Libro del Caos

[Bakari]

—Eso es.

 

Hizo una señal hacia Hades y los demás mientras los veía desaparecer atravesando el portal. La prueba de ellos sería especialmente dura; dos eran amigos y el otro enfrentaría a un Uzza que aunque con apariencia amable, podía ser tan letal como lo era Bakari. Esperó con expectativas altas si podían invocar al señor del caos. Elvis y Valkyria, al contrario que sus compañeros, debieron concentrarse cuando una batalla se dio a su alrededor, y muchas cosas que podían romper su concentración.

 

—Bah —dijo en cuanto vio salir a Peeves, una verdadera desgracia —tendremos que aguantar su molesta presencia hasta que se desvanezca —respondió algo alterado; al menos, sería Gryffindor el objetivo principal de sus chistes sin sentido.

 

Miró a su compañera, revisando el movimiento de sus manos y la forma en que la nube aparecía bajo sus manos. Una hermosa ninfa, cautivadora, había llegado para hacerle pasar el mal rato de ver al poltergeist en aquel lugar. Sonrió muy ligeramente, sin despegar los labios. Le gustaba que le hicieran preguntas diferentes sobre los poderes que practicaban. Valkyria estaba mostrando tener una mente estratégica.

 

—Ya veremos, Gryffindor puede intentar que Peeves espante a la ninfa y aguantar sus chistes. O simplemente aguantar sus chistes. Con la práctica, podrá hacer que otros señores se vayan a penas lo invoque, nadie lo aguanta— aquello hizo que Peeves se enojara, pero no había nada que le importara menos a Bakari — ¿Quieres intentarlo?

 

Sí, por increíble que pareciera, Peeves podía ser ciertamente útil si se sabía manejarlo con cuidado. Era una pena que fuera una bella ninfa la sacrificada para ejemplificar lo irritante que podía llegar a ser incluso con seres inmortales y poderosos como los que con ese poder invocaban. También seguramente Valkyria renegaría que, aunque tuvo buena suerte, su preciada invocación desaparecería si Gryffindor sabía convencer a Peeves de dejar de enfocar su atención en él para dirigirla a la ninfa.

 

**

 

Luego de que Elvis lograra (o no) espantar a la ninfa, Bakari decidió que variaría un poco su forma de entrenarlos. Ellos dos habían tenido la suerte de firmar el contrato sin verse demasiado forzados a vivir experiencias que pudieran molestarlos mentalmente. Ahora sería de forma física que tendrían que demostrar que estaban aptos. Invocó su vara de cristal y dio dos golpes en el suelo, causando que éste empezara a temblar, primero leve y luego con rudeza, el ya de por sí difícil suelo pantanoso sobre el que estaban sería más difícil de manejar.

 

—Fortaleza mental tienen ¿y la física? Oh, nada de usar varitas.

 

El suelo bajo sus pies comenzaría a quemar de forma que no pudieran mantenerse en el mismo lugar por más de unos minutos. Aparecerían de la nada estructuras que impedirían su paso, pequeños o grandes hoyos en el suelo con la profundidad suficiente para hacerse real daño, había una zona que tendrían que atravesarla nadando, y ya casi al final del recorrido, colinas empinadas que tendrían que subir y bajar, todo para llegar al corazón del pantano en el que estaban.

 

Tendrían que correr o ingeniárselas para llegar a zona segura, podrían trabajar solos o en conjunto. Por supuesto, no podían usar varitas, pero sí los poderes del caos si ellos quisieran. En algún momento, si se animaban lo suficiente, podrían saber qué pasaba si usaban las ruedas de la fortuna y el tiempo, descubriendo que podían desaparecer barreras que recién se formaban. O podrían atraer a otros señores del caos (aunque Peeves seguiría acompañándolos por un buen rato) y, si tenían la suerte suficiente, podrían llegar con vida.

[Mael Blackfyre]

Mirá atentamente por unos segundos, a cómo mi compañera Valkyria realizaba los movimientos idénticos a los que había hecho yo. Sonreí de costado al ver cómo aparecía un señor del caos como el mío. La diferencia se encontraba en que se trataba de otro. Según había leido en el Libro del Caos que se encontraba reposando en mi bóveda trastero, eran siete. Y cada uno de ellos hacía algo diferente. No recordaba con detalle cada uno pero para eso estaba en la clase.

Bakari me habló y me distrajo, retomando lo que decía al instante.

— Claro que si, maestro. ¿Solamente le pido que lo haga desaparecer o hay que hacer algo más?

Aunque me quedé en silencio. Casi ni me atreví a preguntarle nada más a Bakaari porque si algo había aprendido con aquellos extranjeros de tierras áridas, que aunque uno le preguntara, aunque ellos le dedicaran un poco de tiempo a las explicaciones, siempre preferían que uno mismo lo intentara. No eran de aquellos instructores que se enojaban cuando uno se equivocaba porque valoraban el avance que uno podía dedicarle. Equivocarse significaba una barrera que cualquiera podría saltar para avanzar. Así que saqué la mirada de él y le dediqué media sonrisa a Valkyria, a modo de disculpas por lo que iba a ser con su poder recién materializado.

 

— Peeves... —mi voz rompió el silencio. No sabía porqué razón pero suponía que tenia que estar seguro. Sabía en ése momento que el Poltergeist me molestaría todo el tiempo, porque ése era su objetivo principal. Pero también tenía otro y era el poder desquitarse con cualquier otro poder como él. Sabía que por favor no serviría. Tal vez tenía que ofrecerle algo a cambio ¿O funcionaba mejor el poder provocar a hacerlo? Se me ocurrían varias opciones—. El Señor del Caos te ordena que hagas desaparecer a la Ninfa en este momento.

 

Me coloqué más derecho, poniéndome en una pose que no era característica en mí, pero que intentaba parecer lo más seguro posible. ¿Por qué se lo pedía en nombre del Señor del Caos? ¿O porqué no intentaba pedírselo de otra forma? Justo antes de hablar, se me había aparecido la idea de que alguien más superior a ésa criatura tenía que ver. Aunque fuera el invocador, alguien más tenía que poder controlarlo y me había dejado llevar por la intuición, esperando que funcionara. "Se negará a ayudar a su invocador" las palabras aparecieron en mi mente, dejando aquella posibilidad, de que otro sea el que lo pida.

 

Peeves empezó a comportarse de la misma forma molesta pero contra la Ninfa. Se reía a carcajadas, le daba algunos empujones, incluso como por arte de magia, hacía aparecer cosas y se las lanzaba, esperando que pudira huir. La Ninfa parecía más que asustada, ofendida, no sabía si era una cuestión de fortaleza en la magia propia pero notaba como se iba alejando cada vez más. Incluso se había empezado a disipar. Estaba funcionando. Antes que se fuera, me dirigí a Valkyria, estaban pasando muchas cosas y al parecer Bakari se estaba encargando de ello.

 

— ¿Quieres que hagamos ésto juntos? Ya sabes... dos varitas son mejor que una —aunque se lo comentaba en otro sentido. Sabía que teníamos la indicación de no uilizarla.

[Bakari]

Los miraba con tranquilidad mientras Gryffindor lidiaba con Peeves, guardando silencio ante su pregunta, pues quería que él solo averiguara la forma de desaparecer otro de los inmortales. Podía ser complicado de muchas maneras el convencer (o engañar) al poltergeist, puesto que él realmente no colaboraba, pero si veía una oportunidad de molestar a un señor del caos, no iba a desaprovecharla. Nadie lo soportaba y él lo sabía. Aunque, afortunadamente, el tiempo que tenían que lidiar con él era cada vez menor.

 

—Eso es, sus chistes son malos pero algo útil hace —dijo, mientras veía la presencia de la ninfa haciéndose cada vez más tenue, hasta llegar a desaparecer.

 

No mucho después, el suelo bajo sus pies se empezó a estremecer sin llegar a inmutarlo, era como si alrededor del Uzza no sucediera absolutamente nada, contrario a lo que sucedía con sus alumnos, que debían atravesar un terreno bastante irregular y lleno de obstáculos. Bakari debía admitir que le gustaba el que intentaran aliarse para poder atravesar la prueba física de mejor forma. Se fijó en Karkarov, que estaba tardando un poco en reaccionar; Elvis podía esperarla para sortear las dificultades o avanzar por su cuenta.

 

Como fuera, en algún momento del recorrido, justo al llegar a la meta, la copia de un uzza lo atacaría. Alto y delgado, de piel amarillenta y con todo el poco cabello que le quedaba de un color blanquecino; su apariencia era tranquila, pero podía llegar a ser muy letal. Tal y como había hecho con sus anteriores alumnos, conjuraría su vara de cristal y les lanzaría un sectusempra a cada uno, que debido al poder que tenía la copia había pasado de rayo a efecto; una verdadera amenaza si se contaba con el agotamiento que los alumnos podían estar experimentando.

 

—Atacar o defenderte, aumentar tu poder o jugar con el tiempo ¿qué elegirás, joven estudiante?

 

Realizarse la curación correspondiente era lo de menos. Dudaba mucho que Elvis no lo hiciera; lo que le interesaba realmente a Bakari era saber cual sería el procedimiento que seguiría su alumno al verse envuelto en un conflicto con un guerrero que no dudaría en volver a atacar, aunque éste no fuera real. Si jugaba con el tiempo o su fortuna, el sectusempra podía no salir jamás y el uzza se retiraría. Si aumentaba su poder, podría destruir la copia de forma muy fácil. Pero si la suerte no estaba de su lado...

Editado 5 de Diciembre del 2016 por Bakari

[Mael Blackfyre]

1d3-2

Elvis invoca la Rueda del Tiempo

[Mael Blackfyre]

Valkyria no parecía reaccionar demasiado rápido como quería, aún asi, la propuesta de avanzar juntos seguía en pie. Miré justo para ver como el señor del Caos de mi compañera desaparecía. Estaba seguro que más adelante, antes de terminar con la clase, podría probar como hacer que Peeves desapareciera a uno de éstos señores. Eso claramente, si volvía a salir.

 

El suelo era realmente inestable. Bastaba con quedarse parado para sentir como te absorbía de a poco. Estaba seguro que si empezaba a caminar, a saltar, a hacer peso por asi decirlo, se me dificultaria más. Pero era un Gryffindor, por más que me gustara pensar las cosas, por más que primero pusiera todas las cosas sobre la balanza, tenía que actuar antes de que fuera tarde.

 

Me aferré a mi varita, mi leal compañera, pero solamente para guardarla. Bakari nos había alertado que no necesitabamos varitas y eso era lo que haria. Empecé a caminar. El suelo era blando pero aún conservaba algunas rocas duras, que empecé a elegirlas para ser punto de apoyo. De a poco empezó a mostrarse una especie de sendero, mientras avanzaba, y algunas rocas se hacían tan grandes que me cubrían por completo y otras, se empezaban a hundir, en pozos profundos donde solamente había oscuridad.

 

Aproveché para realizarme un Salvaguarda Mágica, continué caminando, atravezando aquellas rocas como fantasma, aunque no duraba demasiado tiempo. Miré sobre un costado hacia uno de los agujeros, provocando que una parte de mi mente se quisiera lanzar al vacío, ya que conservaba mi amuleto volador. Pero tenía que continuar. Miré dos veces hacia atrás por si me seguía Valkyria pero aún no la miraba. Aquella especie de lago era mi siguiente barrera pero no tenía ganas de mojarme. Por eso que saqué un pequeño frasquito de entre mis ropas.

 

— No nadaré, camminaré sobre el agua —comenté en voz baja, aunque estaba solo, me lo explicaba para mi mismo. Así fue como el polvo platinado cayó sobre el agua para cristalizarse y empezar a solidificarse de a poco. Apoyé un pie en el hielo, donde segundos antes estaba el agua, y crujió, pero aguanto mi peso. Asi fue como llegué a la siguiente figura, que parecía en una pose que no requería. Porque estaba utilizando la vara de Cristal contra mi y eso no era buena idea. El hielo se había extendido muchísimos metros. Pero lo había dejado atrás, esperando que mi idea funcionara. Invoqué la Rueda del Tiempo, esperando que funcionara.

 

Y estaba seguro que no, porque en cuanto recurría los poderes del Libro del Caos, aquella rueda no se efectuó como quería, porque el Uzza no solo que me atacó con un Sectusempra, sino que había obtenido el poder necesario para que fuera efecto. Pero la Rueda me había afectado de tal manera que tenía los daños encima como si dos raayos me hubieran dado. Pude sentir los agujeros en mi ropa y la sangre que caía lentamente sobre mi dorso. impuse mis manos para causarme una Curación. Necesitaba eso en ése momento.

 

Miré a Bakari. No sabía si lo estaba haciendo bien.

 

 

OFF.- http://i.imgur.com/omYP8fY.png

[Bakari]

Lo miró con atención. Su rostro serio, el entrecejo ligeramente arrugado, las manos en firme, sus facciones duras, la larga y desaliñada barba y la vara de cristal en su mano le daban un aspecto no muy agradable, como si estuviera molesto. En el fondo, estaba ciertamente satisfecho al ver el desempeño de Elvis. Congelar el agua, caminar sobre ella, saltear obstáculos, usar magia. Todo en un pequeño lapso de tiempo.

 

No obstante, le molestaba mucho que Valkyria siguiera sin reaccionar ¿qué era lo que estaba esperando? ¿Indicaciones más claras? ¿Qué Bakari le gritara? Aquello era algo que él nunca haría, era por naturaleza más frio, distante y de pocas palabras. Si la mujer estaba usando a su compañero para saber qué tenía preparado ella al avanzar, era una estrategia muy buena, pero que empezaba a desesperar al Uzza.

 

Decidió ignorar su presencia hasta que fuera ella misma quien se hiciera notar nuevamente. Lo principal en ese momento era conocer la evolución que Elvis estaba teniendo. Era ágil, por supuesto, su estado físico era el suficiente para no enojar a Bakari y su habilidad mágica era digna de alguien que llegaba hasta esas instantancias. Por ello, cuando éste lo miró como preguntando si todo estaba bien, Bakari simplemente asintió.

 

- Toma un respiro.

 

Dijo con tono altivo mirando con tranquilidad al pupilo, que debía estar agotado. Lo dejaba tranquilo para que se curara, pues ya la copia del uzza había desaparecido justo cuando Bakari empezó a hablar. Luego lo apuntó con la vara de cristal justo en el pecho, murmuró algo ininteligible y volvió a bajar la varita mágica. En realidad, no había conjurado ni dicho nada coherente.

 

- Tendremos un duelo. Si logras vivir más de un par de minutos serás libre.

 

Dejó que descansara lo suficiente. Bakari era un hombre espiritual que los últimos años solo había estado buscando la paz. Y muy a pesar de eso, cada vez y cuando se veía obligado a participar de pequeños duelos con aprendices que poco o nada de paz le conferían.

 

- Cuando estés listo.

[Mael Blackfyre]

Mi pecho se aflojó lo suficiente para saber que estaba haciendo bien las cosas. Los primeros encuentros con los Guerreros Uzza habían sido dificiles, eran magos como nosotros, pero eran mucho más feroces y a veces priorizaban otras cosas. Eran mas toscos y más estrictos y su magia era diferente. No había entendido nunca como los londinenses habían logrado aferrarse a ellos, como habían logrado infiltrarse en su comunidad y habíamos sido parte.

A mi mente venían varias imágenes de aquella especie de retiro espiritual que habia hecho para que me dejaran enseñar los primeros libros a los estudiantes que iban llegando a la Universidad. Habían cedido los primeros tres, no porque fueran menos importantes, pero una vez que los obtenias, tenías que enfrentarse a ellos y ser juzgado por los mismos Guerreros. Como me estaba pasando en ése momento. No pude evitar sonreir.

— Gracias, Maestro —y llegó el momento que estaba esperando desde el inicio. Porque sabía que la transición para usar los poderes no era difícil, ni las situaciones que ellos te anteponían para ver como te desempeñabas. Sino lo que importaba eran las pruebas. Es significaba todo y si lo pasaba, si lograba vincularme con el Libro del Caos, significaba que podía usar libremente los poderes. Eso era un punto extra para nuestro bando—. Es lo que deseo, poder vincularme al libro.

Estaba seguro que si hubiera dicho que quería ganarle, habría convertido aquel aire en uno más pesado y tenso, porque los Maestros eran demasiado guerreros y competitivos, y llevaban aires de grandeza como para querer minimizarlos, asi que lo que tenia que hacer simplemente era asentir y dar lo mejor de mi. Cuando éste lo viera, me dejaria seguir adelante. Asi que le dije que estaba listo y que podía empezar cuando quisiera.

Saqué mi varita, aquel instrumento que tan tranquilo me dejaba. Pero no necesitaba descansar más, asi que me encargué de recomponer el daño que me habia provocado aquel reflejo de Uzza y estaba listo...

[Valky]

Había retrasado mucho el volver a tomar la clase del libro del Caos, no le gustaba que lo que pudiera pasar estuviera en manos de la suerte, le gustaba tenerlo todo controlado y eso era imposible en una clase en donde los poderes del caos era el centro de todo. Dejando escapar un suspiro de resignación la Warlock se encaminó hacía el lugar en donde esperaba encontrar a Bakari, el Uzza a cargo de la clase.

No le costó mucho trabajo llegar al lugar puesto que ya lo conocía, lo que si es que la bruja aun no se arriesgaba a invadir el terreno del guerrero, por lo que ni siquiera pensó en acercarse a la tienda de campaña. Fue directo al lago que quedaba cerca en donde esperaba encontrar al que sería su profesor.

El caminar entre la maleza no se le complico mucho pues para la clase del libro como para la de la habilidad, había optado por ir con ropa muy cómoda, zapatos bajos, pantalón de mezclilla azul, una blusa con rayas horizontales blancas y azules y por supuesto una túnica de viaje a juego. Nunca se sabía a que clase de escenario iría a parar luego de empezada la clase, así que además de ir con ropa apropiada para la clase, en los diferentes bolsillos de la túnica llevaba todo lo que ella imaginaba le sería útil.

Mientras caminaba a su mente llegaron los recuerdos de la anterior vez que había estado ahí y lo poco preparada que se había sentido para afrontar los diversos obstáculos que en la clase se habían presentado. Más sin embargo en aquella ocasión la bruja había ido con el firme objetivo de terminar la clase y sobre todo dominar el poder del libro del Caos.

— Hola... — dijo aunque no estaba segura si había alguien cerca, a simple vista no se podía ver ni escuchar a nadie.

Sin tener mucho que hacer, más que esperar a que la magia del lugar hiciera su parte y que el guerrero Bakari sintiera su presencia, la mujer se sentó bajo la sombra de un árbol observando el paisaje, repasando en su mente lo que había aprendido la ultima clase.

[Bakari]

Dando zancadas y pasos rápidos, Bakari corrió para protegerse de inconmensurables ataques detrás de una piedra que no pudo aguantar tal cantidad de encantamientos. Uno de ellos impactó en su cuerpo provocándole un dolor insufrible, batiéndose en el suelo, víctima de un crucio o algo incluso peor, no supo. No le importaba. Sus amigos al igual que él se encontraban en el suelo del campo de batalla, pero no se movían... Estaba muertos y él era el único sobreviviente que estaba cerca del mismo destino.

 

Lleno de rabia y dolor, trato de invocar a quien una vez lo había salvado de una situación similar, destrozando a todos sus enemigos con un solo conjuro. Contaba con que Anubis seria siempre su salvación y su arma más secreta, realizó complicados movimientos con su varita tratando de invocar al dios de la muerte y esperó... y esperó... Pero nada pasó, el cielo no se torno oscuro, no se formó una nube de humo frente a él, nadie murió, nadie se acobardo.

 

Solamente Bakari se aterró, aterrado de ver la varita que lo apuntaba justo en la cabeza, ya no supo que hacer, no le quedaban fuerzas y perdió toda confianza. Avada Kedavra fue todo lo que escuchó....

 

Despertó.

 

El corazón acelerado, como si en realidad hubiese corrido toda esa distancia y toda la adrenalina que lo llenaba, su respiración era igual, estaba sudado. No dudo en maldecir aquellas pesadillas típicas que lo hacían ver como un cobarde y fue a tomar un vaso de agua fría para ajustar la temperatura de su cuerpo, tal vez, era una de las razones por las cuales acepto dar clases en la mugrosa universidad y evitar toda batalla, sus cicatrices eran recordatorio de todo lo perdido y lo sufrido.

 

Escuchó a las afueras de su tienda el saludo de una chica, una nueva alumna inepta que osaba tomar su clase como si realmente tuviese lo necesario para aprender, la maldijo sin conocerla y esperaba que fuera una de sus pupilas fracasadas. Con un pantalón y su torso descubierto como era costumbre, su poco cabello despeinado y su varita que no iba a usarla frecuentemente, salió de la tienda para ver a la chica.

 

Parecía una joven de alta sociedad que jamás lucharía contra alguien para no dañarse ella sus delicadas uñas, ropajes o piel, un cabello castaño. En definitiva, no parecía ser la típica guerrera dispuesta a luchar, incluso Bakari dudo de si realmente tendría algún pensamiento oscuro en su interior, un deseo, un odio, algo que perseguir para poder despertar dentro de ella lo necesario para su clase. Suspiró, decepcionado ante lo que veía y la perdida de tiempo podía ser la mujer.

 

- ¿Cuál es su mayor temor? ¿Cuál es su mayor deseo? - Preguntó.

[Valky]

Los sonidos amortiguados de unos pasos acercándose hicieron poner alerta a la mujer que no había pasado mucho tiempo sentada. Observó en la dirección de dónde provenía el ruido sin saber a ciencia cierta si se trataba de un nuevo alumno o de Bakari. Algo impaciente esperó a que la figura apareciera en su campo visual, estaba muy cómoda en donde se había sentado y si solo se trataba de un compañero de clase no planeaba ponerse en pie.

Cuando el guerrero al fin apareció noto que tenía una expresión como de fastidio, como si deseara estar en cualquier lugar excepto ahí, entonces supo que la clase no sería para nada sencilla. En seguida se puso en pie teniendo cuidado de que su túnica no se quedara enganchada en alguna rama. Se acercó hacia el hombre, cuyo torso al parecer siempre iba desnudo, para saludar y responder las preguntes que sin más le había formulado.

— Buenos días a usted también… — dijo sacudiendo algunas pequeñas malezas que se habían quedado pegadas a su ropa — En este preciso momento mi temor es no aprobar su clase, maestro. Y mi mayor deseo es aprobarla… — respondió y tras hacer una pausa añadió — Ahora si lo pregunta en general pues mi mayor temor es la soledad —dijo con sinceridad y luego intentó un cambió de tema.

—¿La clase se llevara a cabo aquí mismo? Pregunto, porque ustedes los Uzza tienen un gusto extraño por llevarnos a lugares recónditos donde queramos o no la vida siempre está en juego —No sabía ni porque lo había preguntado, lo más probable es que como en otras ocasiones fueran a otro lugar.

No le apetecía ponerse a hablar de sus deseos con un desconocido, consideraba que haberle contado cual era su temor era suficiente, además de que el mago ya la conocía y había visto un recuerdo lleno de caos hace ya varios meses atrás, aunque no sabía si la recordaba, quizá si lo hacía y ese era motivo por el cual estaba tan huraño, nada que ver con el Bakari que había conocido anteriormente.