Doyle´s (MM B: 104907)

[Nats Rambaldi Crowley]

#OFF: Este rol aún no está terminado, por favor regrese en un momento luego de que sea editado y completado (?)

 

- Helen devuelveme mi medalla, cualquier problema mental que tengas no me involucra a mi. - Su piel se comenzaba a tornar algo roja debido a su enojo, aquella bruja no tenía el más mínimo derecho de arrebatarle así la joya. - Sí, las había visto hace mucho. - No sabía el significado de aquellas iniciales en la medalla pero algo le hacía pensar que esa "F" era de Fokker.

 

Le arrancó de las manos de nuevo a Helen su medalla mientras daba unos pasos hacia atrás. La observó y vio la "H" en ella. Qué sorpresa nuevamente el destino los relacionaba pero no le dio importancia a ello ni a las cosas que pasaron por su mente. - Para mi eres una intrusa, no tienes derecho a quitarme mis cosas solo porque quieras hacer un drama. - Dijo fríamente hacia Helen.

 

Cerró su mano guardando la medalla en su puño para que la mujer no volviera a quitársela. - Esto es mio, me pertenece no importa lo que digas o las excusas que saques, es mío. - La tensión en el lugar se tornaba cada vez más fuerte y seria. La Rambaldi tenía una sensación que nunca había tenido, si bien ella sufría de trastorno bipolar y a ello se le agregaba que estaba en plana adolescencia y como cualquier adolescente tenía sus momentos de rebeldía, pero esto era más que un capricho o rebeldía.

 

- Querida, ponte en mi lugar. - Hizo una pequeña pausa, su voz se mantenía en un tono odioso, orgulloso y arrogante desde un principio. - Imagina lo siguiente: tu madre tiene una pareja, esa persona le miente y tú sabes la verdad, ¿qué harías? así esa mentira sea lo más insignificante no te gustaría que a ella le mintiesen ¿no es así?. - La miró dejando entrever una pequeña sonrisa malvada y arrogante en su rostro. - O mejor, imagina que tienes una hija, Fokker te dice alguna mentira y al igual que en el caso anterior ella sabe la verdad, te gustaría que ambos fuesen sinceros contigo, ¿cierto?...

 

Helen había cometido un error en haberla hecho enojar de esa forma. - Mujer, una mentira a la final es una mentira, un engaño o como quieras llamarlo pero él es mi padre y no permitiré que tú lo engañes así sea con la mentiras mas est****a, inocente e insignificante que a ti se te ocurra. - Agregó mirándola fijamente.

 

Hace unos momentos los tres disfrutaban de una tranquila conversación que ahora se había transformado en una discusión ¿y era ella quien estaba mal de la cabeza?. La joven no sabía de qué manera pero estaba involucrada en todo ese drama que estaba ocurriendo allí y cada vez lo hacía más sin saber o entender lo que pasaba frente a ella.

Editado 10 de Septiembre del 2013 por Nats Moon Rambaldi Crouchs

[Helen Evans]

- Problemas mentales, si... tengo varios - dije tranquilamente mientras observaba como arrancaba la medalla de mis manos antes de que Fokker pudiera tomarla - Para ti, puede ser, pero no es en tu vida en la que quiero entrar - al parecer ninguno de los tres, tenía un carácter conciliador.

 

La escuchaba hablar y su tono arrogante y orgullo me enfadaba cada vez más, pero sus gestos y todo lo que decía, me recordaban a Fokker de joven, <<el mismo temperamento de su padre>> pensé sonriendo. Tenía razón, me ponía en su lugar pero no por lo que había dicho, si no porque si alguien viniera y reaccionara como yo había reaccionado con ella, también me enfadaría; respiré profundamente, recuerdo que en aquellos arrebatos de Fokker, yo siempre fui la razón, bien, pues me tocaría realizar ese papel nuevamente.

 

- Ya admití que soy mentirosa, no lo estoy negando, simplemente digo que tengo mentiras más grandes, y si, mentira es mentira, pero no entenderías nada, porque tu no estuviste allí y porque sencillamente tú no eres yo. Además, aunque no me justifique, tengo mis razones para mentir - me tranquilicé y luego de un momento continué - lamento haberte arrancado la medalla, es tuya, sin importar como hubiese llegado a ti. Pero me reafirmo en lo anterior, seré una intrusa, cuando tu padre diga que lo soy.

Di un pequeño paseo por el lugar, me había salido completamente de mis casillas, y eso no iba conmigo, en realidad, yo siempre fui mucho más sensata que mi novio, siempre encontrando la forma de calmarlo. Si me detenía a pensarlo, en realidad las únicas ocasiones en las que perdía la cabeza con relativa facilidad fue durante mi embarazo; Hilary me obligaba a escuchar música y me decía que aquello calmaría los demonios.

 

Recordaba haberme reído de eso, pero Hilary era una experta en el tema, ya que Farkas era un demonio y por lo tanto Apros era un híbrido entre humano y demonio; pero los arranques de Fokker a pesar de ser muchos y muy fuertes, nada tenían que ver con convertirse en un demonio, es decir los ojos deberían cambiarle de color para empezar, además de la fuerza empleada y... detuve de pronto mi paseo, todo lo que buscaba era exactamente lo que acababa de pasar.

 

- Tú - dije mirando en dirección a mi novio - tú, ¿Eres un demonio? - solté la frase sin detenerme a pensar en la cara de sorpresa por el súbito cambio de tema

[Fokker]

Fokker Cygnus

 

Nats también tuvo una reacción algo desconocida para él, pero no le dio importancia, justifico el comportamiento de su hija al momento de tensión que estaban viviendo algo que facilitaría el enojo de cualquiera. El chico estaba más concentrado en las ultimas palabras de su novia, porque no necesitaba que lo repita, solo que necesitaba procesarlo. Por mucho tiempo pensó donde se perdió esa medalla y siempre creyó que fue Rebecca quien se la robo, nunca pensó que fuese Helen la culpable.

 

—A Rebecca deje de verla aquel mismo día en que desapareciste, y tienes razón esa medalla era para alguien, era para ti—

 

Alzo la voz tan de pronto como ella hizo referencia a aquella persona. Pero era necesario pensar, dejo de estar ahí por un momento, entonces se puso a meditar.

 

El pasado era muy claro en su mente ahora, él reconoció la medalla de inmediato cuando aquella niña se acerco hacia él. Cuando en algunos de sus viajes el destino se encargo de juntarles. Como podía ser, como era posible que ella tuviera la medalla. Trato de averiguar, pero Nats no recordaba nada, solo sabia que ella apareció con algunas pertenencias en aquel lejano lugar y la medalla estaba entre esas cosas.

 

Analizo las circunstancias en ese momento, había posibilidades de que alguien encontrara tal objeto en el colegio, o era mas que obvio achacarle la culpa del robo a Rebecca, el problema estaba porque apareció luego junto a la niña, que posteriormente adoptaría. La adopto siguiendo sus instintos y porque congeniaron casi de inmediato, pero de lo que estaba seguro es que ella no era su hija sanguínea. No podía serlo, la edad de Nats no encajaba con ninguna de las posibles fechas y la única posible hasta ahora era luego de lo que vivo junto a Helen.

 

Su pequeña discusión en el presente se estaba saliendo de control y fue cuando observo detenidamente a su hija y distinguió algo verdaderamente sorprendente. Los ojos de ella habían empezado a cambiar de color y su ser interno sonrió muy dentro de él.

 

<<Aun lo dudas?>> Quiso en ese instante sacarse de la cabeza esa voz que lo irritaba cuando podía. <<Cállate>> pensó con odio Fokker.

 

Y las dudas terminaron de disiparse, no había duda alguna de que Nats era su hija sanguínea <<la sangre llama>> se escucho decir, y por ende ya no necesitaba confirmación de nadie mas. Helen le robo la medalla, y era la misma que poseía Nats, por lo que acababa de aceptar ella misma. Y ahora no había ninguna duda que Nats era su hija, y su ser interior estaba mas que complacido por burlarse de su total falta de sentido común para haber confirmado eso desde hace mucho.

 

Sus ojos volvieron a su tono normal entonces y el tomo asiento en la primera silla que encontró. Mucha información lo tenia completamente cansado. Saco la varita y tuvo ganas de lanzarles a ambas chicas un hechizo para tranquilizarlas, pero en vez de eso apareció un buen vaso de whisky. Lo bebió de un sorbo rápido, y quedo en silencio.

 

La primera y mas importante es que paso luego de ese día, porque se fue así sin mas. Porque no le dijo nada de su embarazo, porque estaba seguro de eso. Porque le oculto lo de su hija, y sobre todo porque no le dijo nada cuando volvió, y porque aun quería negarlo. Pero según parece ella también lo había pensado así, por el tenor de su pregunta.

 

—Si lo soy— respondió tranquilamente, porque en verdad no estaba sorprendido de su pregunta —lo descubrí o mas bien despertó hace algunos años—

 

Sonrió, y su vaso se lleno mágicamente de la bebida, esperando a que ella llegara a sus propias conclusiones también.

[Helen Evans]

No pudo evitar sonreír ante las primeras de Fokker, sobre Rebecca y sobre la medalla, así que después de todo no me había llevado algo que no era mío, no pude evitar sonreír ante esa afirmación; aquella medalla la hizo Fokker para mí y al final fue mi hija la que se quedó con ella, en una fría tumba de España, <<Tu hija puede estar frente tuyo>> miré a Nats, tenía que aceptar una buena vez que mi hija estaba muerta.

 

Veía a mi novio pasear de un lugar a otro, y esperaba con ansias su respuesta, lo vi llenar un vaso con Whisky y pensé que tal vez necesitaba una bebida, pero no era momento para ello; a diferencia de Fokker, busqué la silla más alejada y me senté en ella, al escuchar las palabras de mi novio, bastaba el primer <<si>> para que mi mundo se viniera abajo.

 

Si Fokker era un demonio, entonces nuestra hija fue... o era un híbrido, por decir lo menos. Mi memoria viajó años atrás, cuando Apros nació, mi madre casi muere en el parto y mi padre tuvo que asistirla <<No es tan fácil traer un demonio a este mundo... ni sacarlo de él>>. Eso es lo que había dicho, eso explicaba la cicatriz, y yo que siempre creí que me llevaron donde esos carniceros muggles, o que hicieron algo parecido.

 

Si yo estaba viva, mi hija no podía haber nacido muerta, tendrían que haberla matado, siendo ella un demonio, no era tan fácil; eran magos calificados, si, pero no habían tenido tiempo Hilary me rescató el mismo día, o eso había dicho ella. Di un fuerte golpe a la mesa con furia, ¡Necesitaba recordar!, mi madre me había insisto en que investigara, pero al no saber la naturaleza de Fokker, no podía estar segura, entonces, no quería darme falsas esperanzas.

 

La caja de música que Hilary me había dado desapareció igual que la cadena, los rasgos de Nats... esos ojos, Pandora dijo que no eran tan comunes, eran los de mi abuelo...y los míos; la cadena, la sangre de demonio, los ojos, la caja de música, Patrick estuvo junto a Rebecca ¿Podría tener algún rastro de misericordia?

 

- Necesito ver esa nota Nats - mi voz aunque temblorosa, seguía siendo fría, pero no con ella, si no conmigo. Estaba furiosa conmigo por ser tan ingenua, respiré y agregué lo más suavemente que podía - con la que te dejaron, por favor

 

Trate de aclarar mi cabeza, comencé a relatar lo que pasó, en voz alta sí, pero hablando conmigo misma. Probablemente, no me entenderían, tal vez sí, pero si quería desenredar todo esto, primero tenía que ser en mi cabeza, primero tenía que saber yo que fue lo que pasó.

 

- Rebecca, Patrick y otras personas más me seguían cuando regresé en busca de Fokker; escapé de un lugar a otro, no quería enfrentamientos por no poner en riesgo la vida de mi bebé, nunca fui demasiado buena en duelo. Fui a Suiza, Irlanda, Italia, allí conocí a Hilary, seguimos a Alemania, España...

 

>> Y allí paso todo, yo me adelanté sola a ese país y lograron atraparme, no les costó mucho trabajo después de todo, sé que me torturaron, sé que me golpearon; aún recuerdo la risa de Rebecca, y luego... - cosas muy dolorosas pasaban en mi mente, tenía que recordar, necesitaba hacerlo - luego, luego empezaron los dolores, sí ... lo recuerdo; eran horribles, y sentí que me moría, estaba enojada, furiosa, pero no podía hacer nada más. Ahora entiendo porque, era debido a que mi hija tenía sangre de demonio pero yo no lo soy, no resistiría.

 

>>Por más que trato, no puedo recordar, no logro... saber que paso luego. Al día siguiente amanecí y estaba ensangrentada, tenía una gran herida en el abdomen, hasta este momento creí que me llevaron con los carniceros, a esos que les gusta cortar a las personas. Pero no fue un médico muggle, fue mi hija la que me hizo eso, esa era la gran duda que tenía Hilary, ¡Si ella me dijo como desaparecer esa herida! Pero no lo hice, aún la tengo - Inconscientemente toqué mi abdomen, donde estaba aquella cicatriz.

 

- Y luego, luego vi a una bebé, muerta, fría, inmóvil - sacudí la cabeza entre lágrimas - no recuerdo más, o a grandes rasgos, recuerdo peleas, recuerdo a mi madre sacándome de allí y luego despertando en un hospital de Francia, sanadores yendo y viniendo; después de muchas cosas que no importan ahora, regresé, busqué a Fokker, no aclaramos nada y seguimos así ¿Para que decirle que había tenido una hija, y que esta había muerto?

 

>> No me disculpa de la mentira, pero decirle aquello, era solamente ocasionar que fuera en busca de los culpables, que lo metieran preso o lo capturaran, y siempre creí que aquella bebé había estado muerta. ¡Que ingenua! ¡Que idi*** soy! - respiré hondo, las lágrimas inundaban mi rostro y no quería decir nada más, sin embargo, aunque la voz saliera muy diferente añadí - Nats es mi hija, siempre pensé que Rebecca y Patrick la mataron

[Nats Rambaldi Crowley]

Sus palabras eran ciertas, la novia de su padre estaba loca y con cada palabra que ella decía estaba más segura de ello. No quería involucrase más en ese tenso momento por lo que ignoró todo lo demás que la bruja dijo y respiró profundamente mientras le daba la espalda sentándose en posición de loto frente a la pared.

 

- Asco, limón derramado. - Fue lo único que dijo mientras se quitaba sus zapatos llenos de limonada. Los aventó hacia atrás sin ver donde caían y golpeó un par de veces su cabeza contra la pared, necesitaba calmarse y sacar de su cabeza toda esa discusión. Seguía escuchando lo que hablaba Helen con Fokker pero no agregaba comentarios demás.

 

- No tengo porqué mostrártela, dice: "Siempre que sientas el mal junto a ti la dulce melodía de la caja musical debes escuchar o el demonio despertará." Y en letras más dice: "Necesita cuidado y compañía, denlo a ella hasta que pueda cuidarse sola y no necesite compañía. Su nombre es Natsha Moon." - Había leído tantas veces esa nota que se la sabía de memoria. - Aunque tiene o tenía algo escrito que no se ve muy bien, parece que intentaron borrarlo. – Añadió mientras que sacaba un labial rojo de uno de los tantos bolsillos de su abrigo. – Y no insistas en que te la muestre porque no lo haré. – Dijo a Helen mientras comenzaba a dibujar en la pared con el labial.

 

Sus ojos seguían igual que cuando discutía con la mujer, necesitaba calmarse y distraerse en algo más por lo que siguió dibujando en la pared. Al terminar su dibujo sonrió al verlo, era un par de ojos que parecían reales, podrías sentir que te miraban de verdad con una mirada muy intensa. Se quedó allí sentada frente a la pared admirando su dibujo mientras escuchaba la charla que tenían su padre y su novia, sus ojos volvían a su color natural. – Lo siento por ti y por tu bebé Helen. – Su tono de voz era seco, sin sentimiento alguno aunque por su mejilla caía una lágrima pero ella no lo notó, no sentía esa lágrima caer por su mejilla, no sabía por qué, no estaba feliz y tampoco triste por la historia que escuchaba.

 

Al oír las últimas frases de la Evans la joven se puse de pie y se dirigió hacia ella aún con el labial rojo en su mano derecha recordando lo que conversaban hace unos cuantos minutos. Se detuvo frente a ella, la miró, miró el labial y nuevamente la miró con una sonrisa juguetona en su rostro, se acercó un poco más a ella y comenzó a dibujarle una sonrisa como la de un payaso. – No puedes ser mi madre, el rojo perfecto a ti no te queda nada perfecto, no eres mi madre. – Inclinó su cabeza hacia un lado mirándola y dejó de sonreír. – No eres mi madre, no eres mi madre. – Repitió un par de veces poniendo sus manos en sus oídos.

 

- No lo eres. – Dijo una vez más, sus ojos cambiaron de nuevo y comenzó a correr bajando por las escaleras descalza aun, quería salir de allí y olvidar todo lo que había sucedido desde que Helen llegó a saludarla en la cocina. – Tararararara tarararan tarararan. – Tarareaba la música de su caja mientras llegaba a la Planta Baja del negocio, se sentó en la prima silla que vio. Seguía tapando sus oídos y tarareando no podía ni quería asimilar lo que acababa de oír, fuese verdad o fuese mentira aquello que dijo no era el momento, el lugar ni la mejor forma de hacerlo.

 

 

Off: No es algo bueno pero fue lo único que se me ocurrió, soy muy joven para hacer roles, entiendan

[Juliene Black Lestrange]

Con Atria

― Si, todos hacen un gran trabajo, debo admitir―acotó la castaña.

 

Atria no sería la primera persona que se sorprendería ante la cantidad de responsabilidades que tenía bajo sus hombros, sin embargo, tenía que afirmar que de no ser por quienes le ayudaban en el negocio todo resultaba a la perfección. Colapsar no estaba en sus planes, pero de no haber sido por sus empleados de seguro lo había hecho, degustó su platillo, sin agregar nada más a la conversación, la reunión que Fokker mantenía con dos de sus empleadas parecía haber tomado otra dirección, pero no se inmiscuiría en el problema, era cuestión del Crowley resolverlo.

 

Esperaba que en esta ocasión no existieran botellas o vasos rotos, cómo anteriormente había sucedido. Algo le decía que su hija no había tomado bien el detalle de que poseía un negocio tan peculiar como el cabaret, sonrió, si tan sólo supiera las cosas que se suscitaban ahí, el recuerdo de Santus destruyendo su local llegó a su mente y sacudió su cabeza intentando olvidarlo, no quería enojarse en esos instantes y ese vampiro tenía una facilidad para lograrlo.

 

― Como te dije, el tiempo es un buen amigo, si sabes cómo distribuirlo―comentó―. Por cierto… ¿qué tal te fue con esa solicitud de trabajo? ¿Te aceptaron?

[Claudia Crowley]

http://i.imgur.com/3spuuGf.png

No podía dejar de mirar el hermoso rostro que poseía. A veces me preguntaba si yo no seria una diosa a la cual, por algún castigo divino, su mente le había sido borrada. Mis largos y ondeantes cabellos rubios resplandecían bajo el tenue sol londinense, era la envidia de toda muggle y bruja que pasaba a mi lado. Si, debía ser una diosa o escasamente alguna joven de sangre real. Una mujer como yo, no era algo que se pudiese observar todos los días.

 

Llevé hasta mis labios una copa de whisky de fuego mientras mis ojos almendrados miraban a cada uno de los clientes, esperando que alguno de ellos me necesitase. Ser una simple mesera era algo que me denigraba, pero todo no era solo un modo de pagarle algunos favores que le debía a una de las socias de aquel negocio <<est****a Crowley>>; por su culpa me vi obligada a dejar mi prospera carrera de modelaje. Ahora no era mas que una mugre sirviente.

 

—Anais ¿podrías de dejar de pensar en ti e ir a atender algunas mesas?—Carlos me sacó de mis pensamientos.

 

Ladeé mi cabeza en una afirmación ¿Por qué no iba él? Mis uñas recién barnizadas no resistirían que gotas de alcohol cayesen sobre ellas. Me levanté, deslizando mis manos por la cintura, alisando los pliegues del pequeño vestido rojo que llevaba puesto. Lo único agradable de aquel trabajo era precisamente usar esa vestimenta, mis curvas se realzaban y los ojos de los clientes hombres siempre estaban puestas en mi.

 

~Off.

Es raro rolear otro personaje, y mucho más raro es hacerlo en primera persona.

[Juliene Black Lestrange]

http://i.imgur.com/BP6OYtO.png

― Si, Anais, eres un diosa, pero con trabajo, así que ve a cumplirlo― exigió el Cartairs acercándose hacia la chica.

 

Tenía que admitirlo, la joven tenía una belleza excepcional, sino fuera por ese detalle de que era su compañera de trabajo, tal vez, podría divertirse un poco con la misma. Las palabras de la Black Lestrange resonaron una vez más en su cerebro «Te comportarás, Carlos, de lo contrario no bailaras una sola pieza… ¿entendido?» Y si algo amaba, más que a las mujeres, era bailar, para su desgracia May estaba al corriente de esto.

 

Como acto reflejo llevó su mano izquierda hacia su cabello, peinándolo, no lo necesitaba, sin embargo era una costumbre que había adquirido desde pequeño y que la mismísima Sofía se había visto frustrada de no corregir, pese a todos los chantajes artísticos que le había hecho, una ligera sonrisa adornó sus labios, recordando a su difunta profesora de baile. El huracán volvió, en conjunto con el terremoto y la magia que había tenido que utilizar para salir vivo de semejantes fenómenos naturales.

 

Se obligó a volver a la escena que se desarrollaba frente a él. La chica tenía una personalidad de diva que superaba su arrogancia en las peores circunstancias, suspiró, ni siquiera Diana podía ser tan creída como esa chica, pero tomando en cuenta que tenía suficientes razones para ser como era, lo mejor era no quejarse de que fuera un tanto peor.

 

― ¿Se te olvida el encantador carácter que tienen nuestras jefas?― cuestionó el blondo mirando de soslayo a la chica― Lo mejor es que nos vean trabajando, querida, así que mueve esas lindas piernas y hazlo.―exigió con tono autoritario.

[Fokker]

Fokker Cygnus

Helen era ahora quien estaba en silencio. Era obvio en que pensaba, y como se estaba tomando las cosas. Seguro que estaba atando cabos, y dándose cuenta que a la que tenia en frente era su hija. Fokker estaba tranquilo, bebiendo de su vaso, como siempre despreocupado en situaciones tensas, pero se estaba preguntando como se lo iban a decir a Nats, tal vez luego y en otro lugar.

Luego de unos instantes, el animo de ella se notaba mas calmado. Hasta que hablo de la caja musical y la nota, que nunca entendió y menos ahora cuando su hija le contó el contenido de la nota.

Al fin ella se puso a relatar los hechos que vivió después de su desaparición. Cada palabra de ella le dolía al chico, porque fue Rebecca quien prometió venganza. Debió darse cuenta que no se refería a él, se refería a Helen, ella los había visto aquella noche lejana ya, y seguro busco a Patrick. Como pudo ser un idi.ota y no pensar en que la desaparición de su novia era por culpa de ellos, e indirectamente culpa de él.

No decirle nada en su momento estaba algo justificado, pero aun así tenia derecho a saberlo. Saber que tuvieron una hija, porque habría buscado venganza, y no se habría quedado quieto.

Fokker no se movió de su lugar no sentía el valor para acercarse a ella aun, pero debió hacerlo porque ella fue un poco mas allá y le dijo toda la verdad a Nats, tan de pronto , y tan de golpe. Adiós sutileza, y él se quedo inmóvil esperando la reacción de ella.

No tuvo que esperar mucho, en realidad quedo por completo sorprendido por lo que su hija estaba haciendo. Trato de detenerla, pero se quedo parado porque no supo que hacer, cuando su hija pinto el rostro de su madre con un labial, y salia corriendo de ahí. Que hacer era la pregunta, pero no se le ocurría nada.

Se acerco a su novia entonces y la miro con rostro desencajado. No sabia como ella reaccionaria ahora, y no sabia que decirle para calmarla. Podría decirle que se equivoco y que tal vez no era el mejor y la forma de decirle, pero ya para que, nada podría cambiar ahora y solo esperaba que su hija asimilara de la mejor manera el golpe de la noticia.

Limpio el rostro de Helen con su pañuelo, no dijo ninguna palabra. No quería que vaya inmediatamente a buscarla. Le puso entonces el pañuelo en la mano, y con un gesto de su rostro le hizo saber que el iría primero. Entonces bajo por las escaleras y la encontró en una de las mesas. Suspiro un poco, y camino en dirección hacia ella.

Se acerco y saco las manos de sus oídos. Paso una mano por sus rostro y luego se sentó a su lado, aun pensando que le diría. Pasaron unos minutos antes de que hablara.

—Creo que la noticia fue una verdadera sorpresa para ambos— comenzó con voz apacible—pero creo que debería hablar con ella, ya escuchaste, todo fue una serie de eventos que no quiero... debemos de olvidar. Ya no podemos hacer nada por el pasado, solo vivir el presente, y este presente dice que tienes una madre y un padre ahora. No te pido que hables con tu... madre ahora, — dudo porque aunque era un hecho probado, su hija podía tomarlo a mal— pero si que deberías hacerlo cuando lo creas oportuno.


Termino y espero una respuesta de ella, la miraba con ternura esperando que pudiera tranquilizarse un poco.

Editado 23 de Septiembre del 2013 por Fokker

[Juliene Black Lestrange]

Filius- Minino de May(

)

 

El minino salió de su escondite entre las bodegas del local, para encontrarse en la parte “divertida” del mismo, el olor de su dueña estaba latente, podía sentir el perfume de la Black Lestrange, ella había estado ahí o por el contrario todavía permanecía en el lugar, ronroneó, tal vez podría conseguir una sustanciosa cantidad de comida, se le antojaba un platillo sofisticado, tal vez lasaña o algo parecido.

 

La presencia de una extraña pareja de meseros captó su atención por unos minutos, reconoció uno de los perfumes y se acercó al joven blondo para acariciar sus piernas con su peluda cola, mientras ronroneaba, tal vez ese chico le proporcionaría lo que tanto deseaba, que aparte de comida eran mimos.

 

El joven hizo un gesto de querer tomarlo en brazos y fue entonces que saltó hacia la barra, haciendo tintinear un par de vasos, perfectamente colocados, haciéndolos caer estrepitosamente al suelo, soltó un bostezo, mientras sacudía un poco su cuerpo y continuaba en la búsqueda de su dueña, podía olerla, ese perfume peculiar aún seguía rondando el local, ella le daría todo lo que deseaba.

 

Además ese par que había dejado atrás ahora tenía verdadero trabajo del cual encargarse, dudaba que su adorada ama estuviese contentan con el desastre que había ocasionado, pero la culpabilidad no recaería sobre su pelaje, sino sobre esos dos chicos que no estaban lo suficientemente atentos a cualquier accidente que pudiese suscitarse.

 

Subió los escalones que lo dirigían hacia el área del restauramte, mordisqueando un poco la alfombra, no pudo resistirse el color rojo le atraía y tampoco pudo evitar rasguñarlo un poco, ronroneó una vez más, mientras retomaba su marcha hacia el lugar dónde el perfume de May lo llamaba, y más que a su dueña olía a lasagna, la deseaba, su dueña se lo proporcionaría, lo sabía.

 

Off: Quería hacer un lindo desastre y con mis pjs "humanos" no podía :B primera vez que manejo a Filius *-*

Editado 15 de Septiembre del 2013 por May Juliene Malfoy Feltom