~ House of Books ~ (MM B: 103943)

[Anthony R. Dracony M.]

Unos meses después...

 

Teníamos como dos meses que ya estábamos en la actividad "normal", si es que se podía llamar de esa manera. Era la locura con los casos de nuestro Departamento, varías veces coincidíamos ambos, Cindy y yo, que eran muchos a la vez, pero ya ella se había entusiasmado al igual que yo, de esa manera de ocupar nuestro tiempo.

 

Pero aunque era muy interesante, como que despertó en mi varios deseos: primero, volver a tomar clases mágicas, mi pasión por aprender, segundo, disfrutar de mi juventud e incursionar en diversiones juveniles, unas por mi cuenta y otras en compañía de Cindy, tercero, velar por la familia Tonks y la Karkarov, cuarto, atender mis tres locales, por lo menos Cindy me ayuda con dos de ellos, quinto, y no por eso el menos importante sino lo contrario, ¡muy importante! continuar con el cultivo de la convivencia con mis grandes amistades.

 

Nos hallabamos en el castillo Karkarov, afortunadamente, mi padrino Bastian, nos ayudo para aliviar a los Aethonans que se habían enfermado y todo regresaba a la calma, llame con un silbido a Kautet, lo hice un par de veces, mi halcón peregrino ama el bosque que esta en la propiedad Karkarov y ahí esta felizmente.

 

Espere algo de tiempo, seguramente que estaba cazando, es un ave con sus instintos intactos y además es autosuficiente y el Ryvak no lo lleva en su hombro como algunos magos llevan a sus lechuzas, él lo deja libre, solo lo llama cuando le va encomendar algún encargo de mensajería y esta es una ocasión de esas.

 

Ha escrito una carta muy afectuosa para la bella pelirroja y su esposo, Darla y Seba, en ella le avisa a la pareja, que van a una visita a su hogar. El halcón por fin aparece, pasa sobre el escritorio donde esta el pergamino enrollado y con ese dibujo que Antoni a hecho de un dragón al vuelo, lo toma con una de sus patas y tras recibir el nombre de los destinatarios, sale en busca de ellos para entregar la carta.

 

El continuo ir venir de clientes en la librería, le permite al halcón entrar en el local, busca con su aguda vista y ve a un par de elfos, a sus cabezas suelta el pergamino y sale majestuosamente del local.

[Darla G Dumbledore]

Lualú, elfina de Darla

 

La elfina movió las orejitas nerviosa al escuchar que Dash tenía tareas que hacer, eso hacía que él saliera o tuviera que viajar, como cada vez que su amo se iba o se preparaba para cumplir algunos deberes que tenía. Pero los nervioso de la elfina se transformaron en contento, que le hizo mover las orejitas casi en círculos cuando el elfo le preguntó si lo quería acompañar.

 

--Lualú quiere acompañar a Dash, Lualú estará encantada de acompañar a Dash y Lualú ama el chocolate tanto como Dash, Lualú termina de acomodar y acompaña a Dash --la elfina asintió y señaló hacia la cocina --Nana dejó desayunos para Dash y los demás, Lualú cree que le entró el espíritu del conejo pascual --agregó en voz más baja mientras el elfo se iba hacia la cocina.

 

La elfina corrió por todos lados acomodando lo que restaba y con los trapos abrazados y las cosas para limpiar corrió a la cocina. Mientras llegaba junto a Dash un ave se coló en la cocina.

 

--Ohh, cuidado, Dash abra la ventana --pero el ave había partido por la puerta que ella aún sostenía abierta dejando caer en una de las manos de Dash un pergamino.

 

--Lualú nunca vio una lechuza tan rara, Lualú no sabía que Dash recibía correspondencia --agregó la elfina sorprendida mirando a Dash.

[Seba Granger]

Dash con Lualu

Dash sonrió feliz al escuchar las palabras que de Lualu salia como locomotora sin frenos, trato de rescatar cada palabra que le señalaba de que estaba encantada de salir con el pequeño aquel día, la verdad es que Dash esperaba que esto tardara un poco, así no tendría que estar en la librería y lo que era mejor podía estar en todo momento con la elfina.

Como Lualu le había señalado Nana había dejado el desayuno preparado para todos, pero la elfina no estaba por ninguna parte, eso era realmente raro, de los años que elfo llevaba viviendo con Nana, nunca se ausentaba de la cocina.

Dash no sabia desde donde había salido el pájaro que empezaba a volar por la cocina, dio un par de saltos intentando alcanzarlo o mas de alguna cosa saldría rompiendo con su aletear.

Dash estaba aun mas sorprendido de lo que decía Lualu, -Dash no cree que esto le pertenezca a el, Dash mas bien cree que es para alguno de los amos- la criatura vio el dibujo del dragón en una parte del pergamino, -Esto debemos dárselo a los amos, ¿Lualu sabe donde esta ellos?- pregunto Dash encogiendo sus hombros.

[Darla G Dumbledore]

Lualú, elfina de Darla

 

Lualú se rascó la cabecita al escuchar las palabras de Dash y sonrió afirmando con la cabeza. Ella sabía dónde estaban los amos, era un día que no tenían que trabajar, o al menos no presentarse temprano y Lualú les había dejado el desayuno en la antesalita junto al dormitorio de los magos. Cuando ellos despertaban solo tenían que abrir la puerta y allí, en una bandeja que lo protegía y mantenía caliente, estaba el desayuno.

 

--Lualú sabe donde están los amos, Lualú les dejó el desayuno, los amos aún no se levantan --Lualú abrió la boca y volvió a cerrarla, no es que a ella le gustara andar escuchando pero sabía que cuando los amos estaban en su dormitorio, salvo que los llamaran, lo mejor era anunciarse discretamente y no entrar directamente.

 

--Lualú piensa que Dash debería dejar la carta junto al desayuno, en la antesala del dormitorio de los amos, Lualú puede acompañar a Dash para que Dash sepa dónde está el desayuno de los amos y se quede tranquilo de que deja la carta para los amos a la mano para que ellos la lean.

 

La elfina gesticulaba con sus brazos señalando a Dash, la carta, el camino a la sala anterior al dormitorio y a ella misma, de hecho con sus manos parecía un molino enloquecido señalando para todos lados, si no mareaba a Dash o a ella misma era un milagro.

[Seba Granger]

Dash con Lualu

 

No no estaba seguro si la elfina de la ama Darla quería haber salido volando con aquella ave que había entrado en la cocina y le había dejado caer aquel pergamino en mis dedos largos, Dash pensó por unos instantes que sabia que tipo de ave era esa, pero no le podía salir el nombre, la había conocido en los muchos viajes que había hecho con su amo, cuando este aun estaba soltero, aunque el amo aun no se casaba desde que estaba con la amita Darla era como si ya lo estuviera, al menos varias veces eso le había dicho el.

 

-Si Lualu acompañe a Dash, Dash dejara esto en la mesita y luego puede salir con Lualu- en lo ultimo de la frase se puso colorado de nuevo, pero trato de salir de eso lo mejor que pudo, -Pero Dash se llevara su comida- este le mostró el trozo de sandwich que le quedaba.

 

-Dash lo puede compartir con Lualu si ella quiere- dijo ofreciendo para que esta sacara un trozo, mientras comenzaba a caminar rumbo a la salita de los amos, en cuanto llego al lugar dejo el pergamino con cuidado al lado del jarrón de jugo.

 

-Dash esta listo, ¿Lualu lo esta?- en eso el elfo golpeo su frente una vez y salio corriendo en busca del dinero que le había dejado el amo en el cajón de su escritorio, ademas de la lista de los chocolates y dulces que quería.

 

-Dash esta aquí!!- grito a la elfina mientras metía con cuidado el dinero en el bolsillo del pantalon que le había comprado su amo hace un tiempo.

[Darla G Dumbledore]

Lualú elfina de Darla

 

Lualú asintió y batió palmas, ante las palabras de elfo que se había puesto colorado, lo que hizo que la elfina se quedara quietita y dejara de saltar y batir las manos para ponerlas en los bolsillos de su vestido.

 

--Lualú con gusto acompaña a Dash donde Dash quiera --ahora era el turno de ella de ponerse cual cereza madura por lo roja y brillante que se le pusieron las mejillas y los ojitos ante las palabras del elfo y su respuesta.

 

Lualú siguió a Dash mientras él se encaminaba hacia el cuarto de los amos diciendo que se llevaría su comida, la elfina sonrió y sacó las manos de los bolsillos y cortó un pedacito de sandwich.

 

--Gracias, Lualú lleva guindas si a Dash le apetece comer algo dulce luego --dijo la elfina mostrando un puñadito que llevaba en una bolsita con mucho cuidado en un bolsillo.

 

Tras que dejaran la carta junto al desayuno los elfos ya se dirigían hacia la salida y la elfina asintió ante la pregunta de Dash, pero no tuvo tiempo de contestarle ya que ella dio un respingo cuando él se golpeó la frente y salió corriendo ¿qué había sucedido? Segundos después, como quien truena dos veces sus dedos, el elfo había regresado y ella lo esperaba en la escalera.

 

--Lualú está lista y a la orden para salir con Dash --y de nuevo el rojo tiñó sus pequeñas mejillas.

[Seba Granger]

Dash saliendo con Lualu

 

El pequeño elfo sonrió al ver que Lualu si comía un trozo de su sandwich del que el había devorado en pocos minutos, el si había despertado con mucho hambre aquella mañana, cuando ya estuvieron listos salieron por la puerta principal del local, cerrando tras de ellos con cuidado, ambos sabían que el resto de los elfos de la familia se podrían hacer cargo sin problemas del lugar.

 

-Dash cree que primero deberíamos empezar por las tiendas de este lado de la calle, buscando los chocolates, luego por el resto, si no encontramos todo lo que buscamos el amo dijo que podíamos recorre otros lugares, le dio el dinero suficiente a Dash- dijo este mientras caminaba al lado de la elfina mirando sus sombras mas juntas aun de lo que ellos iban.

 

-A Dash le gusta mucho salir con Lualu, Dash espera que Lualu siempre este con el- la orejas del elfo había empezado a bailar una vez mas.

 

 

 

 

Seba con Darla

 

El sol de la mañana ya había comenzaba a entrar con mas fuerzas por la rendija de las cortinas, los elfos aquella mañana parece que no las habían corrido aun, seguro que andaban en sus quehaceres, aunque en esos momentos el Granger recordó que su elfo mas confiable aquella mañana saldría a comprar, el otro encargado era Tommy y seguro estaba ocupado en el local.

 

Me voltee hacia el lado donde aun dormía mi novia, o al menos eso podía estar aparentando, no seria la primera vez que podía estar fingiendo, rose la piel de su hombro con delicadeza, tratando de ver algún leve movimiento de su cuerpo, pero nada.

 

Sople su oreja un par de veces casi imperceptible ya comenzando a jugar un rato, aquel día tenia pensado no ir al banco y si podía intentaría que ella se quedara conmigo.

[Darla G Dumbledore]

Lualú saliendo con Dash

 

Lualú pasó delante cuando el elfo le abrió la puerta y le hizo señas para cederle el paso, aunque no era humanos su comportamiento caballeresco debía ser aprendido de su amo y él dejarse cuidar ella lo había aprendido, bueno, no podía decir que de su ama, que cada tanto era la que defendía y se comportaba como una guerrera más que como una dama de salón.

 

Así fue como se encontraron caminando por las calles del callejón, Lualú asintió, escuchando atenta las palabras del elfo.

 

--Dash debe guardar bien el dinero, hay magos deshonestos que pueden querer engañar a Dash --dijo preocupada tomándose del brazo del elfo, preocupada por él.

 

Lualú sonrió mucho al escuchar las siguientes palabras del pequeño elfo y sus orejas acompañaron a las de él en sentido inverso, también muy feliz por lo que él le decía.

 

--A Lualú también le gusta estar con Dash y Lualú no quiere dejar a Dash --en cualquier momento alguien la iba a confundir con un tomate con patas.

 

 

Darla despertando con Seba

 

La pelirroja dormía, milagros que se daban por el origen de su madre y por todo lo que había pasado con ella. Soñaba con una playa cálida, de arenas doradas que eran lavadas por un mar de aguas tan cristalinas que se podía ver el fondo aún algunos metros dentro de él. Y no estaba sola, estaba allí con su novio, ambos sonreían y se mostraban un anillo de bodas y corrían por la playa jugando y bromeando, por eso el roce en su brazo fue casi como si formara parte del sueño.

 

Pero segundos después el soplido en su oído, que le erizó toda la piel y le hizo despertar cada uno de sus sensibles terminales nerviosas hicieron que de sus labios saliera no un gruñido sino un ronroneo bajito y mimoso. Sin abrir aún los ojos fue consciente sin embargo de que el día ya estaba iniciando. No había sonido de los elfos en la zona del departamento, pero llegaba hasta ella el aroma del desayuno, seguramente Lualú lo habría dejado en el salón contiguo.

 

Se acurrucó más a su novio que seguía mimándola y ella ronroneó más, comenzando a buscarlo con sus dedos para jugar con su piel también, como él hacía con ella. No había mucho trabajo, por no decir nada, en el LAIC, no creía que a Leah le molestara que fuera recién a laborar en la tarde.

[Seba Granger]

Dash y Lualu

 

Dash se sobresalto un poco con el gesto que tenia Lualu con el, pero le gusto que ella lo tomara del brazo, miro a los magos que caminaban a su alrededor que lo que la elfina le había dicho, pero el dinero estaba bien seguro en el interior de uno de sus calcetines, el amo le había enseñado aquellos trucos que el había aprendido del mundo muggle, no tan solo en el mundo mágico habían personas malas.

-Lualu no tiene de que preocuparse, el dinero que el amo le dio esta muy bien guardado- dijo este lo ultimo en un leve susurro para ambos elfos, mientras avanzaban por el callejón en busca de algunos locales donde el amo le había dicho que podía encontrar buen chocolate, sino era así lo mas seguro es que los elfos tendrían que ir a otros lugares.

-Entonces Lualu no deje a Dash- dijo el elfo mirando los cuadrados que formaban la acera por donde transitaban, luego vio a la elfina por unos segundos, -Dash quiere mucho a Lualu- ahora era el, el que estaba como tomate, pero aun prosiguió el camino hacia una de las tiendas en su lista.

[Darla G Dumbledore]

Lualú con Dash

La elfina caminaba airosamente del brazo de Dash, sus orejitas se agitaban nerviosas y tomaban un color muy rojo, mientras pensaba si se verían como esas parejas de magos y brujas que paseaban coquetamente por el callejón. Mientras tanto el elfo la calmaba y le aseguraba que no tenía que preocuparse por el dinero, que el mismo estaba a salvo. Ella había acercado su cabeza a la de él para escuchar el susurro y se había sonrojado más, asintiendo ante sus palabras.

 

--Ohh... Lualú no dejará a Dash --susurró y miró al elfo junto cuando él levantaba la vista hacia ella y ambos se pusieron como tomate ante sus siguientes palabras, Lualú casi saltó dando palmas pero se mantuvo quietecita, del brazo del elfo y continuó caminando a su lado hasta que se calmó y agregó con voz bajita.

 

--Lualú también quiere mucho a Dash, Dash pone contenta a Lualú cuando habla con ella y Lualú es feliz de poder salir a caminar con Dash a hacer los encargos de sus amos.

 

Cualquiera que los viera moriría de la risa o de ternura al ver el cuadro que representaban dos elfos colorados como tomates tomaditos del brazo paseando por el callejón y haciendo compras.