Doyle´s (MM B: 104907)

[Juliene Black Lestrange]

El trago que estaba ingiriendo fue devuelto con la misma rapidez con que Carlos le había entregado el micrófono a Santus, no podía creerlo… ¿Es que acaso alguien lo había invocado? Genial, ahora tendría que soportar su estancia, bufó, mientras escuchaba las canciones dirigidas sólo hacia su persona. Sintió la rabia recorrer su cuerpo y si hubiese estado lo suficientemente sobria quizás se habría dignado a darle la patada ella misma.

 

Por el contrario, sus labios la traicionaron terriblemente instando al vampiro a subirse al escenario, chasqueó la lengua, debió haberse callado, pero una cosa era pensarlo y otra muy diferente era ponerlo en práctica, se levantó del asiento cómo en la barra, colocándose algo cerca del escenario para ver mejor el show que estaba dando el Crowley.

 

Trastabilló un poco, pero Roberto, a quien denominaría el incondicional, se encontraba a su lado impidiendo que se diera un buen tortazo contra el suelo, incluso intento hacer el ridíc*** bailecito al ritmo del aserejé, mientras soltaba uno que otro grito emocionado por el ritmo de la canción, estaba borracha y mucho, pero ¿qué más daba? Su viaje podría posponerse, estaba disfrutando demasiado en Londres como para marcharse y además tenía miles de responsabilidades. Lo único que debía evitar era cruzarse con el Tonks estando sobria.

 

Cuando lo vio bajarse del escenario (¿?) e intentar huir de su local le hizo una seña a Carlos para que retrasara un poco la huida de su reciente cliente, subiéndose esta vez ella a tomar el micrófono entre sus manos, notó que el Cartairs extendía uno de sus brazos impidiendo que el joven Crowley saliera con la rapidez que quería del local.

 

― ¡Hey tú!―soltó por el micrófono señalando― Ahora me toca a mí… ¿no crees, amor? Ven que quiero decirte cuánto te amo (¿?)―soltó una sonrisita mirando fijamente a su objetivo.

 

Se sostuvo de su segundo empleado estrella, Roberto, mientras tomaba el micrófono en sus manos y se aclaraba la garganta (¿?) tal vez un poquito de vodka para que le sirviera mejor, pero lo tomaría después, ya todo aquel teatro estaba por terminar, estaba un tanto cansada, así que mejor era apurar todo.

 

― Comprar un boleto hasta la luna cuesta, para que me ganes no alcanza una apuesta―comenzó a cantar sin quitar la enorme sonrisa que adornaba su rostro, saltó del escenario (¿?) teniendo que agarrarse de un cliente para no dar contra el suelo―Mas te vale que a mí no me quieras convencer.

 

Comenzó a caminar hacia adelante, teniendo una sola persona a la cual llegar, no precisamente era el Cartairs que la miraba entre divertido y preocupado, sino hacia su querido amigo, Santus, lo tomó de la camisa, camiseta, lo que sea que tuviera que le cubriera el torso, acercándose hasta su rostro.

 

―Con esa carita de galán de feria, con esas promesas que parecen serias ―llevó el micrófono a sus labios en esa posición y tomó el mentón del Hathawey― No te hagas el sordo escúchame.

 

Se alejó un poco, inspeccionándolo con atención, chasqueando los dedos. Fue entonces que Dracomiens apareció a un lado de si con una bandeja en sus manos, sonrió, debido a lo servicial que podía ser su elfo y tomó la copa que portaba llevándola hacia sus labios.

 

― Este corazón ya viene y fue de vuelta, el que se hace el vivo sale por la puerta ― le señaló la salida de su lindo local, adornando sus facciones con una sonrisa petulante, lo estaba disfrutando ciertamente― Ya no me dediques serenatas de balcón ― continuó― Yo no pasaría una noche contigo, que te quede claro si no has entendido ― acotó golpeteando un poco la cabeza del Crowley― Le cambie la letra a tu canción

 

Devolvió sus pasos hacia el escenario, pero antes movió un poco las caderas frente al Tonks y al Cartairs, haciendo un arrogante gesto con la cabeza, mientras desplazaba sus pálidas manos por un par de hombres, y volvía hacia su lugar seguro con Roberto. Siguió moviendo su cuerpo al ritmo de la canción, genial, sólo faltaba un poco más ya todo eso terminaría.

 

― Te puedes ir, no me importa tu billete, no hay rosas ni juguetes que paguen por mi amor, te puedes ir a la China en un cohete, ve y búscate una tonta que te haga el favor―le pico un ojo al amor de su vida (¿?) según como el mismo se autonombraba― Ya no queda nadie, se acabó la fiesta, deja de fumar que el humo me molesta. Eres la manzana que no quiero ni morder, no me digas que pretendes ser mi amante, yo no necesito ningún vigilante, para ti yo soy mucha mujer… ¡Salud por eso!―cantó e ingirió un poco de su copa.

 

Volvió a bajar del escenario, encaminándose hacia su objetivo, de nuevo, ya la canción estaba por terminar y la última frase realmente le encantaba, sin quitar su sonrisa de diversión, continuó acercándose al Tonks, como si se tratara de un león a punto de saltar sobre su presa.

 

― Te puedes ir, no me importa tu billete ―paseó uno de sus brazos tras el cuello del vampiro, mientras continuaba con su canción―No hay rosas ni juguetes que paguen por mi amor― se acercó hasta sus labios, casi tan cerca que pareciera estar a punto de darle un beso, pero lo único que hizo fue darle un leve empujón al chica alejándolo de si― Ahora sí, amor mío, puedes largarte de mí local―acotó.

 

Se dio media vuelta, esperando por sus aplausos que no se hicieron esperar. Incluso su Carlos juntaba sus palmas con efusividad, se sentía realmente bien, debía admitirlo, miró en derredor intentando buscar la próxima persona a la cual brindarle el micrófono, no había muchos que quisieran cantar, para su lamento, así que un par de melodías y todo aquello terminaría.

 

― ¿Alguien quiere cantar?

 

http://www.youtube.com/watch?v=6GTudBYbuj4

Off: Falta poco para el final *-*

 

Editado 4 de Octubre del 2013 por May Juliene Malfoy Feltom

[Lyra Katara Selwyn]

Había decidido salir a comer algo, últimamente pasaba mucho tiempo en el castillo y negocios, por lo que necesitaba algo diferente. El Doyle's era un sitio bastante recomendado, por lo que decidí ir ahí. Iba vestida con un traje sastre color gris y antes de entrar, alise el pantalón que llevaba, me fije que mis zapatos de tacón estuvieran limpios, también del mismo color. La blusa de mangas cortas color celeste estaba también alisada aunque era tapada por el saco.

- A ver que tal.- Pensé.

Abri la puerta principal del negocio, buscando alguien conocido. Suizas subiría al restaurante, pero el bar me llamaba la atención. Hice una mueca, al parecer interrumpía una fiesta o tal vez así era el ambiente del bar. Pensé en retirarme, hasta que vi a May cantando, pero por momentos creí que tenía un romance con el piso. Sonreí recordando que la primera vez que la vi, estaba en ese lugar o al menos había terminado en el suelo. Al parecer era su sitio favorito. Empece a ver a los camareros, bastante guapos, sin duda alguna, aunque en lo particular me gustaban morenos.

-¿Cantar?- Dije en voz alta, llamando la atención.-No, gracias. En realidad me estoy muriendo de hambre. Además no me se ninguna canción.

Me senté en uno de los sillones rojos, el color era bastante llamativo y no era un color con que yo decorara normalmente las cosas, aunque no se veía mal. Me puse a ver como cantaban los demás, mientras esperara que alguien me tomara la orden. Al menos podía tomar algo aunque con el estomago vacío no sabia bien que iba a pasar.

[Juliene Black Lestrange]

Y se cayó. Cuando se vio en el suelo no pudo hacer mas que parpadear varias veces, además de mirar insistentemente al lugar donde la Ryddleturn reposaba con semejante elegancia, suspiró, debió haber especificado a Merlin que nadie importante y que la conociera se pasara por el local, mucho menos a verla en semejante estado etílico. Carlos le ayudó a levantarse y si su cara pudiera ruborizarse de seguro lo habría hecho.

 

Precisamente la Ryddleturn tenia que verla en semejante estado, bufó. Aunque la mujer la había visto en peores momentos, como aquella vez en El Profeta donde se había desmayado a causa de los hongos, precisamente por eso sus visitas a San Mungo habían disminuido notablemente, a saber que tipo de enfermedades que se cocinaban allí podían afectarla. Y una parte de si...prefería evitar los hospitales, al menos de ser absolutamente necesario.

 

- ¡Lyra!- logró exclamar cuando ya estaba de pie y se deslizaba con dificultad hacia su jefa- Carlos haz el favor de traerle comida a la señora Ryddleturn, no todos los días tenemos semejantes visitas- apuró al Cartairs, quien la miró por instantes viendo si la ayudaba, pero al ver el gesto de la castaña, desistió.

 

Medio trastabillando y todo, pero la Black Lestrange logró sentarse en un sillón junto con la que alguna vez fue su compañera de aventuras periodísticas. Le sonrió, intentando que su estado de alcoholismo se notará poco, debía comportarse, que como bien había dicho era una visita importante.

 

- Nuestro especial de hoy es ratatouille- ofreció el blondo a la recién llegada-, pero... ¿Desea algo en específico?- inquirió.

 

Si. Le aumentaría el sueldo algún día a ese bailarín, decidió internamente la castaña mientras veía al joven cumplir su trabajo. Tenia que verse menos borracha, podía lograrlo, si Santus lo hacia ella también. Chasqueó la lengua y se regaño mentalmente, su local no era para andar armando espectáculos de semejante magnitud, mataría a Cygnus cuando lo viera, si es que ese demonio se atrevía a volver al local.

 

- En verdad debo disculparme por semejante espectácu.lo, Katara, pero cuentame... ¿Qué te trae por éste humilde negocio?- preguntó la Malfoy.

[Lyra Katara Selwyn]

Sonrei al ver la reacción de May en cuanto me vio, no podía dejar de ver a su acompañante, el cual estaba bastante aceptable, aunque no era precisamente mi tipo, los rubios no me solian atraer mucho. No podía dejar de ser divertida como reaccionó May, intentando levantarse. Por un momento pensé que estaría enferma, herida, pero aparte del estado, parecia no ser asi. Con todo, fingi no darme cuenta de lo sucedido.

 

-Gracias por el halago May, creeme que después de ese trato vendré mas seguido. Solo te falta ofrecerme un mueble para poder arañarlo.- Imagine que mi excompañera de "El Profeta" no estaría tan tranquila si empezaba a sacar las garras para entretenerme mas. Un camarero se acerco y me ofreció la especialidad del día.-En realidad no soy tan amante de las verduras. Si me pudieras traer un alambre de res, te lo agradeceré. Y una botella de cerveza de mantequilla fria, por favor.

 

Escuche la disculpa de May, pero eso en realidad no me importaba. Era bueno verla divertirse, sobretodo sabiendo como trabajaba, justo es que le tocara divertirse. Y con semejante acompañante, seguramente si que la estaba pasando en grande.

 

-No te preocupes, May. Al contrario, me alegra no verte trabajando. Pensé que nunca te divertias.- Le dije con sinceridad.-Respecto a lo que me trae por aqui, estaba buscando un sitio donde pudiera comer algo diferente y llegue aqui, aunque siento que interrumpi la diversión, espero que me disculpes.

 

Pasee la mirada por el lugar, realmente la decoraación estaba bastante bien y me gustaba, además de la tranquilidad del mismo.

 

-Asi que karoake, ¿verdad? Mientras no me pongas a cantar, todo esta bien. Los gatos somos desafinados.

Editado 25 de Octubre del 2013 por Lyra Katara Ryddleturn

[Juliene Black Lestrange]

- ¡Faltaba más!- exclamó la castaña- Tu elige cualquiera que te agrade y tienes mi completo permiso de brindarle tu toque felino, Katara. Sólo intenta no hacerlo delante de mi gato, Filius, le he prohibido hacer eso, pero creo que anda aprovechando de comer un sustancioso plato de lasagna, así que adelante- sugirió.

 

Tendría que ir a vigilar que su gato no fuera a colmar la paciencia de los elfos domésticos, pero seria mas tarde, dudaba que fuera sensato subir las escaleras en semejante estado de ebriedad. Ni modos, ya recibiría la quejas de Dracomiens y los demás.

 

- A Doyle's puedes venir cuando quieras, Lyra- acotó, sonriente.

 

Mientras tanto Carlos asentía a las palabras que soltó la Ryddleturn sobre la comida y sin más se encaminó hacia las cocinas. La Black Lestrange posó su vista en el escenario parecía que un par de clientes se habían animado con el karaoke y empezaba a entonar un par de canciones, sonrió, mientras alzaba la copa de champán que aun portaba en sus manos, alentandolos.

 

- Y nada de interrumpir, como ya dije eres bienvenida a mi humilde local, si hubiese sido algo planeado hasta te habría mandado una invitación- informó la castaña- Tranquila, hasta ahora a los que he obligado a cantar es a mis empleados y como la idea fue mía, también canté un par de canciones... Ahora, como ves, los clientes han tomado el mando del karaoke, sólo Merlin sabe qué sucederá.

 

Perfecto. Parecía sobria, sólo tenia que evitar levantarse o podría caerse de nuevo, también intentar de evitar seguir consumiendo licor, cualquiera fuese su clase. El Cartairs regresó, con un elfo, cuando este chasqueó los dedos e hizo aparecer una mesa frente a la Ryddleturn lo entendió. Sin más el blondo comenzó posó el plato de alambre de res frente a la mujer, además de la botella de cerveza de mantequilla, tan fría como Katara la había pedido.

 

- Bienvenida a Doyle's, señora Ryddleturn, que disfrute de su comida- dijo el bailarín, mesero y de paso encargado del local cuando la Malfoy no estaba, mientras volvía sus pasos hacia el escenario improvisado, seguramente para controlar que todo estuviese bien por allá.

 

La castaña sonrió.

 

- Siendo sincera creo que soy una adicta al trabajo, Katara, pero... ¿qué puedo decir? Adoro lo que hago-comentó- Trabajar con extranjeros no es sencillo, pero aprendes de ellos, agradezco el tiempo que tuve como reportera, sin embargo me di cuenta que no era lo mio y dudo que con dicho trabajo pudiese darme estos lujos, sabes como es... Siempre teníamos que estar "tras la noticia" y de un minuto de diversión nada.- agregó- Pero cuentame de ti, Katara...¿qué ha sido de tu vida?

[Lyra Katara Selwyn]

- De haber sabido que tendría permiso para arañar muebles, hubiera venido antes. Aunque sin permiso o sin el con tu compañía es mas que suficiente para tener una estancia agradable.- Comente, mientras buscaba al otro felino, quien efectivamente no estaba cerca.-En otra ocasión te tomaré la palabra y lo arañare, este sillón me gusta, esta bien ubicado. En invierno se nota que esta bastante cerca de la de la calefacción para causar calor pero no para causar transpiración. En verano imagino que es el punto perfecto de las corrientes y lo del kaorake esta en un ángulo perfecto donde se puede ver bien la letra de las canciones y a los cantantes, sin dejar de ver a las personas con quien estamos platicando.

 

Movi un poco el cuello, efectivamente en ese momento estaba el resto de los clientes cantando y afortunadamente para mis oidos, estaban bien afinados. Me hubiera gustado cantar, pero no, podría resistirlo, solo cantaba en la bañera cuando estaba segura que nadie me escuchaba. Podría decir mas, pero estaba segura que eso bastaba para que entendiera porque me gustara. Siempre o casi siempre buscaba sitios con estas características.

 

-Muchas gracias.- Le dije al mesero, dandome cuenta de que no sabía su nombre, no me lo había dicho y estaba entretenida hablando con May, por lo que no me fije. Probe de inmediato el plato con el alambre.-Esto esta delicioso, May. Felicitaciones al chef. ¿Segura no quieres nada para acompañarme?

 

Comprendía perfectamente lo que me decía May. Estar tras la noticia tampoco había resultado ser lo mio, además de que estaba poniendo en peligro a mi familia con tantos reportajes que sacaba. Era mejor volver a tner un perfil bajo, mas ahora que había abandonado los bandos.

 

-Te entiendo bastante, May. Yo estoy trabajando ahora en el Cuartel General de Aurores y esta bastante tranquilo, sin ser aburrido.-Mencione.-Por un momento temi dejarlo, ya que llego mi hijo Lionel, mi padre lo estaba cuidando precisamente por la actividad en "El Profeta". Tiene un año apenas y sabes que a esa edad necesitan mucha atención, no lo puedo dejar todo el tiempo con elfos o niñeras.

 

Tal vez resultara raro decir que el padre de uno cuidara a su nieto, pero en este caso había sido asi. Lucifer quiso encargarse de la educación del pequeño el primer año, asignandole a los mejores demonios que tenía, a sus manos derechas para que lo vigilaran si despertaba sus poderes.

 

-Por cierto, ¿cómo se llama el camarero que me atendió?- Pregunté con curiosidad, sin quitarle la vista de encima, mientras daba otro bocado y tomaba un poco de la cerveza con mantequilla.

[Helen Evans]

Era una hermosa mañana y las calles de Ottery brillaban con los reflejos del sol, los magos y brujas estaban contentos pues se trataba de nada más y nada menos que la celebración de Halloween, así que con ayuda de algunos de los elfos decidí decorar todo el lugar. Calabazas flotantes, de color negro, sonreían desde el techo, al anochecer cuando se prendieran la velas que tenían dentro, sus sonrisas se transformarían en muecas siniestras.

 

Las mesas, normalmente rojas, tenían colocados encima una suerte de manteles negros y rotos, telarañas inundaban el lugar, los sillones rojos manaban sangre cada cierto tiempo hacia el piso, en el que, aparecían y desaparecían lápidas simulando un cementerio fantasma. Los elfos no tenían mucho trabajo ya que, después de un tiempo, este charco de sangre desaparecía, y los clientes no tenían porque preocuparse porque los sillones no dañarían sus vestimentas en lo más mínimo.

 

Slyfer preparaba tragos temáticos, bebidas que, aunque tenían lo usual, lucían diferentes, con temas mas apropiados para la celebración. La comida iba acompañada con entradas o postres que tenían curiosos efectos sobre el que los comiera, en fin, el local empezaba a estar listo para celebrar este día.

[Juliene Black Lestrange]

― ¿Por qué no habrías de tener permiso?―inquirió la Black Lestrange divertida―Si yo puedo dañar tu alfombra, perfectamente puedes arañar mis muebles, Katara.

 

Negó cuando la mujer le ofreció acompañarla en su comida, la verdad lo que menos se le antojaba en esos momentos era llevar algo a su organismo, el alcohol comenzaba a desaparecer un poco de su cuerpo dejando tras de sí un terrible dolor en su psiquis. «Genial, esto era lo único que faltaba» se dijo mentalmente. Casi podría sentirse en su clase de Rol Básico, cuando había sido envenenada por aquella desquiciada mortifaga, suspiró.

 

«¿Aurores?» No era un lugar dónde viera a la Ryddleturn, pero prefirió no dar alguna opinión sobre esto, lo más seguro es que esa mujer frente a sí tenía la capacidad para desenvolverse en cualquier área de trabajo, sonrió, existían poca personas como Katara en Londres, lo cual era una lástima.

 

― Carlos, así se llama, en cuanto a lo de acompañarte, siento declinar tu oferta, pero si te soy sincera temo que tanto alcohol comienza a hacer estragos en mi cuerpo… ―confesó sonriendo brevemente.

 

De pronto Helen volvió a hacer acto de aparición en el local comenzando a adornar con motivo de Halloween, parpadeó… ¿por qué tan pronto? No pudo evitar negar, mientras notaba como Carlos ayudaba a la Evans con su trabajo, bueno era un mes interesante, sólo esperaba que ningún zombie o algo parecido hicieran acto de aparición.

 

― Intenten que la decoración no desentone con el local o su sueldo disminuirá notablemente―ordenó― Parece que mis empleados dirán pronto… ¿Dulce o truco?―comentó a la Ryddleturn― ¿Sabes dónde podemos conseguir dulces? Temo por lo que puedan hacerle a mis instalaciones.

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http://i.imgur.com/BP6OYtO.png

 

― ¿Necesitas ayuda, preciosa?―inquirió el Cartairs.

 

Luego de dejar el plato a la elegante mujer se entretuvo controlando al par de aficionados que pretendían hacerse los famosos con el karaoke, tomando en cuenta de que ya varios clientes comenzaban a subirse el alcohol más de lo debido, había tenido que solicitar ayuda de los elfos para que amablemente les pidieran salir del local.

 

Escuchó la orden de la Black Lestrange y sonrió, era increíble que aun estando charlando estuviese al pendiente de cada movimiento, se preguntaba si cuando estaba ausente del local algunos de sus elfos le llevaría un informe completo de cada día. Negó, se estaba volviendo paranoico.

 

― Entonces… ¿Para qué soy bueno, Helen?

Editado 10 de Noviembre del 2013 por May Juliene Malfoy Feltom

[Nats Rambaldi Crowley]

Los días habían pasado, ya había logrado superar ese pequeño trauma que le había dejado lo sucedido en aquel lugar por lo que era hora de regresar al trabajo. Entró al lugar vistiendo un atuendo sencillo pero a la moda, unos jeans negros y ajustados, una camisa manga larga algo ancha de un color rojo al igual que sus tacones. Llevaba su cabello suelto y con leves rizos como de costumbre, sus labios pintados de rojo y sus ojos delineados con negro.

 

Lo último que había sabido del negocio que que había un nuevo empleado, Roberto, el cual había estado en el mismo orfanato que la joven así que tendría alguien conocido con quien compartir en el trabajo.

 

Caminaba con pasos firmes por lo que se escuchaba un taconear haciendo notar su presencia en el lugar. Observó a los elfos que le pedían a varios clientes que se retiraran del lugar pues estaban pasados de copas. También pudo visualizar a Carlos controlando que todo estuviese en orden, a lo lejos pudo ver a Helen y May pero prefirió no acercarse. Se dirigió a unas de las mesas que estaban decoradas con manteles negros y rotos, al parecer habían decorado el local con temática de halloween pero no estaba de ánimos como para detenerse a ver cada uno de los detalles. Se sentó en la silla más cercana a la mesa y suspiró esperando que no hubiese mucho trabajo que hacer.

[Helen Evans]

— La verdad que ya casi acababa aquí — dije ante la pregunta de Carlos.

 

Sonreí ante las palabras de May, y el lugar no quedaba desentonando de ningún modo, además ante cualquier percance todo se reduciría a quitar la decoración y quedaría exactamente igual que antes. Aunque la verdad era complicado implementar los tonos de Halloween en el local, si bien no había ningún problema con el negro, no se podía decir lo mismo del naranja, ya que el rojo y el naranja no encajaban juntos.

 

Ignoré la última pregunta de Carlos en cuanto vi entrar a Nats, con mucho gusto me hubiera acercado, pero no quería importunarla, había quedado en no presionarla y eso haría, además Fokker tenía razón tenía que darle tiempo para que asimilara todo eso, y ver que regresaba al trabajo era un excelente comienzo.

 

— Para atraer clientas tal vez — dije riendo en dirección a Carlos, luego de unos minutos en silencio — esto está algo vacío, ¿Alguna idea para atraer gente? Tal vez podamos hacer un concurso de Karaoke, o algo similar, los premios podrían ser vales de consumo aquí o en los otros locales de May.