~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)

[Lisa Weasley Delacour]

Una sonrisa de pura satisfacción apareció en mis ojos al ver por undécima vez como el trasero de la Macnair daba con la tierra. Llevábamos entrenando alrededor de una hora y fue la mejor decisión que tome en mucho tiempo. La liberación de endorfinas que mi cuerpo liberaba al realizar ejercicio físico me alejaba un poco de todos aquellos problemas que mi cabeza acumulaba. Ademas compartir tiempo con la pelirroja también era beneficioso para ambas. La conexión en la batalla siempre era una ventaja para ganar.

- Vamos, no me seas quejica.

Con un ademan de mi brazo, el tremendo dragón que servia a las ordenes de mi mejor amiga, retiro la zarpa de la cadera de la fémina, liberándola por fin. Cuando entrenábamos, lo hacíamos a lo grande, con todos los hándicap posibles e incluso privadas de algún que otro sentido. Los mortifagos eran poderosos y teníamos que saber salir de cualquier problema que estos nos pusiesen de la mejor y mas eficaz forma posible. Tras eso, la ayude a ponerse en pie. Había sido divertido. Era obvio. Desde nña supe que los duelos eran parte de mi esencia.

Su intensa mirada incidió en la mia y entendí que tenia planeado. Aferro mi mano y ambas desaparecimos. Dos segundos después y envueltas en una nube grisácea, hicimos acto de presencia frente a la verja que separaba Ottery de la propiedad de los Malfoy, a doscientos metros. En mi rostro una luz, esa que impedía al resto del mundo reconocer mis facciones. Seguía portando el mismo atuendo que en el cuartel; un pantalón vaquero corto y ajustado y una caseta medio rasgada de una tonalidad burdeos. Todo ello aderezado de barro y polvo.

En mi corazón la decisión. Kim en mi diestra, dispuesta a todo - Juntas - Y tras ver volar la verja, yo con una explosión mande a los súbditos de aquella familia, las estatuas que venían a por nosotros, a volar. Camino libre.

[Vrael Myrddin]

De las cosas más curiosas que había hecho en los últimos días era el hecho de haberse unido a la orden del fénix, el muchacho apenas podía creer que hubiera aceptado la oferta, no porque no creyera en su causa, si no por el contrario, pero algo en su interior le dijo que quizas de esta forma podría averiguar algo más sobre su padre.

 

Vagando por las inmediaciones de un lago donde solía ir cuando quería pensar en como afrontaría su búsqueda, una bola de luz plateada volaba en su dirección a toda velocidad y al momento de llegar dejo ver su figura en forma de lobo que comenzó a hablar con voz de chica que indicaba que lo solicitaban en la mansión Malfoy.

Con la varita mágica en la mano y vestido como acostumbraba con su ropa de cuero endurecido con algunas correas decidió poner la luz en su rostro la cual protegía su identidad, desapareció en el acto para aparecer a unos quinientos metros del lugar donde comenzaban los terrenos de la mansión, decidió acercase poco a poco para ver si coincidía con alguno de sus compañeros de bando que le fuera indicando como procederían pero no encontró a nadie hasta llegar a la entrada de la mansión una verja de hierro forjado o lo que quedaba de ella

[That is not my name]

El cielo tronaba aquella noche en Ottery por lo que mi esposa Cye Lockhart y yo habíamos quedado en descansar en el castillo mientras nuestros hijos seguían con sus labores. Habíamos tenido un día bastante ajetreado, lleno de actividades relacionadas con el embarazo de nuestro primer hijo biológico por lo que, después de una deliciosa cena, nos acostamos en nuestra cama mientras leíamos un par de libros.

 

Sin aviso, un patronus de huargo, nuestra nieta Arya nos lo había mandado, solicitando ayuda para una revisión en la mansión Malfoy. Cye me dedicó una sonrisa cuando me giré a verla, sabía que no podía negarme ante un llamado y que ello no podía venir conmigo, tenía que cuidarse más de lo normal.

 

En un instante me cambié de ropas para ponerme una túnica larga y oscura, un conjunto sencillo debajo de esta y unas gruesas botas para no empaparme más de lo debido; mi varita colocada en mi mano y varios anillos en mi mano para realizar diferentes hechizos de los acostumbrados, así como amuletos bien escondidos, no quería desaprovechar los conocimientos brindados por los dos libros de hechizos que ya poseía.

 

En un simple crack desaparecí de mis aposentos para llegar lejos de los terrenos de aquella mansión, ya con una luz que cubría mi rostro y salvaba mi identidad, para caminar hasta donde se encontraban mis compañeros de la Orden del Fénix, esperando las indicaciones necesarias.

[pandora dyonel]

De las entrañas de la mansion malfoy oscura y fria salio

Un plateado patronus en forma de hipogrifo descalsa y casi envalentonada me asome mire a los de la orden

Una risa salio de mi

 

Y bien ..... que fue

 

Queria dar la famosa impresion de no ser amenasa , si no indesisa, como pueden entrar aqui los mataran , vallanse

Queria a lejarlos

[Lisa Weasley Delacour]

- Ardius – Dije, ingresando a los terrenos – Corpus patronus – Miles de hilos plateados se unieron, conformando la forma de un imponente hipogrifo. Segundos después este se volvió corpóreo. Tan real como yo misma. Era fuerte, veloz, con garras afiladas y un pico que peligraba. El animal al ser cosciente de su poder se situó a mi lado, dispuesto a anteponer su vida a la miá. En sus pupilas el orgullo y la lealtad, ambas cualidades sacadas de mi propia esencia.

- Piertotum Locomotor – Una de aquellas estatuas de guerreros que conformaban la defensa ferrea de la casona Malfoy paso a mi completo servicio. Era de hiero forjado, media dos metros y portaba una lanza. Un paladín forjado en el calor de la batalla. Sentía sus ganas de combatir. Eran tan tensas como las mismas – No te separes de mi – Fue la orden que al instante acato – Se situo a un metro de mi figura, como yo estaria a diez de cualquiera que entras a atacarnos.

- Morphos – Una de las piedras del camino, muto, transformandose en una viuda negra, una araña con un veneno letal. Se perdio por el verde campo. Cuando la necesitase, acudiria a mi llamado.

[That is not my name]

- ¡Morphos! - De inmediato transformé uno de mis zapatos en una hermosa viuda negra para que se fuera a esconder en el lugar hasta que fuese prudente el poder salir para atacar, dejándome sentir el piso debajo de mis pies, pero no podía dejarla sola en aquella travesía, de nueva cuenta lancé el efecto. - ¡Morphos! - Y una segunda viuda negra apareció gracias a mi otro zapato, recibiendo las mismas órdenes que la primera, esconderse hasta que fuera necesaria su presencia en aquella batalla, obviamente lejos de la vista de los mortífiagos... si es que llegaban a aparecerse. Debía de crear mayores defensas si no quería verme en serios aprietos apenas comenzado el encuentro.

[Arya Macnair]

—Hola guapura

 

Dijo de manera seductora codeando a una de las estatuas de la mansión, más bien al fornido Hércules. La doblaba en tamaño y posiblemente en peso, por su material de aplastar a alguien acabaría por matarlo sin lugar a duda; la batalla previa con Lisa le había otorgado tan buen humor que ni siquiera reconocía el vibra positiva. Miró a los recién llegados y apuntó a la estatua con Sombra bien afianzada mientras susurraba un —Piertotum Locomotor— para darle vida al hombre que tenía la orden de seguir cada paso que ella diese y proteger la entrada si se les ocurría ingresar al recinto. Agradecía que su abuelo estuviera allí, la presencia de Ishaya siempre le hacía sentir segura pero no lo admitirá pues aun el dolor por su prolongada ausencia era palpable.

 

—Irrompible— Musitó sin dejar de apuntar al macizo hijo de Zeús.

 

Ahora nada podría hacerle daño aunque el silencio comenzaba a darle para aburrirse y mirando al Hércules sentenció, —Quédate aquí, nadie entra, nadie sale. ¡Oye tú!— con completo respeto llamó a Lisa, —Ven conmigo— no podía gritar su nombre a viva voz, más era momento de ingresar al lugar.

[Vrael Myrddin]

Dos compañeras se encontraban en la destruida verja -- Wow -- dijo el levantando su varita apuntando al lugar hasta donde algunos momentos había estado la verja -- Ustedes dirán para que les sirve mi presencia el día de hoy -- hizo una reverencia con la mano libre mientras caminaba traspasando hasta los jardines donde había estatuas estilo clásico regadas por todos lados, apuntó a una con la varita y dijo con voz ruda que sonó como un latigazo -- Morphos -- en el acto la estatua de Dionisio que contemplaba aproximadamente dos metros cúbicos, se volvió un oso polar adulto de afiladas garras y dientes preparados para destruir. El oso recibió la orden de proteger al muchacho en caso de encontrarse en peligro, o bajo fuego enemigo interceptando cualquier ataque.

--Avis-- dijo esta vez mientras doce cuervos negros adulto salían de su varita y comenzaban a revolotear en torno al muchacho para poder así protegerlo de cualquier ataque, si irrumpirían en aquel lugar más le valía contar con algún método de defensa.

[That is not my name]

- ¡Morphos! - De nueva cuenta utilizaba aquel hechizo para transformar una de las estatuas de guerreros en un hermoso lobo que estaría rondando en el camino para defenderme de cualquier posible ataque que me fuese lanzado sin aviso, para ello debía de crear un compañero que le ayudara en la misión si no quería verme desprotegido en una situación de batalla si es que entraban los mortífagos. - ¡Morphos! - Una segunda estatua creo un segundo lobo adulto, el primero gris y el segundo negro, teniendo la misma orden de protegerme de cualquier ataque, afortunadamente había transformado estatuas diferentes a las de mis dos comandantes. Solo esperaba que aquel suceso ocurriera rápido para poder regresar con mi amada esposa Cye Lockhart en el castillo de la familia, ya después tendríamos que irnos a la Hacienda el fin de semana para descansar mejor.

[pandora dyonel]

Me fui envalentonada a donde dicto mi pensar los de la orden del fenix al ver a ishaya le di un furte abraso como si fuera la ultima ves en vermo y ese presentimiento tenia los sentimientos encontrados se hacian presente

 

Hola , como estan ,

 

 

Danfo una risa algo nerviosa , mis latidos se podian oir

Pues sob sonoros y queria dar rienda suelta a mis inclinaciones, cosa mas rara en mi , de una ves

 

Estamos listos , o no

 

Todo paso rapido desde mi llegada hasta ahora

Una parte de mi quedo en esa casa