Jump to content

Confesionario de las Lamentaciones (MM B: 87865)


Reena Vladimir
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Mantuve el silencio mientras él se extraía el recuerdo con la varita. Durante unos instantes, pensé que si lo impedía, aún tendría tiempo de dejarlo pasar, de no conocer, de impedir el daño que íbamos a sufrir los dos. ¿Íbamos a sobrevivir a ésto? ¿Podríamos ser de nuevo una familia cuando viera, cuando viéramos? ¿Teminaríamos de rompernos, cuando lo viera?

Sin embargo, cuando me dio el botecito con su recuerdo, no dudé. Me dirigí al pensadero y volqué, con decisión, el contenido dentro del recipiente. Aquella piedra era mágica y, en ondas suaves, empezó a mostrar todo lo que Matt había puesto en él. Nos sumergimos juntos en aquel recuerdo. Para mí era la primera vez, pero vi temblar ligeramente a mi hijo cuando lo vio de nuevo.

Sentí frío. ¿Era real o imaginario? El lugar era un puro montón de nieve en un bosque. Alguien corría, un lobo blanco, parecía un Fenrir más joven del que conocía actualmente. No conocía a aquel chico y, sin embargo, lo reconocí al instante. Mi corazón dio un vuelco. El Matt joven estaba siendo perseguido por alguien. Le miré y sentí un ataque de dulzura que creció y creció. Apenas era más grande que el Ithilion actual. Era Matt, mi Matt, mi niño perdido. Jadeé e intenté meter la mano en el líquido del pensadero para ayudarle. Y entonces, una nube de nieve nos envolvió sin piedad, alejándome de él. La voz de mi marido era inconfundible. Jack había dicho que huyera, que no mirara atrás.

No lo pude evitar, grité.

-- ¿Está muerto? -- Lo que no sé es a quién se lo preguntaba, si al Matt pequeño o al que me acompañaba junto al pensadero.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Levanté la mirada del líquido, del recuerdo donde el pequeño Matt luchaba contra la nieve y la humedad para levantarse y seguir huyendo, dibujando una suerte de media sonrisa, sintiéndome culpable.

- Murió unos instantes más tarde. Lo justo como para que me escapara. - contesté, con cierta culpa.

 

Pero las visiones continuaban. Eran muy fugaces, y si parpadeabas, te lo perdías.

 

Sagitas llegando a Ottery.

Los jardines de la Ojo Loco.

Jack. Pero Jack ya estaba muerto.

Jack y ella juntos, en los mismos jardines de la Ojo Loco.

Sagitas embarazada. 

Ithilion riendo en los jardines de la mansión.

Matt llegando a la PB.

 

Las imágenes se detuvieron. Matt, yo, me levantaba en medio de una espesa niebla, tan espesa que apenas lograbas ver a más de tres metros de distancia. Olía a humedad, llovía. Alrededor, en todas partes y sin ver a nadie, no dejaban de escucharse voces, algunas gritando, otras rogando. Algunas reían, y entre ellas, a veces se distinguía la voz de Jack, gritando que huyera. 

 

Comencé a avanzar en el recuerdo. El suelo parecía asfaltado, y conforme avanzaba, la niebla parecía disiparse, y empapado, noté que la lluvia cambiaba por...por lo qeu parecían nieve y cenizas. Seguía oliendo a humedad, pero poco a poco crecía el olor a quemado. 

- Huye. No mires atrás.

- Mattie - aquella era la voz de Ithilion, llamándome constantemente...pero su voz se mezclaba con otra, más dura, cruel.

 

Las voces crecían más y más. Estábamos en el Puente de Londres, y a lo lejos, a pocos metros, había una figura alta, de pie, de espaldas. Giró despacio. Anubis sostuvo la mirada a Matt, con un grupo informe de lo que parecían varios cadáveres a su alrededor. No hizo nada, solo alzó las manos, llenas de sangre.  Los gritos volvieron, y cuando volvía a mirar, en el lugar de Anubis estaba...

 

Yo. Sonriente, con los ojos negros y las manos ensangrentadas. Asustado, bajé la mirada, y noté que mis propias manos estaban llenas de sangre. Que el cuerpo a mis pies era Ithilion. Lo había matado yo. Ceniza y nieve. Sangre. Había matado a Ithilion.

- Papá... - otra vez, esa voz, apenada...

 

No me atreví a moverme, tan solo escondí las manos, cruzando los brazos. Ya lo había visto. 

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Seguí mirando los recuerdos que Matt me mostraba, intentando seguir la historia porque se movía muy deprisa, como si estuviera agitado y en cada ola de pensamientos se sucedieran mil ideas diferentes. Así, le hoy decir que sí, que Jack estaba muerto. Me di cuenta que acababa de ver el momento justo en que mi marido había partido al otro mundo y lo enlacé con mi propio pensamiento, cuando encontré sus huesos en aquella montaña. Reconozco que me estremecí, pero los siguientes pensamientos impidieron que lo mostrara como hubiese querido, llorando por mi marido muerto.

Eran pensamientos pasados, como el de mi marido, con Jack y yo, con el niño creado con aquella magia tan poderosa y aún fuera de nuestro alcance, la llegada de Matt a casa... Me iba a permitir preguntarle qué significaba todo eso cuando la velocidad paró y tuve que quedarme con la pregunta en la boca, pues me extrañaba que tuviera esos recuerdos en su memoria, como si fueran importantes para él.

Aquí, palidecí un poco, tal vez no se diera cuenta. La ceniza, aquella ceniza que yo veía en cada momento, en todas partes, cuando cerraba los ojos, cuando los abría, cuadno menos me lo esperaba, estaba allá, presente.

Parecía que en ésto, nuestras visiones coincidían.

-- ¿Qué es eso, Matt?

El fuego crecía. Para ser más exactos, el olor a fuego crecía cada vez más y el aroma a carne quemada me revolvía por dentro. Pero lo que más me producía nauseas era ver a aquel nigromante, aquel dios Anubis, aquel hombre que conseguiría matar a mi niño.

-- ¡Por fin!  -- exclamé, al ver que iba a ver, de una vez por todas, la cara de aquel asesino. Por fin tendría un punto de partida para encontrarlo, por fin le tendría al alcance de mis manos.

Grité sin darme cuenta y dejé de hacerlo cuando vi que era yo la que emitía aquel desgarrador sollozo. Creo que mi mente entendió antes que yo lo que sucedía. Aún intentaba encajar la visión de la sangre en las manos de Matt y unirla al cuerpo desmadejado de mi hijo adolescentes. Ithilion estaba muerto a sus pies, ambos cubiertos de sangre.

Empecé a respirar agitadamente y, sin pensarlo, le solté un bofetón a Matt, tan sonoro, que un pájaro en el exterior batió las alas y empezó a cantar. El Diricalw del negocio parecía sentir que algo pasaba en el interior del edificio. O tal vez, era sólo que llovía. Era igual. Yo acababa de dar una torta de mi hijo, con la palma bien abierta.

-- ¡Tú! ¿Matas a tu hermano? -- Y estallé en rabia, pegándole con los puños cerrados en el pecho, sin saber qué hacer para entender lo que había visto, para que me explicara lo sucedido, lo que sucedería, para que me dijera que era mentira. -- ¡Tú matas a mi hijo!

Después de unos cuantos golpes de puño de los que no se defendía, caí al suelo, de rodillas. Me cubrí la cara con las manos y lloré, desesperada. Sentía que era yo la que tenía las manos llenas de sangre y que me manchaba la cara con ella, con la de mi hijo, con la de la familia entera, con todos los muertos del futuro...

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No me atreví a mirarla, ni a moverme. Mientras ella veía como mis visiones terminaban, había ido cerrando los puños, cruzándome de brazos como si quisiera ocultar asi lo que había hecho...o lo qeu al parecer haría en el futuro. Ni siquiera me fijé en que Sagitas se movió tan rápido, que antes de procesar su movimiento recibí un bofetón con tanta fuerza que me giró totalmente la cara y me hizo retroceder un paso, mientras el eco resonaba por toda la capilla por encima del repiqueteo de la lluvia.

 

Apreté la mandíbula, sin decir nada, mirando fijamente al suelo. Aquella frase de cinco palabras, tan sencilla, era como una puñalada qeu se repetía constantemente en mi cabeza, que veía cada noche. Solo que ahora ella también era consciente. Que iba a responderle... que había otra persona igual a mi, con los ojos negros, y que mis manos no estaban manchadas de sangre?

 

Se tiró sobre mi, repitiendo cada frase acompañada por un puñetazo en el pecho, como si fuera a darle una respuesta que no sabía. No tenía respuestas ni para mi, ni para ella. Me atreví a mirar hacia el pensadero un segundo, antes de mirar por fin a Sagitas, que había terminado llorando de rodillas.

- Ahora ya sabes que veo. - dije, con voz ronca y tono bajo. Me encogí ligeramente de hombros. - No quiero...no... - que iba a decirle? que yo no quería hacerle daño a Ithilion? después de lo que acababa de ver... - supongo que será mejor que me marche. - dije, alejándome poco a poco de la primera fila de bancos, donde había situado el pensadero.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Hacia no mucho tiempo creía recordar que cuando había preguntado por aquellos lugares le habían comentado que servía el sitio para poder rezar o al menos, lamentarse o pedir a los espíritus que los protegieran.

O a veces para llorar cuando las cosas no podían salir como una las deseaba, en su caso realmente quería hacer eso puesto que el encierro, el miedo de todo lo que pudiera ocurrir y su compromiso con los demás miembros de la comunidad mágica se habían llevado una parte de su vida.

Tenía que recuperarse y para empezar el poder hacerse aunque fuera una pequeña limpieza de espíritu no le parecía que estaba tan mal, realmente requería de todas las ayudas posibles y más de las mágicas.

Salir de su aislamiento la hacía sentir mareada y un poco enferma así que se acercó a ese confesionario para rezar un poco aunque le parecía sentir que ya había personas presentes en aquellos momentos.

Ni siquiera iba a hacer el esfuerzo de sacar la varita pero no por eso iba a prestar menos atención, enterraría sus conocimientos en medimagia en las pompis de cualquiera que la hiciera enfadar ese día.

-Buenas tardes, vine de visita! Hay alguien aquí? espero no interrumpir nada, acabo de salir al pueblo pero creo que me estoy perdiendo ahora, necesito ayuda o rezar o alguna limpieza del alma y del aura!

ALzVIjq.gif
http://i.imgur.com/7WhajUW.gif ♥ TE AMAMOS SAGITAS ♥

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El algún momento, mi mano acusó la torta que le había dado a mi hijo y recibí unos impulsos a ráfagas de dolor desde la muñeca hasta los dedos. Aún así, seguí llorando un poco más porque, a veces, el dolor psíquico es mucho más fuerte que el físico, porque la cabeza no está para nimiedades como dedos rotos o alguna uña astillada. El dolor de la cabeza es tan potente que es imposible acallarla. Ver a Ithilion muerto por su hermano, ver a Matt con las manos llenas de sangre del benjamín de la familia... Aquello era una explosión mucho más fuerte que mi mano dolorida.

Además, Matt se iba y me dejaba allá, con aquel pensamiento aún girando en el pensadero, en el que veía una y otra vez la cara muerta del angelito que me pedía que le leyera cuentos en la cama, mientras mordisqueaba un hipogrifo de peluche, antes de quedarse dormido. Me giré con rabia al verle huir así de mí, le perseguí porque no podía quedar así nuestra conversación.

-- ¡¡Un año!! ¡¡Llevo un año de Ministra...! -- le seguí hacia el exterior de la sacristía. -- ¡Un año planeando mil edictos para poder atrapar al asesino de... -- me fue imposible decir su nombre, como si así pudiera evitar su muerte. -- ¡Y eras tú todo este tiempo!

Intenté darle un golpe en la espalda para que se girara, para diera la cara ante lo que iba a hacer, pero golpeé uno de los bancos de madera con la mano mala. Grité de dolor y me sujeté la muñeca con la otra mano. Ahora sí, ahora el dolor físico fue mucho más fuerte que el otro y me obligó a parar a pensar, a dejar de soltar todo lo que saliera por mi boca sin pensar.

Me senté en el banco y lloré, mezcla de dolor y de vergüenza. Una voz dulce, reconocible, preguntó en la entrada del confesionario si había alguien. Era la novia de mi hermana Hayame y reconocerla me hizo sentir peor, llorando un poco más por dentro, para que no supiera que lo hacía. No quería preocupar a la familia, sobre todo si hacía tanto que no la veía.

-- Creo que somos varios los que necesitamos limpieza del aura, Lissette -- repuse, cuando por fin pude volver a hablar seguido.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Poco a poco retrocedí, mientras ella seguía llorando, de rodillas, sujetándose la mano con la que me había abofeteado. La presión en el pecho había vuelto, y casi no me dejaba respirar. No me podía quedar allí parado, mirándola. No quería hacerlo, y no quería afrontar lo que seguramente pasaría. Porque llevaba tiempo dándole vueltas, una y otra vez.

 

Ni siquiera me atreví a contestarle cuando escuché sus pasos detrás de mi, furiosa, rabiosa por lo que acababa de ver y que aun se proyectaba, en bucle, en el pensadero. Esas eran mis pesadillas. Había roto la familia...

 

Un golpe seco, contra la madera, que hizo chirriar las patas contra el suelo frenaron sus acusaciones. Dudé, ladeando ligeramente la cabeza. Ahora si, lloraba desconsolada, cuando la puerta se abrió, dando paso y refugio a @ Lisette Ryddleturn . Apenas moví la cabeza como saludo, sin quedarme para esperar, no sabía de la reacción de Sagitas, pero no podía seguir allí, esperando.

 

Antes de que el portón se cerrara, abandoné el confesionario, bajo la tormenta. Mientras caminaba, sin rumbo, simplemente queriendo alejarme, me llevé la mano a la cara, cubriendo la zona, notando en ese momento que estaba tremendamente caliente. Dolía, pero era más por su significado que por el golpe en si. Traté de tomar aire, pero simplemente era incapaz. Bajé la mano, apretando el puño. Había destruido la familia. No...no podía seguir en la potter black. Tal vez era hora de marcharme y proteger asi a Ithilion.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

Sé que no debía llorar. Eso lo había aprendido en el orfanato, entre golpes de reglas y castigos cara a la pared: "no llores, ya eres grande, demuestra que eres una mujercita..." Pues esta mujer, hecha y derecha, estaba llorando, porque todo se había escapado de mis manos y no sabía cómo arreglarlo ahora. Todo se me tiraba encima y no sabía como reaccionar, como rehacer lo hecho. Había golpeado a mi hijo mayor. Matt había huido del negocio, seguramente hasta de la casa se iría, me dejaría sola y yo tendría un hijo pequeño al que cuidar sabiendo que, en un futuro no muy lejano, lo mataría su hermano grande, el que ahora dejaba el Confesionario con... ¿rabía, ira, desasosiego, tristeza...?

Era incapaz de ver más allá de lo que el pensadero me había mostrado, la sangre de mi hijo pequeño en las manos del mayor. Era imposible. Quería morirme antes de dejar que hubiera allá una guerra fratricida que acabara con la Potter Black, con el pueblo entero de Ottery. Tenía que impedirlo...

Pero no sabía cómo.

Necesitaba orar. Nunca como hoy sentí la necesidad de elevar mis rezos de sacerdotisa ante el árbol del tejo, el árbol que unía a mi familia con la Vladimir. Pero no tenía fuerzas para andar el sendero que me llevaría ante el templete. Sencillamente, me dejé caer de rodillas, junté las manos y recé a la Diosa Tierra para que hiciera entrar en su cabeza, o en la mía, o en la que fuera necesaria, la solución a aquel enorme problema.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 3 meses más tarde...

Los pasos de la figura solitaria eran tranquilos. En esta época del año no era común ver a nadie paseando en solitario, ya que las familias se preparaban para las fiestas navideñas, los niños corrían por la calle y las parejas buscaban un lugar donde refugiarse. Sin embargo, el encapuchado prefería pasar desapercibido. La capa, con capucha calada hasta cubrirle el rostro por completo era negra, tal vez algo raída por los años, pero seguía siendo útil para aislarse del frío.

 

Su objetivo, el Confesionario. No era alguien especialmente creyente, pero en su familia había ciertas creencias que pasaban de generación en generación, y había pensado que, después de tanto tiempo, tal vez fuera hora de pasar por allí y presentar sus respetos.

 

El sonido del portón de madera, al abrirse, dejó paso al ligero olor del incienso y las hierbas aromáticas. Seguramente, quien estuviera dentro había escuchado aquel sonido. Observando el lugar, fijando por un instante la vista en el altar con una ligera sonrisa, tomó la puerta que daba al jardín trasero. Alli, camino despacio por el césped húmero hasta detenerse frente al gran árbol, donde un augurey se había posado y ahora, observaba con cierta curiosidad.

 

El encapuchado metió las manos en los bolsillos. De momento, solo le quedaba esperar.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No sé cuánto tiempo estuve allá, rezando a la Diosa Tierra. Hacía mucho que había abandonado Avalon por segunda vez, pero conservaba la creencia total en la Diosa. Al fin y al cabo, la Diosa es la misma, tanto uses su fuerza para el Bien o para el Mal; esos conceptos son sólo diferentes puntos de vista de una misma línea. Y yo seguía siendo una sacerdotisa, tal vez no aquella que conoció la isla pero sí una que adoraba a la Diosa terrible, la Diosa Oscura, la que utilizaba cualquier medio para conseguir lo que quería. La Diosa era la misma, la pacífica y la violenta, la que usaba magia blanca y magia oscura, la Dama Tierra.

Sólo que ahora no acostumbraba a rezar. Lo consideraba casi una debilidad y estar allá, ahora mismo, en el césped del confesionario, me hacía sentir muy vulnerable. Pero lo necesitaba, al menos cuando me tumbé a rezar y a poner en orden todos mis secretos, ideas, conocimientos y sentimientos, mezclados en una especie de coctelera. No sé cuánto tiempo estuve así, hasta que sentí la presencia de alguien.

No me incorporé. Tras aquellos setos de hortensias dulces que decoraban el camino, no era visible a quien caminaba de forma tranquila hacia el árbol sagrado del Confesionario. Iba encapuchado y, desde allá, no podía reconocerle. No sabía quien era, pero no parecía perdido. Más bien, parecía saber bien el camino. Me incorporé en silencio y rocé con la punta de los dedos mi varita, en el borde de la manga de mi blusa oscura. 

-- Si el Augurey canta, dicen que anuncia la muerte de alguien, señor...

¿Era una amenaza o una observación? Eso, que lo decidiera él.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.