Transformaciones VI + Pociones

[Mael Blackfyre]

No fue hasta que los alumnos de Transformaciones empezaron a moverse, que no pude reaccionar como hubiera querido. Los chicos empezaron rápidamente a hablar sobre aquellas famosas leyes. Y si no fuera porque me había dado cuenta, tal vez me hubiera quedado observando durante toda la clase. Pero era el profesor de Pociones en aquella oportunidad y eso era lo que teníamos que hacer. Me golpeé con una mano la frente mientras intentaba pensar por dónde comenzabamos.

 

— Es muy bueno ver que estás aquí de todas maneras, Axel. ¿Te parece si empezamos? —casi le comentaba que no sabía por donde, pero no era buena imagen para el director de la Universidad, asi que me rasqué un poco la nuca mientras sacaba mi varita y empezaba a hacer todo lo necesario. Le había agradecido a Matt por permtirme que compartiéramos aquel espacio. Y los chicos no perdían el tiempo, de hecho Mei usaba uno de nuestros calderos, que por suerte no los necesitaríamos o estaríamos en problema. Prendí el fuego que estaba por debajo de ellos, procurando no interrumpir a mi camarada—. Estaba pensando que tal vez sea bueno que aprendamos a hacer la Cura para Forúnculos. ¡Mejor dicho! Podríamos realizar una mejorada.

 

Miré expectante a Axel para ver que opinaba, ya que estaba seguro que éste joven mago sabía manejarse básicamente con las Pociones, pero lo que teníamos que hacer en la Universidad, era especializarnos, asi que aprovechar el caso de Valentina y poder hacer uso, poner en práctica aquello, era lo que necesitábamos para ésa clase. Y más que luego podría hacerlo con otras pociones. Para aquel entonces, mientras Transformaciones continuaba su curso, apareció la profesora Ricci disculpándose, en el momento justo que abría aquella bolsa de cuero con los ingredientes que necesitábamos.

 

— ¡Profesora Ricci! Que rápido, pensé que iba a tardarse más —le comenté sacando tres ingredientes. Había algunas hojas. Una especie de insecto baboso y un polvo que tenía el nombre en su etiqueta de la botella. Miré a mi alumno y le dirigí una sonrisa. Estaba seguro que ambos no tendrían problema en que trabajáramos los tres—. Llegaste en el momento justo. Estábamos por ver si sería bueno recrear una poción de la Cura para Forúnculos. ¡Pero mejorada! ¿Que creen que puede llevar? ¿Qué ingredientes y dónde los conseguiríamos? Estoy seguro que deberíamos empezar a hacer la poción básica y luego ver como superarla. ¿Quieres empezar, Axel?

 

Le comenté una vez que aquel líquido empezaba a borbotear rápidamente. El caldero se calentaba rápido, como si fuera que estaba allí hacía horas. El bullicio de la otra clase era constante pero no molestaba para nada. Tomé aquellas hojitas y ayudé un poco a triturarlas. Había que partirlas en un tamaño diminuto asi la lanzábamos dentro. Miré atento a Valentina o Axel por si alguno comentaba algo al respecto.

 

@@Axel Rexdemort @

[Matt Blackner]

Las plumas que caían sobre los cuatro alumnos mecidas por la suave brisa llamaron su atención, incluso creo qeu logré arrancar alguna sonrisa. Tenía un bonito efecto, e incluso la réplica de Draco agitó la cabeza excitado, antes de alzar el vuelo y "cazar" una de las plumas que eran arrastradas, deteniéndose entre los estudiantes a jugar con ella.

 

Ishaya fue el primero en querer probar alguno de los nuevos hechizos, a lo cual le invité con un gesto de la cabeza. Me gustaba que practicaran los hechizos conforme salían, ya que asi podrían probar ellos mismos sus consecuencias.

 

El tío eligió convertir la baldosa bajo los pies de Adam para hacerlo tan resbaladizo como una balsa de aceite, provocando que el joven no pudiera mantener el equilibrio. Aguanté la risa mientras sugería utilizar el duro sobre su cabeza.

- Bueno, creo que aplicándolo sobre el pelo podemos crear peinados que desafíen a la propia gravedad y que aguantarían sin ningún problema - comenté.

 

Mei si que puso el hechizo sugerido en acción sobre uno de los dos calderos que Elvis pensaba utilizar en la clase de pociones.

 

- Fantástico. Como podéis ver, estos hechizos afectan al objeto, transformándolo en su forma o cambiando la superficie. Su mayor complicación es tener la seguridad de saber lo que queremos transformar y en qué.

 

Ahora explicaría el segundo nivel de transformación, que ahora, guardaba un poco más de dificultad al implicar seres vivos en el proceso.

- En el segundo nivel de transformación aparecen los seres vivos, concretamente los animales. En este caso la dificultad evidentemente aumenta ya que se trata de cambiar la forma, de insuflar vida a estos objetos o de hacer que un ser vivo pase a ser una "cosa". Si nuestra mente no trabaja de forma correcta, se producirán consecuencias que varían en su gravedad...tal vez ver un ratón con frases de nuestro libro favorito inscritas en su piel o una taza de café con bigotes sea algo cómico, pero tratar de crear una lechuza y que le falte un ala no es tan gracioso.

 

Suspiré antes de continuar, cierto era que parecía algo dramático por mi parte, pero no me gustaba ver sufrir a los animales, aunque no dejasen de ser, en el fondo, cualquier objeto que tuviéramos en casa.

- En este caso también existen hechizos específicos: Avifors transforma una estatua con forma de ave en el animal que representa, y a su vez, hace qeu cualquier pájaro se convierta en una estatua, creo qeu todos conocen el hechizo que Darian mencionó antes, fera verto sirve para convertir aves en copas, lapifors se utiliza sobre pequeños objetos o criaturas de menor tamaño para que se transformen en conejos, el snufflifors convierte los libros en ratones. Y por último mi favorito, el Draconifors del cual ya han visto sus efectos.[/b] - terminé, señalando al pequeño dragón que jugaba con la pluma.

 

- Debo decir que los animales que creemos representan a las criaturas reales en las que se basan. Si es un animal salvaje, como un tigre, se comportará como lo haría en la naturaleza. De todos modos no pueden ser controlados mediante hechizos, y obedecerán a aquel que pronunció el hechizo. - agregué.

 

Esta vez me puse de pie. Si surgía una duda en cualquier momento, sin importar sobre que hechizo o cuestión, estaba dispuesto a responderla. Pero había pensado algo divertido para mi clase, y por eso, caminé hacia la puerta roja que seguía alli, sin hacer ruido.

 

- Bien....creo que ha llegado la hora de la clase práctica. - me giré en dirección a la clase de pociones, Axel, Elvis y Valentina - Profesora Ricci, director Gryffindor...si quisieran acompañarnos estaría encantado. - ofrecí, antes de abrir la puerta y con una seña a Ishaya, Mei, @@Darian Mcnair y @@Adam Lockhart cruzar al otro lado.

[That is not my name]

Continuó la epxlicación y decidí utiliza runo de los nuevos hechizos sobre varios de mis libros que cargaba en mi mochila, sería interesante ver como saltarían de un lado par aotro en forma de conejos o, en su defecto, ir directamente sobre Mei Black Delacour, que se encontraba sentada en el césped.

 

Me apresuré a hincarme en el suelo y sacar los cinco libros de transformaciones que había sacado de mi biblioteca personal, todo con el fin de teneruna mejor experiencia de clase, lanzando el lapifors sobre ellos y luego un oppugno para que estuvieran haciéndome caso y no perderlos por la pradera. La primera orden, obviamente, era ir en contra de Mei y atacarla con ternura, es decir, sin hacerle daño.

 

- Hace tanto que no hacia un conjuro de estos... - mencioné en voz alta pero sin decírselo a nadie ne particular, aunque Darian y Adam los tenía a mis costados - creo que es genial el poder recordar este tipo de conjuros, digo, para el día a día.

 

Me sorprendía bastante ver a mis dos compañeros de la Orden tan callados, sobre todo aquellos que estaban a mis lados, debido a que ambos eran de aquellos cazadores de sombras que siempre estaban a mi lado en distintas batallas en todo el país y nunca pasaban por alto en cad acombate, al parecer en este tipo de circunstancias eran más tranquilos, menos conversadores. Suspiré, al menos tenía a Mei, mi líder, jugando con los conejos.

 

- Deberías de intentar uno de los conjuros, - me dirigí al otro Lockhart - creo que sería bueno.

 

No quería de ninguna manera que reprobara la clase Adam, y sí, era el instinto paterno el que me obligaba a empujarlo por esa dirección para que se viera más entusiasmado con lo que sucedía a nuestro alrededor, sobre todo porque al ser miembro del claustro ateneo, sabía más o menos los requisitos para lograr el certificado que avalara nuestro conocimiento especial.

[Axel Rexdemort]

-Veamos que shenanigans habrá que hacer. – Se giró Axel dirigiéndose a Elvis, el cual había empezado la clase con una idea de mejorar una poción. La sonrisa del joven tatuado apareció cuando el director dio una orden. Si bien tenía una ligera idea de pociones realmente estas nunca fueron su fuerte.

 

-Forúnculos.- Repitió para sí mismo observando el caldero, intentaba no distraerse con la clase que ocurría al lado, aunque él ya tenía ese conocimiento le resultaba fascinante, ojala las pociones se le dieran tan bien, se alzó de hombros intentando recordar los ingredientes base.

 

- ¿Es la poción esa que cambia de color como 7 u 8 veces no?- Pregunto riendo un poco y mostrando su sonrisa, en algún lugar de la cabeza de Axel le parecía recordar que esa poción era esa que cambiaba de rojo a rosa, se hacía verde e incluso azul.

 

- ¿Colmillos de serpiente y babosas? – Pregunto poniéndose en cuclillas para observar el caldero de Elvis, no estaba completamente seguro de eso, pero algo así recordada de las clases de pociones, en Drumstrang esa fue una de las peores asignaturas que curso el tatuado.

 

-Supongo que podemos encontrar estos ingredientes en un bosque, o un pantano… - Se quedó callado por un segundo, mientras materializaba su varita en su mano derecha. – ¿Sería posible usar el hechizo de babosas para no tener que ir a buscar? Sería más cómodo. – Riendo un poco más, para girar su varita con un movimiento rápido la cual se transformó instantáneamente en una cuchara de madera.

 

-No soy muy bueno con los animales tampoco.- Susurro para si mismo, metiendo su nueva cuchara sobre el caldero para revolver la base, que tal si se quemaba esa cosa. Imagino por un segundo que ni la profesora Ricci ni el director, estarían muy contentos con un estudiante que quemaba las pociones, algo le decía que el fuego también era fundamental en ese tipo de pociones.

[Mei Black Delacour]

Rió por lo bajo al ver el dragón en miniatura que el profesor había hechizado y que ahora se lanzaba a atrapar las plumas que aún permanecían volando por el cielo alrededor de ellos.

 

Luego Matt prosiguió con la clase, dando ahora una nueva explicación que llevaría a la siguiente tarea y, al parecer, el objetivo principal de aquella puerta puesta allí en medio de la nada. Mei se tensó al oír el siguiente tema: las transformaciones de objetos en animales y viceversa; aquel tema que siempre trataba con tanto cuidado.

 

Sí, recordaba un acontecimiento sucedido con un grupo de niños a los cuales conoció brevemente en el exterior, uno de ellos intentando sorprender al resto… Meneó la cabeza, tratando de despejar su mente de aquel recuerdo tan espeluznante, ella, apenas con unos cinco años de edad, había quedado bastante shockeada con lo sucedido.

 

De pronto, vio que de la nada aparecían varios conejos de tamaño pequeño que se dirigieron sobre ella, tumbándola sobre la hierba con los saltitos que daban. Varios incluso se subieron a su pecho y no parecían estar dispuestos a moverse de allí, pero poco a poco fue poniéndolos uno a cada lado de ella y así poder respirar con tranquilidad y, aprovechar de acariciar el pomposo pelaje que tenían y distraerse un poco.

 

Aquella clase estaba siendo inusualmente divertida, aunque de un modo tan inocente que no recordaba haber tenido una situación así en tanto tiempo. Era purificante para el alma, luego de tener que vivir el día a día en los que a veces uno se cruzaba cosas que erizaban la piel de hasta el más indiferente.

 

Se puso en pie al ver que Matt se dirigía hacia la puerta, por lo que alzó a un par de conejos y siendo seguida por el resto.

 

–No te vayas a olvidar de tus libro-mascotas, Ishaya – le dijo al hombre ente risitas, acercándose hasta donde estaba y pasándole los conejos que tenía alzados a los brazos del mago.

 

Y mientras se preparaban para atravesar la puerta, no quiso perder la oportunidad de dejarles un regalito a Elvis, Axel y a la otra profesora, por lo que volvió a agitar su varita en dirección a algunos de los frasquitos vacíos que habían contenido ingredientes y que Axel acababa de usar, convirtiéndolos en pequeños conejitos luego de susurrar un Lapifors que comenzaron a rondar alrededor de los calderos y mordisquear algunas cositas.

[Matt Blackner]

Aquella clase estaba siendo muy divertida. Al menos lo era para Ishaya y Mei, que no dudaban en poner en práctica los nuevos hechizos conforme iban saliendo para jugar entre ellos. A veces un ambiente asi, tan relajado, sin tensiones ni presión era el mejor para adquirir nuevos conocimientos. Y te alegraban el día.

 

Al tío se le veía entusiasmado mientras colocaba en orden cinco libros que trataban el tema de la transformación en el suelo, antes de apuntarles con la varita y crear un grupo de conejos que se lanzaron dando saltitos sobre su compañera, atacándola con su monosidad y esponjosidad, jugando con ella. De nuevo tuve qeu morderme el labio para no estallar en carcajadas.

 

Eso si, llegaba la hora de usar la puerta, justo cuando capté un comentario de Axel. Elvis había pensado crear una mejorada de la poción Forúnculos y al parecer necesitarían babosas y colmillos de serpiente. No lo pude evitar y me volví hacia ellos.

- Em...siento interrumpir profesores, pero...hasta donde se, es mucho mejor ir a buscar los ingredientes, ya que si los hacemos aparecer, bueno...puede qeu sus efectos no sean tan buenos. - lo que me hizo recordar algo, asi qeu hablé a mis alumnos. - Si se utiliza un hechizo de transformación sobre un objeto y luego lo agregamos a una poción no serviría de nada, ya que si lo cortásemos o al alcanzar la poción temperaturas demasiado altas, la transformación se anularía y al final, estaríais echando una cosa distinta a la mezcla.

 

De nuevo volví la vista hacia el trío que se reunía junto a los calderos de metal y piedra:

- En fin, si nos acompañan estoy seguro de qeu encontrarán ingredientes de sobra para sus pociones

 

Y ahora si, atravesé la puerta, seguido de la réplica de Drago, Mei y el ejército de conejos de Ishaya (ya que los de la joven se habían quedado junto a los de pociones), el motivado Ishaya y los callados @@Adam Lockhart y @@Darian Mcnair

 

Lo qeu nos encontramos justo al atravesar la puerta fue una gran explanada arenosa, en la cual se encontraban grandes piedras y troncos, algunos árboles, horas y ramas caidas por la acción del viento. A pocos pasos de nosotros un lago y al otro lado, un bosque.

- En ese bosque que tenéis delante se encuentra un parque multiaventura, con tirolinas, descensos y ascensos, puentes, escaladas....además, también hay todo tipo de criaturas y animales, pues al mismo tiempo es una reserva abierta. Iremos allí a dar una vuelta y poner en práctica los hechizos aprendidos. Aunqeu antes tendremos qeu llevar hasta alli.

 

Antes de iniciar la siguiente parte de la clase, di un tirón del pomo de la puerta, sacándolo. No estaba rota, sino qeu era un objeto encantado, de forma qeu si lo colocaba en otra puerta o pared, volveríamos a la universidad mágica al instante, exactamente al punto de partida.

[Darian Mcnair]

La clase avanzaba de la mejor manera, el profesor Blackner explicaba cada duda y hacia las demostraciones practicas. Las habilidades de Ishaya y Mei no se hacían esperar, ambos probaban los hechizos mencionados por el profesor. Me detengo un segundo para ver a uno de los conejos que había conjurado Ishaya y apuntándolo con varita exclamo -Herbifors - era un hechizo bastante sencillo y que producía que de la cabeza del objetivo salieran unas cuantas plantas. Era divertido ver al conejo con unos pequeños girasoles en su cabeza, no sabia si le molestaría a Ishaya, ya que eran sus libros, así que apunto de nuevo mi varita y exclamo -Finite - para retirar los efectos míos sobre el conejo que volvía a ser una criatura tierna y esponjosa.

 

 

Luego guarde la varita y me dedique a estar en silencio y observar lo que hacían los demás, ese día no estaba muy conversador, prefería quedarme callado y estar atento a la clase, luego habría tiempo para charlotear y ponerse al día con los chismes de moda o saber que anda haciendo cada uno de su vida.

 

 

El profesor nos invita a pasar por la extraña puerta roja y tambien invito a mi padrino Elvis, a la profesora titular de pociones y al joven Axel que tenía que dar su conocimiento en ese arte de mezclar líquidos y hacer maravillas con dichas mezclas. Una vez atravesamos la puerta roja nos encontramos en una explanada arenosa y adelante nuestro se mostraban formaciones rocosas, un lago y un bosque bastante grande. El profesor nos explica que en ese bosque se encuentra el parque multiaventura.. ya el echo de que el bosque fuera tan grande y lleno de cosas para explorar me hacia ponerme ansioso, siempre que se trata de un bosque pierdo la cabeza, adoro recorrerlo y explorarlo. Si bien mi infancia fue un poco traumatica en el bosque donde tuve que crecer nunca me cerré a la idea de andar en uno, siempre me sentía aterrado pero a la vez me sentía en casa, sabia por donde moverme y por donde no, donde están las zonas de caza de los animales y donde se esconden los roedores por la tierra. Me sentía en mi elemento en el bosque, miro a todos un poco impaciente por adentrarme en el bosque, pero espero a que todos se pongan en movimiento y que el profesor nos vaya indicando que es lo que quiere que hagamos en ese lugar..

[Matt Blackner]

Darian parecía despertar un poco después de sus momentos de silencio, seguramente pensando en cada uno de los detalles, hechizos y explicaciones. Me di cuenta de que hacía crecer unos pequeños girasoles sobre la cabeza de uno de los conejos, dando una imagen bastante curiosa, aunqeu de nuevo, hizo desaparecer las flores.

 

Los chicos se quedaron un poco cortados nada más pasar al otro lado. No era lo más normal sacar a los alumnos del ambiente de la universidad mágica, y suponía que menos aun verse metido de lleno en un ambiente asi. Por eso tomé la iniciativa, a ver si se animaban.

 

Me dirigí hacia uno de los troncos caidos. Agité la varita murmurando el morphos para crear una canoa de tres plazas, de forma qeu si los componentes de la clase de pociones se animaban, tendrían un método de sortear el lago hasta el bosque.

 

Repetí el hechizo con una piedra, creando una canoa en miniatura, con lo cual tuve qeu aplicarle otro hechizo de forma que aumentó de tamaño, la puse en el agua y subí a bordo.

- Bien chicos, os espero al otro lado de la orilla!

[Mei Black Delacour]

Atravesó la puerta en cuanto el profesor la abrió, luego de dedicarles algunas palabras a Elvis, Axel y a la profesora titular, que parecía haberse centrado en algo que no volvió a hablar luego de haber llegado tan apresuradamente.

 

Observó el paisaje bastante particular, preguntándose internamente dónde estarían, pero luego Matt retomó la palabra, llamando la atención de todos, explicando el lugar donde se hallaban e invitándolos a una pequeña aventura luego de cruzar el lago, lo cual parecía que no los ayudaría demasiado con ello.

 

Soltó un resoplido, pensando en que debía encargarse de cruzar al otro lado para poder empezar con aquella parte de la clase, la cual presentía que no duraría demasiado. Miró a su alrededor, encontrando un tronco de árbol muerto de un tamaño que calculó que podría serle de utilidad. Con la varita en mano aún, apuntó con ella para utilizar aquel hechizo que ya conocía desde hacía mucho tiempo y que le sería de suma utilidad para la ocasión:

 

–Morphos – dijo, a lo cual el árbol inmediatamente mutó y se convirtió en una canoa de tamaño considerable en la que podrían entrar tres personas, aunque algo apretadas –. ¿Vienen? – les ofreció a sus compañeros, a la vez que se dirigía hasta ahora la pequeña embarcación y la empujaba para colocarla sobre el agua – Si… me ayudan… no… no me enojo – logró decir a duras penas, haciendo fuerzas para sacar la canoa de la tierra, pero le estaba costando más de lo que había pensando en un primer momento.

[Matt Blackner]

Llegué a la orilla y saqué la barca del agua, dándole la vuelta para poder sentarme sobre el fondo del bote a esperar. La clase no duraría demasiado, pero tenía ganas de dar aquel paseo, para ver su capacidad, como gestionaban los hechizos aprendidos para sacarles el mayor partido posible.

 

Los chicos de pociones, de momento, seguían en las gradas, en los terrenos del ateneo, aunqeu la barca que yo había creado para ellos los seguiría esperando.

 

Mis alumnos, mientras, se habían quedado parados, en silencio. Por un momento temí que se dieran la vuelta, o que al final tuviese que ir a buscarlos. Menos mal que Mei utilizó la cabeza. Estudió el entorno y eligió un tronco caido, convirtiéndolo en una canoa donde tres personas podrían subir. Lo malo es que ella sola tenía difícil arrastrarla hasta el agua.

 

Comencé a jugar con la varita, distraido, observando la ardua tarea de la joven.

"Demonios...podrían echarle una mano...si usaran el glisseo ya estarían en el agua... - pensé.