Elviris Pub (MM B: 103956)

[Oniria]

Sísifo:

 

 

Con una mano me aferraba a la barra de madera gastada para soportar aquel vértigo, mientras que en la otra recibía la dulzura de la caricia de Nasha. Percibí cómo su pulso se aceleraba. Me tranquilizó saber que ella también estaba nerviosa, o lo que quisiera que significase que su corazón bombeara más rápido. Agarré su muñeca y me impulsé suavemente hacia adelante para situarme frente a frente contra ella. Mi nariz casi rozando con la suya. Su aliento caliente como el humo que desprenden las ascuas de una chimenea azotó mi piel.

 

–"Escribo final para que no termine." –Susurré. Aquello era una declaración de intenciones. Pero en la vida no valían palabras de amor sino pruebas de amor. No es que yo estuviese enamorado de Nasha, no al menos en el sentido literal de la palabra. Pero yo creía en los amores fugaces, en los "asteroides" que pasaban brevemente por tu vida, quizá una sola noche, una semana, una vez al año. Era una persona contraria a las convenciones, a los mitos occidentales del amor romántico. Mi impulsividad me forzaba a ser un idealista, y realmente era capaz de sentir emociones sumamente intensas por aquella completa desconocida. Hacía años aquellos rasgos de mi personalidad me avergonzaban, ahora había conseguido integrarlos de tal forma que sabía sacarles partido, exprimirlos para hacer de mis días una experiencia inolvidable.

 

La besé casi sin darme cuenta. Pruebas de amor. O simple atracción sin precedentes. Cuando besaba a alguien tenía que esforzarme para canalizar mis instintos vampíricos y que no terminase en una masacre. El contacto era demasiado directo. Me separé bruscamente, escrutándola. Una sonrisa torcida iluminaba mi rostro.

 

–La pregunta correcta es... ¿hasta dónde eres capaz de sentir tú?

 

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[Rory Despard]

Nasha Montpellier~

 

Tenerlo cerca era demasiado peligroso, lo mismo que el agarre firme de sus largos dedos que la sujetaron con delicadeza. Dividida entre el deleite del roce de él sobre su piel y sus palabras que acariciaban sus oídos provocándole un ligero cosquilleo y la lógica fría que le indicaba tomar distancia, Nasha vio venir lo siguiente y no lo detuvo.

 

Era lo inevitable de la forma en que el encuentro con Sísifo venía dándose. Quizá una parte de su ser lo había intuido desde el primer momento. La clase inusual de vampiro que él era con esa intensidad en sus actos y palabras que la empujaba irremediablemente a corresponderle en la misma medida.

 

Así que se permitió disfrutar de ese beso, sin abstenciones de ningún tipo, trazando un mapa mental de aquellos labios suaves y el aroma particular que desprendían, hasta que de forma abrupta lo vio separarse, los ojos nuevamente chispeantes contemplándola, la sonrisa algo torva que revelaba que en aquel beso había tenido que dominarse mucho para acallar el seguro deseo de probar la sangre de ella.

 

– Todo lo que la vida pueda ofrecerme, lo quiero disfrutar al máximo - exhalando suavemente acortó la distancia entre ellos y enredó sus dedos en los cabellos del vampiro- si estás dispuesto, comprobemos juntos hasta donde podemos sentir.

 

Y de inmediato tomando esta vez la iniciativa, tocó con la yema de sus dedos los labios humedecidos de él, y cerrando los ojos volvió a besarlo, decidida a sofocar esa confusión de emociones con los movimientos que le generaba la lucha de sus lenguas tibias recorriéndose como si fuera la primera vez.

 

Sacarlo de si mismo y que solo por ese fugaz instante todo lo que tuviera en la mente fuese ella. No pensaba detenerse hasta conseguirlo.

 

@Oniria

Editado 5 de Agosto del 2018 por Bel Evans McGonagall

[Oniria]

Sísifo:

 

 

 

Me respondió con otro beso, esta vez más húmedo, más comprometido. Era una buena señal. Jugábamos en la misma liga. Sonreí para mis adentros. La arrastré a una zona más apartada del local. No me parecía cómodo mostrarle todo aquello al barman. Un sofá con la tapicería de un Cadillac y una mesa baja de cristal. Hice un gesto para sentarnos. Uno junto al otro, su aliento parecía inundarlo todo, como si fuese su piel misma la que exhalase aire caliente. El sonido de sus latidos se solapaba con los acordes de Ain't No Sunshine. Mi deseo oscilaba entre desgarrar su cuello y acariciarla con dulzura.

 

–Cómo hemos acabado aquí... –Pensé en voz alta–, tengo curiosidad, ¿adónde piensas llevarme?

 

Justo al terminar mi frase, comenzó a sonar You Never Can Tell. No pude evitar romper en una sonora carcajada, recordando aquella fantástica escena de Pulp Fiction. Cogí la mano de Nasha con fuerza, levantándola y llevándola al centro de la estancia. Realmente, aquel lugar guardaba muchas similitudes con el de la película en cuanto a decoración.

 

–Vale, si no conoces esto vamos a tener un problema que solucionaremos después, y en ese caso simplemente improvisa... –comencé–, si sabes de qué se trata, ya conoces los pasos. –Sentencié, imitando aquella extravagante coreografía de Mia Wallace.

 

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[Rory Despard]

Nasha Montpellier~

Nunca dejaría de encontrar divertido sacar de su zona de confort a las personas. Era algo que disfrutaba incluso desde pequeña, y para lo que resultaba casi que naturalmente buena. Los años transcurridos no habían hecho más que perfilar aquel interés, hasta hacerlo parte de sus días, y ahora, junto a Sísifo que nuevamente intentaba dominar lo que posiblemente fueran emociones contradictorias en su interior, lo comprobaba una vez más.

Aunque claro, debía reconocer que la apuesta con él seguía siendo arriesgada también para ella.

– Una mejor pregunta sería "cómo hemos terminado así" ¿no lo crees? – respondió con calma mientras ordenaba al empleado de turno otro vaso de whisky.

¿Era el momento adecuado para revelar los planes que tenía para después? Deteniéndose a observarlo, no hubo tiempo para respuesta alguna, porque la carcajada de él le resultó totalmente sorpresiva, así como el impulso de llevarla a la pista de baile. Ella que había creído que él iría con calma, con esa casi pasividad con que se conducían los vampiros que conocía y él al contrario, parecía más acelerado que nunca.

Tras escucharlo, prestó atención a la música que sonaba mucho más fuerte allí en la pista de baile. Y apenas asintió mientras quitándose las sandalias con delicadeza, comenzaba a realizar los pasos de baile que porsupuesto conocía, sin poder dejar de pensar en lo irreal que era toparse con alguien que conociera de cine muggle de su país, y lo referenciaba a miles de kilómetros, para más inri, en el corazón del Londres mágico.

–Todo esto es est****amente absurdo- comentó mientras contorneaba el cuerpo y su risa iluminaba su rostro alcanzando sus ojos- estar con un vampiro que conoce de Tarantino, bailando la canción de un icónico artista del sur de Estados Unidos en "El gran e inigualable Reino Unido"- no pudo evitar doblar sus dedos entrecomillando sus últimas palabras para resaltar lo sarcástico de las mismas.

La canción cesó. Y mirando alrededor fue recién que Nasha notó como habían sido el centro de atención de varios en el lugar. Aquello le hizo más gracia todavía, por lo que hizo una teatral reverencia a los presentes, antes de tomar sus sandalias, y sosteniéndolas en su mano, volver descalza hasta el sofá.

– Me temo que, tras todo esto, resultes decepcionado del lugar al que pienso llevarte- comentó todavía sonriente llevándose a los labios el vaso de whisky dejado en la mesa de cristal- un lugar silencioso, discreto y dónde solo estaremos tú y yo.

@Oniria

Editado 7 de Agosto del 2018 por Bel Evans McGonagall

[Oniria]

Sísifo:

 

 

 

En pocas ocasiones yo conseguía desinhibirme hasta el punto de bailar, pero en ese momento sentí que no podía parar. Nasha, descalza, me acompañaba. Parecía que habíamos vivido siempre dentro de aquella escena, o que llevábamos muchos años ensayándola. Quizás éramos los únicos en el pub que conocían a Tarantino. Cuando la canción llegó a su fin, la chica hizo algunas reverencias. Me sorprendió la flexibilidad de su cuerpo, como si tuviese control sobre cada uno de sus movimientos. Aquella delicadeza que era a la vez tan desenfadada.

 

Volvimos al sofá. Me explicó cuáles eran sus planes. Yo aproveché para robar un sorbo de su whisky, mientras la miraba entornando los ojos con una expresión ensimismada.

 

–Suena bien. Me gusta el silencio. Y me apetece estar a solas contigo. –Confesé, con un deje de timidez, balanceándome entre la impulsividad y la vergüenza por mostrar mis sentimientos actuales. Dejé caer mis labios sobre su hombro, un breve segundo, sin escatimar en sensualidad.

 

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[Rory Despard]

Ella bailaba. Aprender a tener el cuerpo ligero y dispuesto para movimientos en ocasiones poco usuales, era parte del entrenamiento que había recibido desde pequeña para convertirse en sacerdotiza.

 

Lo que pocas personas sabían era lo mucho que disfrutaba de hacerlo y se preguntó si ahora podía contar a Sísifo en ese selecto grupo.

 

En el breve lapso que se desprendió de su vaso, el vampiro aprovechó de tomar un trago de él y ella lo contempló. La verdad era, que sin importar el momento, le costaba concentrarse en algo que no fuera aquel maldito sujeto de ojos brillantes (que ahora le dedicaban una sugerente mirada) piel pálida y tacto frío.

 

Usualmente no solía exponerse tanto y le costaba entender en razón a qué en tan pocas horas él había conseguido que le revelase aspectos tan personales como su gusto por el baile. La explicación más burda podía ser que todo fuera cosa de los encantos vampíricos que poseía, pero Nasha había conocido a muchos vampiros incluso más encantadores.

 

¿Qué era entonces? Quería averiguarlo, al costo que fuera, por lo que la puso contenta saber que él no tenía problema con el lugar elegido ni con que estuvieran a solas.

 

No me imagino lo terrible que ha de ser la soledad para un vampiro- respondió recordando esos testimonios oídos de otros de la eternidad como la más absoluta condena si no se tenía compañía.

 

Su intención había sido decir algo más al respecto, pero las palabras se perdieron y en su lugar un leve gemido escapó de su garganta ante la caricia de Sísifo. Ahora sentía con mucha más ansiedad que antes, la necesidad de que ese toque se prolongara y se imaginó por un momento llevándoselo a otro lugar muy diferente del que tenía en mente.

 

Pero no podía. Se conocía demasiado bien para saber que si lo hacía sería como una despedida anticipada. Y aunque no pudiese identificar el punto exacto de cuándo había cambiado de idea, sí que estaba convencida de querer que él formara parte de ese puñado de personas que hacían que valiese la pena permanecer en Londres.

 

- ¿Tienes idea de lo difícil que se me va hacer seguir el hilo de la conversación cuando me tocas de esa manera? - la confesión absolutamente sincera la hizo temblar de pies a cabeza - Tanta intensidad en un vampiro no puede ser normal.

 

Tras un último sorbo, depositó el vaso vacío sobre la mesa de cristal.

 

- Pase lo que pase ¿confiarás en mí? - tomando su mano, compartiendo por vez primera ese (esperaba) breve momento de debilidad Nasha esperó por la respuesta- porque ese lugar al que iremos puede que...si has escuchado antes de él...no vaya gustarte tanto.

 

@@Oniria

[Oniria]

Sísifo:

 

 

Sonreí.

 

–Lo siento –me apresuré a decir por la caricia, apartando la mano–, y sí, la soledad es una tortura. Me quedan millones de años en este planeta viendo morir a personas a mi alrededor.

 

Disimulé mi expresión de tristeza, porque realmente aquel pensamiento me angustiaba. Y yo nunca sería capaz de convertir a un ser querido para que me acompañase en el camino de la inmortalidad. La joven terminó su bebida y sostuvo mi mano con firmeza, mirándome a los ojos. No era ilógico preguntarse quién corría más peligro en aquella situación.

 

–Confío en ti. –Musité. Sentía un ardor extraño en la tripa, nerviosismo, ansiedad. Fuera lo que fuese lo que Nasha tenía preparado, iba a sorprenderme. Sus ojos color café recogían amablemente los destellos de las luces. Tenía una mirada envolvente que no sabía descifrar.

 

–Llévame ya. No soporto esta intriga.

 

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[Rory Despard]

Nasha Montpellier~

Ella dudaba siquiera que el planeta fuera a durar millones de años. Y rara vez pensaba en el futuro. El momento presente y la respuesta que tuviera de el vampiro era lo único que por ahora le importaba. Luego de escucharlo decir que creía en ella, ocultar la satisfacción que le provocaba esa respuesta era imposible. Aun si no la demostraba con palabras, su cuerpo entero hablaba por ella, en la sutil contracción de sus pupilas o la sonrisa confiada que dirigió a Sísifo, que nuevamente mostraba una ansiedad tan humana que hacía olvidar su naturaleza sobrenatural.

– Nos vamos entonces, solo dame un minuto.

Poniéndose de pie fue hasta la barra para dejar personalmente el pago por las bebidas y una propina. Cuando acabó con ello, notó que Sísifo no se había quedado a esperarle sino que estaba a pocos pasos de ella.

– Si volvemos a tener una salida de este tipo...pagarás tú ¿de acuerdo?

Era evidente la trampa, pero le parecía divertido asegurarse de esa manera un próximo encuentro con él. En el fondo, y pese a que él ahora le acompañaría, seguía con la duda ¿Y si todo lo que estaba creyendo de ella hasta ese momento cambiaba al llevarlo a ese lugar?

Tomando su brazo, lo sujetó con la fuerza suficiente para ser ella esta vez quien lo sacara de allí, y una vez fuera, exhalando hondo, reemprender el camino ya mucho más calmada. Se animó a observarle de reojo, sin dejar de avanzar.

– Pase lo que pase después quiero que sepas, que ha sido un gusto conocerte.

@Oniria

[Orión Yaxley]

Entrecerró los ojos ante el “tengo muchas dudas”. Sonrió un poco de lado y tragó casi la mitad de su bebida. Se quedó en silencio unos minutos. El tema de las dudas antes de entrar al bando era algo común, obvio. La marca tenebrosa en el brazo se llevaba con toda sus ventajas y desventajas y, para alguna mente joven, podía ser abrumante el hecho de pertenecer a algo de por vida. A él mismo le daba cierto recelo pertenecer al bando que lideraba su padre en su momento.

 

¿Cómo no podría tener esas dudas el joven Zen también?

 

- Bueno, es natural. Lo importante es que hagas algo con eso. Te lo digo yo, como viejo que soy, que las expectativas son inevitables.

 

Movió un poco la jarra que tenía y tomó más cerveza.

 

- Te puedo estar contando toda la noche sobre qué te encontrarás en la Fortaleza –le comunicó un poco con voz baja y activando su anillo contra oídos indiscretos-. Pero, no sería divertido, ¿sabes? Sin embargo, se me ocurre que podemos hacer algo esta noche… ¿Tienes algún asunto que necesites resolver de formas no legales?

 

 

@@Dahut Draganoff

[Dahut Draganoff]

En cierto modo era agradable estar allí pues no había mucha gente pero al mismo tiempo se sentía medio inseguro. Por otro lado el no saber mucho sobre en lo que se estaba involucrando no solo le generaba dudas, si no que le molestaba no estar al pendiente. Miro al hombre mayor tras escucharlo y ver como daba un nuevo sorbo a su cerveza.

 

Sonrió levemente pensando en lo que le había dicho "Las expectativas son inevitables" a que se refería con aquello, no lo supo entender en su momento, pero sabia que luego si seguía pensando en eso se lo preguntaría . Tomo la jarra de cerveza que era suya y noto que ya le quedaba poco, bebió un poco, por no esculpirlo al escuchar al hombre casi se atraganta.

 

Por instinto miro a su alrededor después de haber tocio un poco, quería ver si alguien mas había escuchado aquello, pero ser que la gente allí andaba en sus propias cosas. Miro entonces al hombre levantando su ceja derecha. Comenzando a dudar de que si lo que había escuchado lo había creado su mente o era verdad.

 

Dudo un poco antes de preguntar -- Suena algo interesante, pero ... -- no sabia si era mas una pregunta para el o para su acompañante. No sabia bien pero no se negaría a ir con el -- A que tipo de cosas ilegales se refiere -- quería salir de la duda así su pregunta pareciera algo tonta.

 

@Orión Yaxley