Doyle´s (MM B: 104907)

[Helen Evans]

Las palabras salieron precipitadamente de mi, y para cuando me di cuenta, había dicho las cosas del modo más inadecuado posible; pero bueno, era la verdad y tal vez no tendría otro momento. Nats bajó corriendo y Fokker luego de acercarse a limpiar mi rostro, bajó tras ella, los miré sin moverme un solo centímetro ¿qué quedaba ahora?

 

Todo lo que pasaba por mi cabeza era muy doloroso y confuso, respiré y traté de asimilar las cosas una a una, y la más grande de todas esas cosas era que por fin había dicho la verdad... nunca me gustó mentir, contrario a lo que cualquiera pudiera pensar y esa única mentira que había acarreado otras, desde hace un tiempo que me ahogaba. Era libre de ella.

 

<<Mi hija esta viva>> Una lágrima caía por mi mejilla, era muy extraña aquella sensación, había rezado, implorado, rogado, maldecido y deseado con el alma que mi hija estuviera viva, pero jamás pensé que eso podría ser real; amaba a mi hija si, con toda el alma, pero siempre fue un recuerdo, una tumba. Bajé lentamente las escaleras y los vi a ambos, <<la familia que podríamos ser y no éramos>>

 

Me acerqué lentamente, no había mucho que pudiera decirle, porque ni yo misma sabía que era lo que quería decirle, todo eso había sido una sorpresa para Nats, para Fokker, pero, !también lo era para mi!

 

- Quería ver la letra de la nota pero si dices que no se entiende mucho supongo que no tiene sentido, todo esto... nos sorprendió a los tres - no sabía porque aclaraba eso, pero por algún lado tenía que empezar - pido disculpas, por la actitud, por el comportamiento - todas mis palabras iban dirigidas a Nats, con Fokker... esperaba tener más oportunidades de hablar.

 

- Pero... pero no pediré perdón por el abandono, porque nunca te abandoné - respiré profundo y continué - tampoco te diré que te busqué siempre, porque no lo hice, me dediqué a adorar un recuerdo y una tumba, no sé como ser una madre, nunca lo fui, sólo... si algún día quieres hablar o me necesitas, allí estaré. Eso es... es todo... por ahora

 

Nats me miró por un momento, me hubiera gustado decirle otras cosas, pero todo lo que decía era únicamente la verdad, mi cabeza, mi corazón, no podían decir otra cosa, porque yo tampoco sabía lo que sentía. Parecieron años, pero no se exactamente cuanto pasó antes que mi hija saliera corriendo de aquel lugar; me dirigí hacía la puerta, dispuesta a seguir su ejemplo, pero tomar un rumbo completamente diferente.

[Juliene Black Lestrange]

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El endemoniado gato había hecho un desastre, en cuanto a Anais parecía dispuesto a ignorarlo, genial, ya tendría que informarle unas cuantas cosas a Maylis, sabía que estaba en la planta de arriba, pero lo mejor era no ir a molestar, menos estando con su hija. Suspiró. Ya se lo mencionaría en alguna ocasión ya fuera ahí mismo o, tal vez, en Rendez, dónde recientemente le había pedido, mejor dicho exigido, trabajar para ella.

 

― No será a mí a quien descuenten galeones, hermosa―mencionó tomando el mentón de la chica y negando brevemente, mientras hacía una expresión de decepción y se disponía a limpiar el destrozo que el “adorable” Filius había hecho.

 

Sin embargo, antes de que comenzara con su labor algo llamó su atención, la chica con que había tenido su extraño altercado por “saber más de la cuenta” había descendido con una insuperable rapidez las escaleras, para sentarse luego en una silla, taparse los oídos y tararear quien sabe qué cosa. Enarcó una de sus rubias cejas, poniendo especial atención en la actitud de la chica… ¿qué rayos le había ocurrido?

 

Tenía que ser sincero, era la primera vez que veía a una mujer realizando aquel acto tan…infantil, incluso, a sus ojos, la chica lucía tierna en esa extraña posición, mientras intentaba tararear esa canción sin ritmo ni son. Dejó el trapo en el suelo, mientras se incorporaba alisando las arrugas invisibles de su vestuario, acercándose a una de las empleadas de ese singular negocio, sin importarle mucho dejar a solas a la diva de Anais.

 

― ¿Estás bien?―inquirió colocándose frente a la chica, haciéndose notar.

[Nats Rambaldi Crowley]

Ni ella misma había entendido su reacción pero es que por ese momento no se sentí ella, sentía un vacío, sentí que eso no había sido real, bien, necesitaba pensar y meditar ese acontecimiento. No quería escucha nada, por eso tapaba sus oídos, su cabeza dolía de tantas palabras y acciones que pasaban por ella.

 

Sus ojos volvieron a ser azules cuando vio a su padre allí junto a ella, él quitó sus manos de sus oídos a lo que ella no se opuso, sus palabras la lograron tranquilizar pero no tenía nada que decir por lo que solo lo abrazó con fuerza. Al poco tiempo Helen se acercó a ellos y la castaña se puso de pie dejando de abrazar a Fokker, tenía pensado irse en ese mismo instante sin escuchar lo que la bruja tenía que decir, sin embargo le dio una oportunidad de que se pudiese expresar.

 

Luego de escucharla siguió sin decir palabra alguna, solo movió un poco la cabeza mientras la miraba sin hacer ninguna expresión y luego comenzó a caminar dirigiéndose a la salida del lugar. Apenas había dado un par de pasos y Carlos volvió a aparecer. - Necesito aire. - Dijo a este y siguió su camino saliendo del lugar descalza, había dejado sus zapatos negros de tacón que se habían ensuciado de limonada en el segundo piso, tampoco los necesitaba pues no eran muy cómodos para correr y caminar desde el negocio hasta la Mansión Rambaldi que era el punto de llegada que tenía en mente. Lo más probable es que tardara en regresar al trabajo luego de lo que acababa de vivir en el.

[Juliene Black Lestrange]

Maylis la socia mayoritaria Black Lestrange

 

Filius había llegado hasta ella, ronroneando, sabía lo que quería, así que le exigió a uno de los elfos que le proporcionara un exquisito plato de lasaña a su mimado gato, mientras ella continuaba en su conversación con Atria, pero algo ocurrió notó que Nats salía corriendo escaleras abajo y que poco después Helen se marchaba del local. Centró su atención en Fokker, parecía sumergido en sus pensamientos… ¿qué era lo que había ocurrido? Suspiró.

 

― Dame un momento, Atria― pidió, mientras se levantaba de la mesa.

 

Encaminó sus pasos hacia el lugar dónde estaba su socio, mientras alisaba las arrugas invisibles de su vestuario, genial, dos de sus mejores empleadas se marchaban sin más del local, tenía que saber qué había ocurrido con los tres. No era nada grato perder personal y mucho menos tener roces entre los que moraban por allí.

 

― No quiero meterme en tu vida, Cygnus, pero tomando en cuenta que dos de mis empleadas salieron corriendo de ti y de mi local, merezco una explicación… ¿no crees?―enarcó una ceja, mientras intentaba sacar al Crowley de su letargo.

[Nats Rambaldi Crowley]

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Era el primer día de trabajo para el joven de piel canela, aún no conocía a quienes serían sus jefes y ese día lo haría, debía vestirse para dar una buena impresión por lo que de su armario escogió una camisa blanca a botones de manas que llegaban hasta sus muñecas, un pantalón de mezclilla negro al igual que su cinturón y sus zapatos que estaban relucientes. Se encontraba listo, vestido de forma adecuada y elegante para trabajar.

 

Entró al negocio agarrando las mangas de cu camisa cerrando los botones que se encontraban en ella, luego de hacerlo se adentró en el lugar dirigiéndose a la barra donde se quedó esperando a que le diesen indicaciones de qué debía hacer y en caso de que nadie lo hiciese se quedaría allí ayudando al barman con las bebidas; ya sería llevándolas a las mesas o ayudando a prepararlas pero no perdería el tiempo en el lugar, a lo mejor podría aprovechar el momento para coquetear con alguna bruja.

Editado 20 de Septiembre del 2013 por Nats Moon Rambaldi Crouchs

[Fokker]

Fokker Cygnus

 

Luego de unos momentos, su hija dio una pequeña señal que lo tranquilizo, un abrazo. El solo sonrió y devolvió el abrazo, sin decir palabra alguna. No había mucho que decir ahora. Era el momento de darle algo de tiempo al tiempo, para que todos procesaran la información. Porque aunque no se le notaba, él estaba confundido y maldiciendo dentro de sí. Distinguió como Nats se tranquilizaba y eso era un buen alivio, porque denotaba que la tensión había bajado.

 

Unos momentos después Helen se les unía, ella pidió disculpas, aunque no por el abandono. Él estaba de acuerdo con eso, y si había algún culpable, no era ella sino él, porque fueron sus actos que ocasionaron esto. Sus excesos y su vida libre ocasionaron esto. La miro con ternura y fue cuando Carlos se les acerco, tal vez quería ayudar, pero no era el momento, la situación era muy personal. Pero no pudo hacer nada, su hija se soltó de él, se disculpo y salio de ahí.

 

Casi al mismo momento su novia hacia lo mismo, y el no la detuvo. Todos necesitaban su espacio ahora, aunque el se adelanto un poco y se acerco hacia ella antes que se fueran. El chico no tenia ganas de hablar con nadie, porque no le respondió a May sin contestarle nada. No tenia ganas de hablar con ella ahora. Salio del local tras los pasos de Helen.

 

—Helen espera!— dijo cuando la alcanzo, pero no dijo nada solo la miro con ternura, porque las palabras sobraban. Y mediante su mirada le expreso lo que sentía en ese momento. la tomo de la mano y le dio un beso —Cuídate amor, pronto te iré a buscar— termino de decirle, porque entendió que ella también necesitaba un momento a solas.

 

Cuando al fin desapareció el busco su artefacto muggle y salio raudamente del lugar. Como siempre consideraba necesario cuando estaba estresado y necesitaba un momento de relax. La velocidad era su mejor amigo y ahora necesitaba mucho de aquello.

[Juliene Black Lestrange]

Elfos chismosos de May

― ¿Lo han visto?―inquirió Dracomiens viendo como su dueña había sido dejada con la palabra en la boca. Algo le decía que la castaña no lo tomaría bien, la conocía desde hacía dieciséis años, así que podía darse una idea de siguiente acción.

 

― Ardera Troya, por aquí―comentó Corz con una singular sonrisita en sus exageradas facciones. Apenas llevaba unos días con la Black Lestrange, pero el carácter de la misma era para temer.

 

Fue así como la joven Malfoy soltó un bufido y descendió las escaleras, tomando a Carlos de la camisa y llevándoselo a la barra. No entendían cuáles eran las intenciones de la bruja, pero no se acercarían a cuestionarla, no si querían salir muertos del local. El joven Cartairs le obsequió una botella…momento ¿obsequiar? Si era la socia mayoritaria del local cada una de las botellas eran suyas.

 

― Siempre bebe, pero como todos tiene un límite, ni que fuera ese despreciable vampirito―opinó Enigma mirando con preocupación a su ama, esa que había elegido por decisión propia.

 

Suspiraron mirando como la castaña consumía una botella tras otra, sabían que eso la tranquilizaban, pero eso no evitaba que se preocuparan por el estado de su ama, de todas formas estaría ahí por si eran necesarios y el Cartairs también ayudaría un poco en todo aquel embrollo.

[Joa Macnair Crowley]

Sí, sí, debía reconocer que había sido un tanto irresponsable con su empleo en Doyle’s. Lo había dejado todo botado y comenzaba a pensar que tal vez tenía más compromisos de los que podía asumir, pero de ninguna manera tiraría la toalla. Ella era una persona de retos, y aunque tuviese que conseguir un giratiempos para encargarse de todas sus responsabilidades, lo haría. No se dejaría ganar por algo tan relativo como el tiempo.

 

Con el cabello recogido en una cola de caballo y usando una sencilla túnica negra con detalles en blanco se adentró al local que hace algún tiempo no visitaba. Esperaba que tuviese la oportunidad de trabajar en la barra del bar y no tener que atender clientes caprichosos, tal como había ocurrido la última vez.

 

Aun aunque fuese su trabajo y debía hacer lo que fuese necesario, se dirigió a la zona en la que deseaba ayudar, con grandes esperanzas de no tener que hacer otra cosa, como limpiar los desastres de su hermano.

[Juliene Black Lestrange]

―¡Oh! ¡Mira Carlos! ¡Es Joa!― La Black Lestrange aplaudió de forma efusiva.

 

Notó cuando la mujer se acercó a la barra, seguramente, dispuesta a seguir su trabajo desde allí ¡genial! ¡Otro trago por sus responsables empleados! Incluso por Helen que había salido corriendo quien sabía Merlín de qué y bueno, Nats, parecía dispuesta a trabajar la joven. Unos metros más allá se percató de la presencia de Roberto ¡maravilloso! más empleados con los cuales quedarse pobre, si su hermanastro no lograba esta azaña antes, claro estaba.

 

― ¡Roberto! ¡Ven muchacho! Debes conocer a tus compañeros y tal vez hacerle unos cuantos masajes a tu jefa... ¿Sabéis? No es fácil manejar todo esto si TUS SOCIOS SALEN CORRIENDO―dijo lo último alzando un poco la voz, tosió, mientras ingería otro trago de los que le ofrecía Carlos, era bueno el blondo, cumpliendo sus ordenes aunque no quisiera, pese a que tenia la sospecha de que todo tenía que ver con sus ganas de bailar.

 

Compostura ante todo, compostura, como su abuela Mistify se lo había enseñado. Aunque ella no estaba allí y con unos cuantos tragos en su organismo, más de los que solía ingerir, importaba muy poco la compostura, se estaba cansando de tener tanto trabajo y para colmo de que uno de sus socios se marchará asi sin más, dejándola con la palabra en la boca y además siendo el culpable de dos de sus empleadas ¡Iba a asesinar a un Crowley! Y no era Santus, menos Joa, tampoco Claudia, ni León, ni Nats ¡Maldición! ¡Estaba rodeada de Crowleys! ¡Que vida la suya! Estaría difícil acertar con la varita si todos los Crowleys se le aparecían de repente.

 

― ¡Otro trago! ― exigió la castaña en dirección al Cartairs― ¡Sírvanse todos! ¡Hagamos de esto una fiesta! ¡Festejemos porque mis socios son tan hermosos que dejan el trabajo sobre mis hombres! ¡Que digo! ¡Sobre mis hombros! ―acotó ingiriendo otro trago de vodka― ¡Oh, claro y por mis eficientes esclavos, perdón, empleados! ¡Se lo merecen!

 

Off: Miren lo que tengo que hacer :c denigrar a mi May a ese nivel (?) xDDD

Editado 25 de Septiembre del 2013 por May Juliene Malfoy Feltom

[Sol Lestrange Black]

Consulte mi reloj, era ya algo tarde, mientras notaba como la noche caía sobre el callejón. El repiqueteo de mis botas de tacón alto resonaba suavemente haciendo eco en las deslucidas baldosas de piedra.

 

Quedaba ya poca gente, algunos rezagados y hacían las últimas compras del día. Algunas bolsas pendían de mi mano, definitivamente aquello era mi perdición. Sonreí mientras la suave brisa del otoño mecía mis largos rizos, haciéndolos revolotear en torno a mi rostro y cuello. Me ajuste el abrigo y mi bufanda, mi estomago protesto, mientras continuaba mi camino. Tal vez lo mejor sería detenerme y cenar en alguno de aquellos pintorescos lugares, que prometían buen ambiente y apetitosa comida.

 

Empujé la puerta y ante mis ojos un lindo lugar se presento, sonreí complacida, por lo que veía. Los colores eran totalmente cálidos, me adentre un poco y observe el bar, me apetecía también una copa, pero definitivamente primero debía comer algo si pretendía llegar por propio pie a casa. Un poco mas allá, una escalera mostraba la indicación hacia el restaurante, avance sin prisa, despacio, sin perder detalle de aquella decoración tan moderna, poco o nada tenía de la sobriedad que la mayoría de los magos utilizaba, lo cual me agrado inmediatamente.

 

El segundo piso era muy similar, sillones coloridos en exótico color rojo, resaltaban, sin duda habían arriesgado en los detalles modernos, aunque con muy buenos resultados.- Mesa para uno por favor- informé al encargado, que me miro extrañado. De inmediato me asignaron una mesa, a la cual me dirigí, dejando mis paquetes en una de las sillas continua, de forma elegante me senté cruzando la pierna, despojándome de mi abrigo, mientras me entregaban la carta y comenzaba a elegir entre la variedad de apetitosas opciones que esta me regalaba. Perdiéndome un poco en mis pensamientos...

Editado 26 de Septiembre del 2013 por Sol Lestrange Black R