=Buffete de Abogados Vladimir= (MM B: 78620)

[Ashley Peverell]

La hermosa brujita abrió mucho los ojos y trató de calmar a la pobre criaturita mágica que parecía que se iba a volver loca de desespero tan solo por la idea de tener que interrumpir a esos amados cuadros de su hermana, así que se acercó a esta y le comenzó a palmear despacito la espalda aunque de primera instancia todavía queria perseguir a aquella criatura rara que se había metido a las oficinas de su hermana pero no estaba en ella interrumpir esas situaciones, la inmortal sería la responsable al final de decidir que pasaría con aquella persona.

Aunque se sentía muy preocupada por Perenela la verdad porque les estaba confiando cosas muy importantes y ahora parecía que la seguridad se había ido por un tubo por la facilidad con la que aquel hombretón se había remetido, solo esperaba que con eso la chica no fuera a desconfiar de aquel negocio de abogados donde las chicas estaban intentando de ayudar a la pobre chica desde el fondo de su corazón, solo querían que su familia fuera muy feliz y obviamente que querían lo mismo para la pobrecita de Perenela.

[Hayame Snape Potter Black]

La mujer aún no recibía respuesta de la persona que se había metido en sus oficinas así sin más y sus ojos se iban entornando cada vez más y más, con rabia contenida y el brillo de su magia solo hacía refulgir los dos rubies que tenía por iris en los ojos.

No era normal que hicieran rabiar tanto a la Snape pero con todo lo que había estado ocurriendo ultimamente, tenía las emociones muy a flor de piel e incluso un leve gruñido se podía percibir por dentro de su garganta; se estaba pensando muy seriamente el tirarle un avada a esa persona y luego pretender que simplemente, había desaparecido mientras que le enterraba por debajo de alguna de las estatuas móviles que Sagitas había puesto en el negocio o sencillamente, cocinarle y darlo de comer a la gente cuando fuesen a visitar el lugar.

Algo muy a lo Sweeney Todd

Si, la idea no estaba resultando tan descabellada

-Ire a preparar algo de café... y a llamar a los guardias de seguridad- le gruñó al recién llegado mientras que se enderezaba de su escritorio y se dirigía a la puerta de su oficina con la enorme capa ondeando, solo deteniéndose para ver a su sobrina en el asiento- vienes Perenela?

[Ashley Peverell]

La chica de cabellos rubios dió un respingo cuando notó que su hermana mayor abría la puerta de salida de su oficina, no se sentía muy contenta y sus energías se detectaban bastante tensas, como si quisiera golpear algo lo que le indicaba que debía de estar a resguardo o al menos a una distancia prudente para no salir perjudicada con esa negatividad.

Parpadeó con sus enormes y hermosas pestañas que abanicaban todo y escuchó cómo su hermana llamaba a su sobrina en caso de que quisiera acompañarla a por el café.

La chiquilla le dió unas pequeñas palmaditas al elfo doméstico para que se calmara y tomara algo de aliento en lo que la hermosisima rubia regresaba a su lado pero se encaminó hacia su hermana inmortal y de pelos rojos y se dió una pequeña asomada al interior para ver al señor que estaba en el interior y había estado tomando el lugar de uno de los abogados que trabajaban en el lugar y parpadeó varias veces con sorpresa.

-Yo intenté detenerlo.

Le explicó a su hermana mirándola y señalando con uno de sus preciosos dedos al sujeto.

-No sabía que también trabajaba aquí, Hayame.

[Hayame Snape Potter Black]

-Yo tampoco

Replicó la pelirroja comenzando a andar en dirección de las cocinas, sacando la varita de un latigazo que reflejaba por mucho el mal humor que tenía y que provocó que las puertas del pasillo se abriesen de manera tan violenta, que azotaron contra los muros e hicieron un sonido terrible al resquebrajarse una

La vampiro soltó un juramento y un REPARO, lo que hizo que la puerta curase en sus rajaduras y volviese al lugar correspondiente las bisagras que se habían saltado

Estaba de pésimo humor

-Ni siquiera creo que esta persona trabaje realmente en este negocio

Soltó la mujer de blanca piel haciendo sonar sus tacones fuertemente contra el suelo; si este no tuviese la resistencia que tenía en aquellos momentos estaría mostrando grietas y pozos por donde iba caminando la mujer; y es que cuando se trataba de su furia y ya no se dijese del peso de sus botas, lo dejaba notar perceptiblemente

-De dónde salió y como se las arregló para llegar hasta mi oficina??

Soltó nuevamente casi gritando

-Recuerdame construírle un segundo piso a este sitio donde van a estar las oficinas de los dueños y los abogados principales con cuatro guardias de seguridad para que solo pasen las personas indicadas hasta ahí- espetó

[Ashley Peverell]

La preciosa niña cerró los ojos con fuerza al escuchar el enorme estruendo que había hecho su hermana al golpear de forma tan fea la puerta que las llevaba a los pasillos internos y privados del negocio y entonces negó varias veces con la cabeza.

-¿Pero qué estás haciendo hermana?

La niña solo se tapó sus preciosas orejas por unos segundos para después comenzar a caminar por detrás de la Snape con pasitos animados, volviendo a despedirse del elfo con una de sus encantadoras manitas antes de darse la vuelta y trotar detrás de la Snape.

Le dió una mirada rápida a la pobre puerta que no era culpable de ningún mal y con su girar la falda de su precioso vestido naranja dió una vuelta de aire preciosa, que le añadía juventud y viveza.

Después de eso dejó escapar una risita encantadora y volvió a trotar hasta que ya pudo caminar por detrás de su hermana mayor pero volteó hacia atrás para ver si Perenela las estaba acompañando.

-Creo que Perenela se quedó atrás en compañía de ese señor tan raro que se metió tan de repente en tu despacho, yo pensaría que deberías de comenzar en pensar en un buen sistema de seguridad, hermana.

Asintió un par de veces colocándose un pequeño dedo sobre la base del labio de abajo en su boca.

[Sagitas E. Potter Blue]

Don Higinio Vascuento escuchó en silencio las razones de la muchacha, quien pretendía que el padre de su hijo adquiriera la responsabilidad civil que le correspondía por su paternidad. No hizo ningún gesto cuando aseguró que, de querer matarlo, lo haría con sus propias manos. Irresponsable, no podía ejercer ninguna amenaza hasta que hubieran firmado los papeles de compromiso. Sólo alteró su rostro cuando mencionó el nombre de Sagitas.

 

-- ¿Sagitas es su madre? -- Aunque lo preguntó, era más bien una afirmación. -- Por supuesto... Sagitas es su madre... Es usted la hija díscola que disfruta subiendo a las alturas para hacer equilibrios y lanzar cuchillos con destreza. ¡Oh, sí! Su madre me ha hablado de usted. Es una mujer encantadora. Me alegra mucho conocerla, por fin...

 

Don Higinio mudó la actitud. De ser un caso insuficiente para prestarle su atención había pasado a ser un caso familiar con el que ayudar a su amiga. Tomó la mano de la chica y le dio un par de palmaditas suaves. Don Higinio solía ser bastante protector con las jovencitas.

 

-- Por supuesto, muchachita. Conociendo a su familia, estoy más que segura que sus tías le ayudarían a esconder el cadáver y no habría ningún problema...

 

El Asesor Jurídico negó al preguntar ella por su madre. Por supuesto, acababa de llegar y no sabía dónde estaba. La bruja de pelo rojizo le interpeló con gesto adusto y le preguntó por su nombre. Don Higinio no se deshizo de su sonrisa al contestarle.

 

-- Pues mi nombre lo dice ahí, en la puerta. ¿Lo ve...? Don Higinio, Asesor del Bufete de Abogados. ¿Puede usted decir lo mismo, tener su nombre escrito en una de las puertas de este Bufete?

 

Por supuesto que Don Higinio no conocía a Hayame. Aunque su amiga le había hablado de toda la familia, ella no solía enseñar fotos de nadie y él, por una lógica incorrecta, se imaginaba que las hermanas que ella le nombraba tendrían cierta similitud con ella, como en el color del pelo o los ojos marrones o incluso en el vestir informal tirando a payasa.

 

-- Trabajo aquí. A veces.

 

Era bueno matizarlo. Pocas veces venía al local ya que Sagitas solía consultarle vía lechuza o en su propia casa fuera de aquel cansino pueblucho. Aunque no conocía a ninguna de ellas, el tono autoritario le hizo dudar. Miró a los lados.

 

-- ¿Esto es el Bufete de Abogados Vladimir? A ver si me he metido en otro lugar sin darme cuenta. Trabajo aquí desde hace muchos años, la Directora Sagitas Potter Blue me contrató.

 

¿O éste sería uno de los negocios que había traspasado y ahora él era un Abogado en Paro?

[Hayame Snape Potter Black]

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Pero cómo pasaba el tiempo...

A veces el trabajo era tan pesado, tanto y en todas partes que a veces olvidaba que era su deber el mantener los edificios de sus negocios bien dispuestos para cualquier cosa que fuera a necesitar el pueblo en su momento; o en ese caso, proteger a la gente de bien común de las rabias de su hermana menor que en esos instantes, parecía ser la planificación misma del mal

Si alguna vez se hubiera imaginado que su blanco pulcro de gran pureza y toda esa sarta de cosas que decía sobre los ángeles, se iba a retorcer por el coraje que sentía en el hígado por las cosas que le habían dejado a su puerta, bueno...

Sonrió al aire cerrando los ojos y con una enorme gota de sudor en la nuca

Realmente que iba a tener que hacer uso de todo su buen poder como abogada para proteger a la tontita de su hermana menor si es que se le ocurría hacer cualquier tontería al respecto

Se tronó la espalda y movió la cabeza a esa estatua gigante aunque todavía no se acostumbraba del todo a verla moverse

Sagitas y esa mania de embrujarlo todo...

-Buenos dias -saludó también a ese trabajador que su hermana había contratado y que apenas la Snape estaba comenzando a conocer -dime por favor que has puesto algo de café en la cafetera, me hace una falta urgente...

[Ashley Peverell]

La pequeña y dulce bruja llegó por detrás de su hermana o bueno, unos minutos más tarde mientras iba bebiendo una lata de bebida energetizante porque en aquellos días sentía como que no le bastaban las energías que ya tenía con ella para mantenerla en movimiento activo todo el día seguido y aunque la hermosa jovencita era de estar durmiendo temprano porque eso era lo que la mantenía justamente con esa apariencia de frescura infantil que todos adoraban, en esos momentos era cuando recordaba su verdadera edad y no le gustaba.

Su pequeño pug ladraba alegremente lo que hacía una diferencia entre él y su dueña y por eso fué que la niña encantadora de cabellos como el oro derretido y que se reflejaban ante el sol de la mañana apenas y se inmutó con la estatua que se movía en el exterior, había que ser educada incluso con las estatuas mágicas encantadas afuera del trabajo.

-Buenos días

Saludó la pequeñita Peverell a la estatua dandole un trago a su bebida de energías y metiéndose en el negocio de abogados, buscando su escritorio para dejar las cosas antes de ir al comedor de desayunos a donde podían ir cuando no había clientes qué atender.

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame había entrado en su propia oficina dejando escapar un largo suspiro de cansancio conforme colocaba su bolso encima de la mesa de su escritorio y escuchaba el silencio de aquel enorme pero abovedado lugar; recordaba cuando lo había fundado con una compañera muy lejana, habían comprado una enorme catedral que habían agradandado todavía más de forma mágica por lo que ahora que eran muy pocas personas, se veía todavía mas la soledad del sitio si es que se podía

La parte buena, era que contaban con suficiente espacio para tener habitaciones, los cuartos de empleados y su cocina para comer de forma apropiada cuando estaban todos

La parte fea era que en las noches y aun y cuando eran magos y brujas acostumbrados a los fantasmas y demás seres existentes en su plano, la oscuridad y todos los ruidos hacían saltar a las personas como si algo muy feo se les fuera a aparecer; no era ni bonito ni agradable escuchar ruidos feos y sentir que algo te persigue por los pasillos a las tres de la mañana, bajo la poca luz que se colaba por los vitrales de los largos pasillos internos, similares a los de Hogwarts

Ni hablar

Finalmente salió de su oficina cuando vió una reluciente cabellera a la luz de la mañana pero eso no era nada para asustarse todavía

-Buenos días Ash -saludó a su hermana menor con calma

[Lisette Ryddleturn]

Lisette se encaminó hacia la entrada de aquel buffete de abogados ahora que era algo así como secretaria del lugar y al menos, se sentía contenta de contar con un trabajo como aquel

Dió los buenos días a la gran estatua que estaba en la entrada del recinto, ya comenzaba a acostumbrarse a que esta fuera parte del mobiliario que se movía por vida propia y sonrió alegremente al sol de la mañana que aquel día, se veía bastante tranquilo con la brisa fresca llevandole los aromas de los desayunos en los establecimientos en los alrededores

Ese era el tipo de cosas que la hacían feliz cuando tenía que ir a trabajar, se detenía a comprar un par de donas y su cafe y entonces, caminaba y observaba a los demás magos y brujas que también tenían que cumplir con sus labores del día a día

Ella era feliz

Cuando empujó la enorme y gigantesca puerta de madera que chirrió, el aroma del tiempo llegó hasta su olfato y solamente la hizo suspirar profundo para llenarse de eso

Amaba el aroma a antiguedad que presentaba aquel edificio y el escuchar las voces de su familia, quienes ya estaban adentro preparándose para el nuevo día a día solo aceleró su corazón

-Buenos días

Les dijo a Ashley y a Hayame con bastante ánimos