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Libro del Caos


Bakari
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Ni siquiera me había dado tiempo a realizar un simple conjuro, para repeler el ataque que me había lanzado el Gryffindor. Alcé una ceja, intentando entender qué había pasado. El brujo, que tenía pintas de guerrero había ido en nuestra búsqueda. No me dio tiempo a hacer nada. El uzza había conjurado un hechizo que la había agrandado además de usar una especie de encantamiento.

 

No pude evitar lanzar un alarido al ver cómo al joven Thomas @@Thomas E. Gryffindor se le teñía la sudadera que llevaba en un tono rubí. Comprendí inmediatamente cuál era el hechizo. No conocía al "profesor" pero sin dudarlo un mínimo instante, le lancé una mirada de odio y corrí hacia mi compañero de estudios en esa ocasión.

 

- ¿Era necesario hacer eso? -le pregunté, casi gritando. Debía calmar mi genio sí, porque o me echaría o sería capaz de hacerme cualquier cosa- los castigos pueden hacerse de otra forma. Está desechando pureza mágica sin sentido -solté yo, rechinando los dientes, a causa de la rabia. Aún con la varita en la mano, me acerqué al veinteañero y susurré varios "episkeis" apuntando a su pecho, antes de que siguiera perdiendo más sangre.

 

- Si de verdad piensa que voy a respetarle después de ésto señor @Bakari -una mueca de fastidio aunque sus últimas dos preguntas me dejaron muda. ¿A qué narices venía eso? Lo miré estupefacta, no sabía qué responder en esos momentos...

 

- Hum... - balbuceé y me callé un segundo, olvidando con demasiada facilidad lo que había pasado hacía ya, cinco minutos.

 

- mi mayor miedo -susurré de nuevo y pensé, sin poder evitarlo o quizás mi subsconciente me estaba dando señales, recuerdos de una época pasada. Una de la que suponía ya no me acordaba, habían pasado ya, demasiados siglos. Gritos, conjuros...

 

- Es irónico que yo diga ésto, pero mi mayor temor, es la propia muerte - terminé de decir en casi en un hilo de voz y tragando un poco de saliva. Luego, intenté responderle a su segunda pregunta.

 

- ¿Mi mayor deseo? -suspiré. Demasiadas preguntas un tanto, ¿filosóficas? No sabía decirlo pero... eran un tanto incómodas a decir verdad. y que no entendía a qué venían en ese instante. ¿No se suponía que nos tenía que enseñar los poderes del libro del Caos?

 

- Obtener el mayor conocimiento posible. Ese es mi mayor aspiración. Tengo todo el tiempo del mundo para ello, así que -me encogí de hombros.

 

- ¿A qué vienen éstas preguntas? - pregunté al hombre y viendo que aún tenía la varita en la mano, la guardé en el pantalón. Lo último que querría era un enfrentamiento con un guerrero en esos momentos. Ya habría ocasión (?).

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<<Hasta que se dignó a apare...>> fue lo que alcanzó a meditar, para sí mismo, el veinteañero; debido a que un agudo y quemante dolor en el pecho le silenció hasta los pensamientos más recónditos en el segundo exacto que cayó al piso con la sudadera mojada en su propia sangre. -Ah- masculló con los dientes apretados, al mismo tiempo que el colgante con forma de topacio amarillo que el joven portaba en el cuello, comenzaba a brillar; lanzando destellos de colores que se reflejaban con la luz de la luna que permanecía estoica en el firmamento estrellado. -Muchas gracias, Helike... No tenías para qué preocuparte tanto, linda... Sé defenderme; y por lo demás... recuerda que tenemos nuestro boleto de retorno asegurado ¿O no?- agradeció el honorable gesto de amistad de la Rambaldi con una sonrisa plasmada en su rostro luego de quedar completamente en forma ante la herida sangrante producto del hechizo que pasó a convertirse en un efecto rápido, certero y mortal; además de enseñarle que también llevaba consigo el Amuleto de la Resurrección como un as bajo la manga. -Su Vara de Cristal es de temer...- susurró el muchacho cuando logró ponerse, una vez más, de pie; observando el rostro molesto del tiferim mientras terminaba de apagar todas las llamas sobre el techo de su tienda de campaña. -Lo sé, señor... Le presento mis sinceras disculpas. No va a volver a ocurrir- respondió Thomas a las advertencias de Bakari en relación a su hogar y lo intocable que era para toda la comunidad Uzza que residía en los terrenos de la Universidad Mágica de Gran Bretaña. -No le cuestiones más, Helike. ¿Vale? Ya estoy mejor, gracias a ti- pidió a la vampiresa con tal de calmarla.


Bakari era un guerrero mucho más viejo que Badru, pues su fisonomía denotaba por lo menos sesenta años de vasta y poderosa experiencia; la misma que fue reflejada a través del magnífico poder de su cayado carmesí. Una pulsera amarrada en su muñeca derecha con un cuchillo de madera afirmado de ésta, fue lo que llamó la atención de Elros una vez que comenzó a prestarle oído y comprensión a los dichos del Uzza; interrogantes que alguna vez en su vida sí se había auto-formulado en instantes de reflexión personal. Fue así que, posterior a las razones de Helike; el apuesto Gryffindor se atrevió a romper su silencio. -Mi mayor miedo es no ser lo suficientemente valiente como para dar la cara a los temores que aquejan mis noches de desvelo... En cambio, mi mayor deseo es alcanzar la felicidad de las cosas más simples que me puede regalar la vida- contestó con humildad el animago; sin dejar de contemplar la figura añosa de su maestro; desde sus escasos y despeinados cabellos grisáceos, hasta las arrugas en su cara.

Editado por Thomas E. Gryffindor
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  • 3 semanas más tarde...

—Bastante necesario —exclamó Bakari, respondiendo a la duda de Heliké con el ceño fruncido y un tono de voz duro, como el que había utilizado desde que entró.

 

Siempre iniciaba las clases con el mismo par de preguntas, esperando conocer así a sus nuevos pupilos desde la raíz. Podrían parecer dos incógnitas sin sentido, completamente fuera de contexto. Pero para él, para cualquier Uzza, saber qué temían y qué aspiraban era la forma más directa de saber quiénes eran. Heliké temía a la muerte, lo que era sensato. El miedo de Thomas era diferente, aunque igual de pesado que cualquier otro temor ajeno. Pero sus aspiraciones, más allá de ser similares en cierto aspecto, era lo que realmente quería saber. Asintió.

 

—Para nosotros, los guerreros Uzza, el libro del Caos corresponde al universo mismo. El caos es parte de nosotros y no siempre es malo. Pero cuando es malo, es fatídico. Deben tener muy en claro que esta... enseñanza, hará que aprendan a lidiar con sus temores y sus aspiraciones en partes iguales. Son probabilidades que realmente no podemos controlar pero que, aún así, tenemos que afrontar.

 

Bakari alzó las manos ante sus estudiantes, extendiendo las palmas una delante de cada uno de ellos. Su intención no era que detallaran sus dedos nudosos o las marcas del combate, su intención era que vieran cómo la energía empezaba a centrarse alrededor de sus falanges, envolviéndolas hasta formar una esfera. Dicha esfera no hizo más que crecer, hasta que por la misma fuerza de la energía, sus manos se unieron y una fuerte luz cegadora invadió el espacio donde se encontraban. Cuando la luz se disipó, no había más esferas, ni nada en las manos de Bakari. Pero sí había algo.

 

Delante de él, a una distancia prudente de donde estaban Thomas y Heliké, un Cíclope gruñía por lo bajo con su ojo enrojecido por una furia proveniente de su raza misma. Esperaba órdenes, órdenes del guerrero, pero éste no se las dio. Dejó que los dos estudiantes vieran lo que acababa de hacer en un segundo y los invitó a que salieran de su ensueño con un movimiento de manos, para llamar su atención. El Cíclope también lo miró, esperando sólo una señal para hacer algo.

 

—El Señor del Caos, la probabilidad más grande de caer en desgracia o en ventaja. En este caso, he obtenido la ventaja. Hay siete opciones, de todas ellas, ésta es la mejor. El Cíclope tiene grandes habilidades mágicas y alcanza un nivel de magia correspondiente al tercer escalón de los bandos actuales, lo que quiere decir que nos acompañaría en una batalla con dos hechizos más.

 

»Su misión, esta vez, es decubrir qué les depara su propia suerte. Canalicen la energía de su magia en sus manos, dejen que fluya por su cuerpo y se centre ahí, no la controlen, sólo dejen que se manifieste. Cuando ya no puedan mantenerla, junten las manos y vean qué obtienen.

 

Para lanzar los dados deben apagar el editor y postear un mensaje como el siguiente:

 
[roll]1d7[/roll] Señor del Caos

 

 

Cuando tengan un resultado, pueden volver a postear el rol de acuerdo a lo que obtuvieron.

KrnKYo1.png
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<<¿Bastante necesario? Para torturarnos... Obviamente>> pensó incrédulo el Gryffindor; observando que la actitud, un tanto seria, del tiferim parecía no querer cambiar con nada, incluso pese a las disculpas pertinentes que el mismo Elros le había brindado tras el ataque del Uzza que aún le mantenía un poco débil frente a Helike. -Cada individuo tiene diversas maneras para enfrentar sus temores o para guardarse sus aspiraciones... las cuales en reiteradas ocasiones pasan a convertirse en ambiciones descontroladas frente a la inmadurez ¿O no maestro?- fue lo único que expresó el animago luego de escuchar, atento y concentrado, la explicación que Bakari daba sobre el caos; dándole un acento de "fatídico" a éste cuando se ligaba a la maldad. Posteriormente el silencio invadió el lugar; ya no se escuchaba palabra alguna ni sonido que perturbara la armonía que transmitían las enérgicas manos de aquel guerrero que ahora tenían como mentor. -¡Rayos!- exclamó el fenixiano mientras se cubría los ojos con el antebrazo derecho, debido a que una luz resplandeciente le encandiló la visión como conejo "at portas" de ser cazado; y tras esfumarse aquella energía, la figura de un cíclope se materializó de la nada. -¡Por las barbas de Merlín! Ten sumo cuidado Helike... No te acerques, son peligrosos- vociferó a su compañera, sin olvidar ponerse delante de ésta en el caso de que la criatura de un único ojo, teñido de carmesí, quisiera atacarlos. -¡Vaya! Así que lo ha convocado con el poder del Señor del Caos... Poderosa es esta magia- susurró.


-Entendido... Yo iré primero esta vez, señorita Rambaldi- proclamó con entusiasmo el adolescente, respirando de forma profunda y serena antes de envalentonarse a realizar su poder; y así fue. Luego de canalizar la energía de todo su cuerpo en ambas palmas, tal y como lo había aprendido de los paladines; el apuesto mago esperó a que esta fuente se volviese inestable para juntar sus manos con fuerza y a través de un único golpe que emanó un resplandor similar al que Bakari había conjurado, pero esta vez de una tonalidad azul que se vio reflejada en los ojos de la vampiresa española que estaba a su lado. -¿Qué demonios es esto?- platicó desconcertado al notar que una presencia oscura estaba delante de él. -Es... es... El Señor del Caos- agregó, justo cuando la entidad egocéntrica se dio la media vuelta para mirarle fijamente con odio. -Me atacará...- alcanzó a gritar el aprendiz; porque la criatura le propinó una esfera de energía que impactó de lleno en su pecho, curándole todas las heridas y dolencias. -¿Qué fue lo que pasó aquí?- le preguntó al Uzza sin dejar de contemplar al ser tenebroso, sintiendo que todo su organismo irradiaba mayor vitalidad.

Editado por Thomas E. Gryffindor
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Después de un breve silencio al final el guerrero Uzza que pareció meditar todas las palabras que tenía pensado decir, respondió a nuestras respuestas.

 

Casi estuve a punto de lanzarle un conjuro pero vi que el hombre estaba haciendo una especie de magia, algo parecido a lo que hacía mi hermana Annabelle sin falta de varita. Siempre me sorprendía cómo los magos podían desarrollar ese tipo de poder sin más uso que la propia palabra. Había invocado una especie de esfera, una que nos envolvió a todos y no supe realmente cómo actuar en esos momentos...

 

Lo que más me sorprendió es que, al ser el libro del Caos, por supuesto había salido un ¡Cíclope! Pero Thomas en ésta ocasión se había adelantado, poniéndose delante de mí...

 

Chasqueé la lengua, divertida...

 

- Querido, soy un vampiro -le susurré con una mueca burlona en mi cara. No he podido evitarlo.

 

- Ya lo veo, ya -achiné mis ojos intentando ver más allá del cíclope, no podía eludir que me producía cierta desconfianza. El brujo bien podía usar eso para atacarnos a nosotros dos, pero yo también había decido que era hora de usar los poderes de ese libro.

 

Asentí con la cabeza cuando dijo de probar suerte, yo sonreí nuevamente, burlona. "Pues veremos lo que nos depara" pensé para mí. A decir verdad, estaba bastante ansiosa para descubrir qué era lo que podía salir...

 

Algo pareció atacar a Thomas así que, aproveché las enseñanzas del Uzza no para atacarlo sino para defenderme. Usé mis propias manos, me concentré y dejé que la mente se me pusiese en blanco. No tenía ni idea de si había funcionado, pero cuando abrí los ojos ahí estaba. Ahora lancé una carcajada, el famoso poltergeist de Hogwarts había acudido a mi ayuda... Lo que no tenía ni idea era de cuánto...

 

- Vaya, vaya... ¿y ahora? - sonreí a los presentes- creo que he tenido suerte en ésta ocasión al tirar los dados -bufé ahora mirando a esa cosa, que de poco o nada me gustaba, básicamente sus fechorías eran bastante conocidas por todos los estudiantes que habían pasado por la Universidad.

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  • 3 semanas más tarde...

Pese a que Bakari había empezado con suma seriedad la clase, no pudo evitar que una risa áspera se escapara de su garganta en cuanto Thomas, altamente sorprendido, recibió una curación de parte el Señor del Caos y no un ataque inminente, como había esperado. No lo culpaba, el Señor del Caos era un espectro brutal de aspecto temible, a diferencia de lo que Heliké logró invocar. En una batalla, la mujer tenía razón, había tenido suerte. Una suerte bizarra. La invocación de Peeves había echado al Señor del Caos de Thomas de forma automática, puesto que el Poltergeist había empezado a abuchear y a hacerle bromas al espectro, que no aguantó demasiado tiempo antes de agotarse y retirarse por la paz.

 

- Dependiendo del azar, el Señor del Caos puede ayudarte. Sino, no. Sólo debes esperar. En el caso de Peeves...

 

A la mera mención del nombre del Poltergeist, este empezó a burlarse de Heliké y los presentes como si se le fuera la vida en ello, cosa que Bakari ignoró con la maestría de quién está acostumbrado a cosas peores. Movió la varita, haciéndole un ademán a Peeves para que se retirara y como era de esperarse, el ser le sacó la lengua e incluso se pedorreó en respuesta. El Uzza decidió seguir adelante sin darle importancia.

 

-En adelante, los hechizos no son precisamente de invocación. Son en realidad una forma de potenciar o disminuir el poder, no sólo de los enemigos, también el nuestro si la suerte nos juega una treta. Por ello los voy a invitar a seguirme.

 

El hombre guió a la pequeña comitiva, esperando que el paseo agotara a Peeves y lo hiciera callarse un poco, pero ésto no pasó. El Poltergeist se siguió burlando de Heliké incluso cuando se habían alejado lo suficiente del bungalú de Bakari pero por suerte, el tiempo se agotó y desapareció después de unos minutos, justo donde el guerrero se detuvo para volver a enfrentar a sus estudiantes. Curiosamente, no parecía exasperado.

 

Con una tranquilidad capaz de ser un ejemplo, el hombre volvió a cuadrar los músculos de la espalda, colocando las piernas a la par de los hombros para volver a poner las manos delante de ellos. Ésta vez no hizo movimientos demás, en vez de ello se dedicó únicamente a canalizar la energía en sus manos. La luminiscencia empezó en sus falanges, expandiéndose por la palma hasta formar dos esferas de luz que pronto se extinguió, dejándole un resultado que mostraría a sus estudiantes que su poder había aumentado.

 

- La rueda de poder es capaz de incrementar el poder de un mago pero también es capaz de disminuirlo. En mi caso lo ha rueda de poder ha sido favorable a mi favor, de modo que podría lanzar un hechizo de un rango superior, si tuviese uno señaló con los dedos los libros. Pero en su lugar, probaremos algo nuevo. Heliké lanzará la rueda del Tiempo y Thomas la rueda del Caos.

 

Hizo una pausa, les avisó que atacaría a Heliké y lo hizo, con un movimiento de varita que provocó que la mujer quedara temporalmente cegada. Arena del hechicero. Miró a Thomas.

 

- Atácame cuando culmines.

 

~o~

De acuerdo a los dados, Heliké deberá tirar:

[roll]1d3-2[/roll]
 
Rueda del Tiempo
Si sale -1 los efectos de la acción anterior (Arena del Hechicero) se anulan totalmente, si sale +1 los efectos se multiplicarían (tiempo de duración del Arena del Hechicero). Si sale 0 queda igual.

 

En el caso de Thomas, deberá tirar:

[roll]1d10[/roll]
 
Rueda del Caos
Si sale una puntuación mayor o igual a 7, sus hechizos tendrán un efecto crítico, es decir, el doble de potente de lo normal. Si sale una puntuación menor o igual a 4, sus hechizos se verán afectados por las consecuencias negativas del caos y se tornarán débiles, lo que derivará en que su efecto sea la mitad de potente que lo normal. Si saliese una tirada de un 5 o un 6, la rueda no producirá ningún efecto y los hechizos tendrán su potencia normal.

 

Suerte.

Editado por Bakari
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