Legilimancia

[Ela Karoline]

Esperaba que el hada fuera capaz de llevar información en ambas direcciones, y que la arcana @Rosália Pereira no la tomara por presumida en un conocimiento del que apenas había visto una que otra pincelada de los bordes, comparado con el cumulo de experiencia y dominio que la brasileña debía poseer. El labio inferior de la Lockhart dio cuenta de su nerviosismo, al tornarse rojo sangre tras sentir la presión de los dientes de la bruja como medio para mantenerse quieta y no empezar a caminar en círculos.

 

El tiempo que estuvo a la espera de una respuesta le pareció eterno, pero cuando el hada regreso con el mensaje la bruja no pudo menos que agradecerle rápidamente antes de que desapareciera algo aturdida, una disculpa también hubiera sido oportuna, pero ya seria en otra ocasión. Ahora lo que le intrigaba era la parte final del mensaje, Bodrik estaba con la arcana haciendo algo que no debía ser interrumpido, y claro la adoraba y no haría nada que fuera en perjuicio de la pelinegra.

 

Por eso se quito las sandalias y con paso lento camino hasta el invernadero en el que había estado antes, casi de forma imperceptible, hasta que las vio, Bodrik casi inmóvil y la arcana bueno ella parecía mimetizarse con el entorno, un ruidillo agradable llegaba hasta ella, pero solo porque estaba concentrada y silente, de manera que todos los sonidos llegaban hasta ella, era el flujo inequívoco de agua, que a pesar de estar contenida en la fuente tenia vida como casi todo en el universo.

 

Casi de forma inconsciente se rodeo con sus propios brazos, como si la temperatura no fuera más agradable allí adentro que en el exterior, o quizás ahora la sentía menos cálida porque ya no estaba en movimiento, no desde que llegara segundos atrás de puntilla hasta una distancia prudente de las dos brujas. No quería ni mirar a @Bodrik, aunque sabía de memoria que ya había notado su presencia, ambas sabían reconocerse energéticamente, así que solo quedaba esperar que tenia la arcana para ella y como es que la Lockhart iba a afrontar el inmenso reto que suponía esta habilidad.

[Bodrik]

Estaba completamente dispuesta a aprender, aunque se golpeaba muchas veces con cada respuesta negativa de la Arcana gracias sus respuestas poco acertadas- Claro, lo harè - alcanzó a decir cuando la arcana levantó la mano hacia ella como si le envolviera entre sus ramas y Bodrik no podía dejar de mirar aquello como magia de la más pura sentía una caricia más en el alma que en sus propios dedos, pero en un instante tenía la mano de una mujer apenas rosando la suya para que le ayudara a ponerse de pie, pero Bodrik aun poseía el reflejo de su sensación.

 

-Estoy Lista ahora – dijo a su segunda pregunta sin pensárselo mucho pues ya no les escuchaba con total claridad.

 

Y entonces le hizo una petición que la joven Bodrik no podía rechazar pues la curiosidad sobre la creación de aquel lugar la llenaba de dudas y posibles respuestas y lo primero que vino a su mente no sabía si provenía de la mima arcana o de su deseo por aprender más sobre la naturaleza hibrida de la mujer y de inmediato después de mirarla fijamente le vio caminando sobre el terreno universitario pero todo se veía tan vago que Bodrik se esforzaba por concertase en aquello aunque se aferraba a su mirada tan profunda.

 

El terreno parecía amplio, pero a excepción del pasto no había señas de un invernadero, más bien como si de terreno de juegos se tratara y solo un pequeño riachuelo comenzó a escucharse lejano como si viniera de otro tiempo o espacio, donde quiso el agua abundaba mucho mas o quías ni siquiera estaba ubicado en los terrenos que veía ante sus ojos como se tratase de un sueño. Sus ojos eran los de ella y a su vez parecía observar la escena desde arriba, es cuchando el murmullo de las aguas y añorando su dulce melodía en un radio con interferencia.

 

Las aguas le tranquilizaban y de algún modo las añoraba como si le faltase un pedazo de ella misma y de pronto un pequeño retoño apareció a sus pies mientras ella sentía su energía expandirse sobre el terreno vacío sin dejar de ver con el alma algo tan distinto a lo que sus ojos pudieran observar.

 

Su espíritu volaba plácidamente sobre un campo en busca del flujo del manantial mientras su cuerpo físico estaba parado mientras una raíz brotaba de la tierra como una nueva esperanza. - crece libre- susurró en su mente.

 

No sabía si su visión era correcta, pero estaba tan cómoda en ella que podría sentir como su energía aumentaba cada vez mas.

 

@

[Rosália Pereira]

A veces, hasta la Arcana misma se asustaba ante su presencia híbrida. Será que la tenía tan naturalizada que se le escapaba de la mente. Como si todo fuese tan natural, que de alguna manera su propio ser podía ser fruto de sorpresa. Así somos todos, en definitiva. A veces, nos sorprende hasta qué punto podemos llegar en nuestras acciones. En nuestra propia conciencia. Así fue como ella misma soltó una risita, de añoranza.

 

Sus ojos brillaron. La legilimancia fue invertida. Era Rosália la que le estaba prestando su conciencia a Bodrik. Por lo menos, una parte. La creación del invernadero fue especial.

Veía a su alumna volar. Luego en sus propios zapatos. Volando devuelta. Ella misma, en cierta medida, estaba presente en la comunicación. Después de todo se trataba de una entre las dos. Al mismo tiempo, en su nuca, sintió la presencia de Cye. Fue como escuchar pasos dentro de ese páramo verde. Suspiró y cerró sus ojos –y los de bodrik–. De a poco sintió el puente desvanecerse. Suavemente. Como si uno cayera sobre un edredón de plumas.

 

- Muy bien Bodrik. Ahora, dime, teniendo en cuenta todo lo que venimos hablando ¿qué es lo que viste? ¿Un recuerdo?

 

La pregunta era crucial para pasar a la segunda etapa. La teoría no era más que el proceso argumental de la construcción de la habilidad. Más allá de entender o aprender. Había que aplicarla. Porque, ¿cómo se pretendía navegar en una conciencia diferente cuando se pierden las fronteras borrosas entre la identidad, la memoria y la propia historia? La edificación, tanto de la habilidad, como de la práctica de la misma, es en sí misma el fundamento.

 

- Recuerdo un par de preguntas que hiciste antes. ¡Oh! Con esto que depende del sujeto. Me llevas ligeramente al pensamiento de Descartes. En parte tenés razón, pero existen hechos. Esos son muchas veces los objetos a los que la Legilimancia se vuelca. Aunque también cada parte de la conciencia puede ser un objeto, en sí mismo.

 

Se llevó el dedo a la boca y lo tanteó dos veces.

 

- ¡Cye! Querida. Acércate por favor. Qué bueno verte otra vez. Algo me decía que volverías.

 

Carraspeó un poquito y tomó la raíz, colocándola en la palma de sus manos.

 

 

- Pensemos lo siguiente. ¿Qué es la conciencia? ¿De qué hablarían sobre la conciencia de esta raíz?

[Ela Karoline]

La arcana siguió el ejercicio con Bodrik mientras que la rubia las observaba en silencio, por primera vez sentía que sus pensamientos era ruidosos en medio de aquel silencio y de aquel ambiente que más parecía una burbuja de vida y color que un espacio real y soportado en el mundo real.

 

Sus orbes celestes discurrieron por algunas de las hermosas plantas, de sus verdes hojas y de algunas flores de colores llamativos, también noto con mayor detalle la fuente y sus orbes se elevaron hacia el techo imaginando las noches cuando solo las plantas eran dueñas de aquel espacio.

 

De pronto las palabras de @Rosália Pereira la hicieron centrarse en la figura de la arcana que le pedía que se acercara, sus pasos la llevaron a corta distancia de la mujer fijándose en el trozo de raíz al que hacia referencia. A decir verdad le costaba entender lo que decía, no estaba comprendiendo nada, tal vez porque no había seguido el hilo de pensamientos o de palabras de las dos brujas, sin embargo se esforzó en encontrar una respuesta.

 

La conciencia para la Lockhart es un estado, la capacidad misma de sentir y experimentar, es un poco intuición de la propia percepción de una misma. Pero la raíz... Se quedo en blanco.

[Bodrik]

De pronto una presencia le alertó un poco. Era inevitable no sentir a Cye acercarse a donde ellas estaban y por un momento pudo mantenerse concentrada a pesar de eso, sin embargo, fue la arcana misma la que corto el lazo y le hizo una nueva pregunta a la pelinegra tal vez para evaluar aquello que había ocurrido en su comunicación mutua.

 

 

Por un instante se quedó completamente callada tratando de visualizar aquello que preguntaba la arcana Rosalía -No creo que se trate de un recuerdo en sí, pues siento que yo misma participaba de la visión que tenía. Más bien hace parte de un inconsciente de ambas, como si nuestra mente estuviera fusionada por un tiempo y muchas de las cosas que vi era desde mi perspectiva y otras desde la suya- Dijo tratando de explicarse pues había comprendido que mucho de lo visto quizá no paso exactamente de esa manera.

 

De esta manera uno puede implantar algún pensamiento en el otro, como si se tratase de un lienzo en el que se puede pintar una obra de arte – Creo que hablamos de la percepción que cada uno tenemos de un mismo suceso- agregó mordiendo su labio inferior y mirando a Cye acercarse con el llamado de su maestra.

 

 

En una comunicación mental como esta, es posible mantener una conversación, saber el punto de vista del otro y manifestar el propio, por eso no se trata de recuerdos, pues es posible cambiarlas.

Su abuela no hablo, pero en su rostro se veía el deseo y ansias de aprender – ¿Podemos implantar pensamientos en el otro? – le preguntó.

 

Después apareció una raíz que ella se puso en la palma de la mano y lanzo dos preguntas que tanto Bodrik como Cye podrían percibir de forma distinta – Si miramos la conciencia como a la raíz entonces es nuestra forma de interactuar con el mundo que nos rodea, entonces hablamos de comunicación en dos o más vías – ella entendía muy bien a las plantas pues pasaba mucho tiempo entre libros de Herbologia y había leído muchas veces como la raíz absorbía de su medio los nutrientes y al mismo tiempo le brindaba algunas sustancias a las mismas como si alrededor de la raíz hubiese una especie de red de comunicación pues incluso hasta hongos y bacterias se benefician de esta relación.

 

 

 

 

[Rosália Pereira]

El invernadero se encontraba paciente. A veces las plantas tropicales se movían con el vaivén de los pensamientos. Rosália estaba sentada en la fuente que se encontraba justo al centro. Había dejado la raíz a un lado y su derecha ahora se encontraba dentro del agua verdosa. El lugar, para ella, entre tantas otras cosas, era un espacio de proceso y cambio. Después de todo, portaba el anillo con la magia de la vida. Y con vida, se refería al cambio eterno de todos los seres.

 

Sus ojos avellana se posaron en Cye. Jugaba con el agua. Le estaba dando tiempo para pensar. Sin embargo, había un silencio importante. Ella, como legilimante, no estaba percibiendo nada. Giró esta vez hacia Bodrik. Entrecerró los ojos. Estaba percibiendo cosas interesantes luego de su experiencia, pero necesitaba escucharlo.

 

La adolescente escuchó. Hablaba de inconsciente y de fusión de mentes. La Arcana rumeó. Sacó la mano del agua, la cual tras unos segundos estaba completamente seca. Se la llevó al mentón. Apoyó el pulgar por debajo de la mandíbula y el índice sobre el labio inferior. Comunicó su perspectiva sobre la raíz. Ahora, Rosália les había preguntado sobre la conciencia de la raíz.

 

- Lo importante es pensar en la conciencia de la raíz. Así mismo, la conciencia de la raíz es el conocimiento que tiene ella misma sobre su propia identidad. Es estar consciente de la vida. El incosciente es importante, pero, es la otra parte de nosotros, es un lenguaje que se explica por sí mismo y es muy complicado traerlo a colación.

 

Se llamó al silencio.

 

- Capaz, y peco en simplificar demasiado el tema. Les sería más simple ver la consciencia como el auto sentirse. El decir, yo soy Rosália. Es separase de la propia identidad y verla como el proceso que es. Así, llegar a conocerse como conciencia es el primer paso para separar las fronteras entre el yo y el otro.

 

Suspiró.

- Bodrik, te pediría que vuelvas más adelante. Siento que necesitas más tiempo de introspección para seguir con la habilidad. De todas maneras, mi cabaña está abierta de par en par.

 

Se sentía apenada, un poco que había fallado como maestra. Sin embargo, era consciente que la habilidad requería un trabajo mental importante. Saber reconocer y aplicar. El proceso de legilimancia aplicado fue un poco trunco por parte de la Arcana, que solo demostraba la necesidad de reforzar los cimientos de la habilidad.

 

- En cuanto a ti, Cye, siento que estuviste más apagada. La Legilimancia, por más que me pese, tiene dentro de su propio concepto, una fuerza de ímpetu sobre el otro. No entrarás invitada a la mente de los otros, por más que te dejen hacerlo. La mente ajena cuidará constantemente su propia estructura y, allí, en el campo psicológico, eres una intrusa.

 

Movió la mano sobre el agua. El reflejo de Cye se presentó frente de ella misma.

 

- Mira el espejo de agua. ¿Qué puedes decir de lo que estás viendo? ¿Cuál es la diferencia entre su identidad, su memoria y su conciencia?

[Pik Macnair]

Se había acostumbrando a la sensación de vacío en el estomago al descender de golpe, al sonido de la brisa golpear contra su cuerpo y la libertad que un humano nunca podría sentir. Disfrutaba de la animagia como nunca pensó hacerlo, en volar encima de Ottery y ver todo desde una perspectiva diferente lo había cambiado bastante, se sentía mas tranquilo con el mundo y a la espera de algo que desconocía. Empezaba a sentir su parte animal más viva cada día.

Descendió en los terrenos de la Universidad, directo a la cabaña donde sabía que la arcana se encontraba impartiendo su clase. Aterrizó frente al lugar, dando un traspiés justo cuando tomó su forma humana, aun aterrizar era la parte más complicada de ser un cuervo y volver a su estado original. Despeinado tras el viaje y con la gabardina ondeando tras el por la brisa, ingresó a la cabaña.

Pudo sentir, al solo dar un paso en el interior, que lo veían. Sentía muchas presencias, miradas clavadas en él aunque no había nadie. Solo matas, miles de arboles distintos y flores que nunca había visto. El ambiente estaba repletos de aromas tras cada paso que dabas. Olía a tierra mojada, pinos del bosque, arboles de la selva y luego un dulzor que lo guió hacia una fuente donde al fin vio a las primeras personas.

No pudo disimular su sorpresa al ver a la arcana, no estaba esperando nada en concreto pero ella era… diferente. Y eso le gustaba. Su sonrisa tuvo que ser tonta, algo alegre y un poco sorprendido, bastante difícil de interpretar si no estabas metido en la cabeza del Macnair. Dio un par de pasos al frente y se quedó callado, sin saber como no romper el ambiente que mantenía con una de sus alunas. Luego de unos segundos habló.

— Disculpe, ¿arcana? —preguntó con desconfianza, aunque estaba seguro que era ella—. Hola, soy Pik Macnair —se presentó, acercándose un poco a ella— soy su nuevo alumno para aprender el arte de Legilimancia.

[Rosália Pereira]

Sabía que le había encargado una tarea difícil a Cye. Se detuvo al lado de ella para observar su reflejo. Así mismo, pasó la mano derecha por detrás de su espalda para contenerla entre sus brazos. Rosália mantenía un semblante sereno, con una leve sonrisa. Era su pequeña forma de apoyar a sus alumnos. Después de todo, entendía que el proceso de aprendizaje de Legilimancia podía ser un poco trunco y tosco.

 

Parpadeó rápidamente cuando escuchó la puerta de su invernado. Torció levemente su cuello, llevando su cabellera hacia un costado. Apretó un poco a la Lockhart antes de separarse de ella. Siempre que entraba un nuevo alumno al palacio de cristal, las plantas respondían con curiosidad. Buscaban a Rosália. Eran curiosas de por sí y tendían a buscar la primera impresión de la arcana. Después de todo, todas confiaban en ella.

 

Con pasos ligeros se acercó al mortífago y le sonrió ante el saludo.

 

- Mi nombre es Rosália. Bienvenido a mi invernadero. En estos momentos estoy con Cye trabajando, pero claro que te puedes unir.

 

Tomó el antebrazo de su alumno y lo tiró hacia ella. Quería que lo acompañara hacia la fuente. No lo esperó, que se separó y volvió hacia donde estaba. Se sentó en el borde de la fuente y medió levemente la mano en el agua, evitando movimientos de agua. Se fijó en su nuevo alumno. Con la mano libre le indicó que tenía libre una de las sillas de metal.

 

- Para aprender Legilimancia es necesario tener en claro varios conceptos importantes. Cualquiera puede hacerla, en realidad, se levanta la varita, se pronuncia un hechizo y, bueno, ya. Pero sólo aquellos que realmente hayan tenido una formación, pueden salir con vida de la visita.

 

Movió un poquito el brazo y suspiró.

 

- Existen dos tipos de Legilimancia. La primera, que es algo más superficial, es la simple escucha de pensamientos volátiles de las personas. Como cuando nos preguntamos qué hora es, o si regamos las plantas antes de salir. La segunda es más profunda, se necesita el encuentro visual y las dos personas entran en un trance. Ahora, ¿qué me puedes decir de lo que conoces de la legilimancia? ¿qué sería la conciencia?

[Pik Macnair]

Rosália le pareció interesante al Macnair desde el primer momento que la vio, captó su atención no solo por como era, también por como hablaba y te hacia sentir tan cómodo junto a ella. Intentó calmar su mente y la charla que tenía con el mismo, estaba casi seguro que la arcana había hecho una inspección mental del mortífago al primer momento que sus miradas se cruzaron y que podía invadir su mente con total facilidad. Se sentía como una casa con las puertas abiertas.

Siguió sus pasos y se sentó donde le indicó, escuchando lo que decía mientras su mirada se perdía en como la arcana jugaba con su mano en el agua.

—Lo que sé sobre la leglimancia es el concepto básico —respondió antes de explayarse—. Sé que se trata de entrar a la mente de una persona, de recorrerla, ver cada rincón y cada pasillo. Me lo imagino como una gran casa —dije, alzando la vista hacia ella para explicarme mejor— una casa que cuenta con un millón de habitaciones, en donde cada habitación, pasillo y esquina es un recuerdo o pensamiento. La legilimancia se trata de como saber recorrer correctamente esta casa, es decir, los recuerdos y descubrir a todo lo que esa persona es, porque uno es la formación de todos sus recuerdos.

Hice un silencio mirando a la arcana, intentando descifrar que ocultaba bajo su expresión.

—La conciencia es el conocimiento que uno posee, puede ser de uno mismo o de lo que ha aprendido en la vida. Supongo que en esta campo se trata más de los conocimientos que uno posee en la mente o algo relacionado, ¿no? —preguntó, esperando alguna respuesta de Rosália a sus palabras.

[Ela Karoline]

La arcana acababa de decirle una gran verdad, no podía entrar a la mente de nadie sin esfuerzo, o con gentileza, porque la mente misma aparte de la voluntad del individuo tiene su propio mecanismo de defensa, y todo aquel que intente entrometerse es considerado ajeno e intruso, visto desde otro punto de vista, un enemigo del que hay que cuidarse, cerrar puertas y tenderle trampas. Por otro lado ¿a quién le gusta ser entrampado? Al menos a ella no. De pronto se encontró viendo la habilidad y la mente propia y de otros como dos seres ajenos a ella, con voluntad y poder propio, o dicho de otra forma como si fuera un tercero que viera una batalla como espectador, quizás así sería más fácil entender lo que la sabia arcana intentaba mostrarle, dejar atrás los prejuicios y las sutilezas, incluso las emociones para centrarse en lo que deseaba aprender con todo su corazón.

 

Sus orbes celestes bajaron hasta el agua de la fuente, que lucía tranquila, serena, engañosamente inerte como sin vida. Aquel espejo de agua solo le permitía ver eso, la transparencia verdosa de un liquido que la tranquilizaba, ese efecto tenía el agua sobre la Lockhart, pero lo que Rosália preguntaba era lo que percibía con relación a la conciencia, la identidad y la memoria ¿había diferencia? Sí, claro que la había, ¿Cye la conocía? Eso era algo de lo que no estaba segura. Cerró los ojos e inspiro lento hasta que sus pulmones se llenaron de aire y con la misma lentitud soltó el aire, mientras que su mente hacia lo mismo, dejaba atrás el ruido de tanto pensamiento, dejaba de pesar en sí misma, en la preocupación que le generaba no estar a la altura de la sabiduría de aquella mujer sentada en al borde la fuente, todo pensamiento se desvaneció, dejando su mente en blanco, entonces volvió abrir los ojos y era como si el panorama hubiera cambiado de cierta forma, el agua parecía más limpia y más viva.

 

De pronto se sintió cómoda con el elemento, al verlo fluir aunque estuviera en aparente calma, tuvo conciencia de su fuerza y quiso sentirla al pasar su nívea mano por encima del liquido haciendo que este creara pequeñas ondas que seguían cual danza su extremidad a medida que se alejaba del borde para luego volver sin que un centímetro de piel se mojara. Era hipnotizarte sentir la fuerza ejercida por la cantidad de seres microscópicos que sabia la conformaban, ver la historia que había recorrido cada gota hasta formar la masa que ahora descansaba allí. Todo aquello la fortalecía y a pesar de ser un milagro, no era ajeno a ella como sacerdotisa observante de la naturaleza y en permanente contacto con cada elemento. Pero ¿era eso lo que Pereira estaba buscando?

 

Todo aquello lo había sentido, pensado y a pesar de que sus labios no se habían abierto tenía la certeza de que la arcana ya lo sabía, lo había visto, entonces no lo repetiría, sobre todo porque ya había recordado una o dos referencias de Sauda en cuanto a la poderosa habilidad de Rosália cuando se vinculaba con la Oclumancia, lo que sí dijo fue --Todo esto, lo percibo lo veo como sacerdotisa o como aprendiz de Legilimancia ¿usted qué opina?--

 

Mientras esperaba la respuesta de la arcana noto la presencia del Macnair, estaba tan concentrada que no le había oído llegar ni hablar, pero otra cosa había percibido y no estaba segura si era real o no, la arcana la había contenido en sus brazos, de forma tan sutil, recordó ese último momento del contacto, había sido más fuerte, entonces si había sucedido, quizás era su manera de apoyarla.