~ La Rosa Negra ~ (MM B: 101997)

[Matt Blackner]

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Había salido de alli, dejándolos solos. A sagitas con Harpo y Ori, y Matt y Cissy qeu desaparecían para asegurar el lugar. Yo me moví, atravesaba habitaciones vacías en busca de algo. Una pista, un rastro, al maldito asesino.

 

Demonios, para una vez que me podía escapar con mi mujer, venga, una escapadita, una pequeña aventura, tan emocionante como excitante, pasar un rato juntos, a solas, para poder...para poder nada. Iban y mataban al pobre elfo, para colmo delante de nuestra puerta.

 

Y luego estaban matt y su novia. Seguro qeu esos dos se acababan escapando para escondrse, si, segurísimo...

 

Me distraje, pero acabé en un rincón de un pasillo. No había ruido alli, parecía qeu esa zona no tenía ocupantes. Había una ventana. Me acerqué, algo me llamaba la atención, mientras que en el exterior, la lluvia comenzba a caer con fuerza en el exterior.

 

Me quedé parado un momento, antes de emprender con urgencia el camino de vuelta.

 

Al regresar a la habitación, Sagitas estaba metida en la ceremonia de regreso del elfo. la ayudé a darle una poción para dormir, y entonces entraron los chicos.

 

En cuanto vio que el elfo estaba bien Cissy se acercó hasta él y le dio un beso en la frente como haría con su hijo. No se me pasó la mirada de Matt, mirándola todo embobado, sonriente. Compartí una mirada cómplice con mi mujer antes de anncar que había descubierto algo. Sagitas ya lo sabía, y estaba bastante preocupado por todos ellos.

 

Matt se acercó hasta Cissy, para darle ánimo. Estaba asustada, al parecer aun estaba en un proceso temprano de adaptación a su cuerpo después de ser vampira durante tanto tiempo .Era normal qeu se sintiera asi. Yo temía por Sagitas.

 

- Sigue en el hostal. Deberíais verlo. He encontrado un pasillo algo apartado...al menos esas habitaciones no parecen ocupadas. Al final del pasillo hay una ventana, y está toda cubierta de sangre, de huelloas de manos. Parece qeu el asesino intentó escapar por ahi, pero el cierre le ha dejado aqui encerrado con todos nosotros.

[Cissy Macnair]

La vampiresa observó al vampiro que bebía de un hombre y frunció el ceño. Ella estaba más interesada en saber por qué el lugar se había cerrado que en comer algo, aunque la garganta ya le estuviese quemando. Quería ir a investigar.

 

Unos metros a su derecha, un hombre rubio y de ojos verde esmeralda dejó de beber de su presa para observar a la chica.

 

-¿Por qué no comes?- le espetó, quitando con el dorso de la mano un hilo de sangre que desfilaba por la comisura de sus labios.

 

-Es que me preocupa estar encerrados aquí dentro- respondió la chica, mirando al vampiro que le había hablado-. ¿A tí no? Esto es muy extraño.

 

El hombre estiró una mano y le rosó el la mejilla con dos dedos, muy cariñosamente.

 

-No te preocupes, Hestia, todo va a estar bien.

 

 

 

Cissy con Matt, Sagis, Jack y la elfina

 

 

Escuché a Jack horrorizada.

 

-¿Aquí dentro? Bueno, con eso tenemos una ventaja y una desventaja- miré a Ori, que parecía muy desorientada y no era posible preguntarle nada, ni siquiera una breve descripción de su atacante-. Nuestra ventaja es que podremos atraparlo... La desventaja es que sólo lo haremos si él o ella no nos atrapa a nosotros primero.

 

Y si lo que más temía era que fuera un vampiro, ya podía estar bien equivocada, que podía ser una cosa peor lo que hubiera asesinado a mi elfina y nos estaba acechando.

[Artemis Macnair Malfoy]

Vampiro cliente

 

Se separó de los labios del otro chico al captar una conversación ajena. Esbozó una sonrisa y le susurró a su comida que más tarde lo llamaría antes de levantarse y sentarse cerca de la pareja de cainitas. Miró a la vampiresa de apariencia adolescente y sonrió.

 

-No te preocupes, love, estoy seguro de que podremos irnos en un rato -la tranquilizó con diversión-. Por el momento, deberías alimentarte. Necesitarás fuerzas una vez podamos salir. Aunque... aquí hay habitaciones, nos podemos distraer fácilmente -la coqueteó sin importarle el otro cainita. Le guiñó un ojo divertido a la chica-. Nik McCarthy -se presentó a los dos vampiros muy sonriente y carismático.

[Cissy Macnair]

La chica llamada Hestia miró al vampiro que se le acercó, aumentando el fruncimiento de su ceño un poco más. No le gustaba que la gente se le pusiera tan cerca y menos aún que la llamaran "love", como si fuese una cualquiera. Marius, por su parte, sonrió y dejó entrever una hilera de perfectos dientes blancos y dos puntiagudos colmillos.

 

-Marius... Aunque te recomiendo que vuelques tus intenciones lujuriosas en otra chica, compañero- le espetó, alzando una ceja.

 

Hestia sonrió a su padre pero hizo caso omiso de lo que Nik decía.

 

-Hestia- se presentó-. Gracias, pero tengo mis propias formas de recuperar fuerzas.

 

Miró a Marius y se levantó del lugar, dirigiéndose a la barra que estaba aparentemente vacía. Pasó una mano al otro lado y tomó unos vasos de vidrio y una botella de whisky. Ella no era de tomar, nunca le había interesado o gustado, pero a veces le gustaba compartir algo de eso con su padre. La llevó de vuelta al lugar donde había estado sentada y la colocó en una mesita ratona.

 

-Al menos beberemos - comentó.

[Artemis Macnair Malfoy]

Vampiro cliente

 

Miró al vampiro que se presentaba como Marius. No le gustaba que le dijesen qué hacer pero también sabía ser diplomático en las ocasiones en las que se requería serlo. Mostró una sonrisa despreocupada.

 

-Por supuesto, la respetaré -dijo todo diplomático-. ¿Marius, Hestia? ¿Algún apellido? -preguntó curioso-. Qué buena idea, love, bebida -sirvió tres vasos y uno de ellos lo levantó para beber el whisky. Sonrió y miró el líquido ambarino a la par que lo saboreaba-. Agua de la vida... qué irónica bebida para un vampiro -comentó muy divertido.

 

Llamó a una humana joven de largos cabellos rojizos y ensortijados. Tenía la nívea piel cubierta de pequeñas pecas y los ojos verdes. Ella se acercó y él le hizo un pequeño corte para que la sangre brotase dentro de la bebida.

 

-¿Alguien quiere un whisky especial? -convidó a los otros dos vampiros.

 

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[Cissy Macnair]

Los dos vampiros intercambiaron miradas. ¿Qué interés tenía ese Nik en saber su apellido? No se habían cruzado nunca con alguien que les hiciera tantas preguntas sobre ellos, aunque, si iban al caso, casi nunca se encontraban con nadie porque prácticamente viajaban solos y no se hospedaban en hoteles o cosas así. Preferían el anonimato. Ya que hubieran dado sus verdaderos nombres era algo de no creerse.

 

-Sólo Marius y Hestia- respondió a su duda el vampiro, sonriendo de forma extraña.

 

Hestia sirvió los vasos y pronto el vampiro llamado Nik tomó uno, sonriendo y bebiendo el contenido luego de hacer un comentario acerca del nombre de la bebida. No se les pasó por alto el que Nik volviera a rellenar su vaso, pero ahora con sangre de una muchacha. Al parecer era un ávido bebedor.

 

-No, gracias- respondió la castaña, volviendo su vista a las escaleras.

 

Marius sonrió.

 

-Ella no suele beber alcohol... Y a veces pasa días sin beber sangre- admitió el de ojos esmeraldas, volteando para seguir la mirada de su hija-. ¿Qué te ha traído por acá?- preguntó entonces a Nik, tomando él un vaso con whisky y bebiendo un largo sorbo.

 

Marius y Hestia parecían dos bichos raros a ojos de otros vampiros. Si bien allí había miembros de varios clanes hospedándose, nadie podía identificar a cuál pertenecían esos dos. No parecían Tremere, Lasombra o Brujah.. apenas podía decirse que eran algo recatados como los Ventrue, pero no entraban en sus filas. Desde luego no eran Gangrel ni Toreador, tampoco parecían pertenecer al clan de los Asesinos. Era todo un acertijo intentar enfocarlos dentro de algún clan.

[Artemis Macnair Malfoy]

Vampiro Cliente

 

Alzó una ceja dorada, divertido. ¿Sólo Marius y Hestia? Todo el mundo tenía un apellido. Incluso Cher, aunque no lo dijese. ¿Qué se creían, estrellas de rock o algo así? Esos dos tenían algo que esconder lo cual aumentaba su curiosidad. La información era poder, siempre había sido así, incluso cuando aún era humano.

 

-Eso no puede ser sano... a menos que se tenga más de un milenio de edad -acotó divertido. Sacaba información hasta de los comentarios más banales-. La familia -respondió con marcado acento galés-. ¿No es lo que nos trae a todos aquí? -agregó muy seguro y divertido.

 

Aunque sólo tiraba una de las posibilidades que quería confirmar. Esos ojos esmeraldas se parecían sospechosamente a los irises de la dueña del local. Mejor dicho... al cuerpo original de la dueña del local. No perdía nada intentándolo.O lo confirmaba o lo descartaba.

[Cissy Macnair]

Marius y Hestia

 

 

Marius sonrió, notando el interés del otro vampiro por detalles sobre él y su hija. Era un tipo elocuente, bastante interesado. Le preocupaba en cierta forma si era así con todos o había depositado su confianza en ellos por algún motivo particular. Su apellido era común entre los irlandeses, pero aquel vampiro no era un chiquillo recién convertido, al menos no parecía un neonato.

 

-¿Tienes algo que ver con los McCarthy irlandeses que se mezclaron con los italianos Valletti?- soltó, luego de que Nik dijera lo del milenio de edad de Hestia.

 

No iba a decírselo, aunque podría sacar la conclusión muy simplemente si se ponía a observar con detenimiento. Hestia tendría al menos los dos milenios cumplidos. Su piel era más pálida que la de otros vampiros aunque apenas se notara por el tostado normal de la piel. Además, parecía percibir cosas a su alrededor que otros no y eso sólo era un rasgo de los más antiguos. Por otra parte, como era difícil ubicarla dentro de un clan, no podría saberse a ciencia cierta a qué generación pertenecía. Marius era exactamente como ella.

 

-La familia es algo importante, desde luego- coincidió el griego, volviendo a mirar de soslayo a Hestia-. En efecto, la familia y los amigos siempre nos tienen pendientes de sus andanzas.

 

La forma críptica de hablar sacaría de quicio a cualquiera, casi como si estuviesen tratando con un Malkavian. Pero ciertamente no presentaban la locura insana de todos ellos, así que no eran de ese clan.

 

-También es lindo visitar algunos lugares a los que nunca hemos ido, al menos hablo por mi y Hestia. No tenía idea de lo que nos depararía Inglaterra- sonrió, alzando ambas cejas, como si aquello fuera una gran aventura para él.

 

-Creo que el atacante sigue en el lugar- murmuró, entonces, Hestia, en una frecuencia tan baja que sólo Nik y Marius pudieron oírla.

 

Nadie sabía lo que estaba pasando en La Rosa Negra... aunque parecía que Hestia sí.

[Artemis Macnair Malfoy]

Nik McCarthy

 

-Quizá. ¿Acaso los de un mismo clan no están todos relacionados? -respondió divertido con la misma nota de misterio que aquellos dos vampiros-. Así que, ¿algo que ver con la dueña de este local? -preguntó curioso por el tema de la familia-. Inglaterra, hoy por hoy, no es nada del otro mundo. Una pena que no visitaseis en otro tiempo este país -comentó como si hablase del tiempo-. Aunque la meteorología sigue siendo igual de horrible -agregó muy divertido al respecto de meterse con el tiempo inglés.

 

Personalmente él prefería Noruega y Nueva Orleans, pero hacía mucho tiempo que no pisaba ambos lugares. Su mente viajó hacia épocas pasadas y lo trajo de vuelta la voz de la vampiresa.

 

-¿Atacante de aquellos dos cadáveres del fondo o de un elfo? Pude oler la sangre de esa criatura desde aquí -respondió, pasando de calibrar el volumen de su voz.

[Cissy Macnair]

Marius y Hestia

 

 

No le sorprendió que Nik fuera tan críptico como él al hablar sobre las familias. Si bien él tenía un sexto sentido para muchas cosas, como que podía oler los clanes de los vampiros a kilómetros de distancia, entendía que aunque siguiera preguntándole, quizá Nik nunca respondería a lo que él quería saber y se seguían pasando la bola unos a otros.

 

Alzó una ceja, sorprendido por la pregunta. Sí, bueno, su parecido a su madre era evidente para muchos, sobre todo por los ojos, un razgo muy extraño en su propio país, aún más extraño para un vampiro. Hestia los miró, sabiendo lo que podría venir a continuación. No le gustaba que ese McCarthy estuviera haciendo tantas preguntas, pero en caso de tener que dominarlo, sabía que su padre iba a poder.

 

-¿Así que lo has notado?- soltó Marius, dándole un trago largo a su bebida y dejando el vaso vacío sobre la mesita-. Los Macnair son mi familia... como la tuya...

 

Hizo una sonrisa de lado. Había algo oculto en su rostro.

 

Hestia no hizo ningún comentario. Ya le parecía raro que su padre estuviera hablando con ese individuo tan abiertamente sobre ellos. Había muchos que, si supieran quienes eran, intentarían matarlos. Pero si él decidía que Nik podía conocer cierta información, entonces ella no le diría nada a su padre, a menos que sintiera de verdad que estaban en peligro.

 

-No. El que mató a esos dos fue un vampiro que dejó el lugar antes de que se cerrara- Hestia volvió la vista a Nik-. El elfo es lo que me preocupa y también el que le haya asesinado.

 

Marius colocó una mano sobre el hombro de su hija, de forma instintiva. Si ella se preocupaba, él se preocupaba. Si ella decía que algo no iba bien, entonces algo no iba nada bien. Nunca había sucedido que su hija se equivocara en alguna predicción sobre las cosas a su alrededor, jamás, en todos esos años...

 

 

********************

 

-Flashback-

 

Esparta, año 400 a.C.

 

 

Los campos se habrían frente a los ojos de Marius y los sembradíos inundaban el lugar. Era tiempo de cosecha y también de guerra, aunque esto último había sido durante tantos años que ya a pocos espartanos les preocupaba. Sabían que la guerra se terminaría de una forma u otra. En cambio, la cosecha había que hacerla cada año para dar de comer al pueblo, así que esa era su principal preocupación.

 

-¿Qué os sucede, esposo? - preguntó una dulce voz a espaldas de Marius y unos brazos le rodearon el torso y depositaron un beso en su hombro, desnudo, por el calor del lugar.

 

el hombre relajó los músculos y se hizo a un lado para poder ver a su esposa y besarla. A pesar de que su matrimonio había sido arreglado por su abuelo, Castor, con la familia de ella, nunca habían tenido problemas para congeniar, ni en la casa ni en la cama y, con el tiempo, habían aprendido a amarse. ahora, con dieciséis años de casados y cuatro hijos, Marius no concebía una vida donde no pudiera estar con Dafne.

 

-Nada, amor mío. Simplemente contemplaba la inmensidad de nuestras tierras. ¿Sabes que este año el trigo ha crecido más alto que el anterior? Cuando lo he tocado esta mañana, me di cuenta de que nuestras tierras son más fértiles cada año... Ojalá la guerra termine para poder vivir en paz y ver crecer este legado- su voz era parsimoniosa, con un dejo sensual y un ligero ronroneo al terminar una oración. Era un hombre seductor, de cuerpo bien formado y poseía unos valores que pocos hombres de su época tenían.

 

Su mujer lo besó de nuevo en el hombro y luego siguió por el cuello hasta llegar a su oreja.

 

-Los campos no son lo único fértil de esta tierra, esposo. Mi vientre no ha podido hacer crecer otra semilla en varios años, pero creo que ya estoy lista para agregar otro miembro a nuestra familia. Aún soy jóven- le susurró, candente.

 

Marius no lo dudó por un momento. Sus hijos estaban ya dormidos, al menos los pequeños. Maximus probablemente estuviera entrenando y Hestia sabía estar con las madronas que le enseñaban el arte de ser mujeres. Así que tomó a su esposa allí mismo, apasionado, sintiendo que quizá aquella vez pudieran volver a tener otro hijo. Él quería más hijos, amaba a los suyos y le hubiera gustado tener una madre que le amara también.

 

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Se despertó en mitad de la noche sintiéndose observado. Había una figura en la ventana, un par de ojos azules que lo miraban con detenimiento.

 

-Acompáñame- le susurró el hombre.

 

Marius no sintió miedo por él o por su familia, no sintió que aquel hombre fuera una amenaza. De algún modo sabía que lo había estado siguiendo por días, por noches. Así que obedeció, curioso. Ni siquiera se vistió.

 

 

-Fin del Flashback-