¤ Ladurée ¤ (MM B: 102947)

[Deiwan Rambaldi]

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¤ Vianne Rocher, recepcionista ¤

Sonrió al ver a Sira elegir la primera caja y la pasó a la aprendiz para que le envolviera junto a la tarta de ferrero, era una sabia elección: aunque fueran algo mayores, estéticamente eran muy distintos unos de otros y eso daba juego ante los invitados a los que se los ofreciera en una velada que organizara o tomando un café.

—Pues ya está...—contestó al quedarse sin la caja en sus manos, clavó sus orbes en la bruja. Siempre venían clientes que exigían descuentos, y otros que se sorprendían porque se los hacían así sin más. Se puso el dedo en la frente y recapituló la compra—. Veamos, la tarta ferrero son 15 galeones, la bandejita de bombas de nata... dijimos que seis unidades, asi que 7 galeones y la caja de bombones, 9 galeones. Son un total de 21 galeones, pero por ser la primera vez que compra, le efectuaré un descuento del 10% y por estudiante, carnet de bruja joven, otro 10%, o sea, un 20%...

Fue tecleando a continuación las cantidades en la maquina registradora para que así efectuara el resultado, al que tuvo acceso enseguida.

—Pues 16 galeones con 8 sickles, por favor.

No estaba nada mal que se ahorrara unos cuatro galeones. Miró a la aprendiz de soslayo, que se hallaba en otro mostrador y que parecía entretenerse demasiado en envolver los tres paquetes de dulces. La pobre era novata.

[Sira Loveless Haughton]

La caja de bombones la paso hacia su compañera para que la envolviese con un papel y un lazo digno del establecimiento. No estaba segura donde los comería, pero si con quien los iba a compartir.

 

EL joven tendero comenzó a recitar su pedido, que era bastante largo, en otras circunstancias no le hubiese importado, pero desde que llego a Londres, había tenido que ajustarse el cinturón, ya que su gran fortuna, después de cien años estaba llegando a su fin, y aun no había comenzado a trabajar:

 

- Vaya, gracias por los descuentos- Le dijo con una sonrisa mientras abría el bolso para pagar:- Aquí tienes, 16 galeones con 8 sickles- Sira pagó y tomo los paquetes con cuidado, los bombones en su bolso, la tarta envuelta con una caja color beige y un lazo marrón en su mano derecha y las bombas de nata colgaban de su dedo anular por el lazo que le habían colocado. Como pudo salió del lugar rumbo a su casa.

[Linker2k]

Estuve caminando toda la mañana, mi humor era particularmente bueno incluso el había estado tranquilo, parecía que luego del bar el día anterior iba acostumbrándome al ritmo de la ciudad, al menos el hedor de las calles no me hacían picar la nariz, o no tanto. Poco a poco me iba acostumbrando al ruido, y la miseria humana que me rodeaba se hacia cada vez mas borrosa, como si estuviese siendo digerida por las construcciones de cemento, como si fuesen parte inerte del paisaje lúgubre presentado a través de una fina capa de neblina que hacia sentir todo como un sueño lejano.

 

Mi cabeza estaba ocupada tarareando una canción que quien sabe cuando habría odio, no estoy seguro si la estaba tarareando en voz baja o era solo mi mente produciendo el sonido, que mas da? estoy de buen humor, y hambriento... realmente se me antojaría desayunar algo.

 

-*Voz Interior: Podríamos ir de caza, a que unos roedores suenan bien?*- Durante unos segundos me quede pensativo, hacia cerca de tres días que había-me comido una zarigüeya que si bien me había saciado, me había dejado un gusto horrible en la boca, quería comida humana, se me antojaba algo dulce.

 

-*Voz Interior: Puaj... me das vergüenza en ocasiones* - Si, el despreciaba la comida humana, pero que mas da, yo era el que decidía, *Cállate, hoy desayunaremos lo que yo quiera*, murmure en voz baja mientras entraba en lo que parecía una cafetería atiborrada de gente.

 

Mis ojos recorrieron la sala, al parecer no había una sola mesa libre, ni siquiera un espacio en la barra -*Voz interior: Bien, que mas remedio*- dijo con regocijo -*Voz Interior: vamos, el bosque nos espera para desayunar*. Sacudí mi cabeza para callarlo, mire una vez mas a ver si tenia un lugar donde sentarme, pero me invadió la resignación al ver que no quedaba una sola mesa libre.

 

-*A lo mejor comprar algo para llevar y sentarme en la acera a comerlo*- pensé para mis interiores sin mucho agrado de la idea.

[Isabella Hawthorne R.]

Sonreí al escuchar las palabras de Kusty, me gustaba su forma de ser, a decir verdad era muy buena persona y yo debía comportarme como ella, no con indiferencia como era mi costumbre de tratar a las demás personas que eran amables conmigo, después de todo debía cambiar completamente mi forma de ser.

Una joven llamada Vianne se acercó a nosotras y nos ofreció a una camarera que nos atendería especialmente a nosotras, le dediqué una leve sonrisa a los pocos segundos un muchacho se dirigió directamente a Vianne, dándole una disculpa y ofresiendonos su atención.

-Hummm- repiquetee mis uñas sobre la mesa y me mantuve pensativa- yo quiero leches espumosa y unas donas rellenas con crema de vainilla- miré a Kusty- ¿qué pedirás tu?

Pasando unos minutos, luego de que Kusty ordenó un muchacho apareció y contempló la sala por un por de minutos, lo observé parecía dudoso y hambriento, la verdad no me pareció tan mala la idea de que se siente con nosotras, me incliné sobre la mesa y miré a Kusty y susurré por lo bajo.

-¿Te molestaría que nos acompañe?- Ella negó suavemente y me voltée a mirarlo de nuevo, el notó mi mirada que estaba un poco fría como de costumbre por el color de mis ojos grises- si quieres puedes sentarte con nosotras- le dije en voz con voz firme.

[Kutsy Stroud Lenteric]

Era sensacional estar rodeada de tantos aromas nuevos y deliciosos, si antes no tenía mucha intención de comer algo ahora sentía la urgencia de deleitar mis papilas gustativas con algún bocadillo dulce, una risa juguetona escapo de mis labios, mientras escuchaba con atención las palabras que le dedicaba a Isabella al mesero que nos atendía.

 

Coloque mi dedo indicé sobre mis labios evaluando lo que pediría, sonreí ante el recuerdo que yo no solía comer mucho, finalmente después de meditarlo unos segundo -creo que pediré lo mismo que mi amiga -le respondí a Axel.

 

Mientras juntas esperábamos lo que habíamos pedido, mi atención se centro en la llegada de un chico que lucía a mi parecer algo extraviado, además... <<hambriento>> pensé mirando con detenimiento su rostro, Isy llamo mi atención al susurrarme algo que por supuesto acepte sin miramientos. Antes había sido una persona bastante antisocial y triste, sin en cambio ahora deseaba vivir tantas experiencias como me fueran posibles.

 

Le sonreí al muchacho que ella llamaba para que compartiera con nosotras un buen momento, quizás... tendría la grandiosa oportunidad de hacer más de un amigo en esa ocasión.

[Linker2k]

Me detuve unos momentos, no por que desconfiara o desease desanimar la cordialidad brindada por aquellas dos mujeres, sino porque no podía caer en cuenta cuanto había cambiado el mundo desde mi ultimo contacto con la civilización, no hacia veinticuatro horas alguien que no me conocía me había dado la bienvenida con una copa en el bar, ahora como si me hubieran leído la mente, me estaban invitando a sentarme.

 

-*Voz interior: Seguro te han leído la mente, como podrían saber que deseabas quedarte aquí? No confíes, las cosas salen mal cuando te confías, huye vayámonos al bosque*- Era inevitable que el desconfiase, pues no había motivo aparente para tanta cordialidad, no me conocían. Y si yo era un desquiciado? Y si solamente había entrado buscando a alguien? Como podrían haberse dado cuenta que buscaba donde sentarme? Tan evidentes se habían vuelto mis gestos? -*Voz Interior: Ademas por que querrías compartir mesa con la chusma? Nosotros somos mejores que eso*-

 

Sacudí mi cabeza para callarlo, mi estomago hizo un crujido y fue allí que me di cuenta que habia estado aproximadamente dos minutos parado sin moverme mirando fijamente a la pareja de mujeres, -*Buena primera impresión quedar como loco*- pensé -*Voz Interior: Pero si estas loco, no te hagas el sorprendido ahora, estamos bien locos*- nuevamente sacudí mi cabeza, a veces me preguntaba si la gente podía escuchar las conversaciones que se daban dentro de mi, si podían escucharlo a el.

 

Finalmente tuve que escoger entre salir corriendo del lugar o acercarme, sonreír, fingir que todo era normal y comer, mi estomago volvió a crujir, la elección se volvió fácil. Haciéndome lugar entre las arrinconadas mesas, puesto a que medir 1.90 y con mi contextura no era fácil moverme en espacios reducidos conseguí llegar hasta donde ellas estaban situadas.

 

-*Lo siento, estaba buscando donde sentarme y a lo mejor ha sido mi imaginación....*- -*Voz interior: Seguro fue eso, maldito loco*- tarde unos segundos en completar la frase -*Me habéis dicho a mi para que me siente con vosotras?*- un calor me recorrió el rostro, aparte la mirada, el estomago se me cerro -* Aunque seguramente malinterprete y le decían a alguien mas, no tenían forma de saber que estaba buscando donde sentarme...*- me sentí avergonzado e iracundo, intente mirar a otra persona viniendo a ocupar al lugar que yo creí que era mio, sin embargo nadie vino, entonces me estaban hablando a mi... -*Soy Minandinho*- esa frase salio casi de forma automática y fue aún mas raro el silencio sepulcral que guarde luego, mientras contemplaba a las dos muchachas, aunque en realidad sin mirarlas, debido a que no podía despegar los ojos del centro de la mesa debido a la incomodidad., necesitaba tapar la cantidad de contradicciones que había dicho y hecho en los últimos cuatro minutos, salir corriendo era de nuevo una opción sobre la mesa.

[Isabella Hawthorne R.]

El jóven se quedó parado por un par de minutos, como analizando la situación y sacudía la cabeza varias veces como tratando de callar a su voz interior. Miré con el ceño fruncido a Kusty, la verdad él se empezó a comportar de una marera extraña, esto era muy sospechoso, ella me devolvió la mirada, ¿habíamos hecho algo mal?

Negó la cabeza una vez mas, hasta que se resignó a avanzar hacia nosotras a paso lento y cauteloso, era muy alto a decir verdad, bueno para mi que a penas llegaba al metro sesenta, mis ojos grises lo miraron de pies a cabeza, la verdad empezaba a desconfiar de él, quizás si fue un error haberlo invitado con nosotras.

Llegó hasta nosotras al decir alunas palabras sus mejillas se sonrojaron, se notaba a leguas el nerviosismo que traía enzima, había apartado la mirada de nosotras y la poso en el centro de la mesa, con cada cosa que decía se contradecía, arqueé una ceja y lo contemplé tratando de entender lo que decía.

-Claro que te invitamos, soy Isabella-le pasé mi fría y fina mano con delicadeza y para deshacer la tensión le sonreí.

[Sophie M.]

Aquella mañana había decido que no quería desayunar en el Castillo Haughton, aquella mesa tan grande y escasez de comensales en ella amenazaba con destruir el poco autocontrol que me quedaba y no debía huir otra vez fuera del país, ahora tenía muchas responsabilidades, en particular el Ministerio y otras no tan oficiales con mi bando.

 

Mientras me paseaba por el ahora muy lleno callejón, no pude sino observar a un hombre que captó inmediatamente mi atención, solo pude observar su silueta pelo negro que se perdía en un café. Al entrar justo detrás de él me tomó unos momentos localizarlo, por qué me resultaba tan familiar, tanto que en mi confusión le había seguido hasta allí.

 

- Disculpe - dije interrumpiendo la conversación que sostenía con unas jóvenes en una mesa y cuando se volvió hacia mi el corazón se me detuvo, no le conocía y aún así era más abrumador lo familiar que me resultaba - ... disculpe - añadí pero esta vez más avergonzada - quizá le he confundido con otra persona-. Me alejé unos pasos aún sonrojada, que más daba lo que pensaran aquellas mujeres a quienes ni siquiera conocía.

 

Para mi suerte una pareja se retiraba dejando una mesa libre que me encargué de ocupar sin quitar la vista, muy a pesar de que podía ser maleducado, de aquel ¿extraño? era acaso la palabra. Y no me enteré sino hasta que el camarero pasó su mano frente a mis ojos que me pedía la orden.

 

- Sorpréndame - le dije sin apartar todavía la vista de mi objetivo.

[Kutsy Stroud Lenteric]

El comportamiento del joven que, tan amablemente Isabella, había invitado a sentarse con nosotras comenzó a poner nerviosa a mi acompañante. Podía notarlo en la forma como su delicado rostro se fruncía ante la duda, por lo que me límite a devolverle una sonrisa que esperaba la ayudara a tranquilizarse.

 

Las dudas del chico a acercarse eran palpables y no lo culpaba, eramos dos completas extrañas para él y sin embargo, estamos dispuestas a hacerlo sentir bienvenido. Eso era algo que había aprendido de la hermosa joven de ojos grises que se sentaba frente a mí, observe con detenimiento cada uno de sus pasos y pude notar que mantenía una conversación consigo mismo... aunque podría a postar que estaba discutiendo.

 

Me resultaba sencillo el poder leer a ciertas personas y él no parecía ser la excepción; estaba nervioso, más que eso, lo pude comprobar al ver el sonrojo en su rostro. Escuche con atención su voz, si uno tenía cuidado podía descubrir tras cada nota un mensaje oculto, asentía levente después de oír la respuesta de mi amiga.

 

-No tienes porque estar nervioso Minandinho -sonreí fugazmente al ver que no me observaba -nos complace que decidieras compartir un momento con nosotras. Por cierto mi nombre es Leyla Kutsy Myrddin Loveless -añadí esperando que él volviera su vista hacía mí -pero, mis amigos me llaman Kutsy.

 

Sabía que era demasiado usar mi nombre completo pero al menos esperaba de esa forma hacer que se sintiera un poco más en confianza -y dime ¿cuanto hace que llegaste a Londres? -Inquirí sin estar muy segura de que preguntar.

[Linker2k]

Fue un momento de alivio, no por el hecho que me hubiesen invitado per sei, mas porque me haba ahorrado el momento incomodo de tener que disculparme y salir, ahora que me habían dado la bienvenida, creo que el podría tomarse un descanso por un rato, o al menos eso esperaba, no tenia la menor intención de entablar conversación con mis interlocutoras y con el al mismo tiempo, por lo general las cosas no salían bien cuando eso sucedía.

 

Sonreí de una forma cordial y aliviada, no me sentía cómodo con que sintieran mi incomodidad, jamás había sido antisocial, por lo menos yo, y el nunca había sido inseguro, aunque en mas de una ocasión hubiese preferido que así fuese. Tendí mi mano para saludar a la primera de las mujeres, que me miraba de forma desconfiada o así lo percibí yo... Quien sabe, no estoy muy acertado en percepciones últimamente.

 

-*Hola Isabell...*- No pude terminar la frase por mas corta que esta fuese cuando me voltee ya que alguien me había hablado, mis ojos se encontraron con otra mujer de piel clara, delgada, su largo cabello negro llega un poco más lejos de su cintura, ciertamente era atractiva, sin duda me había confundido por alguien mas, note su expresión, era la misma que yo tuve momentos antes.

 

-*Ehm, lo siento*- me encogí de hombros -*No creo que nos hayamos conocido, o cuando menos no que yo recuerde, acabo de llegar a Londres, por primera vez...*- añadí intentando repartir equitativamente mi atención entre las dos mujeres, pero justo ahí una tercera me hablo, esta de aspecto un poco mas delicado que las anteriores, sus rasgos mas finos, pero no perdía atractivo -**Vaya, Londres esta lleno de mujeres bellas*- pensé al momento que la segunda se sentaba en otra mesa que recién se liberaba y la tercera se presentaba por nombre completo, recién fue entonces cuando me di cuenta que había sostenido la mano de la primera durante todo este tiempo.

 

​La solté rápidamente y me encogí de hombros -*Lo siento*- dije algo avergonzado, pero no era sencillo hablar con tres personas al mismo tiempo, al menos en este instante que todas tenían su atención en mi, especialmente la segunda que si bien ya sentada en otra mesa no dejaba de mirarme fijo, cosa que era algo extraño.

 

-*Entonces para resumir, Isabella, Leyla Kutsy Myrddin Loveless, chica bella que me confundió por alguien mas y aún no se como se llama, las saludo a todas*- me incline en una pequeña reverencia algo graciosa, el humor y la exageración eran el rasgo de mi personalidad que mas cómodo me hacían sentir, pues solo de vez en cuando, en los momentos que el no estaba presente, solía ser bastante ludico y relajado. Procedí a sentarme en un espació que estaba entre ambas mesas, aunque por como estaba distribuido el lugar parecía todo una misma.

 

-*Llegue a Londres ayer por la tarde, vengo a estudiar a la academia de Magia*- respondí sin dejar de sonreír pensando en como habiase dado cuenta de que no era de Londres, a caso toda la gente de esta ciudad se conocía entre sí? o a lo mejor a pesar de hablar cinco idiomas de forma fluida mi acento seguía siendo foráneo, seguramente la segunda, tomé la carta preguntándome que habría de bueno, sin duda mi incomodidad se había esfumado con el -*Entonces que hay de bueno para comer aqui?*- pregunte en voz alta mientras hundía mi cabeza en la carta y pensaba en cuanto dinero me quedaba para gastar.