La mirada de la bruja se dirigió rápidamente hacia la planta alta del local: ahí seguramente su cuarto permanecía intacto gracias a su elfina, o al menos eso pensaba ella. Solo de pensar en el tiempo que había pasado, le provocaba serias dudas acerca del estado en que el local pudiera permanecer. “Aunque bueno, Breena y la magia ahorran bastante el trabajo” concluyó, satisfecha al ver que poco a poco el local comenzaba a inundarse con aquel olor característico que solía embriagar tanto a magos como a muggles… si es que estos últimos tuvieran la oportunidad de acudir ahí. Una voz a sus espaldas, hizo que se sobresaltara, había estado tan concentrada en sus pensamientos, que había pasado completamente de estar prestando atención a que llegara alguna persona a comprar, al menos no tan pronto, lo cual hacía toda esa situación mucho más inesperada. Una voz masculina que la había saludado y de cierta forma había halagado el local, cosa que Valeskya hizo que volteara y aunado a su buen humor, una inusual sonrisa se dibujó en su rostro. Aunque al ver al mago que estaba ahí de pie, hizo que se removiera un poco de su local, debatida entre la sorpresa y otra clase de sentimiento que aún no lograba definir, algo que hacía que sus recuerdos llegaran a ella de una forma quizás demasiado brusca. - Buenas tardes. – Alcanzó a responder Valeskya, un tanto confundida. – Me alegra que encuentres algo de felicidad al entrar acá, así que puedes sentirte libre de observar y preguntar, si buscas alguna recomendación. – Mientras más observaba al mago, las dudas iban disipándose con más rapidez. – O si quieres pasar al área de cafetería, por si gustas pasar un rato tranquilo y agradable o si quieres refugiarte del frío que hace afuera. – Señaló la puerta más cercana. - Aunque, antes de que tomes una decisión, me gustaría preguntar algo más. – Dijo finalmente la Granger con más seguridad y su rostro se tornaba serio. - ¿En qué momento has decidido venir a este lugar y cometer el pecado de no reconocer a una vieja amiga? – Cruzó los brazos y se mordió el labio. – Ha pasado tantos años, que dudé de que fueras tú en realidad, querido Tazz... y espero que no me vea obligada a hacer que trates de recordarme. - Finalizó @ Zenin 😝
  8. Holis, solo pasaba a dejar un saludito por acá 🤭

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    2. Ada Camille Dumbledore
    3. Valeskya Granger

      Valeskya Granger

      Dale, voy a rolear lo más pronto que pueda, a ver si no me pasa como lo del baile donde llegué y cerraron JAJAA

    4. Ada Camille Dumbledore

      Ada Camille Dumbledore

      Pues sii, no creo q lo cierren aún 

  9. La mirada violácea de la joven se enfocaba en distintos negocios del callejón Diagon, mientras un aire gélido mantenía a mucha gente excesivamente abrigada o encerrada en los diferentes locales, quienes tenían el pretexto perfecto para poder vender al mismo tiempo que una chimenea mantenía cómodos a todos. Con el transcurrir de los años, se veía como las cosas habían cambiado, la cantidad de gente parecía ser aún menor con cada vez que paseaba por allí. O esa era la impresión que la bruja tenía cada vez que ella volvía a Londres a pasearse por ahí. Sus botas negras eran lo suficiente cómodas para andar sobre la nieve y su pantalón negro era abrigador y cómodo. Una blusa roja de manga larga hacía que el color de su piel resaltara aún más, por lo cual había intentado ponerse algo de maquillaje en el rostro, con la finalidad de no verse tan pálida. Su negra cabellera lacia la llevaba suelta, la cual se agitaba a la par del viento, lo cual complicaba a veces la visibilidad o simplemente le estorbara, por eso constantemente lo intentaba acomodar tras su oreja, sin mucho éxito. En esa ocasión su destino era simple: ir a ver a Fiamma al Canto de la Sirena, uno de sus negocios y de paso, investigar secretamente si Joaquín se encontraba por allí, como la última vez. En esa ocasión estaba aburrida, tenía ganas de fastidiar a su hermano y de paso, saber cómo se encontraba, pero supuso que estaba ocupado atendiendo a Seishiro, como siempre. Intentó no poner los ojos en blanco al pensar en eso. El plan era claro: la familia Granger volvería a Londres, con la intención de quedarse por mucho tiempo, y eso incluía remodelar la mansión y tratar de atender los negocios que, aunque se mantenían casi solos, de vez en cuando lucían bastante abandonados y en esta ocasión, aquel bar – karaoke, no sería la excepción. - En remodelación ¿eh? – Exclamó Valeskya en voz alta mientras ponía las manos en la cintura y veía el lugar con detenimiento. – Supongo que necesitará algo de ayuda. – Sin importarle el letrero, se adentró en el lugar y comenzó a gritar a todo pulmón. - FFFFFFIIIIIAAAMMAAAAA – Escobas, plumeros, trapeadores, tintineo de vasos y demás objetos se movían solos de un lado a otro, intentando limpiar y remodelar un lugar. - ¿NECESITAN AYUDAAAA? - Era más una afirmación disfrazada de pregunta.
  10. - Creo que es hora, Breena… - Murmuró la Granger mientras se encontraba en la entrada de lo que era el negocio de chocolatería y cafetería. - ¿Cuántas veces lo he dicho? Que me quedaré y al final termino largándome como siempre JAJAJA – Soltó una risotada mientras su elfina doméstica la observaba, entre divertida y asustada, por la risa de la bruja. - P-p-ero siempre vuelve. – Exclamó la elfina con cierto temor. – Puedo limpiar y todo quedaría como nuevo.- - Por supuesto, solo hay que limpiar, pero ¿Valdrá la pena que este lugar continúe abierto al público? – La joven dejó la pregunta al aire mientras abría la puerta principal. Lo cierto era que el lugar no lucía tan descuidado como podría haber imaginado. Miró y un gesto de agradecimiento apareció brevemente por el rostro de Valeskya; su elfina la conocía tan bien, sabía que al final ella siempre volvía y trataba de que todo estuviera con el mayor orden posible, cosa que valoraba infinitamente, pero pocas veces tenía la oportunidad o el carácter como para expresarlo en voz alta. “Gracias” Pensó, al tiempo que deseaba con todas sus fuerzas que la elfina pudiera leer su mente y así lo supiera. La ojivioleta sacó su varita y comenzó a apuntar en distintas direcciones: unas escobas aparecieron y comenzaron a barrer solas, unos plumeros a sacudir. Aunque no tan concurrido como antes, parecía que de vez en cuando aparecía gente a comprar y a disfrutar del chocolate que vendía ahí. Supuso que, aunque el polvo continuaba allí, no estaba acumulados en la medida del tiempo en el que ella se había ido. “Un par de días, si acaso” pensó, mientras pasaba la mano por el escaparate y veía que la acumulación era mínima. - ¿Crees que muera si...? – Valeskya dejó la frase en el aire mientras tomaba una trufa del mostrador, no sin antes ver que las muestras estaban solo dentro de los exhibidores y no para que alguien pudiera tomarlos… o que se llenaran de polvo. – Al menos no está caducado – Rió. Estaba de un inusual buen humor ese día, a pesar de que el clima invernal parecía no dar tregua. Miró hacia afuera, la nieve continuaba cayendo, aunque no tan fuerte como para impedir que la gente continuara deambulando en el callejón, realizando sus compras de fin de año, todos debidamente abrigados. Inconscientemente, la bruja cruzó los brazos, ya que la temperatura no causaba gran efecto en ella. Llevaba puesto una blusa de cuello alto, en color blanco y un pantalón negro, con botas altas del mismo color; aparte llevaba su negra cabellera recogida en una coleta, lo cual no era algo tan usual en ella. Comenzó a caminar en dirección a la cafetería, tratando de ajustar las cosas para que volvieran a ponerse en movimiento.
  11. Rol? 🌚

    1. toji

      toji

      Dale! @rrobeame donde andes y te contesto! 😉

    2. Valeskya Granger

      Valeskya Granger

      Solo ten un poco de paciencia pls, ando super lenta por la vida XD

    3. toji

      toji

      No Problem! 😏

  12. “¿Señora?” Dijo Granger para sus adentros, al tiempo de que trataba de que en su joven rostro no se reflejara la mucha curiosidad que le ocasionaba el visitante y más la forma en que se refería hacía ella; tal vez en su vida no se había encontrado a mucha gente educada, o simplemente ya había olvidado en lo que consistía la convivencia con las personas. Ya no recordaba el tiempo que había estado viajando en solitario y que muy a su pesar, las únicas personas que de cierta forma la hacían salir de su confinamiento, eran precisamente los habitantes de lo que quedaba de aquella mansión. - Es extraño – Murmuró la bruja finalmente. – Creía que los Ollivander, al igual que nosotros, eran pocos integrantes. – Haciendo una clara referencia a que las familias de magos en la actualidad resultaban ser más escasas cada vez. De una u otra manera, cada vez que volvía a Londres, le daba la impresión de que había menos gente. – Claro, al menos no los suficientes como para contar con un administrador.- Exclamó mordazmente. Inmediatamente a su comentario, Valeskya se arrepintió casi inmediatamente del tono de voz que había empleado. Generalmente no le importaba parecer grosera con la gente que apenas conocía, pero era una ocasión diferente, en ese momento se encontraba frente a un desconocido, con un tamaño mucho mayor (?) y fuerza que el de ella; claramente estaba física y a lo mejor mágicamente en desventaja frente al Crouch. - Apolo… - Finalmente se enfocó en el motivo principal por el cual el visitante se encontraba allí. Hizo un gesto con la mano, invitando a Hessenordwood a pasar a las ruinas Granger (?). – Francamente me gustaría darle una respuesta concreta en lo que se refiere a la presencia de mi sobrino, pero lamento decirle que al igual que usted, me encuentro buscándolo. – “Al igual que el resto de mi familia”, guardó esa última frase para ella. - Si se trata de un asunto de vital importancia, podría dejarle un mensaje… escrito, claro. – Aclaró discretamente su garganta. – Y no se preocupe, no acostumbramos a revisar la correspondencia. – Intentó bromear, sin que la seriedad se apartara de su rostro. – Solo que no le aseguro que el mensaje sea leído pronto. – La mirada de la ojivioleta se enfocó en las sábanas blancas que se encontraban cubriendo la mayor parte de los muebles. - ¿Y Garry? – Ese nombre llegó de repente a la mente de la Granger. – Tiene mucho que no se de él. ¿Sigue aquí? Me gustaría ir a visitarlo alguna vez.- Finalizó. @ Hessenordwood Crouch
  13. La Granger siempre se preguntaba qué era lo que en realidad la motivaba a ir a fiestas donde pocas veces se encontraba a alguien conocido, sin embargo, en el fondo había descubierto que eso no le desagradaba del todo. Ese tipo de invitaciones de cierta manera la obligaban a salir de su rutina que muchas veces le resultaba aburrida, así que acudir a un cóctel siempre era un motivo para distraerse y en esta ocasión serviría para ver si podía encontrarse a algún rostro que le resultara familiar. La mirada violácea de la bruja miraba con detenimiento la invitación mientras se encontraba en lo que era su negocio. Debido a que la mansión Granger había sufrido daños importantes y que éstos todavía no lograban ser reparados, había elegido como hogar temporal su negocio, Catemaco’s Magic, lo cual no era algo que le disgustaba. Llevaba unos cuantos días solamente que había vuelto y sin saber cómo, la invitación había llegado a ella. Textualmente iba dirigido a la familia, y en vista de que había llegado a ella, había deducido que nadie más estaba presente para poder recibir dicha invitación. Cuando Valeskya había leído el contenido, no pudo evitar hacer un gesto extraño en su rostro. Nunca había sido particularmente asidua a los eventos que tenían un tinte político, se le hacían bastante sofisticados, aburridos, y de cosas con las que la mayor parte de las veces no estaba de acuerdo. “Tal vez esté equivocada y quiero ver cualquier festividad del Ministerio como algo mal, además de que algún Granger tiene que dar la cara por el resto” [?]; esa había sido la frase que había terminado de convencerla para ir, aunque estaba segura de que su hermano Joaquín seguramente disfrutaría de ese evento mucho más que ella. -.-.-.-.-.-.-.-.- - Está bien, está bien… ¿Qué haría mi hermano en estos casos? - Habló la bruja en voz alta, mientras caminaba lo más rápido posible, dirigiéndose hacia la entrada al salón. Alguien de seguridad le había dicho que la cena había transcurrido y ahora toda la gente se encontraba en el salón, disfrutando de la fiesta. – ¿En qué momento se me hizo tan tarde? ¿Será prudente entrar ahora mismo? Bueno, solo haré acto de presencia, portarme como si tuviera mucho dinero, sonreír a la gente que no conozco y triunfaré.- Se dijo a sí misma. Antes de abrir la puerta, se detuvo en seco; a su mente llegó una posibilidad acerca de la invitación que había llegado a sus manos. ¿Y si en realidad era por el puesto que ostentaba desde hacer mucho tiempo? Recordó que era la asistente de la Líder del Congreso de Adivinación y esto le hizo sentir una pequeña punzada de remordimiento, ya que casi nunca hacía cosas relacionadas con su puesto, a pesar de que la adivinación era de las cosas que más disfrutaba de su vida . Al final la ojivioleta concluyó que era por el trabajo que tenía con Sophie el motivo por el cual tendría que asistir a aquella reunión. Ajustó su vestido y suspirando, entró al salón y al ver que no había tanta gente como ella hubiera esperado, le hizo pensar que en verdad había llegado demasiado tarde. Estiró una de sus pálidas manos para sostener una copa que uno de los meseros le estaba ofreciendo, mientras su mirada recorría los rostros, tratando de encontrar a alguien conocido.
  14. Valeskya se encontraba sentada en la sala, observando a su alrededor, pensando en todas las posibilidades. “La mansión se ve bastante descuidada, pero no lo suficiente como para pensar en que personas ajenas o indeseables puedan estar intentando robarse algo”, decía para sus adentros, mientras intentaba hacer un recuento mental de las cosas, para ver si todo se encontraba tal y como estaba la última vez. Pensaba en que era demasiado tonto todo eso, evidentemente ninguno de los Granger en su sano juicio viviría en un lugar que tarde o temprano terminaría por caerse a pedazos. - Y todo por andar queriendo dar la sorpresa. – Dijo finalmente la chica ojivioleta, casi de mal humor. Se levantó y se dirigió hacia la escalera que daba hacia lo que alguna vez había sido su habitación. Estaba segura que no encontraría nada de valor ahí, pero había decidido ir a revisar las habitaciones de todos, por si encontraba alguna pista que indicara hacia dónde se habían marchado. ¿O es que en realidad todo se había acabado ya? La bruja se detuvo en el pie de la escalera, pensando en la posibilidad de que en realidad todos se habían marchado de Ottery. Si analizaba fríamente la situación, no había mucho que retuviera ni a ella ni a ningún otro miembro de la familia allí. Sin embargo, siempre volvían de una u otra forma. Suspiró. La nostalgia, la esperanza de encontrar algo o a alguien hacía que ella siempre volviera y esta vez no era la excepción. Aunque ahora solo deseaba hablar con su prima, para preguntarle la obviedad de lo que ocurre cuando hay una pérdida: el saber si quería hablar con alguien, si quería un abrazo o simplemente compañía. Hizo a un lado esos pensamientos y comenzó a subir las escaleras y vio que su pantalón negro comenzaba a traer restos de polvo, así que comenzó a sacudirse con las manos mientras continuaba su camino. Cuando estaba a punto de llegar a la siguiente planta, un ruido hizo que la bruja se detuviera en seco. ¿Alguien en la puerta? No hizo nada, hasta escuchar que alguien golpeaba la puerta en una segunda ocasión. Valeskya demoró en reaccionar, más que nada porque esperaba a que algunos de los elfos hicieran su aparición, ya que sería una señal de que había alguien que todavía viviera allí. Como era de esperarse, nadie salió al encuentro del o de la visitante, así que de mala gana comenzó a bajar las escaleras con cuidado, ya que la última vez que había utilizado tacones, casi había terminado con una fractura (?) y no quería tener un accidente y menos ahora que no contaba con ayuda. - ¿Si? – Dijo la ojivioleta mientras observaba de pies a cabeza al mago que se encontraba frente a ella. La hospitalidad no era su fuerte y más tratándose alguien desconocido (?). - ¿En qué le puedo ayudar? - Se dio cuenta que daba lo mismo tener la puerta abierta o cerrada, simplemente había sido una cortesía el tocar la puerta, ya que cualquier persona podría entrar y salir a voluntad de ahí. @ Hessenordwood Crouch 😝
  15. Ya casi roleo, aguanta otros cuatro meses más (?

    1. Hessenordwood Crouch

      Hessenordwood Crouch

      Ahí te voy con la respuesta 👴

  16. 😏

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    2. Valeskya Granger

      Valeskya Granger

      *atrapada de un pie* (?

      No puedo ver skins desde mi tel, creo xD. Deja le quito la versión móvil y te viboreo.

    3. Valeskya Granger

      Valeskya Granger

      No pues no puedo verlo jajaj

    4. Hessenordwood Crouch

      Hessenordwood Crouch

      Demasiado tarde)? ya me viboríe sole 😧 

  17. 🥲 Here we go again .

    1. Rory Despard

      Rory Despard

      Bienvolvida oiga, sale rol +.+?

    2. Valeskya Granger

      Valeskya Granger

      Jajaj otro poco y me pierdo. Dale, solo ten paciencia, que no ando muy fina con esto de la roleada. 

    3. Rory Despard

      Rory Despard

      Ntp, hoy estoy adormilada por la primera dosis que me puse, pero mañana te paso a dejar el rolcitu c;

  18. Me sentí re intrusa metiéndome a un rol donde nadie me esperaba JAJA 🤣.

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    2. Valeskya Granger
    3. Hessenordwood Crouch

      Hessenordwood Crouch

      Ais,no desaparesi, solo no puedo salir de donde estoy (?) #AiiudaMeAtore xd

    4. Ada Camille Dumbledore

      Ada Camille Dumbledore

      Jajaja par de locos,  todos fuimos a bailar y beber a costa de Mel que ha sido generosa en darnos licor XD... Vamos a eso y divirtamonos!! 

  19. - Ay Valeskya ¿Qué rayos haces acá? – Dijo la bruja para sí misma, mientras su mirada observaba con curiosidad el lugar. No recordaba haber visitado alguna vez a la familia Moody, pero conocía a algunos de sus integrantes; y sin embargo, ahora se encontraba allí, en la espera de no pasar más vergüenzas al intentar sacarla por no llevar la invitación. ¿En qué momento había decidido acudir a una fiesta sin ser invitada? Eso no era algo que solía hacer, incluso el socializar con otros magos y brujas era algo que la ponía nerviosa, pero desde que había regresado, estaba dispuesta a entablar lazos con gente de la comunidad mágica y quizás eso se caería bien a su familia. Aunque el hecho de que sentía que era su deber por ser una de las matriarcas, no sentía que fuera a obtener mucho éxito, pero ya estaba ahí, para acudir a un evento de beneficencia y ver qué podía obtener de todo eso. Acomodó su vestido y con sus manos retocó el cabello que simplemente traía recogida en una coleta. Tal y como le habían pasado el chisme (?) llevaba puesta la máscara correspondiente, haciendo que se sintiera más segura a la hora de camuflarse entre la multitud. La ojivioleta se detuvo por un momento y sacó un pequeño espejo para revisar si todo estaba bien: atuendo, peinado, maquillaje y algo de nervios. De inmediato se arrepintió de haber elegido un vestido de ese color, pues su piel parecía lucir más pálida que de costumbre; pero de todas formas ese vestido le había gustado mucho y tenía tanto tiempo que no asistía a un evento de ese tipo, que no dudó en elegirlo. Guardó el espejo dentro de su bolso de mano y dijo para sí misma: - Creo que debí decirle a Sophia que me acompañara…- Y sin más, comenzó a acercarse a la casa, al tiempo que comenzaba a escuchar el murmullo de las personas que estaban conversando, el tintineo de las copas, los platos, la comida y el decorado del lugar. Suspiró en un intento de relajarse y sin más, entró; lo primero que hizo fue tomar una copa de una bandeja que iba pasando. Apenas sonreía a las personas que la veían, ya sea por curiosidad o porque intentaban averiguar quién era o qué estaba haciendo allí. Dio un sorbo e inmediato reconoció el sabor de la champaña, al tiempo que comenzó a pasear y curiosear entre la decoración de la casa y el atuendo de los presentes (?). *-*-*-* Off: Holi, pues me vine a colar acá 🤣
  20. Valeskya apareció en el jardín de la mansión Granger, era el último lugar que en esa ocasión había elegido llegar ante su regreso a Londres. Sentía remordimiento por haber desaparecido durante un año, quizás más o quizás menos tiempo (?); y ahora que había regresado, había decidido empezar su tour de visitas iniciando por los negocios familiares y finalizando por su hogar. Incluso había decidido hacer un par de visitas que nunca creyó haber hecho antes, como si en el fondo hubiera optado por retrasar el momento de su llegada cada vez más. Había dejado a su elfina en la mansión, para que pudiera ayudar, o en algún otro caso, le avisara en caso de que hubiera alguna emergencia. La pelinegra suspiró al recordar eso último, por alguna razón que hasta ese momento ella desconocía, su elfina no había aparecido para notificarle la tragedia que había ocurrido en la familia Gryffindor. ¿O sí lo había hecho? No, esa era una de las cosas que no podría ignorar si le hubieran avisado a tiempo ¿Entonces qué ocurrió? ¿Había pasado algo en la casa? Esa y otras dudas más comenzaron a embargar a la bruja mientras se quedaba de pie observando la mansión… o lo que quedaba de ella. Para su pesar, parecía que el tiempo no había pasado desde la última vez que había estado allí: parte de la edificación estaba a medio destruir. - ¿A rescatar lo que queda de mi habitación, o ver si hay gente en la casa? – Murmuró la joven en voz baja, mientras sus ojos violáceos pasaban de la casa a los jardines. Al final comenzó a avanzar hacia la parte trasera de la casa, esperando encontrar las casas de campaña que estaban instaladas. Por un momento se imaginó a toda la familia viviendo casi en la intemperie (?). Lo cierto era que en el fondo esperaba que alguna vez las cosas volvieran a ser como antes, es decir, encontrarlos ahí reunidos a todos, aunque no en esa situación. Su cabeza constantemente daba vueltas, pensando en qué hacer para poder recuperar las cosas. - ¡!HOLAAAAAA!! – Exclamó con energía mientras veía las tiendas de campaña alineadas. Nadie le respondió. Continuó caminando hasta llegar a la tienda más cercana; se asomó y vio que no había nadie. ¿Habría pasado algo? No lo creía, aunque la última vez que había visto a su prima, no parecía encontrarse muy bien por lo que le había ocurrido a Elvis; Valeskya estaba segura de que a Sophie le había afectado mucho, porque era un poco más cercana a los Gryffindor. La ojiivoleta suspiró al recordar ese hecho y se preguntó si todo eso no se trataba de una pesadilla o quizás de una broma de mal gusto, pero ese pensamiento venía acompañado de una seguridad de que todo lo que estaba pasando era real, que no había cabida para pensar otra cosa. - ¿Hay alguien por acá? – Volvió a decir, pero esta vez en un tono más normal, convencida de que estaba sola. Se dirigió hacia la cocina, o lo que quedaba de ella y no pudo evitar sentir entre nostalgia y culpa por lo que quedaba de la mansión. Había un par de cuervos (?) en la cocina, como si estuvieran buscando algo de comer. La bruja los ahuyentó con los brazos para que éstos se marcharan y no pudo evitar poner cara de asco al ver un pedazo de pan que estaba siendo consumido por esas aves. “Entonces, creo que ya no viven acá”, dijo para sus adentros, pues ninguno de sus familiares permitiría que la cocina hubiera llegado hasta ese estado. “¿Pero entonces en dónde estarán?” Era la pregunta que la asaltó al tiempo que se dirigía a la cocina con cautela, deteniéndose de vez en cuando creía escuchar crujir algo, como una madera o quizás un pedazo de techo caer (?). Al llegar a la sala, vio que algunos de los muebles se encontraban tapados con sábanas blancas, y sin más se sentó ahí, preguntándose qué era lo que había pasado allí.

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