~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)

[Kahlan Blackthorn]

Se había tomado su tiempo para volver a la mansión Malfoy, no terminaba de acostumbrarse a verse fuera de su zona de confort y eso le trastocaba un poco en todos los aspectos que conformaban su entorno personal y profesional. La reciente llegada de su hijo Richard a Londres, no terminaba de suavizar las cosas en ningún aspecto. Se encontraba sumida en una profunda cavilación, no salia del asombro que despertó en ella el saber que Neos estaba de vuelta en Ottery.

 

Quizás los viejos tiempos se aferraban a unirlos de una u otra forma o tal vez, no era nada más que una coincidencia que ambos Malfoy, estuvieran dentro de esa mansión en ese mismo instante. La conexión que les unía era innegable y de un momento a otro se vio reforzada por un ser que cambio de golpe la vida de la rubia, aparecer en el momento justo en que lo creía enterrado y sepultado bajo una gruesa capa de hielo y arrogancia.

 

－Espero que te haya resultado divertido el paseo...－siseaba sintiendo una ventisca colarse por la entraba principal del castillo Triviani. Ahi estaba a pocos pasos de ella, mostrándose abiertamente altivo y galante －No te la juegues o perderás, ya sabes que yo no soy fácil de vencer...－ aquel trozo de película en tono sepia comenzó a desdibujarse en su memoria. La presencia de Chávez, le molestaba al grado de desear vaciarle todo el liquido vital que poseía en su maltrecho cuerpo.

 

－Lo siento, pero ha llegado una visita y parece que le busca a usted...－torciendo un mohín de desagrado en su boca, le dedico una exagerada reverencia. Aquello le dejo con más dudas de las que ya le carcomían, se atrevería a ir a buscarle a la Malfoy luego de todo lo acontecido entre ambos hechiceros. Si que le reconoció las agallas que poseía y eso le ahorraba tener que ir a buscarle la cara y soltarle la verdad sobre dicho joven que compartía un parentesco con ambos.

 

－Puedes irte, ya has dado el mensaje...－ fulminándole con la mirada salio de la mazmorra. Deslizando su surda sobre su capa de viaje alisaba el borde de la misma con un grácil movimiento, el lucir como todo una sensual vampira no faltar en ella y era algo que le caracterizaba a todas luces. Estaba en la mejor disposición de sacarse cualquier deuda pendiente que tuviera con Neos, ya no toleraría cargar con ese lastre que le asfixiaba y por momentos le devolvía de golpe a un pasado, que ya creía muerto y enterrado al saber de su inminente partida.

 

Ascendiendo por las escaleras con parsimonia, no pudo evitar sentir un choque eléctrico que le arrancó un quejido de los labios. Ahí estaba de nueva cuenta ese cosquilleo subiendo por su espina dorsal, quemando su nívea piel anunciándole que su contra parte le llamaba interconectandose en un mismo ente o ser. Tenia que controlar su sangre, no le permitiría dominar la situación y ponerla en jaque, ya no eran los mismos de antes y eso le quedaba tajantemente claro a la Malfoy.

 

@@Neos Triviani Malfoy

[Neos Triviani Malfoy]

Se distrajo, avanzando por el recibidor de la mansión Malfoy dejó de escuchar todo a su alrededor, mientras sus ojos recorrían cada rincón, mientras su memoria comenzaba a refrescarse con todo lo acontecido entre esos muros. No escuchó los pequeños pasos que se aproximaron hasta su lado, no se dio cuenta de que el elfo le reconoció, tampoco de que le preguntaba si deseaba ver a alguien. Ante su silencio, el elfo insistió. "¿Desea ver a la señorita Juv?", tampoco le escuchó. Para cuando se dio vuelta hacia el sitio que el ser mágica había ocupado, este ya había desaparecido.

 

Neos sintió una extraña sensación, como si algo estuviera a punto de pasar. Era como esa calma antes de una tormenta, ese cosquilleo en la nuca cuando algo importante se aproximaba. No le gustó, no le hizo sentir cómodo. Toda esa mansión le causaba esa impresión, no le gustaba, pero se había decidido a enfrentarse a su pasado aún cuando este pudiera volver a destruirle. Porque Neos había estado en el suelo, y pasó mucho antes de que su viaje comenzara a curarlo, a formarlo como quien era en el presente. Y aún así, con toda esa decisión, no lograba vencer a la inseguridad que le generaba volver a enfrentarla.

 

La idea de que no iba a encontrarla desapareció de un segundo para otro, pues la sintió, reconoció su presencia en el aire, aún lejos de donde él estaba, pero presente. Avanzó hasta el vestíbulo sabiendo que ella estaba en camino, sin saber como, ¿le habría sentido también? ¿Aún sería tan fuerte la conexión que los había unido en el pasado? Ella le había convertido en demonio, le había hecho como ella. Aunque no era lo único que les había unido, había mucho más, un sentimiento que había cavado tan profundo en su pecho que era imposible volver a sacarlo, y que por tanto había decidido tapar por completo, o al menos eso era lo que había intentado.

 

Y entonces la sintió más fuerte, casi de forma insoportable. Se dio la vuelta, y allí estaba ella, tan hermosa e imponente como siempre. Los recuerdos le volvieron de golpe a la cabeza, y a su vez le reforzaron la mirada frente a lo que sabía que no podía mostrar frente a ella, debilidad.–Juv–fue todo lo que fue capaz de decir, para luego caer en un silencio. El aire podía cortarse con una cuchilla, y la mirada entre ambos no hizo más que confirmar lo que jamás podrían negar.–Ha pasado mucho tiempo–mucho parecía una palabra que se quedaba corta, se sentía como si hubieran pasado veinte vidas desde la última vez que la vio.

 

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Editado 4 de Noviembre del 2017 por Neos Triviani Malfoy

[Kahlan Blackthorn]

Solía mostrarse como una pared impenetrable, acero reforzado le gustaba denominar a ese mecanismo de defensa y ataque. A pocos metros de ella se abría un inmenso abismo que le separaba de la cordura que pocas veces reinaba en ella y sus ansias por matar a todo aquel que deseará trastocar su paz interna y atreverse a despertar el lado más oscuro y nocivo que habitaba en la Malfoy. Sus ojos se mantenían fijos en un punto, no le daría el poder de meterse en su mente y mucho menos lanzarte un nuevo golpe apoyado por el pasado que les unió en el algún momento.

 

－¿Qué se te ha perdido aquí, Triviani?－adoptando una postura displicente en todo momento. Le era poco grato tener delante de ella a un perfecto desconocido, ya no quedaba nada del Neos que compartió con ella el campo de batalla y mucho menos del hombre que alguna ves significo algo en la vida de Malfoy. Era de esperarse el tiempo se había encargado de mutarlos en seres distantes el uno del otro, salvo por el pequeño detalle que les gustará o no les ataría por el resto de sus vidas.

 

－Parece que estás un poco sorprendido, no encuentro razón para ello. Esta mansión es mía por derecho de nacimiento, aunque no puedo decir lo mismo de vos－no se mostrarla débil ante el castaño, ya no permitirla que su presencia le perturbará o le volviera a destruir de forma irremediable. Ambos se habían hecho demasiado daño, al grado de dejarse la piel expuesta sobre el hueso y el corazón hecho jirones. Empero, ya no quedaba nada de ese par de jóvenes, ahora estaban dentro de esa mansión un par de fieras dispuestas a sacarse el cuero y ponerle punto final a todo ese embole.

 

－Dudo que vengas por un abrazo de hermanos o por una fiesta de bienvenida...－quedando a pocos metros de este, desviaba su mirada hacia el tatuaje de la marca tenebrosa. Aquel signo de que pertenecían al mismo bando, compartiendo sus ansias de controlar el mundo mágico, dominando este para transformarlo en un sitio regido por la más pura oscuridad.

 

No podía negar que le intrigaba tenerlo delante de ella, compartir con el un lazo de sangre que iba más allá de un juramento inquebrantable o vender su mismísima alma a Voldemort. Esperaba una respuesta a sus interrogantes, no le apetecía en lo más minino torturarlo de nueva cuenta y entonces si, conocería de lo que era capaz la nueva Juv. Porque la jovencita que caía rendida a los pies de este, ya no residía dentro del cuerpo de la rubia.

 

@@Neos Triviani Malfoy

[Neos Triviani Malfoy]

Sus primeras palabras no le causaron sorpresa, pues reflejaban la misma actitud que Juv había tenido la última vez que se habían cruzado. Esa puerta completamente cerrada hacia su interior, ese porte que le indicaba que estaba fuera de su vida, que no había vínculo que los uniera. Pero Neos sabía que por mucho que quisiera que eso fuera cierto, jamás lo sería, ni tampoco por mucho que ella lo quisiera, por mucho que vivieran toda su vida en negación.

 

—Nada que puedas ayudarme a encontrar, lamentablemente—respondió con la misma sequedad, sin deseos de caer en sus provocaciones desde iniciada la conversación. Neos había cambiado mucho, como bien lo comprobaría Juv seguramente, pues era quien más le había llegado a conocer en el pasado. Irritarse por nada era algo que ya no le pasaba, dejar que su pasajero oscuro se saliera de control sin deseos tampoco, era capaz de hacer frente a esa situación, ahora que estaba frente a ella estaba aún más seguro de ello.

 

—Tienes razón eso, mi sangre es Triviani, no Malfoy, aunque hay muchas cosas que me mantendrán atado a este lugar de por vida... lo quiera o no—reconoció encogiéndose de hombros, pero en completa calma. Sus ojos no reflejaban odio ni despecho, sino con nostalgia. Los tiempos que habían vivido juntos habían sido los mejores de su vida, y parte de que deseara cambiar se lo debía en gran parte a ella.—Y no, la verdad es que no es sorpresa lo que sentí al verte, vine sabiendo que encontrarte era una posibilidad—aclaró, aunque cierto era que en un comienzo no creyó que fuera a verla de forma tan inmediata.

 

Negó con la cabeza ante sus palabras.—Si fuera eso lo que deseara, no habría venido aquí, ¿no crees?—preguntó siguiendo el curso de su caminar sin perderla de vista ni un segundo, no por precaución, sino porque su mente se seguía debatiendo sobre si era real que volvieran a estar tan cerca uno del otro.—Venía sencillamente a reencontrarme con un lugar que fue especial en el pasado, sin esperar nada de nadie—reconoció.—Quizás es bueno que nos hayamos encontrado, quizás hay una razón para ello—sabía que sería necesario tarde o temprano, y aunque no pensó que sería mucho más temprano que tarde, quizás había una razón.

 

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[Kahlan Blackthorn]

Sus orbes lapislázuli recorrieron por un breve instante el rostro de Neos, no quedaba nada en el que le indicará que el joven, que le enamoro seguía vivo dentro de su interior. Ambos eran de caracteres similares, nunca darían su brazo a torcer y la madurez que reflejaban sus acciones y palabras, denotaba que la arrogancia siempre se impondría ante ese sentimiento que les unía quisieran o no.

 

－Si recuerdo que en el pasado, yo ame a un Triviani. Pero por desgracia, parece que el mismo yace a varios metros bajo tierra－volvía atacarlo sin desearlo o tal vez de forma inconsciente. Si quizás era el desdén el que le hacia responder de ese modo, comportarse como una verdadera cretina ante el padre de su hijo. Lo callaba a piedra y lodo, no le cuadraba la idea de soltar todo aquello a boca de jarro y cambiar la vida de ambos de un solo golpe.

 

Su sangre comenzaba a elevar su temperatura, arrancándole un quejido imperceptible para el castaño. El liquido vital que corría por la venas de ambos, jamas les dejaría olvidar que estaban encadenados uno al otro, tal y como un barco se atranca a puerto por medio de un ancla de metal. Seria eso, Neos era su clave a tierra y ella el de el, convendría develar el misterio de una maldita vez y acabar con toda esa pantomima－No esperaba que vinieras por mi, sino mal recuerdo tu y yo...－carraspeó con suavidad aclarando su garganta.

 

－Nos dijimos hasta de que nos íbamos a morir en tu mansión, si creo recordar que una visita inesperada tiro todo por la borda. No te voy a culpar y no me voy a culpar, porque esa es harina de otro costal y, si estas aquí porque algo te llamo y no creo que haya sido precisamente el viento...－esbozando una lóbrega sonrisa en sus labios le obsequio una mirada cómplice. Se conocían a la perfeccionó, no les era creable escudarse en máscaras que ocultaban la verdad que sus bocas jamas se atreverían a proferir.

 

－Tu y yo, si que tenemos un asunto pendiente－un sabor dulce se le impregno en el paladar. Tal vez era el recuerdo de su último beso o simplemente el añorar los años perdidos por su insensata madurez, pero era cuestión de ambos no haber sabido manejar la situación y llevarla a buen puerto. ¿Quién dice que el destino no los creo para permanecer juntos eternamente?, ¿Quién se atrevería a negar en el pasado que eran almas gemelas la una para la otra?.

 

 

@@Neos Triviani Malfoy

[Neos Triviani Malfoy]

Y allí estaba de nuevo, intentando herirlo sin razón aparente. Oh bueno, seguramente las tendría, y muchas de ella, pero todas en el pasado. Neos sonrió con cierto cansancio, no dispuesto a caer en las provocaciones de la bruja, en su búsqueda de encontrar a un hombre que él ya no era. Y sus propias palabras lo decían, el Triviani que ella había amado si estaba varios metros bajo tierra, kilómetros de hecho, y ella misma lo había enterrado.

 

No respondió, al menos no con palabras, sino con la mirada que seguían fija en los profundos ojos de Juv mientras esta continuaba su paseo. Sentía que había algo, algo que no podía leer. Parecía casi imposible que en el pasado hubiera llegado a tal punto de entenderse sin palabras, de conocerse tanto que bastaba una mirada para saber que pensaba el otro, de haber llevado su vínculo de sangre a tal extremo de sentirse a kilómetros de distancia. ¿Dónde había quedado todo eso? ¿Quién tenía frente a él que le costaba tanto leer?

 

Pero entonces sintió que la actitud de la Malfoy cambió un poco, al menos a una menos agresiva. No le sorprendió, no era algo que iba a destacar, pero que si llegaba a agradecer internamente, nadie deseaba que una guerra volviera a desatarse entre ellos tan pronto.―La verdad no pensé en hacerlo, creí que sencillamente me ignorarías como la última vez, cuando tu vida era mucho más feliz sin mi en ella―dijo con seriedad, aunque su voz reflejaba ciertamente parte del dolor que había sentido en ese entonces, ver a la que sabía era la mujer de su vida en otros brazos era una imagen que no podría olvidar, una sensación que siempre le acompañaría.

 

―No vine para hablar de culpas, tampoco para hablar de recuerdos, he dejado todo eso atrás y soy una nueva persona―respondió, los últimos meses que había pasado en Ottery habían sido una tortura mayor a cualquier que hubiera visto o soportado en el pasado, llegó a ser insoportable siquiera respirar el aire de Londres, todo le hacía sentir que la única solución era cortarse el cuello y acabar con el problema para siempre.

 

―Si tenemos un asunto pendiente entonces es bueno que nos hayamos encontrado tan pronto, yo al menos hay cosas que me gustaría decir, cosas que creo cerraran y terminar por completar mi viaje, y solo entonces podré sentirme realmente de regreso―al menos el sentía que los había, aunque no creía que Juv también los tuviera, de otra forma no le habría sido tan sencillo sacarle de su vida.

 

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[Kahlan Blackthorn]

Ahí iba de nueva cuenta a sacar conclusiones sin sentido o razón, pero para que esforzarse en hacerle ver que estaba andando por la senda equivocada. El no sentirlo cerca de ella, si que había sido una tortura sin lugar a dudas, despertar por todas las noches sobresaltada por la ausencia del Triiviani a su lado, sentir que su piel ardía con mas fuerza que nunca y reclamaba a su contra parte sin obtener respuesta alguna. Era una sensación que durante meses le mataba por dentro, obligándola a desear desaparecer de la faz de la tierra y así de ese modo apaciguar un poco su tormento.

 

－Parece que una puerta inmensa, no te permite ver lo que deseas－siseó aferrándose a su coraza. Era una mujer más dura que antes, siniestra en todos los aspectos habidos y por haber, si algo quedaba del amor que sentía o sintió por Neos, jamas se lo dejaría ver como la ultima vez que lo tuvo delante de ella. Ya era demasiado tarde para llorar sobre la leche derramada, desear resarcir el daño ya no era una alternativa viable para ninguno de los dos. Y si tenia una sola verdad, aquella que quizás fuera el tiro de gracia para ambos o una forma más o menos sana de intentar convivir sin desear algo que parecía terminado entre ambos en apariencia.

 

Ella experimentaba la misma sensación, imaginarlo con otra mujer en su vida era como clavarle una daga en el pecho sin previo aviso. Empero, ya no se laceraría con el mismo recuerdo una y otra vez, estaba delante de ella como si se tratará de una nueva oportunidad y si era necesario echar toda la carne al asador lo haría sin dudarlo siquiera. El respirar el mismo aire que el, podía ser un bálsamo o una lapida que terminaría por sepultarla en el séptimo circulo del infierno.

 

－Lo que te une a mi...－respiró profundo antes de proseguir－Es mucho más grande que el amor que nos unió o el mismo lazo de sangre que corre por las venas de ambos. Podría decirse que es la prueba viviente de lo que nosotros fuimos en el pasado y si hubiéramos sido un poco más sensatos lo hubiéramos compartido desde el momento en que supe que era una realidad irrefutable－aquellos ojos azules se clavaron en los castaños que le obsequiaban una mirada de incredulidad－Tu y yo tenemos un hijo, Neos...－pronunció aquellas palabras como liberándose al fin de un hueco que anidaba en su pecho, carcomiendo poco a poco el amor que representaba aquel pequeño que desconocía la identidad de su padre.

 

@@Neos Triviani Malfoy

[Neos Triviani Malfoy]

Parecía irónico que ella lo dijera, o quizás era su subconsciente reconociendo lo que no era capaz de decir en voz alta. Si, una enorme puerta no le dejaba ver lo que deseaba, una de la cual ella poseía la llave, pero que parecía haber encerrado también en lo más profundo de su corazón. No sabía como sentirse frente a eso, pues por más que se intentaba convencer de que era un nuevo Neos el que estaba parado frente a ella, Juv le devolvía una y otra vez a esos momentos en que no podía hacer nada más que sonreír al mirarla.

 

Guardó silencio cuando notó que le iba a confesar algo, aunque ya al comenzar sentía que había algo ahí que no estaba bien. Neos había pensado en arrepentimientos, pero la bruja se refería a algo más, a algo físico y real, presente. ¿Más grande que el amor que se tuvieron? En el pasado habría pensado que algo así era imposible que existiera, pero ya no podía estar tan seguro, pues si tan grande había sido ese amor entonces no entendía como había llegado a terminarse de la forma en que lo hizo.

 

Y entonces, cuando su mirada azul estaba clavada en la suya, le dijo algo que jamás en la vida se hubiera esperado escuchar, lo último en una larga lista de imposibles que pensaría oír de parte de Juv. Si su rostro reflejó o no su sorpresa no lo sabía, pues su mente se perdió en un vació eterno, uno en el que sintió que estuvo años, décadas, milenios, eras. Cuanto tiempo estuvo en silencio solo mirando a la rubia no lo supo, pudieron ser bien varios minutos. Era como si Juv le hubiera tomado y arrancado de la realidad, llevándole a ese vacío donde el tiempo no existía, donde la lógica no existía, donde nada existía.

 

―Yo... ¿tengo un hijo?―fue lo que dijo, sin saber cuanto tiempo había pasado en silencio. ¿Un hijo? ¿Tenía un hijo? Pero... hacía años y años que no veía a Juv, ¿cuántos años tendría? ¿Sabría de él? ¿Qué le habría dicho Juv? Miles de pregunta comenzaron a amontonarse en su cabeza, sin poder ordenarse ni materializarse a través de la boca del castaño. Al final, la que pudo salir primero, quizás con cierto resentimiento fue.―¿Porqué no me lo habías dicho antes? Juv por Merlín, no nos vemos hace más de cinco años...―.

 

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[Kahlan Blackthorn]

Cinco años no eran nada comparado con la mirada que le obsequiaba su hijo, aquel pequeño que tenia rasgos de Neos compaginados con algunos de Juv. Hermosos ojos azul oscuro le dedicaban de cuando en cuando una mirada afable, quizás para mermar un poco el dolor que aquejaba ala rubia, pero ella jamas se lo dejaría ver abiertamente. Richard creció sabiendo que tenia un padre y una madre, pero nunca se le reveló el porque sus progenitores no permanecieron juntos y le brindaron una vida feliz.

 

Ella se mantuvo en una postura seria y tajante, no diría más de lo necesario y eso era decirle que tenia un padre. El nombre no importaba y la procedencia de este tampoco, solo conocer a la persona que le dio la vida de palabra, pero no de presencia－Lo que es capaz de hacer el amor, ¿no?－chasqueó la lengua caminando hacia el hall de la mansión. No deseaba que nadie los interrumpiera, porque no estaba para dar explicaciones sobre el reciente secreto que habita develado.

 

－Para que decirlo, no creo que el que lo supieras hubiera suavizado las cosas o ¿si?－ cruzándose de brazos volvía adoptar una postura agresiva. El decirle que esperaba un hijo suyo, dudaba mucho que le devolviera el lugar que por derecho le había quitado otra mujer－Ambos erramos y he aquí las consecuencias de ellos. La terquedad nos cobro un alto precio y lo hemos pagado, solo que yo me quede con algo tuyo y tu, pues tu...－rodeando sus ojos recordaba la forma en que se habían dejado completamente hechos pedazos.

 

Ni un adiós como despedida o al menos un desdén para dejar en claro que nada los uniría. Pero el destino, si que les había jugado una mala pasada y su amor estaba vivo en su hijo, no importaba si ellos volvían a estar juntos o no. Jamas podrían negar que ese joven era la prueba viviente del lazo que los uniría más allá de prometerse el uno al otro por el resto de la eternidad. Ahora las palabras sobraran y las cosas tendrían que ser diferentes o ella se encargaría de ponerlas en su sitio costara lo que costara.

 

 

@@Neos Triviani Malfoy

Editado 4 de Noviembre del 2017 por Juv Malfoy Croft

[Neos Triviani Malfoy]

Su cara solo cambio a la de sorpresa al escuchar la respuesta de Juv.―¿Haber sabido cinco años antes de que era padre no habría cambiado las cosas?―preguntó como respuesta.―Pues no sé, quizás de partida, no habría pasado cinco años sin saber que era padre―respondió como si fuera lo más obvio del mundo. No iba a permitir que Juv se pusiera a la defensiva en eso, negarle su derecho a saber algo tan importante era algo que no merecía, se había ido de Londres porque creía que nada le ataba a ese lugar, que ya no había nadie que le necesitara en su vida. Sabía bien que Juv no lo necesitaba, de otra forma no se habría comprometido con otro hombre, pero ¿su hijo? ¿Qué tenía que ver un niño en la rencilla de ellos?

 

―Y yo ni siquiera sabía cual era el precio que estaba pagando―completó por ella. Comenzaba a sentir un dolor muy profundo un pecho, en un vacío que hasta el momento no sabía que estaba allí, un vacío que le había acompañado durante todos esos años sin que él lo supiera, uno donde debería haber estado el amor por un hijo.―Me fui con el dolor de haberte perdido, pero no tenías derecho a negarme el dolor de que también dejaba a un hijo, por Merlín, las cosas hubiesen sido muy diferentes de haberlo sabido―¿qué habría hecho? De partido, no haberse ido.

 

La había seguido hasta el hall de entrada de la mansión sin siquiera darse cuenta, sintiendo como su corazón estaba acelerado y su mente estaba por estallar. Se fue hacia un lado y tomó asiento en la primera silla que encontró, llevando sus manos a su cara, tapándola.―Cinco años, cinco años creyendo que no había nada que me atara a este mundo, pude haber muerto sin saber jamás la verdad―su mente comenzaba a trabajar como siempre, esta vez para mal de él, imaginándose el infinito mundo de posibilidades que aquello podía haber significativo. Si, llegó a pensar en terminar con su vida muchas veces, sintió que el mundo ya no significaba nada para él.―Pero un hijo...―si, un hijo lo cambiaba todo.

 

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