╚ Parque Acuático Witch ╝ (MM B: 102556)

[Sagitas E. Potter Blue]

¿Consejo sobre algo que ya sabía? Me estrujé la mente para intentar recordar de qué demonios apaleados me estaba hablando. Esperaba que no se notara mucho mi desconcierto. Tomé la copa que ya casi estaba acabada cuando sentí su explicación. Soplé con tanta fuerza que el líquido se esparció por los lados, manchando todo (de nuevo).

 

-- ¿Cómo qué... qué quieres formar una familia?

 

No sé que fue lo que más me asustó, si el contenido de la frase o la forma en que lo dijo, despacito y casi entre los dientes, para que nadie lo oyera. Me limpié la pechera mojada como pude, porque intenté coger el servilletero y del manotazo había caído al suelo, bastante lejos de mi alcance, además que había olvidado que con la varita lo podría haber alcanzado. Sacudí varias veces la mano porque la tenía toda pringosa del líquido vertido. Pero mis ojos miraban fijamente a Hayame. Guardé silencio, porque algo por dentro se estaba preparando para la reacción, y eso lo tenía que hacer con algo más de tiempo.

 

-- ¿Qué le vas a pedir...? ¿QUÉ LE VAS A PEDIR LA MANO?

 

Todo lo bajo que ella lo había dicho, lo solté yo en un grito descontrolado. Varias personas dejaron de hablar con sus parejas para dirigir miradas inquisitorias, recriminatorias e incluso divertidas hacia nosotras dos. Ni caso, que les chinchen... Yo ahora tenía otra cosa en la cabeza que el protocolo social de comportamiento en público.

 

O tal vez debiera haber estado más al tanto con lo que sucedía, pues cuando dejé de mirar a la gente que entraba, noté que mis manos estaban atadas por sendos ovillos. Arqueé la ceja y miré de nuevo fijamente a mi hermana.

 

-- ¿Pero te crees que soy una viejita a la que le gusta tejer porque no tiene más cosas en las que perder el tiempo?

 

Pero yo le atacaba de una manera y ella me contestaba con otra diferentes, como si yo fuera mucho más lenta en reacción que ella o su mente tuviera una aceleración máxima.

 

-- ¿Cómo que luce el paisaje mejor sin luz? -- Mirada a mi alrededor, inquieta, muy inquieta. -- ¿Es que te quieres declarar aquí y ahora y vas a crear un entorno más romántico? Yo creo que te van a encerrar a ti, en el manicomio ministerial...

 

Me sentía inquieta, aunque seguí moviendo las manos para ayudarle en devanar aquel ovillo de estambre (¿qué narices es el estambre?) para que no se le liaran los hilos. Suspiré y seguí mirando a la gente que se movía por el parque. Unos subían a esas norias locas, otros se bañaban, algunos sólo tomaban el sol, otros... Otros se movían de forma extraña...

 

-- Oye, Haya... Esa elfina... Sí, esa, la que está sentada en la hierba.... ¿No notas un aura rara a su alrededor? No es trigo limpio. Lo juro. ¿Crees que tendríamos que pedir a un elfo que la vigile? O podríamos vigilarlas nosotras, mientras me cuentas eso de petición de mano... Tal vez resulte divertido...

[Damian Black Lestrange]

Elfa Rita

 

La elfina se habia quedado algo aburrida en las hierbas, pensando que no iba a encontrar ningun chisme para Bartolomeo y sabia que el se iba a desquitar con ella por no tener ningun chisme...Sin embargo un fuerte grito le vino caido del cielo...

 

Al parecer alguien se iba a declarar en el parque, iban a pedirle la mano a alguien pero no sabia a quien, lo apunto en su libreta y cuando estuvo a punto de pararse, vio que la habian descubierto...sin embargo bien sabia lo que diria para evitar que la sacaran del parque...

 

Su primer impulso fue correr del lado contrario a ellas sin embargo eso la iba a delatar, desaparecio su libreta y se dirigio hacia ellas....miro a las chicas y con mirada atenta y cortes dijo

 

-Buenas tardes, soy uno de los nuevos elfos de seguridad que fueron contratados y ando buscando a un niño que se quiso colar aca, no lo han visto? Es chiquito pecoso y se dirigia a los juegos de mayores...- dijo esperando que no se notara su nerviosismo...Necesitaba que creyeran que era una elfina de seguridad y asi evitaria problema alguno....

 

Sabia que la reñirian por descansar en sus supuestas horas del trabajo...pero era eso o que la expulsaran del parque...

 

Miro a las dos mujeres frente a el haciendo la carita mas inocente que sabia...esperaba que su frase diese resultados....

 

 

[Helike R V PB]

- Me pareció oler su aroma -le comenté a Matt intentando otear el lugar, pero no sabía dónde podía meterse esa condenada mujer, pero si lo pensaba mejor era así. Tener un día tranquilo con Matt e Ithilion, ya habíamos tenido suficientes broncas para escribir un diario (?).

 

- Pero no sé tanta gente que hay por aquí, quizá se fue hace tiempo, ni idea -me encogí de hombros.

 

- Oh, qué galante -le lancé una sonrisa radiante. La tomé y me la puse por encima, sí, grande me quedaba bastante, que me llegaba hasta la cintura y un poco más, pero no importaba.

 

- La verdad es que yo también, un día tan fantástico como hoy y se aprovechó bastante -pensaba en esos instantes en dónde me había cogido por sorpresa y dado un beso, Ithilion y haciendo de las suyas tirándose por el tobogán y luego que si éramos novios. No pude evitarlo y solté una risilla esperando que Matt no se diese cuenta y pensase que me estaba riendo de él.

 

- Venga vamos -tomé el monedero de piel de moke, la varita y la toalla y me la coloqué al hombro.

 

- Tengo mis cosas en el vestuario, pero si me esperas, vengo enseguida -y para allá fui corriendo. Tomé las prendas que me pertenecían y en un periquete ya estuve a su lado.

 

- Eso sí, en cuánto lleguemos a dentro te la pones. Que empieza a refrescar, aunque no pueda sentir las bajas temperaturas (extremas), tú si las notas y no es bueno que pesques un resfriado, luego tu madre me echarará la bronca -negué con la cabeza y la agaché. Si cuando quería la suma sacerdotisa de Ávalon podía ser una bruja de armas tomar ante un simple catarro.

 

- Pero con una poción pimentónica y ya está ya verás -le dije guiñándole un ojo.

 

Nos encaminamos hasta el hotel llegamos hasta la última planta y en cuánto la abrió me quedé sorprendida:

 

- pero, ¿y ésto? ¡Qué maravilla! -alabé por semejante lugar en dónde nos encontrábamos. Menos mal que no llevaba a Ithilion en brazos, que seguro que se me caía por la sorpresa...

 

- La terraza seguro que me gusta... En la Rambaldi, cuando quiero evitar a gente, salto de la terraza de mi habitación y aterrizo en el suelo y me voy por ahí - y sin poder evitarlo, lancé una carcajada... Si mi padre Deiwan se enterase de semejante situación seguro que me reñiría pero ahora ya no estaba. El rostro se me esombreció un poco pero cambié el ánimo por los chicos:

 

- Bueno cariño, ¿pedimos algo de cenar? Pide lo que quieras, seguro que me gustará¿Te imaginas la cara de Sagitas si piensa que estamos haciendo cosas que no deberíamos? - Y En ésta ocasión no pude evitar estallar a carcajadas.

 

- Mientras voy a cambiarme, no es plan comer en bikini -y casi sin contenerlo lo miré con cara provocativa llendo hasta el baño que me había indicado para cambiarme de ropa.

[Anthony R. Dracony M.]

Me puse algo más cómodo. La habitación era muy espaciosa y elegante, aquello me hizo recordar aquella mansión que ahora era un vago recuerdo, tristemente recordé su lema, "Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo ve perdido", aquella mansión estaba sola y se había decidido al último e transformarla en su hogar, y ahora había desaparecido.

 

Un día, después de cumplir con sus clases en la academia, había encaminado sus pasos hasta la mansión Clearwater, quería continuar con las decoraciones y los nuevos arreglos, camino por aquel puente y al tomar el camino no diviso ningún rastro que le asegurará de la existencia de aquella mansión.

 

Volví varias veces sobre el camino, pero fue en vano. Aquella edificación solo existía ahora en mi imaginación. No pude entender como había ocurrido aquello pero solo me quedaba continuar.

 

Llame al servicio a cuartos y ordene una fructífera cena, eso me animo un poco. Mañana sería un gran día, recorrería todo y disfrutaría al máximo de estar en el parque. Ahora me puse en aquella cama tan blanda y cómoda y me quede dormido casi al instante que recoste mi cabeza en la almohada y me cubrí con las frazadas.

[Hayame Snape Potter Black]

La vampiro pelirroja bufó de golpe continuando con su tejido (el estambre es hilo de lana o algodón, entintado con colores para hacer chambritas o bufandas o colchas manita XD) antes de levantar una ceja al observar la mirada de su hermana que parecía despertar de un largo ensueño en el que no había dejado a notar que ya era de noche y corría un aire friecito por la plaza ahora vacía de gente que ya se había retirado a sus hogares

Sonrió de lado antes de dejar salir una risa bajita y maligna a pesar de que no estaba planificando ningun acto cruel o villanezco como para poder sentirse orgullosa de ello

 

-Es de noche. Te has quedado dormida como en la librería y hasta tu hijo y nuera se han ido a dormir con todo e Ithilion... o bueno, tal vez no a dormir porque tampoco es tan tarde pero les he visto salir hace una hora... creo que no te han venido a zarandear porque te vieron conmigo y les ha dejado tranquilos aunque eso no es ninguna seguridad

Y volvió a reir antes de cambiar a un gesto de entendimiento para después asentir

-Señorita elfina... conocemos a todos y cada uno de los elfos del lugar y ninguno puede ingresar a trabajar en el parque... sin que el dueño se entere- sonrió de lado antes de verla de reojo- hubiera sido menos sospechosa si tan solo hubiera dicho que buscaba a un niño

Y rió con un nuevo tono macabro

[Hilary J. Gryffindor.]

Llevaba unos jeans cortos y una camisa suelta color coral y blanco, una vestimente bastante muggle para el lugar, pero no queria estar incomoda. Queria que mi hijo disfrutara de su mundo, el cual no veía desde muy pequeño. Mi cabello negro ondulado caia por mi espalda, el viento lo movia haciendo que la blusa también se moviera dejando notar que en un cinturón que sostenia los pantalones y apenas viéndose estaba mi varita. Quizas no recordara muchos hechizos, pero recordaba el no estar sin ella en ningún momento de ser posible. Mi maquillaje era tenue haciéndose notar frescura en mi rostro.

 

Bajé mi mirada notando el rostro de emoción de mi hijo. Nunca lo había llevado a ninguna atracción, primero porque era muy pequeño y segundo porque ninguna se compararía a las de Londres y mucho menos a las del Mundo Mágico. -¿Listo? Desde aquí solo serán aventuras sin descanso- Le advertí haciéndolo reír a carcajada. Lo observé, él traía unos jeans largos, tenis al igual que los míos, Converse blancas y una camisa gris con una snitch dorada que revoloteaba. Caminamos hasta los portones blancos, sonreí al ver el rostro asombrado de Apros cuando por arte de magia todo se hizo más grande.

 

-¿Por dónde deseas comenzar? Quizás los carritos chocones o tiro al blanco, allí podríamos probar si eres bueno en la puntería y en un futuro ver si serias bueno con la varita.- Mi hijo sostuvo las mangas de su mochila con fuerza seguramente de la ansiedad. Jugué un poco con su cabello, Rubio y algo ondulado.

 

–No sé por dónde comenzar, tus historias no se acercan ni un poco a todo este mundo ma. ¿Realmente crees que sea bueno con la varita cuando crezca?- Sus pequeños ojos azules brillaban.

 

-Pues probemos a ver aunque pienso que serás excelente mago algún día, como todos en tu familia.- Besé su cabeza antes de que saliera corriendo para el juego de las escopetas. Cuando lo alcancé a los juegos vi una pequeña criatura que pasaba. -¿Cómo se paga aquí? ¿Se incluye en la estadía o todo es aparte?- Esperaba que el elfo pudiera responderme pues a mi pequeño se le veía que quería comenzar.

[Helen Evans]

Llegué ligeramente agitada a aquel lugar, la túnica verde bailaba al viento al igual que mi cabello, pero en ese momento esos detalles eran lo último que me importaban, si Irri estaba en lo correcto.... sin embargo ella no los conocía.

 

Aquella mañana muy temprano había mandado a Irri a aquel parque acuático con la esperanza de que me dijera si era o no un buen lugar para hacer una fiesta, había estado demasiado ocupada aquellos días y no había podido ir por mi misma, sin embargo, cuando la elfina regresó no sabía nada acerca del parque, simplemente regresó gritando por todo el lugar que había visto a mi madre, por un breve segundo pensé en Pandora, pero era imposible, ella estaba muerta.

 

Sin embargo la sola idea de que se tratara de Hilary..... le mostré enseguida la única foto que tenía de mamá e Irri asintió firmemente, era la misma bruja; no esperé más y me apresuré a su encuentro. Giraba la cabeza en todas las direcciones buscándola y al fin la distinguí, con un niño pequeño.

 

— Apros — susurré

 

Corrí hacía donde estaban, tenía los ojos empapados de lágrimas

 

— Es verdad, eres tú

 

Dije a la espalda de mi madre, demasiado ansiosa como para atreverme a decir nada más.

[Hilary J. Gryffindor.]

Escuché una voz muy reconocida a mi espalda que hizo que se me erizaran los pelos. No sabía si el elfo me había respondido a mi pregunta, por un momento solo podía escuchar esa voz y todo a mí alrededor se volvió borroso, en cámara lenta pues todos mis sentidos cayeron sobre esa chica. Apenas llevaba un día de regreso, no había podido comunicarme con ella. <<¿Ni siquiera por lechuza? Mala madre.>> me dijo mis pensamientos. Y así era, me había ido sin hablarle, ni explicarle de que me iba y mucho menos le había dicho las razones. Sin embargo ahí estaba, me voltee abrazándola sin dejar que reaccionara demasiado, si me odiaba al menos tenía ese último abrazo.

 

-Hija- mi susurro apenas se oía, mis ojos cerrados derramaban pequeñas lágrimas de emoción, pero tenía que separarme en algún momento y lo hice. Aun sosteniéndola mis los hombros la miré, ya no era una niña, era toda una mujer. Que mucho me había perdido por mi cobardía, que mucho podría perder. Pero tenía que pensar en las prioridades, mis hijos tenían derecho a conocerse, al menos para Apros pues Helen de seguro se acordaba de él, aun con los años que habían pasado. La tomé de la mano acercándola al pequeño para luego bajarme hasta la altura de su rostro.

 

-Cariño, tengo que presentarte a alguien muy importante. Ella es Helen, tu hermana mayor.- El niño no sabía exactamente qué hacer, pero sorpresivamente saltó sobre sus brazos abrazándola con sus ojitos llenos de lágrimas. Le había hablado de su hermana, aunque nunca estuve segura si me creía que ella existía.

[Helen Evans]

Era cierto, aunque aún no creyera el que la hubieran visto por allí, vaya que creía en el abrazo que me acababa de dar y más aún en sus palabras, las lágrimas que había estado conteniendo cayeron sin control por mis mejillas y cuando Apros saltó a mis brazos, estas no hicieron más que incrementar su intensidad, lo abracé con fuerza, contenta de que en verdad me aceptara, luego lo puse al suelo y miré a mi madre algo confundida.

 

— ¿Cuando... cómo... porqué? — no sabía por donde empezar a preguntarle todo aquello que quería preguntarle, pero ese no era el momento ni la manera simplemente busqué la pregunta más urgente de responder y dije — ¿Están bien? ¿Los dos?

 

A juzgar por la sonrisa de mi pequeño hermano podría decir que se encontraba excelente, pero mi madre tenía una mirada extraña, sabía que yo no era la misma persona que ella había dejado cuando se fue, pero esperaba que no creyese ni por un segundo que estaba molesta con ella, tal vez lo estuve, alguna vez; pero hace muchísimo tiempo que aquellos sentimientos habían desaparecido dejando espacio simplemente a la nostalgia y el inmenso cariño que le tenía, la quería exactamente igual que el primer día.

[Hilary J. Gryffindor.]

Ver el rostro de mi hija lleno de lágrimas por la emoción me embargaba de sentimientos en el pecho. Comenzó a disparar preguntas las cuales aún no quería responder, más aun no era el momento. –Helen después hablamos de eso, por ahora estamos muy bien los dos. Apros ya tiene 8 y es todo un caballero.- No estaba segura de hablar sobre mí en ese momento. –Tendremos un pasadía en este lugar y seguramente nos quedemos aquí algunos días, ¿nos quieres acompañar? Apros necesita saber que es un verdadero parque de diversiones.- Les sonreí a ambos haciendo que el niño no sospechara de mis pensamientos y que Helen olvidara el tema por un tiempo, mientras lo disfrutaba con su hermano.

 

<<Flash Back>>

 

Tenía una carta en la mano, poco se podía leer, pero era de San Mungos. Un pequeño Apros de 3 añitos estaba sentado sobre la cama mientras me miraba hacer la maleta. Iba a desaparecer, mis sospechas eran reales y no podía dejar que nadie se enterara. Terminé de vestir al pequeño para mirar por última vez la carta, y meterla en la maleta. Seguido a eso cargué a mi hijo y la maleta saliendo prácticamente corriendo de mi habitación.

 

<<Flash Back Off>>

 

-¿Entonces qué dices, Estadía con los Curringtons?- a pesar de todo esperaba que aceptara, aunque no sabía cuáles eran sus nuevas responsabilidades.