~ La Rosa Negra ~ (MM B: 101997)

[Anne Gaunt M.]

Se cierra a petición de la propietaria.

[Anne Gaunt M.]

Se reabre el negocio a petición de la propietaria.

[Kira Black]

Era un dia algo nublado el fría abrazaba por todo el mundo mágico, mi viaje había continuado, me regrese de noruega mi ciudad natal por que me entere que soy adoptado y la verdad esa noticia me destrozo, pero no la culpo ella no tuvo la culpa de no decirme pues era por mi bien, pero quería en encontrar aquella mujer que lo había dejado con esa hermosa mujer que lo crió como todo un caballero. No tenia rencor mi madre me dijo que no sintiera pues ninguna tenia la culpa, pero mi rabia y pensamientos ocultos salen a flote y sentí morir.

 

encendí un cigarrillo no fumo mucho pero el ambiente obligaba a llegar a esos momentos, con mis maletas y un poco cansado decidí entrar a un hotel llamado la "rosa negra " suena interesante pensé mi cara no demostraba sentimiento algo pero mi piel y ojos decían otra cosa, no sabia que pensar mi vida no fue mala pero tenia y quería encontrar aquella persona que me dejo, quería sus razones del por que acaso no que quería fui un error de su vida, eran muchas las cosas que en mi mente pasaban.

 

Vagamente empuje la puerta entre y acerque al mostrador mirando el lugar se veía muy bonito, ya casi iba ser de noche y era hora de sena tenia que saciar mi sed y al parecer aquí servían de lo que me gusta, pero al parecer este hotel no solo era de vampiros si no de humanos mi nariz lo persuasivo rápidamente, pero no era mejor no causar un escándalo me acerque mas al mostrador y con mi mano derecha toque el timbre. -Tinnn , tinn- sonada, espere un rato para ver quien me a tendía sin mas que decir decidí sacar a mi serpiente y gran compañero " larry " una cobra no muy grande pues no tenia mas de 1 años, toque su escamosa piel para relajarme un poco y como loco hable con mi mejor amigo. - Larry crees que algún día la encuentre , tengo mucho que decir- dije a mi pequeño reptil mientras me la amarraba a mi mano. .

 

 

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[Cissy Macnair]

Sólo me faltaba el plumero en la mano para parecer toda una elfa doméstica, yendo de aquí para allá mientras limpiaba los trastes viejos. La Rosa Negra había estado cerrado una temporada porque yo no había podido hacerme cargo del lugar y como los vampiros andaban queriéndose dar aires de superioridad, no había querido dejarle el lugar a ninguno. Pero aquí estaba de vuelta, limpiando, sin dejar que mis elfos tocaran nada. Ahora que había vuelto a abrir, la gente había comenzado a llegar pues siempre había sido un lugar seguro para los de su casta.

 

El timbre de la barra sonó y me apresuré desde la pequeña oficina que tenía medio oculta tras la puerta a la derecha de la escalera que iba a los pisos superiores. Un muchacho de no más de veinte años estaba parado acariciando una serpiente y mis ojos se achicaron, distinguiendo sus rastros. No era un Sethita a pesar de que claramente estaba apegado a esa serpiente... Quizá era un Brujah por la forma de vestir.

 

-Buenas noches- saludé con cordialidad, poniendo ambas manos sobre la barra, una de ellas ocupada con un trapo con el que había estado limpiando los retratos de la oficina-. ¿Está buscando una habitación, cena... un trago? La habitación cuesta seis galeones la noche u once libras... aquí vienen algunos vampiros que no son magos en absoluto y acepto dinero muggle. La cena está tres galeones y los tragos, depende cual, no son caros- sonreí, señalando hacia la barra donde un elfo viejo y de nariz puntiaguda miraba con recelo hacia un pequeño grupo de vampiros que se encontraban murmurando en medio del salón.

 

@@Kira Black

[Jank Dayne]

A pesar de amar los días nublados y carentes de calor, Jank soltó una maldición espontánea cuando salió del Coffe Artist y notó que el cielo estaba pintado de gris. Desde que había vuelto al ajetreo, estrés y voracidad que tanto caracterizaba a Londres, el clima no hacía más que complementar el cuadro de molestias que le daban la bienvenida. Estaba harto de tener que empaparse cada vez que salía de algún sitio o tener que refugiarse bajo algún toldo para no atrapar un mundano resfriado apenas se desprendía la tormenta. Y esa tarde no era la excepción.

 

>> En momentos así, la magia se hace extrañar <<

 

La llovizna no se hizo esperar, por supuesto. El hombre tuvo que sacrificar las cuentas de su negocio para poder cubrirse de las diminutas gotas que, si bien percibían insignificantes, al cabo de unos segundos dio paso a un torrencial de agua imparable. Hizo lo que pudo para saltar los charcos de agua que nacían de inmediato, solo impulsado por la esperanza de encontrar un local que no estuviese abarrotado de señoras quejicas o niños comprando útiles escolares en pleno Julio. No fue hasta que el dibujo de una seductora rosa negra, casi perdida entre las sombras de la joven noche, que se vio satisfecho.

 

Entró por la puerta como quien no quiere la cosa, sacudiendo su ya de por sí cabellera desordenada para despojarse de la humedad. Avanzó unos cuantos pasos, curioso, guiado por el sonido de una voz familiar. Pronto se halló a espaldas de un joven mago que conversaba con una bruja cuyo rostro no tardó en reconocer. Jank no quiso disimular sonreír.

 

- ¿Hay tragos gratis para viejos amigos?

[Kira Black]

no paso mucho tiempo, mientras que tenia a mi reptil prendido a mi mano una joven salio de una pequeña oficina a recibirme , la mire y sin animo de lucro le dije. -Buenas noches, si buzo una habitación para todo el fin de semana, el dinero no interesa créame. dije mientras miaba su rostro y se asusto un poco al ver a larry.

 

-No, hagas esa cara este reptil es inofensivo, se llama larry- dije mirando a mi mejor amigo al cual guarde nuevo en su pequeña jaula para mas tarde darle de comer. -entonces so hay habitaciones, disculpa la pregunta y suena algo no se fuera del tema - dije moviendo las manos en circulo - donde podría encontrar ratas muertas o no se larry tiene que comer - dije mirándola pues sabia que se le iba hacer raro que dijera eso.

 

Las fachas de la mujer que me atendían era algo no tan peculiar pero al parecer estaba limpiando el lugar no conocía mucho de ese lugar solo que había cerrado pero volvió así que, ahora decidí conocer el lugar por fin, estaba cansado había tenido un día muy agotador o bueno unas semanas desde que me fui de noruega me he sentido muy solo pero no quiero escribirle preocuparle aria que enfermara mas.

 

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[Cissy Macnair]

El joven que hablaba me miró raro y dijo algo sobre no asustarme con su víbora. Le sonreí con un mohín.

 

-No me asustan, yo también tengo reptiles en mi hogar. Hay habitación disponible siendo que abrimos hace poco- me di la vuelta y le entregué una llave con el número 15 grabado en un trozo de metal que colgaba de la misma-. Puedes pagar por día o cuando te retires del lugar. Te aviso que tenemos hechizos anti trampa por si intentas irte sin abonar la habitación, así que espero que no tengamos que ir a buscarte con mis guardias de seguridad- a los que debía acordarme de contratar, porque todavía no había solucionado ese problema-. Puedes encontrar alimento para tu víbora en el desván. Ve al último piso, tira de una escalerilla escondida y podrás subir al desván. Mi negocio no está infestado de alimañas pero por allí podrás acceder al tejado del restaurante de al lado.. le encantan estar allí arriba del calor de los hornos- le comenté.

 

Luego se giró para inspeccionar el lugar y me quedé plantada, observando su cabello castaño oscuro... sus ojos particulares, la forma de su boca.

 

-Disculpa... ¿nos habíamos visto antes?- pregunté, cuando una voz masculina familiar sonó dentro del hostal y vi la cabeza de Jank asomando detrás de la del nuevo inquilino-. ¡Jank Dayne! Por Merlín que llevaba meses sin verte- dije, soltando de un manotón el delantal que cubría el frente de mi vestido y rodeando la barra para ir a saludar a mi viejo compañero de trabajo-. Es una sorpresa verte... ¿Dónde has estado?- pregunté, abrazándolo calidamente. Nunca habíamos tenido tal trato... normalmente nos odiábamos un poco... Pero en fin, era un viejo amigo/enemigo.

 

 

 

@@Kira Black@@Jank Dayne

[Kira Black]

la mujer mostraba seriedad lo cual me incomodaba un poco pero con el cansancio que tenia no podía sentir ni mis pies y mi pequeño amiga ya tenia hambre, vi que la mujer me paso unas llaves cuyo numero era el 15 y me alegre al ver que por fin poder descansar de mi bolsillo sonó un ruido al meter mi mano era una pequeña rana de chocolate y de allí salí una pequeña foro que no tenia muy claro quien era la mujer.

 

la levante y metí de nuevo sin prestar mucha atención recibí las llaves y mi cara de cansado se notaba mas y mas larry apretaba mi brazo a lo cual ya estaba desesperad de ir a comer dije a la señorita del mostrador. - muchas gracias y pago cuando me valla, vale iré allí a dejar a larry el siempre va por su comida es su naturaleza y yo solo lo dejo libre - dije para que no se sorprendieran - si algo pasa que no se vallan a asustar - dije bostezando - él es inofensivo al menos de que lo ataques y ay si se me sale de las manos.

 

 

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- no creo que me escape ando mal y la verdad mis ganas de hacer algo se agotaron - concluí diciéndole a señorita .

 

un hombre llego de imprevisto al parecer conocía aquella dama pues su actitud sonó muy confiado de lo que hacia y como lo hacia, sin mas que decir tome mi único maleta y me subí al cuarto.

 

Pase por los largos pasillos y haciendo caso omiso a lo que la joven me dijo deje a larry en ese lugar para que comiera.

[Jank Dayne]

Intentó, de otra forma no la habría saludado. De lo contrario, se habría olvidado por completo de la lluvia y se habría marchado al reconocer su voz al a distancia. Intentó olvidar. Intentó que la consciencia no le carcomiera cada pedazo del honor herido que aún quedaba encapsulado en él. Los principios con los que había sido criado formularon los cimientos de su existencia, los que habían moldeado su personalidad y que, años después, lo hicieron llegar a las filas de la Orden del Fénix. Hacer caso omiso a su código violaba todo lo que lo representaba como miembro de un grupo diluido pero en el que aún depositaba toda su devoción. Sabía lo que era Cissy, y eso nadie podría cambiarlo, ni siquiera el tiempo. Ni siquiera ella misma.

 

Sin embargo, pudo disimular rozando el brazo de la bruja, sin llegar a hacer contacto directo. Si bien era cierto que por ley tenía prohibido entablar relaciones con un mortífago declarado, supuso que la regla perdía validez cuando de dos prófugos de la justicia se tratara. Aparte, una charla acerca de lo único que tenían en común no dañaría a nadie. No, que va, los viejos tiempos siempre lo arreglan todo.. o lo arruinan.

 

- Estuve fuera del país por casi un año. Los ingleses no son tan agresivos - dijo, señalando el parche que cubría su ojo derecho. Su tela podía ser alterada por la magia, pero desde que había iniciado su voto de inmundicia los recursos se le hacían cada vez más limitados -. Extrañaba Noruega, pero no estoy seguro que hiciera lo mismo por mí. ¿Qué has hecho tú? Me sorprendió no verte en la plantilla del concilio cuando regresé. ¡Desmantelaron la vieja oficina! ¿Puedes creerlo?

 

En ese momento, Absolem, su viejo y pequeño tejón, salió disparado tras el muchacho que acababa de ser atendido por Cissy. Jank trató de contenerlo, pero en un santiamén lo perdió de vista. Por acto reflejo extrajo su varita y trató de activar algún encantamiento para atraerlo, pero Libra no soltó siquiera chispas.

[Cissy Macnair]

-Cualquier cosa que necesite, en su habitación hay una campanilla que llamará al elfo doméstico de La Rosa Negra- le dije al joven que acababa de registrarse, antes de que se marchara. (@@Kira Black)

 

-¿Noruega? Wow- dije, sorprendida y luego hice una mueca ante la mención del Concilio-. No tenía buen trato con cierto ex Warlock que prefiero no mencionar, así que como creyó que podía hacer las cosas mejor que yo, decidí irme por las buenas y tomarme unas vacaciones lejos- no mencioné que había estado a punto de morir un par de veces y no era algo que quisiera contarle a Jank tampoco. Todavía no olvidábamos, ninguno, que sabíamos que el otro era miembro del bando contrario, así que la tensión entre nosotros siempre era palpable.

 

Llené de cerveza un chop y lo coloqué sobre la barra frente a él justo cuando su tejón salía correteando de entre sus ropas y se perdía escaleras arriba en el hostel.

 

-La magia no funciona bien aquí dentro, tengo hechizos anti trampa, anti vampiros, anti licántropos y anti demonios... Sí, no es paranoia... Te sorprendería enterarte de las cosas que han sucedido aquí antes de que me hiciera cargo- sonreí y luego llené otro chop y bebí de él un largo trago antes de volver a colocarlo sobre la barra-. Pero no me has dicho qué te trae por acá, Jank. ¿Estás de vuelta en el Concilio? Creí haberte despedido antes de irme- sonreí, ahora, con cierta maldad mientras lo decía.

 

Él podría haber sido el mejor Logia si no fuera por sus constantes desapariciones. Esperaba que, al menos, ahora sí fuera una persona más responsable pero nunca podía decirse.

 

@@Jank Dayne