Atelier de Hestia (MM B:108403)

[Emmet Haughton Gaunt]

Sonreí de manera provocativa mientras mi mano pasaba por todo mi cuerpo haciendo movimientos para provocarlo. En ese momento sólo eran uno solo los dos y lo único que el vampiro quería era estar con su prometido dándole amor toda la noche sin importar lo que tuviera que hacer. Sólo quería complacerlo y se iba a esforzar por dar lo mejor.

 

- Ya no lo estas amor. Creo que la presión te hizo mal.

 

Me acerqué con una sonrisa y le mordí el cuello de manera provocativa mientras lo tomaba de la mano y lo llevaba al sillón más largo que allí tenía.

 

- Ahora, ya que yo tengo el control, sólo quiero que te acuestes y disfrutes de lo que yo haga para ti.

 

Cada una de las palabras que salía de la boca del Nigromante iba cargada de placer. La conexión que tenía con el hombre que tenía en ese momento era increíble y jamás la había sentido con alguien.

 

Dejó que el Licaón se terminara de acostar en el sillón y allí lo tenía todo para él. Servido como si fuese la cena de todas las noches sólo que con la diferencia de que ambos iban a disfrutar de lo que iba a pasar. El vampiro fue directamente hacia la boca del Licaón mientras se colocaba encima de él. Sus manos bajaron hasta la parte íntima del muchacho y comenzaron a dejar masajes haciendo que se comenzara a endurecer. Era exactamente la reacción que quería.

 

- Ahora es mi turno.

 

Se separó de su boca y comenzó a marcar un camino de besos, pasando por el cuello, bajando por todo su abdomen hasta llegar a su destino, aquella parte tan provocativa y sensible del licántropo. Sólo bastó con comenzar a jugar con su lengua por encima de la parte de su prometido para comenzar a saborear por completo lo que tanto estaba buscando. Era como si estuviera reclamando un premio. Bastó sólo con su boca para comenzar a darle placer a su novio.

 

@Darius

[Thoth]

 

 

Su cuerpo se estremecía con cada sensación que le hacia su prometido, a pesar que no había dado en el punto clave, pero si el punto sensible de su cuerpo, le era más fácil que su manos se encontraran atadas, pues deseaba hacer algo que no podía, su cuerpo pedía algo más, pero respetaba la última palabra de su compañero de juegos, al parecer este se encontraba realizando un gran trabajo, pues todo su cuerpo comenzaba a vivir, pero no era más que impulsos, sin embargo, con cada roce le hacía llegar al cielo y bajar, no sabía hasta cuanto tiempo se podía controlar.

 

Por lo que busco la calma en su mente, evocando una melodía y así logro, pues todos sus sentidos se calmaron, logrando dormir aquello que se había despertado, dado que le deseaba que el mismo se esforzara, le deseaba hacer sufrir, hacer pensar que este ya no era de su interés, por lo que su cuerpo con esfuerzo no reaccionaba a cada movimientos, pero para eso tuvo que cerro los parpados, dado que necesitaba toda concentración en el hecho. Y lo que si era notorio, era lo que había cambiado su respiración.

[Emmet Haughton Gaunt]

Al día siguiente del encuentro.

No podía sacarse de la cabeza el último encuentro que había tenido con el hombre que amaba. Sus cuerpos se reconocieron desde el primer momento como si hubiesen estado juntos en una vida pasada. Las caricias que cada uno se expresaban eran únicas e irrepetibles haciendo que sus cuerpos se despertasen de un sueño profundo. En el caso del irlandés uno de los mejores momentos que podía haber vivido con el Licaón debido a que en cada caricia el vampiro le había expresado cada uno de sus sentimientos en su faz más natural y verdadera. Era hora de poder sentar cabeza y sabía que con Darius lo iba a lograr ya que no quería seguir siendo utilizado como si fuese un simple objeto que uno usa y deja botado en algún rincón.

 

Entre ellos dos existía una conexión única que jamás había podido sentir antes. Nunca había logrado sentir algo así. A Darius lo había visto en aquél encuentro cuando apareció en este mismo lugar y, desde allí, no pudo sacárselo de la cabeza. Después fue alumno suyo en una clase de magia avanzada en la Universidad y, volver a verlo ahí, despertó la sed y las ganas de tenerlo consigo. Y ahora iba a ser para toda la vida.

 

Un pequeño ruido lo sacó de su estado de ensoñación haciendo que se golpeara su rodilla contra la orilla del escritorio. Soltó un gran insulto al aire mirando al pedazo de mueble con desprecio como si eso fuese a hacer más aguantable el dolor que sentía en su rodilla derecha.

 

- Ya llegaron las cajas

 

Soltó mirando las siete cajas de cartón que habían aparecido en su negocio. Los pedidos que el Ivashkov había realizado a fábrica estaban listo para ser desempacados y puestos a la venta. Sonrió. Era la mejor excusa que tenía para poder llamar a Darius y volverlo a ver pero esta vez para que pudiera ayudarlo.

 

Esmeralda, su hermosa lechuza, estaba en una esquina dentro del local. El Nigromante se le acercó y, suavemente, besó su frente haciendo que ella despertara abriendo sus hermosos ojos azules como los del vampiro.

 

- Pequeña, quiero que vayas a avisarle a Darius que lo necesito en mi local. ¿Me ayudas?

 

No pasaron ni dos segundo cuando Esmeralda salió por el local del mortífago cuando terminó de pronunciar el pedido.

 

@Darius

[Thoth]

 

 

Y arqueando la ceja escucho la orden ¿acaso era la vida de casado de esa forma? Ya que suponía que estaba viviendo el noviazgo, junto con el compromiso, por lo que simplemente cerró parpados, suspirando levemente, se levantó del suelo y camino a donde se encontraba su prometido. El mago usaba la ropa de ayer, por lo que con un simple hechizo cambio su atuendo a uno más práctico para la ocasión, allí clavo la mirada en este, evocando en su mente los momentos vividos. Pero no produjo palabra alguna, simplemente fue ayudar.

 

Cargo como esclavo una caja y la llevo a donde este le había indicado, en todo momento desvió la mirada de su prometido, dado que le había dado algo de pena estar desempleado, al menos en unos de sus negocios, no lo culpaba, simplemente descuido el mismo y cayó en la bancarrota, ya tenía planes para otro y estando en ese sitio, pudiera comprar algunas cosas para el mismo. Por lo que su fortuna se encontraba limitada.

 

Al pasar un rato en oficio se dio cuenta, que algo le faltaba, era extraño, su cuerpo clamaba por algo de sed, y regresando donde el Gaunt o el apellido que tenía, pues para ese entonces solo llamaban por su nombre y no por otro, aunque debería colocarle un apodo, como a otros que había conocido, pero no sabía cuál debería ponerle, pero tampoco le pensaba preguntar, por eso el silencio sepulcral.

 

-¿No tienes nada refrescante?- Indago, a @Emmet Haugthon Gaunt , mientras que le desviaba la miraba, pues no sabía que decirle, ya que ni los buenos días le había comentado, por lo que simplemente se concentró con lo que debería hacer, esperando así concentrar su mente en otra cosa, pues todo lo que implicaba trabajo , le parecía aburrido, lo extraño era que había conjurado nada, para hacer el esfuerzo físico, por lo que simplemente lo realizo como un muggle, inclinándose y recogiendo las cajas del suelo.

[Emmet Haughton Gaunt]

Esmeralda había retornado a su lugar dentro del local del vampiro. Emmet terminó de anotar el stock de los productos que habían llegado a su local con el último pedido y se dirigió a donde estaba su lechuza que no dejaba de ulular y agitar sus alas.

 

- Muy bien pequeña. Te lo has ganado.

 

Acarició las suaves plumas y le entregó un pequeño roedor como premio por cumplir con el mandado que se le ordenó.

 

Darius había bajado las escaleras. El egipcio se había quedado dormido después de la noche de pasión que ambos había tenido pero lo que más le extrañó al Ivashkov fue su manera de presentarse ante él; eso lo dejó helado. El Licaón se había puesto a cargar las cajas de un lado para otro sin saludar al vampiro apenas llegó al salón de ventas. ¿Había dicho o algo malo ayer en la noche que hizo que Darius se pusiera así? Ni siquiera una mirada de aquellos hermosos ojos obtuvo y él siempre la buscaba para lograr aquella conexión que existía entre ellos.

 

El mortífago se separó del lugar de su lechuza y se quedó mirando a su novio. No iba decir nada todavía. Sólo se limitó a servirle un vaso de jugo de naranja natural con algunos hielos para que el licántropo saciara su sed.

 

- Aqui tienes.

 

No se limitó a agregar más palabras. Se acercó a él y extendió su diestra para pasarle el vaso.

 

Su novio era un universo lleno de misterios que todavía le quedaba por descubrir. Pero no podía hacerlo sin ayuda si él no colaboraba y venía por sí solo a decirle que es lo que le pasaba. Parecía un robot que iba de un lado a otro llevando cajas de cartón rellenas de productos decorativos. Emmet volvió detrás del escritorio apra terminar de anotar el stock y que todo quedara en orden antes de que comenzara la venta.

 

- ¿Ni un beso me darás hoy?

 

Su orbes azules no se levantaron para hacer contacto visual con el Licaón. Continuó rasgando la hoja con la pluma mientras esperaba la respuesta de su novio.

 

@Darius

[Thoth]

Melodía:

https://www.youtube.com/watch?v=39DNaNAMKAU

 

Tomo el trago y siguió en lo suyo, ignorando las últimas palabras de su prometido, por lo que siguió caminando en un perpetuo silencio sepulcral, su mirada se encontraba esquiva con la de él. En la mente del egipcio deseo estar en otro lugar, pues no deseaba lastimar al ser que amaba, pero no tenía palabras que decir, todo ya se había dicho. Era posible que doliera ese silencio de amor, pero era necesario callar.

 

Allí una melodía rompía cada paso del egipcio, esta no se sabía de donde provenía, quizás era todo lo que el licántropo deseo escuchar, ya que a cada nota derramo una lagrima, pero su amado no lo observo, pues ya se encontraba de espalda a este, guardando los objetos en los estanterías, introduciendo en el más profundo misterio y con cada gota derramada un suspiro le acompañaba.

 

Ya se encontraba lejos del mismo, dado que fue absorbido entre los muebles que le ocultaban, era posible que ello signifique el fin o el inicio, algo tramaba pero ¿Qué era? ¿Por qué la indiferencia? Era ello producto de su naturaleza salvaje que proclamaba en todo su interior ser libre, era esa la maldición de la familia Licaón, en herir a los seres que amaba, pero ¿Qué pudiera significar ese silencio?

 

Exhorto de toda palabra, se agacho y bajo la mirada, cayéndole aún lagrimas del rostro, su respiración seguía normal y su mirada se encontraba perdida, saco su varita y en ese rincón, cayeron lentamente pétalos blancos manchados de sangre, los mismos se desaparecían antes de impactar al suelo y volvían a parecer, la magia era simplemente hermosa, pero nadie la observo.

 

Este soltó la varita, y la misma rodo con lentitud y se desplomo en el suelo, algo cansado del trabajo que había hecho, allí elevo la mirada al techo pensando en la persona que amaba y pensando las palabras que debería decir, para que le perdone y que se olvidara de él, era mejor no estar, pues temía lastimarle más. Y toda esa agonía la vivía en su interior, pero no deseaba separase, pero debería.

 

Se quitó la alianza de su dedo y la dejo rodar por el suelo, la misma llego a la vista de @@Emmet Haughton Gaunt ¿Esto significaría que no había boda? ¿Qué había pasado? ¿Qué era lo que sucedía? Y al caer completamente el anillo, termino la música del piano. Por lo que con ese sumo silencio, se escuchó con gran eco las caídas de las lágrimas del mago, cada una era más doloroso el sufrimiento hasta el punto que ahora eran de sangre sus lágrimas, la sangre creo un pequeño charco alrededor de su rostro.

Editado 23 de Enero del 2017 por Darius

[Emmet Haughton Gaunt]

Una melodía había comenzado a sonar de la nada. No sabía de donde venía la música pero se detuvo cuando el Licaón desapareció de la vista del vampiro. No obtuvo respuesta al reclamo que le hizo por el saludo de la mañana. Sólo pudo notar que el licántropo continuó acarreando las cajas pero ya no se encontraba allí. Emmet levantó la vista y, guardango su pluma y los registros en los que estuvo anotando por minutos, salió por el costado de su escritorio. A pocos pasos notó un pequeño elemento con forma circular que brillaba llamando la atención completa del Ivashkov. Se trataba del anillo de compromiso de Darius pero, ¿que hacía allí y no estab colocado en su dedo anular?

 

Se quedó pensando intentando compreder lo que acababa de ocurrir. No entendía absolutamente nada, no sabía que es lo que estaba pasando y, mucho menos, que le sucedía a su prometido con esa actitud de no hablarle o siquiera responderle a los gritos.

 

Levantó la sortija del suelo. La miró y se quedó en silencio e intentó ubicar al Licaón dentro del local mediante el aroma que su cuerpo desprendía cada vez que lo tenía cerca. Algo lo anuló por completo por lo que no podía saber si el muchacho seguía dentro del local o si se había retirado. Lo que más le dolía es que no le dio ninguna explicación sobre el motivo de haberse sacado la sortija y desaparecer así como así.

 

¿Que había pasado?

 

@Darius

[Thoth]

Melodía:

https://www.youtube.com/watch?v=cylRpjq58oc

 

El palpitar del licántropo se volvía cada vez más pausado, incluso pareciendo que se encontraba muerto, esta extraña habilidad el mismo la controlaba, para que seres como su prometido no le sintiera en su local, algo doloroso, pero era necesario, ya que este deseo que le odiara, que fuera el que le pidiera romper la relación, ya que este tenía miedo a seguir lastimándole, más de lo que ese silencio pudiera significar.

 

A días de su matrimonio el silencio y la posible ruptura del mismo se hizo presente, lo que pudiera imaginar el vampiro era algo misterioso para el ser que le amaba, era contradictorio y no deseo levantarse, pues no lo podía hacer, no deseaba que le viera de esa forma, por lo que con todo ese amor que decía profesar, se levanta y coge su varita, caminando en dirección y saliendo entre las sombras, a cada paso, fue acompañado con una extraña melodía.

 

Su mirada busco clavarse en la lejanía con la de este, aún con sus lágrimas de sangre cayendo por su rostro, su ropas se encontraban impregnadas de esa sustancia, la mirada del mismo se encontraba rojiza, pero no hablo, simplemente camino y se quedó a la distancia, de la punta de su varita comenzaron a salir chispas de colores, al parecer el mago se estaba preparando para algo ¿Sera para desafiarle a duelo? ¿Acaso eso significaba algo más?

 

Le apunto a su pecho y pulso le temblaba, algo extraño estaba sucediendo, dado que no le había desviado la mirada ¿Qué estaba sucediendo? ¿Acaso sería capaz de lanzar algún conjuro? Y fue cuando se escuchó que algo se había quebrantado detrás del vampiro ¿había sido el licántropo? ¿Pero por qué? Y fue cuando bajo la varita, teniendo su mirada en el piso, siguiendo derramando las lágrimas de su rostro.

 

@@Emmet Haughton Gaunt

Editado 23 de Enero del 2017 por Darius

[Emmet Haughton Gaunt]

Era difícil de comprender lo que estaba sucediendo en esos momentos. Emmet estaba con la espalda apoyada en la pared justo entre dos repisas que contenían pequeñas macetas decorativas. Darius lo había apuntado con su varita pero, después de un momento de casi angustia y a la vez con ganas de matarlo, bajó la guardia agachando su mirada y soltando lágrimas hacia el suelo.

 

Parecía que ya nada estaba a su alcance. Parecía que no sabía nada de la persona que había escogido para casarse y unir su vida para siempre. Ni siquiera supo que es lo que sucedía y porque, el Licaón, había tenido esa manera de reaccionar para con su prometido. ¿Hasta cuando iba a tener que aguantar estas escenas? ¿El licántropo representaba una amenaza para el vampiro? Esa idea era la que menos quería pensar en esos momentos. Sabía que Darius sería incapaz de lastimarlo y, mucho menos, de finiquitar su vida.

 

- Da - Darius

 

Tartamudeó el nombre. Su manos se mantenían de palmas abiertas cubriendo su pecho como si eso lo fuera a proteger de cualquier maldición que viniera sobre él.

 

- Oye, ¿podemos hablar de esto? Sólo déjame ayudarte. No estás solo.

 

Se iba acercando lentamente por cualquier cosa que tuviera que reaccionar con algún movimientos físico para esquivar algún tipo de ataque. Habiendo llegado, se arrodilló con cuidado y deslizó la varita de su prometido lejos de dónde ellos estaban para que ninguno de los dos corriera peligro alguno.

 

- Mírame. Aquí estoy como te lo prometí aquella vez en la que te dije que jamás te iba a dejar solo, ¿lo recuerdas? ¿Recuerdas que te dije cuánto te amaba, que daría mi vida por ti, que nadie iba a lastimarte mientras yo estuviera vivo? - intentó levantar la mirada de su prometido pero fue en vano - Pero para eso necesito saber que es lo que sucede - terminó abrazándolo fuerte mientras rodeaba su cuerpo con sus lagos brazos.

 

@Darius

[Thoth]

Melodía:

https://www.youtube.com/watch?v=9GI_xo6ffPs

 

@@Emmet Haughton Gaunt

 

 

 

Cerró sus parpados y dejo caer su varita, la misma rebota en el suelo y se quebranta-¿Por qué…- Expreso en voz seca y quebrantada, mientras seguía derramando sus lágrimas seguían cayendo de su rostro e impactando en su ropa. La presencia del mago, comenzó a volverse más siniestra. –piensas que tienes que cambiar por mí? - Y al abrir sus orbes, estos se encontraban opacos, clavando su mirada en los de su prometido, con su mano le acaricio el rostro. –La verdad no sé porque intentas ser mi héroe, desee desatar el lado oscuro de tu ser, pero veo que el mismo no existe más.

 

Le quita la mano del rostro, pues se encontraba decepcionado, pero no podía dejar de mirarle, aquella mirada le cautivo, pero no mostro algún gesto que así lo indicara. –Recuerdo tú primera palabra y tu indiferencia, recuerdo tu oscuridad y eso me encanta, no me importa que no conozcas mis secretos, pues te los puedo debelar, pero no quiero que cambies, por lo que si llegaras a cambiar, yo mismo te matare. No quiero un esposo que desee dar su vida por mí, si esa es mi tarea, dame es oportunidad

 

Se acercó al mismo y le da un beso en los labios, cierra los orbes y termina derramar su última lágrima de sangre. Separa un poco. –Recuerda este beso, porque puede significar el último, recuerda este día, ya que deseo saber que podemos ser feliz y no estar atados, las cadenas que te dobleguen yo las desatare, pero si deseas volar lejos de mí, te entrego la libertad de hacerlo, no serás mi prisionero, si eso te vuelve débil.- Dio varios pasos atrás, bajo la mirada, mientras que se agachaba y recogía lo que había quedado de su varita.

 

-Así, como no me importa perder mi varita, no me importará perderte a vos, de estar a tu lado, ya que sabré que eso significara que estés realmente feliz, pues para este soñador, lo único importante es que se realicen tus sueños, lo que sucede en tu interior puede ser una vana ilusión, pero yo siempre estaré y amándote, así sea que ya no estés a mí lado.- Suelta lo quedo de la varita y le arrebata su alianza de esas manos, pues no deseaba que él la poseyera. –Sobre este anillo, si quieres puede regresar a mi dedo, solo sí no cambias, si sigue siendo ese vil ser que me enamore.

 

Se voltio, y dejó caer la alianza dejándole rebotar en el suelo. –En caso que quieras cambiar, así como la deje, me perderás, no quiero cambiarte, quiero amarte por lo que eres y no por lo que yo deseo que seas, me puedes intentar cambiar, pero seré siendo un asesino salvaje, que a la luna llena pierde la razón y no te reconocerá- Comenzó a caminar y se alejó de él. Allí, se voltea un poco su cara y le miro de arriba abajo, quedándose unos segundos detenido, su corazón casi explotaba, pues no sabía que iba a pasar. –Tú eres quien decide, quieres o no que siga con vos, ya sabes lo que siento, te doy la oportunidad que seas libre, no quiero ser tu cautiverio que te asfixie hasta la muerte.- Y allí se quebrantó la voz, mientras volvía a derramar un par de lágrimas de sangre. –Prefiero que este sea el adiós, que verte infeliz a mi lado.