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Libro del Caos


Bakari
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El vampiro observo como el trol desaparecía. Suspiro ante aquello, había pasado el tiempo correspondiente de “vida” de aquel señor del caos por lo que no debía preocuparse por aquello, sin embargo, el suelo aun seguía un poco resbaloso, aunque suponía que en cualquier momento aquello también se derretiría. Ladeo la cabeza preparado por si alguna otra cosa o criatura aparecía frente a él, más que nada porque ya había tenido qué atacar a los inferís que no se quemaron con el fuego y tuvo que usar otra técnica contra los Kappas y criaturas que salían del pantano.

 

Se notaba que el Ragnarok no podía bajar la guardia, a ese paso o mejor dicho, su instinto le decía que debía comportarse tal como si tuviera a los miembros de la orden del fénix delante de él, es decir, tirar a matar, preguntar después y no arrepentirse, solo que había algo mas, jamás le había mostrado aquel lado oscuro a Mei y eso le preocupaba un poco, ya que obviamente estaba en juego la relación amistosa y la padrinidad de luna. Adoraba a su ahijada por lo que cada movimiento que el vampiro hacia frente a la Delacour debía ser bien pensado y calculado.

 

Cada uno de sus compañeros estaba haciendo la parte que le correspondía, sin embargo, era definitivamente sabido que conociendo a los Uzzas aquello no podía quedar allí o ser tan fácil, mas cuando cada libro era mucho mas complicado que el anterior, y este era poderoso si pero todo dependía de la suerte. Se dispuso a dar unos pasos cuando escucho un susurro. Era la voz de Bákari quien estaba conjurando algo. Bufo y maldijo, allí, en el inframundo, cerca del acaronte, una invocación, claro quién sabe que traería a la vida aquel hombre.

 

El Ragnarok esperaba que no surtiera efecto aquella invocación, pero claro, ¿Cuándo las cosas salían como él las tenia planeadas? Dibujo una mueca al ver aparecer a unos metros de él aquellos rostros. Eran rostros místicos, los había visto en dibujos y tapices en las tierras Uzzas, eran sus ancestros, espíritus de guerreros sabios y magistralmente fuertes que habían fallecido, ya fuera en una lucha o por vejez, ahora el profesor del caos los invocaba. Entrecerró los ojos, ¿Qué esperaba el hombre, que pelearan contra aquello?, negó con la cabeza, eran rastros, pero habían algo más en ellos y algo le decía al vampiro que no eran de esos que podrían atravesar sin mas, estos eran mucho mas poderosos y una vez que hicieron aquel movimiento el cainita no tuvo tiempo de pensar mucho.

 

Movió las manos en aquel movimiento característico que había aprendido esperando que esta vez la invocación el saliera mucho mejor que las anteriores, quizás el recuerdo debía ser mucho más sangriento, se concentro y busco mas recuerdos del caos que alguna vez había conjurado o había creado. Maldijo, no podía cr4eer lo que era su suerte, no había sucedido nada esta vez por lo que tenía que usar otros métodos. Por instinto movió la varita…

 

-“Obsistens” –invoco el Ragnarok en sus pensamientos. Inmediatamente se formo a su alrededor un cerco de luz azul eléctrico que absorbió aquel sectusempra que el Uzza que se encontraba frente a él había conjurado y había mandado para que destrozara al vampiro, sin embargo, el Ragnarok había jugado bien aquella carta y aunque el caos no le había funcionado hasta ahora, estaba comprobando que dominaba perfectamente aquellos poderes que había aprendido alguna vez en tierras Uzzas y que ahora debía volver a aprender para demostrarle a los supremos guerreros que era digno de aquellos conocimientos.

 

Dio algunos pasos y se acomodo esperando el siguiente movimiento, no sabía si le estaba permitido atacar, así que con el rabillo del ojo observó lo que hacia Mei para después echar un vistazo rápido a Elvis y a los demás que habían llegado tarde y quienes aun no habían completado aquel contrato sangriento que el vampiro ya había firmado.

 

-Oye Mei, debe salir viva de esto, sino yo mismo bajare aquí al inframundo para revivirte y matarte de nuevo –dijo el vampiro en voz lo suficientemente alta para que su amiga la escuchara- no pienso aguantar ni una pizca de segundo a tu esposito, así que si no vives me quedare con Luna, quizás deberíamos hacer el testamento o darme la custodia de mi ahijada si algo de pasa ahorita –dijo el Ragnarok divertido sabiendo que la chica era capaz de salir de aquello solo que definitivamente tenía que molestarla.

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Uno, dos, tres, cuatro y cinco. No podía detenerse en ningún momento a evaluar la situación, debía actuar rápidamente para evitar que las criaturas se fueran encima de ella y la atacaran. El cíclope por su parte también hacía lo suyo, defendiéndola con una certeza y fuerza sólo comparable a otro mago, aunque con la característica de que aquel ser era totalmente inmortal, lo había comprobado visualmente, viendo cómo, a pesar de la brutalidad de los ataques de algunos kappas, aquel señor del caos seguía en pie y sin un rasguño.

 

Se detuvo un momento, viendo que el número había disminuido un poco, ayudada por Hades y Bastian por lo que podía decirse que hacían un equipo efectivo a pesar de que la suerte no había estado del lado del Ragnarok desde un inicio.

 

Debería yo decir eso de ti, tú eres el que parece estar todo el tiempo en aprietos. Yo no planeo morir aquí, no he muerto en ninguna clase y no planeo hacerlo ― le respondió al hombre en cuanto se dirigió a ella.

 

Hizo una mueca imperceptible. Sus palabras eran ciertas a medias, pues recordaba muy bien su prueba de Nigromancia, aunque no podía decir a ciencia cierta si había estado al borde de la muerte realmente o no…

 

Fue un segundo de distracción, pero el suficiente para que en aquel momento nuevos enemigos aparecieran. Parecían personas vivas, pero sabía que no lo estaban, el anillo que tenía en su dedo meñique le indicaba que no eran más que una fracción de alma. Tenían el aspecto de ser Guerreros Uzza también, pero aquellos que ya habían caído en batalla, como su honor les dictaba para con el trabajo que llevaban a cabo, su destino mismo. Acto seguido, lo que parecían ser sus varitas repentinamente crecieron, transformándose más en un báculo y, seguido de ello, un sectumsempra susurrado.

 

Inmediatamente sintió el dolor en su cuerpo, sin siquiera llegar a apreciar lo que había sucedido. Bajó la vista, comprobando, horrorizada y perpleja al mismo tiempo, que en su cuerpo habían aparecido los cortes graves característicos del hechizo que comenzaron a sangrar rápidamente. Pero, ¿cómo? Ningún rayo había impactado en ella.

 

¿Qué clase de magia es esta? ― gruñó, adolorida.

 

Observó de reojo al cíclope, aún ocupado atacando a los inferís con un fuego púrpura para detenerlos y hacerlos retroceder. Él mantenía a raya a una gran cantidad de criaturas, no podía distraerlo para que la curara.

 

«Quizás la fortuna o el tiempo podrían ayudarle» recordó lo que Bakari acababa de decirle, entendiendo entonces que tenía otra opción de su parte. Tal vez podría llegar a utilizar alguna rueda, la de la fortuna no, era realmente muy poco certera. La del tiempo… sólo había tres opciones, cada una con efectos distintos. Posibilidades más allá del sesenta y seis por ciento de obtener resultados ventajosos para ella.

 

Una vez más, recurriendo a aquel recuerdo y todos aquellos donde el caos se había hecho presente en su vida, unió las manos una vez más de un golpe y, acto seguido, algo muy particular sucedió: un pequeño reloj de arena apareció por encima de sus manos, girando constantemente, de izquierda a derecha, hasta que repentinamente se detuvo… justo quedando de forma horizontal. Y desapareció sin más, quedando todo tal cual estaba a su alrededor. Ni nada bueno ni nada malo, sencillamente lo mismo.

 

Por lo menos nada empeoró… ― susurró, esta vez dirigiendo su varita en dirección a ella misma y pensando en un Episkey para sanar rápidamente las heridas que tenía antes que fuera demasiado tarde y terminara por sentir los efectos de perder demasiada sangre.

 

Volvió a curarse con otro episkey para quedar sana al fin, aunque debido a ello se había descuidado un poco y los animales y ahora aquellos Uzzas prácticamente estaban encima de ella, y a pesar de pensar que para su suerte tenía al cíclope de su parte, justo en aquel momento vio cómo poco a poco iba desapareciendo. Su tiempo con ella había acabado ya.

 

 

OFF

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—Las invocaciones funcionan con tu poder—respondió Bakari, preguntándose por qué nunca antes le había hecho la misma pregunta que Gryffindor —si es oscuro, mejor, porque te tomará menos tiempo invocar algo. Si tu recuerdo no es lo suficientemente poderoso, entonces nada saldrá de tus manos. Ya verás a lo que me refiero.

Miró a su alrededor, el ejército era cada vez menor. Esperó a que Karkarov terminara de pelear con su “copia” de un uzza y chasqueó los dedos, haciendo que desaparezcan cada una de las criaturas, dejando únicamente desorden alrededor. En el punto en el cual había desaparecido el cíclope de Mei, apareció un portal, que los llevaría de regreso hasta la universidad. Ya ni su señor del caos estaba con él.

—Si creen estar listos para la prueba final, pasen.

No vio si pasaron o no, confiaba en que los tres tendrían la suficiente fuerza física y mental para enfrentar la prueba que se les venía encima. Eventualmente Bakari desaparecería para darles indicaciones, pero ahora mismo Valkyria y Elvis eran más importantes para él, su preparación a penas estaba dando comienzo.

—Bien, ustedes, atentos.

Tal y como había enseñado antes, se puso de pie, concentrándose en las atrocidades que había cometido para defender a su pueblo, las cientos de vidas que había quitado con un solo movimiento de su vara de cristal. No se arrepentía, por su puesto, pero era un estilo de vida que había dejado atrás hacía mucho tiempo. Con las palmas hacia el suelo, una nube de polvo, oscura, espesa empezó a formarse justo debajo.

Miró fijamente a sus pupilos para saber si estaban prestando atención y dio un aplauso. El simple gesto de juntar sus manos hizo que se impulsara hacia adelante una hermosa hechicera. Su rostro y porte eran hipnóticos. Si bien Bakari estaba acostumbrado y hasta familiarizado con la hechicera, aún siendo un uzza, tenía ese impulso por besarla, hasta que realizó el ‹‹Finite Incantatem››

—Inténtenlo, tengan presente el sentimiento que el recuerdo que dejaron provoca en ustedes, si no es lo suficientemente… caótico, la nube no se formará.

Dejó que lo intentaran y que los sorprendieran con sus propios señores del caos.

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Aquella figura semi-femenina que aparecio por Bakari era realmente hermosa, pero al parecer era fatal si se lo permitía. Según los textos Uzza, aquel poder era muy bueno si uno lograba mantenerlo a raya. Caer en su seducción podía ser fatal asi que entendía por la razón que éste había sacado de encima a la Hechicera. Nos dio paso a que nosotros lo intentemos, y mi corazón se aceleró un poco.

Está bien, lo intentaré yo. —casi había exclamado que estaba ansioso pero sabía que los Guerrero Uzza preferían la concentración y la demostración de aquellos poderes. Asi que avancé unos pasos y respiré hondo. Y recordé aquel sucedo del caos que había recreado en mi cabeza antes. Y que había vuelto a recordar cuando había firmado aquel pergamino con sangre. Era la tercera vez que volvía a mi cabeza. Bakari me había dicho que todo dependía de mi poder—. ¡Invoco al señor del Caos!

Me gustaba la teatralidad que requería aquel poder. Estaba seguro que no era necesario pero como todo elemento y poder Uzza, muchos dependía de cómo lo hacías. Por eso es que me había aferrado a mi varita y ahora apuntaba al cielo, mientras que cerca de mis pies, empezaba arremolinarse una niebla negra. Era diferente a los Expecto Protego. Era mucho más negra y tenía algunos destellos azulados.

Asi fue como apareció Peeves. Me había costado mucho rato distinguir qué era, hasta que lo vi terminar de formarse. Su gorro era totalmente reconocible. Igual que sus zapatitos. Su sonrisa era demasiado maquiavélica y automáticamente empezó a reirse frente a mi, apuntándome con un dedo. Era una oscuridad totalmente extraña, con diminutas chispas azuladas que a veces parecían estrellas, como también ojos malévolos que me miraban.

Gryffindor. Gryffindor. Serio como un busto. Tonto como búho

Su voz resonaba en medio de mi pecho. Alcé una ceja. ¿Eso hacía ése Señor del Caos, reirse y burlarse de su creador? Estaba seguro que había leido algo más, pero me limité a mirar a mi maestro para ver si había hecho las cosas bien. ¿Podría desaparecerlo cuando yo quisiera o tenia que esperar a que se fuera? Miré a Bakari y le pregunte eso.


OFF:
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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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El vampiro rio ante la contestación de su amiga. La verdad es que era divertido molestarla, hacerla rabiar y sacarla de quicio y seguramente ella lo sabía. Aquel era un juego privado, quien los escuchara podría pensar otra cosa, sin embargo, quienes los conocían bien sabían que aquello era un simple juego de tira y afloja, un circulo de jamás acabar donde alguno lograba tener una ventaja, pro al momento siguiente el otro contraatacaba. Se mantenía atento por si recibía un ataque nuevamente por causa de aquellos “espíritus” de guerreros ancestrales, pero tal como vinieron así se fueron y se desaparecieron del lugar, sin embargo, no podía bajar la guardia. Miro de reojo a la delacour quien también se había encargado ya de su parte.

 

La voz de Bakari hizo que el Ragnarok se pusiera serio, se había tomado solo un minuto para distraerse y aunque sabía que lo mejor era seguir acumulando el caos para lograr la mayor destrucción a causa de todo el poder y sentimientos oscuro que tenia, también debía regular un poco aquello para no demostrar lo que en realidad podía hacer. Dibujo una mueca ante aquel pensamiento dejándose sumir nuevamente en el caos que se estaba agolpando en su mente y el cual dirigía a su pecho, donde solía concentrarse.

 

Entrecerró los ojos al ver aquel portal. Parecía creado por el fulgura nox. Asintió ante las palabras del guerrero Uzza, había llegado el momento de terminar con aquella aventura y demostrar que era digno del conocimiento encomendado hacia ya mucho tiempo y el cual quedaría por fin grabado nuevamente en su mente.

 

-estoy preparado y dispuesto a afrontar lo que venga –dijo seguro de sí mismo- nos vemos al rato Mei, espero que no te vayas a perder en el portal, no quiero que aparezcas en algún lugar perdido –bromeo- aunque sería divertido contárselo a mi ahijada, ¿te imaginas contarle de cuando tuve que rescatar a su madre porque se perdio? –le saco al lengua a la chica y sin darle tiempo de quejarse o responderle cruzo el portal desapareciendo de allí.

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Luego de haber colocado aquel recuerdo en el pensadero, la bruja centró su atención en la pelea que se estaba llevando a cabo lejos de donde ella se encontraba, reconoció de inmediato a su esposo y lamentó no haber asistido a la clase junto a él, si no hubiese estado de floja en esos momentos estaría próxima a dar la prueba, lanzo un suspiro y volvió su atención al guerrero.


Aun no estaba del todo familiarizada con todos los poderes del libro y es que apenas lo había comprado hace poco, por tal motivo no tenía ni idea de que las invocaciones funcionaban con la misma mecánica de un patronus, con el poder del mago, con los recuerdos. Enarcó una ceja e hizo una mueca al escuchar que mientras sea oscuro era mejor, ella trataba de alejarse de esa etapa de su vida y siempre algo tenía que recordársela.


Observo atenta los movimientos de Bakari, reteniendo toda la información posible para cuando sea su turno. El Uzza había invocado a una hechicera mientras que Elvis invocó a Pevees. Sonrió al escuchar como lo molestaba y rogo que cuando fuera su turno no le saliera lo mismo.


— A ver si tengo mejor suerte… —susurró mientras colocaba las palmas hacia abajo y se concentraba en el recuerdo de la aldea destruida y a ella misma en el centro de aquel caos. Una niebla negra similar a la que había salido cuando el Uzza invoco a la Hechicera, se empezó a formar —¡Invoco al señor del caos! —dijo con voz firme mientras juntaba las manos y una bella doncella aparecía.


—Genial… —dijo rodeándola, admirándola —Apuesto a que en un duelo me sale Pevees y no está linda Ninfa —añadió riendo. Aquella ninfa, según había leído, poseía cualidades curativas extraordinarias y que podría curarla de ser necesario.


Un resultado algo extraño dada la naturaleza del recuerdo usado, quizá reflejaba el deseo interno de la bruja de remediar el daño que antaño causo y por eso salió la ninfa y no otro señor caos.


—Bueno al menos por un rato sé que no necesitaré de episkeys — comento y luego preguntó —Elvis aún puede elegir a cuál de los señores del caos desaparecer? ¿o tiene que ser apenas salga Pevees? —Se le hizo raro no haber usado la varita para haber invocado a la Ninfa, quizá con la practica aquella sensación desapareciera.

 

OFF: Dado (?

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