~ La Rosa Negra ~ (MM B: 101997)

[Artemis Macnair Malfoy]

Nik McCarthy y Marcel

 

Nik rió quedamente con bastante diversión.

 

-Usualmente lo hago, sí. Será un placer pasarme por la mansión Macnair y tener una linda reunión familiar -comentó divertido.

 

Siguió la mirada de Vyssedhra pero no dijo nada. O Cissy seguía allí limpiando o se había ido a buscar a Henry. Graso error lo segundo, pero no iba a ser él quien se lo fuese a impedir. Ya le había dicho todo lo que debía saber para no ir a por el Ventrue, pero ella no quería hacer caso.

 

Se dejó divertido aquel robo de beso superficial y miró a la peliplateada con una sonrisa bailando en sus labios.

 

-Hasta la reunión, love -le dijo a ella en respuesta-. No te preocupes, cuidaré de Ariella, aunque tenga que decir que es mía para que otro vampiro no la toque -le prometió divertido y no se perdió detalle del otro beso superficial, esta vez a la pelirroja, a quien miró para responder-. Tengo bastante tiempo antes de ir al Infierno, aún no sé cómo llenar ese hueco. ¿Tienes alguna idea? -le preguntó en tono invitante.

 

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Marcel se sorprendió de cómo se despedía la Macnair de pelo plateado. Luego se preguntó por qué para él sólo había un guiño. Se dijo que era porque acababa de conocerlo y a los otros no. Así que hizo un suave movimiento de cabeza con una infartante sonrisa a modo de despedida.

 

-Yo tengo que volver a Nueva Orleans, no sé cuándo vuelva. Un rey no puede dejar su reino durante mucho tiempo -comentó divertido. Tomó una de las manos de Ariella y besó con suavidad el dorso-. Un placer conocerte -le dijo caballeroso y con esa sonrisa capaz de desmayar a quien la viese. La soltó muy suave sin dejar de mirarla.

 

-Ve, no vayan tus súbditos a sublevarse en tu ausencia -le cortó Nik, que aunque lo dijo con una sonrisa era más que evidente que lo andaba echando.

 

Marcel soltó una gruesa carcajada.

 

-No se atreverían, tengo castigos ejemplares -aseguró el mulato con sinceridad, antes de darle una palmada en el hombro a su Sire-. Nos vemos -se despidió antes de salir de allí.

[Cissy Macnair]

Ariella Macnair

 

 

La pelirroja, que se había quedado muda con la despedida de Vyssedhra miró a Marcel mientras éste hacía un intercambio con Nik. No tenía idea de que fuera Rey de Nueva Orleans, eso le decía que el chico había escalado alto en la jerarquía vampírica. Lo más raro era que siendo un Baali, no comprendía cómo la Camarilla le había dejado tener tanto poder. Seguro que era por Nik, pero aún asi estaba entre sorprendida y encantada con la información.

 

-Adiós Marcel- se despidió la pelirroja, antes de volverse hacia Nik-. ¿Volverás al Infierno? Creí que permanecerías más tiempo con nosotros- soltó la chica, haciendo una mueca de disgusto camuflada con un movimiento de su mano para colocarse un mechón de cabello detrás de la oreja-. No tenía nada pensado, sólo es que... pues... estoy sola, al menos de momento. Vyssedhra tenía cosas que hacer, Cissy está limpiando, Hestia y Marius..bueno, recién les conozco. Tendría que volver a la mansión quizá.

 

Se encogió de hombros, mordiéndose el labio inferior, distraída, lo que la hacía parecer aún más niña de lo que ya era.

 

 

Cissy

 

Terminé de limpiar el desastre que Henry había dejado, aún enfadada con Nik y con Henry, aunque no sabía por qué exactamente. Miré el reloj en la pared, al que jamás había prestado atención y salí del VIP. Fuera, el grupo de vampiros que antes habían hablado conmigo ya se habían dispersado y sólo quedaba Ariella y Nik. Les saludé desde lejos y me dije que era suficiente por esa noche. Salí del hotel colocándome una capa de abrigo por encima y me adentré en la oscuridad del callejón.

[Artemis Macnair Malfoy]

Nik McCarthy

 

-Voy y vuelvo. Sólo es una reunión, pero aún tengo tiempo antes de ir -explicó con despreocupación.

 

La miró morderse el labio. Era obvio que le estaba pidiendo que se quedase con ella. Sonrió entre divertido y encantador antes de recolocar con suavidad el rebelde cabello pelirrojo detrás de la oreja.

 

-Me quedaré un rato contigo hasta que tenga que irme -le dijo a la hechicera y saludó a Cissy que se iba-. Supongo que estará a salvo sola... -comentó antes de volver a mirar a Ariella-. ¿Tienes alguna pregunta sobre la brecha, sobre mí u otra persona que yo pueda responderte? -le dio oportunidad de sacarse dudas.

 

Era una gran oportunidad, después de todo, él tiraba información y algunas veces de forma sutil. Si le preguntaba, él iba a ser muy sincero y darle detalles, algo que no solía hacer con el resto. Quizá parte de ser Baali, ese halo de misterio que caía sobre los secretos.

[Cissy Macnair]

Ariella Macnair

 

Ariella observó a Cissy partir y volvió de nuevo su vista a Nik.

 

-En realidad, me preocupa que la Artemis del otro mundo sea tan feliz que la de este mundo no pueda soportarlo y haga alguna locura. Hemos luchado mucho con mi padre por dar con ella y el hecho de que la hayamos encontrado tan tarde, me pesa- se sinceró.

 

Era en lo que había estado pensando al momento de encontrarla. ¿Habrá sido feliz? ¿Habrá crecido sana? Siempre le había preocupado su prima/o, aquel que no había podido conocer pero que sabía que existía. Le carcomía saber que tenía un primo o prima hermano que podía estar vivo en alguna parte. Ahora, con aquello de la brecha, le preocupaba que con todos los traumas de Artemis, la del otro mundo hubiera sido muy feliz y añorara todo lo que no había tenido.

 

Suspiró.

 

-Si hubiera alguna forma de volver al pasado y evitar que todo lo que le pasó a mi prima le sucediera, me la dirías, ¿cierto?- le preguntó, con los ojos brillantes.

[Artemis Macnair Malfoy]

Nik McCarthy

 

Esbozó una sonrisa, como quien guarda muchos secretos. La mayoría de ellos no los contaba, pero quizá en esta ocasión, sólo por ser ella... quizá hiciese una excepción. No solía confiar mucho en los demás, por lo que si ella se la jugaba, no iba a volver a contarle nada más.

 

-Love, hay maneras de volver al pasado, pero no es recomendable cambiarlo. Cada vida toca otras. Si cambias una, irremediablemente también las demás. Los efectos pueden no ser deseados -contestó en tono de quien habla del tiempo, aún cuando era un asunto muy serio-. La Artemis alternativa sufrió de bebé, pero la caballería llegó pronto, por lo que no guarda recuerdos de las torturas. Desde los dos años vive en Australia, aunque de vez en cuanto visita Londres. Ha tenido una vida feliz y llena de cariño. No tiene los traumas que la de este mundo, no odia a Aidan y tiene un carácter más llevadero. Además es más alta y con el cabello más claro. Sí, probablemente a la de aquí le sea difícil soportarlo -comentó con humor.

 

---

 

Tres días después

 

La energía vibró en el lugar. Por un momento hubo una luz cegadora y pareció que había una corriente de aire. Hubo un plegamiento de lugar y tiempo, creando una especie de limbo de coexistencia entre los dos mundos.

 

Una mujer de más de 1, 70 de altura, cuerpo atlético y armónico, de ojos esmeraldas y largo cabello ondulado de color castaño claro con reflejos dorados miró a frente así. Sus carnosos labios se separaron un momento en sorpresa.

 

-Se ha abierto... ¿Estás seguro que es aquí? -preguntó la fémina con suave acento australiano. Se alisó su larga túnica de suave tonalidad verde con ribetes dorados.

 

-Sí -le respondió un apuesto hombre de ojos cobalto. Vestía traje oscuro con camisa blanca y corbata.

[Cissy Macnair]

Ariella Macnair

 

 

La pelirroja se quedó muda escuchando al vampiro. ¿Cómo es que sabía todo eso sobre su prima? ¿Es que acaso había viajado al otro mundo antes y por eso la conocía o tenía forma de recopilar información del otro mundo y se lo mantenía bien en secreto? Sea cual fuere el caso, Ariella no podía creer que Nik estuviera tan bien informado sobre la otra Artemis y eso le supuso un nuevo dilema en su interior: ¿cómo sería ella misma?

 

-Si eso le traerá un dilema a mi prima, la de este mundo, entonces no quiero que ella conozca a su otro yo- sentenció la pelirroja, pensando también en que quizá se conocería a sí misma incluso.

 

Habría crecido con su prima, en un mundo diferente, más feliz. ¿Qué habrían hecho juntas? ¿Qué recuerdos y secretos guardarían? ¿Alguna de las dos tendría novio o habría viajado a algún lugar increíble? Las preguntas se le agolpaban en la cabeza y no podía esperar a poder hablar con su otro yo... Pero al mismo tiempo, temía hacerlo.

 

-¿Cuándo va a abrirse la brecha? -preguntó, resurgiendo de sus pensamientos.

 

**

 

Tres días después

 

Aidan se removió entre las sábanas. Vivía en un cómodo apartamento cerca de Ottery, la ciudad de los magos dónde solía ir a visitar a Artemis. Ella le había dicho que algo iba a suceder aquel día, algo especial, pero no le había adelantado qué, así que se vistió tan pronto como pudo y salió a velocidad vampírica al lugar donde ella le había indicado.

 

Sinitió algo en el aire al acercarse y distinguió el cabello ondulado de la Macnair y el negro del Fitzroy.

 

-Hey, es muy temprano- se quejó, acercándose a ambos y dándole una palmada en la espalda a Henry y un beso en la mejilla a Artemis-. ¿Qué anda sucediendo? ¿Por qué me citaron aquí?

[Artemis Macnair Malfoy]

Nik McCarthy

 

-Probablemente no le quede más remedio que afrontar a los del mundo alternativo -declaró con el aire relajado que usualmente llevaba-. Dentro de unos días... quizá tres a lo sumo -contestó y la miró, como si pudiese leer sus pensamientos-. ¿Estás preparada para ver el otro lado? ¿Te gustaría? -reformuló al final y esbozó una sonrisa misteriosa-. Quizá haya cosas que te gusten... -dejó caer.

 

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Tres días más tarde, en el otro lado

 

La Artemis alternativa hizo un mohín ante el beso en la mejilla.

 

-¿Sólo ese saludo? Qué casto... -soltó en medio de un suspiro-. ¿Recuerdas hace siglos? ¿Cuando vinieron del otro mundo? Se ha abierto una brecha hacia ese otro mundo ahora mismo, aquí... -se mordió el labio con nerviosismo y algo de entusiasmo-. Vamos a volver a verlos. ¿Crees que estén bien?

 

El atractivo varón de ojos cobalto rodó los ojos.

 

-Babosadas a estas horas, no, por favor -avisó haciendo un gesto de que sería algo vomitivo-. Quiero ver a mi madre... -murmuró.

 

Hacía mucho tiempo que esperaba por verla. Hacía siglos que había perdido a su padre y se preguntaba si en aquel otro mundo estaría vivo. No es que hubiera estado exactamente solo, pero pagaría por quedarse en el otro mundo con su madre.

 

-Oh, mirad, es Nik -dijo de repente la Artemis alternativa, señalando al vampiro que del lado del mundo original se adentraba en la zona de limbo de coexistencia con paso seguro y algo divertido. Era el primero en llegar.

 

-¿Qué se ha hecho en el pelo? -preguntó el varón de ojos cobalto.

 

-Se lo ha cortado, le queda bien -respondió la Artemis alternativa con un tono entusiasta y entró también en el limbo antes de que nadie pudiese impedírselo-. Nikki -saludó y abrazó al Baali, quien correspondió-. Vamos, ¿a qué esperáis? Venid también -alentó a los otros dos hombres.

[Cissy Macnair]

Tres días más tarde, en el otro lado

 

Aidan no pudo impedir que una sonrisa se dibujara en sus labios pero no acotó nada a la Macnair y, en cambio, le dio un pequeño coscorrón a Henry hijo.

 

-No te hagas- le dijo, pensando que seguramente él querría besar a alguien también y eso no tenía por qué parecerle vomitivo o disgustarle-. Yo también deseo ver a tu madre- dijo Aidan, aunque su deseo era por motivos diferentes.

 

Intentó impedir que Artemis se metiera en el limbo, pero no la alcanzó y ya estaba enredada en los brazos de Nik, el vampiro Baali que no conocía muy bien pero no por falta de ganas. También se adelantó, sintiendo un tirón en el cuerpo y saludó a Nik con un asentimiento de la cabeza.

 

-¿Estás solo?- preguntó, extrañado.

 

**

 

La Rosa Negra permanecía cerrada al público por temas personales, había puesto en el cartel de la entrada. Henry y yo habíamos hablado de ir allí a ver el limbo, para saber qué sucedería. Yo quería que él conociese a el hijo de su otro yo, pero me preocupaba que se encontrara consigo mismo. Aún aguardaba en la entrada, sabiendo que quizá Nik ya había pasado por allí, porque su olor era inconfundible.

 

-¿Crees que ella venga?- le pregunté a Henry, pensando en Artemis.

 

Mi prima se había resistido desde el comienzo a volver a encontrarse con los alternativos, así que no sabía qué esperar. Marius, por su parte, parecía algo ansioso y sabía que él y Hestia irían.

[Artemis Macnair Malfoy]

Tres días más tarde, en el limbo

 

Henry junior le devolvió la colleja al vampiro con toda la jeta del mundo.

 

-¿Necesitas un babero? -le tomó el pelo, en plan de que babeaba por la humana que estaba con ellos-. Quizá no venga... tendré que pasar al otro lado -comentó sobre su madre, porque no la veía.

 

Vio a los dos pasar al limbo y los siguió.

 

-Estás horrible, Nik. Ariella va a pasar de ti -molestó al Baalí y miró detrás del vampiro, esperando ver si alguien más aparecía del otro lado.

 

Nik dejó de abrazar a la Artemis alternativa para mirar a los otros dos hombres, divertido.

 

-Aidan, supongo. Mi tía no dejaba de hablar de ti -estrechó la mano del Ventrue y miró a Henry hijo-. No creo. De momento soy el primero en llegar, pero imagino que otros lo harán detrás de mí.

 

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Henry se encontró con Cissy en la entrada. No sabía lo que iba a pasar. ¿Conocería al hijo de ella con su alternativo? ¿Se encontraría con su yo alternativo? Probablemente lo pasase mal, pero no diría nada. Estaba allí para apoyar a Cissy, no para lamerse sus propias heridas.

 

-No lo sé... No he hablado con ella, ya sabes cómo me odia -contestó mirándola.-.¿Entramos?

 

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Artemis estaba vistiéndose delante de Marius sin ningún pudor. Se había puesto lencería negra calada y zapatos con tacón del mismo color. Mientras hablaba, se estaba poniendo un vestido de botones por delante color rojo, sin mangas y con falda por encima de las rodillas.

 

-Por enésima vez. Que yo vaya a ese lugar... eso no va a pasar -le dijo a su Sire, muy expresiva.

 

Tiró el cabello sujeto en una cola de caballo alta para atrás y se abotonó el vestido. Se ajustó un cinturón grueso de cuero rojo a la cintura, con tiras finas en los extremos.

 

-No quiero encontrarme con mi yo alternativo. ¿Y si se murió y no volvió a reencarnar? ¿Y si es vampiresa? ¿Y si sigue siendo humana? ¿Y si está más rota que yo? ¿Y si fue feliz? Además ya pasé por eso de ir al mundo alternativo. Conocí allí a Henry, a Aidan, a mi vida pasada... suficiente. No voy a volver a pasar por lo mismo -le dijo ya vestida.

[Cissy Macnair]

Tres días después, en el limbo

 

Aidan quiso sacarle la lengua a Henry, burlón, pero se contuvo. A veces le recordaba tanto a su amigo que le daba un tirón en el estómago por la tristeza. Vaya que lo echaba de menos desde hacía tantos años que a veces al mirar a su sobrino adoptivo lo veía de nuevo y quería tirarse a sus brazos y decirle cuánto lo extrañaba.

 

-¿Un babero? Dame un camión de esos- bromeó, mirando la silueta de Artemis por detrás y preguntándose de dónde venían esos genes tan agraciados que les habían tocado a todas las reencarnaciones de Joanna-. Va a venir. Si Niklaus le dijo que se abrirá la brecha, ella estará aquí para verte Henry, estoy seguro.

 

También estrechó la mano del otro vampiro y miró por encima de su hombro, ansioso.

 

**

 

Marius negó con la cabeza y se dio la vuelta para evitar ver el cuerpo desnudo de su chiquilla. Le atraía muchísimo pero sabía que ella jamás lo aceptaría como algo más que un amigo, así que se limitaba a cuidarla y enseñarle. Se volvió cuando ya la Macnair se estaba colocando el cinturón rojo.

 

-Vamos, no será del todo malo. Quizá... quizá hablar con tu otro yo te ayude a comprender algunas cosas mejor. Además, aquel Aidan no era tan malo como este, ¿no? Te pidió disculpas- le recordó el vampiro, sentándose sobre la cama, sin poder quitarle los ojos de encima ahora-. Aunque sea... hazlo por mi. No quiero dejar a mi madre sola en esto y quiero presentarte a mi hermanito...

 

**

 

-No digas eso- susurré a Henry, arrebujándome entre sus brazos y sellando su boca con un dulce beso que duró algunos segundos y que luego finalicé lentamente-. Y no me mires así. Él hijo de él.. mi hijo... Ya lo verás, él te querrá a tí también, te lo prometo.

 

Tiré de la mano de Henry y pude ver la fina línea que separaba ambos mundos. <El Limbo> pensé, a medida que avanzaba. Podía sentir la presencia de personas y, no sólo eso, el aroma de Nik inundaba todo. Tomé a Henry de la mano y tiré de él conmigo hasta la brecha que se había abierto. Pronto, muy pronto, me encontré dentro y con varias personas por delante. Nik, Aidan, una Artemis más alta y sonriente y...

 

-¡Henry!- grité y solté la mano de mi Sire, corriendo a abrazar a mi hijo ya crecido-. ¡Henry! ¡Cariño!- me aferré a él y lo estreché con fuerza entre mis brazos.