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El Parque de las Lamentaciones y Circ dels Joglars (MM B: 102350)


Sagitas E. Potter Blue
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-¿Eh? - escuché la voz de alguien, pero no tardé en identificarla con tía Sagitas.

 

- ¡No! - exclamé ofendida- jamás haría daño a éstos animales, deberías conocerme. Yo me alimento de otras hum, cosas - susurré por lo bajo... Tampoco era buena idea que le dijese que me alimentaba de los animales del bosque, pero claro, también me alimentaba de sangre clonada que conseguía gracias a mis "contactos". Aunque como la sangre humana, eso seguro, no tenía comparación.

 

Me había quedado abstraída mirando a uno de los animalitos y volví a decir...

 

- ¿Eh? Pues la verdad es que no, no he coincidido con ella. Aunque a decir verdad, no es la primera vez que veo cierto destello plateado cada vez que vengo al Parque.

 

Caminé en silencio a su lado y enseguida detectamos a Xell. Parecía que había ido al parque, como yo, a disfrutar de la naturaleza. Desde luego mi tía siempre tenía unas ideas raras en la cabeza. Negué sin dejar de sonreír.

 

- ¡Tío Ishaya! -saludé con alegría al verlo. La verdad es que si no fuese porque dirigía un periódico... Me daban ganas de matarlo, bueno. No a él, si no a sus reporteros. Que sacaban cada cosa que la verdad, dejaba mucho que desear.

 

- Vaya, parece que todos venimos a pasear - y solté una sonrisilla por lo bajo.

 

- Eso, tú dale ideas para publicar en el periódico tía Sagitas - le dije por lo bajo y sin poder evitarlo, estallé en carcajadas. Sabía que Ishaya no haría nada que perjudicase a la pelivioleta, es que además era de la familia.

 

- ¡No mujer! - dije yo, siguiendo riendo abiertamente - además, dudo mucho que se hubiese enterado tan rápido... si ha dicho que venía a despejarse, será verdad... A veces deberías de darle un voto de confianza tita...

 

- Pero a veces se pasa tío Ishaya - ahora mi cara parecía un poema ante lo que decía- está bien proteger a la familia, pero nunca en excesos - comenté encogiéndome de hombros.

 

- A la reserva no Xell, eso es del ministerio, si los animales están alérgicos puedo preparar brebajes mágicos para ellos - me ofrecí- si quieres Sagitas - dije ahora con una sonrisa.

 

- Si me dices qué plantas son Sagitas, yo puedo ofrecerme a limpiarte una parte del parque, eso sí, no puedo ofrecer milagros - reí por lo bajo.

Editado por Helike Rambaldi Vladimir
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Llegue nuevamente al circo después de un prolongado tiempo fuera de aquí, sobre todo porque el lugar me traía demasiados recuerdos a pesar de las reformas, esta vez llegué riendo y corriendo como una niña chiquita tirando del brazo a Shôji para traerlo un poco a medio empujones un poco medio corriendo.

 

Me detuve de golpe a la entrada del circo que había cambiado de dirección, ya no estaba cerca al estadio de Quiddich sino estaba en una zona extendida del Parque de las Lamentaciones aun cuando ya no estaba en el mismo lugar para mi y para mi memoria todo se veía igual.

 

Pare las risas y los juegos cuando llegue a la entrada del circo y me detuve en la entrada principal de la carpa, aun no estaba preparada para toda la gama de sentimientos que sabia que tendría en cuanto ingresara a la carpa principal, recordar las funciones, los amigos, los amores, a mi padre... era duro a pesar de los cambios y de las mejoras recordar. Respiré profundamente y miré a Shôji:

 

-¿Porque no vamos primero a mi routtele a buscar una parte de la colección de espadas de mi padre? - no esperé su respuesta sino que me encaminé tirando de su brazo hacia el carromato que estaba a un lado de el de mi madre, parecía que mi madre mantenía todo igual, abrí la puerta y me di cuenta del orden de mis trajes de payasa, de bailarina, de un par de kimonos y trajes de fantasía para las funciones, también un pequeño camarote para descansar entre funciones cuando mi trabajo aquí era a tiempo completo, sonreí con melancolía tomando una foto de mi padre que estaba sobre una repisa y dándole un beso ligero para volverla a poner en su lugar.

 

-Este es mi espacio en el circo, a pesar de que hace tiempo no trabajo aquí y tal vez debería volver... amo este lugar, este es mi santuario... - no miré a mi acompañante sino que me incline hacia abajo de la cama y saque una caja larga y plana, la abrí revelando katanas, espadas planas, punzones, sables, dagas, un par de cimitarras, arcos compuestos y de madera, sonreí ante la vista de las armas y la acaricié las hojas con cariño, sentía las lagrimas cerca de mis lagrimares pero las retuve:

 

-¿Con que arma quieres entrenar?

 

@@Sakato Shoji

Editado por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

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este lugar olía a recuerdos, no necesitaba estar con Arya para darme cuenta que muchas personas guardaban aquí sus memorias, tanto de días felices como de días aciagos. la gran carpa parecía nueva, pero el tiempo tiene su forma de marcar en los objetos, incluso aunque se renueven el tiempo siempre se nota.

 

deje que Arya me arrastrara por el circo, creo que era mas emocionante para ella volver a este lugar de memorias que lo que era para mi conocer un lugar nuevo, ya en su carromato me la imagine con todos los vestidos que había allí, incluso sonreí un poco cuando vi el colorido traje de payaso y me imagine a la regia Perenela dando brincos en un traje de lunares.

 

vi la colección de espadas de su padre, "¿armas'" pensé mirándolas, quizá se utilizaran como tal, pero existe una diferencia entre una espada y un hierro afilado. aun así estas parecían de buena calidad, mire cada una, incluso levante algunas para sopesarlas en la mano.

 

tras un par de minutos revisando tome una de las Katanas, el tiempo ya había desafilado lo suficiente la hoja para que fuera seguro practicar con ella. luego mire a Arya y sonriendo le dije

 

"¿con que arma crees que puedes vencerme?"

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-No necesito vencerte Shôji-san, solo necesito entrenar contigo... no pensar en memorias ni recuerdos - le dije con una sonrisa y sopesando entre una cimitarra y tomar la otra katana, hice un gesto mientras miraba las dos hojas y recordaba las fechas que mi padre regresaba a mi con una nueva arma... antes de que muriera, con la primera tenia mas movimiento, ademas resistiría mas los golpes, con la otra tenia mas precisión al ser las liviana que la cimitarra, ademas era seguro que aun estando desentrenado Shôji era demasiado bueno, como para ganarle en un simple combate.

 

Había dejado que las hojas de estas no fueran afiladas solo para entrenamiento tanto como cuando entrenaba con Piro como cuando lo hacia con mi padre o sola cuando no encontraba alguien con quien practicar, a diferencia de las armas que tenia en la gruta o en el cuarto escondido en el salón de té, siempre tenia que tener un arma cerca cuando las puertas al infierno estaban abiertas o cuando tenia una visita no tan deseada de mis amigos de abajo o simplemente cuando venían a por mi cabeza, como había sucedido cuando el parasitario me ataco anteriormente.

 

Di un par de vueltas con ambas armas en el espacio reducido evitando siquiera tocar cualquier cosa, solo sopesando su peso, la cimitarra era mas pesada, la katana no, sonreí nuevamente y guardé una de las hojas en la caja para dejarla nuevamente bajo la cama con reverencia y amor, escondí la hoja con mi cuerpo para no revelar aun mi elección a Shôji:

 

-¿Puedes hacer que olvide? - le dije las mismas palabras de una conversación anterior, lo mismo que le había dicho una vez hacia mucho tiempo, aunque en un contexto diferente, revelé la hoja de la cimitarra y salí del carromato sin mirar la foto de mi padre, si lo hacia podría llorar y ya había hecho mucho de eso frente a Shôji-san.

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"¿cimitarra eh?" le dije sonriendo cuando estuvimos fuera, "te sienta la elección"

 

mire la hoja que había escogido, mas larga que mi espada usual y mas pesada, aun así no seria mucha la dificultad de usarla, hacia ya bastante que no tenia un duelo propiamente dicho, y en un circo entre todos los posibles lugares. aun así este parecía ser un lugar especial para la pequeña Arya, y no seria correcto pensar menos de un duelo por el escenario. cuantas veces no fue mi campo de batalla el callejón y mis armas solo mis manos, a comparación de eso este sitio parecía un palacio para combate.

 

caminamos hasta encontrar un sitio lo suficientemente abierto y despoblado para poder practicar sin ser molestados.

 

nos paramos a una buena distancia y le sonreí desde donde estaba "así que quieres olvidar, pequeña niña" me puse en guardia sacando la espada de entrenamiento de su saya y arrojando esta a un lado para que no estorbara "no creo que sea bueno que desvíes tu mente del combate, sabes que no tengo piedad" respiré hondo, la sonrisa en mi boca ahora mostraba los dientes y dejé que mi aura llenara el espacio, dejé fluir la intención asesina frente a mi y mire a Arya ya no como la niña que era, ahora era el enemigo

 

"arroja tu miedo, ¡y enfréntate a mi!" y gritando estas palabras me abalancé sobre ella con un tajo sin darle tiempo a nada mas.

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No quise entrar en las carpas del circo o en las tarimas del mismo, era mejor estar fuera al aire libre, no estar restringida por los recuerdos o las memorias, no cuando se tenía un ser mortífero y armado en frente tuyo, sobre todo cuando dejaba toda capa de civilización a un lado teniendo un arma en mano, aun así un ser mortífero era justo lo que necesitaba para entrenar, para olvidar, para dejar ir. Sonreí al ver el claro entre los carromatos y las tarimas y di un par de vueltas con la hoja del a cimitarra para escuchar el silbido de la hoja cortar el aire.

 

Toda la expresión facial de Shôji cambio y fue cuando me puse en guardia, cuando la hoja de la cimitarra cantó en mis manos como hacía mucho no cantaba, sonreí y sentí mis ojos cambiar de azul a rojo, detuve su golpe cruzando la hoja de la cimitarra casi horizontal, planté bien los pies en el piso y lancé el peso de mi cuerpo en la hoja de la espada árabe, tratando de que diera un paso hacia atrás, me escabullí por debajo del brazo liberando la hoja y mandando un estoque hacia el estómago y un leve mandoble hacia el brazo derecho, que era siempre el que utilizaba más en combate:

 

-Sigues hablando mucho y fanfarroneas - le sonreí siendo un par de pasos hacia atrás, había sentido el peso en mi brazo pero el dolor en el cuerpo olvidaría todo el enredo en que ahora estaba mi mente

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"deberías concentrarte niña" le dije lanzando otro par de estocadas que no iban a ningún lado, no había perdido su velocidad, eso me agradó, pero no era como si la fuera a dejar vencerme tan fácil. le lance otro par de estocadas fáciles, pronto seria el momento justo.

 

dos pasos a la derecha, uno a la izquierda, tajo, estocada, tajo, defensa.

 

y entonces sucedió, ella lanzo una poderosa estocada con la cimitarra dejando abierta su guardia, no pude evitar sonreír mientras daba un golpe certero al mango de su arma y esta salia volando por el aire. "la cimitarra es muy curva para estocar tan descuidadamente Arya" le dije mientras recogía su arma "trata de no usarla para estocar y concéntrate en los cortes, si estocas hazlo como si cortaras en reversa, en un movimiento circular" le mostré el movimiento.

 

le lancé su arma y ella la atrapo, se puso en guardia nuevamente.

 

"¡de nuevo!" grite cargando contra ella con un tajo a dos manos.

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Merde! Error casi de novato, era bastante difícil manejar una estocada con la cimitarra pero aún así el golpe en la muñeca y la mano dolió como una perra, cuando Shôji lanzó el golpe con la parte plana de la espalda, de seguro con mi piel sensible términaria llena de morados pero nada que un buen par de episkeys o un ungüento no pudiera arreglar, frunci el ceño y preste atención a lo que Shoji me indicaba.

 

A pesar de lo aprendido por Piro y lo que el instinto y la perseverancia me habían enseñado aún parecía que estaba bastante desentrenada, agarre la cimitarra otra vez esta vez con la mano contraria, era una buena fortuna que Shoji me hubiera entrenado para ser ambidiestra, le di un par de vueltas a la hoja para que silbara en el aire y volví a ponerme en posición de guardia agarrando con fuerza el mango de la hoja.

 

Estaba distraída levemente por lo reaccione un poco más lento aún así logre detener por los pelos la estocada, me agache para evitar que la hoja me golpeara y di un par de pasos hacia atrás para acomodar mi hombro y lancé una estocada con la parte plana de la espada al brazo de Shoji

Editado por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

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seguía intentando estocar con esa cimitarra, error de novatos, necesitabas ser un maestro con la cimitarra para poder dar una estocada decente, y aun así esta no tenia la potencia ni el alcance que tendría una ropera, por un momento imagine a Arya sosteniendo una ropera y atacándome con ella, me hubiera pasado al menos un palmo de acero con los golpes que ya había lanzado. pero por ahora estaba haciendo los movimientos correctos con el arma equivocada, ¿se daría cuenta? o quizá era coincidencia, seria bueno averiguarlo después.

 

la deje seguir atacando, haciendo que mantuviera la guardia alta, cansando su brazo, si bien manejaba la espada bien con ambas manos, no parecía estar acostumbrada a hacer tanta fuerza continua con la izquierda, una falla en su entrenamiento, pensé mientras esquivaba suavemente un par de tajos que silbaron por el aire.

 

por un rato siguió la danza, derecha, izquierda, tajo, tajo, estocada, tajo, un paso atrás.

 

un ligero temblor en su hombro me dijo que era el momento, detuve su tajo con mi espada el tiempo suficiente para darle una patada a su brazo, como esperaba, la cimitarra callo al suelo, su hombro estaba muy cansado, y el golpe le impediría mover bien el brazo por un rato.

 

"creo que lo mejor sera que nos tomemos un descanso" le dije recogiendo la cimitarra y viendo como se agarraba el brazo "con suerte no se te formara un cardenal y podremos practicar mas en 20 minutos" me di cuenta que tenia la garganta seca "¿donde crees que pueda encontrar algo frió de beber?"

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"Sí, sí, lo que tú digas, pero conseguí enfadarte", pensé, al ver que Helike se hacía la enfadada porque hubiera pensado que ella podía alimentarse de mis animales. Ya sabía que no lo iba a hacer, pero me encantaba meterme con ella, así que no había desaprovechado la ocasión.

 

-- Anna es agradable, Heliké, y tiene un amor imposible y romántico que a mí siempre me ha conmovido.

 

Asentí cuando corrigió a Xell. Nada de Reserva, yo me apañaba con mis animalitos, llevaba demasiados años siendo independiente como para confiar en el Departamento de Transportes así que me negaba a llevar animalitos allá. Yo contaba con grandes y buenos veterinarios. Encontraríamos la solución sin más.

 

-- ¿Tú prepararle brebajes a mis animales? ¿Para envenenarlos? -- sonreí pero sospesé su propuesta. Era una buena profesora de pociones, me constaba, podía confiar en ella por dentro, aunque por fuera la criticara sólo por el placer de verla saltar. -- Bueno, pero primero las pruebas tú y si no te mueres, le podemos dar un poquito a mis animalitos.

 

Me puse a reír a carcajadas, rompiendo la tranquilidad de la noche con mi risa. Helike no podía morirse pues era vampira.

 

-- Espero ayuda de todos, nos dividiremos el parque en cuadrículas y lo iremos peinando, creo que de esa manera...

 

Sentí ruido de espadas o armas que se entrecruzaban y palidecí.

 

-- ¡Alguien está haciendo duelos en mi parque! ¡Vamos, varitas fuera! No podemos permitir que haya muertos y que me cierren el negocio mientras investiguen. Con lo que tardan, seguro que pasarían meses.

 

Me puse a correr pero el ruido había cesado. Miércoles... ¿Qué habría pasado?

 

-- ¡Homenun Revelio! -- dirigí la varita a varias direcciones del parque, para ver si me señalaba donde estaban los humanos. Si es que eran humanos...

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