Castillo Gaunt • (MM B: 102403)

[Lisa Weasley Delacour]

Una prueba superada. Faltaban dos. No solo habían cumplido con los requisitos tácticos de un cateo, sino que se habían contenido en no deformar o destruir parte del castillo. Era un avance cuando sus esencias gritaban con tanta fuerza como la miá. Al ser dual lograba comprender la oscuridad. El vampiro que habitaba en mi anterior era una fuerza oscura algo indomable. Sabia de antemano cuando doloroso y complicado era un cambio de tal magnitud. Les agradecía que quisieran cambiar y que lo intentasen con tanta vehemencia. La diferencia entre una buena persona era esa; saber que dentro de uno hay mal y bien y elegir el camino de la luz a pesar de todo. No dejarse llevar por lo fácil.

Radamantys llego con lo que parecía ser un libro de nigromancia. Lo guarde en el morral y asentí, avalando su acción. Faltaba Valkyria. Esa llego segundos después. Traia en las manos un pergamino con lo ue parecia ser el árbol genealógico. Eso nos serviria de mucho en futuros encuentros – Bien, vamos - Salimos los tres, pasando por el extenso jardín delantero, hacia los terrenos de Ottery. Ali, donde los conjuros anti aparición dejaron de hacer efecto, tome a ambos magos; a la warlock y al Slytherin por los hombros y gire sobre mi misma, llevandomelos al cuartel general. Les daría un par de consejos y los citaría para una nueva misión. Todo habia finalizado.

[Ernest Dumbledore Prior]

Momentos antes del ataque fenixiano...

Entrega del Mall

4to post

 

El Macnair se quedo petrificado, se habia bloqueado momentaneamente, ante la opinion de Anne solto al thestral y rezo a merlin de que el thestral se quedara tranquilo por el jardin. Anne ante la presion habia sucumbido bien y eso ayudo un poco al joven Macnair a salir de su bloqueo.

 

Aun faltaba decir un poco de los cuidados de los animales que el traia, pero era mas importante ahora el atender la emergencia, de pronto se acordo de varias series muggles en donde una mujer tenia a su hijo o hija en algun taxi o algun lugar extraño.

 

Con un movimiento de varita aparecio unos guantes y un reloj de manecillas de los muggles, tal vez seria un poco de ayuda.

 

Se puso los guantes y acompaño a las chicas al salon.

 

-Estuve unos meses en San Mungo y vi algunas series muggles acerca de esto de embarazo, en una de las series decian que el embarazo era mas aguantable si mientras este comias cerezas o fresas..- dijo el Macnair pensativo...

[Mery Gaunt Karkarov]

Sin duda Mery se encontraba tan mal que no podía dejar de gruñir, encogerse y maldecir todo lo que se le pasaba por la cabeza. Podría decirse que tenía un dolor fuerte cada minuto y medio, pero tampoco lo sabía con claridad ya que la desesperación estaba siendo mayor a cualquier otra cosa.

 

El sudor hacía que el cabello rosa de Mery se pegara en su frente, cuello y mejillas, y caminar comenzaba a ser más difícil de lo que recordaba, pero de alguna manera había conseguido llegar a la sala de estar de la Planta Baja. No se dio cuenta de quien era la que apartaba los cojines del sofá hasta que se tumbó en el, sin soltar el brazo de Ernest, y miró a su hermana pequeña.

 

Sus ojos se volvieron pequeños mirando a su madre Anne, pero allí llegó otra contracción que hizo que soltara otro gruñido Mery e ignorara aquello, al fin y al cabo mientras no intentara matar al pequeño Edward o a ella misma podría dejar que se quedara allí y ayudara.

 

Intentó prestar toda la atención posible a lo que decían Anne y Ernest, algo de San Mungo y de que debía parir en casa. ¿Acaso pensaban que iba a dejarse llevar al hospital para traer a su hijo al mundo? Estaban locos si eso era lo que pensaban, así que comenzó a pensar en gente que supiera que podía ayudarla en aquello, y solamente un nombre relució en su cabeza.

 

- Ya lo tengo -su voz sonó débil, en aquel momento no había contracciones, así que aprovechó para hablar de manera normal, o al menos intentarlo-. Llamad a... ¡¡ME CAGO EN TODO!! -gritó cuando de nuevo una contracción hizo que se volviera loca-. ¡¡GROTER!! ¡¡DONDE DEMONIOS ESTÁ!! ¡¡LLÁMALO MAMÁ!! -su compañero de Hogwarts ya la había ayudado una vez de manera eficiente, así que tenía la confianza puesta en el.

 

Comenzó a inspirar y espirar de manera forzada pero parecía funcionar, así que alzó su mano para encontrar de nuevo el brazo de Ernest, lo agarró y apretó con fuerza. Lo miró a los ojos y ella misma los abrió como platos, dejándolos ver totalmente inyectados en sangre.

 

- Trae cerezas o fresas, y una copa de Vodka, ya verás que aguantable se va a hacer el parto así -lo mandó a aquello, pero no lo soltó del brazo, necesitaba algo que apretar para así seguir comportándose-.trae mejor la botella entera -dijo antes de que otra contracción la hiciera gritar y soltar el brazo del chico.

 

@@Ernest Macnair Wilfred @

[Adry Weasley]

Caminaba por las calles de Ottery junto a la ojiverde con quien había estado visitando previamente el Caldero Envenado y tomando unas copas. No se podía calificar la velada mantenida en dicho lugar pues habían acaecido hechos imposibles de creer, como dirigirse hacia el cuarto de baño y acabar empapado de vino en la bodega. El italiano no gesticuló palabra alguna durante el trayecto hacia su hogar, el Castillo Gaunt, pues era entonces cuando aquel corte en su pierna comenzaba a doler realmente, pero como el hombre que era no dejó escapar ni siquiera un gemido de dolor.

 

Tras unos minutos caminando arribaron a su destino y encontrándose frente a las verjas que los separaban del vasto jardín con el que contaba la familia Gaunt. No eran unas horas muy prudentes para llegar a su casa y mucho menos con las pintas que llevaba, aunque por suerte su camisa blanca era cubierta por su negra túnica, pero su pantalón roto, ensangrentado y con una gran mancha de vino no pasaba por alto ¿Cómo esquivar a su familia? Pues parecía que la Planta Baja del castillo había alguien vagando y no quería arriesgarse…

 

-Entraremos por la parte de atrás del jardín.- Comentó el castaño empuñando su varita, con la que hizo un juego de manos y mágicamente la verja se abrió dándoles paso al interior del castillo. Como buen caballero que era, dejó paso primordialmente a su acompañante y acto seguido fue él quien se adentró a los terrenos de su familia. -¿Bonito verdad?- Soltó el joven mago admirando la belleza del paisaje que ofrecía el jardín aquella noche. En la parte trasera se encontraba una piscina, pero en ese preciso instante no dispondrían de ella. Aunque allí se encontraba una puerta en la que poder acceder al interior de su hogar. –Vale ya estamos llegando. Mi habitación está en la cuarta planta.- Decía el licántropo un tanto sofocado, pues subir las escaleras con la pierna herida era un trabajo duro…

 

Una vez allí, el Gaunt caminaba paulatinamente intentando hacer el menor ruido posible. Aunque justo antes de llegar a su dormitorio la puerta se abrió. –Muy buenas noches señor.- Saludó su elfo movimiento sus manos como si tramara algún plan diabólico, pero nada de eso. -¿¡Por las barbas de Merlín, Señor!? ¿Qué le ha sucedido?- Exclamó una elfina que aparecía tras este otro. –¡No hagas ruido!- Ordenó el castaño irritado, ya que no quería alertar de su presencia. Tomó de la mano a Alegna y rápidamente entraron a la habitación y cerró con cuidado de no dar un portazo.

 

-¿Quién es está chica?- Preguntaba resentida la elfina Lanna, poniendo malacara a la ojiverde. –No es de tu incumbencia. Servidle lo que guste.- Mandó a sus elfos. –Voy a tomarme una ducha antes de nada.- Anunció Adry a la chica y extendiendo su mano ofreciéndole asiento a su acompañante en un gran sofá que se encontraba a un extremo de la habitación.

 

-¿Qué desea señorita?- Inquirió Gother con una voz temblorosa por su avanzada edad. -¿Qué quieres de mi Señor?- Preguntó soezmente la elfina, quien recibió un codazo por parte de su compañero. –Siempre igual de molesta…- Susurraba Gother negando con la cabeza.

 

 

@@Alegna Black

[Alegna Black]

La contestación del muchacho me produjo gracia, el hecho que tomara el vergonzoso inconveniente como un chiste hablaba bien de él. La propuesta de ir a su casa no me convencía mucho, pero algo me decía que podía confiar en el italiano. Lo seguí por la taberna, al menos tenía una excusa para no cruzarme con mi abuela que llegaba en esos momentos. Caminamos por Ottery hasta llegar al castillo de los Gaunt, no me atreví a preguntar si sabia aparecerse, mas bien, ni me atreví a hablar mientras caminamos, suponía que Adry estaba demasiado avergonzado para comentar algo.

 

El castillo estaba en la parte más occidental de Ottery, la entrada era hermosa y mis ojos divagaron un poco en la decoración del jardín a pesar en la oscuridad de la noche.

Sonreí al escuchar a mi acompañante proponer entrar por la parte trasera, pero le seguí el juego, debe haber visto mis ojos curiosos, pues me pregunto si veía hermoso el lugar.

 

-hermoso, en serio es…. Bellísimo- me había quedado sin respiración admirando el paisaje, una de mis debilidades, camine por detrás del chico mientras, trataba de que mis ojos no se perdieran en la inmensidad de la casa, subí la escalera, sin hacer ruido, pues la hora en la que llegábamos no era precisamente la correcta, pero era de pasos ligeros, y muy pocas veces hacia ruido, siempre se quejaban de no oír mi llegada.

 

Pero al llegar a una puerta dos elfos salían a nuestro encuentro, por la cara del castaño, no quería que nos descubrieran y eso se dibujo en mi rostro, una sonrisa picaresca, que se ensancho mas al sentir el tacto de la mano del muchacho mientras me tironeaba adentro del cuarto, los ojos de la elfina que estaba tan preocupada por él no dejaban de examinarme, nunca me molesto, el simple hecho que fuera alguien de su especie, me hacia el menor caso, les sonreí mientras veía como Adry se dirigía a lo que debía ser el baño, y daba órdenes a los dos elfos.

 

-una cerveza con granadina- le dije al elfo viejo mientras me sacaba la chaqueta y examinaba el cuarto, obviando la pregunta de la elfina, que parecía que me quería sacar los ojos.

 

El cuarto era bastante amplio, y la cama se podrían acomodar tres personas sin problemas. Me senté en el sillón que me había

ofrecido, antes de meterse al baño, mi cuarto estaba lleno de libros parecía más una biblioteca, el elfo llego con la bebida, le dedique una pequeña sonrisa, esos seres podían surtir en mi, mas afecto que algunas personas que conocía.

 

Cerré mis ojos un momento mientras disfrutaba el sabor frio de mi bebida. Esperaba no dormirme, pues el sillón estaba de los mas cómodo.

 

@@Adry Weasley

[Adry Weasley]

Como buen mandado que era, Gother se dispuso a preparar la bebida a la acompañante de su Amo. Él nunca solía entrometerse en los planes de Adry y mucho menos en su vida privada, pues sabía por experiencia propia que no acabaría bien parado. –Esta chica tiene algo que no me gusta…- Susurraba Lanna a su compañero sin apartar la mirada de Alegna. –Aquí tiene señorita.- Dijo el elfo entregando la bebida indicada y volviendo hacia el armario de los licores para servir un bourbon al licántropo.

 

-Señorita. Una pregunta ¿Usted de qué familia viene? Pregunto, porque hay muchas interesadas en formar parte de esta familia.- Continuaba insistiendo la elfina con su típico tono de voz chillón y un tanto desagradable. Por suerte para Lanna, era la mimada de Adry no trataría nunca de herirla.

 

A los cinco minutos, el italiano salió del cuarto de baño con su cabello un tanto humedecido aunque peinado y con una toalla blanca atada a su cintura. –Ya estoy.- Dijo el Gaunt cerrando la puerta del daño, ya que desprendía mucho bochorno. -¿Te están causando algún tipo de problema?- Preguntó Adry agarrando su vaso, sin ni siquiera mirar a los ojos a Gother que se lo servía. Dio un gran trago de su licor y acto seguido se sentó en su gran cama apoyándose en el respaldo.

 

La herida no parecía estar demasiado mal, aunque siempre es recomendable desinfectarlas para prevenir infecciones. -¿Estás cómoda? Cualquier cosa que necesites puedes pedírsela.- Apuntó el joven mago señalando con la mirada a sus elfos. -Traed el botiquín.- Ordenó Adry, y rápidamente Gother apareció con lo mandado. -¿No querrá usted curar a mi Señor, no?- Preguntó la elfina retando a la ojiverde, con una sonrisa maliciosa.

 

El licántropo sentía como si su elfina creara un mal ambiente en aquella habitación y desde luego él no quería causar esa impresión a Alegna. –Os voy a pedir que abandonéis la habitación. Si requerimos de vuestros servicios ya os llamaremos. Ahora marchaos.- Ordenó el Gaunt con un tono serio y seco e intentando no perder las formas frente a su invitada. ¿Ahora quién curaría a Adry? Él no tenía mucha idea de qué hacer con todos aquellos botes, vendas y tiritas que se encontraban en el botiquín, pero sino quedaba otra se curaría con magia, pero siendo esta la última de sus opciones.

 

 

@@Alegna Black

 

[Alegna Black]

De qué familia era?, la pregunta de la elfina me rondaba en la cabeza mientras aun con mis ojos cerrados sentía la penetrante mirada de la criatura, me enterneció que ella demostrara tantos celos por el joven, sin abrir los ojos dije en vos baja si supieras elfina, si supiera, mas como un pensamiento que como una respuesta ante su insistencia. Me incorpore en mi asiento que ya se me estaba haciendo demasiado cómodo y termine mi bebida, mire a la elfina

 

-tranquila, elfina, lo que menos quiero es formar parte de la familia- agite mi vaso y el elfo me lo lleno de nuevo. Cuando lo llevaba por la mitad, el sonido de la puerta a mis espaldas me indicaba que mi anfitrión ya salía de su baño, al darme vuelta, me sorprendió un poco verlo solo con una toalla, desvié la mirada, un poco lento, pues creía haberme ruborizado.

 

-para nada, han sido… gentiles- digo terminando mi copa, parándome y acercándome a la ventana, tratando de no mirar al joven, respirando pausadamente controlando las palpitaciones que la bebida y las hormonas habían subido.

 

Sientó como el Gaunt pedía el botiquín, algo extraño en una casa de magos, pero afortunadamente sabia como utilizar esos artilugios muggles, aunque no recordara en donde los había aprendido, la pregunta casi histérica de la elfina, me divirtió por lo que me tranquilice un poco, mirándola con una sonrisa de lado y una ceja levantada, mientras mi cabello me ocultaba un poco.

 

-por tu cara dudo que te sepas poner el pantalón sin ayuda de tus elfos-le digo divertida al chico que se encontraba en su cama- déjame ver que tal esta eso- suspiro mientras me siento a su lado, levantando un poco la toalla y descubriendo la herida.

 

No era ni profunda, pero podría infectarse y mas viniendo del lugar en donde se la hizo, tome el botiquín mientras rebuscaba en lo que había, tome un antiséptico y algunas gasas, mientras humedecía las gasas mire a los ojos castaños de Adry

 

-No te dolerá… bueno casi nada- y le aplico la comprensa mientras hago un poco de fricción para limpiarla, tome mi varita del bolsillo, susurre episkey, la herida cerro al instante, me levante de la cama para buscar otro trago, algo más confiada en mi y en él, decidí sentarme a su lado

 

-dime pensaste que esta noche terminaría así?

 

@@Adry Weasley

[Adry Weasley]

La noche iba viento en popa y los magos cada vez parecían estar más y más pegados, y eso que se habían conocido en cuestión de horas en una taberna. Ebrio no era la palabra perfecta para describir en ese preciso instante al Gaunt, sino más bien contento, por lo que era plenamente consciente de sus actos en todo momento. Aunque tal vez no negaría en culpar al alcohol por sus depravados actos. Pero lo primero, era lo primero, y debía desinfectarse esa herida lo antes posible.

 

Arqueó una ceja al escuchar el comentario de la ojiverde. Tal vez Adry abusara de sus elfos domésticos en exceso, pero… ¿para que estaban si no? Él solía estar más ocupado de otros asuntos que de limpiar o hacer cualquier otra cosa que le quitase tiempo. –A lo mejor no sé ponerme el pantalón solo, pero quitármelo sí que sé.- Soltó chistoso el licántropo con una sonrisilla en sus labios. Acto seguido Alegna se acercó hacia la herida del muchacho, y en el momento en el que levantó la toalla el castaño tragó saliva y sin saber por qué comenzó a ponerse nervioso. –Sí, sí. Está bien.- Dijo con un tono de voz acelerado.

 

Finalmente la chica parecía haber optado por utilizar la manera más rápida y fácil para curar el corte que tenía Adry en su pierna. –Gracias.- Agradecía el joven mago observando como su acompañante se servía grácil una nueva copa. El italiano todavía tenía su vaso de bourbon medio lleno, por lo que no necesitaba rellenarse su bebida, no obstante le dio un gran trago que con escasa diferencia terminaría con ella. No entendía porque estaba nervioso, pues no era la primera vez que trataba con chicas de tal calaña, pero una cosa era segura y es que con aquella copa pasaría a estar delirante.

 

El corazón del Gaunt comenzó a latir a mil por hora, no sabía si lo que estaba haciendo estaba bien, o mejor dicho, lo que estaba a punto de hacer. Agarró su vaso y le dio el último trago, el trago que le hizo armarse de coraje, cambiar las luces y ambientar la situación. –La noche no ha terminado.- Apuntó el chico entre susurros y acercándose lentamente hacia la boca de la ojiverde para culminarlo en un beso. –De hecho, la noche está a punto de empezar.- Continuó dejando escapar una sonrisa ladina.

 

El deseo que sentía era evidente, y el castaño no se cortaría en mostrar sus pasiones más recónditas. Sabía de sobra que desde el primer momento que la vio comenzó a sentir aquella atracción que se le hacía tan difícil ocultar por cada segundo que transcurría. Ese momento ya se había vuelto completamente intenso. –No te voy a obligar a hacer nada que no quieras.- Musitó Adry, mientras iba besando el cuello de la ojiverde tenazmente. Llegado a ese punto, la inquietud se había disuelto por completo entre la pasión de cada beso y nada más que disfrutar de aquel momento le haría perder la cabeza.

 

No sabía que pasaría a la mañana siguiente, pero una cosa tenía clara, como los antiguos decían: Carpe Díem. Y así lo haría, encerrando el placer en su habitación, juntando sus caderas, juntando la atracción con el calor.

 

 

@@Alegna Black

 

 

[Alegna Black]

Sentados uno al lado del otro, los comentarios del italiano me hicieron gracia, inteligente y perspicaz, pensé mientras terminaba mi trago y dejaba la copa en una de las mesas de luz.

 

-la noche no ha terminado- Al mirarlo tras sus palabras, me sorprendió tenerlo tan cerca, mientras nuestros labios se unían en un beso, no uno tímido ni rápido, como había sido el que le había propinado en el caldero para que olvidase su bochorno, si no uno cargado de pasión, una pasión contenida que yo misma sentía.

 

-quien dice que no quiero?- sonrió mientras paso mis brazos por su cuello, y muerdo el lóbulo de su oreja sintiendo sus labios recorrer mi piel mientras un escalofrió corre por mi espalda, el alcohol ya me había desinhibido, de haberme tomado sobria, las posibilidades eran nulas, mi propio carácter me ahuyentaba a cualquier persona, que no me conociera.

 

Paso mis manos por su torso bajándolo por los costados, llegando a la toalla.

 

-te siento algo tenso- le sonrió, volviendo mis manos a su cuello y acariciándolo- te pongo nervioso?- mi rostro refleja mi sonrisa burlona algo más que característico en mi. Despojándome de toda barrera que se atreviera a sentir el calor, dejándome en igualdad de condiciones que él.

 

Lo tomo por el cabello entrelazando mis dedos en su pelo atrayéndolo a mis labios sedientos, mientras mi cuerpo se convulsiona de placer.

 

 

*****

Abrí mis ojos de a poco, la bebida había tomado su venganza en mi dolor de cabeza, la respiración pausada a mi lado me indicaba que lo que pensé había soñado en realidad había sucedido, me levante despacio, tratando de no hacer ruido, tomando mis ropas que habían quedado desperdigadas por rincones del cuarto que ni recordaba, me vestí lo más rápido posible mientras, veía el suave dormir de mi acompañante, me acerque con cuidado, no quería despertarlo, pues no me gustaban las despedidas ni nada parecido. Bese sus labios como despedida.

 

Al salir del castillo, me dirigí caminando pausadamente a mi hogar con una est****a sonrisa de satisfacción en mis labios y pensando en ese muchacho.

 

@@Adry Weasley

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

Era un momento especial, sin duda iba a ayudar a una de mis compañeras de la marca y de igual forma al parecer era mi abuela. Por lo que tome una de las invitaciones para ir hasta la mansión; lo mejor de todo es que era una de las mansiones que hacía tiempo no pisaba y sabía que en ella podría encontrar a una gran amiga pero sobre todo al chico que quería demasiado.

 

Por eso es que me había arreglado demasiado para ir solo a dejar una invitación, por lo que incluso antes de tocar la puerta alise mi saco para verme presentable frente a estas dos grandes personas que sabía que eran los patriarcas de esa mansión.

 

- Tranquilo, todo estará bien - Intentaba calmarme yo mismo, esperaba que alguien me recibiera pronto y ojala fuera el chico tan guapo que esperaba que abriera y pudiera además conversar sobre otro asunto con él, claro que si era mi gran amiga no sería ningún inconveniente.

 

Toque a la puerta, y quede un rato ahí esperando con la invitación en las manos, el clima era confortable pero esperaba que Anne o Emmet pronto me atendieran o al menos no quedara por mucho rato con el documento en la mano sobre todo por si el clima decidiera cambiar y comenzara a llover, que explicaciones le daría a Alyssa.

 

Finalmente alguien abrió la puerta, mis manos sudaban pero necesitaba calmarme antes de que pudiera comenzar a hablar - Buenas Tardes vengo en búsqueda de Anne y Emmet espero pueda hablar al menos con uno de los dos. Les traigo esto - Sin duda ansiaba poder hablar con alguno de los dos por lo que le extendí la invitación a la persona y así de esta manera pudiera ir en búsqueda de cualquiera de los patriarcas.

 

http://i.imgur.com/ybiHtvO.jpg

 

@@Emmet Haughton Gaunt, @