╚ Parque Acuático Witch ╝ (MM B: 102556)

[Matt Blackner]

Cerré los ojos aliviado, tremendamente aliviado, dejando escapar el aire agradecido por oir aquel susurro. Había funcionado, estaba aquí...Me puse nervioso de nuevo al escucharla. Sabía bien lo qeu dolía volver...pero me daba miedo pasarme. Me daba miedo sedarla demasiado y que aquello la perjudicara. Y ahora, con aquel pequeño quejido que dejaba escapar, entendí que aun le dolía.

 

Por eso, me separé de la cama, buscando entre los botes algo...

- Toma, ten...bebe un poco. - dije, ayudándola a beber, levantando un poco su cabeza para que le fuera más fácil. Cuando terminó, dejé caer unas gotas de poción sobre la herida, qeu ayudarían a que cerrase sin dejarle marcas.

 

- No, claro...no es su culpa. Fue mia, por fiarme de ellos. - murmuré. Habían intentado matar a Sagitas, y no iba a salir de rositas. Pero tampoco iba a decirle a Sagitas lo que pensaba hacerle. 

 

Al otro lado de la cama, noté como el ambiente se difuminaba ligeramente, materializando a Jack, que sujetaba la mano de Sagitas, con la mirada triste, pero sonriéndole. Se sentó sobre la cama, sin soltarla. Entendía que para él era también difícil dejar a Sagitas regresar, renunciando a poder estar juntos en el otro lado.

- No...no se me da demasiado bien, lo siento. Debería haberte traido antes, es, no... - no sabía que decirle, asi que me levanté, notando al momento que las piernas me fallaban, lo que me obligó a poner las manos en la pared de golpe, dejando un rastro de sangre. El uso del anillo y tanto tiempo con las piernas cruzadas, supongo.  - voy a lavarme las manos y a por gasas limpias para cubrir la herida, no...no te muevas. - comenté, mientras salía hacia el baño apoyándome en las paredes para no caerme.

 

- Hey. Te veo bien niña - murmuró Jack con una sonrisa cuando se quedaron a solas.

[Lisette Ryddleturn]

Después de haberse soltado por unos momentos de las ocupaciones que le daban dolores de cabeza, decidió que para despejarse un poco la cabeza no bastaba solamente el caminar por el pueblo e ir a rezar.

También sonaba a una muy buena idea el llevar a los dos hijos de su novia a divertirse un rato aprovechando la ola de calor que significaba la canícula así que tomando al pequeño Akira y al pequeño Severus se los llevó al parque acuático.

En ese sitio siempre había tenido seguridad con los más pequeños de la casa y aunque personalmente ella no se había introducido al lugar, era de común charla entre la familia que era un sitio grandioso para convivir.

O quizás si había asistido alguna vez y no lo recordaba? tenía que ponerle un orden a sus memorias pero lo único que le pasaba por la cabeza eran las páginas de los libros de medicina mágica que no dejaba de estudiar ni estando dormida.

-Quiero que se porten bien, porque cuando regrese su mamá realmente no quiero tener que decirle que tuve que castigarlos, a mí no me gusta castigar a los niños pequeños y ustedes siempre han sido adorables

La rubita sonrió lo más dulcemente que pudo al tiempo que se presentaba esperando poder comprar un tickete y tal vez ella misma poder meterse a las albercas o tirarse a tomar el sol y olvidarse de los libros por unas cuantas horas.

[Sagitas E. Potter Blue]

Vivir... Está sobrevalorado. Es doloroso, lleno de problemas, incertidumbres y malos ratos que no compensan lo bien que te lo pasas a veces con la familia, con los vecinos, con los amigos...

Bueno, tal vez estuviera dejándome llevar por el sentimiento de abandono de perder a Jack, aunque fuera de forma relativa, pues sabía que él seguiría allá, en la Potter Black o dónde yo estuviera. El sentirlo tan vivo cuando estaba muerto era una experiencia inagotable de sensaciones. Yo quería a Jack, desde hacía tiempo, desde siempre... Era un amor inagotable aunque lastimero, cuando nos separaba la vida.... Sobrevalorado, ciertamente.

Fui obediente, bebí un poco de aquello que me daba mi hijo pero empecé a toser. Tenía sed así que seguí bebiendo, aquel líquido era relajador y, además, me producía un efecto de saciedad y bienestar que me recordaba un poco el de estar viva, digo muerta, al lado de mi marido. Lo tragué, entero, todo el contenido de aquel vaso y, después, suspiré con alivio. No, no es que se me quitara la idea de que muerta se estaría mejor sino porque ahora no sentía dolor, pesar, malestar... Así, la vida era más tolerable.

-- No, ellos no son culpables. Así que te prohíbo... -- Sé que estuve diciendo algo más, pero lo mascullé. Aquella poción era algo más que un anti-dolor, ¡me dormía! Intenté agarrar el brazo de mi hijo pero sólo conseguí mover los dedos, sin levantar la palma. Él salía y supe que le decía algo a Jack. El contacto con su mano fue agradable, me inspiraba paz. -- Tú me verías bien aunque fuera una harapienta de pelos despeinados.

Me dormí pensando que, seguramente, ahora mismo luciría así de mal. A lo lejos, el timbre de la noria en funcionamiento me provocó relajación. "La función debe continuar", pensé, agradecida a que todo siguiera una normalidad.

Eh, espera... ¿Pero no era que estábamos cerrados? Entonces... ¿Cómo es que había atracciones en uso?

[Matt Blackner]

Permanecí un rato en el baño, sintiendo los murmullos de Sagitas y Jack mientras me lavaba las manos una y otra vez, observando como el agua se teñía de rojo, llevándose los restos de la sangre de Sagitas. Aun me hormigueaban las piernas, signo de que la circulación volvía de nuevo a ellas. 

 

Cuando volví a la habitación, la poción había hecho efecto y ahora, Sagitas dormía mientras Jack sujetaba su mano, mirándola fijamente, cuidando de ella. Seguían dándome envidia...

Casi disculpándome por interrumpir aquello, recogí todo el estropicio que había dejado alrededor, las pociones, las gasas y vendas, limpié los restos de sangre y acabé de limpiar sus heridas, vendándolas con gasas impregnadas en una especie de ungüento de color verde claro que olía a algo parecido a la menta. Con un poco de suerte ni siquiera le quedaría señal.

- Vuelvo en un rato. - comenté, mientras Jack regresaba a su posición original.

 

Bajé, y bajé...hasta los sótanos, a un área donde estaba seguro de que nadie me oiría. Allí, Fenrir gruñía, apagando los sollozos del elfo. 

- Dime por qué - dije, mientras lo alcanzaba. - Y tal vez te mate rápido. - Sagitas no quería que le matara. Pero...

 

Abajo, en recepción, un elfo con uniforme del parque atendía a una joven que llegaba con dos niñitos al Parque. El elfo había llegado alli en la temporada de invierno y era la primera vez qeu tendría oportunidad de atender clientes.

- Bienvenida señorita (@ Lisette Ryddleturn ) - desea algo? - preguntó con todo alegre. - Información? que le indique una dirección? O quiere....Quiere comprar una entrada?

 

Que tonto! Seguro que era eso. Seguro que buscaba entradas para ella y los dos pequeños.

[Sagitas E. Potter Blue]

Dormía tan plácidamente que no sentía ningún ruido que llegara de ningún lugar del parque, ya no sentía la noria ni chillidos de los niños que montaran . Tampoco era sueño, era ese sopor que una medicación potente me hacía quedarme dormida, pero sin dormir. Mi yo pensaba, pensaba mucho, aunque mi cabeza reposara en una almohada y mi mano y mi pelo fueran acariciadas por mi marido. Nada podía despertarme.

¿Nada?

Nada...

Mi cuerpo se estremeció y se encogió, como si alguien lo hubiera golpeado. En un extremo de la boca, un hilillo de sangre sobresalió y balbuceé algo, que estoy segura que ni Jack entendió. Un segundo estremecimiento y sollocé, sin despertarme, pidiendo piedad, esta vez con una voz más alta aunque extrañamente fina, como si no fuera mía. Me giré con fuerza y un chorro de sangre de la ceja dejó un lienzo manchado de rojo sobre la almohada. Intenté poner las manos sobre mi cara, para protegerme de los golpes pero fue ahora la sangre la que brotó en cascada desde la nariz.

-- Basta, por favor, basta... Amo Matt, yo no quería... No sabía...

me recliné sobre mi estómago, agarrándolo con fuerza, como si me hubieran golpeado en él. La herida recién cerrada del pulmón se resintió y empecé a toser, esputando sangre y saliva.

-- Yo no quería hacerlo, no quería matarla, por favor, no, no me pegue más. 

Después caí, desmayada, mientras mi cuerpo se sacudía como si aún recibiera golpes.

Menos mal que la poción aquella me había dormido tanto y que nada podía despertarme... 

[Matt Blackner]

Al principio solo sollozaba. Luego rogaba para qeu lo dejara en paz. No quería, no podía.

 

Dejé de golpearle, sujetándolo por la especie de saco que llevaba a modo de camisa. Resoplaba, mientras Fenrir gruñía, no por cansancio, sino porque estaba aguantando las ganas de matarlo, al menos, hasta que me dijera lo que quería saber.

- No? La apuñalaste. En el pecho. Si no querías matarla te has equivocado bastante. - otro puñetazo en el estómago. - quien te envía - golpe. - el favor de quién estás buscando - un golpe más. 

 

Seguía llamándome amo, una y otra vez

- DEJA DE LLAMARME AMO! - le grité, alzando el puño dispuesto a matarlo. Si no pensaba hablar, me daba lo mismo. - no soy el amo de ningún elfo, y tu ni siquiera trabajas en la PB

 

Hay cosas que no se olvidan, aunque pasen años. 

- CHICO, BASTA. - la voz de Jack era autoritaria, era el mismo tono que utilizaba conmigo cuando...bueno, cuando estaba vivo. Yo era un niño y me daba mucho miedo cuando utilizaba aquel tono...aunque casi siempre me hablaba asi, cuando alzaba la voz era peor. Automáticamente me detuve, antes de bajar el brazo. Aun sujetando al elfo, giré la cabeza para mirar al fantasma.  Levitaba quieto, había atravesado suelo y pared para llegar hasta allí, con una expresión de desaprobación, pero...además de aquello, también sentía miedo. - vuelve, ahora.

 

Y se giró, levitando esta vez por el pasillo, para que le siguiera. MIré un momento al elfo, antes de abrir la mano y dejarlo de nuevo en el suelo. Fenrir seguiría alli, para vigilarle.

 

Jack no me dijo nada, pero no tardamos demasiado en llegar de nuevo a la habitación, don...

 

Me quedé helado en la puerta, mirando la cama. Sagitas volvía a tener restos de sangre, como si se hubiera resentido de la herida del pecho. No era muy bueno utilizando la sanación, pero...no se había movido, verdad? se habría abierto? por qué tenía sangre en la boca y en la...

 

Aquellos restos de sangre coincidían con el patrón de golpes...

 

Como podía estar ella herida, si el elfo...

- Reacciona. Vuelve a asegurar la herida del pecho.  Y no vuelvas a salir de la habitación. - ordenó Jack, sin aflojar el tono. Había vuelto al lado de Sagitas. 

Tardé un segundo en moverme, lavándome las manos enrojecidas antes de volver a comprobar los daños de Sagitas.

Editado 20 de Agosto del 2021 por Matt Blackner

[Sagitas E. Potter Blue]

El cambio fue tan brusco, pasé tan rápido de no sentir nada a sentir un dolor inmenso que gemí en la cama. Al no encontrar la mano de Jack, me agarré a las sábanas y grité su nombre, buscándolo. No abrí los ojos. La luz que me llegaba, a pesar de tenerlos cerrados, era muy dolorosa. Cuando intenté parpadear, me di cuenta que sólo uno podía abrirse, el otro permanecía igual, como si algo me lo impidiera. No podía verme pero aquel dolor...

-- ¡Jack, por la Diosa...! ¿Estás aquí? ¿Qué pasa?

El mero hecho de agarrarme a las sábanas me producía un suplicio horrible, como si tuviera roto algún dedo, o la muñeca o algo, pues el tormento se elevaba por todo el cuerpo. Me retorcí al intentar toser y nota que apenas entraba aire en mis pulmones. Me ahogaba de nuevo. ¿Pero no me había curado Jack antes? Abrí el ojo sano y miré alrededor. Un latigazo en el cuello me hizo gemir de nuevo. Vi a Matt y a Jack con cara de malos ogros reflejado en su trasparencia. Le estaba riñendo. Quise pedir ayuda, pero, en realidad, lo que salió de mis labios fue otra cosa.

-- ¿Cuándo aprenderás a respetar a los indefensos? ¿Cómo curarás a tu madre si no le curas a él primero?

Dejé caer la cabeza que había levantado con la rabia de mis palabras. ¿Había hablado? No lo recordaba. Me dolía la cabeza. Mucho. Demasiado. Necesitaba ayuda y no sabía cómo pedirla.

[Sunar PBT]

-- No. dije que aquí no puede hacer eso. -- traté de ser lo más enérgica al imponer el orden que necesitaba el niño.

Por error o para evitar un desastre logré escuchar lo una conversación que tuvo el peliazul con uno de los elfos de la casa justo antes de salir de allí. Si bien no había llegado hace mucho a vivir nuevamente al país y en especial con la familia Potter Black, ya Argentus había olvidado la timidez y pretendía hacer travesuras como lo hacía donde vivimos varios años atrás. Podía controlar mucho mejor su habilidad para manipular el agua y cambiar de un estado al otro, pero casi siempre era en plan de travesura que al final me tocaba a mí y al elfo limpiar el desorden.

Nos fuimos acercando a la entrada del parque el cual quise ir a visitar para saber cómo le iba a mi tío quién quedó a cargo del mismo después de mi partida. Y, además, quería proponerle una idea que esperaba que apoyara para beneficio de su salud mental porque seguramente la administración debía exigirle mucho. 

-- Mi amor, te prometo que iremos de paseo para que pueda practicar. Sabes que siempre intento cumplir en la medida de mis posibilidades. -- le dije al peliazul luego de agacharme para arreglar el cuello del suéter estilo polo que llevaba vistiendo de forma desordenada desde que salimos de casa.

Al entrar me di cuenta de que algunos adornos del vestíbulo que colindaba con la taquilla eran diferentes. Era de esperar que hubiese cambios significativos en el parque, aunque esperaba que varias de las atracciones no, así Argentus podría divertirse de lo lindo. Me acerqué al elfo que vendía los boletos para poder usar las instalaciones.

-- Quiero 2 boletos, un adulto y un niño -- miré de reojo si había algún cartel con las tarifas y despedí a mi elfo doméstico -- ¿Niños mayores de 4 años pagan? -- pregunté porque en realidad no recordaba y Argi había crecido no solo en estatura sino en edad.

 

[Matt Blackner]

El último recuerdo del parque tal vez no era el más adecuado. El accidente con los elfos forasteros y Sagitas había sido...difícil. Pero había que dejarlo atrás, y ahora el parque pasaría, de nuevo, a las aguas cálidas de ciertas piscinas y atracciones, a las piscinas interiores, los spas y jacuzzis, más apropiados de las épocas frías que del verano.

 

Además, la zona de residencia y hoteles solía funcionar bastante bien acogiendo visitantes y turistas. Por eso, no cerraba, aunque fuera invierno. Simplemente, era más tranquilo.

 

- Hasta los 6 años, no. - contesté, con las manos en los bolsillos. - Pero la familia siempre tiene vía libre. - hice un ligero gesto con la cabeza a la recepcionista de la entrada al parque, para que los dejara pasar. Era normal qeu no los reconociera, hacía años que no vivían en Ottery, y no podía conocerlos. Me hice a un lado, sosteniendo la puerta para que los dos pudieran pasar.

 

- En la época de invierno no abrimos todas las piscinas ni los toboganes. La gente prefiere las piscinas cubiertas y las aguas termales antes que los toboganes. - comenté. - Siento decirte que no podrás subir a todas las atracciones, pero seguro que encontramos algo donde puedas divertirte. - dije, mirando a mi sobrino.

 

Peor el pequeño agachó la cabeza y pasó por mi lado. Lo seguía sintiendo incómodo conmigo, tal vez porque no se fiaba, o tal vez porque no estaba dle todo seguro de como reaccionaría. Caminé junto a @ Sunar PBT , un par de pasos por detrás de Argi.

- Eh, como llevais la vuelta?

[Sunar PBT]

Pues si lo escuché. Por un instante pensé que era otro empleado que atendía el parque, pero el girar hacia la voz, observé que era mi tío Matt y sonreí. Agradecía la hospitalidad que no brindaba la recepcionista que nos hizo una señal que podíamos pasar, así como la caballerosidad del patriarca de la familia que mantuvo la puerta al entrar. 

Argentus lo miró curioso, y no era de esperar que el niño sintiera la curiosidad de cada uno de los familiares que le privé conocer al irme yo de Ottery. Tuve mis razones para ese viaje que duró más de lo que ellos y yo imaginamos, pero ya estaba de regreso para continuar con mi vida como debió ser de no irme del lado de la familia. El pelizul haló el vestido que llevaba puesto, como queriendo decirme algo, pero Matt volvió a hablar. 

-- Me lo imaginé -- respondí al comentario -- Le quería enseñar el niño el sitio para que lo conociera, creo que no lo había traído aquí. -- dije mirando que Argi no pronunciaba palabra alguna, ni un saludo emanó de él.

No obstante, tendría una charla con el niño cuando Matt estuviera ocupado. No era normal que él se comportara así por más extraña que fuese la persona. Pero Matt es de la familia, y estuvo junto a los demás miembros de la familia en los primeros años de vida del niño, así que no podía permitir que no se relacionara como antes. Me daba pesar el haberlo apartado de ellos porque le estaba siendo algo difícil volver a ser el de antes.

-- En lo que respecta al callejón, es bastante diferente de lo que recuerdo. Hay muchos locales cerraron y por supuesto hay otros que son nuevos. Más espero volver a familiarizarme pronto, así como en Ottery. -- mi tío caminaba con nosotros, pero Argentus se cambió a mi otro costado agarrándome de la mano y de vez en cuando mirando en dirección del pelirrojo. 

Si bien mi hijo aún no podía acostumbrarse a cada miembro de la familia, no les era indiferentes porque desde nuestra llegada me preguntaba por cada uno de ellos y aunque mi tío no sabía, era el que le despertaba más curiosidad.