~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)

[Kahlan Blackthorn]

La pregunta de Neos era directa y le respondería del mismo modo, no se guardaría nada y empresaria sus sentimientos y emociones abiertamente. Era lo menos que podía hacer con el padre de su hijo, aquel pequeño que era lo más valioso que poseía sin lugar a dudas－Quiero que seas el padre de mi hijo, pero eso ya lo eres y no puedo pedir nada mejor. Neos, yo quiero lo que siempre quisimos para ambos, formar una pareja estable y tener la familia que tanto planeamos en nuestros años de pareja－sonrió llevando la mano del castaño hacia su pecho. Deseaba que sintiera los latidos de su corazón, invitarlo a convencerse de que todo aquello era real y no solo una ilusión como en el pasado.

 

－Richard anhela a su padre y tu a tu hijo, ¿Por qué negarse la oportunidad de conocerse esta noche?－le cuestionó perdiéndose en su mirada. La idea de verlo como su amante, no le agradaba del todo y no lo colocaría en esa posición, ya una vez le salio el tiro por la culata y no permitiría que eso volviera a pasar jamás－No puedo verte como un amigo y lo sabes, ¿Cómo tratar como un simple amigo al hombre que me robo el corazón años atrás?－aquella pregunta escapó de sus labios acompañada con una risita divertida.

 

－Te invito a quedarte por tu hijo, no porque te sientas obligado a ello. Puedes dormir en la misma habitación que el, no deseo que te sientas incomodo en lo mas minino－comentó escuchando un par de pasos que se acercaban la par de magos. A pocos metros de ellos un pequeño de castaños cabellos y ojos azul oscuro, se asomaba por la puerta de la biblioteca sonriendo al mirar a su madre en compañía del Triviani.

 

－Ahí esta, puedes ver como se muere de ganas por acercarse－lo encaminó hacia donde estaba el niño. No esperaba que este rechazará a Neos, estaba segura de que le recibiría con os brazos abiertos y le fascinaría la idea de tener a su padre en casa esa noche.

 

@@Neos Triviani Malfoy

[Neos Triviani Malfoy]

Lo que Juv le decía era lo que habría deseado escuchar, pero que jamás espero oír. La vida parecía estarle dando una nueva oportunidad, cuando ya creía que las había agotado todas. Parecía demasiado bueno para ser verdad.―Es lo que me gustaría también, es lo que siempre quise cuando estuvimos juntos, y lo que he deseado desde que nos separamos es volverte a tener en mi vida―ese nivel de sinceridad entre ambos no se había dado casi nunca, aún cuando estaban juntos había muchas cosas que se reservaban, muchos sentimientos que no expresaban, muchas veces porque no era necesario decirlos con palabras. Una caricia, una mirada, un beso, era todo lo que se necesitaba para que Juv y Neos se entendieran a la perfección.

 

―Yo tampoco deseo negarme ese deseo―sonrió, si, conocer al pequeño esa noche era más de lo que podía pedir, mucho más de lo que esperaba conseguir al haber llegado allí, cuando ni siquiera creía que pudiera llegar a cruzar palabras con la rubia.―¿Y cómo tratarme de otra forma si estás casada? ¿Qué más puedo ser? ¿Qué puedo hacer con tu corazón si no puedo sentir tus brazos?―devolvió las preguntas con una sonrisa, sin apartar la mirada de esos ojos que podía estar horas sin dejar de ver.

 

―No lo digo por mi, si no por él, no deseo que se sienta incómodo―confesó.―Tampoco tú, sabiendo que estamos durmiendo bajo el mismo techo, ya sabes como suelen terminar las cosas cuando eso pasa―dijo bromeando un poco de forma pícara, la prueba de que podía pasar estaba en esa misma mansión y ya tenía diez años.

 

Cuando sintió los pequeños pasos su corazón se detuvo, y cuando Juv le dijo aquello los ojos se Neos se desviaron hacia el pequeño de pelo castaño en la puerta. Vaya como se parecía a él, y como esos ojos habían salido iguales de hermosos a los de su madre.―Yo, hola Richard...―le saludó, sin saber que decir ni como presentarse, miró casi algo desesperado a Juv para que le ayudara con ese momento tan importante para él.

 

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[Kahlan Blackthorn]

El imaginarse amanecer en la misma cama los tres, no le resultaba del todo descabellado. El pequeño pasarla la primera noche con sus padres, acompañado del calor de hogar que le había sido negado desde que nació－Richard, ven aquí cariño...－lo atrajo con gesto cariñoso sin soltar la mano de Neos. La situación era como de cuento, no daba crédito al temor que brotaba del cuerpo del castaño y solo era a causa de que su hijo estaba a pocos metros de su alcance. El niño se encaminó hacia ambos mortifagos arrastrando un pequeño oso de peluche, sintiendo como la conexión con su padre se acrecentaba.

 

－Pequeño mio, no tengas miedo este joven tan apuesto que esta delante de ti－notaba como el crió lo miraba－Es tu padre, finalmente ha vuelto de su largo viaje y vino como te prometí a pasar la noche contigo. Su nombre es Neos Triviani Malfoy y te quiere muchísimo－sintiendo la mano del nene tirar de su pantalón extendió su manita para que el castaño la tomara. Era una clara señal que le reconoció como su progenitor y que le aceptaba al verlo al lado de su madre. La oleada de preguntas hechas por Neos, no se quedarían sin respuesta y se encargaría de despejar todas sus dudas.

 

－Hagamos las cosas bien, no quiero que el niño salga afectado. Los tres estaremos juntos como tiene que ser, dame tiempo y solucionaré las cosas. Tu eres un hombre libre, pero yo no soy una mujer que goce de ese privilegio y lo sabes bien. No te niego que siento el mismo deseo que tu, volver a sentirte cerca como la ultima vez, recordar lo placentero que es tenerte solo para mi－le miraba con complicidad guardando sus ganas delante de su hijo. La mano del castaño seguía aferrada a la suya, intentando de ese modo controlar sus nervios y las ansias por abrazar a su hijo.

 

－Estamos juntos ahora y eso es lo que cuenta, no lo arruinemos y pasemos un rato agradable con nuestro hijo－le pidió dejando una caricia en su mano sintiendo el calor de esta erizar su piel. Volvía a sentirse como antes segura de ser capaz de luchar por lo que ambos sentían, confiada en que el destino les jugaría a su favor.

 

 

 

@@Neos Triviani Malfoy

[Neos Triviani Malfoy]

Se quedó completamente quieto, mirando como el pequeño se acercaba a ellos. ¿De verdad era su hijo? ¿De verdad él había sido capaz de crear algo tan hermoso como aquel niño? Cuando Juv le dijo que él era su padre, pudo ver la ilusión en los ojos del pequeño y como le tiró de su pantalón. Por primera vez en mucho tiempo, Neos sintió deseos de llorar, de abrazar al pequeño y llorar. Era una acción que se había prohibido hacía mucho, convencido de que era una muestra de debilidad y que no había nada en el mundo que lo ameritara. Y aunque no lo hizo, sabía que Richard lo valía, cada maldita gota.

 

Neos tomó su mano, reconociendo en él todo de sí mismo.―No tienes idea las ganas que tenía de conocerte Richard, desde hace mucho tiempo, mucho tiempo―pues aunque le acababa de ver, sentía que lo había esperado desde toda su vida, así que las palabras que su madre le había dicho no eran del todo una mentira.―Te pido perdón por todo este tiempo que no estuve presente, pero quiero que sepas que siempre pensé en ti, y que no volveré a irme nunca más―de todas las promesas que había hecho en su vida, nunca había estado tan seguro de que iba a cumplir una como aquella.

 

Volvió a mirar a Juv cuando le respondió a sus preguntas, casi sin creer que en verdad haría eso por él. ―Saber eso es suficiente para mi―le sonrió.―Aunque te equivocas en algo, yo no soy libre, mi corazón tiene una dueña y un dueño, y son ustedes―le guiñó un ojo de forma cómplice a ella, y luego hizo lo mismo hacia el pequeño Richard, que le devolvió una sonrisa que lleno su pecho de alegría.

 

Asintió.―Está bien, disfrutemos de estar juntos, los temas que no podemos solucionar ahora los dejamos para otro día, tampoco quiero que nada arruine este momento―respondió con una sonrisa.―¿Qué te parece esa idea Richard?―le preguntó alegre.

 

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[Kahlan Blackthorn]

Richard no hacia más que sonreír y tomar la mano de su padre, atreviéndose a juntar las de su madre con las del castaño. Era demasiado listo y no se le escapaba una sola, siempre pendiente de la felicidad de su madre y el sabia que hacia tiempo que la rubia, no la pasaba de lo mejor dentro de esas paredes－Es una buena idea, padre...－respondió con jovialidad el pequeño. Notando una sonrisa en los labios de ambos magos, recorriendo con sus deditos el rostro de su padre buscaba acostumbrarse a el poco a poco.

 

－Por ahora nos basta, pero ya llegará el momento de poner todo en orden. Ahora solo quiero estar con los dos hombres de mi vida, no puedo pedir nada mejor－dándole un beso en la mejilla a su hijito volvió a sentirse tentada por Neos. ¿Cómo era capaz de acallar el amor que sentía por el?, ¿Condenarlo a permanecer oculto de momento y castigarse de esa forma?. No era momento para echarse a llorar sobre la leche derramada, sino planear el futuro y el presente que les esperaba juntos.

 

－Te quedarás con mami por siempre, ¿verdad?－le preguntó a su padre fijando sus enormes ojos azules en el. Su madre intentaba apaciguar a su chiquillo, no quería que abrumará a su padre con preguntas que tendrían tiempo de realizar con más calma－¿Se casarán?, por fin tendré a mis dos seres más amados juntos o me tendré que conformar con ver a mis hermanos con su padre y volver a sentirme desplazado－soltó toda esa perorata con preocupación en su voz. Quizás era la emoción que lo abrumaba o el simple hecho de pensar que todo aquello solo era un sueño y que pronto volvería a la realidad de golpe.

 

 

 

 

@@Neos Triviani Malfoy

[Neos Triviani Malfoy]

Cuando escuchó que el pequeño lo llamaba padre algo se produjo dentro de él, algo que no pudo explicar pues no creía haberlo sentido jamás en la vida. Lo más cercano que se le ocurría para describirlo era completitud, se sentía completo. Podía ver en los ojos de su hijo la ilusión de estar con sus dos padres, y entonces supo que todas las decisiones que tomaría en el resto de su vida serían pensando en él. Crearía un mundo mejor para él, un mundo donde los tres pudieran vivir felices y en paz. Y Juv, por merlín como había extrañado a la rubia.

 

Sonrió ante la pregunta de Richard, por siempre era una palabra muy amplia para personas como ellos. Él, un demonio, ella... no estaba seguro de si lo seguiría siendo, pero algo le decía que la mortalidad tampoco era algo de lo que se preocupara. Diez años perdidos parecían nada al lado de la eternidad.―Lo que tienes que saber, es que haremos todo lo posible para ser felices los tres juntos, y que todas las decisiones que tomemos serán pensando en tu felicidad―aunque algo le decía a Neos que lo que hería feliz al pequeño era lo mismo que los haría felices a ellos dos, deseaban estar juntos, se notaba en cada mirada que se daban.

 

Le puso la mano en la cabeza y le revolvió el cabello, el mismo tono que el suyo.―Jamás volverás a sentirte desplazado, ocurra lo que ocurra con nosotros, tú siempre vas a contar con tus padres, yo no pienso volver a irme a ninguna parte―le dijo con una sonrisa, luego se giró para mirar a la rubia, parecía más hermosa que nunca con aquella sonrisa.―A ninguna parte, ambos podrán contar conmigo de aquí en adelante―le guiñó un ojo.

 

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[Kahlan Blackthorn]

El tiempo se había detenido por un instante delante de sus ojos, no dejaba de pensar en su situación amorosa ni por un instante. La mirada de su hijo le saco de su ensimismamiento de golpe, quizás el detectaba que la vampiro no estaba insegura de ninguna de las decisiones que marcaban un antes y un después en la vida de los tres. Comprendía la preocupación del castaño y que deseaba que sus padres pasarán el resto de su eternidad juntos.

 

－Cariño se que deseas que todo sea como debe ser, pero no podemos pasar por alto que yo estoy unida a otro hombre y es algo que no podemos esconder bajo la alfombra－respondió acariciando la mejilla de este. El tener delante de ella la felicidad, no era sencillo de asimilar y mucho menos de creer, no luego de toda la faena que tuvo que sortear para tener ese momento intimo con los dos amores de su vida－Ya tu padre lo ha dicho, no se volverá a ir y eso es algo que debes creer－sintiendo un dejo de culpa al verlo torcer un poco su boca.

 

Era un niño, jamas acabaría de comprender a los adultos y mucho menos las formas en que estos manejaban sus vidas y las de los que les rodeaban. No deseaba contar con el solo como amigo, pero tampoco podía obligarlo a darle falsas esperanzas a algo que recientemente tomaba forma ante sus ojos. Le gustaba la idea de volver a verse como una pareja, pero que implicaba todo aquello para el castaño.

 

¿Casarse?, ¿Vivir juntos?. O solamente estar unidos por su hijo, la inseguridad de un momento a otro, verlo ahi a pocos metros y no poder gritarle al mundo todo lo que este despertaba en ella. Soltando la mano de Richard se apartó de ellos, meditando las acciones que debería tomar y como proceder en cada caso.

 

@@Neos Triviani Malfoy

[Neos Triviani Malfoy]

Escuchó las palabras de la Malfoy, saber que estaba unida a otro hombre siempre le había dolido, pero saberlo en ese momento, que sabía que podrían haber formado una familia juntos, era insoportable. Pero así es como se habían dado las cosas, así es como ambos habían llegado hasta ese punto, separados. Pero ahora tenían algo que los unía de forma irremediable y por siempre, algo que les daba una razón inmejorable para luchar por lo que sentían por el otro. Pero no siempre era fácil, nunca lo había sido para ellos, y probablemente tampoco lo sería en el futuro.

 

―Richard, ¿podrías darme unos minutos a solas con tu madre? Te prometo que no tardaremos―le pidió al pequeño, al ver como la rubia se alejaba un poco de ellos. Su hijo era inteligente, pues con solo una mirada a ambos entendió que era lo mejor, a pesar de sus deseos de estar con ambos.―Luego podrás mostrarme tu habitación, para que juguemos un rato―le guiñó un ojo, revolviéndole el cabello antes de que este saliera y cerrara la puerta tras él.

 

―Sé como te sientes, ¿parecen muchas cosas para procesar de una vez no? Imagina como me siento yo―le dijo con una tímida sonrisa, acercándose a ella para tomarle las manos y mirarla a los ojos.―No quiero que esto sea incómodo para él, ni tampoco para ti―confesó.―Te amo Juv, nunca dejé de hacerlo y nunca lo dejaré de hacer, pero esperaré todo el tiempo que sea necesario para volver a estar contigo, no porque tengamos un hijo, sino porque eres con quien quiero pasar el resto de mi vida―le debía completa sinceridad, ya no era tiempo de ocultar nada.

 

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[Kahlan Blackthorn]

Su cabeza parecía haberse ido a miles de kilómetros de distancia, aglomerándose dentro de ella todos los recuerdos vividos con Richard mezclándose con los que vivió con el padre de este. Ahí radicaba el meollo de todo aquello－Si, cariño danos un momento juntos y te prometo que luego de eso podrás jugar con tu padre hasta el amanecer－le dedicó una media sonrisa al pequeño. El sentirse incomoda no era una cuestión que le sacará el sueño en ese momento y le tenia sin cuidado sin lugar a dudas－Anda ve...－agregó al verlo salir de la habitación.

 

Entendía a la perfección el sentir de Neos, no seria sencillo para nadie ver a la madre de su hijo con otro hombre. Mucho menos que esta tuviera una familia y los años le brindarán la oportunidad de volver amar e intentar olvidar lo vivido con el Triviani. Pero en el caso de Juv, jamás podría sacarse de la piel las caricias que Neos dejo en ella, arrancar de tajo el sabor de los labios de este sobre los suyos y las incontables noches que compartieron en la intimidad sin pensarlo siquiera en una de esas noches RIchard decidió formar parte de sus vidas y unirlos para siempre.

 

Recuerdos y más recuerdos iban y venían en su memoria, encuentros dentro del Ministerio, pasajes de batallas sangrientas que casi siempre les dejaban un grato sabor en la boca y el estigma de un amor que se negaba a desaparecer, aferrándose al corazón del par de Mortifagos－Yo se, yo se a la perfección que me amas y eso no cambiará por nada del mundo y ni la muerte misma podría mermarlo de ningún modo－sintiendo el calor de sus manos le pareció estar viviendo un sueño que difícilmente se convertiría en una pesadilla. No la odiaba, no sentía el más mínimo resentimiento por ella ante lo sucedido y eso era lo que le asombraba del Triviani.

 

La capacidad que tenia para saber perdonar o en el caso de Juv, no condenarla del todo sin saber la razón o motivo que le orillo actuar de esa manera. La mirada del castaño le daba una confianza que la haría capaz de lograrlo todo, unirse a el de por vida, ya no parecía un imposible y menos algo que le fuera negado por el cruel destino. Detrás de esa puerta estaba la única razón para atreverse a retar a cualquiera y defender el amor que ella le profesaba desde hacia varios años a Neos. Ese amo a prueba de todo, empecinado en sobrevivir a cada golpe que le daba la vida, volviéndose más fuerte y poderoso.

 

－Me amas y yo te amo, no podemos negarlo aunque las palabras no salgan de nuestros labios. Los ojos dicen todo lo que nos atrevemos a callar, todo eso que durante años nos mantuvo medianamente cuerdos, no es una situación sencilla para ninguno y menos para ti. Ya te lo dije eres libre de vivir una vida con quien tu decidas y la persona que deseas en ella, no puede dártelo de momento. No nos niego la felicidad, porque no me atrevo hacerlo seria atentar contra Richard y es lo que menos deseo－dejando una caricia en la mejilla del castaño, buscaba brindarle con eso un remanso de paz y confortarlo.

 

－Ya hemos esperado demasiado tiempo, no creo que nos cueste nada hacerlo unos días o meses más－intentaba sonreír pero algo dentro de ella, le anunciaba que quizás la tarea no seria sencilla de concretar. ¿Cómo manejar el asunto de su separación?, ¿Cómo explicarle a sus hijos que no permaneciera al lado de su padre?. El dar explicaciones sobre esos temas no era la suyo, no dudaba que estos se lanzarán contra Neos buscando un culpable, encargándose de empañar el futuro que poco a poco se abría camino ante el par de hechiceros.

 

－Ahora estas aquí y no deseo pensar en nada más que eso－sin soltar su mano volvía a dejar una ligera caricia cerca de la comisura de sus labios. No se estaban pidiendo nada y mucho menos negándose nada, solo se permitían imaginar como seria pasar la vida juntos en pareja y ver crecer a su hijo.

 

@@Neos Triviani Malfoy

[Neos Triviani Malfoy]

Escuchar de sus labios que le amaba después de todo lo que había pasado, era el más dulce de los placeres, solo pudiendo ser superados por los que la misma rubia era capaz de brindar en la intimidad. Era todo lo que Neos necesitaba saber, todo lo demás pasaba a un segundo plano, todo parecía fácil de superar si sabía que al final del camino le estaría esperando ella junto a su hijo. ¿Qué más necesitaba para tomar la decisión definitiva de quedarse? Nada, no tenía otro lugar en la tierra donde deseara estar.

 

Su caricia le reconfortaba, le daba la seguridad de que al final todo estaría bien, de que no necesitaba nada más para estar juntos. Antes de llegar esa tarde a la mansión Malfoy creía que jamás volvería a tener a Juv, ahora sabía que solo era cosa de tiempo. ¿Qué eran días, meses o años comparados con la eternidad?

 

―Yo decido vivir mi vida contigo―le dijo con completa decisión, como si fuera un juramento inquebrantable que le llevaría a la muerte de romperlo, pues vivir sin ella era peor que perder la vida. Lo había sentido durante esos diez años, el sentir que no pertenecía a ninguna parte, que no podía afirmarse de nada para seguir respirando. Pero si, siempre había tenido a alguien, a ella, y ahora también tenía a su hijo.

 

―No, puedo esperar lo que sea necesario con tal de tenerte siempre en mis brazos―confesó, aunque cada segundo dolía en lo más profundo, sabía que todo sería recompensado.―Entiendo que las cosas no sean fáciles de resolver después de tanto tiempo―pero le apoyaría en eso, esperaba que la rubia confiara en él, aunque sabía que dada la historia entre ambos retomar una plena confianza no sería fácil, aún así sabía que era algo que debían trabajar.

 

―Tampoco deseo pensar en nada más, pues pensar demasiado fue lo que me alejó de tus brazos―la miró fijamente, mientras acariciaba su rostro al igual que ella el de él. Sus profundos ojos le llamaba, sus dulces labios le gritaban que se acercara.―Y no pienso estar nunca más lejos de ti―y entonces acercó su rostro al de ella, para depositar en sus labios un cálido beso, uno prohibido, uno que sellaba diez años de ausencia y les devolvía a donde cada uno correspondía.

 

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