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Libro de la Fortaleza — Grupo 1


Lisa Weasley Delacour
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Los pupilos presentes habían cumplido con el objetivo de dominar a las Ashwinders que salieron del armario. Algunos de ellos le dirigieron la palabra al Mortífago pero durante todo el rato, él estuvo intercambiando palabras con Lisa sobre lo que harían luego de aquello. Sin embargo, ambos le prestaban atención a lo que hacía el resto con sus culebrillas.
—Pueden quedarse con los huevos, chicos. —Anunció esperando que la noticia fuera de su agrado. Podrían usarlos, como todos sabían, para la creación de algunas pociones u otros fines peligrosos, a Zack le gustaba el peligro, así que los dejó —Como verán, en la clase vamos a experimentar diferentes escenas que los pondrán a prueba para la utilización de los anillos, o amuletos. Todo esto antes de llegar a la parte fuerte que sería la última, donde deben centrar más su atención y donde nos enfocaremos en la realización de los hechizos que contiene el libro como tal — dado que no lo había explicado anteriormente, tuvo que hacerlo para evitar confusiones o malos entendidos.
—Estás en lo correcto, Elizabeth — Ya para ese entonces la mujer dejaba de ser una desconocida, se había presentado. —En cada libro puede que den un repaso al anterior, aunque no se fíen, no en todos. Siempre deberán tratar de aprender lo más que puedan, cuando les corresponda ver clase con los Uzza… — Zack intercambió miradas con Lisa recordando todo lo que ellos vivieron en el retiro, esa gente no era para nada compasible — Pues, con ellos tendrán que prestar mucha atención y tener fuerza espiritual, por así decirlo —no quiso revelar más, pero ellos entenderían a lo que se referían.
—Será en el libro de la fortaleza, acá, donde siempre los profesores que estemos tratemos de evaluar también la utilización de los anillos, amuletos y hechizos del libro del aprendiz. Los Directores quieren asegurarse que no lo tienen de adorno, ya que es el único que viene con información abierta para todos — Terminó de aclarar. Ahora sí les tocaba seguir adelante con algo mucho más interesante. Él, particularmente, estaba muy ansioso por irse al destino antes fijado con su compañera profesora.
—Chicos, en aquellos cofres que ven al fondo, tomen un anillo de cada uno y sus respectivos amuletos — Esos sí correspondían al libro de la fortaleza. Con aquellos “accesorios mágicos” podrían escuchar conversaciones, proteger las suyas, detectar ataques inminentes y curar a través del amuleto. Todo eso lo utilizarían a continuación. —Pero claro, no pretenderán que se llevarán los Ashwinders. Antes, devuélvanlos al armario y no se olviden de cerrarlo, no queremos lidiar con las culebrillas durante el resto de la clase.
Zack volvió a dejar a los pupilos de lado, para que se encargaran de devolver las criaturas a su lugar, el armario, a través del mismo anillo de amistad con las bestias.
—Tendremos que atacarlos. Te daré la oportunidad de que tú lo hagas. Esta vez evaluaremos los reflejos, deben ser rápidos o tendrán que utilizar el amuleto de curación — La voz del vampiro había sido tan baja que, por el tono y la distancia entre ellos y los alumnos, solo Lisa alcanzaría a escucharlo, a menos de que el resto ya supieran utilizar correctamente su anillo de escucha, ¿se atreverían a probarlo con sus mismos profesores?

 

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—¿Y solo debemos usar el anillo para hacer que no nos hagan nada? Hay un par de hechizos para eso —soltó con malicia, sintiendo su varita en el bolsillo de su pantalón.

 

Para su sorpresa Leah se colocó a su lado y cruzó su brazo con el del Macnair, este alzó una ceja y la miró con extrañeza, aunque esta solo le devolvió una fina sonrisa y prestó atención a la clase. Parece que todo se había calmado un poco luego del arrebato de la realeza y los comentarios de Zack, Leah y él, era evidente que no era muy querida y tendría una clase pesada para ella, pero gustaza para el Malfoy.

 

Una presencia lo distrajo antes de entrar a la sala, Pik miró la puerta antes de que Taurogirl entrara y sonrió al verla. Tenía un lazo especial con ambas líderes Mortífagas, habían compartido mucho tiempo juntos y con ello una extraña amistad que nadie podía entender, le alegraba tenerla ahí, pero sabía que entre ella y la Ivashkov había algo, por lo que Leah se alegaría del Ángel Caído en cuento pudiera y así fue, cuando la Crouchs se puso entre los dos.

 

Zack se adelantó para explicar lo que sucedería y los extraños animales que tenían en clase, lo supo al instante que el anillo en su dedo empezó a brillar. Estaba acostumbrado a aquella clase de objetos. Se separó un poco de sus compañeras y se acercó hacia uno de los Ashwinder, el cual miraba con determinación al Macnair y con cara de pocos amigos. Pik se agachó y quedó a su altura, mirando fijamente a los ojos del animal.

 

No quería darle miedo y menos intimidarlo por su tamaño, eso era lo primero por lo que los animales atacaban. Lo segundo eran si los magos o muggles los fastidiaban, pero el Macnair no había hecho nada para eso. Su nivel de poder mágico no era el más alto, pero el nivel que sus poderes de Mortífagos que le proporcionaban eran de los más fuertes e intimidades, así que se relajó y ocultó aquella capa de magia y poder que rodeaba al Macnair siempre, dejándolo como un mago, sin intención de molestar a nadie. Sabía como tratar a las personas y adaptarse a cualquier ambiente.

 

Alzó la mano y el dedo indice en dirección al aire, haciendo que el Ashwinder lo viera fijamente y siguiera sus movimientos. Movió la mano de un lado a otros, primero con movimientos lentos para no asustar al animal y cuando se acostumbró, empezó a mover la mano un poco más rápido. Los animales eran inteligentes, por lo que sabía que el Macnair no lo atacaría y por eso no se encontraba en posición de ataque, solo lo miraba con extrañeza y ese fue su momento de actuar, concentrando su poder mágico en el anillo. Sintió que empezó a arder y un rápido brillo salieron de los ojos del animal, el cual se deslizo hasta frente al cuerpo del Macnair y colocó su cabeza frente a la mano del Malfoy, dandole una leve empujo.

 

—Pero sin son como un perro alargado —dijo con gracia, aunque al Ashwinder no le pareció gustarle la referencia— disculpa —se disculpó el mago, mientras el animal daba media vuelta y regresaba al armario tras la orden que dio Zack.

 

Regresó hacia donde se encontraba Leah y Taurogirl, quienes se lanzaban palabras bonitas, algunos intercambios de miradas intensos y uno que otro roce con su cuerpo. Pik se puso entre las dos y les pasó ambos brazos tras el cuello, como un gran abrazo.

 

—Vamos a buscar los amuletos y los anillos que dice Zack, además —las acercó un poco hacia él y bajó la voz— no pueden andar tocandose así en cualquier lado, luego de la clase pueden escaparse a un salón vacío… pero por los momentos, vamos a calmarnos —mostró una amplia sonrisa y arrastró a ambas hacia los cofres.

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Los alumnos habían actuado con rapidez. La plaga había sido correctamente dominada en tan solo unos minutos, cosa que agradeci. El tiempo era oro y debiamos aprovecharlo bien. Mientras los alumnos jugueteabn con las culebrillas e intentaban acceder a los huevos de las mismas, Zack y yo conversamos sobre como habían hecho las cosas.

 

Entusiasmo, buena disposición, tranquilidad a la hora de enfrentarse al peligro, dominación del anillo, conexión con los animales. Todo lo evaluabamos, a fin de cuentas solo nosotros dos eramos capaces de saber lo que un Uzza consideraba válido a la hora de entregar sus conocimientos ancestrales a desconocidos.

 

A cada paso que dábamos, mostrando el poder de los libros a nuestros pupilos, recordaba con verdadero cariño cono los guerreros de Egipto nos habían adiestrado. Fue intenso como poco. El cansancio extremo de ese duro mes. La satisfacion absoluta de saberme capacitada para asumir algo como aquello... un cúmulo de cosas que nadie sabría jamás.

 

Deje que fuese el Ivaskoh quien llevase la voz cantante en el primer periodo de la clase. Luego yo tomaría las riendas y explotaria, a como diese lugar, las capacidades de todos y cada uno de los que tenía ante mi. Ellos parecían muy confiados, creyéndose dioses. Yo les haría ver que no todo era ego. Que el respeto, la tolerancia y la fortaleza interior eran necesarios.

 

Asenti a la propuesta del castaño. El punto que tomaríamos a continuación era uno de los que más me entusiasmaba, pues amaba el combate y me fijaba mucho en los reflejos de las personas a la hora de este. Ahí comprobaremos dos cosas; la atención que nos prestaban y si sabían usar el metal designado con el don de la curación, en caso de que fuese necesario claro. El libro cinco al igual que sus amuletos tomaba protagonismo.

 

Con deliberación y sin una pizca de remordimiento, alce la varita y conjure un hechizo que muy pocos se esperaban - Tripio sectusempra - tres coloridos rayos partieron de Kim hacia el pecho de Tauro, Leah y Pik. Eran los que más cerca tenia, pues ya no estaba cerca de la mesa, si no en un saliente del techo, a unos dos metros de altura. Nadie me había escuchado pronunciarlo. Debían confiar en sus dones y en el objeto circular que los avisaba de ataque repentino.

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A Lisa le agradó la idea de atacar a los alumnos y que estos utilizaran su anillo para detectar la amenaza, que para ese entonces ya deberían tenerlos en sus dedos incluyendo el amuleto. A él no le agradaba mucho la idea de que todos los libros tuvieran accesorios, en algún momento acabarían dejándolos botados o tendrían que aplicar un hechizo desilusionador para mantenerlos puestos pero ocultos.


Justo en cuanto Lisa adoptó su posición amenazante y lanzó un rayo dividido en tres a los Mortífagos presentes, Zack recordó las importantes palabras de la Viceministra el día uno, cuando reunió a los seis profesores de libros de hechizos para hacerles una serie de anuncios que sería mejor memorizaran, eran cosas que aplicarían diariamente no solo en las clases sino el resto de sus vidas.


“La magia de bandos se permite en estas clases por el bien de la educación mágica.”


Cuando lo dijo días atrás en aquella sala, estando en presencia únicamente de Los Seis, estos comenzaron a intercambiar miradas malvadas entre sí. Podrían ponerles infinidades de aprietos a sus alumnos haciendo uso de aquella magia, definitivamente eso les recordaría a todos que La Universidad era un nivel superior, y por lo tanto se debería tratar a los alumnos como magos sumamente experimentados que sabrían lidiar con cualquier traba en el camino del aprendizaje.


—¡Fuego Maldito! — Tres cóndores de fuego salieron disparados hacia sus objetivos; Sam, Heliké y Lyra. Aquello solo le tomó un segundo mientras volvía en sí, sacaba su varita y la agitaba el aire. Si sus anillos detector de enemigos servían, las alertaría a tiempo para defenderse de dicho ataque. “Bonita manera de probar los anillos” pensó el Mortífago curvando sus labios con una sonrisa traviesa. Todo pareció paralizarse, mientras los alumnos se defendían o no.


Ninguno de los dos profesores se preocuparía por realizar magia frente al otro o frente a sus alumnos. Al parecer Lisa recordaba muy bien el anuncio de Mackenzie, y ahora él lo tenía presente también. Se había llegado a un acuerdo para que la magia de bandos pudiera usarse sin que nadie la identifique como tal. Una especie de hechizo confundus incorporado a otro muy avanzado, hace que nadie se cuestione el tipo de magia se está usando. Y aquellas aulas, ya habían desprendido los conjuros sobre los presentes.


Por supuesto que recordarían siempre lo que en sus clases sucedería, sólo que nunca alcanzarían a concretar esos recuerdos cuando estuvieran a punto de revelar ante el ministerio la pertenencia de una persona a un bando u otro.

Editado por Zack Ivashkov

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Me había distraido pensando en el destino de los Ashwinder, que por un momento me olvide que esa era una clase en la que debía estar alerta. Ya tenía puestos todos los anillos de ambos libros, aunque me sentía un poco incomoda con los mismos y los amuletos, no estaba acostumbrada a usar tanta joyería.

 

Estaba guardando un par de huevos que había congelado, cuando mi anillo detector de enemigos hizo que sintiera un cosquilleo en el dedo, avisandome de que algún tipo de peligro se dirigía hacia mi. Afortunadamente tenía la varita en la mano derecha como siempre y recordaba uno de los hechizos del libro del aprendiz.

 

-Espejo de niebla.- Dije en voz alta para que todos mis compañeros escucharan el hechizo y estuvieran convencidos que el siguiente era un hechizo que podía realizar.-¡Detritus!

 

A continuación una fina capa gaseosa de magia color blanca, rodeo mi cuerpo justo a tiempo para evitar que el fuego maldito impactara en mi y me hiciera cualquier tipo de daño. Si no me equivocaba, esta capa duraría un par de turnos por lo que me protegería de algún otro ataque que se le ocurriera a mis profesores, siempre que no fueran efectos.

 

Una lástima que estos hechizos tan avazados solo se pudieran usar una vez por duelo, porque ne realidad eran muy útiles. Sin embargo, no recordaba porque conocía ese hechizo. Recordaba algunas cosas de la Marca, pero hacia mucho tiempo que había olvidado lo relacionado con los duelos, ya no me metía en eso, hasta hace poco que un par de mortífagos habían interrupido la cita en la que estaba y ahuyentado a mi compañero.

 

-Profesor, ¿trata de matarnos de un susto?- Pregunté, más bien bromeando.-¿Cómo se quita este escudo?

 

Señale la capa gaseosa que me rodeaba, al ver que el fuego maldito había desaparecido. Esperaba que el hechizo anterior hubiera estado bien utilizado y en realidad me hubiera protegido del ataque, aunque si no lo había hecho, de todas formas me gusto probarlo.

 

Un montón de recuerdos vinieron a mi mente gracias a esa clase, mcuhas cosas vividas pero como todo, alguna vez tenía que haber teminado esa etapa, aunque sentía en ese momento que renacía en mi un curioso gusto por los duelos de los cuales me había olvidado.

 

Antes de que otra cosa pasara, me fije en mi mochila y la revise para ver si los huevos estaban bien. Así era yo, en lugar de asegurarme que no tuviera quemaduras por el dichoso fuego maldito, me preocupaba más el tesoro conseguido en la clase.

 

-De acuerdo, al menos ustedes están bien.- Le dije a los huevos, mientras protegida por el detritus y como si nada hubiera pasado, buscaba un lugar seguro para mi mochila.

 

Al menos estaba comprobado que los anillos funcionaban y los hechizos también, al menos eso esperaba.

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Tauro finalmente había correspondido al saludo de la bruja respondiendo de igual manera. Tenía la extraña sensación, una en que la conocía de algo más que el ministerio, pero por mucho que intentara recordar nada venía a la mente de la ex-mortífaga. Parecía mentira que, siendo jefa de uno de los departamentos en dónde se salvaguardaban los recuerdos, (y en ocasiones se hacía olvidar otros) yo, no fuese capaz de rememorar alguno en concreto que no fuese vista con ella en el Ministerio.

 

Se fijó en que, en alguno de sus gestos parecía tener algún tipo de relación con Leah, algo que le había producido curiosidad y al mismo tiempo inquietud. Eso le había recordado a cierto momento en el confesionario con Reena y en particular, no le hacía ninguna gracia. Pero tenía que concentrarse en la clase que estaba recibiendo. Le estaba agradando esas enseñanzas, pero sabía que no podía confiarse así cómo así de lo que les podían lanzar los profesores que estaban a cargo de eso.

 

Uno de los anillos que tenía aún colocado en uno de sus dedos de la mano derecha le indicaban peligro. Giró su cabeza y vi cómo la profesora atacaba a un trío de alumnos que estaban próximos a la vampira. Inmediatamente recogió de su morral de cuero que llevaba al cuello otro que sabía que sería de gran utilidad. Lyra fue más rápida y realizó una especie de hechizo y había conjurado otro. Veía con cierta recelo cómo una llamarada de fuego maldito había ido en su dirección y casi sin darse cuenta, otro venía al encuentro de la castaña.

 

No pudo evitar gritar del susto y rápidamente pensó en el conjuro:

 

<< ¡salvaguardia mágica! >> tenía confianza en el poder del aro. En ese instante brilló y no sintió el impacto del fuego maldito. Éste había traspasado su cuerpo incorpóreo gracias al efecto causado del potente conjuro y la llamarada impactó en una de las paredes cercanas a ella dejando una potente quemadura.

 

Suspiró. La verdad es que ya se podía esperar cualquier cosa. Pero para eso estaban, para aprender el manejo y el uso del libro que habían comprado todos en el Magic Mall.

 

- Bueno qué, ¿algo más? - protestó por lo bajo. Sabía que los maestros no tenían la culpa, pero en ese caso tenía que poner todos los objetos en sus dedos y que pareciese un puño americano. Un objeto de metal que usaban los muggles para "ciertas peleas". La verdad es que después de eso... Pensaba que irían a algún otro lado en vez de estar en esa aula. Después de ese sobresalto se sentía alerta y atenta a cualquier peligro que viniese. Sentía la adrenalina en su cuerpo a mil por hora.

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Mientras el tiempo parecía detenerse para algunos alumnos, para Heliké y Lyra era todo lo contrario. Zack aprobó las defensas que usaron las mujeres para librarse de los ataques, y con firmó que Lisa también estaba de acuerdo en que habían hecho un trabajo excelente. La primera fémina utilizó un hechizo del libro del aprendiz de brujo para invocar un detritus que la cubrió justo a tiempo para que las llamas del fuego maldito impactaran en la niebla mágica, lo único que se escuchó fue el extraño sonido de agua al entrar en contacto con aceite caliente.


—Bien hecho, Lyra — Dijo asegurándose de que la mujer tuviese aprobación pública. A continuación sonrió a causa de un comentario a lo cual tuvo que responder —Y eso no es nada, durante el resto de la clase trataremos de matarlos de distintas formas — Agregó también esbozando una sonrisa al final para que no sintieran la amenaza tan directa, aunque sus palabras eran totalmente ciertas. —Solo piensa en que se va, eso basta para que la niebla desaparezca — Aconsejó a la bruja que, antiguamente, había sido su compañera de bando y quizás por ello conocía el hechizo.


—Tú también lo hiciste bien, Heliké — Agregó desviando la mirada hacia ésta. Ahora comenzaba a solidificarse su cuerpo junto con las prendas de ropa que vestía. —Veo que has leído el libro — Dijo mientras volvía a intercambiar palabras con Lisa en un tono de voz muy bajo. Debían buscar la manera de que recibieran un ataque directo del cual tuviesen que hacer uso del hechizo “curación” o del amuleto. No tardaron mucho en llegar a un acuerdo.


—Absorvere —Murmuró rompiendo de forma violenta los huesos peroné en las piernas izquierdas de Lyra, Heliké, Sam, y Pik. Estos dos últimos seguían congelados, pero de igual manera recibieron el ataque. Los objetivos titubearon en su posición, perdiendo estabilidad ya que todos se encontraban de pie. El hueso perforó la piel desde el interior, por lo que necesitarían una curación inmediata.


—Hagan uso de su amuleto de curación o del hechizo correspondiente a este libro para solucionar ese grave problema — Bufó. Definitivamente aquellas clases eran un tanto extremas, y muy diferentes a las de Hogwarts, cosa que le agradaba al Ángel Caído, aunque no fuese sido tan acertado de su parte tener que atacar a Pik, menos en presencia de Tauro, pero ambos lo entenderían.

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El comentario de Zack de que nos iban a tratar de matar muchas veces en el curso, me hizo sonreir, de hecho no era nuevo para mi, muchos querían matarme de diferentes formas, más cuando les negaba algún producto en el Mall.

 

-Bueno, ya estoy acostumbrada a que me quieran matar.- Bromeé.

 

Recibí el ataque de Zack sin poder evitar soltar un grito y que me salieran unas lágrimas, odiandome por eso. Desde que había dejado todo lo relacionado con bandos atras, estaba más vulnerable al dolor que antes, curiosamente, parecía que la pierna estaba pudriéndose. Eso se me hacia extrañamente familiar, pero debía concentrarme.

 

Tenía puestos mis anillos y amuletos, siendo el amuleto más poderoso que el hechizo, ya que este solo equivalía a un episkey. El colgante tenía la forma de un topacio amarillo y aprovechando el conocimiento de primeros auxiliios , probe curarme solo con la imposición de manos.

 

-Veamos, funciona.- Dije mentalmente.

 

Puse las manos encima de mi rodilla herida, estando en el suelo sin poder evitarlo, pero no podían pedir que con semejante dolor, siguiera de pie. Empecé a sentir una gran energía que recorría mi cuerpo y llegaba hasta mis manos, buscando un lugar por donde salir. A pesar de que no había una luz o algo llamativo que dijera que el amuleto estaba funcionando, sentí los efectos curativos de este, sientiendo un gran alivio en mi pierna, por lo que dejaron de salir las lágrimas.

 

La neblina que me protegía había desaparecido, pero era obvio que no hubiera funcionado con ese hechizo. Suspire, poniéndome de pie y secándome los ojos. La energía que segundos antes había sentido, desapareció tras haber cumplido la misión de curarme. Esos hechizos me estaban gustando.

 

-¿Es impresión mia o es más poderoso el amuleto que el hechizo para curación?- Pregunté.

 

Espere la respuesta de mis profesores, pensando que en una próxima oportunidad tendría que vengarme del profesor, aunque sabía que todo lo que hacian en clase era por nuestro bien. Lástima que de no ser por los arañazos y mordidas no podía atacarlo de ninguna otra forma.

 

-Me agrada este amuleto, creo que el libro fue una buena inversión.- Murmuré-

 

Me gustaba, si, pero eso no evitaba que deseara que nunca más tuviera que utilizarlo, pero nadie podría asegurar que eso no pasaria. Al menos el miedo a los duelos empezaba a perderse y simplemente con eso, el curso y el libro habían valido la pena.

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—Tripio Sectusempra

 

Las pupilas del Macnair se dilataron tras el hechizo, era algo automático a la cual estaba acostumbrado desde hace años. Nunca lo sorprendería un ataque así y menos de ese nivel, pero no se encontraba en la situación habitual para reaccionar como siempre, si no hubiera sido por el ardor del anillo y la sensación de vacío en el estomago un par de segundos antes, el hechizo hubiera impactado. Como un animal, su reacción fue inmediata y sin meditarlo un instante, era un reflejo que había optado tras los años para sobrevivir. Pensó Necrohands al ver el destello del hechizo teñir la habitación y un par de manos fantasmales surgieron alrededor del Macnair, protegiéndolo.

 

—***** —soltó al final, dejando escapar un suspiro mientras escuchaba el intercambio de palabra de sus compañeras y el profesor—. Sería más fácil matarlos a ustedes y así no intentan matarnos —respondió, fijando la vista en Zack y regalándole una fina sonrisa, retándolo.

 

Pik se sentía extraño con los objetos y amuletos, nunca antes había usado tantos accesorios, por así decirlo. Eran como un estorbo en sus dedos, aunque la magia que brotaba de ellos le sorprendía, nunca pensó que un par de objetos fueran tan valiosos y podrían cumplir con tantas cosas. Se encontraba absorto en sus pensamientos y solo escuchaba un murmullo de veces en el fondo, como palabras que no encajaban y solo existían para no mantener en silencio la clase.

 

Y el dolor lo trajo de vuelta al mundo.

 

Soltó un gemido gutural y aprestó la mandíbula, aguantando el dolor. Por experiencia sabía que era mejor dejarse caer y no hacer una estupidez, como apoyar el peso en la parte afectada, por lo que se encontraba en el peso y con la pierna estirada, quieta, sin hacer ningún movimiento brusco. El Absorvere era un hechizo peligroso si no se curaba con rapidez, más si venía de un Ángel Caído. Debía ser el karma lo que estaba sucediendo en ese momento.

 

Podía curarse con un Episkey como de costumbre, pero detectó cierto brillo en los ojos de Zack que se lo negaron. Soltó un suspiro y se concentró en el amuleto, el cual, como había leído, poseía cierto poder curativo. Era una Curación muy similar a un Episkey, se concentró en su peroné y sintió el hechizo actuar. En cierta manera era más rápido que un Episkey, pero el efecto era el mismo. Tras realizar la curación movió el pie con desconfianza, si aun estar seguro de los poderes de esos hechizos.

 

—Al parecer si sirven, pensé que seria solo publicidad engañosa y que los anillos durarían un par de horas, pero parece que no —dijo, mirando con detalle el anillo en su mano—. Lyra, creo que el amuleto tiene el mismo poder de curación que el Episkey, solo que este actúa con mayor rapidez… así que en cierta forma es más veloz solamente.

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La bruja se sintió halagada ante las palabras dadas por el profesor Zack. Ésta no pudo evitar mostrarse orgullosa pero sabía que los maestros no tardarían en volver a la carga.

 

- Gracias señor - asintió con la cabeza hacia Zack.

 

¿Leer el libro? ¿Estaba de broma? Era cierto que, la ex-mortífaga le había hechado un vistazo pero sólo al primero, el segundo bueno, había algunas páginas en blanco. Había sido tal frustración el saber que no podía retener en su ¿memoria? esos hechizos que, había tirado el tomo al fondo del baúl hasta que le avisaron del curso.

 

Y ahí estaban con todos los trastos de los vademécum de magia arcana. Al menos había reaccionado bien y se había defendido del cóndor de fuego. Pero intuía que la cosa no pararía ahí. Era todo método de enseñanza, ¿acaso no había otros métodos? Se preguntó. Quizá viajes al pasado, al antigüo Egipto, o incluso a la Biblioteca de Alejandría. No, en su interior le decía que no era tan sencillo cómo parecía en un principio.

 

Llevaba en el cuello además de su morral de cuero, un amuleto, éste era hermoso, de topacio amarillo.

 

No sintió ni escuchó nada tan metida estaba en sus pensamientos hasta que...

 

Sintió un dolor agudo en su pierna izquierda, haciéndola caer y dándose un golpe en el trasero. De ser humana, tendría un buen morado en sus partes nobles (xD).

 

- ¡maldito cerdo zarrapastroso! - no pudo evitar soltar esos improperios. Se fijó en que su extremidad estaba partida por la mitad y el hueso se salía de su sitio. Se sentía furiosa tanto por el dolor provocado, cómo por no verlo, debía de haber usado el anillo detector del peligro pero ahora había sido tarde. Quizá al tutor le haría gracia esa situación pero a la bruja no le hacía ninguna, no veía el chiste por ningún lado.

 

Intentó levantarse pero el dolor que sentía era demasiado fuerte para sostenerse incluso con las dos manos. No, debería de pensar en otra cosa. <<¡El amuleto! >> Pensó para sí... Definitivamente estaba falta de reflejos mentales. Sabía que lo llevaba puesto pero no pensaba en tener que usarlo tan pronto.

 

Se acordó de las palabras dichas...

 

- sí, atajar el problema - murmuró rabiosa. En ese momento pudo lanzarle un hechizo fuerte que lo hubiese dejado "inutilizable" por decirlo de algún modo, pero sabía que ese no era el camino. Estaban ahí para "aprender".

 

Escuchó las palabras de Lyra y de Pik y se fijó en éste último. No debía de manejarse por sí misma. Sacó el medallón del cuello y lo llevó a las manos agarrándolo fuertemente y situándolo cerca de la zona herida. Pensó rápidamente en el hechizo adecuado 'curación' y rogó con todas sus fuerzas que el poder de ese objeto fuese lo bastante grande, porque el mal que sentía la sacaba de sus casillas.

 

Se fijó en que empezaba a brillar y después de abrir los ojos notó cómo el hueso había vuelto a su sitio. No sentía nada en esa zona pero no confiaba mucho. Se levantó del suelo con ambas manos, un poco miedosa pero sin mostrarlo ante los demás...

 

- ¿Acaso, le gustaría que le enseñara el poder de los venenos en mi clase, señor? - pregunté directamente hacia Zack. En mi cara se mostró una sonrisa malévola, de lo que no hacía presagiar nada bueno.

 

- Creo que por su bien, es mejor que no tenga muchos enemigos - rió por lo bajo, y fijó la mirada al brujo que le había lanzado el hechizo parta-huesos (xD) - aunque ésta sea una clase para enseñar éstos amuletos, considero que hay otros métodos - refunfuñó por lo bajo. Había estado alerta y no había sido suficiente. ¿Qué otras cosas más pasarían en ese aula? La bruja no podía saberlo.

Editado por Helike Rambaldi Vladimir
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