Mansión "Ojo Loco" Potter Blue (MM B: 78439)

[Matt Blackner]

Tardó un poco en contestar y cuando lo hizo trató de sonar segura, normal...pero en seguida noté que había algo extraño en su voz, más aun con aquella confesión que hizo.

 

Traté de encontrar a jack allí, pero no lo sentía. Imaginaba qeu el fantasma estaba en la Potter Black con Ithilion, puesto qeu era muy raro no sentirlo cerca de Sagitas. Miré a Fenrir, que daba vueltas gimoteando frente a la puerta.

 

Fruncí el ceño, oyéndolo aullar de forma lastimera.

- Venga ya...beber y llorar son dos cosas qeu nadie debería hacer solo, sabes? - sije. Era un poco raro hablarle a una puerta cerrada, pero esperaba convencerla.

 

Fenrir volvió a la puerta. Esta vez se puso de pie, rascando la puerta más arriba. Era un animal enorme, asi que no tenía problema para alcanzar el pomo de la puerta. El lobo sabía abrirlas aunqeu claro, su coordinación no era demasiado buena. Logró encajar la pata y tiró de ella, intentando abrirla aunqeu sin resultados.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Estaba sentada en las escaleras de entrada con mi hijo en brazos envuelto en una manta azul celeste, acariciaba los suaves rizos de su cabello mientras le veía dormir, solo tenía tres mesecitos de vida y seguía creciendo cada dia, cada minuto. Traslade la vista de su boquita que estaba ligeramente abierta mientras respiraba y lo acompasado de su respiración, pase mis dedos por su rostro en una caricia suave y luego hasta el centro de mi pecho donde la cicatriz irregular del ataque había quedado, suspire y mire al cielo recordando el día de su nacimiento.

 

Estaba en la Mansión, regodeándome de mi miseria por la ruptura con Sean cuando rompí fuente, empecé a gritar llamando a mi madre mientras los golpes de Sean Junior en mi vientre se hacían más constantes tratando de salir, mi madre solo necesito verme y ver la mancha del líquido amniótico para ponerse en modo sacerdotisa y comadrona.

 

Me habían acomodado en el sofá más grande de la mansión porque hacer un viaje escaleras arriba habría sido mortal para todos y en los nacimientos cada segundo contaba, mi madre me había roto el vestido para dejar libre mi vientre y había retirado toda la ropa de la cintura para abajo cuando empecé labor de parto, mi prima Helike había tratado de mantener estables mi respiración y ritmo cardiaco y Matt había estado corriendo de un lado a otro tratando de alcanzar todo lo que mi prima y mi madre le pedían.

 

Había escuchado las órdenes y los gritos de un modo muy lejano, como si fuera algo desconectado a mi, solo había dos órdenes que había tratado de seguir, una era respirar y la otra pujar. En un momento sentí que algo se me habia rasgado en mi vientre y me senti ir a una oscuridad tan profunda que era una mezcla entre paz y terror.

 

Paz porque ya no sentía dolor, terror porque no quería dejar a mi hijo solo, ni a mi madre, mi familia entera, escuchaba los gritos de mi madre y el llanto de mi niño, me aferre a eso, a esos sonidos, choque de espadas, gritos de los presentes y un golpe de energía en mi cuerpo, después me di cuenta que era el Demonio parasitario que había muerto, que mi familia había matado para salvarme.

 

Abrí los ojos y vi el rostro de mi madre con una pequeña marca de sangre en su rostro, le sonreí y traté de articular las palabras pero mi madre sabía que quería ver a mi hijo. Mire su cuerpo perfecto, su rostro, su piel... su cabello abundante y me di cuenta que haberme tomado la poción de mi padre antes había sido un gran acierto.

 

La recuperación después fue un poco ardua, me obligo a estar en cama por algo más de tres meses por lo que casi había tenido resguardada en la habitación con SJ, pero fue satisfactorio, ver a mi hijo crecer, mi cuerpo regenerarse aunque eso no evito que me quedara la cicatriz pero estaba orgullosa de ella porque significaba que había ganado, que había vivido, lo único que me dolia aun era la ausencia de Sean en mi vida y en la de mi hijo.

 

Regrese al presente cuando escuche el sonido puchero que mi hijo hizo cuando se despertó, le abracé acercandolo al calor de mi cuerpo, acaricie su rostro con el dedo:

 

-Eres lo mejor de mi vida... - me levante de las escaleras y me encaminé dentro de la mansión para acomodarme en la mecedora cerca de la chimenea y empecé a darle de comer a mi hijo.

[Sagitas E. Potter Blue]

Llevaba un tiempo agotada. En verdad, aquellos últimos tres meses habían sido para borrarlos del calendario. Seguro que había un hechizo para eso. Pero entonces sentí un gemidito en la habitación donde habíamos puesto la cómoda a mi hija Perenela, para que pudiera amamantar al bebito con comodidad y olvidé todo lo que había pasado en aquel tiempo.

 

Sonreí, orgullosa. No lo diría delante de nadie, eso seguro, pero estaba enamorada de mi nieto. Aquel pequeñín me había dado una alegría que hacía tiempo que no sentía, aquel despertar el sentimiento matermal (aunque en realidad era una abuela, ¡¡una a-b-u-e-l-a!!) que me hacía babosear más que él. Busqué el origen de la voz y me acerqué despacito a mi hija. Estuve un tiempo quieta, observándola.

 

A pesar de todo lo sucedido, seguía siendo la más bella muchacha del pueblo, de eso no tenía ninguna duda.

 

Carraspeé levemente:

 

-- Cariño, si te encuentras con fuerzas, deberíamos ir a comprar ropita para ese pequeñín, que está creciendo cada día. Si no quieres salir aún... Ya voy yo sola al pueblo.

 

En realidad, temía que saliera. Los rumores decían que Sean había vuelto al pueblo. Un rictus cruzó mi frente pero desapareció enseguida. Me acerqué a los dos y sonreí de nuevo.

 

-- ¿Has comido algo? Si no comes, tu leche no será suficiente para alimentar a este chiquitito tan bonito -- canturreé, intentando coger una manita de mi nietecillo.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

No pude evitar sonreír a la voz de mi madre, ella era... perfecta. Si no había otra mujer mejor en el mundo entero y eso ya era decir demasiado y si tenia la certeza que todos los hijos decían eso de sus madres pero es ninguno de los otros hijos había conocido una madre tan buena con Sagitas Ericen Potter Blue. Su olor de Naranjas dulces me envolvía como una manta y al parecer SJ también empezaba a diferenciar los olores porque se desprendió del pecho donde succionaba para mirar alrededor y agarrarse a una hebra del cabello morado de mi madre, le sonreí a mi pequeñín mientras le contestaba a mi madre:

 

-Bueno podemos ir al pueblo, ya puedo caminar sin cansarme y al parecer mi corazón esta un poco mas fuerte que antes... no me agoto tanto, aunque creo que vas a tener que ayudarme a cargar a SJ en algunos momentos del recorrido si llego a cansarme, debemos pensar en comprarle un cochecito para transportarlo, seria mas fácil y no tendría que tenerlo en brazos todo el tiempo - trate de desenredar la mano de mi hijo del cabello de mi madre pero SJ apretaba un poco su manita, miré a mi madre pidiéndole perdón con los ojos por eso, acerqué el seno a la boca de mi hijo y el volvió a prenderse aun sin soltar a mi madre, volví a sonreír:

 

-no, no he comido nada desde anoche, esta mañana salí a dar una pequeña vuelta por el jardín y acabamos de regresar pero SJ es exigente, en eso es igual a su padre... las cosas cuando el las quiera- Acaricie el rostro de mi hijo y suspiré, no sabia nada de Sean y la verdad es que no sabia si quería saberlo, hice una mueca, un rictus de fastidio:

 

-¿Hay alguna posibilidad, mami, de que pueda pedir un traslado de departamento? Ya sabes no seguir trabajando en Accidentes, no quiero ver a Sean por un tiempo ni que el piense que el trabajo es una excusa para acércame a él o intentar exigirle nada de SJ, a mi hijo lo crío sola, si tengo tu apoyo, si tengo tu ayuda y la de mis hijas mayores podre hacer de SJ un niño muy educado, trabajador y laborioso desde el inicio... un mejor mago, y no necesito un hombre a mi lado para eso.

 

-Y si SJ quiere ver y conocer a su padre no le negare el derecho, pero será cuando el niño quiera, no le negare ese derecho a mi hijo pero no quiero que Sean piense que le estoy presionando de algún modo para que se haga cargo de mi bebe - le enuncié enfáticamente - Así que si es posible que pueda hacer el cambio de departamento... no se, mueve tus influencias del mas allá, habla con mis abuelos Crazy y Misty, sabes la influencia que ellos tienen en el Ministerio o tal vez no se.. con alguno de tus amigos o puedo trabajar contigo en alguno de los negocios... pero no quiero a Sean cerca de mi, de mi hijo.

[Sagitas E. Potter Blue]

Para ser un chiquitín, SJ tenía fuerza. Sin embargo, no protesté cuando agarró un mechón de mi pelo violeta y tiró de él. Al revés, se me cayó más aún la baba con el pequeñín de la casa. Se lo hubiera quitado ahora mismo.

 

-- ¿Seguro que estás fuerte para pasear? Podemos ir en carruaje tirado por Aethonats, así irás sentada. Aunque reconozco que no me importaría tomar a SJ en los brazos. Este bichito me ha robado el corazón.

 

Otro tirón de pelo. No solté ningún gemido sino que empecé a mover los dedos delante de los ojos del crío y dije lo típico que hace toda persona mayor que parece boba ante los bebés:

 

-- ¡Cuchi, cuchi, cuchi...!

 

Pero las palabras de Perenela me hicieron fruncir el ceño y levantar la cabeza de forma brusca. La mano del bebito se estiró con demasiada fuerza y soltó el mechón. Soltó el pezón de su madre y miró hacia arriba, aunque aún no sé si era capaz de distinguirme. Parecía que iba a ponerse a llorar pero después siguió comiendo, aunque estiró su manita de nuevo hacia arriba. Le puse un dedo en ella y se aferró. Era precioso. Pero yo seguía enfurruñada.

 

-- ¿Tenías que mencionarlo? -- intenté no sonar muy brusca para que SJ no notara el tono de enfado que tenía. -- El niño no necesita a ese hombre. Que no se presente a buscarlo porque lo parto en cachitos. No necesita nada de nada de él. Es un Potter Blue y un Malfoy.

 

Este último apellido lo dije entre dientes.

 

-- Dime dónde quieres trabajar y conseguiré que te admitan en el trabajo pero no quiero a ese hombre cerca. Tenlo por seguro. En cuanto lo pille en algún sitio, lo mataré con mis propias manos.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Sonreí con fuerza ante mi madre y mi hijo cuando ellos estaban embobados el uno con el otro, mi madre adoraba a su nieto y era feliz teniéndolo en casa, podría caminar y estaba feliz de tenerlos cerca... a mi familia entera. Aun así fruncí el ceño ante el enfado de mi madre hacia el padre de SJ, pero no podía culparla, Sean nos había hecho mucho daño a mi, a mi familia...

 

- No se donde mas pueda trabajar mami, solo he trabajado con la familia, no tengo conocimientos mas allá de la adivinación, los estudios muggles e idiomas no tengo ningún otro conocimiento, por eso era fácil para mi trabajar en accidentes, tengo un conocimiento muy básico de pociones, lo que pude aprender experimentando en el laboratorio de la tía Haya con los libros de mi padre y bueno todo lo que he aprendido en tus negocios, pero eso no me ayuda en el Ministerio. -Frote mi cabeza tirando de mi cabello al mismo tiempo que evitaba llorar, odiaba la depresión postparto

 

-No se, no se que voy a hacer... pero no me puedo quedar desempleada, mi hijo requiere cosas que solo su madre va a poder darle y para ello necesito una entrada de dinero, no puedo gastarme lo que tengo en la bóveda ni la fortuna que me dejo mi padre por que eso es para garantizar su futuro y el de mis hijas cuando muera y necesito garantizar que a SJ no le vaya a faltar nada y me preocupa eso - limpié una lagrima en mi rostro y traté de respirar mientras veia a mi hijo comer con el dedo de mi madre entre su manita y unas hebras de cabello morado entre sus dedos

[Sagitas E. Potter Blue]

Escuché, muy sorprendida, toda la pena que sentía Perenela. Intenté no mostrar el desagrado que me producía que hablara de su padre, a quien yo no había podido perdonar a pesar del tiempo pasado. Pero no podía permitir que mi hija estuviera así de triste. Así que le puse una de las manos en la rodilla, la libre, con cuidado de que el niño estuviera bien sujeto y no pudiera caerse, para animarla un poco.

 

-- Nunca una Potter Blue ha tenido ni tendrá problemas económicos. No quiero que te preocupes por nada de eso, mi niña. Del tema económico, deja que mami se ocupe. SJ nunca tendrá problemas, sabes que los Potter B cuidamos de los nuestros. Tú a mejorar y a sanarte del todo y a cuidar del niñito. Del resto, me ocupo yo.

 

El niño seguía acariciando mi pelo, con algún tirón que otro, pero sin dejar de succionar el pezón de su madre.

 

-- Le voy a decir a Harpo que te haga unos caldos de pollo que te ayuden con la leche. Le añadiré algunas gotitas de una poción que me daba mi madre cuando tuve a Ithilion. Ya verás que guapo que crece...

 

Añadiría alguna gotas de poción felix felicis, porque la notaba algo pachucha de ánimo. La depresión post-parto era algo habitual en las parturientas pero Perenela ya llevaba tres meses que no levantaba cabeza.

 

-- Trabajarás en lo que quieras, cariño, pero antes has de mejorar, no tengas prisa, mi cielo.

 

No quería que se preocupara por nada, pero la entendía perfectamente. La entendía mucho. Me recordaba cuando lo pasé tan mal con el recién nacido, Matt, cuando me lo robaron. Apreté los dientes y permanecí en silencio, intentando centrarme en mi niña y su hijo.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Limpie las lágrimas de mi rostro mientras escuchaba a mi madre tratando de darme ánimos, negué con la cabeza, sabía que mi madre como madre y matriarca iba a ayudarme a solucionar todos mis problemas pero no era justo, tenía que empezar a hacerme responsable de mi vida y de la de mis hijos; no sólo SJ sino también de Cirse, Alessandra y Ginny y aunque ellas tres ya eran mayorcitas yo era responsable de ellas en todos los sentidos.

 

Alcé la vista para mirar los cuadros que rodeaban la estancia y la baje de nuevo para posar una mano sobre la de mi madre que estaba sobre mi rodilla, le acaricie el cabello violeta y vi como a mi hijo se le cerraban los ojos, lo acomode mientras acomodaba mi ropa e hice todo el ritual habitual de sacarle los gasesitos, volví a prestarle atención a mi madre:

 

-Te agradezco toda la ayuda mami, pero la verdad esta es una responsabilidad que tengo que asumir, ya va siendo hora de que vele por las responsabilidades de mis hijos, te agradeceré toda la ayuda que puedas darme pero tengo que ser productiva otra vez, necesito conseguir un empleo, tal vez deba volver a la universidad mágica tal vez especializarme en algo más u ofrecerme de aprendiz en algún otro departamento del Ministerio, pero necesito hacer algo que me ayude a centrarme, no puedo seguir a la deriva, no así.

 

Le pasé el niño a mi madre para que lo cargara y me levanté de la silla para caminar por la estancia, pensaba mejor en movimiento, como mi madre y tres meses en cama era demasiado, además de lo traumático que fueron los últimos meses del embarazo, vi a mi madre feliz con el niño en los brazos:

 

-No puedo permitir que Sean ni ninguno me vea derrotada, menos su familia o él podrá alegar ante una corte mágica que no estoy apta para cuidar a SJ, no quiero que nada me separe de mi hijo y se que eso puede llegar a ser improbable porque todo el mundo te respeta pero Sean nos tiene inquina y se que quiere ver a su hijo, pero yo no soy ni estoy fuerte para pelear con él... Tengo que rehacer mi vida, tengo que tener cimientos fuertes sino quiero que nadie me derrumbe.

 

Me crucé de brazos, mi pecho estaba enorme por la lactancia y se sentía incómodo tener unos senos de vaca lechera, pero sabía que era temporal y que debía acostumbrarme un poco a eso por el bien de SJ, fijé la mirada en mi madre y mi hijo:

 

-Necesito tu consejo, como madre, como matriarca, como sacerdotisa, como vidente... ¿Que puedo hacer? y por favor no me digas que quedarme en casa y descansar, ya he tenido tres meses de descanso y es suficiente, no me importa llevarme a SJ a todos lados, no me importa comprarme uno de esos canguros para llevarlo todo el día encima pero no puedo ya quedarme quieta.

[Sagitas E. Potter Blue]

No soporto ver llorar a Perenela, su forma de hablar era madura pero no podía permitir que ella siguiera hablando así, como si ella tuviera que hacer todo sola. La dejé hablar pero negué con la cabeza para evitar que pensara que estaba de acuerdo.

 

-- Responsabilidad, responsabilidad.... No sé lo que pasa por esta cabecita, querida, pero sabes que tienes tanta responsabilidad hacia tus ojos como yo hacia los míos, así que yo también soy responsable de la familia. Y pienso ayudarte en todo, sabes que nunca vais a pasar hambre ni necesidades de ningún tipo. Ahora... Te entiendo perfectamente en querer ser autónoma y poder cuidar de los tuyos. No te abandono; lo contrario, te apoyo hasta el final. Si crees que puedes dedicarle tiempo al Ministerio para tener un salario fijo, haré todo lo posible para que entres y trabajes.

 

El tacto de su mano no era cálido. Parecía que el frío se había adueñado de ella, o de la habitación, no sé... Me sentía muy preocupada por ella y por los niños. No podía ponerse enferma, no podía permitirse caer en depresión o lo que fuera. Tenía que estar entera. Tomé a SJ con cariño y contemplé su cara dormida. Era un niño precioso, que no se parecía en nada a su padre (me negaba a eso, hum). Se parecía más a su abuelo. Suspiré al darme cuenta de lo que pensaba. Sonreí a Perenela y mecí al pequeño.

 

-- Ese hombre no aparecerá por aquí, eso te lo prometo.

 

SJ pareció notar las palabras apremiantes de su madre y se revolvió un poco entre mis brazos. Le mecí de nuevo, bamboleando el peso de mi cuerpo de un pie a otro, adquiriendo una rítmica cadencia que tranquilizara al niño. Después susurré un "shhhh" suave para tranquilizarle. Para tranquilizarla. Le contesté, con voz baja y cantarina, con el que terminar de dormir al bebé pero sin dejar de contestar a mi hija.

 

-- Como madre tengo que decirte que no salgas de casa, que no te muevas del jardín y que los elfos te cuidarán y mimarán de forma continuada, a ti y al niño. Pero sé que no es justo para ti. Ya he pasado yo por eso y... Ciertamente, no hubiera permitido que nadie me dejara en casa sin salir. Por ello, accedo a que presentes tu postulación para el Ministerio, pero me has de prometer que cada día tomarás un tiempo para dar el pecho a SJ. Tienes derecho a un tiempo reducido de trabajo por maternidad.

 

Levanté el dedo índice para obligarle a que se callara. Después, con él, le puse el dedo en los labios a SJ, quien pareció buscarlo.

 

-- Tiene hambre. ¿Estás bien o prefieres que le demos un biberón? Y por supuesto, nada de canguritos, para eso tenemos carricoche de paseo. Y ni se te ocurra llevarlo tan pequeño al Ministerio. Allá hay de todo, desde brujos sucios que no se lavan a criaturas que han de ser registradas. No arriesgarás la salud del niño porque tú seas una tozuda, hija mía. Te dejo salir a trabajar pero nada de sacar al niño fuera excepto de paseo.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Empecé a negar con la cabeza mientras veía a mi madre hablarme con un tono tranquilizante que usaba para que SJ se quedara profundamente dormido. Era encantador ver a mi madre consintiendo a mi hijo, pero sus palabras crearon un surco en mi frente, pase los dedos para fortar mi ceño y evitar que se me formara una arruga prematura, cosa que ya estaba considerando debido a los sucesos anteriores.

 

Tenía frío y hambre, pero esas cosas podían esperar, ahora más que nada debía concentrarme en lo que decía mi madre, sabía que ella tenía la razón pero ambas éramos igual de tozudas y tercas e iba a ser una gran sesión de debate lograr que ambas llegaramos a un punto medio:

 

-Esta bien, te prometo que estaré muy pendiente de las comidas de mi hijo, podemos organizar un horario para que tenga seno tres veces al día, antes de salir, a la hora de almorzar y cuando regresemos a casa y podemos conseguir una fórmula para darle biberón el resto del tiempo, pero no puedo separarme demasiado de él, no quiero que nadie más cuide de mi hijo que no sea yo, así que voy a llevarlo al ministerio, así sea medio día y que Kiwi se quede la mañana con él en casa.

 

Me crucé de brazos, y frote levemente mis brazos desnudos, hice una mueca mientras pensaba un poco y decidí que ya puestos en esto iba a poner todos mis pensamientos sobre la mesa:

 

-He estado mirando las postulaciones del Ministerio y puedo aplicar para varios departamentos, no volveré a accidentes pero de seguro pueden aceptarme ya sea en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional si la actual directora, que no se quien es, me acepta o tal vez en la oficina del Ministro si mi abuelo me escribe una recomendación para que me acepten. - Suspiré mientras sacaba los pergaminos con las solicitudes - Alguien me dijo en el ministerio que El departamento de misterios necesitaba nuevo personal pero no se... creo que mi adivinación no está tan avanzada para siquiera intentarlo, estaba pensando que más bien podía presentarme para Transportes y Deportes Mágicos pero los chicos dicen que se requiere mucho papeleo... así que estoy confundida y lo único que tengo seguro es que no volveré a Accidentes