Floristería Las Tres Hermanas (MM B: 78830)

[Ashley Peverell]

-Sí

Ashley abrió mucho los ojos sin ver realmente a su hermana.

Volteó el rostro hacia un lado y se aferró un brazo de lado con expresión casi triste y pensativa tan solo mirando unos potes de maceta que estaban cerca de ella y que aún permanecían secos por estar en aquella habitación trasera a la cuál no estaba llegando toda esa agua que se desperdiciaba y que ahora pensaba que iba a provocar que le llegara un recibo muy alto de pagos de servicios a la hechicera pelirroja.

Pero ese no era su pensamiento principal cuando recordaba el porqué era que le hacía ese tipo de preguntas a su hermana mayor por entre todas las personas.

Todavía recordaba las historias oscuras que había alrededor de aquella que estaba delante de sus ojos.

-Recuerdas la fiesta en la casa de mamá, ¿no?

Preguntó con voz suave y muy bajita, tan dulce como el aroma a rosas que emanaba de los cabellos y la piel del ángel que era aquella criatura rubia.

-La fiesta. Esa gran y enorme fiesta en ese hermoso jardín gigantesco.

[Hayame Snape Potter Black]

Bajó los párpados un poco hasta que volvieron darle un aspecto adormilado y neutral

-Claro -musitó por lo bajo con lentitud mientras sentía las gotas de agua corriendo a lo largo de su rostro- hablas de la enorme fiesta en la Potter Black cuando todavía le pertenecía a nuestra madre Antara

Dijo

Emitió un suspiro pesado y lleno de melancolía para luego alzar un brazo con la varita aferrada firmemente hasta que el agua dejó de salir de aquellas pequeñas regaderas de metal sobre las cabezas de ambas; Hayame se encaminó en dirección de una pared cercana en donde había dejado una escoba y la tomó con ambas manos para al siguiente momento, dedicarse a barrer el agua del suelo sin verla en realidad, tan solo, moviéndola con todo y la poca tierra que quedaba hacia el exterior de la tienda

Olía

Lo olía todo, olía las flores que la agradable y alta mujer tenía en los jardínes, percibía el calor de su presencia cuando aún creía en la Órden, todavía le parecía escuchar la voz de esta muy al fondo de sus memorias como si todavía siguiese presente

Aún podía...

[Ashley Peverell]

Ashley podía ver a su hermana mayor alejarse de ella y comenzó a frotarse instintivamente su propio brazo como si de aquella manera pudiera darse a sí misma un calor que parecía perdido con los años y que por obvias razones la mujer no viva que tenía apenas a unos metros de ella no iba a poder brindarle ni aunque la abrazara con ese amor que se tenían como hermanas aunque no era algo que fueran a decir en voz alta en realidad.

Pero de todas maneras sabían que se amaban y Ashley tenía la esperanza, esa que brillaba con la intensidad de mil soles y lo tocaba todo con su amor y calidez.

Esa esperanza que le decí que quizás algún día podría regresar a su hermana a los senderos de la bondad y el amor, que esa arua celestial que había recibido como parte de sus dones divinos de gratitud, compasión y cariño conseguirían que la hechicera de cabellos rojos volviese al redil y se uniera de nuevo a los paladines del bien y la justicia.

-Realmente había muchas personas aquel día.

Sentenció al fin con un tono de voz más segura y una mirada seria hacia la espalda de su hermana que era imposible de observar por esa enorme madeja de pelos rojos empapados que cubrían bastante del cuerpo de la inmortal.

-Tú eras un ser malévolo tocado por las sombras y yo solo ansiaba abrazar la luz.

Asintió con la cabeza una sola vez.

-Te invitaron y me llevaste a conocer a esas personas para introducirme a lo que mi corazón deseaba.

Siguió diciendo

-Es un favor que nunca voy a olvidar de tu parte aunque hayas continuado con el retorcido sendero que habías elegido en esos momentos, por unos momentos.

[Hayame Snape Potter Black]

Seguía moviendo la escoba y el sonido de las voces se hizo todavía más intenso conforme la otra niña seguía hablando y hablando y parecía que en ningún momento se iba a callar.

No quería darle la cara por lo que trató de amortiguar su voz con el raspado de la escoba que iba dejando cada vez más limpio el suelo de madera debajo suyo, pero...

Sonrió muy a desgana

Cómo es posible callar las voces del pasado de uno cuando estas son tan persistentes?

Casi se quería reír por escuchar la forma en la que aquella chiquilla insolente siempre solía referirse a ella como "el ser malvado", "la criatura oscura", "la del alma retorcida"

Sabía que una parte de la Ketchum no lo decía en serio y a veces llegaba a ser pesado la forma en la que se lo ponía pero...

Alzó la mirada al techo

-Obviamente que lo recuerdo, tonta- dijo en un tno débil pero que pretendía ser de burla hacia la niña rubia- cómo pensabas que iba a olvidar a Antara?... me dejó ir a esa tonta fiesta de pollos dentro de su casa y no permitió que nadie me echara a pesar de que todos creían conocer mis ideales y no me veían con mucho agrado, debo de decir

Volteó el rostro muy apenas para ver a su hermana con el ceño fruncido pero una sonrisa

-Tus amadas aves a veces pueden ser más desagradables que las víboras, sabes?- dijo riendo entre dientes

[Ashley Peverell]

-¿Porqué tienes que llamar a los heróicos aurores y guerreros de armaduras doradas de esa manera tan fría y despectiva cuando han sido tan amables contigo?

Increpó de mala gana todavía alejada de las pequeñas corrientes de agua que había creado el chorro de lluvia de las regaderas en el techo de madera y que habían terminado de arrastar el lodo para todas partes, supuestamente lejos de donde la hechicera mayor quería pero que para molestia de la rubia estaba demasiado cerca de ella y de sus zapatos, no quería tener que estar limpiándolos todo el tiempo por el barro.

-Iug.

Soltó levantando un pie para sacudirlo y que no se le pegara del todo la mugre que eso casi metía en la pequeña habitación de la parte de atrás.

[Hayame Snape Potter Black]

-Iug!!

Soltó Hayame observando a su hermana como si fuera la primera vez que la viese en todo aquel tiempo

-Quieres parar por favor? -dijo haciendo una mueca de estrés y frustración ante las palabras que soltaba aquella chiquilla que seguramente no entendía del nada el porqué de repente hablaba de aquella forma de ese bando- o puedes culparme... admito que he tenido mis tropiezos con ese tipo de personas y quizás un pasado de luz del que me quiero alejar lo más pronto posible

Aseguró volteando la cara en otra dirección con un tic y una cara de irritación nerviosa, ya sin ver a la rubia

-Pero son asuntos míos de los que no deberías de meterte mucho

Aseguró virándose y haciendo un gran sonido de charco por el agua que todavía lo empapaba todo y movió una de sus manos haciendo muchos ademanes con ello

-Así es como nos acostumbraron a decirles en el viejo bando en el que llegue a estar

Explicó y un escalofrío de desagrado la recorrió, tampoco le era muy grato las memorias de aquel tiempo que había pasado entre quienes creía que compartían sus mismas ideas

-Era imposible no acostumbrarte y admito que si, cuando me enojo un poco se me sale- espetó- pero no es motivo tampoco para que me regañes de como debo y no debo llamar a las personas!

[Lisette Ryddleturn]

Lisette se fué acercando a aquel negocio de la Florería con una sonrisa en el rostro y un suspiro animado que la hacía pensar que las cosas no podían resultar mejores en aquellos momentos

De poco en poco se iba ajustando y acostumbrando a la vida que estaba teniendo en Ottery y al hecho de que ahora se había mudado a la casa de su novia por lo que todos los días se le figuraban una aventura maravillosa, si ella tenía que decirlo; pero también a veces se daba cuenta de que Hayame salía mucho de casa porque tenía trabajo y la chica era una persona bastante curiosa también.

Así que esa mañana tomó la decisión de salir de la casa donde estaba, dejando a los elfos instrucciones para que todo estuviese preparado a su vuelta y se encaminó a pasear por los alrededores y de ahí, se fué a Londres a visitar el callejón Diagon que ya le decían que era bastante famoso para los paseantes

Y lo mejor de todo... había una Floristería!!

Así que rápidamente se dirigió a esta con todos los animos del mundo... pero al llegar pudo notar que al parecer estaba cerrada y se veía, algo abandonada y descuidada

-Oh...- musitó bajito viéndola con preocupación, no era así como debía de verse una florería la verdad

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame dejó escapar un nuevo gruñido y continuó barriendo el agua que se acumulaba sobre los maderos y el piso de aquel negocio que al menos por dentro y comenzaba a verse un poco más limpio e impecable a diferencia de como estaba cuando llegara aquella mañana; había conseguido desaparecer la tierra de la mayoría de los rincones y hasta el mostrador y demás anaqueles lucían definitivamente más adecuados a lo que debía de ser

Claro que como una tienda de platas y flores debía de tener ese aromita a abono y las demás cosas, pero al menos darle un limpieza cada quincena nunca estaba de más

Si Amya llegaba a regresar, al menos se daría cuenta de los arreglos y de que le habían dado su manita de gato

No sabía que tan contenta estaría, ya que a esa hermana en particular le gustaba el desorden, pero...

Sacó la varit y apuntó a otras partes

-Fregotego!!

El jabón rosado y aromático comenzó a llenar el sitio y la vampiro continuó restregando el piso y parte de las paredes que ya empezaban a dejar ver el antiguo color que tenían aunque la Snape se preguntó si a ese paso no terminaría por descascarar la pintura; también se preguntó como estaría el duende o troll al fondo de la tienda, lo había dejado comiéndose su pollo y ya no había vuelto a saber de él

"Espero que no esté muy enojado"

Pensó cerrando los ojos con una pequeña gotita de sudor en la nuca

[Lisette Ryddleturn]

La chica fué asomando la cabeza despacio por un lado de la entrada (que había dejado un poco abierta la dueña al parecer) y se sorprendió de ver justamente a un de las personas que más quería, fregando el suelo

Era cierto, Hayame le había contado alguna vez cuando estuvo en Westown que era dueña junto con sus hermanas de una florería también y que compartía con la rubia su gusto por las plantas; la chica de ojos celestes sonrió enternecida y se rió quedito cubriéndose los labios con la yema de los dedos y entonces, se acomodó el vestido y dejó escapar un ligero carraspeo para llamar la atención de quien limpiaba

-Así que esta es la famosa Floristería de Las Tres Hermanas, de la que me hablabas en casa

Comentó la chica finalmente dejándose ver en las puertas de la entrada pero su mirada se movía por los alrededores con una sonrisa suave y delicada, casi melancólica se podría decir; alzó una mano y la pasó por el marco de la entrada como si pudiese ver algo que la chica en sí no o que la vampiro delante suyo no fuera a percibir

-Me la imaginaba con más sacos de estiércol, potes y macetas aquí y allá, muchas flores y también en la entrada... pero en estos momentos

Miró a la pelirroj sin dejar de sonreír

-Esta algo triste y vacía... le falta vida, no te parece?

Le preguntó antes de ver un poco más lejos la silueta de la Ketchum y alzar una mano para saludarla también, segura de que no iba a estar muy feliz la niña de vestido naranja

-Parece como si apenas hubieran comprado el negocio para construirlo- comentó sin ánimos de ofensa a la pelirroja

[Hayame Snape Potter Black]

-Si, bueno...

Hayame cerró los ojos un momento y finalmente dejó la escoba a un lado para luego, apuntarla con la varita y hacer que aquel instrumento se fuese a comenzar a barrer a la trastienda donde tenían todas las demás cosas y polvos; le pareció escuchar un pequeño grito de su hermana menor al pasar la escoba pero no le puso demasiada atención

-Es que yo tenía muchos años sin pasar y parece que Amya cerró la tienda en ausencia de alguna de las dos

Se explicó a la rbuia de ojos celestes y dió un suspiro

-Cuando me vine aca hace unos días, había muchas telarañas, las plantas muertas, había un aroma a podrido por los sacos de tierra que por algún motivo se llenaron de hongos...

Comenzó a decir pero entonces parpadeó y se quedó congelada unos momentos... para después voltear con los ojos muy abiertos en dirección de la chica de amplio vestido y delantal que le sonreía desde la entrada y la saludaba moviendo la punta de los dedos, como si aquel escenario fuera gracioso de alguna manera

-Lisette!

Exclamó Hayame con obvia sorpresa, dando un pequeño saltito lo que solo provocó más risas de la recién llegada

-A qué hora llegaste aquí?- soltó preocupada o sorprendida- cómo... cómo?... yo no esperaba... que tu bueno... aquí y entonces...- empezó a soltar rápidamente señalando en todas direcciones como si hubiera sido descubierta haciendo algo malo