Jump to content

Maestría con Escobas & Transformaciones


Edmund Browsler
 Compartir

Publicaciones recomendadas

SALA GIRATORIA

MAESTRÍA CON ESCOBAS

TRANSFORMACIONES

@@Keaton Ravenclaw

La saeta de fuego se mantenía en perfecto estado a pesar de su uso regular y del pasar de los años. El manillar de ébano pulido se encontraba intacto y reluciente, al igual que el cepillo de abedul, el cual le proporcionaba más potencia a mayor altitud. Edmund observaba a aquella escoba con cierta nostalgia pues le traía innumerables recuerdos. Había sido su primera escoba. Sabugo se la había regalado cuando aún era muy joven, tiempo después de ingresar a Hogwarts. Desde entonces la conservaba como si de un tesoro se tratase. Era una de los objetos más preciados que poseía y que siempre llevaba consigo.

 

Edmund tomó la saeta de fuego y la guardó en su monedero de piel de moke sin hacer ningún ruido pues todos sus objetos se encontraban perfectamente ordenados allí dentro.

 

Todavía le costaba creer que se encontraba en la Universidad Mágica para impartir sus conocimientos sobre las escobas. La citación de los directores le tomó por sorpresa pero accedió sin poner ningún reparo. Además, también necesitaba los galeones. ¿Cómo había llegado hasta allí?

 

A los trece años de edad Edmund recibió su primera escoba. Aldair, el consejero de la familia Browsler y mentor, lo había dejado allí después de la destrucción del Valle Browsler. Allí el mago creció en una familia integrada por jugadores de quidditch empedernidos por lo que a él también le apasionó aquel deporte. En su tercer año se convirtió en golpeador oficial del Equipo de Gryffindor y dos años después fue su capitán, dando inicio a una carrera exitosa en aquel deporte mágico. Una vez culminado sus estudios básicos, Edmund se integró al Ministerio de Magia, trabajando en el Departamento de Juegos y Deportes Mágicos hasta ser su director.

 

Los años pasaron y Edmund ascendía cada vez más. Fue árbitro de quidditch y miembro de la Asociación Internacional de Quidditch. Llegó a jugar en varios equipos locales hasta finalmente hacerse con una plaza como golpeador en el equipo Tutshill Tornados de la liga de quidditch de Gran Bretaña e Irlanda, en el cual luego fue capitán. Edmund también fue bueno jugando shuntbumps, gracias a su cuerpo robusto y agilidad, aunque no le gusta mencionarlo mucho.

 

Actualmente Browsler continua trabajando en el Departamento de Transportes y Deportes Mágicos, es miembro del Club de Gobstones y de la Unión de Quidditch para la Administración y Mejoría de la Liga Británica y sus Esforzados.

 

Edmund parpadeó, no recordaba haber llegado a aquel salón de la Universidad Mágica, pero allí se encontraba, justo al frente de la misma. Elvis le había informado que aquella clase sería compartida, pero desconocía quién sería su compañero y qué asignatura impartiría. A su único alumno le envió una carta especificándole que era necesario que se leyera ‘El mundo de la escoba’ y el ‘Manual de mantenimiento de la escoba voladora’ antes de dirigirse hasta allá, de lo contrario difícilmente llegaría a ser un maestre aquella materia.

 

Al abrir la puerta el mago se encontró en una estancia hexagonal, toda de piedra: paredes, piso y techo. Una puerta de madera se encontraba en cada pared, él había ingresado a través de una de ellas y una vez que la cerró todo a su alrededor se movió. Las paredes giraron de tal forma que no podía descifrar por cuál puerta había entrado. ¿Qué sorpresas estarían ocultas tras el resto de las cinco puertas?

BA 4GfTlba.gif TT


s5GyAv7.jpg


http://i.imgur.com/uqzq7Rd.gifhttp://i.imgur.com/6uQOEDh.gifhttp://i.imgur.com/IoFtBOl.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La Sala Giratoria? Nunca había estado alli. Si que la había oido de pasada, una mención y poco más, pero nunca puso un pie en aquella estancia.

 

Aquella mañana de clase me había puesto una camisa de color verde remangada sobre los codos junto a un pantalón vaquero oscuro. La mansión Potter Black seguía en silencio cuando desaparecí desde los jardines, cosa que significaba qeu la familia aun dormía....o qeu una catástrofe estaba a punto de suceder.

 

Decidí llegar temprano a la Universidad Mágica para dar con aquella sala. Yo estaba acostumbrado a mis gradas en los terrenos de la academia, se me haría un poco extraño estar bajo techo, aunque según había oido, la Sala podía dar salida a diferentes lugares, lo cual hacía bastante interesante la clase. Por otro lado, compartiría la clase con la de Maestría de Escobas. la última vez que había llevado una clase conjunta fue con Sagitas y los Estudios Muggles. Aquel entonces me había burlado un poco de mi madre, transformando sus objetos muggles en nubes de plumas.

 

- Buenos días! - saludé al joven que ya se encontraba dentro. Observé la habitación que nos rodeaba, completamente hecha de piedra a excepción de una puerta de madera por cada pared. -Creo que vamos a compartir la clase. Matt

 

La puerta mediante la que había accedido a la Sala se cerró a mi espalda, y de repente, las paredes comenzaron a moverse. Ladeé ligeramente la cabeza, observando el movimiento con curiosidad.

- Interesante efecto

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Por supuesto que estaba nervioso, la noche anterior apenas si pudo pegar un ojo y cuando lo lograba sueños en los que caía de una escoba lo ponían en alerta y lo volvían a despertar. Por eso no era de extrañar que Edward abandonara su habitación horas antes de los previsto e irse rumbo a la Universidad Mágica a matar el tiempo antes del que el nerviosismo que lo atenazaba terminara por consumirle.

 

El pelinegro bajó la vista del libro que estaba leyendo (releyendo para ser sinceros) y se enfocó en su desayuno, al contrario de a lo que muchos les pasaba los nervios no le hacían perder el apetito sino todo lo contrario por eso el ojiazul se había pedido un desayuno completo en el comedor y lo disfrutaba sentando en una de los centenares de mesa que se repartían por la gigantesca habitación.

 

Lo bueno de aquel comedor era la gran variedad de comidas que se preparaban, una mixtura entre occidente y oriente que se complementaba a la perfección, por eso el mago tenía enfrente clásicas tostadas inglesas, con un poco de café, acompañado de frutas frescas exóticas y unos pastelitos árabes que eran un manjar. No podía negar que moverse fue la mejor medicina para los nervios, estando en actividad lo obligaba a uno a pensar en otras cosas, distraerse.

 

Miró el reloj que llevaba en la muñeca y se dio cuenta de que la clase estaba por comenzar, tragó rápido lo que tenía en la boca y guardó el libro que estaba leyendo en la mochila que estaba entre sus pies “Manual de mantenimiento de la escoba voladora” rezaba el título del ejemplar, uno de los libros que su profesor de conocimiento le recomendó enfáticamente que leyera, y como buen chico que era lo hizo, ambos y dos veces cada uno. Demasiado para el ojiazul.

 

Dejó lo que quedaba de su desayuno sobre la mesa, se colgó la mochila al hombro y tratando de mantener la calma Edward enrumbó sus pies hacia la clase. Pese al nerviosismo estaba muy interesado en la clase que iba a tomar, desde su arribo al mundo mágico hacia dos meses uno de los aspectos mágicos que más le encantó fue el hecho de poder volar.

 

No podía creer que estuviera 19 años de su vida sin saber lo que era una escoba voladora y haber perdido tanto tiempo de algo tan maravilloso como lo era volar. Aún no tenía escoba propia, pero había utilizado las escobas de la familia Evans McGonagall y logrado sobrevolar los terrenos de la familia llenándose de las sensaciones de felicidades más plenas, era otro en los cielos era una persona sin ninguna preocupación y con el cielo como único límite.

 

Aparte comenzó a enamorarse del deporte mágico por excelencia: El Quidditch. No estaba seguro si a nivel de futbol americano, pero con el pasar del tiempo se estaba volviendo un apasionado más, ya conocía todas sus reglas y jugado algún que otro partido con la familia, pero el Smith quería más y probarse en algún equipo del pueblo para seguir explorando esa nueva pasión.

 

Recorrió un tramo de los jardines y giró a la izquierda tras una gran fuente que representaba un halcón gigante con sus garras sobre el planeta y con sus alas prestas para despegar que al parecer estaba hecha completamente de oro y tras recorrer un camino de grava rodeado por parras que cubrían todo creando la sensación de un túnel llegó hasta la puerta que su nota indica sería la clase.

 

Sin más giro el pomo y empujó la puerta de madera para encontrarse del otro lado con una habitación de forma hexagonal con paredes, suelo y techo de piedra. En cada pared del hexágono había una puerta de madera idéntica a la por la cual entró. Dos magos ya estaban adentro, uno debería de ser el profesor y el otro algún estudiante más – Buenos días, soy Edward Smith, vengo por la Maestría con Escoba – no tardó en presentarse, pero apenas dio un paso las paredes comenzaron a girar con velocidad por unos segundos hasta detenerse y quedar como si nada hubiera sucedido. ¿Dónde estaban?

 

Firma-Nueva.md.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La puerta no tardó demasiado en abrirse. Eché un vistazo, probablemente igual qeu mi compañero, para ver quien entraba ya que ambos esperábamos a nuestros alumnos para poder comenzar las clases.

 

La sala giró tras el estudiante, un joven que parecía bastante nervioso que tras presentarse reveló que era el alumno de maestría con escobas. Con una sonrisa, comenté:

- Este es el tuyo. Suerte con la clase

 

Y me alejé un poco, dando un poco más de espacio al otro profesor para que asi pudiera comenzar con su clase. Yo mientras tanto esperaría a mi alumno @Keaton Ravenclaw , repasando mentalmente las cosas que llevaba en mi bolsa: un libro, una pelota, algún que otro escarabajo metido en pequeños tarros de cristal, además del juguete de mi hermano Ithilion, un pequeño dragón qeu yo mismo había tallado en madera y con el qeu le encantaba jugar al pequeño, una figura qeu solía usar para ilustrar una de las lecciones de mi clase, de hecho, el hechizo que más me gustaba.

Editado por Matt Blackner

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Edmund Browsler, es un gusto conocerlo —se presentó al estrechar la mano del recién llegado.


Matt se llamaba el profesor de transformaciones. Si Edmund lo hubiese visto en la calle, jamás pensaría que se trataba de un profesor y mucho menos un mago por como vestía. A diferencia de él, por supuesto, quién iba vestido con un elegante traje gris y una túnica azul encima. Edmund no dijo nada al respecto, Aldair le había bien sobre modales desde muy niño.


Ambos profesores no pudieron comentar nada más pues alguien ingresó en la estancia, provocando que la sala hexagonal girara nuevamente. El joven se presentó como Edward Smith y era su alumno de Maestría con Escobas. Matt se despidió y se hizo a un lado para que él pudiera dar inicio a la clase.


Mi nombre es Edmund Browsler —se presentó—. Soy miembro del Departamento de Transportes y Deportes Mágicos, del Club de Gobstones y de la Unión de Quidditch para la Administración y Mejoría de la Liga Británica y sus Esforzados. —Hizo una pausa mientras se sentaba detrás de un escritorio—. A lo largo de toda mi vida he hecho uso de las escobas mágicas, tanto para deportes como para transportes, y ahora esos conocimientos te los daré a ti. ¿Llegó la carta que te envié? —Edward asintió—. Bien, porque es necesario conocer la teoría para irnos a la práctica.


» Al no haberse inventado todavía ningún encantamiento que permita a los magos volar, la escoba es un objeto imprescindible en todos los hogares de magos occidentales. La escoba es el único objeto legal permitido como medio de transporte para los magos.


» En el pasado, los magos eligieron la escoba como medio para volar por ser discreta, barata y fácil de llevar. Aun así, las primeras escobas, según documentos del 962 d.C., eran incómodas (llenas de astillas). En el museo de Quidditch de Londres se exhibe una escoba de la edad media, construida a partir de una gruesa rama nudosa de fresno sin barnizas, con varillas de avellano atadas toscamente al extremo. Esta escoba solo podía ir hacia delante, siempre a la misma velocidad.


» Luego se fueron creando deportes sobre escobas, dando lugar a escobas de carreras, ¿conoces algunas de ellas? Si es así, mencióname las más recientes y su utilidad. Pronto deberás escoger una de ellas.


También explicó a Edward que se encontraban en la sala giratoria, siempre que se cerrara una puerta, la sala giraba y cambiaba el orden. Nunca se había qué se encontraría detrás de aquellas puertas. La leyenda contaba que muchos magos y brujas habían muerto allí dentro pues nunca encontraron la salida. Edmund se levantó y se dirigió hacia una de las puertas, colocó una mano encima y cerró los ojos. La magia siempre dejaba rastros. El mago hizo lo mismo con otras dos puertas hasta que finalmente se detuvo.


— Sí, esta es —indicó, girando la manilla y accediendo al interior, dentro sólo había un cobertizo vacío—. ¿Y dónde están mis escobas?





BA 4GfTlba.gif TT


s5GyAv7.jpg


http://i.imgur.com/uqzq7Rd.gifhttp://i.imgur.com/6uQOEDh.gifhttp://i.imgur.com/IoFtBOl.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Seguía esperando a @@Keaton Ravenclaw para poder empezar con la clase de transformaciones, asi qeu me senté en una silla para esperar, sin poder evitar escuchar como mi compañero iniciaba su clase.

 

Hablaba de la historia de las escobas, ya qeu hasta su aparición los magos no tenían un medio de transporte como tal, igual qeu los muggles tenían sus coches o bicicletas....aunqeu al parecer, las primeras escobas eran de lo más incómodas, toscas, casi una rama sin más qeu se elevaba con un rumbo y velocidades fijas.

 

Nada qeu ver con las escobas de hoy en día, tan sofisticadas, con distintas velocidades, tamaños y incluso colores y formas según el uso qeu su propietario pretendiese darle.

 

Edmund se movió, colocando la mano sobre las puertas. Yo también había oido alguna que otra historia truculenta de como habían encontrado magos desaparecidos aqui dentro por no haber logrado encontrar la salida a tiempo. Cada puerta llevaba a algo distinto, pero aun asi la magia siempre podía rastrearse si uno conocía los medios.

 

No fue hasta la cuarta puerta cuando el profesor parecía darse satisfecho, probablemente dando con la puerta qeu buscaba. Aunqeu por su voz...no era lo qeu esperase ver.

 

- Que pasa compañero? - pregunté levantándome, caminando hacia donde se encontraba - Problemas?

 

En seguida me di cuenta. la puerta daba a lo qeu parecía un cobertizo de escobas....vacío.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Keaton a últimas fechas andaba hecho un mar de estrés. Entre su clase dr Historia de la Magia, entre las clases de los Libros de Hechizos, de la habilidad de Animagia con la Arcana Suluk y a parte cin la inauguración de varios negocios, no sabía ya si algo se le estaba escapando. Aquella tarde el vampiro estaba llegando cansadísimo al Castillo Hawthorne, donde llegó a desvestirse y meterse a la ducha, al salir, Lancy, su elfo personal, le dijo había llegado desde hacía ya algunas horas la notificación de que ya había iniciado su clase de Transformaciones.

 

--¡¡¿Qué?!! ¿Y por qué motivo no me fuiste a avisar, Lancy? -Dijo enfadado el Ravenclaw. Detestaba quedar mal y menos con sus compañeros profesores.

 

De inmediato el ojiverde tomó unos jeans algo rotos, una playera negra lisa y sus zapatillas deportivas, se colocó todo a las carreras sin olvidársele antes de salir sus anillos y amuletos del los libros del Aprendiz de Brujo y de la Fortaleza, así como su varita mágica. Salió a los jardines del castillo y desapareció en pos de la Universidad. Al llegar, miró la hora. Estaba atrasado por más de cuatro horas, cosa que de seguro perjudicaría en su aprendizaje. Siguió las instrucciones sobre la ubicación del salón de clases y dio con él a los pocos minutos. Abrió la puerta y se topó entonces con una sala hexagonal.

 

--¿Pero qué demonios...? --Dijo el chico sorprendudo, porque de inmediato todas las puertas que estaban en esa sala giraron y ya no supo bien por cuál había ingresado. Giró entonces sobre sus talones pensando en Matt y apareció a su diestra. No quería perder más tiempo. --Perdone la tardanza, profesor, acabo de leer la misiva que me mandó a mi hogar, espero poder seguir aún con la clase y aprobarla --Se excusó el pelinegro con la cabeza un poco gacha.

YTJke.gif  ~+~ uGSfO2w.gif

LMqjPAM.jpg

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Después de haberse llevado terrible sorpresa con el movimiento de las paredes de aquella particular sala, uno de los dos magos ya presentes se acercó hasta Edward y se presentó como Edmund Browsler, aquel mago sería su instructor en la Maestría con Escobas. El pelinegro lo saludó educadamente y lo siguió hasta un solitario escritorio que había en aquel lugar, el profesor se sentó detrás de el mientras que Edward usó una silla solitaria que había delante.

 

Colocó su mochila entre sus pies y se dispuso a escuchar lo que Edmund tenía que decirle, estaba seguro de que sería una primera parte teórica y después irían a la esperada sección práctica, estaba listo para ponerse aprueba en los cielos. Y tal como pensaba fue lo que paso, el Browsler dedicó un momento el repaso de la teoría, mucho de lo que dijo Edward lo leyó previamente en “El Mundo de la Escoba” pero era sorprendente la manera en la que su profesor recordaba todo aquello.

 

Tendría que darse un paseo por el Museo de Quidditch de Londres, nunca escuchó de el pero ahora que lo sabía le parecía un lugar que no podía no visitar, vivía en Londres tenía que conocer su nueva ciudad. Y al final de un poco de recuento sobre la historia de las escobas llegó la primera pregunta. No era tan complicada como pensó que podría ser la primera evaluación, pero era la primera y si de algo estaba seguro Edward era que no sería la última.

 

-El último modelo de escobas voladoras es la Nimbus 3000, es muy similar a la Nimbus 2000 con la diferencia que puede alcanzar velocidades de 200Km/hora en tan solo 8 segundos, es mucho más veloz que la Saeta de Fuego y básicamente la utilidad que se le da es como Escoba Voladora Deportiva – como olvidarse del mas nuevo modelo, horas podría pasarse en el escaparate del Magic Mall bebiéndose con los ojos aquella belleza. Pronto se la compraría, estaba ahorrando desde hacía un tiempo.

 

-La Saeta de Fuego, la Saeta de Fuego Suprema, Nimbus 2001, 2000 básicamente se utilizan con un objetivo deportivo, pero por ejemplo las Cometas que pueden estar algo obsoletas en lo respectivo a lo deportivo son buenas para usos familiares, cotidianos – se explicó con seguridad el ojiazul.

 

Luego de la parte teórica por fin dio comienzo lo práctico, o eso pensaba Edward hasta que ambos descubrieron que la puerta donde se suponía que estarían las escobas estaban vacías –No pueden desaparecer ¿o si? – lo que sabía de aquella sala lo conocía por lo que dijo Edmund – Podría estar en otra puerta – sugirió, aquel era tan confuso parecía ser una trampa no creía nada de aquello

 

-Han desaparecido las escobas – le comentó al otro mago que estaba la sala, de seguro otro profesor para otra materia y en el preciso instante que decía aquello una puerta se abrió y otro mago ingresó, el estudiante que faltaba. Y como era lo esperado la puerta del cobertizo se cerró y comenzó a girar junto con las otras hasta detenerse de nuevo – Genial acabamos de perder la única pista que teníamos – maldijo el ojiazul.

 

@@Edmund Browsler

 

Firma-Nueva.md.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La primera impresión que Edward había dejado en Edmund era que se trataba de un alumno excelente, responsable y con iniciativa. Y aquello le gustaba. Edmund prefería a la gente con iniciativa propia, que no había que empujarla, que sabían lo que tenían que hacer y que lo hacían.

 

— Como dices, la Nimbus 3000 es la escoba más veloz en la actualidad, esto es porque el mango no es de caoba como su predecesora, sino de abedul —afirmó el mago mientras se colocaba de pie nuevamente—. Además dispone de un encantamiento de frenado inquebrantable, estupendo balance y precisión, cosa que no se había visto antes en ninguna escoba. —Edmund hizo otra pausa mientras miraba a Edward—. Aunque no debes confiarte. Estas especificaciones están dadas en términos generales pues dependen mucho de la habilidad del mago que las utiliza. Si eres un buen piloto, podrás correr más que con una saeta de fuego. Si no lo eres, correrás menos que con una Estrella Fugaz.

 

Sí, el cobertizo se encontraba vacío.

 

— Al parecer las especificaciones que envié a los directores de la Universidad no les llegaron —respondió a la pregunta de Matt—, pues las escobas de carreras no están aquí.

 

Edmund negó con la cabeza ante la pregunta de Edward.

 

— No, no pueden desaparecer sólo porque sí —respondió—. Supongo que nunca las colocaron aquí. Espera, Edward...

 

Su alumno se dirigía hacia otra puerta para intentar buscar las escobas justo cuando alguien más entró en la estancia y entonces las puertas se cerraron para girar nuevamente en torno a ellos. Edmund tuvo que sujetarse del escritorio para no caer al suelo. Esperaba que no llegara nadie más a su clase, de lo contrario terminarían mareados y posiblemente no encontraran nunca más la salida de allí. El mago ahora entendía por qué la leyenda decía que muchos magos y brujas habían perecido allí mientras intentaban buscar la salida una y otra vez, sin éxito alguno.

 

— ¿Será posible que puedas proveernos unas escobas de carreras, Matt? —preguntó. Aquella idea había llegado a su mente más rápido de lo que tardaban los huevos de un ashwinder en quemar una casa. Blackner era un erudito en el arte de las transformaciones por lo que aquello no supondría ningún reto para él. Es más, resultaba ser un ganar-ganar pues así el podría enseñar a su recién llegado pupilo. El profesor de transformaciones pareció estar conforme con aquello por lo que Edmund asintió y decidió continuar con su clase—. Muy bien, Edward. Una vez que Matt nos provea las escobas, escogerás una y atravesarás aquella puerta. —Browsler señaló la puerta con su dedo índice—. Allí deberás encontrar el snidget dorado que se encuentra en peligro, sorteando cada uno de los obstáculos que se te presenten en el camino, y luego traerlo. Deberás ser rápido pues sólo tendrás tres minutos para hacerlo. En caso de no lograrlo, la puerta se cerrará permanentemente y te quedarías encerrado de por vida.

 

 

BA 4GfTlba.gif TT


s5GyAv7.jpg


http://i.imgur.com/uqzq7Rd.gifhttp://i.imgur.com/6uQOEDh.gifhttp://i.imgur.com/IoFtBOl.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Efectivamente, no había escobas en aquel cobertizo, pero al contrario de lo qeu pensó Edward no se debía a una desaparición, sino probablemente a que no las habían llevado aun a la habitación.

 

Antes de que el joven pudiera llegar a una de las puertas, alguien atravesó de nuevo la entrada, provocando la rotación de las puertas. En cuanto se presentó como mi alumno sentí un alivio interno, ya que es significaba qeu no tendríamos más visitas y las puertas dejarían de rotar...si nos perdíamos alli Sagitas probablemente sería capaz de tirar abajo la Universidad mágica.

 

- Excelente idea Edmund! no será problema conseguirte unas escobas.

 

Esta vez me giré hacia Keaton, que parecía apesadumbrado por el retraso, aunqeu también lo sentía agobiado, probablemente estresado entre trabajo, clases y negocios, cosa que entendía bastante bien.

- No te preocupes Keaton, si uno pone empeño puede aprender lo que sea. - dije para tranquilizarlo.

 

Mi clase ahora debía dar comienzo.

- Verás, la base de la transformación se basa en el cambio de una cosa a otra. Pueden ser objetos en otros objetos, objetos en seres vivos, o la más difícil, transformar a seres humanos. Cada nivel de transformación guarda sus secretos y dificultades, pero hay algo común el todos ellos: saber bien lo que quieres transformar. Si no tienes una imagen clara en tu mente de aquello que quieres conseguir probablemente no lograrás un buen resultado, y aunque transformar un libro en un ratón con palabras en la piel puede ser gracioso, cuando se aplica a humanos puede tener consecuencias severas. Aun asi, no puede transformarse cualquier cosa, ya que esta disciplina se rige por las Leyes de Gamp. Podrías nombrar alguna?

 

Mientras lo pensaba, tomé la varita para hacer una demostración del movimiento que debíamos hacer con la varita al realizar los hechizos; un sutil movimiento hacia la izquierda antes de trazar un círculo en sentido contrario a las agujas del reloj comenzando desde abajo, acompañado siempre por la muñeca, casi como el director de una orquesta al comenzar a dirigir a sus músicos.

- Con este movimiento y el hechizo adecuado, podrás realizar los hechizos de transformación, desde el más sencillo al más complejo.

 

Ahora si, dejé en el suelo los objetos que había llevado conmigo: Un reloj, una pluma, una pequeña pelota de goma, un libro y un vaso. apunté hacia la pluma con mi varita y dije, con voz alta y clara:

- Morphos - al momento, la pluma se alargó y su color se oscureció hasta convertirse en una perfecta saeta de fuego. Dirigí la vista hacia Keaton y señalé los objetos.

- Bien, tu primera tarea práctica: quiero que al menos transformes uno de estos objetos en otra escoba de carreras para que la clase de Maestría con escobas pueda seguir su curso.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.