Dana Gryffindor

Una leve llovizna acompañaba aquella mañana gris a vísperas del otoño, la briza hacía danzar las hojas de los árboles cuan cascabeles con su peculiar melodía. Las ruedas del carromato saltaban ante cada rama o roca en el suelo y los papeles de la bruja se desparramaban por toda la mesa por lo que decidió sostenerlos con pequeñas rocas para lograr un orden en su campo visual. La pelirroja memorizaba nombres, biografías y posiciones de personas que aún no había tenido el agrado, o desdicha, de conocer. Su escaso personal empezaba a fastidiar a la bruja por lo que se ponía al hombro los reportajes más importantes aunque estos requerían un tiempo especial del cual no disponía. Aún así el viaje a Zurich había sido una excusa para alejarse al menos unos días de Londres y sumergirse en las frías montañas de los Alpes. Esperaba que aquella confederación fuera pacífica, aún más con la victoria de la nueva ministra, @@Sagitas Potter Blue. Lamentaba que una persona de personalidad tan débil dirigiera un país en el momento más crítico de la historia de la magia, esperaba que aquella mujer de cabello violeta no arrojara por la borda lo que su predecesor había conseguido. La bruja hizo una mueca cuando el carromato se detuvo en seco. Un elfo doméstico abrió la puerta del mismo y la elegante dama descendió con su vestido formal color negro y una capa de piel de oso sobre sus hombros. Los thestral's se encontraban en calma, la pelirroja acarició el lomo de uno de ellos y continuó su paso hacia la devenida edificación la cual tomó aspecto de una magnífica estructura conforme atravesaba las barreras de protección. La publisher tenía una invitación especial por lo que ingresó por la misma alfombra que los principales mandatarios de la confederación, buscando con la mirada los ojos de su madre que se encontraba allí representando la gran Escocia. Al llegar a la gran sala una bella morena de ojos café observó su credencial y la condujo hacia la fila donde se encontraba Alessandra Ashryver, primero divisó a Dragos siempre al lado de la rubia protegiéndola con su vida. La pelirroja se acercó a ellos y le regaló una tierna sonrisa a su madre enseñando, sin querer, sus largos colmillos. -¿Lista para la cacería de brujas, majestad?- bromeó la publisher besando la mano de su madre y tomando asiento a su lado -Será divertido ver cómo destrozan a Inglaterra por haber elegido una sucia squib que los gobierne. Sacó un abanico y lo agitó en dirección a su rostro, era increíble el contraste de temperatura al ingresar al salón, la tribuna empezaba a llenar sus asientos y carteles con los rostros de las figuras más importantes del mundo flotaban en el techo. Observó a su alrededor y divisó a la ministra sentada a solo unos metros de ellas, sería interesante tener una charla con una vuelapluma de por medio con la mujer que, debía admitir, era muy hermosa. -¿Esperas a Anthony?- dijo con tranquilidad -Espero que no esté retrasado, el evento está pronto a comenzar.

¿Sangre de sacerdotisa? Corría el rumor de que podría ser favorable, hasta poderosa... Debía probarla. ¿Ministra? Sabía que Sagitas Potter Blue pertenecía a la llamada Orden del Fénix, Shelle Ridcklaud había estado allí y conocía sus ideas tan bien como para no estar a su favor, sabía que había sido un error que la reelección de Aaron Black no fuera un hecho y tenía que hacer algo al respecto, una llamada de atención. ¿Matarla? No sería necesario, el mundo mágico ardería y aquella sería la mecha que despierte el terror, no hace falta una muerte para causar caos aunque de ser necesario... Alessa había entrado a los gritos buscando a la ministra, sin sutilezas como era de costumbre, y poco importaban los protocolos, la Publisher llevaba su rostro oculto tras una máscara de plata, y su reputación se encontraba protegida por la oscuridad. -¡¡Ministra!!- gritó la Ridcklaud -¡Tu sangre aclama por mis dientes! La bruja rompió en risas, venía del bar de su cuñado ebria hasta la locura... Pero su madre le había pedido una mano ¿Acaso iba a negarse? Se acercó a un elfo que estaba listo para chasquear sus dedos y lo agarró del cuello con sus uñas afiladas y con una daga apuntó a su sien. -¿Qué piensas hacer?- dijo con la cínica sonrisa marcada en sus labios -¡La ministra se queda sin elfos!- gritó penetrando la daga en la cabeza del elfo. La sala estaba en llamas y aquello apenas comenzaba. @

Participaré en mi rol de analista político y jefe editorial. Mi personaje está a favor de la oposición y cada vez tiene más ganas de participar activamente en un partido político Grindelwalista por si decirlo con lo que entregará su apoyo a Aarón y criticará a la nueva ministra por payasa (okno haha) Estoy abierta a cualquier propuesta dentro del rol ^^ ya leí el tuyo me falta el de Perenela pero mis ojitos quieren cerrarse así que mañana termino de leer y me sumo. Pd: felicidades por el puesto Sagitas <3

¿Se me estaba subiendo el licor a la cabeza? No estaba segura, podía sentir cómo un fuego recorría mi garganta, un fuego que solo podría ser apagado con sangre. Pensé en el lobo que había mordido hacía unos días, su sangre espesa y ardiente que casi me costó la vida pero que había sido deliciosa y quizás hasta adictiva ¿Sabrían todos los lobos igual? Miré a mi cuñado, mis ojos brillaban y el deseo se apoderaba de mí ¿Sería capaz de probar su cuello? ¿Su sangre sería adictiva también? Sus palabras me apartaron un poco de esos pensamientos. Era una importante periodista política y estaba allí toda ebria junto a un hombre que a veces quería arrancarle la cabeza, pero por alguna razón confiaba en él más que en cualquier otra persona. Acaricié su mejilla con ternura. -Podrías haber sido un gran hermano para mí- dije apartándome un poco de él -Si tan solo estuvieras tan ebrio como yo, estaríamos haciendo destrozos en este momento. Divertida apunté con mi varita al licor haciéndolo levitar hacia mi mano, bebí un poco antes de que Hasam me lo quitara. -Pero resultaste ser un perro guardián- rompí en risas. -Supongo que estoy de acuerdo con Grindewald, aunque no me caso con ninguna idea ni con nadie, solterona hasta la tumba - jugaba con la varita en mis afilados dedos -¿Y tu, cuñado, de qué lado estás? ¿De los que quieren detener la opresión hacia los magos, o de quienes defienden a esos opresores? Quizás ya conocía la respuesta.

Shelle Ridcklaud de la Hoya Gryffindor -Oficinas del Magisk Politike En el despacho presidencial. Los azulados ojos de la periodista recorrían la información que miembros del ministerio le habían facilitado. Junto con el pergamino, que había llegado hacía diez minutos, un volante de circo con el típico anuncio de refugio que había empezado a circular en ciertos lugares que protegían a desamparados en esta guerra civil. Sabia que la información había llegado con la única condición de que lograra investigar a fondo el caso. La bruja estaba cansada de recibir noticias a medias, sentía que los años le pesaban en la espalda y arriesgar su pellejo por una nota interesante había sido una pasión que fue cambiando con El Paso de los años, empezaba a disfrutar de la vida de escritorio y de la compañía de su viejo laúd de madera con el cual se inspiraba en sus ratos libres. Sin embargo la situación de la bruja había cambiado cuando su torre en Dinamarca fue destruida y tuvo que montar una nueva sede editorial de buenas a primeras. Aún no confiaba a sus nuevos reporteros ciertas noticias, necesitaba tiempo para fortalecer lazos con sus subordinados y aún tenía el dolor en el pecho cada vez que pensaba en quienes habían fallecido el día del ataque. Decidida, la bruja tomó el volante y desapareció, dejando que la oscuridad se apodere de la Sala. - Bosque de Bernwood Aire puro del bosque llenó sus pulmones, la frescura de una naturaleza pura, cargada de vida. Aventuró sus pasos hasta sumergirse en la arboleda que yacía frente a sus ojos y pudo sentir que en su pecho se despertaba la adrenalina de sus años de verdadera juventud, sentía como la pasión por su profesión despertaba en cada paso. La varita se encontraba preparada en sus afilados dedos y su oscura capa ondeaba por el viento. Estaba preparada.

La pequeña Clair se encontraba en un lugar seguro, sin poder salir de los terrenos que la protegían después de haber perdido a su padre a manos de terroristas anti-magia. La pequeña había perdido a la única persona que la protegía y amaba de forma incondicional, quedando a cargo de la vampiresa quien se había ocupado automáticamente de la hija de si socio a quien cuidaría como si ella la hubiera parido. Si bien una criatura no encajaba en su estilo de vida donde un paso en falso podría causar una catástrofe, debía hacerse cargo puesto que fueron sus desiciones las que dejaron sin padre a aquella niña. Fue por eso que la pelirroja acudió a la tienda de juguetes de su madre para ver si lograba quitarle una sonrisa a la pequeña Clair. Llevaba un simple vestido primaveral con un estampado de grandes hojas de palmeras de intensas tonalidades verdes y un escote en v que destacaba la natural sensualidad de la joven. Una sonrisa se dibujó en sus labios cuando divisó a los pequeños niños que charlaban con un joven de atractivo aspecto que se encontraba a espaldas de la bruja. -¿Dónde están los hermanitos más lindos?- dijo acercándose a ellos con los brazos extendidos. Cuando acudió a su encuentro observó el rostro del joven que había emborrachado en la fiesta de la Luxure. Una sonrisa picarona se dibujó en los labios de la bruja mientras el recuerdo de aquel día llegaba a su memoria junto con el sabor de su sangre. -Qué bueno verte lobito- dijo con ternura -¿Me recuerdas? @@Danny Lestrange @

ID: 90949 Nick: con link a la ficha: Shelle Dumbledore B.L Link a la Bóveda Trastero: 114256 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 80165 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2020-09-15 Objeto: Alfombra voladora Puntos: 160 Precio: 8000 galeones Total de puntos: 160 Total de Galeones: 8000

Shelle Ridcklaud de la Hoya Gryffindor Publisher, Politike Mágico de Dinamarca. Días antes -¿Aaron Yaxley, supremacista? ¡Un escándalo!- gritó la publisher arrojando la nota que había realizado unos de sus propios reporteros, anotó su nombre en una libreta para despedirlo cuanto antes. ¿Acaso la verdad había sido presa de una jauría de ignorantes de la llamada Orden del Fénix? Después de todo la historia era contada por los ganadores, pero aún no habían cantado victoria. Observó el calendario sobre su escritorio, las elecciones estaban prontas a terminar y uno de los candidatos más aclamados era el mismísimo director de Gringotts. Miró a su alrededor, se encontraba en una pequeña oficina en Londres, después de que su torre en Dinamarca hubiera sido completamente destruida por los verdaderos supremacistas, aquellos quienes habían declarado la guerra por el simple hecho de sentirse inferiores. La pelirroja soltó una parva de blasfemias y se agarró por unos minutos la cabeza. Aún no había conseguido reporteros confiables y con ideales fieles a la línea editorial que porponia. Había decidido no dejarse manipular nuevamente por ningún mandatario como había pasado en Dinamarca donde había sido obligada a un espionaje ilícito con fuerzas anti-magia. Aquello le había costado todo, incluso a la persona que más había amado, su socio. El ulular de una lechuza rompió el silencio y escuchó cómo una diminuta garra daba golpecitos al vidrio de la ventana, se acercó para abrirle a aquel animal de tintes grisáceos y retiró un amarillento rollo de pergamino de su pata. Leyó con cuidado las palabras allí marcadas, era de un colega de El Profeta con quien tenía estrechos vínculos pese a tener opiniones completamente distintas, la carta recitaba los hechos que acontecerían en unos días, Nathan Weasley daría un discurso no solo político sino blasfemo sobre las políticas llevadas a cabo por el actual ministro. El maldito había fundido el banco por no manejar los fondos de la forma adecuada, bancos de todo el mundo habían sobrevivido a la crisis y hasta se habían llenado los bolsillos ofreciendo financiamientos con importantes tazas de interés para que la comunidad pueda sostenerse y ellos lograr sacar buen provecho del asunto, era lógico que el FMI Mágico no decidiera poner un peso por un banco con malos manejos, pero uno nunca reconocía sus propios errores, preferían buscar un culpable y el blanco perfecto era Yaxley quien estaba a un paso de dejar el ministerio perdiendo poder, más no sus influencias. El día de la verdad Recorrió el largo pasillo sorteando la multitud embravecida, los periodistas cotilleaban entre ellos y las conversaciones se perdían en un unísono murmullo de voces que silenciaban el rechinar de las oscuras tablas de madera que cubrían el suelo del octavo piso de El Ministerio de Magia. Al menos el cielo raso color azul se apreciaba en todo su esplendor aunque la sala mantenía su oscuro aspecto después de que el establecimiento hubiera sido tomado en su totalidad por La Marca Tenebrosa a cargo del mismo Lord Voldemort. Frente a la fuente logré divisar al director del banco mágico quien calló a la multitud en solo segundos cuando inició su discurso presentándose. -Política- bufó por lo bajo -y blasfemia, lo que pensé. Un reportero lanzó una mirada asesina hacia su persona a lo que respondió enseñando sus ponzoñosos colmillos de vampiresa. La bruja decidió tomar distancia y limitarse a escuchar, las preguntas de sus colegas eran correctas y obligaban al Weasley a responder desde una situación más incómoda. Observó ciertas figuras en lugares apartados de la gran sala, ocultos en las sombras de las inmensas columnas de mármol, seguramente protegían al banquero de cualquier ataque ¿Serían capaz de realizar un atentado público al director? Cuando vio que llegó el Ministro de Magia se acercó para escuchar el pequeño debate cargado con ira que se desarrolló entre el mandatario y el banquero, la publisher le dio en gran parte la razón al actual ministro y decidió que era hora de llevar su verdad a los medios, pero no los daneses donde había sido traicionada sino allí mismo en Inglaterra donde plantaría su nueva sede editorial gracias a sus influencias y a su fuerte presencia en los medios políticos de todo Europa donde su opinión como directora del diario político más importante de Dinamarca era buscada. Sin embargo necesitaba hacer una entrevista exclusiva después de aquel suceso para borrar las palabrerías de Weasley y lograr así que no llegue al poder. Sin embargo le ministro salió de escena dirigiéndose a la chimenea más próxima partiendo a su residencia. La periodista se armó de valor y desapareció sin dejar rastros en dirección a los jardines del Palacio. @ @ off: hace rato que quería participar aquí y creo que me quedé bien atrás... por eso tan largo, pero me encantó el debate <3

No es que haya hecho copy/past eh... Planilla de compra: ID: 90949 Nick: con link a la ficha: Shelle Dumbledore B.L Link a la Bóveda Trastero: 114256 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 80165 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2020-09-13 Objeto: Alfombra voladora Puntos: 160 Precio: 8000 galeones Total de puntos: 160 Total de Galeones: 8000

Planilla de compra: ID: 90949 Nick: con link a la ficha: Shelle Dumbledore B.L Link a la Bóveda Trastero: 114256 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 80165 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2020-09-02 Objeto: Alfombra voladora Puntos: 160 Precio: 8000 galeones Total de puntos: 160 Total de Galeones: 8000

Había entrado en una especie de trance, seducida por la ira que sentía ante mi amor no correspondido y por el placer de la dolorosa sangre que bebía de aquél lobo indefenso. Quizás me estaba sobrepasando, el joven debía ser miembro de aquella familia que me había abierto las puertas de su hogar, pero diablos qué poco me importaba lo que pudieran pensar si el chico moría allí poco me importaba, después de todo era parte de mi naturaleza, de mi raza, aquella raza que se me había impuesto ochenta años atrás ofreciéndome una belleza inmortal a cambio de aquella sed constante en mi garganta. Sin embargo la voz de una mujer rompió aquél trance, por unos segundos no le dí importancia, solo estaba a unos minutos de terminar con aquél chico. Pero la voz insistió con más fuerza ¿Debería matarla también a ella? Me separé de él con brusquedad, podía sentir mi perilla mojada por el espeso líquido de la sangre que había derramado por la comisura de mis labios. Sin tener nada para limpiarme me puse de pié y me acerqué hasta tocar con mi pecho el de la hermosa muchacha. Levanté una ceja, lancé una mirada amenazadora que sostuve observándola fijamente a sus ojos y luego de unos segundos me alejé de ellos ignorando al otro muchacho que la acompañaba a sus espaldas. -Deberían decirle que tenga cuidado con el alcohol- dije con una sonrisa -Podría causarle heridas permanentes. Con una risa malévola me alejé de ellos y salí al jardín nuevamente a ver qué sucedía. Se veían todos alborotados y la ministra había dejado de cantar, pero llevaba un anillo que antes no portaba en su dedo y la sonrisa en el rostro de los novios me dio náuseas. ¿Acaso se casaría? ¿Acaso olvidaría nuestra historia para siempre? Algo debía de hacer. Limpié la sangre que tenía en mi rostro con un pequeño mantel de crochet que estaba sobre una mesita y lo arrojé a un costado, luego me acerqué tranquila y lentamente hacia la pareja. -¿Debo felicitarlos?- dije con una falsa sonrisa y entonces mi vista se nubló y caí sobre la rubia perdiendo el conocimiento. @@@Anthony Ryvak Dracony @Lady Luxure Grindelwald @Mefistofeles Evil @Eterno Black Triviani @@Gabriel Diggory @Danny Lestrange @@Ada Camille Dumbledore

Vi que se retiraba de mi lado pero me acerqué aún más colocando mi cabeza en su hombro y enlazando su mano a la mía. -No te muevas tanto que estoy cómoda y puede que tengas razón, la cabeza me da vueltas- dije entre risas acurrucándome a su lado -¿O tienes miedo de mí? Terminé el shot que me había servido y lo dejé en la mesa ¿Vendría algún otro camarero para saciarme? Curiosamente la bebida despertaba aún más mi sed y mi deseo por matar. -Poder...- dije con mis orbes celestes fijos en el camarero manteniendo mi cabeza apoyada en el hombro de Hasam, su sangre empezaba a inundar mis sentidos y el deseo por matar empezaba a cegarme. -Supongo que todas las guerras se llevan a cabo por eso. No por dinero, ni por tierras, ni religión ¿Por qué los muggles se revelan ante nosotros? ¿Por qué quieren quitarnos la magia? Por el simple hecho de que no soportan que nosotros tengamos un poder que ellos no pueden dominar, se sienten inferiores y eso los agobia- suspiré y agarré la botella, le dí un largo trago y la dejé nuevamente sobre la mesa -Al diablo con esos muggles, deberían desaparecer de una maldita vez, aunque son tan frágiles y fáciles de matar... y su sabor tan... delicioso- miré a mi cuñado -¿No lo crees? @@Hades Ragnarok

Los dos lo merecen realmente, Nathan ha hecho un juego increíble y Sagitas también se lució. Sin embargo solo puedo votar por uno y elijo a Sagitas por su trayectoria en el foro, por su evidente tiempo para rolear por todos lados y fomenta el trabajo en equipo ^^ Por sus muchas cualidades mi voto es para ella <3

Si miembros de la marca se encontraban cerca causando muerte y destrucción a su paso, esperaba que tuvieran algún tipo de propósito ¿O a caso matarían por matar? Pensé en las chicas Luxure y reí para mis adentros, aquellas chicas se divertían sacando cabezas, al menos yo me divertía dejando sin sangre a la gente y con aquellos policías podría hacerme un festín. El apuesto pastor se vio preocupado por el accionar de los muggles ¿Acaso no se daba cuenta que llevábamos la ventaja? Quizás su compasión y su devoción eran demasiado grandes como para ver la estupidez que acababa de hacer. Zahill había sido más práctica y causó una ilusión provocando que el escuadrón se echara a correr. Salí rápidamente a la calle, la oscuridad se cernía sobre el asfalto junto con la ausencia de los niños, esperaba que estuvieran a salvo. Vi que el escuadrón llegaba a la otra calle y regresé con los magos allí presentes. -Debemos llevarla a San Mungo- dije regresando la vista a las cañerías por donde se había escapado la boa constrictor ¿Quién sería? Miré a Kraven y levanté una ceja -tú vienes de allí ¿Acaso no había nada? Sabía que San Mungo estaba haciendo reparaciones por su ataque pero estaba segura de que @@Hades Ragnarok estaba allí y que él podría ayudarlos. Puse bruscamente mi mano sobre el pecho de la mujer. -¿Vienen?- dije con calma -Será mejor escapar antes de que regresen, o me veré obligada a asesinar a esos muggles. @Kraven Von Alexandros @Shelle Dumbledore B.L @Zahil Aranel Granger @@Rory Despard

-Mi lado animal es este- dije posando mis níveos dedos sobre su cuello ensangrentado -y podría ser letal si quisiera- reí llevando mi otra mano a su mejilla y pellizcando con suavidad su delgado cachete que se había puesto un poco más colorado. Me divertía verlo así, mareado, alegre y prácticamente entregado a mi merced. Era la presa perfecta. -¿Sabes?- dije con picardia sentándome en sus piernas colocando las mías a ambos lados de su cintura -Si no sacas tu lado salvaje, no te salvarás de mí -dije apoyando mi frente en la suya lanzando mi aliento a sus labios. Poco me había percatado de la presencia de otros invitados en la sala ¿Debería alimentarme allí? Probablemente no, pero una música empezó a empapar mis oídos y la melodiosa voz de la veela nubló mis pensamientos, levanté la cabeza y la vi allí, hermosa, junto a su pareja ¿Acaso el infierno me estaba llamando? La malvada quería cautivar a todos con su canto y yo ya estaba tan rota que su voz no me llenaba de amor sino de ira y deseos de destruir ¿Este niño sería un familiar suyo? Sería interesante que lo encontrara seco y sin vida, además de que su sangre era dolorosamente deliciosa. Observé fijamente los ojos perturbados del lobo que tenía en mi poder y acaricié su mejilla para que se tranquilizara y apoyé mis labios en los suyos para mayor relajación prolongué el beso unos segundos y surqué su mejilla con mis labios hasta llegar a su cuello y apoderarme completamente de su sangre ¿Acaso podría defenderse de mis garras? @@Danny Lestrange

Sus labios, su perfume, me había dado la fuerza para quebrar el mismo infierno. Malditasea ministra, qué rápido te habías metido en mi cabeza y ahora debería aprender a quitarte de ella cuando esta aventura nos separe para siempre. Sin embargo un frío quebró mi fantasía trayéndome a la realidad. Las oscuras sombras cruzaban el cielo y pude divisar aquellas capas envejecidas y aquellos rostro sin vida propios de los dementores. Cien años de vida cayeron ante mis ojos con tanta tristeza acumulada, mis piernas se quebraron y mis ojos ardieron con deseos de llorar, sujeté con fuerza la mano de Ada y caí al suelo de rodillas. Aquellas bestias eran mi maldito talón de Aquiles. Era una vida demasiado larga y triste para estar en presencia de tanta oscuridad. Entonces la voz de Von Alexandros retumbó en mi cabeza y desperté de ese maldito trance de angustia, apenas tuve tiempo de reaccionar cuando ya estábamos devuelta en la carpa cuya vida de fiesta había desaparecido en cuestión de segundos y las luces habían desaparecido sin dejar al menos un rayo de esperanza. Nos reencontramos con mi madre quien había desaparecido y por merlín se encontraba en una pieza junto a ella Lyanna, la mujer que había entrevistado hacía un tiempo y con quien también tuvimos un inoportuno encuentro con dementores. Agradecí a todos los cielos ver a las dos mujeres en buen estado. Pero los dementores ya habían ingresado a la carpa y muchos habían sacado su varita para defender a la multitud, entre ellos la ministra de Francia que nos protegía con su patronus. Saqué mi varita para acompañarla con mi patronus pero la carpa no resistió y vi como una alfarda caía sobre la mujer de ojos lilas, Lyanna , al instante saqué mi varita y con una floritura conjuré *Wingardium Leviosa * con mis pensamientos concentrados en el gran palo de madera que caía, el mismo se mantuvo flotando con tiempo suficiente para que la bruja se pudiera correr. -¿Te encuentras bien?- dije temblorosa y apunté nuevamente a los dementores para conjurar -Expecto Patronum. Pensé en el único recuerdo feliz que conservaba después de tantos años y el luminoso cuervo salió de mi varita para envolver a un dementor que embestía hacia nosotros. off: edito porq no había leído del todo el rol de Ada Camille XD

Me encanta Anthony para el puesto, es un roleador nato y compulsivo. Si bien me gustaría que ganara un fenixiano, creo que tanto Sagitas como Nathan merecen el puesto y creo que tienen mucho para dar, la verdad es que se ha vuelto un River/boca y creo que la Orden necesita sanar un poco y amigarse más. Generar tanto odio hacia una persona me parece muy tóxico y más aún cuando se trata de un juego. Sagitas merece ese trato? Quizás si, quizás no... desconozco el trasfondo (aunque algo leí por vuelapluma) aún así no me parece tanto odio hacia una compañera y la verdad nadie en el foro se merece ser tratado así. Aprendan a perdonar, a entender al otro y a admitir errores. En fin. Mi voto es para Anthony por su desempeño, creatividad y evidente tiempo para rolear xD

La libre expresión había llegado a su fin. Los medios estaban siendo agredidos por grupos represores que buscaban manchar el nombre de la magia, destructores de la libertad de pensamiento y defensores de la oscura guerra que se desataba en cada rincón del mundo donde muggles y magos se batían por una única verdad. ¿Cuál era esa verdad? Los bandos estaban marcados: defensores de la magia, represores de magos y quienes sacaban provecho del caos ocasionado. La periodista había recibido una llamada de auxilio pero era demasiado tarde, la editorial danesa había sido atacada aquella misma tarde llevándose a la tumba cientos de miembros de su firma entre ellos su socio, Ulrik quien había quedado a cargo mientras ella resolvía unos asuntos en Inglaterra. La llamada había sido a las 17.04h, el ataque se llevó a acabo a las 17.20h, la bruja escuchó las últimas palabras de su compañero antes de que un “Avada Kebrada” lo silenciara para siempre. Tarde de septiembre, con un otoño que se acercaba para arrancarle las hojas al verano, un otoño que había llegado antes arrancando también el alma de la directora del Magisk Politike. Sabía que próximamente Yaxley dejaría su puesto en el ministerio ¿Quién ocuparía su silla? Por cómo venía la cosa era seguro que un miembro de aquellos quienes sus ideas no llegaban a la altura de la sabiduría tomaría el puesto, la Orden del Fénix estaba actuando en esta guerra y su postura defensora de aquellos que predicaban en nuestra contra era clara, no permitiría jamás que alguien de esa calaña tomara el puesto más importante de todo Gran Bretaña. El secreto de la magia había sido liberado y magos y brujas eran libres de exponerse, salir del ropero y si el costo de esa libertad era la guerra, que así sea pero era una guerra ganada por los magos, y miembros de La Marca Tenebrosa iban a dar la batalla ganadora. La noche vislumbraba las penumbras de un cielo sin estrellas, la osadía del viento movía las hojas y deleitaba los ojos de la bruja atrayendo a su memoria el sonido de cientos de panderetas. La calle estaba desierta y el rocío había vestido el cemento con su brillo y la niebla había descubierto que podía ser protagonista de un escenario temerario. La varita posaba en sus afilados dedos, la piel caucásea de la bruja estaba intacta, sin una pizca de nerviosismo mientras su pecho cargaba con la ira de mil demonios. La edificación se alzaba en sus narices y la entrada había cerrado hacía varias horas sus puertas, sin embargo no era limitación para que el grupo de mortífagos ingresara sigilosamente a su interior. Con una máscara de plata cubriendo su rostro tocó la calavera que llevaba marcada en su brazo con la punta de su varita, dando aviso a sus compañeros que ya estaba lista para hacer la entradera. El ministerio de magia iba a ser tomado aquella noche, defenderíamos al ministro y su mandato, prefería que los represores fueran ellos y no el enemigo quien había lanzado ya la primera piedra, sin embargo la respuesta sería aún más letal. @@Lady Luxure Grindelwald @@Alessa Ashyver Delacour @@Ada Camille Dumbledore

La lujuria de la noche había cernido sus garras en las estrechas callejuelas del callejón Knocturn donde aves de mal agüero transitaban entre las sombras acompañadas con siniestros lamentos y quejidos que perturbaban el silencio. Sin perder su porte de elegancia, los tacones marcaban tranquilas pisadas que resonaban en el suelo adoquinado, una vampiresa buscaba el camino a su delicioso destino. Una escalera sucia de piedra gris la dirigió al callejón Diagon donde era requerida su presencia. Una anciana de rotos arapos y olor nauseabundo con ojos desorbitados y abiertos de par en par se paró ante la mujer de largo y ondulado cabello color fuego, tomándola por sorpresa. Una mueca de asco se dibujó en sus labios y la apuntó con la varita que ya bailaba entre sus finos dedos, iba a reaccionar cuando comprendió que la mujer no estaba en ese mundo, su cuerpo era solo un ente mientras que su cabeza bailaba la danza de la locura. Se hizo a un lado sintiendo piedad por aquella persona y continuó su caminar pausado por las lúgubres calles que ya formaban parte de Diagon. Un cartel indicaba que estaba en el lugar correcto, las luces ya habían sido encendidas y las dos mujeres de su vida se encontraban adentro, podía percibir el perfume de la sangre que corría por sus venas. Ingresó con cuidado al salón, llevaba un elegante y a la vez minimalista vestido negro de largas mangas que cubría sus rodillas. -¿Empiezo por este?- dijo a modo de saludo agarrando la botella de Don David, cabernet y acercándose a las bellas señoritas -¿No estarán preparando una inauguración sin una copa en sus manos, verdad? Tomó el sacacorchos y con suavidad se dispuso a abrir la botella que citaba “Reserva 2016”, buscó tres copas detrás de la barra y comprobó que no habían sido fajinadas, buscó otras tres y nuevamente estaban sin fajinar. -¿Será que necesitas algo de ayuda?- una floritura con su varita volvió relucientes todas las copas de cristal. Satisfecha, la vampiresa de ojos azules sirvió el vino y entregó una copa a cada dama. -¿Y bien?- dijo mirando a su madre y su sobrina -¿Ansiosas?

Golpeé mi frente con la palma de mi mano y rompí en risas. -Es verdad, tu sobrino- dije con una sonrisa mientras empinaba otro shot -puede que se me haya subido algo a la cabeza, pero ojo que no querrás verme ebria, podría tratar de morderte a ti- bromeé observando el cuerpo tieso y sin vida del camarero. El sitio se veía cada vez más oscuro, las tinieblas se estaban apoderando de nosotros lentamente, Tarja Turunen se había apoderado de la música que había subido un poco más su volumen, la pregunta de mi cuñado me había descolocado ¿A qué se refería? Quizás se trataba de alguna referencia sobre aquella película muggle que había visto hacía un tiempo donde los Jedis seguían el camino de la luz y los Sith el de la oscuridad, sin embargo la seriedad de su semblante me decía que no estaba simplemente sacando conversación. -Todos tenemos luz y oscuridad, cuñado- dije con calma -sin embargo tu y yo somos criaturas de la noche, nos alimentamos de la muerte ajena y...- miré nuevamente al camarero -al menos yo disfruto de ello, me excita ver cómo el pánico se apodera de mi presa y cómo un grito de dolor expira con su último aliento. Llené nuestros vasos y me corrí con la silla para estar pegada a su lado, apoyé mi mentón en su hombro, mi perfume de rosa mosqueta mezclado con el aroma de la bebida envolvió al vampiro y le susurré con un dejo de picardía. -Sin embargo la oscuridad yace en los ideales- murmuré a su oído -Pero ¿Quién juzga esos ideales, cuñadito? ¿Tu? ¿Yo? Quién decide quién es bueno o malo en la política, después de todo... lo que moviliza uno u otro lado siempre será "por el bien de todos"- dije imitando la célebre frase de Grindelwald. @@Hades Ragnarok

Fortaleza Oscura Las tinieblas abrazaban los árboles mientras un cuarto menguante de luna observaba desde el cielo la tranquilidad que reinaba en el terreno solitario donde el ulular de lechuzas, el grillar de grillos y el croar de sapos destruían el silencio. Luces de centellas en el cielo presagiaban una tormenta que no sería ni por poco la que caería pronto sobre Ottery Saint Catchpole. Pisadas pesadas y cansadas, un mirar sombrío y temerario, de porte elegante y altruista, la vampiresa marchaba por el sendero de ruinas ensombrecidas por cientos de tempestades y angustias ¿Qué eran cien años de vida? La criatura de la noche relamió sus labios y observó con su azules orbes la curvatura de las rejas que se abrían acompañadas por el rechinar del acero. Cien años no eran nada en comparación a los siglos de tormentos que se encontraban marcados en el perturbador silencio de las gárgolas que vigilaban en lo alto de las murallas que rodeaban la fortaleza, sentenciando con sus siniestros ojos de piedra a quien se atreviera a pisar aquél suelo maldito. La varita bailaba entre sus dedos, la holgada capa cubría su cuerpo y una oscura capucha descansaba en su cabeza ocultando parte de sus ondas rojas como el fuego. La serpiente en su brazo ardía provocando en la criatura un placer abrumador, la hora de matar se acercaba y ella estaba ansiosa. Las campanas de la destrucción habían sido tocadas esa noche y los augurios aterradores de los que tanto hablaban los mundanos se harían realidad gracias a sus manos y la de sus compañeros, fieles seguidores de la oscuridad que tan dulcemente los unía para defender sus ideales. La máscara de plata cubría su rostro y su única identificación era la marca tatuada con magia en su brazo, marca que con orgullo enseñó para ingresar a reunión a la cuál había sido citada. La lujuria se viste de destrucción ¿Quién podría detenerlos? Observó con fiereza los magos presentes, entre ellos su propia madre. -Buenas noches- dijo con cautela y se quitó la máscara que cubría su rostro -Hermosa noche.

Vanessa Jones Oficial al mando del escuadrón anti magia número 7 "Alerta, uso de magia no autorizada en sector 10" anunció la radio de la oficina "Alerta, uso de magia no autorizada en sector 20" Era el tercer llamado de aquél día, el primero fue en el sector 8 donde una mujer estaba haciendo uso de su magia y fue retenida por 3 oficiales del escuadrón número 4, los tres hombres perecieron en la misión y no hubo rastro alguno de la persona identificada como bruja. El segundo llamado fue referido sobre un niño que pudo ser localizado y capturado para la célula de investigación, el sujeto tenía la edad de 8 años, estatura media, pelo ondulado y oscuro. Debían ser precavidos, cualquier falla podía costar la vida de los miembros del escuadrón, pese a tener en su poder armamento militar. Conocían el punto débil de los magos, su varita, aquella fuente de poder debía ser lo primero que se ataque para disminuir la capacidad de poder del sujeto. Para ello contaban con cuatro francotiradores en el cuerpo oficial para destruir el móvil de poder. -Rápido ¡Emergencia en calle Planas!- anunció la capitana al resto del escuadrón -Preparen sus armas y en marcha, parece que es un número importante de sujetos mágicos, francotiradores preparen sus posiciones. Enseguida dos camionetas salieron en dirección al callejón indicado, y al llegar se encontraron 8 policías apuntando a un pequeño grupo de magos. -¿Nivel de hostilidad?- preguntó la capitana Jones cubriéndose con su escudo protector proporcionado por la institución Genetics Corporation, tenía un 80% de resistencia a la magia y lo poseaí cada miembro el escuadrón. -Alto- dijo el jefe de policía. Los francotiradores estaban ya en posición y su mira apuntaba la varita de cada mago y bruja presente. @@Kraven Von Alexandros @@Rory Despard @

Vengo a flotar <3 denme amor en forma de fichas Nick: Shelle Dumbledore B.L. Link de Ficha: link Link de Bóveda: link aunque no creo que sea necesario Bando: La Marca Tenebrosa ✬ Parentesco [Amigo - Sanguíneo - Adoptivo] aclaración con quien: Amiga de la familia ^^ *coffAmantedeAdacoff*

Observé como sus ojitos brillaban y una sonrisa se dibujaba en el rostro conforme acariciaba su cabello, era muy dulce y parecía ser apenas un adolescente. Aquello me divertía, si su sangre era deliciosa podría aprovecharme hasta de la última gota. -Es aceptable- dije con una mueca en los labios, esperaba que en semejante mansión tuvieran vinos de mejor calidad, aunque dudaba que el elfo haya traído cabernet como pedí por la acidez en el sabor y el frío de la copa tenía apariencia de pinot noir -podría ser mejor. Dejé la copa sobre la mesa mientras observaba cómo el joven se dejaba llevar por mis caricias y cómo el alcohol poco a poco se le subía a la cabeza. -Te vez algo enfermizo, lobito- dije enseñando mis colmillos con una sonrisa -pero tienes un aroma... apetecible. Acerqué su muñeca a mis labios y la acaricié con mi lengua saboreando con mayor intensidad el aroma. -¿Seguro quieres que pruebe?- dije con voz seductora. No esperé a que responda, atraje su muñeca hacia mi logrando que su cuerpo caiga en mis brazos y clavé mis colmillos en la vena de su cuelllo. Espeso líquido empezó a llenar mi boca y antes de tragarla la saboreé lentamente como si estuviera catando un vino de calidad, luego ingerí y succioné un poco más para luego apartarme lentamente. Poco a poco sentí cómo un fuego corría por mi garganta, un singular ardor recorrió mi cuerpo como si intensas llamas corrieran por mis venas. Hice una mueca de dolor y tomé de mi vino para apagar las llamas. -Diría que eres picante, tu sangre me hace escupir llamas- dije tras una carcajada -Hoy hay luna llena, quizás eso intensifique tu sabor. Aún así, delicioso. Quizás deberías liberar tus instintos de vez en cuando, encontrarás manjares.

Reí ante su comentario sobre Hades y llené nuevamente mi vaso, aún no sentía los efectos del alcohol, en cien años había adaptado mi hígado para ingerir grandes cantidades antes de caer en una borrachera. -Tu primo es el director de San Mungo, debe tener dinero suficiente, no creo que no se quede alguna parte de las contribuciones al hospital y si no lo hace es un id.iota- di otro trago a mi bebida y levanté mis hombros al tiempo que me acercaba al joven camarero y colocaba mis uñas en sus mejillas -supongo que te lo perdés, está muy sabroso el condenado. Clavé mis colmillos en la vena de su cuello y le robé las últimas gotas de su sangre. El joven tomó un color azulado en la piel y cayó al suelo. Limpié mis labios con una servilleta y fijé mis ojos en los suyos. -Tener un hijo no está en mis planes, claro siempre se puede meter la pata, pero por el momento soy un alma libre- bromeé -Te noto pensativo, cuñado- dije levantando una ceja -¿Algo que quieras decirme? @@Hades Ragnarok