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Legilimancia


Rosália Pereira
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Miré algo enfadada al cielo, la mañana parecía ponerse algo fría y empecé a frotarme los brazos como para entrar en calor. Agradecí bastante que repentinamente la puerta de la cabaña ubicada un poco más allá se abriera de par en par, al menos suponía que en el interior estaría más cálido.

 

Ni bien Rosalia nos invitó a pasar yo apresure el paso pero tratando de no parecer muy ansiosa. Fue entonces cuando sentí que alguien me observaba. Fue una milésima de segundo apenas en que mi mirada se cruzó con la de Rosália y supe que había utilizado legilimancia. Todo pareció sucederse como en cámara lenta y de repente ya estaba dentro de la casa.

 

Con curiosidad vi todo el interior del cálido hogar de la Arcana, me gustaba su estilo, la variedad de colores, el perfecto desorden aparente y su amabilidad. También me había gustado el caracter de Suluk, la Arcana de Animagia, y al recordarla me pregunté si aprendería tanto o más de lo que aprendí aquella vez.

 

A decir verdad me sorprendió ver que la Arcana de la Legilimancia fuera tan joven, aunque parecía no ser la única sorprendida, Axel la miraba como si fuera la primera mujer bonita que veía en su vida. Sonreí por lo bajo, creo que todos sabíamos perfectamente que ella no tenía la edad que aparentaba, seguramente tendría mucho más del doble o quizá el triple.

 

- Yo llegué bien, aunque parece que mi amigo no corrió con la misma suerte... - dije mirando a un recién llegado y exhausto Niko, parecía que se perdió y tuvo dificultades para llegar. Tomando la palabra de Rosália fui hacia la cocina y serví un vaso de agua que luego le ofrecí a Niko - Yo quisiera un té, alguien más quiere? - pregunté mientras veía qué había para comer en lo que ella llamaba armario frío.

 

Yo ya andaba apoyada contra la pared, tomando mi café y comiendome un sándwich cuando Rosália empezó a entrar en materia. Era parte de la nueva camada de estudiantes, a Ishaya, Valkirya y la recién llegada Adryane. Volví a sonreír, efectivamente el mundo era muy pequeño, eso y que casualmente todos éramos o habíamos sido parte de la Orden en algún momento.

 

Entonces el plan, si no me equivocaba, era que exploremos los alrededores durante todo el día mientras la arcana iba con los demás a prepararlos para su última prueba. No estaba segura de que le tomara sólo un día, pero eso ya lo vería. No tenía ninguna duda por el momento así que negué con la cabeza mientras bebía otro sorbo de café.

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De repente la puerta se abrió y la arcana hizo acto de presencia para invitarlos a seguir a su vivienda debido a que comenzaría una tormenta en cualquier momento. El Knight no podía creer que con lo despistado que era hubiese logrado llegar a un prado tan cerca al sitio indicado como para escuchar sus indicaciones, al parecer su concentración había mejorado demasiado durante sus clases anteriores con las arcanas, pero sabía que esa era una característica propia de su personalidad que nunca perdería.

 

- Nadie me informo que habría tantos conocidos en esta clase - El Warlock estaba destinado a tomar las clases con más estudiantes y aquellas en las que conocía más personas. En esta ocasión estaban Axel, Sally, Adry, Valkyria e Ishaya al menos por el momento, quizás se encontraría con más personas conocidas pero no lo sabía en ese momento aunque era el Director y debería saber los inscritos en cada clase.

 

Niko se levantó al ver que no podría tomar el sol debido a la tormenta y que la clase estaba por iniciar. Por suerte no fue el último en entrar así que mantuvo la puerta abierta para que los demás alumnos pudieran ingresar al lugar. Las viviendas de los arcanos siempre le habían resultado muy peculiares, pero en este caso hasta la propia arcana le resultaba extraña. Los rumores sobre ella eran muy acertados aunque nunca los había creído, quizás demasiado exagerados como para ser reales.

 

- Así es, soy Niko - No creía necesitar una presentación pero prefería ser cortés - Mis elfos me cuidan mucho así que he tenido la oportunidad de desayunar antes de salir - La mujer usaba un lenguaje demasiado extraño para su gusto, pero tendría que aprender a entenderla y comprender que su cultura era completamente diferente a la suya. Su respuesta no había sido la ideal dado que había caminado mucho tiempo para llegar hasta el lugar y le daría hambre demasiado pronto.

 

Las noticias no eran buenas, no le gustaba esperar pero tendría que hacerlo para poder conseguir aprender sobre la habilidad enseñada por la arcana. El Warlock se limitó a levantarse de su puesto para dar un paseo por los alrededores de la vivienda de la arcana mientras ella terminaba la clase con sus otros alumnos. No sabía muy bien qué haría en todo ese tiempo, pero algo tendría que hacer para pasar el día y no aburrirse en el intento.

 

- Hola - Le respondió a Adryanie aunque iba de salida, pero no deseaba ser descortés y menos después de la ausencia de la mujer. El Dumbledore tendría más tiempo de hablar con ella pero en otro momento y no durante la clase.

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  • 2 semanas más tarde...

El nerviosismo de aquella mujer que no dejaba de jugar con su cabellera azul era evidente. Desde el día anterior había estado meditando la idea de asistir o no a la clase impartida por la Arcana de Legilimancia y es que de manera muy inevitable no dejaba de relacionarla con la de Oclumancia, fueron días enteros de reposo los que le tomó para poder recuperarse de todo el agotamiento mental al que fue sometida y esta clase no parecía ser muy diferente de la otra y más porque lo que pretendía era la violación de las mentes débiles que se encuentran demasiado ocupadas o despreocupadas por proteger sus pensamientos. ¿Pero qué otra opción le quedaba? Ella era muy buena en leer los comportamientos de las personas, por años se había vuelto una experta en leer movimientos, gestos, y cualquier cosa mínima que pudiera pasar desapercibida para el resto y que decían más de lo que representaba el mero pensamiento, que la mayoría de las veces solía ser muy traicionero. Dicho esto, seguramente se preguntarán qué hace una mujer que aparentemente lo sabe todo apuntándose a una clase que según ella no necesita, pero es debido a la curiosidad y las ganas de aprender así fuese un poco más lo que la superaban.

—Avísale a mi esposa que regresaré al anochecer, todo depende de cómo avance todo, pero que no se preocupe, me escaparé para venir a cenar —comentó a uno de los elfos.

Pese a ser una persona muy estudiada, lo aprendido hasta el momento seguía sin parecerle suficiente y Taurogirl temía que su sed de conocimiento nunca fuese a ser saciada, y día a día se enfrentaba al gran interrogante de qué haría cuando no quedara nada por aprender, pero confiaba en que nuevos guerreros, arcanos o profesores de conocimientos aparecieran a tiempo para resolver ese problema, mientras tanto no le quedaba de otra más que retrasar su aprendizaje, o mejor dicho, extenderlo hasta donde más pudiera.

Los terrenos dentro de la Universidad le eran muy conocidos y cada vez que se adentraba en los bosques no podía evitar sentirse en otro mundo, olvidándose de los problemas, de cualquier preocupación en sí, como si su realidad le fuera totalmente ajena durante el tiempo que permanecía sumergida allí en ese lugar. Como no tenía prisa, la bruja quiso recorrer los alrededores antes de disponerse siquiera a averiguar en dónde se encontraba la residencia de la Arcana y sin planearlo llegó a una parte de la Universidad que anteriormente no había visitado y que curiosamente poseía los jardines más hermosos que hubiese contemplado alguna vez. ¡La cantidad de ingredientes que había por doquier! Sintió el impulso de cortar algunas raíces, de desprender algunas hojas, pero no, incluso ella sabía que hacerlo sin previa autorización del dueño sería un acto muy grosero que no la caracterizaba para nada. Suspiró alzando la vista hacia el frente y lo que descubrió la dejó muda. Abrió la boca para decir algo, pero ningún sonido salió, o bueno, quizás un leve jadeo de excitación, pero nada más.

«Wow».

Ese corto pensamiento logró expresar a la perfección lo que pasaba por su mente en ese instante. Quizás ese era el motivo por el cual se encontraba allí, luego de conocer a Sajag se atrevía a decir con toda seguridad de que su presencia allí no se debía a una mera casualidad, sino que realmente estaba destinada a estar en presencia de uno de los invernaderos más grandes y asombrosos. El suyo, si bien le tenía cariño y era mejor que el que había tenido en la Academia y posteriormente en la Mansión Crouchs, estaba lejos de parecerse a ese, con esa cantidad de plantas exóticas que lograban verse a través de los ventanales. Tuvo el impulso de entrar sin ser invitada y por poco pasó por alto la humilde morada que estaba a un par de metros más. «Me pregunto quién vivirá aquí», pensó para sus adentros y sin pensarlo dos veces se aproximó donde supuso que viviría el dueño o la dueña de tan hermoso invernadero y con algo de suerte la convencería para que la dejara entrar.

—Plop. Plop. Plop.

En cuestión de segundos el cielo se cubrió de nubes completamente grises que se amontonaron una al lado de la otra, creando así grandes gotas de lluvia que no tardarían en empapar a laTauro que tuvo que correr para llegar lo más rápido posible a la morada. La puerta se acaba de abrir y por ella una bruja que le pareció conocer de reojo salía también de manera apresurada, quiso advertirle acerca del tiempo, pero cuál de las dos tuviera más prisa, no tuvo tiempo de hacerlo, así que aprovechó que la puerta seguía abierta para ingresar y resguardarse de la lluvia.

— Disculpe mi atrevimiento, pero afuera está terrible y no vine con ropa para la ocasión, espero no incomodar —habló muy apresurada, mientras escurría el agua de las puntas de su túnica sin reparar realmente en la cantidad de personas que allí se encontraban. Cuando pudo quitarse la capucha y quitarse la prenda mojada, pudo ver mejor la cantidad de personas que la observaban, bastante conocidas para ella y otra mujer que no recordaba haberla visto jamás —Buenas —agregó en un tono más serio. ¿Sería posible que sin planearlo hubiese ido a parar a la residencia de la Arcana?

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Rosália parpadeó un poco atónita. Levantó su ceja y acomodó su cabello. Estaba realmente ante un gran público. Tintineó un poco las uñas sobre el mármol de la mesada. Se preocupó porque solía darle clases a no más de dos personas. Ya de por sí, el primer grupo que tenía presentaba todo un desafío, siendo que era imperante una conexión orgánica con cada uno de ellos. Ahora una muchacha estaba presente en el arco de la cocina.

 

Se mordió el labio y miró a cada uno de ellos.

 

- No hay nada qué incomodar. Asumo que vienes también por la habilidad. Soy Rosália, mucho gusto. Ellos son Niko, Sally, Valkyria, Ishaya. ¡OH! Adryiane, un gusto verte. Y el que acaba de ir a fumarse un cigarrillo es Axel. Pero algo me dice que ya se conocen. Estoy llegando a la conclusión que la comunidad británica es un pañuelo.

 

Pañuelo, porque al final todos se conocían con todos. No había muchos puestos laborales y la propia centralización de la burocracia hacía que muchas veces te encuentres siempre con la misma gente. Pero eso la Arcana no lo sabía en profundidad. Aun si les leyera la mente. Porque muchas de esas cosas son sensaciones. Como si les comentara que ella misma tuvo ese sentimiento de: “mi mundo es demasiado chico” cuando se trataba del círculo empresarial brasilero.

 

Y es eso lo que podría llegar a sentir.

 

Con unos movimientos de muñeca comenzó a levantar toda la vajilla. Ya habían tenido suficiente tiempo para desayunar o masticar algo. Con la tormenta, sentía que ya estaban perdiendo tiempo y tenía que agilizar un poco el proceso pedagógico. Más aún si tenemos en cuenta que una persona adicional le cambiaba los rumbos.

 

- Haremos un par de cambios. A la tarde recibiré a Sally y a Niko en esta misma cocina. Sólo espero que podamos salir a pasear por los jardines. Por el momento, mañana, a media tarde, esperaré a Axel. Perdona, ¿tu nombre? Claro que puedes quedarte aquí hasta que pase la tormenta, pero si es por la habilidad lamento que hoy no podré atenderte.

 

Con un chasquido consiguió que una taza humeante de café se sirviera con lo último que quedaba de la Frenchpress. De un momento al otro atravesó la cocina para quedar a la par de Rosália, que se encontraba frente a Tauro. Tomó con cuidado una de sus manos y le puso la taza en la misma, mientras le sonreía. Se sentía extremadamente mal por lo que estaba haciendo: despachar a sus alumnos para otro momento. Pero no le quedaba otra.

 

- Espero que me comprendas –luego giró la cabeza-. Ustedes pueden quedarse si quieren. Calculo que la tormenta no durará pronto.

 

Cruzó nuevamente la cocina, por el pasillo entre la mesa y el ventanal que daba al jardín, en vistas a la puerta trasera. Abrió la misma e indicó la salida de Ishaya, Valkyria y Adryiane. Por último, le dedicó una sonrisa a los que cuatro que se habían quedado en la cabaña.

 

- Estaré en el invernadero por si necesitan algo ¿sí? Que tengan bello día. Descansen, que la habilidad será toda una travesía.

 

Y la cerró.

 

 

***

Exactamente esa misma mañana

Con Adryiane, Valkirya e Ishaya

 

 

Se tenía que concentrar en sus alumnos avanzados. Esta vez tomaron un camino mucho más directo al invernadero. Por su parte, Rosália se dejaba empapar por la lluvia. No nos olvidemos que ella era de una raza híbrida, entre humano y planta. Además, sus pasos eran ágiles. Un, dos, tres, cuatro. Se adelantó a los tres y las puertas del palacio orgánico se abrieron de par en par ante la Arcana.

 

- ¡Bienvenidos a mi humilde invernadero! Acá, a la izquierda hay una pequeña caseta donde están las herramientas y si necesitan, delantales.

 

Los tres, a los pies de la puerta, se enfrentaban a una Rosália más ¿jardinera? No, tenía otro tipo de vibra. Digamos que el otro día, los tres alumnos había visto una faceta más casera de la Arcana. Ahora estaban frente a alguien que podía tomar, metafóricamente hablando, las palas y las tijeras para ponerse al mando. No imponiéndose, pero sí con los brazos cruzados, levantando la vara en esta nueva etapa.

 

- ¿Entonces? ¿Pensaron en lo que les pedí? Quiero que me cuenten qué sentirían si alguien les hace eso. Hoy nos encargaremos de ver los límites y las propias consecuencias de la habilidad. La legilimancia tiene un toque especial, porque a diferencia de otras, como la metamorfomagia, se necesita a otro que está consciente en sí mismo.

 

El invernadero, constaba de un rombo con vértices redondos. Senderos se abrían por doquier, pero en el medio, se podía ver una delicada fuente con agua teñida de verde por toda la vegetación. Estaba apagada. El agua, en completa tranquilidad. Frente a la misma, una mesita circular de vidrio con los pies de fierro en forma de tallos y hojas, junto con sillas del mismo estilo.

 

Se podía escuchar el tintineo de la copiosa lluvia contra los cristales que formaban la estructura.

 

- Vamos a hacer botánica básica. Rieguen un poco las plantas. ¡No las ahoguen! Corten también lo seco. Piensen en todo aquello que es muy personal y que no les gustaría que leyeran. Descompongan aquellas secciones en memorias, sentimientos y simbologías. Así como las descifran, vuélvanlas a unir, pero con un cambio nuevo. Mientras más se familiaricen con el camino, mejor enfrentarán el siguiente paso.

 

Por último, ató su cabello rojizo en una cola.

 

- Los espero en una hora y media para tomar algo en la fuente. Espero la respuesta las conclusiones de todo el ejercicio.

 

 

***

En esa misma tarde con

Con Sally y Niko

 

 

La tormenta sólo se hizo presente durante el día. Ya, a mediados del atardecer, el cielo estaba parcialmente despejado, dejando una fuerte tonalidad naranja. Un aire fresco corría por los jardines. Los días de primavera se sentían en las mañanas con sol. Pero los nublados, pedían a gritos una sesión de relajación frente a la fogata, con una bebida caliente entre manos. Rosália tenía los últimos estudios de semiótica de Pierce sobre su mesa de luz. Ansiaba con leerlos.

 

Pero, ella estaba estirando los brazos y la espalda en la puerta de su invernadero. Había tenido un largo día, que aún no acababa. Citó a dos de sus alumnos, Niko y Sally, a que la esperaran justo en la cocina de ese mismo día. Mientras que Axel y Tauro se encontrarían con ella en la noche siguiente. Los pasos fueron ligeros, tomando el mismo camino que había hecho tantas veces. Directo del palacio de cristal, a la puerta trasera de su cabaña.

 

- ¡Perdonen la tardanza!

 

Niko y Sally estaban sentados en la mesa que los había acogido esa mañana. Parecían listos para comenzar.

 

- Me haré un café mientras les cuento un poco.

 

Había comentado mientras se colaba entre los muebles para ir al sector de la mesada. La cocina formaba una L, mientras que el lado largo estaba la mesa y el ventanal hacia el jardín, el corto tenía todo lo que hacía una cocina humilde y un poco antigua. El agua se puso a calentar. El café en la cafetera.

 

- El proceso de la habilidad durará tres días aproximadamente. En la primera sesión, es decir, hoy, veremos los aspectos generales de la Legilimancia. En la segunda, sobre los riesgos y los límites de practicarla. Por último, pondremos las manos en la masa.

 

El agua hirvió. Pasó a la cafetera. De la cafetera, tras unos minutos, a una taza. La tomó y se apoyó en la mesada para poder intercambiar contacto visual con ellos.

 

- He dicho esto varias veces y no me canso de repetirlo. La habilidad gira en torno a la comunicación pura y exclusivamente psíquica entre dos seres con el mismo nivel de consciencia. Construir un puente, es fácil. El desafío es, poder explorar la otra perspectiva, y mantener a flote ese mismo puente.

 

Le dio un largo trago a su café y se acercó a la mesa. De un lado estaba Niko y del otro, su compañera, Sally. Invocó en el borde de la mesa, frente al muchacho, una tímida llama verde. Del otro lado, frente a la mujer, una de color naranja. Puso su taza en medio. Las llamas proyectaban sus colores frente a la superficie blanca y pulcra del recipiente.

 

- Quiero que miren fijamente la taza en el medio. No me contradecirán si digo que tú, Niko verías una taza verde, al contrario de Sally, que vería una naranja. Están viendo lo mismo, pero desde dos puntos diferentes y bajo tintes distintos. Eso, cambia absolutamente todo con respecto a la persona. Con permiso…

 

Sacó la taza y disipó las llamas con un movimiento de muñeca.

 

- Los pensamientos son un conjunto de elementos que giran en la extrema y sustancial corriente de la conciencia. No son memorias solamente. No son impresiones empíricas. Van más allá, porque es la propia creación y sustento de la conciencia. Citando a Descartes, pienso, luego existo. Lamentablemente hay que apegarnos al idealismo muggle para proyectar la Legilimancia.

 

Se le escapó una risita. ¡Si Hume hubiese sido legilimante! ¡O Kant! ¿Qué tanto habría cambiado la teoría de las ideas filosóficas con el transcurso de los años? Los magos igual tenían la cabeza en otras cosas. Las diferencias con los muggles eran sustanciales. Porque los intereses y necesidades marcaban el rumbo de la evolución.

 

Rosália entrecerró los ojos y levemente fue desde Sally, hasta Niko. Aplicó la habilidad, al igual que había hecho con sus otros alumnos. Pero no lo haría de forma invasiva. Sólo puso los pies en el tapete de la mente, les tocó timbre y salió corriendo. Quería que sintieran. Que experimente lo que era la sensación de un-otro dentro de un-uno.

 

- Entrar en la mente del otro es invadirlo. Y hay dos tipos, la primera es superficial, no hace falta contacto visual y sólo escuchas el pensamiento más simple y contingente de la persona. Es como si hablaran en voz alta. Sus variables son la intensidad del pensamiento y la cercanía con la persona. Como si fuese una conversación normal. El segundo, es el que acabo de aplicar. La entrada en el otro. Sí se necesita contacto visual y las dos personas entran en un trance. Es más difícil y se necesita una canalización importante de energía.

 

Tomó el último trago del café.

 

- La conciencia de uno visita la mente del otro. Se hace presente con el otro. Entonces, ¿qué creen que uno se encontraría en la mente? ¿Qué podemos decir sobre el pequeño experimento fenomenológico que acabamos de realizar con la taza? ¿Qué pasa cuando dos personas diferentes poseen el mismo nivel de características valorativas, aun conservando sus diferencias sustanciales en concepto?

 

Guardó silencio mientras le sonreía de oreja a oreja. Capaz estaba llegando muy fuerte a sus alumnos. Pero todo cultivo se iniciaba removiendo la tierra fértil.

 

- ¿Dudas? ¿Comentarios?

 

 

***

En la noche del día siguiente

Con Tauro y Axel

 

 

La noche del día siguiente llegó tan rápido como un parpadeo de la Arcana. Ése día estaba despejado y ella durmió de un estirón hasta el mediodía. Ni siquiera había tenido tiempo para ojear sus apuntes de semiótica filosófica que tanto ansiaba abordar. Cuando terminó la clase de la tarde anterior, fue un bocado, una rápida ducha y a las sábanas. La tarde, fue monótona si consideramos que se la pasó mandando lechuzas a algunos conocidos y proveedores de libros. Tenía ganas de juntarse con Suluk y resolver su duda sobre la Animagia. Invitar a Aailyah a tomar el té en su invernadero. Consultarle a Amara si podía ayudarle con algo con respecto a las inundaciones en Perú.

 

- Espero que Amara me conteste, estoy preocupado. Mi Latinoamérica querida, ¿cuándo dejarás de sufrir? –susurró con un poquito de pesar, mientras pasaba sus dedos por las hojas de un potus que colgaba desde la ventana de su baño.

 

Se estaba relajando en la tina cuando las plantas le avisaron que sus visitas estaban llegando.

 

Estaba preparando pastas para esa noche, en una olla un poco rústica donde se estaba cociendo los fideos. A su lado, otra con una salsa verde con especias. Un trozo de queso rayándose con parsimonía. Ella, al contrario de toda esa armonía, entraba en la misma crisis que cuando la agarraban a destiempo. Se incorporó rápidamente. Pasó la toalla para quitar un poco el exceso de agua y se vistió con su bata de jazmines. Calzó sus pantuflas y fue bajando rápidamente hacia el encuentro.

 

Abrió la puerta sorpresivamente, recibiendo a Tauro y Axel.

 

- ¡Buenas noches! Gracias por tomarse el tiempo de venir hoy. Estoy preparando la cena. No hay nada mejor que estudiar una habilidad con el estómago lleno.

 

Como siempre hacía, giró sobre sus pies y marchó hacia la cocina en L, murmurando algo como que el último en entrar cerrara la puerta. Ni se preocupaba si la seguían. El cabello estaba secándose rápido, y lo tenía a un lado. Estaba al natural, sin una gota de maquillaje y aun así lucía fresca como pétalos de tulipanes en un capo holandés.

 

- Les comento que generalmente me tomo tres días para trabajar la habilidad. Es un poco especial porque se necesita de un-otro para realizarla. Hoy comenzaremos con los fundamentos básicos de la legilimancia. En otra ocasión hablaremos sobre sus límites y riesgos. Por último, la practicaremos. Por favor, tomen asiento. En unos minutos terminará la cena, mientras les iré comentando unas cosas.

 

Se colocó detrás de la mesada donde iba controlando la salsa y la consistencia de la pasta. Se acercó a la olla de la crema verde y movió la mano para apreciar mejor su aroma. Le echó un poco más de romero. Relajó la expresión. Todo iba en orden. Se giró para apoyarse en la mesada, en vista a los dos magos.

 

- Podría empezar diciendo que la legilimancia es comunicación. Uno entra en contacto con la conciencia del otro. Del que está en frente. Y es una charla constante, la cual en algún momento tiene que llegar a un final. Es fácil generar esta conexión. Me gusta llamarlo puente. Lo difícil es qué hacer del otro lado. Y sobre todas las cosas, cómo volver.

 

Les dio la espalda una vez más para apagar el fuego del agua y comprobar que la pasta estaba al dente. Empezó a colar el agua.

 

- Existen dos tipos de legilimancia. La primera que es como nadar por la superficie de un lago. No se necesita un contacto visual con la persona en sí. Es como si ellos hablaran en voz alta. La diferencia está en la intensidad de ese pensamiento y la cercanía física con al que uno esté, porque es una comunicación auditiva. No en imágenes. Estos pensamientos son contingentes. Lo más común, por ejemplo, es escuchar a alguien cuestionándose si dejó abierta o no una puerta. Y así.

 

Se sobresaltó un segundo y se agachó para buscar algo dentro de la alacena. Sacó una botella forrada de caña entretejida junto con tres vasitos de shots

 

- ¡JA! Nada mejor como una buena cachaça para alivianar la noche.

 

Sirvió delicadamente en los tres vasos.

 

- La segunda, es la más complicada e interesante, obviamente. Se necesita contacto visual. Es cuando uno genera este puente y entra en la mente del otro. Está con el otro. Las dos conciencias se mezclan. Es donde uno encuentra estos mismos pensamientos y entra en contacto con la corriente de elementos que conforman la misma conciencia de la identidad. Las dos personas entran en estado de trance hasta que la conexión se corte. Por un lado, el legilimante concentrando y canalizando sus energías en mantener la comunicación. En el otro se disparan procesos de defensa inconscientes ante la amenaza externa. La persona sabe que está siendo invadida, pero su defensa no es autoconsciente. La oclumancia es la habilidad de hacer estos procesos una herramienta natural y activa. Manejar las energías mágicas para generar esta barrera.

 

Tomó dos de los vasitos y se los acercó hacia donde estaba el danés y la mortífaga.

 

- ¿Qué piensan encontrarse cuando realizan el segundo tipo de legilimancia? ¿Es como un pensadero? ¿Ven memorias nada más? ¿Qué pasa cuando dos personas diferentes poseen el mismo nivel de características valorativas, aun conservando sus diferencias en el concepto obtenido?

 

Rosália sonreía devuelta. No quería marear a sus estudiantes. Básicamente se estaba refiriendo a si existía alguna diferencia real entre dos personas que pensaran lo mismo sobre un tema, pero sus conclusiones sean completamente diferentes. Si la fenomenología, el sentir, el ver, era igual. Ere repetible.

 

Si uno, en definitiva, podía abstraerse completamente de su propia subjetividad y sucumbir, ante la mirada del otro.

 

- ¿Cenarán? Pasta al pesto con hierbas. ¿Alguna duda con lo que venimos charlando hasta ahora?

 

 

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Sí, efectivamente se trataba de la Arcana, quién parecía especialmente ocupada y no era para menos, Tauro nunca había visto tanta gente apuntada a una misma habilidad, ella estaba acostumbrada a compartir el espacio con dos personas máximo o a veces hasta sola, incluso pasaba lo mismo en las clases de conocimiento. No dijo nada más, dándole espacio a la mujer para que hiciera lo que tuviera que hacer, aunque no contaba con lo que le diría a continuación. Al menos la había dejado quedarse hasta que terminara de llover, pensó, pero dado que sus habilidades comunicativas eran bastante pobres, decidió marcharse apenas la tormenta se lo permitiera, así tendría que volver al día siguiente y con suerte sólo serían ella y la Arcana.

 

Al abandonar la residencia de su futura maestra, se percató que no le había dicho su nombre, pero el asunto pasó desapercibido para las dos en ese momento, dándole a Tauro un motivo para poder iniciar una conversación al día siguiente sin que sonara demasiado forzada. Pese a la lluvia seguía haciendo un bonito día y eso le daba la oportunidad de seguir explorando los alrededores con la compañía única de la naturaleza y otros seres del mundo animal que allí habitaran, así también podía relajarse antes de afrontar lo que sería la clase del día siguiente, pero las estrellas empezaron a empapar el cielo demasiado pronto, reemplazando la luz del día por la suya y faltarían minutos para que la luna tomara su lugar.

 

«Al menos pude organizar mis pensamientos»

 

Esa noche el sueño llegó como el viejo amigo al que hace mucho no ves y Tauro se rindió ante Morfeo de una forma única, era como si su propio cuerpo supiera los desafíos a los cuales se enfrentaría y quería cuidarse a sí mismo. Ese día no hubo sueños, ni buenos ni malos, tan sólo una paz absoluta que se podría comparar con la de alguien cuya vida acaba de terminar después de haber sufrido tanto. Su despertar no fue diferente, se sentía particularmente feliz e incluso pasó tiempo en el Invernadero hasta que cayó la tarde y con ella la prisa de ir a su encuentro con la Arcana. Tauro tomó simplemente lo necesario y una chaqueta por si volvía a llover.

 

Como ya se conocía el camino de memoria no tardó en dar con la residencia y ni bien puso su mano sobre el pomo de la puerta, un delicioso olor a comida le recordó que en todo el día no había probado bocado —. Pastas... —alcanzó a susurrar antes de ingresar —. Soy Tauro, no sé si me recuerda de ayer, donde no tuve la oportunidad de presentarme —se disculpó, seducida por el olor del queso derritiéndose sobre las pastas. El estómago le rugió y esperó que la Arcana estuviese lo suficientemente distraída como para haberla escuchado.

 

— Oh, disculpa, también te recuerdo de ayer. ¿Axel, cierto? —a él sí que no lo reconocía, sin embargo, se le hacía familiar, como todos los que vivían en Ottery. Tauro aceptó gustosa el asiento ofrecido por la mujer, haciendo un enorme esfuerzo por prestar atención a sus palabras, pero estar casi 24 horas sin comer empezaba a pasarle factura —Un gusto —agregó.

 

Por lo que escuchaba la Legilimancia no se apartaba mucho del concepto que tenía de la Oclumancia, sólo que ambas funcionaban como una moneda y cada una tenía un lado de la cara. Ambas se desarrollaban prácticamente que de la misma forma, implicando o no el contacto visual, sin dejar a un lado la complejidad que implica violar los pensamientos de alguien más.

 

— Si la Legilimancia se acerca un poco a lo que entiendo de la Oclumancia, se podría comparar como mirar de lleno un pensadero, es convertirse en un espectador de la historia de alguien más, sólo que el protagonista principal puede darse cuenta de que tiene un invitado no deseado —explicó —Muchas gracias por la pasta, se ve deliciosa Arcana... —tampoco conocía el nombre de la mujer, esta vez no se había tomado el trabajo de investigar. Se llevó a la boca el primer bocado de comida, dejando para después la bebida antes de responder.

 

— Lo lamento, pero lo que dice no suena del todo claro —Tauro siempre decía lo que pensaba y lamentablemente la mujer no estaba siendo muy clara con lo que deseaba saber, aun así se arriesgó a responder lo que le pareció entender —De todos modos, si acaso logré comprender lo que dijo, pueden haber dos personas o más que opinen igual sobre un tema en específico, pero eso no quiere decir que a la hora de actuar conforme a eso que piensan se conviertan en iguales. Nuestras opiniones pueden ser objetivas, pero el accionar tiende a ser más subjetivo que otra cosa.

 

— Por cierto, estas pastas están... ¡Las mejores que he probado! —exclamó.

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Axel miro el cielo gris, le gustaba ese entorno. Dio la última bocanada de su cigarro y salió de aquel lugar cuando noto que llegaba una persona más a la casa de la Arcana, regresaría en otro momento.

 

De forma extraña y a la vez más perturbadora, le interesaba conocer a la Arcana, pero esperaría a que estuviera un poco desocupada. Desapareciendo de aquel lugar por ahora.

 

La noche siguiente. Moreno, delgado y siniestro, fue como se presentó el Rexdemort por segunda ocasión en la casa de la Arcana, agradecía el cambio de horario, ver a tantas personas aglomeradas sería algo fastidioso para aprender el conocimiento.

 

Apareció enfrente de la puerta de la mujer, notando que otra mujer llegaba justo detrás con unos segundos de diferencia. Axel esbozó un gesto encuadrado por su tenue barba negra cuando la Arcana abrió la puerta, espero a que la otra mujer entrara y Axel cerró la puerta a sus espaldas.

 

Escucho en silencio las palabras de la supuesta anciana, mientras seguía a las dos mujeres.

 

Al parecer no habría motivo para presentarse, era obvio que la Arcana ya sabía todo lo que pasaba en su casa, que habilidad tan extraña. El tatuado se sentó al lado izquierdo de la mujer llamada Tauro, sonriendo un poco y afirmando su nombre con sus negros ojos.

 

Fue cuando su atención regreso a Rosalía, esta vez a sus palabras y no sobre su trasero, que tipo de magia utilizaría aquella mujer, si los rumores eran verdaderos, ella sería más grande incluso que Báleyr, preguntarle la edad a una dama no era una idea brillante, el rostro de su amiga Iris Apfel apareció rápidamente en sus pensamientos y sonrió amablemente. Poniendo atención a la Arcana y a la bebida que tenía enfrente de sus ojos.

 

Tomo el pequeño vaso y sintió el aroma de la bebida, para dar un trago ligero. Giro confundido su rostro y miro Tauro mientras ella hablaba. – Entonces es un ataque.- Dio el último trago a su bebida y jadeo un poco, la ronca voz del tatuado prosiguió. – Si la primera forma es más pasiva, esta última debe ser totalmente activa.-

 

Axel llevó su mano sobre su sien e hizo un gesto por un par de segundos mostrando sus sucios dientes. – tak men ikke- Negándose a la pasta para continuar.

 

Imagino que entrar en un ataque directo debe poder uno “vivir” aquellos recuerdos.- Exclamó el hombre, intentando entender lo que significaban las palabras de la Arcana.

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- Pero... ¿quién la entiende? - Cuestionó el Tonks en su mente esperando que la mujer no estuviera dentro de ella. Odiaba que los arcanos cambiara de opinión tan rápido pero al parecer una costumbre marcada entre aquellos magos. No obstante, le alegraba saber que su clase iniciaría esa misma tarde en el mismo lugar en el que se encontraban en dicho momento. Así que decidió continuar con su camino para dar un paseo alrededor de la vivienda de la mujer.

 

El día pasó demasiado rápido como para notarlo. Los elfos del Dumbledore se habían enterado de la espera y habían decidido llevarle comida para alimentarse, siempre lo cuidaban. El Warlock tomó un poco de sol, dado que la tormenta había pasado, y hasta durmió durante unos minutos, pocas veces escapaba de su vida como Warlock y Director de la Universidad así que aprovechaba esos pequeños momentos para realizar otro tipo de actividades y descansar un poco.

 

- Y ahora resulta que no llega - El joven mago era demasiado impaciente y le molestaba un poco tener que esperar y más si era por dos: ni Sally ni la arcana habían llegado al encuentro que habían acordado esa misma mañana. Así que decidió sentarse en una de las sillas a esperar mientras buscaba la forma de entretenerse y no aburrirse en el intento.

 

- Ay - Gritó al escuchar a la arcana, se había concentrado demasiado y había olvidado por completo que se encontraba en dicho lugar y esperándola así que se asustó al escuchar su voz. Y de paso había llegado Sally pero al parecer ya no le gustaba saludar o quizás se le había olvidado hacerlo - Buenas tardes Arcana y Sally - Fueron las palabras del rubio.

 

- ¿Tres días? - Exclamó, no sabía cómo tomarlo pero seguramente Anne no se pondría muy feliz dado que Niko no estaría para ayudarla con todas las labores de la Dirección. Sin embargo, debía cumplir las reglas y dar ejemplo así que no dijo nada más acerca del tiempo que tomaría aprender sobre la Legilimancia y a utilizarla.

 

La arcana comenzó a hablar sobre la habilidad mientras que Niko y Sally escuchaban atentamente cada una de sus palabras. De repente hizo aparecer una llama verde enfrente del Warlock y otra al frente de Sally color naranja. No obstante, colocó su taza en medio y el Tonks solo podía ver una taza verde que previamente no lo era. La magia de las cosas siempre lo impresionaba y ese caso no había sido de otra forma. Así que no podía negar que lo que acababa de decir la mujer era completamente cierto.

 

- Esto se parece a lo que me decía... la arcana de Oclumancia - Pensó, la corriente de los pensamientos había sido muy importante en su clase anterior y al parecer también lo sería en esta. La Legilimancia debía poder sentirse y entender lo que se siente para poder aplicarla adecuadamente y para ello debían aprender a entender los pensamientos y sus características, al menos si deseaban ser buenos alumnos y adquirir adecuadamente sus conocimientos.

 

De repente sintió algo extraño en su mente. Controlaba bastante bien la habilidad para cerrar su mente ante intrusos así que podía detectarlos rápidamente. Durante su anterior clase había experimentado muchas veces lo que se sentía cuando una persona entraba a su mente. El Knight levantó su mirada en busca de los ojos de la arcana para hacerle saber que había sentido su presencia pero sin necesidad de articular alguna palabra.

 

- Interesante - Los dos tipos de Legilimancia resultaban muy diferentes entre ellos pero igual de importantes de aprender. La arcana siguió hablando y explicando lo básico sobre la habilidad que comenzarían a practicar en cualquier momento. No obstante, decidió parar para realizarles una pregunta a los dos magos.

 

- Supongo que como todo en la vida, siempre será relativo - Hizo una leve pasa para explicar lo que estaba pensando - No todas las personas ven las situaciones de la misma manera tal como acaba de ocurrir en el experimento realizado con la taza. Estábamos expuestos a la misma situación pero debido al cambio del color de la llama llegamos a conclusiones completamente diferentes y ninguno de los dos estaba en lo incorrecto - Eso era lo interesante de las diferencias.

 

- Así que siguiendo esa misma lógica. Al ingresar a la mente de una persona no vamos a interpretar los pensamientos de la misma manera que el dueño lo hace - Nuevamente hizo una leve pausa - Esa interpretación siempre será relativa, es decir será diferente para cada persona pero eso no implica que las diferentes interpretaciones sean erróneas - El Tonks dejó de hablar para seguir reflexionando un poco sobre las preguntas y escuchar un poco a Sally.

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  • 2 semanas más tarde...

En la noche del día siguiente

Con Tauro y Axel

 

- Oh Tauro, ¡gracias! Receta de mi abuela.

 

Minutos antes, Axel había decidido irse de la casa de la Arcana. Una lástima. Ella pensaba que el danés tenía cierto potencial, sólo tenía que estar bien encaminado. Había escuchado la respuesta de su única alumna en aquella noche. Había algo de verdad en lo que decía. Del dicho al hecho hay un largo trecho. Después de todo, tanto las opiniones como las acciones definen a la persona. Lo que uno piensa, también influye, porque es la perspectiva de donde se encara la acción, ya sea bajo cánones hipócritas, o la más pura y fiel realidad de la persona.

 

Había engullido toda su comida. No era mucha de todas maneras. Rosália después de todo podía encontrar otras formas de cargar su energía.

 

- Intentaremos ubicarlos en estos parámetros.

 

La arcana abrió las palmas y las puso sobre la mesa, a los costados del plato. Por un lado sostenía un tenedor. Por el otro, el cuchillo que estaba intacto.

 

- Imaginemos que opinamos o vivimos la experiencia de la comida. Tanto el tenedor, como el cuchillo experimentan y opinan sobre lo que pasó en el plato. Los dos, tenían el mismo objetivo que es ayudarme a cenar. El nivel de carga valorativa es igual, porque los dos tienen la misma función. Pero las realidades son completamente diferentes. El tenedor ve una cosa que el cuchillo no, y viceversa.

 

Los colocó cruzados sobre el plato, indicando que había terminado.

 

- Pero, querida Tauro, cuando se trata de personas, esto es un poco más confuso. Los límites se desdibujan y todo se vuelve gris. Por ejemplo, piensa en algo que más ames, o que creas que es la razón última. Seguramente hay gente que tiene la misma fuerza, pero contraria, o parecida, parcial o total.

 

Giró su cabeza a la puerta trasera que había quedado abierta, dejando entrar una suave correntada de viento primaveral. La noche estaba hermosa. Se podían ver luciérnagas en el fondo.

 

- Cuando uno entra en la mente del otro, no ve memorias. Para eso está el pensadero. Uno ve lo que la otra persona sintió y eso es otro nivel completamente diferente. Porque, al igual que ellos, tú, como legilimante, también estás viviendo esa misma experiencia y tu mente lo procesa. No vemos una autobiografía, ni mucho menos una enciclopedia. Hay grandes diferencias entre entrar en la mente de alguien y sumergirse a un pensadero.

 

Se levantó con cuidado comenzando a levantar los platos de Tauro, Axel y suyo. Volvió para servirse un poco de vino el cual le dio un leve trago.

 

- Eso será por esta noche. Te haré la misma curiosa pregunta que le hice al grupo anterior. Imagina que visitan tu casa ¿qué pasa cuando alguien accidentalmente entra con las botas sucias? ¿O deja la colilla de algunos cigarrillos como Axel?

 

Hablaba con cierto ritmo, que acompañaba como si fuese un canto, al baile de ordenar la cocina.

 

- Nos encontraremos mañana a la tarde para una visita al invernadero. Mis compañeras me contaron que es un must-do para ti. Si tienes alguna duda, me puedes mandar una lechuza. De todas maneras no te preocupes de entender específicamente todo, los conceptos irán decantando de a poco.

 

 

 

En esa misma tarde con

Con Sally y Niko

 

 

- ¡Excelente Niko! Lo más rescatable de lo que dijiste es la interpretación de lo que uno ve en el otro. Pero las mentes no están solamente compuestas por pensamientos. Puede sonar confuso, porque hace unos momentos nombré como lo único. Son el resultado del conjunto de estas ideas, las historias y protocolos. La mente es algo demasiado complejo para tomarlo a la ligera.

 

Juntó sus manos a modo de aprobación por lo que acababa de decir el warlock. A buen entendedor, pocas palabras. Pero bien sabía que las imágenes valían más que mil palabras. Había cosas que se escapaban de por sí y que de a poco se iban a ir incorporando a medida que seguía la clase. Lo importante después de todo era la iniciativa del alumno.

 

Por último, se sirvió un poco más de café.

 

- En lo que vimos recién, tanto uno como el otro comenzaban a generar un mismo nivel de contenido valorativo. No importa el color, sino que vieran el color, con la misma luz, sobre la misma forma. A la corta, o a la larga, veían exactamente lo mismo.

 

Fue caminando hacia una de las ventanas y se apoyó, viendo cómo caía el sol sobre su jardín.

 

- Este pequeño ejercicio que nos sirve para ver que todo llega a ser relativo, pero también como uno ve lo mismo, sólo cambiando las luces. Ahora, si supongamos, intercambiáramos las llamas, y Niko viera lo que Sally, y viceversa, lo que uno comenzaría a pensar es en lo que ve.

 

Guardó un poco de silencio mientras entrecerraba los ojos.

 

- Cuando aplicamos la legilimancia, nuestra conciencia se une con la del otro. Mientras más tiempo pasamos explorando su mente, más nos acercamos… más somos esa persona. Entonces, nuestra propia individualidad puede correr el más grande riesgo… quedarnos atrapados en la mente del otro.

 

En la clase pasada, con Valkyria, Adryiane e Ishaya, había explicado específicamente cómo es que varios magos, en el afán de saber absolutamente todo del otro, quedaban atrapados para siempre, abriendo una y otra puerta hasta el infinito. La mente siempre está procesando. Que uno entre en trance, junto con la persona afectada por la legilimancia, no significa que se corten los procesos mentales. Con esto llegamos a la conclusión, que al igual que el espacio, la mente se va ampliando cada vez más y más, generando un largo laberinto infinito.

 

O finito por la propia comprensión humana.

 

- Creo que nos estamos adentrando a la próxima etapa. Nos veremos en dos días, trabajaremos en el invernadero a media mañana. Proyéctense en una nueva casa, cuando entras, ¿qué pasa si tienes el calzado lleno de barro? ¿Si rompes una decoración?

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Era muy curioso seguir a la arcana por aquel camino, verla avanzar de cierta forma que parecía algún tipo de animal... no, como si fuese una ninfa en aquel sendero, por lo que en unos cuantos metros ella se nos había adelantado a los tres, a pesar de que teníamos una buena condición física. al estar afuera del invernadero, nuestro destino en aquella mañana, para comenzar con el aprendizaje de la habilidad.

 

- Bueno, pues yo había pensado en que si llego a una casa cuando no hay nadie y rompo una vasija, es muy probable que la gente comience a investigar lo que ha pasado si es que no esperaban mi visita, es decir, el hecho de dejar una marca tan visible en aquel hogar es muestra de que alguien ha estado presente.

 

Sonreí tranquilamente mientras mis dos compañeras se acomodaban en el invernadero, al lado, al menos ya teníamos un poco más de conocimiento del tema en teoría.

 

- Esto lo relaciono con la habilidad de manera bastante simple. Quien entra a la mente de otro persona, deja su huella, entonces como legeremantes debemos de tener sumo cuidado al momento de hacerlo y bajo los lineamientos que se marquen, que sigamos, que nos adentremos a la habilidad con cuidado.

 

Comenzó a dar las siguientes indicaciones y me sorprendí, pero entendía la forma. Mientras estuviéramos inmersos en la jardinería podríamos encerrarnos en nuestros pensamientos, en nosotros mismos haciendo una actividad física en la que te exigía estar concentrando en acciones simples. Nos estaba dando un tiempo valioso para nosotros.

Aplaudí, un poco más fuerte de lo que quería, justo antes de tomar parte del equipo que estaba en la entrada para poder realizar los trabajos en el invernadero. Era momento de desmembrar mi mente.

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La respuesta del Tonks había resultado bastante apropiada para la Arcana. El Warlock no tenía muchos conocimientos sobre la habilidad pero siempre le gustaba esforzarse para aprender lo máximo posible y ser un buen poseedor de cada una de las habilidades que aprendía. La mujer comenzó a hablar y a dar más explicaciones sobre todo lo que acababa de suceder y sobre la Legilimancia y cómo entender algunas de sus particularidades.

 

- Entiendo - Los riesgos eran muy grandes así que aprender a utilizar la Legilimancia resultaba muy importante para evitar perder la propia individualidad y quedar atrapado en la mente de una persona completamente diferente. El joven no tenía una libreta para tomar apuntes pero sabía que su cerebro estaba capturando la mayor cantidad de información posible para no perder detalles sobre los riesgos y uso que debía darle a dicha habilidad.

 

De la nada la clase finalizó y la arcana les informó que deberían regresar en dos días para trabajar en el invernadero - No lo puedo creer - Bufó el Tonks por lo bajo. Odiaba que lo hicieran ir y volver tanto para una clase y sin duda dicha arcana estaba entrando en su lista de las menos favoritas. No obstante, conocía las reglas perfectamente y no tenía otra opción más que partir y volver el día indicado por la mujer.

 

 

Dos días después a media mañana

 

- Joven Niko por favor no vaya a olvidar sus cosas de nuevo - Le gritó uno de los elfos antes de desaparecer en busca de la Universidad Mágica. Quizás las había olvidado pero estaba vez tenía clara la ruta que debía tomar para llegar hasta el lugar indicado por la arcana unos días antes. El invernadero lo había visto en otras ocasiones y era complejo no verlo al pasar por el lado o por los lugares cercanos al mismo.

 

- ¿Qué pasa si tengo el calzado lleno de barro? - Esa era una de las preguntas que la arcana le había hecho al finalizar la primera sesión pero no entendía el fin de la misma - El piso va a quedar sucio - El Tonks no tenía una mejor respuesta para ello que pensar en que tendría que limpiar debido al barro y eso no le agradaba para nada incluso aunque fuera una situación hipotética.

 

- Buenos días arcana - Se limitó a saludar a la mujer, esperando que en dicha sesión pudiese hacerle entender la razón por la que había formulado dichas preguntas.

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