♦..Cacao Café..♦ (MM B: 103979)

[Adryanie]

Adryanie

 

Ya cuando había logrado concentrarse en otra cosa que no fuera la pelea de las jóvenes lamentablemente era en algo como la desaparición de su RedBull pobre ya habían pasado por fin sus tres turnos (? para los que fue invocado. Siempre se enfadaba mucho con ella ya que siempre era invocado y el por sus instintos al ser invocado lo primero que quería clavar sus cuernos en alguien, ella lo tenía educado para tacar mortífagos por supuesto pero en las últimas batallas no había resultado demasiado útil.

 

Su mirada se enfocó en el lugar donde había desaparecido por unos segundos bastante largos tanto que cuando alzó la mirada al frente vio que Lisa si bien aún seguía refunfuñando en la mesa del frente viendo a las dos jóvenes que estaban detrás al volverse notó que las muchachas de atrás no estaban ya. ¿Sería ya hora de acercarse? No sabía como tratar con Lisa siempre le daba miedo que le lanzara algún hechizo mortal o algo similar, decidió arriesgar al fin y al cabo ella era templario y tenía mucho más poder y si bien no le gustaba ir acusando a sus compañeros, que tuviera seguro que si intentaba atacarla le iba a ir mal.

 

—Buenas... ¿Te puedo acompañar? —Sentía que de una forma u otra cada palabra que decía era pensada cuidadosamente.

[Hayame Snape Potter Black]

La Vladimir se hizo de un lugar entre una de las pequeñas de la ventana de la casita, metiendo las piernas y sacando la mitad del cuerpo para luego, comenzar a mecerse de atrás hacia delante como si fuera alguna clase de balancin o columpio aunque era evidente que las ventanas no se utilzaban de aquella forma

 

El simple hecho de encontrarse alla arriba en verdad la hacía sentir como niña nuevamente

 

Y eso era algo que adoraba desde el fondo de su corazón ya que habían pasado demasiados siglos desde que en verdad fuese una jovencita... y luego, retomar el cuerpo pequeño mientras iba madurando en aquella ocasión en que despertara en el interior de un sarcofago de piedra hecho para ella

 

Se sacudió el largo cabello pelirrojo hacia la espalda y se dejó ir de espaldas, sosteniendose solo del marco de la ventana con el doblez de las rodillas y observando todo el mundo de cabeza desde la altura del arbol

 

Realmente aquel sitio era maravilloso y le hacía sentir energetizada de nueva cuenta

 

Y ese delicioso aroma a cafe!!!

 

Podía quedarse en aquel negocio a vivir por siempre jamás, solo con aquello flotando sobre todas

[Ela Karoline]

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Ni bien había visto desaparecer a Hayame bajo la casa, seguramente para treparla cuando ya estaba picándola desde la ventana contigua, Cye salto y por supuesto se pego contra el techo dado que estaba a la altura de los peques y no de los adultos que si eran laguitos mucho peor. Luego la sorpresa fue sustituida por la risa y la jalo la extremidad que la Vladimir tenía a medio meter por la ventana para que callera entro de la casita del árbol, en realidad se estaban divirtiendo como lo harían Ithillion y el propio Akira.

—¿Canas? Pero si estas blanquita cuñada?— rio y bromeo sobre la cabellera que en realidad era roja y hermosa. De pronto callo al sentir un par de manos que le tapaban los ojos. Solo le basto concentrarse unos minutos para reconocer la energía emanada de aquella persona, además de que cada cual poseía un aroma en particular, aroma que Cye había aprendido a reconocer, al menos en los suyos y aquella personas con quienes se frecuentaba, pero como era un rato ameno quiso seguirle la cuerda y ver en que terminaba.

—¿Quien será, quien será la bruja o el mago que osa la vista tapar?— pronuncio entre risas, toqueteando las manos de Roxanne y escuchando los pasos de… suponía Hayame que se desplazaba hacia el frente, estaba segura de que no se iría, ¿pero porque se apartaba?

—Tiene manos firmes y delicadas— echo el brazo hacia atrás y tratando de palpar algo de la vestimenta y de toquetearle algún cabello suelto o tal vez un colgante, hasta que dijo —Ummm huele a Rambaldi mezclado con Lockhart— y rio de nuevo. Editado 1 de Junio del 2014 por Cye Lockhart

[Roxanne Rambaldi]

Roxanne se mordió el labio para evitar reír mientras su abuela adivinaba la identidad de quien cubría su vista, para su suerte las otras mujeres que acompañaban a la matriarca Lockhart no la habían delatado y podía jugar un rato. Entonces la rubia adivino. ¿Pero cómo? Acaso había sido demasiado obvia, su voz podría ser un delator, o el perfume que durante años ocupaba. Las manos de su abuela pronto la hicieron reirse y hacerse una bolita, las cosquillas la habían derrotado.

 

- Eso es trampa, abuela.-refunfuño a la vez que la abrazaba, acercándose a su oído para hablarle por lo bajo.- Es maravilloso verte de nuevo, lamento mucho no haber podido visitarte estos meses.

 

Con pereza se sentó sobre una silla vacía junto a la Lockhart, y observaba al resto de las invitadas. ¿Sería la inauguración del local?¿O solo una pequeña reunión? Le pareció descortes preguntar, si era la primera opción quedaría como una despistada, por lo que optó por tragarse la preguntar, y esperar hasta un momento en que abuela y nieta estuvieran a solas.

 

- Es un precioso lugar, abuela, el columpio ha sido un toque creativo y por cierto, muy divertido.-comentó, señalando hacia la terraza.- Uno de estos días podrías darme consejos sobre negocios, estoy reinventando mi café, y cuento con tu ayuda.

[Ela Karoline]

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—Jajaja— su nieta le acusaba de tramposa por adivinar de quien se trataba, de hacerle cosquillas, pero si por algo era su abuela ¿no? debía conocer un piquín como mínimo la naturaleza de la Rambaldi y su fragancia, aún sobre la peinadora de su dormitorio en la Lockhart reposaba un frasco del mismo y un dejo de la fragancia se percibía cuando una se sentaba a mecerse en la hamaca colgada en el balcón de la recamara de la chica, una que permanecía vacía demasiado tiempo para el gusto de Cye.

—Yo también lamento no haberte tenido cerca, pero comprendo que tienes tus propios asuntos— le rozo la mejilla con la mano en un gesto maternal pues “los pequeños de la familia siempre serian los pequeños, aunque anduvieran con bastón” era una frase que solía decirle Matías a Cye y que la Lockhart atesoraba como uno de los pocos recuerdos y vivencias con su padre y que ahora había venido a su mente.

—Bueno pues parece que el columpio ha tenido Buena acogida, a excepción de un par de enmascarados con mal gusto a quienes les pareció infantil, todos suben con una gran sonrisa en el rostro— el comentario lo hizo despacio sabiendo que Roxanne de inmediato entendería a quienes se refería con lo del mal gusto. De inmediato sus ojos se abrieron mucho.

—¿Cual negocio de café? Tienes un negocio y no has invitado a tu abuela— o Cye estaba sufriendo de amnesia o durante su recluimiento en el castillo habían pasado muchas cosas de las que no se había enterado, pues según ella el único negocio de su nieta era uno de organización de fiestas y eventos que había cerrado por falta de tiempo.

—Yo es que no me he enterado Roxi, ¿cómo se llama? ¿en qué parte del callejón está?— pregunta tras pregunta hacia sorprendida y un poco animada en su ego porque la chica le tomara en cuenta para dar consejo de diseño teniendo en cuenta que poseía Stilos, un local que de cuando en cuando hacia ese tipo de trabajo. Giró su rostro un poco en busca de Hayame y la encontró colgada en la ventana, cual mocosa haciendo travesuras.

—Enana ven para que conozcas a mi nieta Roxanne— invito.

[Roxanne Rambaldi]

La dulce caricia de su abuela le volvió a recordar que aún era muy joven, que aún podía ser una niña mimada con su abuela y que si podía disfrutar aún a pesar de todas sus demás responsabilidades. Escuchó la narración de su abuela, haciendo una mueca de disgusto al comprender la indirecta de su abuela; los mortifagos siempre lograban opacar la felicidad de sus enemigos, y la de mi abuela, al ser parte de la Orden del Fénix. Tomó la mano de la matriarca Lockhart, y la apretó con ternura.

 

- No debes entristecerte por eso, ya ves que a muchos les ha gustado tu columpio.-exclamó riendo suavemente.

 

La Rambaldi lo había disfrutado como una cría de cinco años, y de no ser porque quedaría en ridículo, en esos momentos estaría jugando como si de una niñita se tratara.El comentario sobre su café sorprendió a la rubia, y era comprensible, hacia tantos meses que no se veían.

 

- Se llama Magic Coffee. Está a un par de cuadras, creo que se ve desde aquí.-comentó, dudando un segundo.- Pero ahora no es muy agradable, no estoy segura si te gustaría visitarlo. He comenzado una remodelación que consiste en rehacer todo de nuevo, cuando esté listo sera un hermoso café francés. Tan solo espero contar con tu ayuda para el diseño y la elección de los muebles, se que eres una experta en ello, sin ti mi habitación en el Castillo Lockhart aún sería un desorden.

 

Rió al recordar los montones de ropa, y la combinación de tantos muebles de distinta forma y tamaño, que la habitación perdía todo valor al mirarse. Cye llamó a alguien por el sobrenombre de "enana" y alzó la vista atenta para ver de quien se trataba, era un día inesperado y esperaba sacar todo lo que podía de él, incluyendo conocer personas nuevas.

[Dasha Potter]

Eran las siete de la mañana y estaba levantada. La noche había sido terrorífica, tuvo una pesadilla y no logró conciliar el sueño. Estaba agotada y lo más cómodo era volver a la cama a intentar soñar con ovejas. No haría eso, aprovecharía para disfrutar más del día.

 

Lo primero era desayunar y para eso fue al Cacao Café. Abrió la puerta y se sentó en una de las mesas vacías. El nombre hacía que te entrasen ganas de tomar litros y litros de café, y eso haría, pero a lo mejor no tanta cantidad, un poco menos.

 

Sacó de sus pantalones vaqueros un par de monedas y las posó sobre la mesa, ya preparada para pagar nada más que la atendiesen. Se quitó la chaqueta negra y la dejó en la silla de al lado, dejando ver una camisa elegante. Deseaba ya sentir el café en su boca y lo acompañaría con un pastelito de chocolate u otro dulce.

[Ela Karoline]

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Ese apretón de mano era un bálsamo y mas que las palabras aquella sonrisa le animaba porque expresaba con mas sinceridad que cualquier palabra el gusto por los columpios y el lugar en general, dio una rápida mirada y se sonrojo, decía que era un sitio para la familia y no mentía pero lo cierto es que había disfrutado tanto su creación que de un simple café había pasado al paraíso porque todo adulto llevaba un chicuelo dentro y los niños, pues niños eran.

—Magic Coffe— pronuncio tratando de recordar si alguna vez lo había visitado, pero lo dudaba, lo que más sorpresa le causó es que quisiera remodelarlo todo ¿Qué de malo tenía el que ya existía? Pero recordó la de veces que había estado por tirar todo abajo en sus propios negocios y crear un concepto nuevo con el mismo rubro, a veces más que la expectativa de las personas pesaba más la propia.

—Eres muy amable, pero te recuerdo que los muebles y todo en tu habitación fueron tu gusto, yo solo seguí tus lineamientos, cariño, tienes mucho potencial, debes dejarlo salir— volvió acariciar una de las mejillas de Roxanne y de forma más entusiasta añadió.

—Iré a conocerlo, no te diré cuando, solo me apareceré, para tener mi propia apreciación y más vale que me sorprendas con el mejor café del mundo, mientras tanto cuéntame de ti.— su risa ahora era audible, pretendía intimidarla con lo del café pero le gano la alegría del momento, lo que le recordó que no le había ofrecido nada a sus invitadas, a la enana colgada en la ventana que no era otra que su cuñada Hayame y a su propia nieta sentada junto a ella.

—Y hablando de tomar y comer, ¿Qué os apetece? Feixaaac— llamo y de inmediato la elfina apareció con una libretilla en mano, una que por cierto nunca usaba, pero que le daba aires de mesera, quien por cierto estaba ansioso por servir las delicias que en el local se ofrecía.

Corrolo Atendiendo a Dasha Potter

Corrolo estaba listísimo tras el mostrador de cristal, para atender a los clientes que tuvieran a bien visitar el establecimiento aquel día, por lo que cuando una esbelta jovencita de cabellos castaños se ubico en una de las mesas él pidió a sus compañeros atenderla. Con paso firme pero sereno se acercó a la mesa y le hizo una pequeña reverencia para luego hablar.

—¡Bienvenida a Cacao Café! Si gusta mirar el menú— señalo el menú de cuarto caras posado en el centro de la mesa que la bruja ocupaba. —Pero si tiene algo especial en mente, solo debe decirlo, veré que se lo preparen en la cocina— obviamente no tenía que decir que se especializaban en platos a base de chocolate y café, con toda cortesía, saco la libretilla que tenía guardada en el bolsillo delantero de su overol y esperó respuesta de la muchacha.

Mientras esperaba la orden de la cliente la mano que sostenía la pluma maniobraba con la misma distraídamente, mientras que estudiaba a la castaña, pudo notar el buen corte del abrigo, el azul de sus ojos y se preguntaba si estaría esperando a alguien más o iba sola, a que familia de aquella gigantesca comunidad pertenecía y si había cursado la academia o aún no lo hacía, al elfo le gustaba jugar a adivinar la vida de las personas, aunque pocas veces tuviera la oportunidad de constatarlo. Editado 4 de Junio del 2014 por Cye Lockhart

[Hayame Snape Potter Black]

La mujer pelirroa seguía de cabeza habiendose apartado un poco para seguir dejando a su cuñada disfrutar de lo que era estar en familia y tener algo de privacidad con los demás, sonriendo y meciendose aún con las piernas pescadas por la ventana para seguir ese movimiento de vaiven

 

Extendió los brazos para seguirse moviendo y un breve silbido salió de sus labios, con una tonadilla medio pegajosa del mundo muggle que podía repetir sin pensarlo siquiera

 

Hizo una mueca al sentir que uno de sus pies se atrapaba del borde de la ventana, gruñó observandose el talón y dejó salir de golpe el aire de la nariz; al parecer había hecho un movimiento en falso ya que ahora le zumbaba debajo de la piel y parecía enrojecerse la zona dejandola mucho mas visible de lo normal

 

Y eso que estaba usando botas!!

 

Aunque ahora que lo pensaba lo mas probable era que por sus poderes de vampiro pudiese ver su propia piel debajo de los ropaes

 

Que extraño

 

Se movió para volver a sentarse en la ventana antes de tomar una larga ramita del arbol y comenzar a picar a Cye en las costillas, solo por el placer de ponerle gorro

[Sira Loveless Haughton]

Aquella noche la había pasado sola en la Loveless pensando en todo lo que había descubierto, o al menos lo que Fyre le desvelo haciendo recordar lo que tenía guardado en su subconsciente. Kritzai, el que era su prometido, hacia años la había conocido, si, se habían conocido y tras dejarla sin siquiera una explicación, después de todo lo que le había prometido, la había vuelto a conquistar sin decirle nada.

 

Lo que más le dolía en aquel caso, era que había tenido una hija, una hija que ella, bajo el mando de Fyre la había dejado en un orfanato de Mónaco. ¿Dónde estaría su hija en aquellos momentos? ¿Por qué no le había dicho nada? Todo ahora era mentiras, todo lo que le había dicho y hecho, seguramente tenía la intención de volver a desaparecer:

 

- ¿Y porque sigues con él?- Se pregunto para sí misma. Caminaba por el Callejón, y llego hacia un nuevo local que despedía un dulce olor a cacao, café y chocolate. Aquello podría hacer que se tranquilizara, ya que tenía ganas de matar a Kritzai por hacer lo que había hecho.

 

Empujó la puerta del local y aquel olor se hizo más intenso, un poco más y su boca se hace agua, aquel olor le encantaba. No había muchas personas que conociera aunque si se fijo en una joven castaña que estaba solitaria en una de las mesas, la miraba de reojo y se sentó en una mesa no muy lejos de ella, pero sin saber por qué.