Shadowhunters (MM B: 108774)

[Mery Gaunt Karkarov]

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¿Por qué siempre se veía envuelta en aquellos fregados? Si, sabía que ser directora era eso, estar en cualquier pedido de tramite privado para que así los Warloks o el Señor Tenebroso sabe quien tuviera constancia de la validez de aquellos pero, ¿por qué siempre con Orión? Vale, era un gran Jefe de Oficina, uno de los más aplicados empleados que había tenido, pero no podía aguantarlo.

 

Y sin embargo allí se encontraba Mery, frente al espejo de su habitación viendo como le quedaba la nueva túnica negra que se había comprado con bordados en los bordes en todo esmeralda y casi preparada para aguantar al endemoniado del Yaxley.

 

- Bien, Zeff, cuida de Edward que yo voy a trabajar -dijo mientras besaba la cabeza de su pequeño hijo, el cual dormía plácidamente estirado en la cama de la pelirrosa-. Prometo no tardar -susurró y desapareció del lugar.

 

El Callejón Diagón se encontraba menos transitado de lo normal, aunque viendo la temperatura y tiempo que hacía era normal, el cielo gris y las altas posibilidades de chubasco invitaban a quedarse en casa y no ha ir a aprobar trámites privados, pero claro, ella era especial.

 

Shadowhunters. El letrero del local se encontrabaja justo a la izquierda de la chica así que, cuando giró su cuerpo encontró al maravilloso de Orión asomado a la puerta.

 

- Genial... -susurró y justo en ese momento comenzó a llover.

 

Vaya la suerte estaba de su lado, sin duda alguna. Resignada, subió el escalón y empujó al Yaxley al interior del local. ¿Y por qué su empleado tenía la varita en mano? Arrugó su frente pero no dejó de empujar hasta que se encontró resguardada de la lluvia. Respiró y casi por instinto se agachó hasta su tobillo derecho, de donde sacó su varita y también la agarró.

 

- ¿Qué sucede, señor Yaxley? -preguntó enarcando una ceja-. ¿Aún no apareció nadie para atendernos? -refunfuñó mirando a su alrededor.

[Ky.]

Elizabeth se encontraba sentada en la parte más alejada de la multitud, un rincón justo donde la luz del sol no pegaba. Su pequeño estaba sentado frente a ella comiendo un pastel de chocolate sin prestar atención a lo que ocurría a su alrededor.

 

Al momento que los escucho llegar, se puso de pie y se dirigió a ellos. Mientras caminaba secaba el sudor de sus manos en los pliegues de la falda de su vestido rojo que lucía aquella mañana. Al encontrarse frente a ellos les dio la mano a ambos funcionarios.

 

-Hola, mi nombre es Elizabeth Malfoy, gracias por venir tan pronto. ¿Gustan algo de tomar? -pregunto mientras los llevaba a la mesa donde Dexter terminaba su pastel.

 

Una de las personas que atendían el lugar se acercó a tomarles la orden mientras que la morena comenzó a decir que tramite necesitaba.

 

-Necesito una recomendación de su parte, llevo varios meses fuera de Londres y me gustaria saber si creen conveniente que tramita un pasaporte o un cambio de nacionalidad.

 

Tomo un trago a su taza de café mientras esperaba alguna respuesta a su inquietud. Si ellos necesitaban más información estaba encantada de responder todas las preguntas que se le hicieran.

[Orión Yaxley]

Cosquilleos. Eso era lo que el mortífago sintió cuando Mery lo empujó para entrar al local. No se sobresaltó, sino que lanzó una pequeña risita a modo de respuesta. Era gracioso como una persona que le sacaba casi tres cabezas de altura cedía ante la otra. Trató de no levantar mucho la atención y en su despiste desapareció su varita. Ya con Mery a su lado no creía que la iba a necesitar.

 

Una mujer de vestido rojo se acercó a saludarlos. Entendió, tras la introducción, que era la persona que solicitaba el trámite privado. Entrecerró los ojos. Malfoy. Sabía que en antaño, esa familia era prolífera en sus miembros, pero la actividad actual no se comparaba como la anterior. La dispersión de las familias mortífagas fue un efecto directo de los beneficios automáticos de apostar a un nuevo apellido. Eran las reglas del juego y así es como ellos se manejaban.

 

Siguió automáticamente a Elizabeth y se sentó donde se encontraba el pequeño. Por su parte, el Yaxley ignoraría su presencia. No es que le gustaran los niños, al contrario, tenía que estar lidiando con infantes mayores todo el tiempo. Era en sí mismo, uno de los más viejos dentro de la marca.

 

- Mi nombre es Orión y ella es Mery. Primero que nada, estamos aquí para ayudarte.

 

El problema de las políticas migratorias era que, así como se presentaban como política pública, se configuraban como un mecanismo despersonalizante. Los migrantes no eran personas, sino números.

 

- ¿Es su hijo? –miró al niño.

 

Suspiró. Una madre con su hijo no salían del país porque sí y él, sabiendo los conflictos propios de cualquier familia mortífaga, se imaginaba lo peor.

 

- Lo importante es saber, Elizabeth, si usted nació en suelo británico. En el caso que haya sido así, su hijo tiene la posibilidad de tramitar la nacionalidad en caso de que él sí haya nacido en suelo extranjero.

 

Se acercó la mesera.

 

- Un café chico por mi parte.

 

Sacó de sus bolsillos un trozo de pergamino y una pluma con tinta automática y comenzó a escribir los puntos necesarios para abrir el expediente.

 

- En el caso que sí haya nacido en suelo británico, pero haya renunciado a su ciudadanía ante el Ministerio, razón que fuese, estaríamos en frente de un problema mayor.

[Ky.]

Elizabeth Malfoy.

La mujer de piel canela miraba a ambos funcionarios como si dudara que ellos podrían ayudarle a los tramites que deseaba hacer. No quería darle su nacionalidad británica a Dexter, ella quería una nueva nacionalidad, o un pasaporte que le permitiera trabajar y vivir en otro país fuera de Londres. Por lo que trato de volver a explicarse después de responder las preguntas del Yaxley.

—Si, Dexter es mi hijo. —respondió y negó con un movimiento de cabeza a la segunda pregunta del mago.

 

—No, creo que no me exprese bien. No deseo que mi hijo tenga la misma nacionalidad que yo, me gusta que mi hijo tenga otra nacionalidad. Lo que deseo es ver la forma en la que yo pueda tener otra nacionalidad o bien conseguir un pasaporte para trabajar y vivir en Italia.

Sus ojos miel se quedaron viendo a la Directora de Cooperación Mágica Internacional que se había quedado un poco callada ante la interrogación que estaba llevando acabo su empleado. Esperaba que ella agregara algo más a la conversación, pero no había sido así, por lo que Elizabeth miro a Orión con una sonrisa en el rostro.

—No renuncie a mi ciudadanía ante mi padre. Pero, ¿cree que debería renunciar a ella y así tener una nueva?

 

@Orión Yaxley @@Mery Gaunt Karkarov

Editado 3 de Agosto del 2017 por Ariel Aries Bra Yaxley

[Orión Yaxley]

- Oh, ahora voy entendiendo.

 

Orión se reincorporó un poco al ver que, quien los había atendido, traía el café que había pedido. Le colocó un poco de azúcar que venía en sobrecitos y con el dedo índice en el aire comenzó a hacer la mímica de revolver, cosa que el café imitó. Terminó de escribir lo que comunicó Elizabeth, remarcando Italia con un par de líneas más.

 

Dejó la pluma a un costado y tomó un poco del café.

 

- Creo que yo no estoy realizando las preguntas adecuadas. Entonces, Dexter es su hijo, quien sí nació en el extranjero porque tiene diferente nacionalidad. Ahora, si mi lógica no me falla, para que él pudiera nacer en el extranjero, tu tendrías que haber estado en el extranjero. Lo que significa que tendrías que haber necesitado pasaporte.

 

Guardó silencio. Obtener una nacionalidad diferente estando en suelo británico era una misión imposible, o que requería de demasiados movimientos ilegales que podían levantar la sospecha hacia el departamento como uno excesivamente mortífago. Después de todo, Elizabeth era una Malfoy y había más que familia compartida en juego. Una salida ilegal se podía arreglar rápidamente, sólo que él quería saber de dónde venía todo este asunto.

 

De un trago terminó su café.

 

- Lo que me está diciendo es que se lo robaron, quiere renovar nuevamente su pasaporte y salir del país como cualquier ciudadano en sus plenos derechos ¿no? Allí, la sede británica en Italia puede ayudarla a tramitar la ciudadanía italiana pasados los años de residencia. Tenga en cuenta que los italianos son peligrosos en cuestiones de burocracia.

 

Suspiró y miró a Mery.

 

- Creo que eso sería todo ¿tienes alguna duda al respecto?

[Ky.]

Elizabeth Malfoy.

 

Elizabeth negó. Mentir en tramites burocráticos no era lo de ella, había perdido su pasaporte, si bien tenia que tramitar uno lo volvería a hacer, pero lo que ella quería era cambiar de nacionalidad, así que miro a la joven Gaunt que parecía no decir nada desde hace mucho. En su lugar Dexter entre mas tiempo permanecía sentado mas inquieto y molesto estaba.

 

-Mamá, ya vayámonos, ya acabe de desayunar. -dijo el niño mirando al Yaxley y después a su madre. Elizabeth levanto la mano para pedir la cuenta de lo que había consumido. No era que iba a terminar ahi aquel tramite, realmente deseaba cambiar de nacionalidad y entonces debería empezar a contar cosas que no quería.

 

-Mi hijo es italiano por su padre, gracias a la nacionalidad de este. Digamos que goza de dos nacionalidades, posiblemente necesite un pasaporte para él, pero yo necesito que mi nueva nacionalidad sea Italiana, por que esto de venir cada cierto tiempo para renovar pasaporte no me agrada. ¿Crees poder ayudarme?

 

La Malfoy esperaba que el joven le hiciera llegar los formularios que debía llenar para la solicitud que estaba haciendo.

[Orión Yaxley]

Orión expresó disconformidad en su rostro. Impacientar a los niños o hacerlos pasar mal no estaba en sus planes claramente. Elizabeth estaba pidiendo lo imposible. Que el Ministerio de Magia inglés otorgara una nacionalidad que no sea… bueno, la inglesa, era una falacia en sí misma. Pero el Departamento sí la podía ayudar. Por algo le llegaba un cheque al principio del mes a su bóveda en Gringotts.

 

- Ya entiendo.

 

Se acomodó en su lugar, cruzó las piernas y estiró su espalda hacia atrás.

 

- Lo único que podemos hacer es allanar su camino. Lo primero es el pasaporte. Es lo único que podemos hacer hablando en términos de burocracia. Luego, viviendo en Italia podrás remitir la solicitud de residencia, y luego, según el tiempo que determine el gobierno burocrático italiano, podrás acceder a la naturalización y por ende, la nacionalidad.

 

Se levantó del asiento. Dejó los galeones del café. La tormenta ya había amainado.

- La esperamos en la ventanilla para la confección de su pasaporte. Una de las mejores formas de entrar es con una visa de trabajo, pero creo que las leyes mágicas en tierras tanas son un poco más flexibles. Cualquier cosa podemos asesorarla con la burocracia.

 

Miró a Mery y le hizo una seña con la cabeza para salir con él. De ahí, se dirigió a la puerta del bar para salir y desaparecer rumbo al Ministerio.

[Eobard Thawne]

Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas

Eobard Aldrich Black Lestrange, empleado

 

¿Otra encomienda para el castaño que implicaba visitar locales? Repartir volantes y hacer propaganda de la campaña era cosa fácil; dictaminar que las criaturas se encontraban sanas y registradas correctamente, era historia aparte. En aquella ocasión, debía hacer una visita a uno de los negocios por la segunda razón.

 

Apareció frente a uno de los locales conocidos del Callejón Diagón, #ElHashtag, pues había recibido indicaciones del local que debía visitar, y resultaba que éste se encontraba sobre el ya mencionado negocio. Provisto de su playera polo de manga larga favorita, azabache, casi tanto como su cabello, pantalones cortos grises y botas de caza, su elección de atuendo estaba orientado a su propia comodidad para el trato con criaturas mágicas. Ubicó la escalera de caracol metálica, a un costado del edificio, y decidió adelantarse.

 

Una vez que estuvo en el segundo piso, decidió acceder al lugar. Ya en el recibidor, estuvo tentado de tomar asiento en uno de los sillones del recibidor, pero finalmente sacudió la cabeza y se mantuvo de pie. Se encontraba en horario laboral, al menos en ese momento, tenía que limitarse a su objetivo.

 

Buen día. se anunció, esperando que eventualmente el encargado del negocio apareciera. Somos empleados del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. El motivo de nuestra visita corresponde a órdenes directas de la jefa de la dependencia, con relación al trámite realizado en días pasados.

 

Había decidido hablar en plural, puesto que no era el único que debía hacer acto de presencia en dicho local. Su sobrina, Saori, le acompañaría. Confiaba en que no demoraría tanto en presentarse. Sacó el pequeño memorándum que hacía constar el trámite del dueño. El detalle que más le llamó la atención fue, naturalmente, el nombre. Y más aún, el apellido. Black Lestrange. Silenciosamente, se preguntaba cómo sería aquel pariente que aún no conocía.

 

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[Malum Luxure]

"Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas".

 

Lady Dark Luxure Rambaldi.

 

Iba por el callejón admito que mi humor no era exactamente el mejor así que tenia que cambiar un poco de aire, que mejor que el trabajo para entretener la mente.

 

-Bueno ya estoy aquí-.Entrando a Shadowhunters para juntarme con mi compañero quien ya había llegado antes que yo.-joven Black Lestrange mi tía Paula no vendra ya que fue asignada a otro local-.Le regale una sonrisa amable.

 

Como supuse el ya había avisado que se encontraba allí con anterioridad, mientras me dispuse a observar el lugar con algo de atención esperando que la dueña o alguien competente nos atienda

 

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@@Eobard Thawne

[Eobard Thawne]

Habían pasado un par de minutos desde su llegada al local. Se respiraba un ambiente un tanto tranquilo, silencioso. Al menos, hasta que se escuchó el sonido que hace una puerta al abrirse. Cruzado de brazos, salió de sus propias cavilaciones, y levantó la mirada.

 

Vaya, Lady, ¿qué haces aq...?

 

Calló al escuchar la breve explicación que su compañera de trabajo brindó acerca de la ausencia de Saori. Aunque, tenía un plan por si su sobrina no tenía la oportunidad de aparecerse, contaba con que el departamento enviaría a otra persona. En aquella situación, la presencia de una jefa de oficina, era lo más prudente.

 

En ese caso, será un gusto trabajar contigo. Ahora, sólo queda esperar. comentó el Black Lestrange, devolviéndole la sonrisa a su colega. Hasta ese momento, no había trabajado con ningún otro miembro de su dependencia fuera de propio Ministerio. Y, a efectos prácticos, la mayoría eran parte de su familia, salvo la joven que se encontraba haciéndole compañía. Le conocía poco, pero no dudaba de su habilidad.

 

Aprovechando la aparente quietud en el local, tomó asiento en uno de los sillones que había contemplado minutos atrás. No estaba de más darse un respiro. Dependiendo del tipo de criaturas que verían, posiblemente no tendría mucho tiempo para ello.

 

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