Doyle´s (MM B: 104907)

[Fokker]

Escuchó con atención cada frase de su hija, cada palabra era lo que tenia atravesado en su corazón y que nunca se lo dijo. Particularmente era una conversación que el Cygnus estaba evitando desde que la Evans les contó toda lo que le pasó. No porque no tuviera el valor de afrontarla, es que no sabia que iba a decirle por no tener la historia completa. Cosa que ya no era problema, excepto el detalle de que él estuvo más tiempo con Nats que Helen.

 

—Lo que dices es cierto, pero te arrancaron de los brazos de tu madre, y le hicieron creer que estabas muerta. De un modo u otro, llegaste a mi por una casualidad, que empiezo a creer nunca fue... en todo caso la culpa es mas mía que la de tu madre, pasaste mas tiempo conmigo y ahora que me lo reprochas, entiendo que fracasé.

 

Pero no lo decía para disculparse, solo era un recuento de los hechos hasta ahora vividos.

 

—Vamos, es solo un cumpleaños, nadie se ha muerto por eso, yo sigo vivo y he pasado muchos cumpleaños solo— se lo dijo así, porque el berrinche lo estaba cansando, necesitaba mas para que su hija obtuviera toda su atención. Consideraba que si la Crowley podía realizar un psicoanálisis por si sola, y hasta saber la causa del problema, podía obtener el remedio.

 

Tenia otras cosas donde fijar interés, como el reclamo que le hacia su esposa ahora, ¿en que momento la "discusión" se desvió hacia él?

 

<<pero, ...pero Helen puedo cambiar>> Es lo que estuvo a punto de decir como respuesta. Era evidente que una sonrisa se formo en su rostro como disfrutando su pequeño triunfo, por mas que lo quisiera negar, lo leía en el rostro de ella. Hubiera explicado la situación, pero no deseaba hacerlo, la Evans sola se daría cuenta de su error cuando recordara las cosas, si es que las quería recordar.

 

—¿Perder el tiempo?, claro. No podía darme ese lujo. Necesitaba salir de casa, es mas desde que te fuiste he sido un hombre de la noche... y de hecho son tres. Aclarado ese punto, te importaría poner mas atención en tu hija ahora, amor.

Editado 16 de Agosto del 2015 por Fokker

[Helen Evans]

Las palabras de Nats me dolían, me atravesaban el alma y partían el corazón, normalmente me hubiera puesto a llorar, pero mis ojos y mi corazón estaba tan secos que no había forma de que una sola lágrima más podría salir, las últimas habían salido en la Madriguera sobre el hombro de Arya... sacudí la cabeza al escucharla tan fría, no sabía como hacer para ayudarla, para apoyarla.... no... no podía encontrar un punto de regreso, era desesperante y realmente frustrante, pero no iba a darme por vencida, aunque no fuera rogándole ni llorando la seguiría hasta el final, la respaldaría siempre.

 

— Tienes razón ¿Sabes? La soledad... ¿Recuerdas aquella clase que tuvimos? La conozco bien, muy bien.... me hubiera encantado poder evitarte eso, hubiera querido poder cuidarte a ti.... y tu hermana — había esuchado tanto las palabras de Nats como de Fokker, y entendía que ninguno hablaba de Juana, no iba a dejar que se enterara de algo así, por pura casualidad — tienes una hermana gemela... y yo, nunca los supe. No voy a justificarme por qué sé que fue lo que paso, por qué es que nos reclamas está soledad y por qué ella está lejos ahora pero sé que esta viva, sé que esta bien.

 

Irri le había logrado seguir el rastro, por suerte, estaba en Rusia, tratando de superar todo el problema en el que se había visto envuelta, no me sorprendía, de hecho me alegraba, que se alejara de todo estee drama.

 

— Pero, después de todo soy su madre, estoy preocupada por ella y también por tí, no me importa si me gritas queme aleje, no me importa si me atacas o cualquier cosa, soy tu madre y por más que te desagrade el hecho eso no puedes cambiarlo. No me importa si estás a gusto con ello o no, si te sirve de algo o no, pero yo... siempre estaré para ti. Si, si, el haber faltado a tu cumpleaños no lo ha demostrado en absoluto, discúlpame por eso, yo nunca le he dado mucha importancia a esas fechas, pero veo que tú si, después de todo somos muy diferentes.... por ejemplo, esa forma de hablar de tu padre, no es algo que me parezca... adecuado.

 

¿Cruel? En lo absoluto, solamente sincero, no había querido celebrar mi cumpleaños desde que me había enterado que Katherine no era mi madre, las fiestas de cumpleaños se me habían tornado un poco... insulsas. Giré para enfrentarme a Fokker:

 

— ¿Desde que me fui? Conmigo no finjas "mi vida", tú siempre fuiste ese tipo de hombres, ¿Por qué cambiar en algún momento? siempre te gustó ese tipo de vida.

[Nats Rambaldi Crowley]

¿Qué habían sido aquellas palabras? Se sentía como público dentro de su propio cuerpo, presenciando aquella escena sin poder hacer nada, parecía que que algo se hubiese apoderado de su cuerpo y lo controlaba por ella, sacando todos sus sentimientos a flote. Creía que aquellos eventos donde perdía el control de sí misma habían desaparecido por completo, pero no, quizá solo habían tomado una pausa.

 

Sus ojos habían perdido el color, eran tan blancos como su piel. Cientos de palabras rondaban su mente, atormentándola, confundiéndola. Un lágrima cayó por su fría mejilla, siempre había querido acercarse a Helen y a Fokker, tener al menos un día en toda su vida una familia, pero nunca había podido, siempre algo se lo había impedido, algo que se le escapaba de de las manos y no lo había notado hasta esos momentos que aquella extraña fuerza era más intensa y la hacía luchar más sin resultado alguno.

 

- ¿Hermana gemela? Ya no sabes qué inventar para llamar la atención. - Se puso de pie nuevamente y comenzó a avanzar hacia Helen. - Siempre has sido tan falsa, mentirosa... me das asco, no sabes cuánto me desagradas. - Aquellas palabras continuaban saliendo de su boca sin filtro. Tan fría e hirientes pero aquella lagrima derramada segundos atrás había sido lo único que había podido hacer la Rambaldi.

 

- Basta de sentimentalismo. - Aquella voz había sido diferente a la de la joven Crowley. Secó la lágrima negra de su mejilla. - Veo que te has vuelto más fuerte así no es divertido. - Miraba a la mujer directo a los ojos, a solo centímetros de ella. Pasó la uña de su dedo indice por la mejilla de la bruja, era tan filosa como una navaja que con tan solo presionar un poco había logrado herir la piel, dejando en ella un línea diagonal que no tardó en sangrar. - Ella es mía, ¿no lo has entendido? - Y con un movimiento rápido jaló el cabello de la mujer y se acercó más a su rostro. - Al parecer no entiendes por las buenas, querida, aléjate de ella. - Aquel ente había tomado el control completamente.

 

Seguí sin soltar el cabello de Helen cuando comenzaba a dirigirse a donde estaba Fokker jalando a la mujer consigo. - Te daré un oportunidad ¿A quién prefieres? ¿A tu hija o a esta mujer? - Inquirió parándose un metro delante del Cygnus y ponía sobre la yugular de la mujer su varita.

 

Quizá aquel pequeño dolor de haber pasado a solas su cumpleaños se había sumado a los del pasado y dándole más de dónde alimentarse a aquel demonio, dándole más fuerza.

[Helen Evans]

Ella no era Nats, definitivamente no lo era, aquella lágrima, aquellos ojos.... <<Maldición, el demonio que estaba dentro había empezado a despertar>> No realicé ningún movimiento hasta estar segura de que era lo que pretendía aquel ser, y esperé pacientemente a que llegara hasta donde me encontraba, aquellas palabras en lugar de lastimarme, me tranquilizaban, de algún modo.... me estaba demostrando que no era ella en verdad, que no era Nats quien pensaba todo eso de mí.

 

Y entonces pasó, su voz cambió, su expresión cambió y al tenerla cerca no pude evitar sentir un escalofrío, algo parecido a lo que pasó con Dimitriv hace algún tiempo, sentí su afilada uña por mi mejilla, realmente cortaba, lo noté cuando sentí la calidez de la sangre por mi mejilla. Esperé pacientemente a que dijera todo lo que tenía que decir y me vi arrastrada hasta Fokker con la varita sobre mi yugular, cerré los ojos por un momento y segundos después una mesa empujaba a aquel ser en el cuerpo de mi hija lejos de mí, sabía que el golpe no le causaría daño, solamente había provocado que la bruja me soltara aunque se había llevado algunas fibras de mi cabello con ella; la proyección mágica era todo lo que necesitaba por el momento, hechizo que por fortuna para mí, estaba aprendiendo a dominar cada vez mejor. Saqué mi varita y la sostuve firmemente apuntando a aquel extraño ser, ¿Atacaría a mi hija? Era obvio que no.... pero no demostraría mis dudas en ese momento, al menos eso era lo que pretendía.

 

— Ella no es tuya, querida, ella es solamente de ella y de nadie más; no te saldrás con la tuya — dije pasando mi varita por mi rostro, al instante la herida había comenzado a cerrarse

 

Miré a Fokker de reojo, se veía... ¿Satisfecho? Toda una cajita de sorpresas el Crowley, todo parecía indicar que él intentaba que el demonio saliera, la pregunta era.... ¿Por algo bueno? o, ¿Para algún oscuro propósito? Sujeté firmemente mi varita en dirección a Nats, si las cosas se descontrolaban.... no, no quería pensar en eso, ella estaría bien... esa lágrima que había salido de esos mismos ojos, ahora inexpresivos, hace apenas unos instantes... Nats estaba dentro, consumida por aquel demonio... ¿Cómo podía ayudarla? No tenía ni la más mínima ídea.

 

— Necesitas algo mejor que eso, para poner a Fokker en apuros

[Fokker]

Las frases que exclamó Helen a Nats, le eran muy conocidas, de hecho las mismas que le él dijo en LTC. Por lo menos las tenia presentes, aunque tampoco era de esperarse que ella dejara ir a su hija así sin mas. De todas maneras, no era momento de detenerse a pensar en como solucionar, si aun se podía, la patinada que se dio en tal conversación.

 

—No me digas, creo saber que tú también tenias ciertos amigos en el cole, que al final no eran para nada unos santos— obviamente se colgaba del único error que tuvo la chica, Patrick. No lo había olvidado, era un tema reservado para momentos como este. Hizo un gesto con la mirada para que volviera la atención a Nats, reprochándoselo, <<quieres pelear frente a ella ahora, porque no me voy a detener>>

 

Y nuevamente aparecía reflejad en ella, contarle que tenia una hermana, asi sin prepararla un poco, era tan de él. <<Comienzo a pensar que si es mejor que se aleje de mi, a este paso intercambiaremos papeles y me convertiré en la cabeza pensante del equipo>> Lo pensó decir, pero sospechó que tampoco era el momento.

 

No tenia que fingir lo que trataba de hacer al hablarle de tal forma a su hija, igualmente, no quería probar nada, solo quería "conocerla" en un ambiente controlado, si alguien tenia que salir herido, eran los tres pero nadie mas. Los pocos clientes del bar salieron para evitarse problemas, Fokker tomó una botella y se sirvió un vaso de licor y lo tomo de un solo golpe.

 

No iba a defender a su chica de la furia de ella, si algo entendió de su ultima conversación es la completa capacidad de ella para enfrentarse a las dificultades, lo fuerte que es. Son un equipo y como tal, tenia que enseñarle a poner cara a una situación como la que sucedía en el bar, una situación que se repetiría varias veces, hasta encontrar alguna solución, y mejor ahora que estaban los dos presentes enfrentando el problema juntos.

 

 

—A mi esposa— respondió sin exaltarse, pero con seguridad ante la disyuntiva impuesta —porque simplemente tu no eres mi hija.

 

Momentos después Helen se libraba del agarre de aquel ente que controlaba el cuerpo de su hija. el sabia lo que era perder el control por noches enteras, Dimitriv tuvo libertad para eso, y por eso sabia que el espíritu de su hija estaba sin poder salir de una burbuja, donde estaba encerrada para evitar que tomara el control. La lágrima que notó en el rostro de la Rambaldi le indicaba todo el dolor que sufría.

 

Se puso al lado de su esposa y con su mano bajo el brazo que sostenía su varita. Ella se volvió a verlo sorprendida, él solo movió la cabeza negando sin perder la vista del demonio.

 

—Ella utiliza lo que ve para ponerte en contra de tu hija— sabia que un demonio para controlar a alguien, distorsionaba las imágenes que recibía y las mostraba para utilizarlas a su favor —solo que no se me ocurre que hacer

 

No acompaño eso ultimo con su habitual sonrisa, porque esto era muy serio. Encendió las orbes rojas y dejo que su energía fluyera por su persona, parecía por un momento cubrirse por un aura.

 

—¿Tú tienes algún nombre? ¿Crees que si me enfrentas puedas salir victoriosa? Te equivocas si crees que no te vaya a atacar, y Helen lo sabe — blofeaba, claro que si, y esperaba que su esposa recordara su promesa de no dañar a alguien para que entendiera su plan, era el momento de saber si podían confiar el uno en el otro y recuperar el alma de su hija.

[Nats Rambaldi Crowley]

- ¡Oh, oh! Me has herido. ¡Moriré! - Exclamaba a gritos fingiendo dolor, actuando, sobando con ambas manos donde la mesa la había golpeado. De pronto su actuación terminó y una fuerte carcajada resonó en el lugar. - Creo que esta nueva Helen es más entretenida. Supongo que nos divertiremos. - Su sonrisa era diabólica, su fría e inexpresiva mirada no se apartaba de la pareja.

- Al parecer la diversión será doble. - Vociferó luego de escuchar las palabras del Cygnus y su decisión. - Es una lástima que tenga el control absoluto sobre el cuerpo de Nats. Digo, es una lástima para ustedes, si yo quisiera, podría matarla. - Estiró su cuerpo, que no era suyo, como si se preparase para algo. -Corrijo... matarnos. Un ataque al corazón, un paro respiratorio... aunque a mi no me afectaría, sería como quedarme sin casa momentáneamente, pero sería mucho más lamentable desperdiciar tan buen cuerpo. -

Terminó de estirarse e hizo una especie de calentamiento sin moverse de lugar, lo hizo en forma de burla, nada en serio, solo para pasar el rato y probar el cuerpo que habitaba. - Adelante, no quiero seguir perdiendo más mi tiempo, la noche es larga y podría aprovecharla de mejor forma. - Estaba lista para enfrentar al par de magos, no les temía.

[Helen Evans]

Completamente inútil. Ese era mi estado en ese mismo momento, no le dí demasiada importancia a las burlas de "Nats", después de todo aquel hechizo jamás estuvo usado para dañar, solamente para defender, como muchos de los hechizos de la Orden; y fue solo al pensar en esto que me percataba que acababa de revelarme como miembro de la Orden al mostrar ese poder, ¿Nats lo recordaría luego? Suspiré profundamente, al parecer todo se tornaba exactamente como siempre había temido que pasara pero ya no había marcha atrás.

 

Miré sorprendida a Fokker bajar mi mano, por un segundo pensé que él de verdad creía que atacaría a Nats, pero al instante me percaté de todo lo que había hecho aquella noche.... portarme tan impulsivamente era inusual en mí, pero después de todo nunca me imaginé que mi hija estuviera pasando por todo eso, sabía que había la posibilidad, pero no sabía... que tan real era. Bajé el rostro y sacudí ligeramente la cabeza con los ojos cerrados; bien, lo que necesitaba era calmarme y empezar a pensar, sonreí ante las palabras de Fokker a Nats, sonreí porque acababa de darme cuenta que estaba más tranquila cuando no dudé ni un segundo de que todo era una farsa.

 

Me alejé unos pasos del mago y observé lo que hacía aquel ser con el cuerpo de Nats, no iba a atacarla, pero llorar o suplicar por la vida de mi hija solamente alimentaría su ego, tal vez Fokker sabría que hacer.... por el momento lo mejor que podía hacer era no ser un estorbo; me acerqué a la barra y me serví un vaso de vodka, y dije fríamente en dirección de Nats:

 

— Me preguntó porque la matarías ahora....después de todo, no es reciente que te alojes en su cuerpo , ¿Verdad?

 

Miré de reojo a Fokker, y sonreí levemente, esperaba que entendiera lo que significaba, esperaba que entendiera que solo por esta vez y solamente por mi hija podría volver a hacer equipo con él.

[Fokker]

Sonrió cuando vio la actuación de su "hija" no es que quiera llamar divertido a lo que veía, pero no podía negarle sus dotes melodramáticos, quizás hasta seria merecedora a un premio de la academia. Siria en voz alta tal pensamiento, pero dudaba que su familia supiera siquiera que era un Oscar, así que se guardo el comentario sarcástico en busca de uno mejor.

 

—Son muchas cosas las que tienes planeadas, me pregunto lo mismo— dijo en referencia a lo dicho por su esposa— ¿Por qué ahora crees poder matarla, por qué no antes?

 

La respuesta era obvia y todos los presentes en el local la sabían, hasta el hipogrifo parecía tener el conocimiento de la misma y dio un par de aletazos expectante. En todo caso la situación de su hija le permitía analizar la propia. Dimitriv tampoco deseaba perder la posibilidad de controlar su cuerpo, y por eso nunca puso en peligro su propia existencia. A pesar de tener los recuerdos recuperados, no tenia una respuesta clara para ayudar a la recuperación del alma de la Crowley.

 

Helen le dejo el paso libre para tomar la iniciativa, entendió que ella estaba en las mismas que él, y necesitaba tiempo para ordenar sus ideas o planear algo. Intentó algo, no era un plan solo una idea. Entendió a la Evans y quería mostrarle lo lejos que podía llegar un demonio, y como enfrentarlo, esto ultimo bajo el supuesto de que su idea funcioné.

 

—La verdad, dudo mucho que un ente como tú sea capaz realmente de dominar la esencia de mi hija. Si no pudiste controlarla cuando apenas era una niña, podrás hacerlo cuando ya es adulta. La subestimas, se que ella esta escuchándome, dudo mucho que puedas dominarla.

 

De todas maneras no bajo la guardia, aunque tener un duelo o algo parecido no estaba en sus planes inmediatos, desde cierto punto de vista lo consideraba de bajo nivel, teniendo poderes mas allá de la simple magia, no utilizarlos era un verdadero desperdicio. Elevo su aura, para tratar de intimidar a aquel demonio, que por cierto aun no mencionaba su nombre.

 

—Si vas a atacar o hacer algo, hazlo. Como ves, tampoco es que el tiempo nos sobre, la noche es joven, me gustaría pasarla con mi esposa si no es mucha molestia.

 

Sabia que Helen estaba lista para lo peor, pero dudaba realmente que el demonio se arriesgara a tanto en su primera "visita" al mundo. Pero si lo hacia seria muy bueno. Muy lejos, Nyota en el castillo Crowley encontraba cierta cajita musical que seria muy útil para dominar los impetus del demonio de su ama Nats.

[Ethan Lenteric]

Haciendo las pases

con @@Mia Torres

Aquella tarde después de comer en compañía de su bisabuela, a la que le platico todas sus desventuras de la universidad, decidió salir a tomar algo al callejón en donde se pasaba la mayoría de su tiempo gastando la fortuna familiar en caprichos. Como de costumbre tomo sus gafas de sol de su armario, las acomodo en su rostro y tomo su distintiva gorra negra; se miró en el espejo una última vez y bajo a despedirse de su bisabuela, era demasiado allegado a ella por lo que beso sus mejillas varias veces antes de salir de su mansión.

 

Últimamente gustaba de viajar a pie y después de su larga caminata hasta el callejón Diagón en donde miraba en los vidrios de los locales su look decidió entrar en un bar que había llamado su atención desde hacia varios días atrás, Doyle's era el nombre de dicho bar/restaurante y justamente al atravesar la puerta de entrada pudo comprobar que sus gustos cada vez era mas complacidos en los negocios del callejón. Atravesó el primer piso directo a la barra blanca del lugar y tomo asiento en un banco alto de color rojo, se quito las gafas de sol y llamo al barman.

 

-Absenta por favor...-Pidió como de costumbre la misma bebida que tanto agradaba a su paladar y estiro un poco su espalda con la intensión de relajarse, al voltear a su izquierda pudo ver en uno de los sillones de color rojo a una cara tan conocida que de inmediato lo hizo esbozar una sonrisa. La pelirroja a la que tanto había molestado en clases se encontraba ahí sola bebiendo de una copa, Lenteric por su parte carraspeo la garganta para llamar su atención y rió levemente antes de dirigirle la palabra.

 

-Porque tan sola, amor mío?...

[Mia Torres]

Intentando no cometer un homicidio (?

-@Ethan Lenteric

 

Después de enterarse que había pasado los T.I.M.O.S la bruja Atkins había decidió pasarse por uno de los negocios del Callejón Diagón para hacer una pequeña celebración por si msima, Razón por la cual, allí sentada en el bar de Doyle's, llevaba la más mínima sonrisa de satisfacción pura plasmada en sus labios mientras tomaba un sorbo de su vaso de agua -pues al contrario de la creencia popular a la demonio no le gustaban del todo las bebidas que contenían alcohol-.

 

Ciertamente, era consciente de que tal vez lucía patética allí sentada en el luminoso bar rodeada de gente que bebía y reía con tan sólo un vaso de agua frente a ella, pero eso no le importaba y confiaba en que los demás presentes estuvieran tan ocupados en sus propios asuntos como para notar del todo la presencia de la pelirroja. Dejo el vaso de cristal en el bar unos segundos y se estiró un poco en su asiento para así poder sacarse el gran abrigo azul a cuadros que cubría se Conjunto y fue entonces cuando escucho esa molesta voz nuevamente no muy lejos de ella.

 

-¿Debería preocuparme y mandar a hacer una orden de restricción, Caballero?

 

Sus palabras salieron en tono neutro y sin siquiera mirarlo pues no tenía que hacerlo para saber que se trataba de Ethan, volvió a tomar un sorbo de su agua con su permanente sonrisa de satisfacción, pese a lo molesto que le parecía el chico, no iba a dejar que arruinara se día ... De nuevo.

 

Finalmente le regalo una mirada con sus ojos azulados y alzó una ceja con curiosidad.