Mi Edén Salvaje (MM B: 103988)

[Melrose Moody]

"Hydel es un idi***" masculló por lo bajo, sin que nadie lo oyera.

 

Catherine había entrado tras él y ahora Gryffindor, ella y el propio Richard se encontraban comiendo a la mesa. Gryffindor mostraba, en su semblante y modales, la intensidad de los famélicos pero ambos Moody no se inmutaron en lo más mínimo. De hecho, siguieron comiendo de su lasagña con la mayor naturalidad a pesar del espectáculo. Las palabras de Richard al dejar los cubiertos a un lado cuando se dirigió a él, fueron más bien de corte práctico:

 

—El proceso es sencillo —aclaró, a la par que Hydel ingresaba también portando el pergamino que en breve le entregó, antes de volver a retirarse por donde había venido. Ya había hecho suficiente (y de hecho innecesario) despliegue de sus poderes—, todo lo que tenemos que hacer es servir el té y tu tendrás que pensar en el momento y lugar al que deseas volver —Richard observó con curiosidad al mago, como si sopesase lo que iba a decirle a continuación—. Tienes que tener la idea fija en tu mente, pues un deseo o nostalgia que se cruzase en medio podría llevarnos a otra época de tu vida —prosiguió—. Por otro lado, la tetera sólo puede llevarte dentro de tu línea temporal, no a lugares que jamás has visitado o épocas fuera de tu tiempo.

 

Ese era quizá, el detalle que la hacía más conveniente para alguien de una vida larga como la de Richard, donde además había tenido la ventaja de lucir casi siempre como lucía en esos momentos. Porque le daba mayor rango de acción dentro de su pasado. Eso, por supuesto, fue algo también que se apresuró a aclararle.

 

—Si bien puedes modificar cosas al retornar, tu aspecto no va a ser otro. Si tienes treinta años y regresas a cuando tenías quince, no te verás de quince años, si no de treinta y habrán dos como tu —Richard dio un trago a su bebida sin muchas señas de sentirse tocado por el tema—. Es decir, tienes que tener cuidado con aquellos que trates.

 

Era más información de la que habría dado a cualquiera que lo necesitase pero se encontraba también intrigado por la situación. Además, tenía ya guardado el pergamino firmado dentro de su ropa. Por supuesto, Catherine no había soltado palabra pero sí que se había enderezado en su silla para escuchar mejor y no perdía detalle de cuanto Richard decía. Sabía que tenía razón, que tales viajes podrían significar algo hermoso y terrible. Le sorprendía también que Richard hubiera compartido toda esa información con ellos de pronto y sin ningún tipo de soborno o amenaza previa. O ella se equivocaba mucho o esas propiedades habían sido desde un inicio la verdadera prioridad del mago y les había hecho creer lo contrario.

[Rory Despard]

La sensación de estar más viva que nunca me recorría por entero, mientras sin descanso atravesaba la larga extensión de verde, con sus altos árboles de frondoso follaje. El viento fresco traía un olor agradable a tierra hasta que de repente, se tiñó de sangre. Fue entonces que, inquieta, detuve la marcha para olfatear con el hocico en dirección al cielo.

El edén se había convertido en los últimos meses en un agradable refugio al que podía volver cada tanto, para disfrutar de sus enormes parajes y despacharme a mi cuenta cazando algún pequeño animal de los muchos que lo habitaban. Ese día entonces, no había sido diferente de los demás hasta ese incidente, al que se sumaron la presencia de viejos conocidos, y una presencia desconocida y terrible, que erizó al instante los pelos de mi lomo.

¿Qué estaba sucediendo en el Edén?

Inquieta, volví mis pisadas en dirección a la posada, tratando de mantener la mente centrada de manera que el instinto no se antepusiera y me nublara. No era una tarea sencilla, pues conforme avanzaba era más claro reconocer quienes eran los que estaban reunidos en la cabaña, y el corazón me dio un vuelco al percibir a Pakami Gryffindor. ¿Pero cómo había podido llegar él hasta allí? ¿Y qué razones lo tenían de vuelta en Ottery? La imagen de las hojas secas que iba pisando y mis propios jadeos, se mezclaban con los recuerdos del tiempo compartido junto a quien era uno de los pocos que podía llamar amigos.

¿Qué tan bueno podía ser encontrarnos? No era una cuestión de falta de confianza la que me invitaba a la duda sino la sospecha de que muchas veces nuestros encuentros traían más mal que bien. Cada uno a su manera, habíamos vivido en carne propia los lances de esa guerra y sus sacrificios. Habíamos visto gente querida partir y morir, y era imposible en cada vez que nos encontrábamos no terminar rememorando aquellos tiempos, siendo plenamente conscientes de que no volverían. Lo peor, no obstante, era que la añoranza pudiera ser tan grande que fuera capaz de hacernos fantasear con escenarios diferentes, más luminosos, si tan solo una cosa fuera modificada, una pequeña decisión que luego había dado pie a la adversidad y la pérdida.

Todavía sin acostumbrarme al hecho de estar fuera de la Orden del fénix, mi mente había viajado muchas veces a esos días. No iba admitirlo en voz alta, pero incluso el permanecer largos periodos como caberú respondía a mi incapacidad de apaciguar mi mente en estado humano. Y la vieja costumbre labrada por el tiempo, de callar y no contar ni siquiera a los que consideraba cercanos e importantes estos temores, me empujaba entonces a ir al Edén, o a los campos de la casa de las mucha salidas, en busca de un espacio que me dejara a solas con mis demonios hasta que viera la forma de soltarlos y que me dejaran en paz, al menos por un tiempo.

Cuando finalmente divisé la rústica construcción, y antes que pudiera ingresar en ella, me paralicé unos instantes al reconocer al dueño de tan perturbadora presencia. Era, en apariencia, un muchacho rubio de cuerpo firme, contextura delgada y mirada torva. Pero, de la misma manera que él había adivinado al instante que yo no era solo un animal del bosque, sabía perfectamente que algo mucho más monstruoso se escondía tras esa imagen corriente.

Me concentré entonces, el mismo proceso repetido tantas veces para finalmente recuperar mi forma humana. Una vez hecho, comprobé que la camisa se había rasgado en ciertas partes y mi pantalón se encontraba bastante sucio, manchado con la sangre seca del conejo que había devorado. Mi cabello traía hojas y trozos de ramas pequeñas. Era en resumen, un completo desastre, pero sin importarme demasiado el hecho, y con una mirada de profundo desdén hacia él que continuaba su descarado escrutinio, empujé la puerta de la pequeña edificación.

Dentro, en una misma mesa, junto a Catherine Moody y su hermano Richard, estaba Pakami. Su aspecto era igual o más ruinoso que el mío y sus ojos en esos momentos observaban con un brillo maligno el juego de té que estaba colocado en el centro de la mesa. Reconocí el objeto al instante, pues había sido arrastrado por él en una ocasión al visitar el Antiquités. Era evidente, por la posición preferente que ocupaba la tetera y las tazas en medio de todos ellos, que no estaba allí por mera casualidad.

— Pakami ¿Qué haces aquí? — aunque había intentado sonar firme mi voz se había quebrado en cuanto la pregunta había sido hecha, revelando toda la urgencia y la preocupación que sentía de verlo allí, con semejante compañía— ¿y qué hace esa tetera sobre la mesa? — reclamé en dirección a Rirchard , arrugando el ceño de forma automática al ver como se encogía de hombros con aire indiferente— es algo tuyo el y quién es el horrible sujeto de la puerta ¿verdad?

Era extraño. Normalmente habría corrido a abrazar a Pakami hasta asfixiarlo, pero mi instinto, todavía fuerte, me indicaba permanecer allí, a prudente distancia de los tres. No podía decir si era por el tipo rubio, la presencia de la tetera o todo combinado, pero la sensación de desasosiego no amainaba.

[Melrose Moody]

Richard no dijo nada al inicio, pues habría sido ridículo intentar dictaminar las reglas del Edén. El lugar, fundado antes incluso de que llegase a pertenecer a Pandora, permitía a todos permanecer allí. Así que sólo señaló a Gryffindor con la cabeza.

 

—Su idea, no la mía.

 

Sus manos, las detuvo ante sí unos breves momentos con las palmas abiertas, para indicar que no tenía intenciones de hacerle daño. De hecho, empezaba a sentirse más bien desapegado de ese momento y situación particulares. Quizá intentar negociar con Gryffindor cuando había tanto público, había sido un error o quizá, es que ahora que tenía la escritura, no le interesaba en lo más mínimo que pudiese suceder a continuación.

 

—Si deseas detenerlo, no seré yo quien se interponga.

 

Hydel, a pesar de su breve contacto visual con Evans, se había quedado rezagado al exterior. Richard, por otro lado, se encontraba en ese estado en que a veces Catherine lo había encontrado: como una escultura de piedra, donde hasta el más leve movimiento habría roto la ilusión. Esos momentos la alarmaban, porque hacían que Richard se viera todavía menos humano, como si fuese a desaparecer en cualquier momento. No era que la idea de que Richard dejara de existir la atormentara, si no más bien que resultaba alarmante encontrarse a su lado cuando eso sucediera... o quizá, en el fondo, la idea de la transición de alguien como él de la vida a la muerte, significaba un cambio demasiado intenso como para no pensar en posibles precios.

 

Como es evidente, no es como si la mente de Catherine estuviese precisamente en ese preciso lugar y momento, teniendo en cuenta que los restos frescos de las gemelas estaban ahora enterrados en el patio.

 

—Bel —la voz de Catherine aún está rasposa por la falta de uso pero no suena ya tan distinta a como lo hiciera en el pasado— ¿qué es lo que te preocupa?

[Rory Despard]

Me había llevado varios días decidirme, pero esa mañana, tras tomar una taza de café cargado y tostadas con mantequilla, finalmente había escrito un mensaje a Sol ¿Cómo se lo tomaría ella? Todas las respuestas las obtendría de esa reunión, claro, si ella finalmente venía...

 

Una parte de mí todavía dudaba respecto a involucrarse en lo que sea que esa mujer tuviese con Ethan. Pero era mi preocupación por él la que finalmente había primado, pues tal era el lazo que nos unía, que no quería, realmente no quería que volviese a pasar por situaciones dolorosos y decepciones. Ya suficiente había sido tener que ver como su relación con Kutsy había naufragado. De hecho, aunque no lo admitiese para nada más, aquella separación seguía doliéndome, mas no era eso lo que ahora me llevaba a querer hablar con Sol. Ella después de todo nada tenía que ver con los motivos que habían llevado al fracaso al matrimonio Lenteric.

 

Lo que me preocupaba era el carácter huidizo y nervioso que había mostrado delante de mí ¿qué problema era el que tenía conmigo? Todo ese tiempo para mí ella había sido una figura rodeada de cierta épica, por causa de las historias que mis compañeros de la Academia de Magia y Hechicería tenían de ella. Alguien de carácter dulce y afable. Sin embargo, en nuestro encuentro en el ministerio había sido esquiva y hasta cierto punto grosera, y aunque no fuese por la vida queriendo agradar a todo el mundo, sí que me interesaba saber por qué razones ella tomaba esas distancias conmigo.

 

El edén era el espacio ideal para hablar todo ello. Apartado, calmo y silencioso, podríamos llevar nuestra conversación allí sin escándalos innecesarios, puesto que suficiente chismorreo había ya en Ottery en torno a mi ahijado, para que yo lo acrecentase.

 

Observando una última vez el reloj solté un suspiro cansado y tomé asiento en una de las bancas cerca de la entrada. Desde allí bien podríamos ir caminando por el sendero que separaba los dos bosques de la propiedad, y si lo deseba, podríamos tomar té o alguna otra bebida en la posada.

 

Solo necesitaba que ella llegara.

[Sol Lestrange Black]

Aquella invitación me había tomado por sorpresa, me podía imaginar muchas cosas en la vida, pero el recibir aquella nota me parecía realmente insólito. No imaginaba de que quería hablar conmigo, aunque seguramente era de nuestro unico tema en común Ethan ...

 

 

Debía admitir que cuando la había conocido no me había agradado las atenciones que él había tenido con ella y más aún su actitud me había parecido realmente rara y ahora lo corroboraba con esta rara invitación. Las mujeres tenemos aquel sexto sentido y sabemos bien leer a otra mujer, dicen por ahí que entre gitanas no nos leemos la mano.

 

 

Había pensado por un momento en aceptar la invitación, pero el ignorarla o peor aún el negarme daría la impresión de que sentía algún tipo de miedo...y para nada era lo que tenía.

 

 

Estaba completamente segura de los sentimientos de Ethan jamás dudaría de ellos, no iba por ahí mis "celos",de lo que dudaba era de lo que ella podía sentir por el...me parecía raro.

 

 

Cómo era de esperarse elegí algo perfecto para la ocasión no me dejaría amedrentar ni en el minino detalle.

 

 

Llegué muy ceeca del lugar con una extraña mezcla de sentimientos, me sentía totalmente incómoda pero no pensaba demostrárselo, en la feria quizás me había portado como una niña huyendo de la situación, pero ahora no sería asi.

 

 

El lugar no era precisamente de mi gusto, pero si agradecía que era un lugar tranquilo, no es que tuviese la Intención de pelear, no se pelea por algo que sabes que es tuyo, sin embargo tampoco me quedaría callada en caso necesario. No me dejaría amedrentar y mucho menos intimidar, solo esperaba que esto no pasará a mayores.

 

 

Sabía que ella era importante para el y por mucho que aquello no me causará el mínimo entusiasmo, no pretendía ser grosera o agresiva, al menos no más de lo necesario o en caso de que aquella fuera la intención de Evans. Cuando estuve cerca la mire, sentada fuera del lugar, respiré profundo, Levante la cabeza con aquel aire tan Lestrange y con paso firme y decidido fui hasta ella.

 

 

--Buenas tardes. Aquí me tienes--dije llamando su atención-- ¿De que quieres hablar?- pregunté mirándola directamente a los ojos.

 

 

@@bel Evan Mcgonagall

Editado 5 de Diciembre del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Rory Despard]

Sol lucía realmente espléndida, no era mucho más alta que yo, pero definitivamente aquellas piernas largas y su delgada figura jugaban a su favor, de manera que parecía más una chica de portada, que una habitante común de Ottery. Exhalando largamente, permanecí quieta hasta que ella me alcanzara, y entonces escuché su saludo, que mostraba una dosis de desafío y orgullo a la vez.

 

- Me alegra que aceptaras la invitación- respondí con toda sinceridad mientras me echaba a andar por el sendero y una expresión de ironía se dibujó en mi rostro ante su pregunta- ¿en serio no tienes idea de que por qué te invité aquí? Vamos, si no eres sincera, las cosas se harán mucho más difíciles.

 

Su actitud era distinta a la de la última vez, mas era evidente que como lo había sospechado, era yo el motivo de su incomodidad en el Ministerio. La tarde, no tan fría como los días anteriores, hacía inmejorable el ambiente, y una brisa fresca agitaba la copa de los altos árboles de los bosques del Edén.

 

- Como no tengo nada que ocultar, seré yo la que empiece- deteniéndome de forma abrupta me giré hacia ella- conozco a Ethan desde su llegada a Ottery. En ese entonces, era profesora en Hogwarts y él era un mocoso malcriado y pedante, al que no obstante salvé la vida. Ese fue el inicio de nuestra relación, la que pese a las muchas circunstancias y distancias se ha mantenido sólido hasta el día de hoy.

 

No había perdido de vista la expresión de Sol mientras contaba todo aquello, y no había escapado para mí el ligero movimiento que había hecho cuando había mencionado la palabra "relación". Decidí entonces, que debía presionar solo un poco más...

 

- No estoy en posición de juzgar las elecciones de Ethan. Es más, confío plenamente en su criterio. Pero me intriga, y mucho Sol, entender cuál es el problema que pareces tener conmigo ¿crees acaso que tengo algo en tu contra? Porque si es así, estás en un tremendo error.

 

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[Sol Lestrange Black]

Escuché atentamente cada una de sus palabras y si en efecto no me agradaba mucho el cómo se expresaba de Ethan como si fuese algo de su "pertenencia". Contuve mi lengua hasta que hubo terminado. Mi turno llegaría.

 

 

--Coincido perfectamente en que Ethan es lo suficientemente adulto y pensante para elegir a la persona que desea a su lado...--Afirmé con aquel mismo tono algo insolente que había utilizado, aunque debía aceptar que en ningún momento estaba siendo grosera aunque si totalmente agresiva.

 

Me tome unos segundos para responder su otra pregunta, si bien ella aseguraba no estar en contra de las decisiones de Ethan algo seguía sin cuadrarme del todo, su sentimiento "protector" me daba mucho que pensar.

 

 

--Pasando a la pregunta Bel, ya que hemos hablado de ser sinceras, te diré de forma breve y lo más explícita posible que no lo que pasó aquel día en la feria fue un mal entendido que he aclarado con Ethan--afirme con una sonrisa triunfante-- y también debo aceptar que en ese momento me deje llevar por los celos, no tenía idea de quien eras y menos del cariño que Ethan siente por ti, pero ahora conozco la historia, y se perfectamente como están las cosas tengo claro lo que el siente por ti, aunque no lo que tú sientas por el...

 

 

Continuamos avanzando, en efecto no era la mujer más feliz en aquel momento, pero tampoco me.mostraria vulnerable o duditativa en ningún aspecto.

 

 

-- Voy serte completamente sincera Bel, yo no sé más bien cual es tu problema conmigo, porque si tú malestar, temor o como quieras llamarle va enfocado a lo que yo pueda sentir por el, puede estar tranquila- afirme- No voy a decirte tus cualidades ya que como.mensionas tienen una "relación" de años y las virtudes de Ethan no pasan desapercibidas...

 

 

Me encogí de hombros, mientras Evans me miraba con interes, esperando que continuará con mi explicación.

 

 

-- Yo no veo el porqué tendría yo que darte explicaciones justo a ti, pero te las voy a dar como una atención justo a Ethan- confirme alzando la ceja-- Lo que pasó entre el y yo no fue planeado y menos esperado, las circunstancias no fueron sencillas y justo en este momento de nuestra relación puedo decirte que soy la mujer más feliz a su lado y que tu opinión y la del!mundo entero me importa tan poco...mi único interés es que sea tan feliz conmigo como yo lo soy con el... Simple y sencillo...¿Qué sientes tú por Ethan? -pregunte ya fuera de todo protocolo.

Editado 6 de Diciembre del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Rory Despard]

Parpadeé incrédulo ante lo que Sol acababa de decir ¿había dicho que había sentido celos aquel día en la cafetería del Ministerio de Magia? Tuve que hacer acopio de todas mis fuerzas para no reír y tratar de mantenerme ecuánime, mucho más cuando detectaba en cada una de las palabras de Lestrange el esfuerzo porque notase lo "compenetrada" que estaba con Ethan, y la seguridad que tenía ella en la decisión que él había tomado, escogiéndola.

 

Yo era de las personas que creía firmemente que si tenías que repetir tan alto y tan fuerte algo, era porque en el fondo del corazón, alguna clase de inseguridad albergabas que te impedía ser del todo sincero y admitir tus miedos. Y precisamente en esos momentos, Sol tenía la confianza para revelar cuales eran las razones tras su comportamiento.

 

Apenas podía dar crédito a lo que me decía.

 

- No creo haber pedido explicaciones sobre lo tuyo con Ethan. El amor romántico surge en las circunstancias más insospechadas, y a veces contra la voluntad de uno mismo. Te lo puedo decir de primera mano porque lo he vivido también- confesé y por un momento el recuerdo de cómo se habían torcido las cosas con Garry ensombreció mi rostro- pero el amor en sí mismo tienes muchas formas, y ya que estás preguntándome qué es lo que siento por Ethan, debo admitir que sí, lo quiero y mucho, pero no de la forma que estás imaginando.

 

Lo había visto crecer en Ottery, y luego tras su vuelta, había podido notar cuanto había madurado. De una relación casi de madre a hijo, podía afirmar ahora teníamos una relación más horizontal. Pero eso no significaba que la naturaleza del amor que sentía por él hubiese cambiado.

 

- Siempre voy a preocuparme del bienestar de él. Ha sufrido más de lo que debería, y odiaría darle un dolor de cabeza. Por eso te escribí, porque conociéndole sé que se preocupará innecesariamente si tú y yo mantenemos estas comunicaciones tan...distantes. Pero no estoy enamorado de él Sol.

 

La había visto a los ojos directamente mientras decía aquellas últimas palabras. No mentía, pero me preguntaba si ella notaría que había algo más allí que no me atrevía a confesar, de las razones por las cuales, muy en el fondo, y a pesar de lo buena persona que parecía ser, verla al lado de Ethan todavía me era contraproducente.

 

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[Sol Lestrange Black]

Negué suavemente ante sus ultimas palabras, no acababa de convencerme su actitud sobre protectora con Ethan, pero no pensaba caer en aquel juego de poder en el que en un principio me había dejado arrastrar, así ella sintiera el amor mas grande del mundo estaba completamente convencida de los sentimientos de Ethan, no me haría dudar.

 

--No me estas entendiendo Bel- dije encogiéndome de hombros-- Mas allá lo que tu sientas o no por el,lo digas o no, te agradezco tu preocupación, pero lo que no me acaba de quedar claro es justo eso, cual es la preocupación. - admití intentando no dejarme llevar por la rabia que sentía y mantenerme ecuánime y firme en cada momento-- Yo se perfectamente por lo que Ethan ha pasado Bel, se las circunstancias y se también de tu afecto para con su ex esposa, asi que por lo que se e intuyo imagino que eso también tiene algo que ver con tus "dudas"

 

Me detuve, no veía el caso de llegar mas lejos, si en medio de aquel solitario lugar podíamos terminar con aquella charla, la mire un instante evaluando sus gestos, como fruncía el ceño al mirarme, definitivamente nuestro desagrado era mutuo, aunque definitivamente el mio había cedido un poco después de las explicaciones que Ethan me había dado, pero ahora viéndola ahí parada frente a mi, intentando convencerme de que no estaba enamorada, me daba mas razones, no tenia claro el "tipo" de amor que podía sentir por él, pero al final del día no era algo que me quitara el sueño.

 

--Dejémonos de caretas Bel y dime de una buena vez ¿A donde quieres llegar? Me queda claro tu sentido "de protección" para con mi novio, lo que no me queda claro es el por que piensas que tienes que protegerlo de mi...por que si las dos lo queremos y queremos lo mejor para el creo que estamos en la misma frecuencia, al menos que esto sea algo personal¿No crees? - pregunté con una sonrisa sarcástica alzando la ceja-- Asi que dejemos de darle vueltas al asunto y dime que quieres saber, o mejor dicho que es lo que sabes de mi que tanto de agobia...por que lo que si me queda claro es que si ustedes en todos estos años no han tenido otro tipo de relación, no la ven a tener justo ahora que yo estoy en su vida...

 

 

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[Rory Despard]

Era lista, muy lista. Aun percibía en ella discursos que se mezclaban, cosas en las que tenía razón y otras que posiblemente solo eran sus propios fantasmas. Sin embargo, había dado en el clavo al mencionar a Kutsy, pues era ella, o mejor dicho pensando en ella, que una parte de mí observaba con extrañeza la nueva relación de Ethan. Él tenía derecho a rehacer su vida, eso lo entendía a la perfección, pero muchas noches en el Castillo Evans, cuando antes de dormir, paseaba por entre los pasillos y me cruzaba con Kutsy, me preguntaba que tan bien o tan mal habían terminado los dos, cuanto daño podía haberse acumulado en sus corazones, y la incertidumbre ante la idea de que no estarían más juntos.

Y para mí, quizá la dificultad más grande era esa, dejar de pensar en ambos como uno, aprender en cierta medida, a quererlos y desearles un futuro feliz separados. Porque aunque las circunstancias que me habían acercado a ellos habían sido diferentes, tras convertirse en mis ahijados y Kutsy en prácticamente mi hija adoptiva, los lazos se habían intensificado, y a pesar que la parte racional de mí aceptaba que su historia de amor no daba para más, el lado emocional no lo asimilaba tan fácilmente.

Seguía en ese proceso.

- Si sabes las circunstancias, comprenderás que cargamos sobre nosotros el peso de los lazos formados con los demás. Puede que efectivamente lo de Ethan y Kutsy haya terminado, pero hay hijos, hay compromisos que trascienden a ellos mismos, uno de esos lazos, el que ambos mantienen conmigo y yo con ellos- las palabras habían salido con una firmeza inusitada, que esperaba Sol no se tomara por un reclamo- Sí, admito que aunque sé muy bien las razones de su separación no haya procesado del todo ese hecho todavía. Ese es mi fallo.

Exhalé largamente tras aquella declaración. Poner en palabras la sensación que me había acompañado ya tantos días era duro, y peor que la primera persona que se enterase fuera ella, Sol, que poco tenía que ver con el asunto. Solo que, inexplicablemente, una vez más, la mujer volvía a cuestionar el tipo de sentimientos que tenía por Ethan ¿qué pretendía que le dijera?

- De ti todo lo que sé es que ibas a casarte con un tipo hace menos de un mes y ahora dices estar muy enamorada de Ethan. Perdonarás que tenga mis dudas entonces, de la clase de "amor" que profesas. Al final de cuentas, ese un asunto tuyo claro está, y creo que el tiempo pondrá las cosas en su lugar- rascándome la cabeza y ya sin intención de ocultar mi fastidio añadí- solo te aconsejo que creas realmente en la relación que tienes con él. Si de verdad estás segura como pregonas de los sentimientos mutuos, es est****o que estén sintiendo celos de mí...porque créeme...eso es lo que parece todo este reclamo tuyo.

Si ella no entendía con esas palabras, se me agotaban los recursos para hacerla entender.

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