Doyle´s (MM B: 104907)

[Juliene Black Lestrange]

― ¿Avergonzarme? ¡Ja! La estoy pasando muy bien, Martínez―

 

Notó como Helen le quitaba el micrófono a su empleado y comenzaba a cantar ¡genial! De eso es de lo que hablaba, diversión para todos. Comenzó a moverse al ritmo de la canción que cantaba su compañera de tragos, mientras tanto se encargaba de inspeccionar con sus orbes esmeraldas a su alrededor.

 

― Ese no es…―mencionó reconociendo a su querido socio― ¡Es Cygnus!―gritó a todo pulmón quitándole el micrófono a Helen― ¡Bravo, querida! ¡Bravo! ¿Y asi te atreves a contradecirme cuando te digo que eres mi mejor empleada?― inquirió con una sonrisa en sus facciones― Es mi turno de nuevo y después le tocará a… ¡Fokker!―mencionó esto último por el micrófono y por si quedaba duda señaló a su socio un poco alejado.

 

Ya estaba un poco más acostumbrada a su estado alto de alcohol, así que no se tambaleó mucho esta vez, aunque Roberto siempre estaba al pendiente de que no besara el suelo, sacó su varita de entre los pliegues de su túnica y se apuntó a si misma mientras su vestuario se transformaba en un vestido de color plata y corto, además de que sus piernas fueron cubiertas por unas medias de color negro, seguramente del mismo color que pudieron adquirir sus tacones si aún los tuviera. Rematando su vestuario se colocó un sombrero del mismo tono que su vestido sobre la cabeza, sonriendo enigmáticamente para su público (?).

 

― ¡Suelta música, Cartairs y ven a bailar!―

 

Carlos subió todo el volumen, mientras ponía el karaoke andar, vio como la castaña llevaba el micrófono a sus labios y se acercó hasta ella para comenzar “el baile” negó brevemente, estaba seguro de que la mañana siguiente la vergüenza obligaría a la Black Lestrange a no volver al local.

 

― ¿En verdad tengo que hacer esto? No es que no me agrade, pero…

 

― Tú cállate, Carlos y cumple mis órdenes―acotó la Malfoy sonriendo, mientras comenzaba a moverse al ritmo de la música intentando imitar a la cantante en cuestión― Yeeeeeeeeah―comenzó a berrear, perdón, cantar.

 

Comenzó a caminar hacia adelante en su escenario improvisado con el micrófono en la mano (¿?), mientras Carlos y Roberto le seguían de cerca, lo estaba disfrutando ciertamente. Podía ver a varias personas aplaudiéndole pese a su terrible voz.

 

― No me vengas con un tango llorón, que yo necesito ritmo (ajá)― estiró su brazo a la par que su cabeza hacia el lado izquierdo, mientras su mano derecha sostenía su sombrero plateado― porque hay música en mi corazón, y a mí no me da lo mismo.

 

Sonrió a su público y lanzó una patada al aire (¿?) ciertamente ya se estaba haciendo amiga del alcohol, porque hacer semejantes cosas y no caerse, esa sí que era una gran hazaña. Sabiendo el momento de la canción que seguía fue hacia dónde estaba Helen y la recién llegada y las arrastró al escenario, mientras les hacía gesto con las manos a Roberto y Carlos para que se alejaran.

 

― Woow, chicas yo me vuelvo crazy―continuó con su personaje y con el micrófono en sus manos, haciéndole una seña a Carlos― cuando pienso en el tonto ese que vino en la disco y me dijo de atrás…

 

― Oye nena que linda que estás―aportó el blondo acercándose hasta ellas por la espalda.

 

La Black Lestrange giró en redondo, quedando cara a cara con su empleado, volviendo a alzar el objeto ordinariamente muggle y mágicamente modificado para ser utilizado en las instalaciones de su local, era un interesante espectáculo ojala su vergüenza sirviera para atraer más clientes al local.

 

― Ahí me di vuelta y lo vi de costado, era flaco, alto de pelo aplastado― Cartairs le agarró la mano derecha y le dio un beso en la misma― me agarró la mano se hizo el galán y me dijo…

 

― Baby…¡Vamos a bailar!― mencionó el bailarín

 

Se alejó de las chicas y volvió al centro del escenario, bailando al ritmo de la canción (¿?) y siendo ayudada por sus dos hermosos empleados, era bueno tener ayuda de semejante forma, a su parecer hasta bailaba igualito, claro tomando en cuenta que una que otra vez perdía un poco el equilibrio, haciendo que Carlos y Roberto dejaran su coreografía para inventar un nuevo paso e impedir que ella se fuera de bruces al suelo.

 

― Él me imaginaba una chica fácil― siguió cantando esta vez señalando a Roberto― yo me preguntaba y ese man… ¿qué hace? ―continuó berreando acercándose a su empleado y llevando sus manos a su cuello en un abrazo― me miro a los ojos me quiso besar ― se acercó a los labios del moreno, para alejarse luego rápidamente, dándose media vuelta― lo corté de una lo mandé a pasear…

 

Carlos le doy una palmada en la espalda a su compañero dándole ánimos para que hiciera lo que venía a continuación, la castaña sonrió, mientras veía como Martínez cumplía a la perfección con la coreografía, bueno, más le valía hacerlo de lo contrario lamentaba retrasar un poco su aumento de sueldo.

 

― Me pidió disculpas muy desesperado, y yo le grité: ¡Bórrate tarado!―exclamó a todo pulmón continuando con la canción― él me dijo: dame otra oportunidad….sólo le faltaba ponerse a llorar…

 

Y de nuevo al coro. Gracias a Merlín que ya la canción estaba terminando, se estaba cansando un poco y necesitaba con urgencia otra dosis de tragos para mantener su alegría, así como la macarena. Se volteó hacia sus queridos “bailarines” para cantar la última estrofa de la canción, se había divertido, más que con la primera canción.

 

― No me vengas con un tango llorón, porque es muy fuerte (yo quiero ritmo fuuertee) y si alguna vez te mireeeeee ….fue porque tuviste suerte― se quitó el sombrero y se lo lanzó a sus ayudantes de forma arrogante y picándole un ojo a los mismos, para voltearse hacia su público y esperar sus aplausos― Y ahora… ¡Fokker Cygnus! Ven aquí, querido.

 

 

http://www.youtube.com/watch?v=AckDYtN0qAY

 

Off: u.ú Como los adoro :nonono: mi pobre May u.ú. Toia amiguis sifris (?) te lo dedico *-* a ti igual Cillian :B

 

[Keira Katina]

Casi un instante después de pensar si debía reparar el vaso o no apareció un elfo arrugado y bajito, chasqueó los dedos y el recipiente se arregló mágicamente y fue devuelto al bar. La joven rió y pidió una medida de tequila con una rodaja de limón y un salero, hacer ese pequeño ritual de lamer la sal, beber y luego chupar el limón le encantaba, aunque siempre era más divertido si lo hacía con alguien más. Justo cuando terminó con el tequila, la castaña alta invitó a todo el mundo a celebrar incluyéndola a ella y los elfos improvisaron un karaoke con una vieja rocola mágica.

La verdad era que no cantaba nada bien, desafinaba y sus palabras no se entendían por el estado en que se encontraba la mujer. Por suerte otra chica le quitó el micrófono y comenzó a cantar un poco mejor aunque también desafinaba, bailaban con el ritmo de la música y unas cuantas personas aplaudían. Un chico se sentó en un taburete a su lado para ver el show y comenzó a aplaudir y chiflar también así que la Haughton tomó coraje y se levantó de la silla para seguir con el canto improvisado. Pero justo cuando estaba por elegir la canción la chica castaña comenzó a cantar otra vez armando un espectácul.o más impresionante que el anterior.

 

El bar pasó a parecer a una especie de cabaré con show incorporado, hasta incluso la que parecía ser la dueña se había cambiado de ropa por algo más burlesco y comenzó a acompañar su canto con una coreografía seguida de dos hombres más. Keira aplaudió con el público y rió a carcajadas por lo divertido de la situación, incluso pudo ver en una esquina que varios elfos aplaudían también y hasta un par bailaban viendo a su jefa.

Cuando ésta terminó su pequeño acto, la joven Haughton decidió robar el turno del tal Fokker y corrió sonriente a la rocola, cambió la música a algo más británico, se acerco a la cantante y le pidió el micrófono estirando la mano.

— ¡Mi turno! No soy tan buena como tú pero me dijeron que canto bien — sentenció saltando y comenzando a mover las caderas con el ritmo de la guitarra eléctrica.— Shut up and let me go, this hurts I tell you so, for the last time you will kiss my lips. Now shut up and let me go!

Aquella canción era de un dueto de magos encubiertos que habían llegado a la fama con una pequeña ayuda de la magia pero de todas formas le gustaban a muchos en la comunidad mágica y eran la banda favorita de Keira.

— I ain't freakin', I ain't fakin' this — siguió cantando mientras daba pequeños saltitos.

Esa canción le gustaba mucho porque hablaba de una ruptura pero no era deprimente, le pareció que no desafinaba pero iba un poco a destiempo con la canción. Aún así no podría superar a la cantante anterior que ya estaba en la barra bebiendo más de lo que cualquier humano podía soportar.

off: por si no conocen la canción y para que lo imaginen

xD

 

Editado 1 de Octubre del 2013 por *Keira

[Claudia Crowley]

http://i.imgur.com/3spuuGf.png

Anais se preguntaba el porqué de la borrachera de una de sus jefas ¿Acaso necesitaba llamar la atención de algún cliente en especial? ¿O solo lo hacía por diversión? Para ella era algo desagradable verla así, más que una bruja que ha perdido su sano juicio parecía una de esas mujeres de la vida alegre. Sacudió su larga cabellera dorada, indignada por el show que estaba armando la Malfoy.

—Deberías bajar a la señorita Maylis de ahí, Carlos. Espantara a la gente.

La ojiverde tomó de la barra una bandeja con varias copas de licor. Con una sonrisa picara en sus gruesos labios, le hizo señas a su compañero para que al menos quitara la música y lograra calmar a la joven. No era que le preocupase su reputación o cualquier cosa relacionada con May, simplemente la que debía ser el centro de las miradas en aquel local debía ser ella, no la Black Lestrange.

 

—Parece que ya terminó, si me disculpas iré a llevarle esto a ella. Los necesita.

 

Le dio la espalda a Carlos, mirándolo sobre su hombro y lanzándole un beso. Le gustaba molestarlo y ella sabía muy bien que era lo que él quería, pero aunque pareciese lo contrario la rubia no era tal fácil. Dejó algunos tragos en una de las mesas, sonriendo ante algunos cumplidos que le proferían varios hombres. Siguió de largo con la bandeja en sus brazos, guardando la propina que le habían dado.

 

—Señorita May ¿Desea un poco más?

 

Le extendió un pequeño vaso lleno del más exquisito tequila que servían en Doyles.

Editado 1 de Octubre del 2013 por Claudia Rambaldi Crowley

[Juliene Black Lestrange]

http://i.imgur.com/BP6OYtO.png

Antes de su baile con la May (¿?)

 

― De hecho, Anais… ¿Acaso no ves cómo los clientes disfrutan con el espectacu.lo?―inquirió el Cartairs soltando una sonrisita, tomando un par de tragos para repartirlos a los clientes.

 

La Black Lestrange seguía con su canción, negó brevemente, en verdad que estaba más que borracha, porque dudaba que sobria pudiese hacer algo como eso, se dispuso a observar a su compañera, no parecía muy contenta con que su jefa fuese el centro de atención… eso era. Se mordió el labio inferior reteniendo una sonrisita divertida, Anais parecía demasiado acostumbrada a la atención, así que era lógico que al perder unas cuantas miradas sobre si hiciera todo lo posible por retenerlas.

 

― Si, querida, ve a hacer tu trabajo que para eso te pagan―acotó el Cartairs― Y no te preocupes por la jefa, ella parece estarla pasando muy bien. Deberías divertirte también, la jefa ha invitado a todos a la “fiesta”―acotó, mientras volvía al lado de Maylis, mientras esta tomaba todos los tragos que Anais le ofrecía.

 

Si era sincero, él mismo se estaba divirtiendo con todo ese show que la castaña había organizado, eso le daba más motivos para amar su trabajo en Doyle´s. Delineó el contorno, mientras se negaba a tomar una gota de licor, quería estar sobrio, por si acaso su jefa podía necesitar de su persona.

 

Después de su baile

 

May había vuelto a la barra, negó brevemente, mientras la veía tomar una botella tras otra… ¿Acaso no tenía fondo? De seguro era tanta junta con ese tal Crowley, nunca había pensado que los vampiros pudiesen tomar tanto hasta que conoció a ese chico, bufó, ni modos le tocaba ver en que terminaba su jefa con semejantes cantidades industriales de alcohol en su organismo.

 

La cosa era que el tal Cygnus aún no tenía las agallas como para subir al escenario y luego de la interesante presentación de la desconocida, a la cual aplaudió y su jefa le dedicó un par de tragos, el público exigía a un nuevo cantante, dado que su jefa estaba algo distraída, Helen al parecer también y Roberto parecía no asimilar que se había deslizado por el escenario arrodillado, él se dispuso a tomar el micrófono entre sus manos. Era su turno.

 

― Ya que mi jefe no se atreve a subir… me tocará cantar a mí―dijo colocando una sonrisa en sus facciones, no tenía idea que pensarían sus padres si llegaran a verlo ahí a punto de hacer un show como el que anteriormente había hecho su jefa, suspiró, ni modos.

 

La cosa era que él perfectamente podía negarse a hacer eso, porque muy al contrario de Maylis estaba más que sobrio, sonrió, tenía que ser sincero lo hacía porque sería divertido y no desaprovecharía la oportunidad de mostrar su talento al mundo. Desestresarse era lo mejor que podían hacer, además los clientes parecían estar satisfechos con lo que ocurría en el local, se colocó de espaldas, mientras le daba una señal a Dracomiens quien era el encargado del karaoke, luego de él.

 

―La reina de la noche, la diosa del vudú. Yo no podré salvarme….―comenzó a cantar, mientras se daba la vuelta y movía las caderas de un lado a otro, siguiendo el ritmo de la música, pudo escuchar varias exclamaciones femeninas, entre ellas la de su jefa― ¿Podrás salvarte tú?

 

Le iba bien imitando los bailes del cantante, eran fáciles, al menos para él y tenía una ventaja sobre May, estaba sobrio, muy al contrario de ella. Se acercó hasta su jefa y comenzó a acercar su rostro al de ella, mientras continuaba cantando, le picó un ojo, extendiendo su mano hacia la misma.

 

― Te besa y te desnuda con su baile demencial― continuó cantando, mientras jalaba a la Black Lestrange hacia sí y esta comenzaba a mover su cuerpo al ritmo de la canción. Sí, todo eso era divertido― Tú cierras los ojitos y te dejas arrastrar….tú te dejas arrastrar.

 

Movimiento de caderas, mientras hacía que su jefa diera vueltas a su alrededor de forma sensual (¿?) aunque el hecho de que trastabillara una que otra vez, sólo provocaba más diversión en el Cartairs, negó, la Malfoy lo mataría al día siguiente, se lo temía. Ni modos, por lo menos aceptaría que se había divertido grandemente.

 

― Ella que será … She’s livin’ la vida loca―continuó, dejando a su jefa en su puesto en la barra y acercándose esta vez a su sensual compañera Anais, sonriéndole de manera picara…¿quería atención? Pues ahora la tendría―Ella es tu final, vive la vida loca. Ella te dirá…Vive la vida loca, vive la vida loca― agregó señalando a la mesera― She’s livin’ la vida loca

 

Volvió al escenario, pero antes le hizo una especie de baile sensual privado (¿) a su linda compañera, mientras escuchaba que varias féminas clientes gritaban, sonrió, era una locura total el local, sin embargo…¿qué importaba? Todos los estaban disfrutando y eso era lo que en verdad importaba.

 

― Te besa y te desnuda, con su baile demencial― esta vez se acercó a Helen pero de una forma casi felina, fijando su vista en la Evans y con una sonrisita picara en sus facciones― Tú cierras los ojitos y te dejas arrastrar― cerró sus ojos, continuando con su acercamiento y cuando supo que estaba a unos centímetros de sí continuó con su canto― Tú te dejas arrastrar…― besó su mejilla y se alejó para seguir entreteniendo al público con el movimiento de caderas, sólo faltaba que le lanzaran galeones, se le hacía que Maylis lo obligaría a bailar en Rendez.

 

Era momento de acabar la canción, no todo duraba para siempre, tomó el micrófono con fuerza para emitir las últimas frases de la canción.

 

―Ella te dirá, vive la vida loca ―se acercó hasta Anais, de nuevo, con el micrófono en la mano― Vive la vida loca, She’s livin’ la vida loca― culminó la canción, mientras le ofrecía el objeto muggle/mágico a su compañera― Tu turno, querida.― acotó con una sonrisita.

 

 

Off: http://www.youtube.com/watch?v=n8F55puGHIs

Era turno del Cartairs (?) /o/ vengan a cantar vagos ññ que ando pensando el final *-*

 

Editado 1 de Octubre del 2013 por May Juliene Malfoy Feltom

[Joa Macnair Crowley]

Había demorado un poco atendiendo clientes en el área del restaurant. Con lo que odiaba el contacto con el público, fue todo un alivio bajar al bar, dónde una verdadera fiesta se llevaba a cabo. Jamás había esperado ver a Maylis en tal estado de alcoholismo, y menos haciendo tales espectáculos con tanta soltura.

 

Todo aquello le causaba un poco de remordimiento. Tal vez había dejado a la Malfoy trabajando con su socio por mucho tiempo, pero si ella se estaba divirtiendo, seguramente era capaz de atenerse a las consecuencias; deseaba ver el esfuerzo que le tomaría levantarse de la cama el siguiente día. Como fuese, ese era asunto de ella, la Macnair también se divertiría un rato.

 

Dando un salto se sentó sobre la barra, observando los shows del resto de los empleados, mientras, se sirvió una botella de vodka. La dueña los había invitado a festejar a todos, y aunque no lo hubiese hecho, estaba demasiado borracha y metida en su show como para notarlo.

 

No paraba de reír viendo a los otros cantar, sobre todo a May y Carlos, y bien que era evidente que el hombre disfrutaba ser el centro de atención, con aquellos movimientos, lo merecía totalmente. Ella esperando una aburrida noche de trabajo, y obtenía eso. Tal vez no fuese un mal lugar para laborar después de todo.

[Nats Rambaldi Crowley]

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Roberto Martínez.

 

Estas mujeres cada vez eran más un alma libre como él había dicho anteriormente. Su jefa les había hecho bailar a él y a su compañero... el Matínez haría cualquier cosa para ganar dinero, incluso matar... ¿qué le costaba bailar, cantar o arrodillarse para complacer a su jefa?. Tomó el sombrero que May había lanzado y se lo puso. Luego de esa pieza que cantó la Black Lestrange necesitaba un respiro por lo que acompañó a la mujer a la barra y se tomó un par de copas junto a ella. Le sonrió a la mujer y le guiñó un ojo. - Cuando quieras puedes tener tu masaje acompañado de un beso querida. - Comentó en forma de coqueteo y en tono arrogante. Carlos se llevó a su jefa y el volteó para observar hasta que el hombre le devolvió a su compañera.

Tomó otro par de tragos que no le hacían efecto alguno y se puso se pie observando el acto de su compañero. Él no sería el único que haría gritar a las clientas de esa forma, el moreno también podría lograr hacerlo y hasta de una manera más eufórica. Vio como su compañero le entregaba el micrófono a Anais luego de culminar su presentación. Se dirigió a la mesera. - ¿Me permites, preciosa?. - Le quitó el micrófono a su compañera y tomando su mano le dio un beso en ella.

Dio vuelta y nuevamente se encaminó al escenario dándole la espalda al público. Tomó el micrófono con su mano derecha y sonó los dedos de su otra mano en señal para que la música comenzara. - A ella le gusta conducir un buen coche, del sol de Marbella al de Bariloche, a ella le gusta disfrutar de la vida, de disco en la noche y playa de día. - Comenzó a cantar y se dio vuelta lentamente y le guiñó el ojo de forma sensual a todas las mujeres presentes, May, Anais, Joa, Keira, Helen. - A ella le gusta seducir a los hombres, le encanta el poder y le atrapa la noche, certificada en alta cirugía, te saca los ojos, te arranca la vida. - Continuó y comenzó a bailar estando de frente a los clientes.

- Y para el invierno abrigos de piel, de Guchi la gata y el perro Chandel, haciendo su show, vendiendo el amor, gastando el dinero en New York. - Movía sus caderas con sensualidad. - Lola, como te gusta salir en la ola, y que los hombres a ti te den bola, como disfrutas la carambola Lola. - Repitió eso unas 3 veces mientras seguía con su baile seductor y escuchaba a las mujeres gritar, incluso a Maylis. - Lola, eres una matadora Lola, eres una atracadora Lola, eres una atracadora Lola. - Abrió los dos primeros botones de su camisa. - Calma locura de weekend en las vegas, en busca de flash ella juega que juega, la damicela de blin blin y los lingotes, que va por la vida devorando nombres. - Se acercó a Anais.

- Contigo no se vale sentimental, tu solo vas de explotación comercial, contigo lo que importa siempre es el cash, y estar atento al golpe mortal. - Le dio un suave golpecito con su dedo indice en la nariz y se alejó de la mujer. - Y los lleva locos a la pared, extiende su trampa y teje su red, haciendo su show, rifando el amor, gastando dinero en New York. - Se acercó a su jefa bailándole solo a ella de la misma forma que lo hacía anteriormente. - Lola, como te gusta salir en la ola, y que los hombres a ti te den bola, como disfrutas la carambola Lola. - Repitió nuevamente 3 veces bailándole a su jefa sensualmente. -

Se alejó de la Black y se acercó a otra de sus compañeras Joa, aunque no la conocía también merecía un baile del moreno. - A ti quien te ve, eres una peligrosa mujer. A ti quien te ve, eres una peligrosa mujer. - Repitió 2 veces más terminando la canción. Le guiñó el ojo a la pelo negro que estaba sentada sobre la barra y le entregó el micrófono a ella.

Las clientas aplaudían y gritaban con fuerza. - No eres el único aclamado Cartairs. - Le dijo al hombre con una sonrisa arrogante cuando pasaba a su lado y le dio unas palmadas en la espalda con intención de molestarlo. Regresó al lado de su jefa y esta vez prefirió tomar agua para refrescar su garganta.

 

 

Off: El Roberto también canta :3 y es muy coqueto con las mujeres. http://http://www.youtube.com/watch?v=qUNujBNBIzs

 

Editado 1 de Octubre del 2013 por Nats Moon Rambaldi Crouchs

[Joa Macnair Crowley]

Observó el show de su compañero desde la barra, ingiriendo el delicioso alcohol. Para cualquiera sería evidente que los clientes y empleados de Doyle’s estaban pasando una buena noche, incluso ella no podía parar de reír. Además, le causaba gracia lo coquetos que eran sus compañeros de trabajo y la sutil rivalidad entre ellos.

 

Alzó una ceja ante el descarado flirteo de Roberto entregándole el micrófono mágico. Por un momento pensó en rechazarlo, pero tal vez era tiempo de soltarse un poco y unirse a la diversión, eso o el vodka estaba haciendo efecto.

 

Saltó de la barra, acomodó su corta túnica y soltando su cola de caballo se dirigió al centro del escenario. Despeinándose un poco y con el instrumento en mano, dio una señal para que comenzara la música.

 

—Quiero ser mayor y me gusta el Rock n’ Roll. Me mata el reventón y el vodka me fascina —comenzó a cantar, moviéndose al ritmo de la melodía—. Trato de ser lo que realmente soy, aunque les moleste a los demás. Mi vida es como un vídeo juego, toco un botón y tengo lo que quiero. Quiero eso, eso, eso, eso, eso, eso, eso, eso, eso, eso, eso, eso, eso es lo que quiero yo —continuaba con la canción, señalando coquetamente a Carlos y jalándolo a bailar con ella. A él le gustaba la atención, ¿no? Pues que la acompañara—. Labios color rosa. Noches que provocan. La la la Lolita. Soy tu perdición te rompo el corazón. La la la Lolita —cantó de nuevo el coro danzando alrededor del Cartairs — . Si quieres me puedes comprar un chicle de mora azul. No te puedes resistir a mis lentes de corazón —prosiguió guiñándole un ojo al hombre y volviendo al coro.

 

El fin de la canción se acercaba y ella comenzaba a entender porque a sus compañeros les gustaba tanto aquel tipo de shows.

 

—Uh, uh. Me pinto la boquita. Uh, uh. Con rojo y dinamita —lanzaba besos al aire y seguía bailando con su guapo compañero—. Labios color rosa. Noches que provocan. La la la Lolita. Soy tu perdición te rompo el corazón. La la la Lolita. Labios color rosa. Noches que provocan. La la la Lolita. Soy tu perdición te rompo el corazón. La la la Lolita. Ay ay ay Lolita.

 

Al terminar la pieza hizo una elegante reverencia al público, agradeció a su acompañante con un beso en la mejilla y se acercó dando saltitos a Fokker.

 

—¿No nos deleitarás con el talento familiar, hermanito? —Preguntó y sin darle chance de responder dejó el micrófono en sus manos y se alejó a buscar su botella de vodka, aunque considerando su actuación, le haría mejor no encontrarla.

 

http://www.youtube.com/watch?v=fLLhOWbG01g

Joa me matará por culpa de May(?) xD

 

[Keira Katina]

La canción de Keira fue aplaudida con entusiasmo, la chica hizo una pequeña reverencia y le entregó el micrófono al siguiente cantante. Caminó devuelta hasta el bar y se sentó en la banca donde aún estaba su abrigo. Allí estaba una chica sentada sobre la barra y la dueña borracha como ninguna. Le pareció gracioso el cambio de eventos en su noche, había salido para saciar sus impulsos y luego había acabado en un bar haciendo karaoke. Esta vez le pidió al bartender un trago frutal con frutilla y mango, necesitaba algo más consistente.

 

Observó el show del hombre que cantaba una canción del famoso muggle Ricky Martin, lo hacía bastante y coqueteaba con su jefa abiertamente, sin ninguna vergüenza. Se apretó el vientre riendo a carcajadas, sin estar segura si era por el acto del empleado o por el alcohol que la estaba emborrachando. Al terminar la canción, la Haughton aplaudió con ganas mientras otro chico comenzaba a cantar. Al parecer todos los hombres del lugar se la pasaban flirteando con las empleadas de Doyle's, Keira se preguntó de dónde habrían salido aquellos tipos.

 

En el medio de la canción dejó su asiento para ir al baño, allí se retocó el maquillaje y usó el retrete. Se miró al espejo arreglando su cabello rubio y de pronto se sintió muy débil, quizás la noche le estaba pasando factura, quizás era hora de ir a casa. Cuando volvió, la chica que antes estaba sentada en la barra ahora se encontraba cantando, le aplaudió al finalizar y fue a tomar su abrigo y pagar la cuenta para poder irse a descansar al castillo, si es que podía llegar en ese estado.

[Juliene Black Lestrange]

http://i.imgur.com/BP6OYtO.png

 

La castaña disfrutaba del espectacu.lo, mientras él volvía a la barra a servirle sus dosis exigida de tragos, notó que una de las clientes había decidido marcharse, esperaba que se hubiera divertido y su retiro se debiera al cansancio y no a otra cosa, chasqueó la lengua, mientras aplaudía, Joana, su compañera, estaba cantando en esos instantes, él se tomaría un descanso para luego demostrarle a Martinez que hay quien más enloquecía a las féminas era él. Si en algo había fallado el moreno era en retarlo, no sabía lo que el bailarín estaba dispuesto a hacer para demostrar que era el mejor.

 

Mientras su jefa aplaudía, gritaba y chiflaba sin cesar él estaba ahí, verificando porque las botellas que consumiesen se las brindase él y nadie más, suficiente con estar asi de borracha como para que alguien intentara algo ,más, una vez más Fokker era solicitado para subir a cantar, pero este se negaba a hacerlo, suspiró, su jefe parecía no tener diversión, pues allá él. Salió de la barra, quitándole el micrófono al Crowley, pues si tendría que cantar de nuevo, lo haría.

 

Entonces lo vio.

 

Lo recordaba, claro que sí, había molestado a su jefa la última vez, no tenía de como se llamaba, pero una idea loca se cruzó por su mente, asi que se acercó al vampiro con el microfono en la mano, mientras una singular sonrisa se formaba en sus facciones, quien entraba allí tenía que cantar y ese ser en especial, sino quería que lo sacara a patadas.

 

― Tu turno―mencionó entregándole el micrófono al Tonks― Canta o de lo contrario te sacaré a patadas, dudo que mi jefa quiera verte por aquí― hizo un gesto con su cabeza y volvió a su puesto en la barra, ya cantaría, por lo momentos le daría el turno al recién llegado.

[stnazi]

— ¿Mi turno?— le preguntó mas por le impresión causada.

 

Todo rastro de licor pareció desaparecer. Resopló y fue entonces que se dio cuenta de donde se encontraba. No era ese el mismo local; no, ni en el mínimo detalle. Aspiró largo de lo poco que le quedaba del cigarro hasta acabarlo. Además de todo, ¿A qué se refería el hombre cuando le decía “es tu turno”? no comprendía; pero si se trataba de un juego de licor... seguramente saldría victorioso. Un coro de voces lo sacó de todo pensamiento.

 

Ingirió el último trago de la botella de cerveza que sostenía y arrugó la frente mientras el liquido recorría su garganta— dame la patada— lo retó con prejuicio aunque sabía de antemano que ese extraño incumpliría su amenaza. Y allí fue cuando la vio. Ingrata, ¿Qué no le había jurado que se largaba de Londres? La fulminó con la mirada.

 

Una risa malvada se ladeó en su cara mientras una idea empezaba cuajarse en su mente— chuco, dudo que sepas dar patadas, pero tienes razón, es mí turno— admitió tomando el aparato y palmeándole el hombro con su mano libre. Sería divertido, reconoció. Pero más que divertido había aceptado solo por una cosa, o mejor dicho, por una persona.

 

Rápidamente y a traspiés se instaló en el centro del escenario. No se molestó en vislumbrar quienes eran los del público, con tantos litros de alcohol acechando su sistema su visión ya empezaba a empañarse. Tampoco sabía cómo funcionaba eso, nuca antes lo había hecho. Encontró a May con la mirada hablando a lo lejos con quien sabía quien, y de algo estaba seguro, su actuación seria dedicada única y exclusivamente a esa mujer. Pensó y pensó obligándose a recordar una canción.

 

Golpeó el micrófono levemente para llamar la atención de los presentes. Y como por arte de magia, aunque no sería nada extraño; la melodía inicial empezó a sonar por los altavoces. Agudizó su mirar en la única dirección que sus ojos podían ver con claridad. Esperaba atentó al minuto correcto para empezar su cantar.

 

Llegó.

 

—Uuuna foooto deee tu ooombligo viiirginal y adolescente...— empezó a darle vida a la música que se alzaba, dándole el particular alargamiento a las silabas de cada palabra de la estrofa— nuuunca fuiiiste deeemasiado, siempre fuiste suuuficiente, no eees secreeeeto paaara naaadie, todo el mal que nos hicimos— no estaba al corriente de cuantas desafinaciones podía soltar en menos de un minuto, pero allí estaba y no había nada que hacer, ¿o sí? Pues, él no lo sabía. Su concentración estaba toda en la canción y en la persona a quien la dedicaba, May Juliene. Moduló una vos ronca y potente para las siguientes frases —...tiiiiraras con cuaaantos quieras.....pero el amor, no lo harás !Jamás!— se afincó en aquello ultimo y se inmutó.

 

No memorizaba el resto de la canción y su cerebro no le sería útil para eso. Tenía que improvisar, ¿pero con qué? Hacia tanto que no escuchaba música humana y no estaba al tanto de si en el mundo mágico habían bandas o músicos populares, dudaba lo último. Aun así su creatividad volvió a serle de utilidad.

 

EL ritmo de la música cambió por completo para adaptarse a la que correspondía —Ay payita mía, guárdate la poesía, Guárdate la alegría pa' ti—alzando su mano y apuntando a una May distante para mas evidencia. Esperó que corriera unas cuantas notas mientras trataba de encontrar una canción que conociera de inicio a final. La encontró... o eso creía él.

 

—Mira lo que se avecina a la vuelta de la esquina, viene diego rumbe-ando, con la luna en las pupilas, y su traje agua marina, van restos de contrabando... —danzando su brazo libre por los aires y meneando su cuerpo al mejor estilo de la música, con goce y disfrute, esperando la parte de la canción mas pegajosa, al menos para los muggles, el coro—!!y la baila!! !!Y la goza!! !! y la cantaaaaaaaa!!!, Aserejé ja de je de, jebe tu de jebere, seibiunouva majavi, an de bugui an de güididípi...— era el segmento que me disfrutaba de toda la canción. La entonaba con furor al tiempo que hacia los pasos de la popular cancón humana. Sus brazos en movimiento rápidos en su pecho, sus piernas temblando, sus manos acomodadas al nivel des u cabeza y sus piernas ahora abriendo y cerrando en arcos perfectos y limpio......

 

Ahora si era cierto que había perdido toda conexión entre sus mente y cuerpo. Toda la canción se había distorsionado desde un principio. Su ritmo iba cada vez más fulminante y la melodía ascendía en volumen y resonaba por todo el lugar. Olvidaría ese acto, si, por su bien psicológico que trataría de borrar aquello de su memoria. Esa canción y esos movimientos no cuadraban con su personalidad, ni hablar. Pero toda su vida se resumía en los vicios y la diversión ¿Estaba eso considerado dentro del término diversión? Si él lo hacía seguramente que sí.

 

—...Aserejé ja de je , de jebe tu de jebere, seibiunouva majavi, an de bugui an de güididípi.— cantó y danzó la última parte de la canción y de inmediato todo se silenció. ¿Estaba cansado? si. ¿Tenía sed? también. ¿Ganas de largarse? lógico. Suspiró y colocó el micrófono en la base del mismo y tan rápido como había subido se apresuró a salir del local cayendo en cuenta de que su reciente episodio embarazoso no había hecho más que retrasar el encuentro que tenia planeado.

Editado 3 de Octubre del 2013 por stnazi