Floristería Las Tres Hermanas (MM B: 78830)

[Hayame Snape Potter Black]

Pero era demasiado tarde

Con esa maligna puntería que tenía la Snape para las cosas que significaran hacer rabiar a su queridisima hermana que les había dejado colgado el negocio de la floristería (sin contar a Amya An pero ya se encargaría de la mayor de las tres hermanas cuando volviese), tomó bien el globo de agua y lo arrojó rumbo a la cabeza de Sagitas con la intención de dejarla mojada de arriba hacia abajo con una cantidad de agua MUY helada

Sabía a lo que se arriesgaba, sabía lo que pasaría pero a esas alturas hasta las consecuencias sonaban sumamente divertidas y agradables o bueno, quizás no tan agradables (ni que fuera masoquista)

Pero la risa nadie se la iba a quitar, eso era seguro

Al menos hasta que escuchó el grito de su novia lo que la hizo voltear la cabeza con cara de espanto por la manera en que la rubia se expresaba; bueno, eso no lo había previsto y aunque estaba acostumbrada a las regañinas de Ashley por hacer cuanta tontería se le cruzara por la mente...

Bueno...

No era como que sintiera verdadero entusiasmo por la cara de enojo que le iba a regañar el pequeño amor de su vida ahora que aquello se acercaba inexorablemente a la cabeza de la bruja de pelos violetas; hizo una mueca en cámara lenta y trató de cerrar los ojos para no ver lo que estaba por venir... o bueno, abrió un resquicio de uno porque no quería perderse aquel espectáculo

Agua fría empapando a la Potter Blue no era algo de todos los días jeje

[Helike R V PB]

Habitación de Mansión Potter Black...

 

Sí, había huído, o mejor dicho, había mandado al cuerno algo a lo que mi padre había arriesgado en dejarme en herencia. Bueno, al menos, parte de ella. No sabía si fue por consideración a mi padre que, tía Sagitas (suegra al fin y al cabo) me acogió en su casa. Se lo agradecía internamente, pero que jamás lo hubiese expresado en voz alta. Sí, una era orgullosa, no había que hacerle. Pero también era cierto que, me había ayudado a proteger documentos valiosos antes de trasladarlos al banco. Uno de los lugares más seguros...

 

Ahí estaba en la habitación que me había dejado. No es que fuese una recámara de las del consejo Vulturi, pero no me quejaba. No me importaba tener un techo con el que cobijarme cuando lloviera. La verdad, lo agradecía... Además, que había dejado a mis elfos a cargo y para lo que necesitara los suyos propios y ayudaban en todo lo que podían... Así que, me sorprendió ver una carta que portaba Galadriel. Lo único que había pedido a expensas y protestas de Sagitas, con una terraza que diera a los jardines y así observar el cielo nocturno.

 

¿Acaso mi lechuza se había perdido? No entendía nada, pero la tomé, igualmente. Reconocí enseguida la letra y el toque violeta que portaban sus letras. Sonreí de medio lado. ¿Sagitas ayudándome con las flores? Bueno, sí que estaba preocupada por que todo saliera bien... Si es que, últimamente estaba a la parra con un asesinato... Medio bufé cansada del tema. Tanta videncia y seguro que no era para tanto. No siempre todas las predicciones se cumplen. Así que, haciendo caso a la carta me preparé (estaba en chandal de andar por casa).

 

Me puse una camiseta, tejanos, botas de piel de dragón y la cazadora del mismo material. Até el pelo en una cola de caballo alta y recogí el monedero de piel de moke, con todos los cachivaches que pudiese necesitar. De un pequeño y ágil salto, aterricé en los jardines y me llegaron todos los aromas que había en el jardín. Aspiré profundamente y sonreí. La verdad, es que era tan parecida a mi antigua casa, que seguro que estaría muy agusto en ese lugar... A pesar de las broncas y las peleas, claro...

 

Para evitar cualquier susto innecesario, fui hasta la zona de las verjas, las traspasé y girándome sobre mis talones, me desaparecí de ese lugar, para hacerlo tres metros calle abajo, del callejón Diagón... Cerca de la floristería.

 

Floristería "Las Tres Hermanas"

 

Cuando hubo terminado el encantamiento llevé mis manos al interior de los bolsillos y fui caminando cuesta arriba por la calle adoquinada. La verdad es que me costaba un poco hacerlo, cuando antes iba en un periquete a todos lados. Me sentía cansada y hasta podía decir, que algo agotada. Suponía que era por el estrés de tanto trabajo ministerial. No pensé en darle mayor importancia y fui disfrutando de todo lo que me regalaba la vista. ¿Y luego Sagitas, pretendía mezclarse con muggles?

 

Yo me sentía orgullosa del mundo al que pertenecía. Con sus más y con sus menos, pero estaba contenta. Así que, con éstas cavilaciones, entré al lugar... Pude sentir en cierta manera que ya había gente dentro. ¿Serían Hayame y su hermana? No lo sabía... sólo pude susurrar un "hola" un tanto tímido... Aunque el oler el abono de no sabía que, me hizo revolver el estómago y sentí náuseas... Si tenía que esperar a Sagitas, mejor hacerlo fuera...

[Hayame Snape Potter Black]

Sagitas no había reaccionado (lo que era una verdadera suerte desde su peculiar punto de vista pero una nunca lo sabía) y mejor decidió poner la mejor cara que pecaba de inocente aunque de inocente nomás la expresión

Su hermana parecía que se había tirado literalmente dentro de una alberca por la manera en que chorreaba líquido por el piso y la pelirroja se encogió de hombros y miró a las otras dos brujas como si quisiera justificar su comportamiento; ninguna de las rubias parecía muy felices y entonces, la vampiro se encogió de hombros de nuevo a la defensiva

-Es que no me está haciendo caso!!

Se quejó

-Soy su hermana, por Voldemort!! era como para que lo primero que hiciera al entrar al negocio fuera saludar y agradecer que las cosas están limpias, que mira que la Florería estaba casi que a cachas de descuido y por caerse!!

Agitó un brazo todavía más nerviosa, sabiendo que mientras más tiempo pasara era más probable que la ira de la peli violeta se viera estallando por todas partes

Y cuando pensaba que las cosas no podían ponerse más tirantes...

-Oh, hola!!

Saludó volteando ante la voz quedita que alguien que llegaba pero entonces, se tensó perceptiblemente: era Helike y a como estaban su hermana y su sobrina de tensas cada que se veían...

-Rayos...

[Lisette Ryddleturn]

-Cariño, por favor...

Había suspirado la rubia con gesto que indicaba que reprobaba en verdad las acciones de la otra mujer aunque también una parte de ella se quería reír; eran unas actitudes tan infantiles las del amor de su vida que se sentía tentada a sonreír y quizás a felicitarla por su pequeña e inocente broma pero sabía que eso no estaba bien y sabía que si no decía algo ella, sería su cuñada menor la que la regañaría.

Al menos por la cara de Ashley era obvio que esta quería soltarle una buena reprimenda por sus actos pero si lo hacía, seguro que las dos hermanas iban a verse trabadas en un duelo y no necesitaban más destrozos en ese pobre negocio que ya había pasado por cosas muy duras.

-Ayúdala a secarse y disculpate apropiadamente

Indicó Lisette saliendo de la habitación posterior y entonces, sacó la varita que finalmente le habían certificado para usar; estaba muy orgullosa de que al fin le hubieran aprobado las lecciones de Hogwarts y que pudiera hacer magia cuando era necesario así que hizo aparecer una gruesa toalla y se la aventó a Hayame sobre la cabeza

-Anda, atiende a tu hermana o me voy a enfadar

Indicó

Obvio nunca podría enojarse con ella pero igual esperaba que la amenaza surtiera efecto, sobre todo porque escuchó a otra persona entrar en la florería así que sonriendo de la mejor manera caminó hacia la recién llegaba

-Bienvenida a la Floristería de las Tres Hermanas!

Saludó con animos y junto las palmas de las manos para dar una mejor cara de bienvenida

-Llega justo con las remodelaciones, en qué podemos ayudarla? tenemos unas begonias exquisitas de temporada, muy hermosas!- ofreció

[Xell Vladimir Potter Black]

Me asomé al cristal de la floristería. No se veía nada. Era por el polvo que había en ellas. ¿Es que las tías no limpiaban los cristales? Froté un poco con el puño y dejé un huequecito limpio por el que asomé la nariz. El interior de la tienda estaba tranquilo, al menos desde el lugar que yo veía. A lo lejos, veía que había gente en ella. Seguro que eran las tías, quienes debían atender al público. Me moví hacia la puerta y volví a hacer lo mismo, procurando buscar una vista del interior. Ahora identificaba el pelo violeta de la tía Sagitas y el rojizo de la tía Hayame. También había uno rubio pero no supe ver si era de la tía Ash o de la tía Lisette. Cualquiera de las dos podría estar allá, con ellas. A quien no veía era a la tía Amya. Hacía mucho tiempo que ella no estaba en el pueblo.

 

Abrí la puerta. Sonó la campanilla que anunciaba visitas y sonreí. Era un sonido muy agradable y siempre me hacía sonreír. Entré y me pregunté de qué estarían hablando pues parecían algo enfadadas. O es lo que interpreté al verlas así, con esos gestos. Puse mis manos detrás y adopté una mirada angelical para que , lo que fuera, se olvidara.

 

- ¡Hola, tías! ¿Estáis trabajando o estás de cháchara? Yo quería comprar semillas para plantar en la Vladimir pero también me uno a vuestras peleas, si me dejáis. Siempre son divertidas.

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame dió un salto alto al escuchar que alguien más acababa de entrar a la Floristería cuando la verdad era que ya no estaban esperando visitas pero no por ello se molestó en lo absoluto; cómo iba a hacerlo si se trataba de la preciosísima Xell, una niña tan pura de corazón que siempre conseguía hacerla sentir un poco mejor en cuanto a la oscuridad que ella misma portaba por encima de todo lo que hacía.

Le dirigió una sonrisa cariñosa a la chica y dejó de lado el hecho momentaneo de que había empapado a su hermana pelivioleta para dejar escapar una buena risa cerrando los ojos y colocándose las manos en la cadera.

-Pues serías mas que bienvenida a cualquier pleito que estemos armando por aquí, en este momento más bien sería la ducha de Sagitas que me saltó por alto al entrar al negocio

Dijo con malicia y una sonrisa traviesa viendo de lado a su hermana

-Perdona el aspecto del negocio... recién lo estamos limpiando para variar y como podrás notar, nos hacen falta las plantas exóticas en el recibidor y recién estamos enviando a por pedidos nuevos para reemplazar todo lo que ya se ha muerto por el tiempo- siguió explicando

[Lisette Ryddleturn]

-Oh cariño!

Lisette alzó la mirada hacia el techo y comenzó a negar varias veces, entre la irritación y la diversión de ver a su amada hacer ese tipo de locuras; todavía estaba el asunto de que pudo haber hecho enojar a la bruja recién llegada y que sabía que era su cuñada pero no quería dar pie a más pleitos familiares cuando estaban tan recientes con el ataque durante las bodas a la casa de una de ellas, por lo que prefería de ser cuidadosa con esos temas.

Juntó las manos por delante y ladeó la cabeza cerrando los ojos para dirigirle una sonrisa dulce a la nueva chica que entraba y parecía tener un efecto positivo en su novia.

-Bienvenida a la Floristería, nos da mucho gusto tenerte de visita con nosotras... podrás ver que estamos en reconstrucción pero pronto tendremos todo tipo de plantas nuevas como ya te habrá dicho Cariño

Aseguró asintiendo un par de veces

-Entonces... estás interesada en algunas de las semillas que podríamos tener? yo misma he traído algunas de mi propia florería así que por el momento esas deberían de servir- ofreció la chica

[Ashley Peverell]

La bruja pequeña y encantadora que daba un aspecto de elfo de bosque verde y natural que obviamente tenía que combinar con el ambiente de la naturaleza y libertad que expulsaba aquel negocio por todos lados estaba asomada por un lado de su cuñada, parpadeando curiosa ante todas las cosas que estaban ocurriendo y que no tenían que ver con ella pero que de alguna manera de todas las maneras le molestaban de una manera.

A veces le hubiera gustado que una cucaracha muy grande cayera por encima de la cabeza de la hechicera vampiro a ver si a los gritos se le quitaba lo grosera con las demás personas.

Pero mientras esos milagros ocurrían solo le quedaban las opciones de sonreír y enfurruñarse cruzándose de brazos lo que le daba un aspecto más angelical y tierno, de niña jovencita y preciosa.

-Estás pidiéndo milagros, Lisette

Resopló de mal humor a preciosa niña de vestido encantador para luego ver de lado a las dos mujeres porque empezaba a sentir bastante calor por la humedad de la tienda.

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame gruñó y le dió una mala mirada a su hermanita menor que claro, como no podía ser tenía que estar escondida detrás de las faldas de alguien más grande que ella y a la que pudiera convencer con su cara de cachorro atropellado.

-Entonces... dijiste que venías a comprar algunas cosas para sembrar en tu casa? -le preguntó a Xell decidiéndose a distraerse de las caras de la otra chiquilla y virándo el cuerpo para ver mejor a su sobrina

Ella si era bonita, educada y encantadora, no como el pedacito de monstruo que se decía su hermana menor y siempre parecía que nada más quería ver cuánto se tardaba en sacarla de quicios.

-Bueno... supongo que Lisette tiene razón y aún puede tener algunas semillas guardadas de las que se haya traído de Westown- dijo con dudas mirando de lado a la aludida rubia que estaba un poco más allá y se colocó un dedo sobre la superficie de los lados- al menos no son del tipo de flores mágicas que te encontrarías de forma normal en Ottery y algunas son muggles también pero son bonitas, las típicas, ya sabes: como rosas azules y so...

[Ashley Peverell]

-Y so...

Soltó Ashley con un tonito quizás un poco de burla aunque sabía que no era precisamente lo más educado que podía hacer pero es que su hermana mayor siempre conseguía que cualquier comentario por más inocente que fuera siempre sonase grosero y altanero y en contra de las personas que tanto la querían, no entendía como podía tener esos comportamientos tan fríos cuando lo correcto era que brindara amor a todo el mundo, sobre todo por los negocios en los que estaba involucrada.

-Me sorprende mucho qu no se te hayan marchitado todas las plantas que tienes aquí solamente por ese carácter tan negro y tan pesado que tienes.

Dijo la hermosisima rubia de ojos de venado joven y encantador, casi como el Bambi de las películas muggles que lo único que atraían eran los deseos de las personas de abrazar y eso a Ashley le encantaba porque siempre quería estar abrazando y que el resto de brujas y magos también le diesen un abrazo afectuoso, esas eran sus cosas favoritas.