๑۩♚۩๑ Mansión Black Lestrange ๑۩♚۩๑ (MM B: 78195)

[Nathaniel Malfoy]

- ¡¿Dónde está Jessie?! - gritó. Su voz se extendía por las inmediaciones de los terrenos circundantes a la Mansión Black Lestrange. Había llegado hasta allí tras seguir las indicaciones del elfo de la mansión Malfoy, Chávez. Con tesón, la criatura le había hecho una especie de croquis que no tardó en llevarlo a su destino.

 

El ex-Nigromante no dejaba de gritar. Repetía aquella pregunta una y otra vez, aporreando la puerta de entrada con ambas manos como si la vida le fuera en ello, como un niño montando un numerito en un sitio público. Tenía que hacerlo, tenía que confesar una verdad; su verdad.

 

Al cabo de unos minutos, la puerta se abrió y con ella, un elfo doméstico hizo una reverencia. Había conseguido una parte de su propósito: adentrarse en la mansión para así poder hablar con Jessie. El mortífago portaba una camisa blanca de lino, unos pantalones de color azul marino, gastados. En los pies unos zapatos de tela blanca también, a juego con la camisa, bastante veraniegos para el clima que atacaba a Ottery y alrededores.

 

- Necesito hablar con Jessie. Es urgente. - sentenció, mirando a los ojos bailarines y vivarachos de la criatura élfica que se alzaba a escasos metros del Malfoy. Con un gesto, le mandó pasar. El mago accedió y lanzó sus pies hacia adelante.

 

Fue conducido a la salita, donde debía de esperar a Jessie otros tantos minutos. Un agobio lo invadía, una sensación de tener que soltar aquella frase ya, aquella verdad que sólo él sabía y nadie más. Hinchó sus pulmones, estaba más blanco de lo normal, él era níveo pero no tanto...

 

 

- Sonorus. - susurró, apuntando con la varita a su garganta. - ¡Jessie! ¡No he podido olvidar la despedida de soltera de Alyssa! ¡Deja a Otto! ¡Ven conmigo! - las palabras sucedían la una a la otra. Gritaba, como si no hubiera un mañana. Esperaba que su voz amplificada, la cual había hecho temblar las paredes del lugar, notificase a Jessie lo suficientemente bien como para obtener una respuesta rápida de la bruja.

[Nathaniel Malfoy]

- ¡¿Dónde está Jessie?! - gritó. Su voz se extendía por las inmediaciones de los terrenos circundantes a la Mansión Black Lestrange. Había llegado hasta allí tras seguir las indicaciones del elfo de la mansión Malfoy, Chávez. Con tesón, la criatura le había hecho una especie de croquis que no tardó en llevarlo a su destino.

 

El ex-Nigromante no dejaba de gritar. Repetía aquella pregunta una y otra vez, aporreando la puerta de entrada con ambas manos como si la vida le fuera en ello, como un niño montando un numerito en un sitio público. Tenía que hacerlo, tenía que confesar una verdad; su verdad.

 

Al cabo de unos minutos, la puerta se abrió y con ella, un elfo doméstico hizo una reverencia. Había conseguido una parte de su propósito: adentrarse en la mansión para así poder hablar con Jessie. El mortífago portaba una camisa blanca de lino, unos pantalones de color azul marino, gastados. En los pies unos zapatos de tela blanca también, a juego con la camisa, bastante veraniegos para el clima que atacaba a Ottery y alrededores.

 

- Necesito hablar con Jessie. Es urgente. - sentenció, mirando a los ojos bailarines y vivarachos de la criatura élfica que se alzaba a escasos metros del Malfoy. Con un gesto, le mandó pasar. El mago accedió y lanzó sus pies hacia adelante.

 

Fue conducido a la salita, donde debía de esperar a Jessie otros tantos minutos. Un agobio lo invadía, una sensación de tener que soltar aquella frase ya, aquella verdad que sólo él sabía y nadie más. Hinchó sus pulmones, estaba más blanco de lo normal, él era níveo pero no tanto...

 

 

- Sonorus. - susurró, apuntando con la varita a su garganta. - ¡Jessie! ¡No he podido olvidar la despedida de soltera de Alyssa! ¡Deja a Otto! ¡Ven conmigo! - las palabras sucedían la una a la otra. Gritaba, como si no hubiera un mañana. Esperaba que su voz amplificada, la cual había hecho temblar las paredes del lugar, notificase a Jessie lo suficientemente bien como para obtener una respuesta rápida de la bruja.

[Nox Black Lestrange]

La profunda tranquilidad de la mansión había sido interrumpida súbitamente. Desde el vestíbulo la voz de un sujeto desconocido para él, hacía retumbar las paredes de su habitación y lo había sacado de sus cavilaciones. Descendió por las escaleras enfurecido tratando de encontrar uno de los elfos de la mansión.

 

—¡Tadeus! —exclamó llamando al elfo.

 

El elfo apareció corriendo a su lado.

 

—¿Dígame joven Black? ¿En qué puedo servirle?

 

—Tadeus ¿quién diablos es la persona que está haciendo ese escándalo y porque le permitieron entrar? —Soltó exasperado.

 

—Al parecer es un conocido de la señorita Jessie.

 

Sin contestarle al elfo se dirigió al lugar donde el impresentable sujeto continuaba vociferando. En efecto, jamás lo había visto en toda su vida y la primera impresión que le producían sus ropas y sobretodo sus acciones le dejaban mucho que desear. Tratando de no demostrar su profunda indignación se acercó hasta que estuvo a su lado.

 

—Disculpe caballero —inició remarcando esa última palabra con un tono cínico— no es necesario que utilice esos métodos tan poco sofisticados para llamar la atención de un miembro de esta familia. Nuestra familia valora demasiado la tranquilidad, las buenas costumbres y la actitud comedida, y usted señor no ha mostrado nada de eso ahora mismo. Así que por favor, le invito a que salga de nuestra propiedad, calme sus ánimos y una vez que sienta que puede controlar su exaltación como una persona educada, regresa.

 

Puso una mano sobre su espalda y tratando de la manera más cortés que se puede a un invitado tan poco grato lo dirigió hacia la puerta, lo miró por instante y mostrándola una sonrísa hipócrita finalizó:

 

—Ahhh y esto es un regalo de mi parte por interrumpir una lectura que creame, era mucho más importante que sus muestras de cariño por mi tía. ¡Aguamenti! —exclamó finalmente mojando de pies a cabeza al joven. Pocas veces tenía un sentimiento de tanto regocijo al mojar a alguien de aquella forma, pero vaya si aquella era una de ellas.

 

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Editado 4 de Noviembre del 2016 por Nox Rem

[Ashura Lestrange]

La pregunta de mi hija me había sacado de cualquier pensamiento que hubiese estado recorriendo por mi mente en aquellos momentos, sabía que esa pregunta llegaría pero no pensaba que de aquella manera y tan rápido. Suspiré para mostrarle un poco de serenidad a mi hija ante su cuestionamiento, de cualquier forma, era normal que ella quisiera saber cómo era que había llegado a este mundo y quién había sido su progenitor. Le acaricié un poco el cabello tratando de ordenar las palabras dentro de mi cabeza, era obvio que le debía una explicación.

 

Antes de poder responderle, un grito infernal que había sangoneado la mansión entera rebotó entre mis oídos causándome un pequeño susto.

 

- ¿Pero que rayos? - Antes de poder darle a mi hija una respuesta había notado como ella tomaba camino hacia donde se encontraba mi sobrino Nox y junto a él se encontraba una figura masculina de la que no tenía registro alguno como para reconocerlo a simple vista.

 

- Espera sobrino, no quiero que te metas en líos - Exclamé mientras me colocaba enfrente de Nox y al mismo tiempo con la mano derecha evitaba el paso del chico.

 

- ¿Quién te crees que eres como para causar un escándalo de ese tamaño en nuestra casa? ¿Para qué buscas a mi hermana? No te dejaré verla si quiera sin que me des una buena explicación ante este drama. - Observé al joven que tenía enfrente, no sabía que era exactamente lo que buscaba, pero no iba a permitir esas conductas ante ninguno de mis familiares.

 

@@Nathaniel Malfoy @ @@Alegna Black

Editado 16 de Octubre del 2016 por Ashura Lestrange

[Alegna Black]

La cara de mi madre me decía todo, esto no me lo esperaba, cuando mi boca se abrió para retratarme y poder decir que no importaba que podía esperar, el sonido de un hombre a pleno pulmón resonó en la mansión, producto, sin duda de un hechizo, me levante rápido mientras seguía a mi madre, en el hall de entrada bañado de pies a cabeza, un mago al que poco conocía pero que si lo había visto, trate de no reírme pero mi carcajada resonó mas allá del patio, mientras gruesas lagrimas resbalaban por mis mejillas, mi primo sí que sabia como tratar a los invitados.

 

Mi madre ahora era la que hacía gala del encanto Black Lastrange mientras mi risa coreaba desde el fondo un poco amortiguada producto de mis manos, trate de guardar la compostura pero al verlo me accedía un ataque de risa, me encamine hacia mi primo dándole unas palmaditas en la espalda a modo de felicitación.

 

El joven ya se retiraba cuando mi mente despistada, me hacia recordar un momento en particular, el cual borro toda risa de mi rostro.

 

-Madre- dije preocupada, mientras la abrazaba con ternura ­– perdóname ¿si?, por la pregunta de hace momentos, no importa, puedo esperar a que estés lista- no quería dar muchos detalles de nuestra conversación al frente de Nox – ah, y por cierto Feliz cumpleaños- la abrace con más fuerza esperando que sintiera lo que en palabras no podía decir, que la amaba y que deseaba que pasara un grandioso día.

 

@ @@Ashura Lestrange

Editado 18 de Octubre del 2016 por Alegna Black

[Ashura Lestrange]

Al parecer el infiltrado había sentido temor al ver nuestra actitud ante su presencia ya que había permanecido un poco mudo y sin decir una sola palabra para dar una explicación ante mis cuestionamientos había marcado retirada de la mansión dejándonos tranquilos. Suspiré un poco de alivio, gesto que no habrían notado los dos pequeños que tenía al lado.

 

La actitud de mi hija me había tomado por sorpresa, pero no le di mucha importancia en ese momento, lo importante era tener una buena relación con ella, aunque la mayor parte del tiempo me sentía un poco culpable por poner mi trabajo en primer lugar antes que a ella, sin lugar a dudas, amaba que ella fuera mi pequeña hija.

 

- No te preocupes pequeña, ya lo sabrás a su debido tiempo - Exclamé mientras respondía cariñosamente a su abrazo.

 

- Muchas gracias pequeña, gracias a ti e pasado un lindo momento en este día tan especial para cualquiera - Sonreí y le di un beso en la frente. Me volví a Nox.

 

- Y bien ¿Alguno quiere pastel? - Exclamé mientras que al mismo tiempo materializaba mi varita en mi mano derecha y con un ligero movimiento había hecho aparecer un gran empaque, esperaba no haber exagerado con el tamaño.

 

@@Alegna Black@

[Mentita]

Había pasado mucho tiempo, años. Candela se apareció en los jardines de aquella mansión que alguna vez había sido su hogar, su figura delgada y pequeña emprendió una marcha que la llevaría hacia una de las situaciones más peligrosas de su vida, si consideramos aquello un peligro, enfrentar a una familia de la que había sido exiliada y de cuyo patriarca había sido esposa.

 

Los detalles de su relación los recordaba con nubes turbias en el medio, incluso ignoraba el cómo, el dónde y el por qué; lo que no podía olvidar, y de eso se encargó muy cariñosamente Artemisa, era la vida que había nacido de ella, de la que culpaba totalmente al mago que la había desposado.

 

— ¿Sí? —un elfo la observaba de pies a cabeza con la puerta abierta, no estaba dispuesto a dejarla ingresar a menos que le diese una buena razón para hacerlo. Aunque ese níveo rostro le parecía bastante familiar.

 

— Sunev, ¿cierto? —Candela ladeó la cabeza al reconocerlo, se extrañó de sí misma por ello y desvió la mirada desconcertada.— Permiso, estás en mi camino. —añadió y abrió de par en par para pasar por sobre la criatura.

 

El elfo protestó, cabe aclarar que en vano, y siguió a la Triviani hasta el vestíbulo en donde se detuvo para seguir chillando. Le decía que no estaba autorizada a poner un pie en la mansión y mucho menos de la forma en que lo estaba haciendo.

 

La Triviani lo ignoró y lo pateó cuando éste intentó asirse de su pierna para obligarla a salir; Sunev, aún más furioso se dedicó a lanzarle toda clase de improperios, realmente era una pésima bruja y una desvergonzada, ¿qué derechos creía tener para comportarse de esa manera? ¿Acaso no sabía lo muy respetada y prestigiosa era la familia? Seguramente los patriarcas no se quedarían de brazos cruzados.

 

— ¿¡Y a mí qué me importa tu maldito prestigio!? ¡Hay una deuda que no ha sido saldada y vengo a cobrármela! ¡Así que hazme el favor y cierra esa mugrosa y horrenda boca antes de que te obligue a hacerlo! —la bruja hizo callar al elfo, éste tenía los dientes apretados y el pecho henchido de rabia, en sus ojos sólo había ira y esa ira estaba muy bien dirigida.— Así me gusta —Candela le sonrió maliciosamente—, ahora quítate, no estorbes.

 

Sunev se vió empujado por la gitana y se obligó a quedarse callado, ya vería ella con quiénes se había metido. Por lo pronto la "intrusa" ya se estaba acomodando.

 

 

 

 

-.-.-

 

#dramaeverywhere

Editado 25 de Octubre del 2016 por Candela Triviani

[Ashura Lestrange]

Antes de cortar la primera rebanada algo había distraído mi atención. Sunev venía corriendo hacia nosotros ya que de momento eramos los únicos que permanecíamos dentro de la casona. Pero había algo inusual en el aspecto de aquella criatura, sin duda alguna algo extraño estaba sucediendo.

 

- ¡Señorita Lestrange!¡Señorita Lestrange! - Gritoneó hacia mi dirección de manera dramática.

 

- A ver, cálmate y dime que pasa - Exclamé, aveces los elfos exageraban todo, o eso o este en particular por la edad se había vuelto algo parnóico.

 

- Hay una intrusa en la mansión, yo intervine para no dejarla pasar, pero ella insistió e incluso me empujó - Acusó sin mas.

 

- Bueno, no importa demasiado a decir verdad si te empujó - Exclamé un poco dejando arrastrar las palabras.

 

- ¿Quien es la escoria que decidió infiltrarse sin permiso previo?... espera, no me lo digas, quiero averiguarlo por mi cuenta, chicos, espérenme unos momentos, no tardaré demasiado, ustedes sírvanse - Les eché un último vistazo a Aleg y Nox antes de incorporarme para buscar al intruso que seguramente se encontraría en el recibidor de la mansión.

 

***

Al acercarme al recibidor pude notar una figura femenina que parecía ser un poco mas grande a mi edad. Algo en ella me ponía un poco nerviosa, pero no podía dejar que ella lo notara. Un suave aroma que provenía de su figura corpórea había captado mi atención por completo... no era posible ¿Sería? No... hace tiempo que no sabía nada sobre ella, tanto que me había quedado con la idea de que podría estar muerta o al menos eso era lo que se decía por ahí.

 

- ¿Candela? - Mustié tratando de adivinar si era ella, después de todo, hacía años que no la había visto ni en pintura.

 

@@Candela Triviani

[Mentita]

Sunev había salido corriendo no sin antes dirigirle una mirada envenenada a la bruja, Candela le sonrió con el gesto más dulce que le fue posible fingir, pero no había dado en la tecla, le costaba demasiado disfrazar su aversión hacia los elfos; y ese en especial, se había ganado todas los números en la rifa de los más odiados por la gitana.

 

Cuando estaba más que preparada para poner patas arriba la mansión, apareció una chica pronunciando su nombre. ¿La conocía? Claro, ¿acaso alguien en Ottery no la conocía, por lo menos de nombre? Sin embargo, su rostro le era vagamente familiar a la Triviani. Tenía muchas lagunas en su memoria, y de alguna forma no lograba encontrar la relación que tenía con ella; entonces se le ocurrió que, era posible, nunca hubo una.

 

De modo que, cuando se decidió contestar, enarcó una ceja y giró hacia ella. Su mirada mercurio la estudiaba de manera insolente, mientras metía ambas manos en los bolsillos de la falda de su vestido.

 

— Sí, así me llaman —se adelantó un par de pasos hacia ella y se detuvo.

 

El elfo que la había recibido hacía algunos minutos estaba atento a la situación, a Candela se le ocurrió que seguramente estaba allí para darle apoyo moral a la bruja que se había personado frente a ella. Sus labios se curvaron en una ligera mueca de desprecio para con la criatura.

 

— No creo que la chica necesite ayuda, largo. —le ordenó a Sunev y éste le dedicó una mirada impaciente a su ama.— Mira, no me malentiendas —en esta oportunidad, las palabras iban dirigidas a la joven bruja—, detesto a ese elfo y no me preocuparé por esconderlo; así que mientras más lejos de mí esté, mucho mejor. Ahora... ¿Tú eres?

 

Existía la probabilidad de que el objeto de su visita no se encontrase en la mansión, por lo que se echaría al hombro a todo el que tuviese la idea de interponerse en su camino.

 

 

-.-.-

 

 

@@Ashura Lestrange

[Ashura Lestrange]

Bascilé por unos instantes aunque había hecho todo lo posible porque la figura femenina que tenía ante mi vista no pudiera notarlo para darle ventaja ante la situación. Por un momento había pensado en que me reconocería, porque estaba completamente convencida de que tenía a mi madre de hace muchos años, pero nunca había sabido nada de ella, había desaparecido sin dejar ningún rastro sobre ella.

 

- Mi nombre es Ashura Lestrange, no me sorprendería que no te sonara, siendo que soy mas joven que tu - Exclamé al seguir su juego, por el aspecto que dejaba ver parecía que la chica quería algo de diversión y diversión iba a tener.

 

- Y bien ¿Quién te crees que eres para invadir la Black Lestrange sin autorización e irrumpir la paz de la misma? - Escupí dejando entrever el orgullo que rodeaba mi persona, no iba a perdonarla después de haberme abandonado todo ese tiempo.

 

@@Candela Triviani