Floristería Las Tres Hermanas (MM B: 78830)

[Lisette Ryddleturn]

Lisette alzó un poco los ojos y se recordó de que debía de tener paciencia con aquellas dos hermanas que siempre parecía que se querían estar peleando por cualquier cosa; lo recordaba de cuando Hayame había estado viviendo en aquel pueblito de tipo ranchero mágico donde estaba, así había conocido a la pelirroja pero siempre tenía la esperanza de que en algún momento se pudiera cambiar un poquito de eso para su mejoría.

"Por eso dicen que cuando estás en una relación, todos los detalles de las parejas se multiplican a por diez"

Suspiró la rubia clara cerrando los ojos y levantando una mano para descansar la punta de los dedos a los lados de su mejilla y negar un par de veces con la cabeza antes de volver a ver a la recién llegada y regalarla con una sonrisa.

-Bueno, dado que aún no tenemos oficialmente nada a la venta, esto no puede ser malo

Dijo y se retiró solo por unos momentos a la parte de atrás de la tienda para después regresar con unos pequeños sobrecitos de semillas bonitas de flores para tendérselas a la sobrina de su novia, dandole una sonrisa de cariño

-Son para tí- ofreció cerrando los ojos con animos

[Sagitas E. Potter Blue]

-- Dice la Ama Sagitas que no quiere venir por aquí para nada, que la última vez que vino la regaron.

 

Así se presentó aquella elfina que acababa de entrar en la Floristería

 

-- Dice la Ama Sagitas que no volverá por aquí hasta que le pida disculpas por el baño inapropiado.

 

La elfina debía ser muy nueva en la mansión si decía así, tan libremente, sin contar lo que podían hacer los presentes ante sus palabras, todo lo que le había dicho Sagitas. Si hubiera ido Harpo, seguro que lo hubiera disfrazado de una manera más diplomática. Pero o ella era una ingenua o no le importaba las consecuencias que podría ocasionar repitiendo todo lo que la pelivioleta había dicho.

 

-- Dice la Ama Sagitas que la toalla que le dio le raspó toda la cara, como si hubiera puesto en ella una guindilla exprimida para que le saliera urticaria en la piel, por lo que no se fía de usted.

 

Lo dicho, la elfina era una suicida, por decir así de libre todo el mensaje de su Ama.

 

-- Dice la Ama Sagitas que sus dos hermanas Hayame y Ash son unas latosas porque se meten con ella por envidia y que, si pudiera, les pondría cagarrutas de dragón en la cama. Y que no puede no porque no lo haya intentado sino porque los elfos siempre limpian las sábanas en cuanto se dan cuenta. Es que los elfos somos muy limpios, señoritas.

 

Eso último fue auténticamente suyo, al menos la elfina había dicho algo.

 

-- Ah, sí... Dice la Ama Sagitas que necesita semillas de césped trepador y de adormidera lunar para plantar en la Potter Black.

[Lisette Ryddleturn]

Los ojos claros de la chiquilla se abrieron con sorpresa al ver a aquella pequeña criaturilla entrar con todo el mensaje que le estaba mandando su cuñada a su novia, después del mnudo espectáculo que le habían metido al ir a por las flores; todavía recordaba la cara de Hayame por haberse sentido ignorada a pesar de que las otras dos chicas le habían dicho que no le hiciera travesuras, ella nunca era de entendedera rápida.

Lisette había limpiado lo mejor posible el sitio y los jarrones y cajas con macetas ya dejaban ver plantas muy verdes y flores, tal cuál era su esecialidad y lo que amaba hacer.

Pero era evidente que aquellas cosas no se iban a arreglar tan facil, sobre todo por la cara que tenía la criaturita mágica que parecía reflejar en cierta forma con su espiritu las palabras que seguramente había mandado su ama acerca de todo; y no la culpaba a Sagitas por sentirse irritada con la mojada que había recibido.

La rubia se rió un poco con los dedos sobre el labio inferior para luego, voltear a ver a su novia y a su cuñada.

-Yo creo que le debes una disculpa a tu hermana, no te parece? -sugirió con un tono cariñoso de voz

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame frunció el ceño y entornó sus rojillos ojos al ver a quien acababa de entrar y la forma en que iba repitiendo todas las cosas unas detrás de otras.

Especialmente porque las líneas de aquello que estaba diciendo, significaban que Sagitas quería casi que una venganza y aún no superaba del todo ese duelo loco tan solo por el vestido de fiesta de Halloween...

Que hablando de Halloween, ya se iba acercando una gala nueva y seguro que esta vez iba a ir con ella otra vez... pero sería capaz de arruinarle un nuevo vestido en pro de las ideas malévolas que tenía al respecto?; no pudo evitar sonreír de forma retorcida y comenzar a toquetearse la punta de los dedos, emitiendo pequeñas risitas malévolas de imaginar como podría secuestrarse el ropero de su hermana mayor para dejarla sin nada que ponerse el mero día de la fiesta... o igual ella podía hacer la travesura de hermanas e irse luciendo uno de los vestidos robados

AL fin que siempre le quedaban todas las ropas de Sagitas jojojo

-AHm... entonces, qué decías que Sagitas que quería robarse o algo así?

Preguntó la vampiro observando hacia abajo e intentando mantener un gesto de lo más inocente para que no se notase todo lo que ya se estaba maquinando por adelantado

[Lisette Ryddleturn]

Lisette de inmediato se viró para ver a su novia y le frunció el ceño con dureza, casi resoplando a través de la nariz como una forma de indicarle que no aprobaba en lo absoluto el que estuviera haciendo esos gestos, ya la conocía como para entender que no significaba nada bueno darle espacio para lo que fuera que tuviese en mente

Se colocó los puños cerrados en las caderas y entornó aún más sus ojos

-Ni siquiera te atrevas... -le advirtió con severidad

La pobre elfina continuaba repitiendo su diálogo lo que tenía que significar que sus encargos eran de verdadera importancia así que se acercó a la pequeña criatura mágica y le colocó una mano en la espalda

-Está bien

Le sonrió a esta cerrando los ojos mientras que asentía

-Lamentamos mucho lo que ha pasado con Sagitas y Hayame también se va a disculpar apropiadamente y le enviará sus disculpas contigo también- dijo con tono de voz agradable para luego, volver a regalarle una mirada severa a su novia pelirroja que continuaba parada un poco más allá

Que si no se ponía firme con esta a veces... luego por eso Ash decía que su hermana era del tipo muy rebelde.

Pero de todas formas parpadeó, pensando que realmente las dos hermanas debían de hacer muchas travesuras si Sagitas decía todo aquello de estasen conjunto.

[Hayame Snape Potter Black]

La pelirroja se tensó de golpe ante el brillo de los ojos en esos momentos fríos de la Ryddleturn que parecía que estaba más que dispuesta a darle una buena regañada si siquiera pensaba en comportarse de forma indebida

Hizo una mueca y comenzó a hacer aspavientos, moviendo los labios sin hacer ruido mientras que cientos de gotitas de sudor corrían por su cabeza

"Pero si yo no he hecho nada malo, ella fué la que me ignoró desde un inicio!" decia solo moviendo los labios pero sin dejar sonar su voz "además, solo se fué y ni siquiera me dijo nada!!"

Pero entonces cuando le pudo poner atención a lo que decía la elfina, señaló a esta con los dos brazos extendidos en su dirección y completamente enderezada, con los ojos muy abiertos en dirección de su novia

-VES!!? -esta vez si exclamó con fuerza- me ha llamado latosa!! LATOSA A MI!!! a la que se agarra a los porrazos con todo santo que ose difamar su sagrado nombre... y así me paga?? poniendome regalitos de dragón apestoso en la cama para cuando duerma??

Su voz se iba haciendo cada vez más chillona

-Y encima me ha comprado con esa... pedazo de hada de Crepúsculo!! -esta vez apuntó con una de sus manos abiertas a la otra rubia que estaba más allá, suponía que asomada para ver porqué el ruido- me pueden decir de todo, pero compararme con ella es un insulto de fuerza mayor ¬¬

[Lisette Ryddleturn]

Lisette rodó los ojos y negó con la cabeza unas cuantas veces antes de volverle a tocar la espalda a la elfina con cuidado y con cariño, esperando no alterarla más a la pobre de lo que ya estaba y a sabiendas de que todavía esta tendría que regresar con su ama, para hacerle saber cómo iban las cosas

-Tranquila, vas a ver que si se va a disculpar con tu amade forma adecuada y ahorita te mandará con algo para que se lo repitas a ella

Cerró los ojos con cariño para después, enderezarse con las manos cruzadas por delante de forma tranquila y esta vez, buscó con la mirada el rostro y la presencia de su cuñada, Ashley

-Cariño, podrías traerle a la pobre criaturita lo que pidió? -le dijo a la Peverell con una nueva sonrisa calma- cesped trepador y adormidera lunar, si fueras tan gentil

Ladeó la cabeza cerrando los ojos para luego, volver a ver fríamente a Hayame...

Y entonces, como si el vientecillo frío que corría en el exterior no fuese lo suficientemente revelador acerca de qué tan peligroso se estaba poniendo el asunto, la jovencita se inclinó y se retiró una de sus zapatillas del pie izquierdo para entonces enderezarse y entornar los ojos, moviendo peligrosamente aquel artículo en su mano

Y eso ya era bastante amenaza por sí misma

[Helike R V PB]

*yo hago una nueva entrada, que me he perdido xDD. Lo vi antes, espero no interrumpir la trama ^^ p.d.: Lis, ¡me encanta tu firma *-* *

 

On:

 

Me había tenido que marchar deprisa y corriendo del negocio de la tía porque me había olvidado de algo y después, ya no volví más. Me aparecí a unos cuatro metros cuesta abajo de la floristería. En esa ocasión llevaba dinero suficiente para comprar algunas flores. Una de las que me llamaba poderosamente la atención y esperaba poder encontrarlas ahí. Generalmente, no tenía problema con ello, pero nunca se sabía...

 

Iba vestida con un chandal y zapatillas, llevaba el monedero en el bolsillo y la varita en la mano izquierda para hacer el uso de la aparición. La guardé en el mismo bolsillo y fui caminando despacio por la calle adoquinada. Parecía que la humedad se había instalado por la noche, porque estaba las piedras estaban algo resbaladizas a la hora de caminar... Enseguida llegué a la puerta a pesar de la dificultad.

 

Una elfina estaba hablando con una dueña y me parecía no conocerla. Entré al interior y vi que alguien tenía una ¿zapatilla en la mano, qué estaba pasando?

 

- Em, ¿hola? ¿Interrumpo algo? -pregunté con inocencia... Sólo esperaba que esa cosa no me la tiraran encima...

[Ashley Peverell]

La cabeza de la niña rubia se asomó desde donde estaba ya acomodando varios jarrones que había adornado con enormes lazos rosados y bastante perfumados porque quería que todo estuviera adecuado a aquel negocio donde se le había contratado y eso la ponía bastante contenta y por eso todo lo hacía tarareando.

Como quiera se había reído bastante al ver como su cuñada se sacaba uno de los zapatos con la posición de una de las mamás que están a punto de castigar a sus hijos y no la culpaba.

Su hermana Hayame estaba muy loca y a veces necesitaba que alguien le chasqueara los dedos y la calmara porque nada más cuando la dejaban que le diera cuerda...

Bueno

Acababan de arreglar aquel negocio comopara que se pusierana a destrozarlo a base de hechizos tan pronto.

-Muy buenas tardes!! -saludó a la bruja que acababa de llegar para luego, dejar escapar una risita nueva- es que Hayame se anda portando mal, no has interrumpido nada.

Cerró los ojos de forma muy encantadora.

-Bienvenida! en qué te puedo ayudar? nos acaban de llegar unas flores de invierno monísimas!!

[Kutsy Stroud Lenteric]

¿Los lazos de sangre pueden romperse? Me pregunté esa fría mañana de invierno mientras una taza humeante de café descansaba entre mis delgados y fríos dedos. Tenía que admitir que el tiempo se me había ido como arena entre los dedos, –demasiado aprisa –, sentía cierta ansiedad ante el hecho de que ni las horas ni los días se habían detenido. Ya habían pasado meses desde que todo se volviera un caos, desde que yo no dijera absolutamente nada y terminara por entregarme sólo al silencioso arrullo de mi llanto.

 

No me sentía rota o sin fuerza, al contrario había encontrado cierto consuelo ante la desavenencia que como una sutil tormenta se llevó todo a su paso, dejando una claridad que me permitía respirar con naturalidad cuando me percataba de lo diferente que eran las cosas ahora. Miré la foto que estaba frente a mí y sonreí, definitivamente el infierno no era nada comparado con lo que había decidido vivir, me obligaba a no recordar o pensar… Porque de lo contrario mi determinación terminaría flaqueando y no estaba dispuesta a dejarme vencer tan fácil.

 

El delicado toqué de Dunkel me trajo de vuelta, –¿señora recuerda que fecha es hoy? –Me miró con sus alegres ojos mientras dejaba que mis sentidos me revelaran la respuesta –por supuesto –declaré, a nadie le había comentado. Pero después de años de buscar a mi madre finalmente la había encontrado, una pieza más del rompecabezas que era mi vida volvía a tomar su sitio y mis sombras se desvanecían un poco más –creo que iré a comprar sus flores favoritas… –la frase pareció extraña ya que en realidad, desconocía ese dato y muchas cosas más.

 

La pequeña criatura que me acompañaba, no dijo nada sencillamente acaricio el dorso de mi mano, como consuelo, –lo sé –no pude evitar que un par de lágrimas escaparan de mis ojos –pero estoy segura que le gustaran, ¿verdad? –mis hijas dormían, todos en el castillo Evans lo hacían, no había nadie más que Dunkel, para sostener mi mano y asentir ante mi creciente inseguridad y nostalgia –serán las más hermosas sin duda alguna –agregó él, al tiempo que chasqueaba sus dedos y me entregaba una chaqueta negra.

 

Me coloqué la prenda de vestir y antes de salir de mis aposentos miré una vez más a mi amigo y le dije –¿le llamarás cierto? –tenía tantas ganas de verla, de abrazarle pero sobre todo de contemplar su mirada. Hacía poco que me había enterado que ella también estaba en Londres y deseaba tener un encuentro con aquella mujer que estuviera conmigo durante la gestación de Emma, como nos divertíamos, la sentía como si fuera mi hermana. Dunkel sólo asintió y me dirigí a las afueras del castillo, una vez ahí cerré los ojos y aparecí frente a la Florísteria las tres hermanas.

 

Esperaba que Emilia, recibiera el mensaje que pidiera a mi elfo, enviar. En el le pedía con suma premisa que me acompañará a comprar algo que era importante y que necesitaba más que nunca de su buen gusto. Dejé que mi cuerpo descansara contra una de las paredes del establecimiento y esperaba por aquella hermosa pelirroja.

 

@@Emilia Malraux