Transformaciones VI + Pociones

[Matt Blackner]

Aquella mañana me desperté temprano. Casi no había amanecido pero había costumbres que nunca acababan y gracias a la llegada del verano, se preveía un gran día. Tras darme una ducha, decidí vestirme con un pantalón de deporte corto de color gris y una camiseta azul claro acompañado por unas deportivas de color negro.

 

Revisé llevar en la mochila todo lo necesario para la clase de transformaciones del mes, antes de bajar a desayunar. Si mi madre me veía con aquella pinta me mataría, dado qeu no lo consideraría el atuendo más apropiado para un profesor, pero tras un par de meses sin clase y la que había compartido con Edmund, donde incluso le había ayudado a llevar a cabo la clase de Maestría de Escobas, este mes tenía una clase bastante concurrida, por eso mi asignatura iba a ser impartida en un lugar un poco más especial.

 

Tras el desayuno, desaparecí desde los jardines de la Potter Black con un granizado de limón en la mano izquierda. Aparecí en la entrada de la universidad mágica, y desde alli, caminé por los jardines hasta el lugar donde siempre impartía mi clase, unas gradas frente a una mesa junto al lago, que en días de lluvia se cubría con un toldo mágico qeu impedía que los alumnos se mojasen. Aquel día, junto a las gradas, había un elemento más, una puerta de madera de color rojizo que de momento estaba cerrada.

 

Mientras me sentaba como tenía costumbre sobre la mesa, bebiendo la refrescante bebida, recordé la nota que debía haber llegado a mis alumnos.

 

 

 

Buenos días, alumnos. Les espero en los terrenos del Ateneo, en las gradas situadas junto al lago para llevar a cabo la clase de Transformaciones. Les recomiendo qeu traigan ropa cómoda

 

@ @Adam Lockhart @Mei Black Delacour @Darian Mcnair

 

Tardarían en llegar?

[Adam Lockhart]

El reloj comenzó a sonar con mi canción favorita, daba las ocho am, pero yo aun seguía dormido en la cama, así que me levante de forma rápida, la cama estaba hecha un desastres tenia cosas regadas por todos lados y aun estaba calzoncillos, me fui a la ducha la cual estaba fría, tenía que correr, sabía que ese día comenzaba mi clase de conocimiento nuevas no puedo darme el lujo en ser el último en llegar.

 

Salí me viste algo rápido , te un pantalón de mezclilla negro, una ramera blanca, y claro un sobretodo azul oscuro, tome un pequeño morral con algunas pociones que tenia, mis libros de hechizos y algunos pergaminos y plumas para los apuntes, nunca se sabe que puede pasar cuando vas a una clase de conocimiento, baje volando las escaleras hacia la cocina de la mansión Lockhart, no vi a ningún miembro de la familia en el camino debe de estar todos en sus labores, tome un pan tostados y llame a mi elfo, aunque no es el más fiel de todos los fieles, es el único que tengo y me acompaña ahora- sr ekooo- le grite, aunque nuestra comunicación esa muy buena, hace bien su trabajo,

 

Cuando apareció le di indicaciones – dile a mi padres que me voy a la universidad a estudiar, que lo quiero ver cuando regrese, además acomoda mi cuarto y que mi hermana no vaya a entrar en el- lo ultimo lo dije por precaución no quiero que el enana este revisando mis cosas en mi ausencia.

 

Salí por la puerta de atrás al amplio jardín y me desaparecí, aunque me encanta volar y no tenia retraso preferir usar esta vía además que hacía mucho sol para estar encima de esa cosa, horas y horas hasta llegar hasta allá, cuando llegue trate de ubicar el lugar que el profesor nos indico.

 

Aun me perdí un poco, siempre era más fácil encontrar un lugar externo del edificio que uno de los salones, siempre me ha parecido un lugar infinitamente amplio, desde los tiempo que curse mis primeros curso en ese lugar, reflexionaba mientras caminaba vía a la gradas a llegar vi que solo había una persona, espero que sea el profesor no me gustaría que llegara tarde.

 

Una vez delante de la mesa, hice los honores de presentarme ya que al mago no lo había visto nunca ni dentro, ni afuera de las instalaciones académicas, aunque no es secreto para nadie que desde hace un tiempo ya no dedico tiempo a socializar como lo hacía antes cuando era desempleado – buenos días, mi nombre es Adam Lockhart, fui citado en este lugar para cursar mi clase de trasfiguraciones, viene usted por el mismo motivo- le dije ignorando por completo el hecho de la puerta roja que se encontraba a mi lado derecho.

 

@@Matt Blackner

[Darian Mcnair]

Me desperté un poco sobresaltado por que pensé que me había quedado dormido, pero luego de ver la hora en el reloj de mi mesita de luz, me di cuenta que aun era muy temprano, así que me relaje un poco y me levante tranquilo. Aun con el pijama puesto baje a la cocina para preparar mi desayuno, existía la posibilidad de que me expulsen violentamente de ahí, ya que sabia que los elfos domésticos de la familia eran los únicos que habitaban ese lugar y que no les gustaba que un miembro de la familia ande por ahí. Pero como no tenia elfo propio y no quería molestarlos decidí bajar y hacerme mi café con leche yo solo.

 

 

Al llegar a las cocinas, abrí la puerta y como lo pensaba varios elfos estaban allí preparando el desayuno de los demás habitantes de la mansión. Al acercarme ellos se sorprendieron de que estuviera allí, algunos me miraban con curiosidad - Buenos días - salude a las pequeñas criaturas- No se molesten por mi, vengo a prepararme algo rápido para desayunar y me voy - .. la negativa de ellos no se hizo esperar, veo como dos de ellos avanzan uno era Tanis el elfo de Elvis y la otra elfina era Thetys de Arabella...

 

-Buen día señor Darian - dijo Tanis tomando la palabra - Si gusta, le llevamos el desayuno al comedor, como hacemos con los demás miembros de la familia -

 

-Te agradezco Tanis, pero no quiero molestarlos. Ustedes se deben a sus amos, y yo no los quiero molestar. Anda, déjame que me preparo algo y me retiro -

 

-Nono, nosotros le llevamos el desayuno al comedor. Son ordenes de mi amo Elvis, yo le sirvo a el y la familia Gryffindor, usted ya es parte de la familia así que como tal debo cumplir con mi deber - replico el elfo un poco enojado. - ¿ Que quiere desayunar?

 

 

-Mmmm.. esta bien Tanis, tu ganas, pero solo porque es orden de Elvis. A mi no me deben nada.. - no quería ver mas enojado al elfo así que accedí a su petición - Me gustaría un poco de café con leche y unas tostadas con dulce de membrillo -

 

 

Escucho como el elfo dice "enseguida" y me escoltaba hasta la puerta para que no pueda hacer nada mas ahí. Una vez que llegue al comedor, ya estaban ahí esperándome mis tostadas y café. Desayune en silencio y una vez terminado dicha comida, le doy las gracias a Tanis y me regreso a mi habitación para cambiarme, la nota que me había llegado para comenzar mi clase de transformación decía que llevemos ropa cómoda, así que tome mis zapatillas todo terreno, un pantalon de hacer ejercicio, una remera negra y una campera también de hacer ejercicio, algo me decía que iba a ser interesante la clase y por si acaso llevaba mi mochila con un par de cosas que me serian útiles. Una vez todo listo y Krauser en mis bolsillos baje de nuevo hasta la parte baja de la mansión y me dispuse a irme por la chimenea que mi padrino usaba para irse a la universidad mágica, ya que el era un director de ahí.

 

 

Una vez las llamas verdes me dejaron ver otra vez, me di cuenta que estaba dentro la universidad. Gente iba y venia por todos lados, me dirijo hacia los jardines, mas cerca del lago que era donde el profesor a cargo de transformaciones nos aguardaba. Al llegar veo unas gradas, una mesa , una puerta roja y dos personas... Al acercarme distingo a una de ellas, era Adam y estime que la otra persona era el profesor. Me llamaba poderosamente la atención el estar de esa puerta ahí, pero supongo que ya nos van a decir, me acerco a ambas personas y comienzo a decir - Buenos dias! Darian Mcnair presente - dije mirando al que parecía ser el profesor y extendiendo un brazo a la espalda de Adam le hago una palmada en señal de saludos - Adam! que sorpresa verte aquí, ¿Parece que vamos a ser compañeros en esta clase? -

 

 

 

@@Matt Blackner @@Adam Lockhart

[Mei Black Delacour]

Ya estaba en pie desde hacía un largo rato ya, a fin de cuentas algunas costumbres eran difíciles de desarraigar. El no tener trabajo le había dejado un tiempo infinitamente grande para hacer otras cosas, aunque no sabía muy bien cómo invertirlo, y en aquellos momentos era donde se percataba de algunas cosas. Como el hecho de que su esposo estaba incluso más ocupado que antes con sus labores y hacía ya muchos días que no lo veía; esa mañana, bien temprano, había despertado, esperando encontrarlo a su lado, pero sólo se encontró con una cama doble ocupada por ella, delatando que no había ido a dormir aquella noche.

 

Soltó un largo suspiro, mirando la cama vacía desde su lugar, apoyada en el marco de la puerta que daba acceso al baño. A veces el trabajo consumía más de lo esperado el tiempo de uno, y en aquel instante se percataba de ello.

 

De pronto, una lechuza pequeñita entró a la habitación por la puerta doble de cristal del balcón, aleteando rápidamente y dando vueltas en círculo, al parecer bastante animada y emocionada. Se acercó en cuanto la pequeñita se apoyó sobre la cama y soltó la nota que llevaba en su pico, la cual Mei tomó, abrió y leyó sin prisa. No le sorprendió ver de quién se trataba, recordaba que aquel día tendría curso en la universidad, lo cual le fue un alivio, una actividad para poder ocupar su mente un poco.

 

Haciendo caso a la nota, se encargó de colocarse short de jeans, una blusa blanca y fresca, y zapatillas tenis, a fin de cuentas el calor se haría sentir más tarde, y no deseaba para nada tener que lamentar el calor que pudiese llegar a sentir. Terminó de peinarse y, al cabo de unos minutos ya estaba lista, por lo que luego de despedirse de sus pequeños, desapareció con rumbo a la Universidad.

 

 

 

Caminó tranquilamente por los jardines, mirando con curiosidad a los alumnos que se detenían a tomar un poco de sol o sencillamente a sentarse bajo la sombra de un árbol a descansar antes de iniciar las clases, a fin de cuentas aún era temprano. Luego de andar un rato fue que, rodeando el lago, encontró lo que buscaba, por lo que apresuró el paso para acercarse.

 

–Buenos días, – saludó, llegando en el momento justo en el que uno de los presentes hablaba con otro, ambos a quienes supo inmediatamente serían sus compañeros de clase – Mei Black Delacour lista para empezar – agregó, sonriéndoles a todos y levantando una mano a modo de saludo.

[Mael Blackfyre]

Iba caminando por los territorios del Ateneo de a Universidad. Había tantas cosas que organizar en aquella época del mes, que era más rápido ir a pie que esperar a que las lechuzas llegaran de un lado a otro. Los libros de hechizos y las habilidades eran la novedad dentro de la Universidad, pero para realizarla, los magos y brujas de Ottery no podían olvidarse de los conocimientos, así que el Claustro estaba en pleno movimiento. Salvo aquella mañana.

El sol había salido hacía algunas horas. El césped estaba cubierto por un brillante rocío hasta que el sol se elevara lo suficiente para evaporarlo. Mi túnica negra con el emblema de la universidad, brillaba ante los rayos del Rey Astro que iluminaba cada vez más. Acomodé un poco el cuello de mi camisa azul y cuando estaba en medio de aquel camino, una figura de largas orejas, ojos saltones, brazos y piernas largas, apareció delante de mí.

— Para el Señor Gryffindor. Lo envía la ama Ricci.

La voz del elfo era grave. Y sus ojos eran totalmente inexpresivos, como si mostraran que aquella tarea no iba realmente con lo que tenía que hacer. Aún asi le agradecí y tomé el pedazo de papel que estiraba directamente hacia mi cara. Cuando lo abrí, la criatura desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Me costó largos segundos recordar aquel apellido, hasta que pude relacionarlo realmente con el rostro que debía.

"Director Gryffindor.
Tuve algunos problemas en casa y voy a tardar en presentarme al Ateneo.
Lamento avisarle por éste medio, pero de verdad no quiero que
me vean con el rostro lleno de forúnculos. Al parecer a alguien,
le pareció gracioso encantar una tetera de té.
Atentamente, Valentina Ricci"

Levanté la vista y no pude negar con la cabeza. Aquellos cambios a última hora hacía que realmente todas mis responsabilidades se mezclaran, pero agradecía que al menos la joven profesora nos avisara. Mi cabeza, como era costumbre, se puso a pensar en todas las opciones que tenía, que no eran muchas. Casi todos los profesores ya estaban impartiendo su clase, así que no podía hacerlos cargo de esa. Algunas suplencias ni siquiera estaban. Y era de los que creía que si querías hacer algo bien hecho, debías hacerlo vos mismo.

Muy a lo lejos, como si una señal representara, pude ver a un grupo de personas que se estaban congregando a orillas del lago. ¿Qué hacía una grada y una puerta? Al parecer Matt estaba volviendo a hacer de las suyas y me agradaba demasiado su manera de dar clase. ¿Le molestaría? Estaba seguro que no. Aunque tampoco le quedaba mucho poder de decisión. Mientras hacía desaparecer la carta, me encaminé hacia ése sitio. Acomodé un poco mi cabello, que siempre se despeinaba y rasqué mi barbilla, no me gustaba interrumpir de ésa manera.

— ¿Matt? ¿Profesor Matt? —me corregí cuando me coloqué lo suficientemente cerca para ver que ésa era la clase de Transformaciones. Y que ya se habían presentado mis ahijados Adam y Darian, y mi hermosa lider de la Orden del Fénix, Mei. Miré a éstos y le dirigí una reverencia a modo de saludo. Me volví a fijar en el profesor—. ¿Puedo interrumpir su clase por un segundo? Tuvimos un inconveniente y debo reemplazar a la profesora de Pociones por un momento, hasta que pueda llegar. ¿Le molestaría que compartamos el espacio? Solamente tendré un alumno al que enseñarle Pociones

Le pregunté mientras me acercaba un poco más. Me enfoqué en la puerta y tal vez éstos pensaban irse, por lo que no los molestaríamos mucho. Además, nosotros tal vez también nos iríamos de alli por lo que solamente sería esperar a que el alumno en cuestión llegara. Sin más que perder tiempo moví mi varita una, dos, hasta media docena de veces. De momento algunas piedritas se amontonaron para sostener un gran caldero. El fuego explotó debajo para comenzar a calentar un líquido tan blanco como la nieve. Algunos libros viejos aparecieron debajo y muchas botellas que se contenían dentro de un maletín.

— ¿Pensaban irse? —pregunté a Matt con una sonrisa, desconcentrándome un poco de mi propia clase. Tal vez así los chicos se entusiasmarían más, no sabía hasta dónde o qué temas habían hablado—. ¡Casi lo olvido! El alumno... —pegándome con una mano en la frente. Me apresuré para sacar la varita y escribir unas lineas prolijas pero apresuradas. Cuando terminé, el rollito de pergamino desapareció en una voluta de humo rojizo.

"Querido Axel.
Hubo cambios a último momento y la profesora Ricci no podrá llegar a tiempo.
Asi que la reemplazaré en Pociones hasta que pueda presentarse.
Te espero al borde del lago de la Universidad. Será fácil encontrarnos.
Elvis~"

[Axel Rexdemort]

Apagó el cigarrillo con la punta de sus dedos, mientras el danés continuaba limpiando la superficie de su negocio, un barco en medio del callejón Diagon, no solo era una tienda de antigüedades y artículos muggles, también fungía como hogar del Rexdemort.

Axel tenía unos días esperando la carta de la profesora Ricci, no conocía bien a esa mujer, solo que ella era la encargada de la clase de Pociones en la Universidad.

 

Tenía sus pantalones negros arremangados hasta las rodillas con los tobillos descubiertos, Axel no era muy brillante con las tareas de limpieza y no quería mojarse los pantalones, por lo que no noto cuando una lechuza sobrevoló encima de su negocio.

Cuando el animal voló por encima del tatuado, este reacciono sorprendido al ver el ave que aleteaba sus alas y llevaba un pergamino en la pata.

 

-Calmado dude, calmado- Levantando las manos, al parecer el animal se había asustado un poco y salió volando del lugar, dejando el papel en el piso. – Really. – Suspiró el hombre, al menos la clase que esperaba no era criaturas. – Debe de ser de la señorita Ricci. – Se dijo a si mismo, tomando la carta para leerla rápidamente.

 

Miro su reloj en la mano izquierda, después bajo por su varita y paso a su recamara solo para revisar su aspecto. Sacudió su cabello rápidamente, se cambió con una camisa corta, sonrió al reflejo y desapareció del lugar.

 

Conocía bien la Universidad, así que dar con los lugares no sería tarea difícil, la carta decía que la señorita Ricci tardaría un poco, así que Elvis tomaría su lugar. Axel camino rápidamente entre las personas del lugar, la carta apenas había llegado por lo que supuso que todavía tenía tiempo.

 

Miró el lago una vez que lo localizo, cuando por fin vio a un grupo de personas allí. – ¿Ellos serán? – Se preguntó mientras caminaba hacia las personas, fue cuando una sonrisa apareció debajo de su tenue barba. – Adam, Elvis, Mei. – Pensó al ver sus rostros, después miro al Matt, lo recordaba como si fuera ayer, justamente él había sido su maestro de transformaciones hacía tiempo. Axel se acercó lo suficiente como para saludar con un gesto de la mano, y se acercó hacia Elvis, al darse cuenta que no conocía al otro chico.

 

- Hej Elvis, perdón la demora.- Lo saludo con la mano mientras observaba el caldero en el suelo. – Entonces la profesora Ricci llegara tarde. – El danés solo sonrió, no era tan malo.

[That is not my name]

- Ishaya Tonks, - sonreí al momento de saludar - pero todos me conocen, inclusive usted, querido profesor.

 

Siempre era un gusto poder compartir una clase de conocimiento con personas cercanas a mi, aunque no con todos pudiera frecuentar tanto como me gustaría, cada uno de los presentes estaban relacionados conmigo de una u otra forma. Sorprendiéndolos despues de que Elvis y Axel se nos hubieran reunido para informarnos acerca de una clase conjunta, algo que como alumno no había tenido la fortuna de experimentar.

 

En la nota de mi querido Matt había indicado que asistiera con ropa cómoda, y eso había hecho, optando por una túnica amplia, bombacha, completamente larga para que me cubriera todo el cuerpo y sentirme "libre" dentro del aprendizaje; aunque eso no ocultaba mis amuletos y anillos certificados por los libros de hechizos que había cursado hasta el momento ya que, bueno, uno nunca sabía cuando se podrían utilizar. Colgado a mi hombro llevaba mi monedero de piel de moke, para poder transportar todos los objetos que podría requerir y, claro, mi varita siempre estaba en mi cinturon, de fácil acceso a mis manos.

 

Saludé a todos los presentes estrechando sus manos, un beso en las mejillas y un abrazo caluroso, no quería que las formalidades de la universidad me limitaran en la demostración de afecto ante ellos. Después de los saludos, me coloqué al lado de mi hijo.

 

- No me esperaste en el castillo, - dije murmurándole - creo que fuiste el único que no se dio cuenta que cursábamos el mismo conocimiento este mes. - Finalicé con una sonrisa.

[Matt Blackner]

Había terminado con el granizado cuando el primero de mis alumnos llegó, de los nombres en la lista, solo conocía al tío Ishaya, asi que fue estupendo qeu se presentara al llegar. Estreché la mano al joven y respondí a su pregunta:

- Buenos días Adam. En realidad si que estoy aquí por la clase de Transformaciones...soy Matt Blackner, el profesor.

 

Apenas había terminado de recibir a Adam cuando se presentó otro joven. Por eliminación debía ser Darian, cosa que confirmó enseguida dirigiéndose hacia mi, o me había oido presentarme o como en seguida supe, ya conocía a Adam.

 

Con paso ligero llegó Mei, preparada para la clase.

- Genial, me alegro teneros aquí. Solo nos falta Ishaya para tener la clase al completo.

 

Iba a comenzar con la introducción de la clase cuando otra voz me distrajo. Me giré y como si tuviera un resorte, me levanté de la mesa. Elvis, director de la academia, estaba alli. Si Sagitas hubiera estado en ese momento habría aprovechado para chincharme por la poca formalidad que presentaba en mi atuendo...

- Director Gryffindor! No interrumpe, apenas acabamos de empezar con la clase. - dije. Pronto explicó el motivo de su visita, la profesora de pociones tenía problemas con el inicio de su clase y Elvis se haría cargo mientras. - Oh! por mi está bien, aquí fuera tenemos espacio de sobra para todos, asi que perfecto si nos acompaña. - otro de los motivos por los que prefería las clases de exterior.

 

Me quedé mirando como iba preparando lo necesario para el conocimiento que impartiría, pues en un segundo un caldero bullía junto a las gradas.

- Si, había previsto llevar a la clase de excursión para poder practicar. - respondí, justo antes de que el alumno de Elvis también había llegara.

 

Ishaya ya estaba alli. Lo saludé estrechando la mano, percibiendo que conocía bastante bien a Adam. A lo mejor éramos familia y no lo sabía. En realidad ya estábamos todos y podíamos iniciar las clases.

 

- Bien, la transformación es más complicada de lo que parece. Es algo de uso común, diario. Quién no ha transformado alguna vez un objeto como una mesa o una silla en un perro? Para la mayoría es magia básica, demasiado simple. Pero va más allá. - comencé.

 

- Se basa en la concentración, en saber bien qué queremos transformar y el resultado final. Si no lo tenemos claro y estamos seguros de ello, conseguiremos transformaciones a medias y eso con suerte. Una falta de decisión puede hacer que la transformación sea en algo distinto a lo que queríamos, o que solo tenga parte del resultado que se esperaba...siempre que no hablemos de transformación sobre seres vivos, que puede ser bastante desagradable si falla.

 

Metí las manos en los bolsillos del pantalón, tomando aire antes de continuar:

- La transformación tiene tres niveles que van aumentando en su dificultad: desde la que afecta a los objetos, aquella que cambia objetos en seres vivos y viceversa, y por último, la que afecta a los seres humanos, sin duda la más complicada de todas. Aunque antes debéis saber las normas básicas en las que se basa esta materia: las Leyes de Gamp. Sabríais nombrar alguna de ellas?

[That is not my name]

Matt comenzó la clase de inmediato, lo que me parecía excelente, aunque aún me sentía extraño con Axel y su situación en específco al encargarle Elvis a nuestro profesor mientras Valentina Ricci llegaba para poder impartirle los conocimientos necesarios apra certificarlo en la materia de pociones. yA decía yo que era demasiado extraño el que le hubieran dado una plaza, pero ese no era más mi problema. Nunca lo había sido.

 

Las primeras plabras del Potter Black eran más como una introducción que otra cosa, por lo que le sonreí tranquilo, asintiendo con la cabeza de vez en cuando cuando daba un dato interesante, justo cuando pidió opiniones acerca de las leyes de Gamp; al poseer ya a habilidad de metamorfomagia y esperar la certificación de animagia, podía contestar sin problemas.

 

- La más obvia y conocida es sobre la comida, - tomé la palabra - no puedes crearla de la nada. puede ser multiplicada si uno ya tiene un poco de comida para multiplicar, puede ser ampliada o la comida puede ser convocada si se conoce la ubicación aproximada y es bastante seguro que la comida estará allí.

 

Esperé al resto de mis compañeros, obviamente, para que la clase continuara y no tuvieramos problemas en que alguno acapara la atención de mi sobrino, aunque seguía pensando en el conjuro "morphos", utilizado por todos los estudiantes graduados, ciudadanos comúnes, al utilizar estos principios básicos.

[Darian Mcnair]

Poco a poco fueron llegando todos, en un momento estaba junto a Adam, Ishaya y nuestra bella líder de bando la señorita Mei, tambien apareció mi padrino Elvis, casi voy a saludarlo como de costumbre pero recordé que en ese momento esta representando su cargo como director de la universidad. Pude ver como al profesor casi empalidece al verlo a Elvis que estaba a su lado, al parecer se sorprendió tanto como nosotros... intercambiaron unas palabras y al parecer una profesora se había ausentado a ultimo momento y Elvis tomaría su lugar.

 

Luego que llegara el ultimo alumno para la clase de pociones el profesor Blackner comenzó a explicar lo referente a su clase y como eran los diferentes tipos de transformaciones, como afectaban a las cosas vivas, inanimadas o viceversa. Estaba prestando atención cuando el hace una pregunta sobre la ley de Gamp y el primero en tomar y dar la primera delas leyes fue Ishaya y explico correctamente la primera ley con el ejemplo de la comida. Luego levanto la mano y pido la palabra.

 

 

-Las leyes de Gump son 5 en total, Ishaya explico la primera y si me lo permiten comentare las dos siguientes: la siguiente ley tarta sobre el amor. El Amor: Simplemente no puede crearse el amor en donde no existe ni un poco de éste y la tercera ley habla sobre la Vida: La vida no se puede originar en donde no la hay. Del mismo modo no se puede revivir a un muerto...-

 

 

Esas eran las únicas tres leyes que conocía a la perfección, las otras dos por alguna extraña razón siempre se me escapaban cuando quería recordarlas, se que tenían que ver con el dinero y el conocimiento, pero no recuerdo las textuales palabras del libro. Espero que mis compañeros las recuerden y las mencionen. Guardo silencio y espero a ver como sigue desarrollándose la clase..