๑Moco de Troll๑ (MM B: 104903)

[Juliene Black Lestrange]

― Alec Malfoy. ― siseó.

Su figura descansaba en la pared, a la par que cierta sonrisita maliciosa asomaba en sus facciones, Juliene se tomaba en serio las venganzas, ni hablar de que ese tipo de situaciones eran sus favoritas... ¿quién le diría que el novio de su hermana iba a caer tan rápido? Era una suerte, había pensado montarle una cacería como a la Macnair, observó el papel que sostenía en sus manos.

― Caucásico, ojos azules, cabello castaño... ― leyó en voz alta ―, hijo de Alessandra Delacour y Matthew Malfoy... prefiero decirle Atkins, la verdad, sería un bonito apellido para ti ― se quitó las gafas de lectura y las lanzó lejos ―. Actual novio de Isabella, oh, pero si esa es mi hermana.

Se alejó de la pared, enfrentando al par de hombres, enarcando una ceja con cierta picardía. Y como para afianzar el tiempo exacto que llevaba allí sin ser detectada realizó aspavientos con las manos tratando de eliminar un calor que no sentía ella precisamente, no te rías. Enfocó a Andrew, mandando el papel al mismo sitio que los lentes, era momento de iniciar su juego favorito.

― Isabella, Cirse y Alec ― sentenció ― ¿Besarte es tu forma de saludar o sólo te van los triángulos amorosos? Bueno... con Cirse sería un cuarteto, ¿no? ― negó como si estuviera decepcionada ― ¿Sigues sin querer darme a Alecsa? Al menos le adornaria la cabeza menos que tú y quizás pueda enseñarle muchas cosas.

Ahora sí que soltó la carcajada, no podía retenerla un minuto más, una lástima que no tuviera vodka a la mano.

― Entonces... ¿alguno le dirá a sus respectivas novias o me dejan la tarea a mí? ― indagó, sonriente ― Y como soy tan buena, también dejaré que ellas me tomen como premio de consolación, ¿qué dicen?

Desearás no haberme desarmado, niñato.

[Leslie Ashryver PB]

Alec Malfoy

 

El castaño sentía la mirada del Potter Black como un escaner a su persona, aunque debería de sentirse mal por ese beso no podía le había encantado, incluso cuando el pelinegro se tiro a sus brazos no pudo evitar sentir contento de que lo hiciera, había deseado prolongar aquello y ese era el momento para sacar provecho de todo.

 

Enredo su lengua al del Potter Black soltando un gruñido excitado, mientras jugueteaba con su lengua el Malfoy lo tomo de la cintura y pego cu cuerpo mas a el del el descubriendo que le gustaba la cercanía de aquel joven y tener el cuerpo pegado al suyo. Se se pararon por falta de aire. Alec ante el comentario de Andrew se hecho a reír.

 

​-Lose y yo también pero no puedo- se acerco un poco mas al pelinegro, agacho su cabeza para posar sus labios en el cuello del mago, paso sus labios rozando su piel suave y pálida dejando un camino de besos en ellos.

 

En ese momento se separo del Potter Black al escuchar aquella voz, la voz que había interrumpido a Isabella y a el, la misma bruja metiche que se ponía en su camino para estar a solas con Andrew y la misma que lo tenia contra la espada y la pared.

 

-¿Acaso no conoces el concepto de tener una vida? ya sabes ver lo que pasa en la de uno y no la que pasa en los otros o no me digas que no tienes, sabes en la vuelta de la esquina venden quizás te puedas comprar una- gruño molesto.

 

Lo peor es que lo había agarrado con la mano en la masa, incluso odio el papel que tenia en sus manos su madre estaba en el local con otro mago pero gracias a Merlín se había ido a observar como iba este de los ataques.

 

-No creo que Isabella caía tan bajo de tomarte a ti cariño- sonrió con malicia -y no la metas a ella en esto, ¿que es lo que quieres? deseo tener tu rostro lo mas lejos posible de mi-

Editado 4 de Abril del 2015 por Alessandra G. Delacour

[Andrew Potter333]

Me alegraba que Alec no se arrepintiera y le gustara que nos besáramos y claro, si todo seguía tan bien podíamos pasar a mas. Parecía Que el castaño también lo deseaba, entre sus celestiales besos en el cuello, me dijo que podíamos continuar lo nuestro en un lugar mas privado, iba a gritar que si hasta que una voz en las penumbras me paralizo. Me gire lentamente esperando que no fuera ella pero si que era ella.

 

-¿Tu? ¿Tu que haces aqui?-Exclame, sintiendo furia, sorpresa y malestar por la interrupción de lo nuestro con Alec. Juliene se acerco a nosotros, hablando de tal manera que parecía una víbora siseando.

 

-Isabella fue la que me beso, yo salí corriendo después, con Circe no paso nada y tu lo sabes bien y Alec...-Lo mire, no podia decir mucho sobre el, apenas lo conocía pero no quería tratarlo como si fuera un ligue de una noche ¿Como llamarlo?-Alec es especial-Me acerque a el y tome su mano con fuerza pero sin lastimarlo.

 

Cuando Juliene menciono a Alecsa sentí que una oleada de culpa me invadía el cuerpo y también sentí que mis mejillas se tornaban un poco rojas de la vergüenza, no sabia como estaría Alec porque ahora no podía mirarlo a la cara por mi vergüenza, pero tal vez estuviera como yo y eso me dolía.

 

-Tu no vas a contar nada a nadie, no tienes nada que contar-Dije amenazadoramente, mientras empuñaba mi varita en el rostro de aquella horrible mujer.

[Juliene Black Lestrange]

Esta es mi vida.

― ¿Y qué harás, Andrew? ― indagó, altiva ― ¿Matarme?

Tomó la mano del Potter Black importandole poco que su varita soltara ciertas chispas aún sin mencionar hechizo alguno, podía notar que estaba molesto, guiándola hacia su muerto corazón, sonriéndole. Arriesgar su vida era algo de todos los días para la castaña, mejor dicho, siempre estaba dispuesta a buscarla, era su fetiche. Había llegado el momento de ver de qué estaba hecho aquél joven.

― Hazlo. ― sentenció ― Claro y fuerte, es simple, "Avada Kedabra" y te liberaras del miedo que te causa que Alecsa sepa quién eres en realidad. ― acercó su rostro lo máximo posible, casi rozando sus labios ― Mátame.

Y entonces carcajeó, desquiciada, mostrando que no sólo era una arpía, también estaba loca. Volvió su mirada hacia Alec, ocultando un bostezo, ¿por qué siempre eran las mismas preguntas? ¿por qué nadie podía creer que hallaba su verdadero placer en esos momentos? Ni modos, le tocaba explicar.

― ¿Qué es lo que quiero? ― meditó durante unos minutos ― Destruirte para empezar, besar a este hermoso chico que me amenaza y quizás luego los mate a ambos, no lo sé, decido sobre la marcha si te soy sincera. ― se encogió de hombros como si hablara del clima ― ¿Te fijas la tendencia de Isabella de dejarte por otros? Digo, besó a Andrew estando contigo...¿qué quiere decir eso? Para mí está claro, no la satisfaces, Alec querido. Yo por el contrario sabría muy bien como hacerlo... ― se permitió colocar una mueca de ensoñación ―, después de todo, soy mujer, la entiendo bien, muy bien. ― otra vez sus orbes esmeraldas en el Potter Black ― Igual a Alecsa.

Emitió un suspiro y fijó su mirada en sus uñas, sintiendo aún la presión de la varita en su pecho.

― ¿Vas a matarme hoy o debo pedir una cita?

Editado 4 de Abril del 2015 por Juliene Black Lestrange

[Leslie Ashryver PB]

Alec Malfoy

 

Sentir la mano de Andrew entrelazada con la suya le hizo sentir calor por todo su cuerpo, hace solo unos segundos estaba muerto de deseo por el pelinegro y ahora estaba que quería aparatar de un empujo a la castaña y que ambos se largaran. Miro la varita que el Potter Black tenia en su mano y que Juliene había hecho que le apuntara al corazón, el castaño se acerco al oido de su acompañante para susurrarle.

 

-No lo hagas, no vale la pena ir a Azkaban por una arpía, no le des lo que quiere- le dijo lo mas bajo posible para que la Ravenclaw no los escuchara.

 

-Acaso te arriesgaras a ir a Azkaban por que te desarme- se carcajeo, aquella chica estaba mas loca que Bellatrix -¿y tu que sabes que es lo que a Isabella la satisface?- la fulmino con la mirada, Alec era muy posesivo con quien estaba y en esos momentos tanto como Isabella y Andrew eran suyo hasta incluso estaba tratando de controlarse al hablar tanto de esa tal Alecsa novia de Andrew -entonces según tu ¿satisfacere a Andrew mejor que tu solo porque soy hombre?- esa idea le gustaba y le gustaba mucho.

 

-Mejor vete Andrew y yo no nos ensuciaremos las manos por vos- con eso jalo a Andrew directo a la salida del local, quería tener la mayor lejanía con aquella mujer e irse seria la única opción.

[Circe Atkins C.]

Le sonrió a Lyra con cariño.

 

—La mayoría de las veces si, hay otras que mejor no acercarceles. —Un escalofrío se hizo presente en el cuerpo de la Atkins al recordar como esos cuadros le habían hecho la vida imposible porque estaba enojado por los gemelos de Alessandra. ¿Qué tenía la culpa de que esos eran fantasmas endemoniados? En todo caso, deberían haberle castigado a la madre de esas criaturas y no a ella.

 

Negó con la cabeza quitándose esos pensamientos y le puso suma atención a su invitada más cuando escuchó que alguien le había informado mal sobre sus negocios.

 

—En realidad, Lyra, nadie sabe que dejé de ser dueña. Después de todo fue hace un par de días que lo abandoné. —Se encogió de hombros, no tenía muchas ganas de ahondar mucho en el tema, sus razones eran muy personales y no quería que alguien la oyese y se armara jaleo innecesario.— Me alegra saber que quisieras verme, justo estaba recogiendo algunas de mis cosas. —Río un poco.— En eso somos iguales, odio la seriedad aunque claro, hay veces que se amerita ser un poco serio.

 

Se quedó boquiabierta al recibir tal noticia. ¿Renunciar al ministerio? Eso si que no se lo esperaba, pensaba que le estaba yendo bastante bien en su trabajo. Carraspeó la garganta y la miró enarcando una ceja.— ¿Por qué haz renunciado? Y yo que pensé que estabas de regreso en el Ministro como antaño. —Desvió su vista a las plantas parlanchinas y no pudo evitar soltar una carcajada.— No, hablan solo cuando hay gente presente o cuando tu lo deseas.

 

Estaba a punto de decir algo más cuando oyó voces desde la planta baja, sonaba como a una pelea o algo por el estilo. La Atkins entrecerró los ojos con molestia, tenía un buen oído y sabía quienes eran las personas que estaban a punto de destruir el negocio; si bien ya no era dueña era fundadora y lo protegería.

 

Llamó en seguida a Syna su elfina y esta apareció en seguida. Cirse le indició lo que tenía que hacer sonriendo internamente, se vengaría de Juliene por lo que le había hecho en su habitación; la elfina asintió desapareciendo del lugar en seguida.

 

—Disculpa, necesitaba sacar unas... cucarachas... —Fingió dolor.— ¡Cierto! ¿Quieres llevarte algunas? Deberías aprovechar que aún no salen a la venta, además podrías hacernos publicidad. —Guiñó el ojo con diversión, no le molestaría darle algunas a su madre pues veía que le gustaban bastante.

 

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Snya elfina de Circe.

 

Luego de que su amita le indicara lo que tenía que hacer se dispuso a conseguir lo necesario. Entró a la ex oficina de su amita, agarró unas cosas que estaban dentro de un cajón y bajó hasta la primera planta donde se encontraban el hijo de una de las dueñas, la hermana de la señorita Cirse y un joven que no conocía en lo absoluto.

 

Se escondió esperando la oportunidad exacta para lograr su cometido aunque no podía evitar estar boquiabierta por todo lo que veía y oía de esos jóvenes, ¿de verdad eran familiares de su amita linda? eso no podía ser posible. Se encogió un poco pero no se acobardó, salió del lugar antes de que se fueran del local carraspeando la garganta para llamar su atención.

 

—¡Tengo un mensaje importante para todos ustedes! Es de la señorita Circe quien se encuentra arriba. —Los miró a todos seriamente.— Ella dijo: "¡Escuchen malditos parásitos mal nacidos! Si llegan a destruir UN solo objeto o encuentro un rasguño en MI negocio juro que lo lamentaran el resto de sus malditas vidas. Pudranse y váyanse." —Imitó a la perfección la voz, el enojo y burla de su ama Cirse.

 

Se alejó unos cuantos metros y con un chasquido todo el lugar comenzó a llover, les tiró bombas fétidas a los presentes y para rematar dejó libre muchísimas arañas, serpientes y cucarachas quienes comenzaban a subirse por los cuerpos de los presentes.

 

@@Andrew Potter333 @ @@Juliene Black Lestrange

[Andrew Potter333]

Juliene estaba loca, me sujeto de la mano donde tenia mi varita e hizo que apuntara directamente a su corazon. Si, tenia muchísimas ganas de acabar con la vida de esta loca pero por suerte Alec me hizo entrar en razón. Baje mi varita pero no deje de estar en alerta, Juliene estaba desequilibrada y podía atacar en cualquier momento.

 

Ahora la loca hacia el típico monologo de villano de película, rodé mis ojos exasperado ,ni todo sus ataques sobre nuestra manera de satisfacer a las mujeres podía molestarme ahora, ya se habia vuelto sumamente monótono y aburrido. Lo único que me interesaba de todo esto era la posibilidad de que Alec pudiera satisfacerme mejor.

 

Alec dijo que deberíamos irnos, con nuestras manos aun entrelazadas nos dirigimos a la puerta del negocio, mire hacia atrás y me encontré con que habia una elfina hablando y que luego lluvia y un montón de criaturas caían sobre Juliene.

 

Dos cosas tenia en mente mientras caminábamos ya lejos del local, uno era que era una suerte que hubiera pasado eso para que Juliene no nos siguiera y lo otro, que debía agradecerle a Circe en algún momento.

[Juliene Black Lestrange]

― Sólo si yo lo permito.

Los miró con la determinación pintada en sus facciones, tomando asiento, admirando como aquél par repetían las mismas acciones que muchas de sus víctimas, huían. Y la insultaban. Aunque eso le importaba más bien poco, se cruzó de piernas al tiempo que la elfina se aparecía en el lugar, casi sonrió al escucharla, era bastante obvio que la Atkins estaba molesta por su interrupción en el castillo, ni modos, nadie la mandaba a ser ligera de cascos.

Y hablando de...

Empezó a llover, siendo inevitable que su vestido color púrpura de humedeciera al compás de su anatomía, luego vinieron las bombas fétidas y ni hablar de los animalejos que surcaron del mismo suelo casi al segundo, suspiró. Les dedicó un gesto de despedida al par de chicos mientras veía como todas esas criaturas se acercaban a su anatomía, ella y las aventuras que vivía.

― Adiós, tortolos, adiós. ― proclamó ― Intenten cuidar a sus novias, sino desean perderlas.

Y fue entonces que saltó al interior del local, tomando una cucaracha que se había aparecido en su hombro y admirandola por un segundo, la mordió.

― Viscosa, sí, sabe un poco a pescado... ¿qué especie será? ― un par de serpientes estaban a sus pies bastante aturdidas buscándole los signos de vida ― Estoy muerta hace doscientos años, preciosas, imposible que hallen algún músculo para ponerme violeta y ni hablemos de que podemos regenerarnos si son venenosas. ― abrió un cajón detrás del mostrador en busca de algún dulce... ¿habria de eso allí? No, sólo había un sinfín de arañas, rodó los ojos ― Una prometedora mortifaga y esto es todo lo que tiene.

Suficiente de ser condescendiente, tiró el cadáver de la cucaracha que aún estaba en sus manos y comenzó a recitar un cántico en latín para darle fin a la vida de cada una de aquellas criaturas, admiró su destrucción unos instantes, ahí estaba otra víctima que se proponía a resaltar su nombre en la lista personal de la castaña, ni modos, tendría un mes ocupado. Y debido al libido que conservaban el par de jóvenes que acababan de escaparse de sus manos, también algo movido, carcajeó.

― No tienen ni idea de con quién se han metido.

Entonces desapareció, sin más.

[Circe Atkins C.]

Syna elfina de Circe.

 

Suspiró con cansancio al ver el desastre que quedó en toda la primera planta. Admitía que la idea de su amita no era la gran cosa pero también comprendía que lo hacía para no destruir nada pero aún así... Ella era la que tenía que limpiar y eso no le agradaba mucho que digamos.

 

Si bien respetaba a su ama, a veces creía que tenía mentalidad de una niña de 10 años para hacer tal travesura pero claro, Syna no podía decir nada, además la conocía de sobremanera después de todo la conocía desde que era una bebé. Tomó una escoba y con un chasquido hizo desaparecer todo el agua quedando seco el lugar.

 

Caminó por toda la sala limpiando los "cadáveres" de los insectos. No demoró mucho en terminar y dejar todo el lugar como nuevo, parecía como si nunca hubiese llegado gente o que lloviese y apareciera insectos de todo tipo.

 

Un escalofrío apareció en su cuerpo al pensar lo que iba a hacer la hermana de su ama Circe como venganza. Se mordió los labios con miedo de tan solo pensarlo... Solo esperaba que no fuera tan grave o sino explotaría una guerra.

[Lyra Katara Selwyn]

Un poco antes de que el alboroto se hiciera más grande (?)

 

Me di cuenta de que algo pasaba por la forma en que Cirse guardaba silencio por lo que parecían apenas unos segundos. Su elfina apareció de inmediato y me dedique a observar a las plantas. Tres de ellas eran muy cariñosas, hasta buscaban mimos.

 

-¿Me puedo llevar estas tres?- Dije señalándolas.-Están preciosas y me encantaron. Esa canta muy bien y la otra que grita, puede servir para avisar de algún intruso. La otra daría buena plática cuando vaya a verlas.

 

Tendría que buscarles un lugar especial a las plantas, mientras tanto, era momento de irme. Cirse tenía cosas que hacer y yo no quería estar en el medio. Esas plantas eran justo lo que había estado buscando. En la Selwyn quedarían bien, ya que mi cuarto daba justo al jardín al estar en la planta baja.

 

-¿Sería posible que me las enviaras a la Selwyn?- Pregunté.-Recordé que tengo un compromiso.

 

En realidad no tanía nada que hacer, me acerque a las plantas y acaricie a las elegidas, mirándolas como si fueran niños pequeños a las que se debieran de cuidar bastante bien.

 

-Nos veremos pronto.- Me despedí de ellas y sali de esa habitación, aunque no sin antees despedirme de Cirse.-Gracias por todo. Te visitaré en el museo.

 

Esta vez si tenía que ir. Pase cerca del lugar dónde se encontraba el alboroto. ¿Arañas, serpientes? ¡Lo que más odiaba! Me despedí de los presentes que estuvieran cerca de la escalera con un ligero movimiento de cabeza intentando sonreir y sali del local.

 

-¡Qué horror! Tal vez sea mejor que no regrese, aunque por más plantas, valdría la pena.- Pensé, mientras me dirigía a mis negocios en el callejón.

 

Nunca vendería ninguno de esos animales en mi local. De eso podía estar bastante segura.

 

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