- Hell MooN - (MM B: 110639)

[Veronica Prince Rambaldi]

Tenía que reconocer que mi insistencia por ayudar a mi madre era por la necesidad de no dejar que él notara como su presencia me hacía sentir ¿Cómo definirlo? Era algo agradable, sin dudas, hacía un año había experimentado algo similar, pero en una situación bastante distinta. Pero no, con Mefis mis instintos, mi piel, toda mi esencia vibraba. Y era algo que no entendía cómo me podía pasar con alguien que acababa de conocer.

–¿Azazel? Interesante nombre para un elfo, sí, mamá ha decidido su boda casi de un día para el otro. Hummm interesante esperemos se dé la oportunidad de conocerlo –comenté observando la sonrisa maliciosa que se dibujaba en sus labios al hablar de fiestas. ¿Cuáles habrían venido a su mente?

Sus ojos volvieron a encontrarse con los míos, casi pescándome infraganti viéndolo con esa curiosidad y deseo de conocerle que me estaba provocando inclinarme hacía él, aunque con un cierto temor al escuchar que hacía mucho no iba a una fiesta. ¿Y si decía que no? ¿Por qué me importaba?

 Y de pronto se produjo el contacto, me sorprendió casi tanto como sus palabras. Una suave corriente recorrió todo mi cuerpo y separé mis labios dejando escapar un suspiro. Fue fugaz, demasiado fugaz, y cuando retiró la mano hice un movimiento más que inconsciente porque a mitad de camino lo retuve, volviendo a sentir un calor agradable en los más recónditos rincones de mí ser.

–Me encantaría, no solo a la boda, la despedida es en la Luxure –sonreí con timidez, retirando yo ahora mi mano para dejar libre la suya –no tengo otros planes, creo que te esperaba.

 

@ Mefistofeles Evil  @ Malum Luxure

[Mefistofeles Evil]

De pronto aquella noche fría en Ottery, se empezó a sentir más cálida de lo que recordaba, aquella sensación de su mano en la mía y de la mía sobre la suya, después ya de varios minutos la tenía tan presente como cuando ocurrió, ¿Qué me pasaba?, no era precisamente esto lo que estaba buscando, tenía que tranquilizarme, ya que había la posibilidad que solo yo sea el que se hace películas en la cabeza cuando la preciosa rubia simplemente quería ser amable, no podía asumir nada, mi característica más distintiva es la paciencia, esperaba simplemente que está vez no sean mis instintos que me juegue una mala pasada y acaben con la poca racionalidad que aún me quedaba, no me quedaba nada más por el momento que sonreír y seguir la tertulia, tratando de buscar dentro de sus palabras, dentro de cada gesto una señal que confirme o desengañe todo lo que mi tan imaginativa mente estaba tejiendo hasta el punto de casi estar enredado.

Disimuladamente respiré profundamente, consiguiendo con dificultad calmar esa tormenta de ideas, pensamientos que bordeaban entre lo más sublime hasta lo más perverso, mis ojos seguían sin separarse de los suyo, nadando en aquellos dos orbes miel que se volvieron casi hipnóticos.

-Siempre digo mi querida Vero, que uno nunca llega temprano o tarde a las citas con el destino, simplemente llega cuando tiene que llegar, hoy era el día de vernos, no ayer, no mañana, era hoy, el momento exacto, preciso y hasta ahora perfecto...-

Había dos eventos en esos días, la despedida de soltería y el matrimonio en si, y podría tener a Verónica a mi lado en esos eventos, sería la mejor oportunidad de poder averiguar si aquella preciosa mujer también tenía ese huracán de sentimientos sacudiendo todo el cuerpo.

-Entonces es una cita...-lo dije con complicidad y picardía en el tono...-me imagino que la boda es formal, pero la despedida, de que manera hay que vestirse, te comento que son siglos que no he ido a una despedida de solteros, quisiera saber a que me voy a enfrentar...-sonreí regresando a ver a la barra a ver si ese trago estaba listo, lo necesitaba más que nunca, pero esta vez necesitaba hielos, muchos hielos.

 

[Veronica Prince Rambaldi]

Dicen que las aguas de los mares más bellos tienen el color de las esmeraldas reflejados en ellas. Debía ser verdad porque era un mar de tranquilidad y perfección el que encontraba en aquella mirada tan profunda que no se separaba de la mía. Debía reconocer que por un momento me había olvidado de todo y de todos los que nos rodeaban. ¿Estaba tan mal? No quería ser descortés para con mi madre pero por más que lo intentaba no lograba dejar de ver al hombre justo frente a mí. Era como si mi alma se hubiera enredado con la suya y no quisiera soltar ese fuego que parecía abrazarme pero sin llegar a ser dañino, al contrario, era como algo cálido que ascendía desde mis entrañas.

—El tiempo exacto, supongo que las coincidencias no existen y sí ha sido el destino el que me trajo hoy aquí —en ese momento recordé el recuerdo que había traído para enseñarle a mi madre y que yacía oculto en el bolsillo de mi chaqueta.

Mordí levemente mi labio, no quería que eso fuera a arruinar nada, pero no podía negar lo que yo era, una bruja poseída por un demonio súcubo y, sí, madre de Merlín.  ¿Querría él ir conmigo aún a pesar de las circunstancias? En algún momento sería evidente pero que mencionara una cita hizo que mi mente dejara de lado todo instinto maternal y sonriera como una adolescente. ¿Cómo podía ser eso posible? Yo no era una niña pero a su lado sentía esa exquisita ilusión de la primera vez.

—Una boda formal y de sangre, por lo que tengo entendido y un baile de máscaras para la despedida de solteros, al estilo veneciano —mordí mi labio una vez más para luego humedecerlo  antes de agregar —si te animas serían dos citas Mefis —en ese momento recordé que me había dicho el querida Vero con un tono de voz que había logrado derretirme ¿vería él lo que provocaba en mí? ¿le provocaría yo algo similar? Agradecí que en ese momento mirara la barra porque logró que volviera yo mismo a este mundo y no alcanzó a ver mis temores reflejados en mi rostro.

Al igual que él me volví hacia la barra para ver la expresión de mi madre, estaba segura que algo de reprobación habría en ella, o tal vez no.

[Malum Luxure]

Me había perdido un poco en mis ideas, aún estaba asimilando que me iba a casar, el tema no era ese en sí, si no que estaba usando el cuerpo de la pelirroja...uno que pidió ese demonio para tener a sus hijos, no es que él me importe pero si reclama lo mío como suyo, vamos a tener una severa disputa por quien lleva la razón, Alaric se había metido en un lío muy desastroso por su ambición y aún estaba pagando las consecuencias de ello, yo no iba a ceder mi vida por eso, la habían dejado técnicamente morir si no fuera por su inmortalidad y por mi deseo de volver.

-Disculpen mi desconecte de la charla...es que con la boda encima aún hay detalles que pulir para que sea perfecto, Mefistofeles quedas invitado ya lo sabes.- Hable con calma mientras preparaba los tragos con gran maestría. -Qué es de la vida de Damián? Desde que volvió contigo casi no tengo noticias de él...Alexander me pidió verlo pero no se si sea prudente...deseaba llevar a Kyle para que te conozca pero tampoco estaba segura del todo.- Suspiré al pensar en mi niño, por qué si es mío desde que yo tomé el lugar de su madre.

Pude notar la química entre ambos y no es que realmente me moleste pero si algo le pasa a mi niña, mi una niña hasta ahora las cosas se van a poner muy, pero muy malas por estos lados. Yo no tengo muchos sentimientos positivos pero los que tengo están destinados a un número reducido de personas, entre ellos están mis hijos: Alaric, Damián, Alex, Vero y Will no niego que deseo más niños pero por ahora no es el momento.

-Si cariño puedes ayudarme, no debes pedir permiso por qué Hell Moon y Luxure son tus hogares, aquí tu sudes hacer lo que desees.- Le respondí a mi hija con una sonrisa, quien me viera se extrañaría mucho de ver a la Emperatriz austríaca servir como una simple mortal, pero han de saber que esto no es por cualquiera.

Movía las manos con agilidad y maestría a pesar que hace mucho no practicaba el arte de servir un buen trago, pero hay cosas que nunca se olvidan a decir verdad, estaba agradecida de pre el local siempre tuviera variedad y calidad, es un sello desde que se abrió...premiado varias veces por su excelencia sin duda era mi orgullo.

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@ Veronica Prince Rambaldi  @ Mefistofeles Evil

[Mefistofeles Evil]

Por un momento salí del embeleso en el que me encontraba consumido, mirando a Malum que se encontraba con la mirada perdida, abstraída en sus pensamientos, seguramente su mente estaba tan desordenada como su alma, consumida me imagino con sus preparativos, de pronto sus dudas o sus miedos, el pasa que iba dar era demasiado grande, si yo lo sabré, espero que haya tomado la decisión correcta, no tanto por ella, sino por los míos.

-Mi príncipe se encuentra bien, de a poco está aceptando su lugar, su misión en esta vida...-mi muchacho sería el segundo al mando en jerarquía demoniaca después de mi, eso ya estaba pactado con El Caído, a pesar de que muchos no estaban contentos, pero eso era algo que me tenía sin el menor cuidado, el chico ya estaba listo para hacer frente a cualquiera, estaba casi listo...-muy pronto lo verán de nuevo, al menos uno esta cumpliendo para lo que está destinado...-

Poco me duró el disgusto de recordar algunas diferencias que tengo con mis hijos, aquel imán que se había convertido Verónica para mi, hiso que automáticamente desaparezca cualquier tipo de enojo, parecía el tiempo detenerse en cada movimiento, quedé hipnotizado con el péndulo de sus caderas al caminar hacia la barra para preparar los tragos.

-¿Animarme?...- respondí con sorpresa...-Es un honor para mi ser tu compañero en esos dos eventos, creo que seré la envidia de muchos, el despertar esos sentimientos créeme que para mi es tan agradable, soy de los que les gusta ver el mundo arder, por lo pronto quiero saber si todo ese fuego que vamos a producir nos calentará o nos consumirá, sea cual fuere, lo voy a disfrutar tanto contigo...-

@ Veronica Prince Rambaldi  @ Malum Luxure

 

Editado 8 de Junio del 2022 por Mefistofeles Evil

[Veronica Prince Rambaldi]

Me quité la chaqueta dejándola doblada en una de las bancas junto a mí y me dirigí hacia el otro lado de la barra, aunque observaba a mi madre y era obvio que jamás llegaría a mover el cubilete de la forma en que ella lo hacía, pero notaba en cansancio en su rostro. Quizás más que cansancio lo de ella era ansiedad y preocupación por lo que vendría. El cariño en su voz y su gesto tierno era algo tan íntimo habitualmente, y en cierta forma lo estábamos. Mefis estaba contando en ese momento sobre mi hermano. Lo que me hizo sentir un ligero estremecimiento por todo el cuerpo.

—¿Y para qué están destinados tus hijos? —me giré viéndole a los ojos, con curiosidad, era extraño saber que acababa de invitar a un par de citas al padre de mis medio hermanos y sin embargo aquello era a la vez  excitante, sobre todo por cómo él que veía cuando su expresión se suavizaba desprendiendo una sexualidad que casi podía sentir vibrando sobre mi piel.

Reí ante sus palabras, en verdad no sabía si le envidiarían pero sí tenía en claro que como él mismo planteaba los sentimientos que me despertaba desde que le vi eran algo así como un volcán a punto de hacer erupción. Se sentía tan fuerte y tan ardiente, pero sabía que no éramos mera humareda, había más en esto y lo quería vivir y disfrutar plenamente.

—¿Has visto como la lava corre por las laderas de un volcán? Es primero una explosión que sacude todo y luego va quemando todo a su paso lento y sin pausa —me detuve viendo de reojo a mi madre, en serio que Mefis lograba que olvidara por un momento que había alguien más a nuestro lado aparte de nosotros dos. Sostuve su mirada y sonreí.

—No sé si te envidien y no sé si me importa lo que los demás sientan al respecto de nosotros, quiero estar contigo y lo que ocurra pues que sea lo que deba ser, solo disfrutemos el momento —ayudé a mi madre a acomodar las bebidas en los posavasos que fui disponiendo en la barra.

[Mefistófeles Evil.]

Cada segundo que pasaba, cada palabra, cada gesto, venía con una oleada de fuego sobre mi, sentía que mi pecho ardía, era una atracción que pocas veces he podido sentir por alguien y sobre todo en tan corto tiempo, una mezcla de sensaciones que cayeron con rayo desde el momento en que la vi entrar por la puerta del bar, toda atención, todo pensamiento ahora se centra en ella. 

Pero debía calmarme, no ir tan aprisa, las cosas se tenían que dar a su tiempo y a su momento, pero por lo visto lo que sucedía ahí, rompía todo tipo de esquema que haya trazado, definidamente Vero se había convertido en el más hermoso imprevisto que pensé tener esta noche.

-Mis hijos, bueno...-me quedé pensando que palabras ocupar, no era el tiempo de que sepa que soy, no se si por prudencia o miedo a alejarla, si bien sentía y sabía que ella tenía esencia demoníaca, no quería apabullar con todo lo que implica estar cerca de un ser como yo...-eso es un tema de conversación demasiado complicado y creo que nos faltarían tragos para que te lo lograse explicar, las cosas a su tiempo...-

No quise dar detalles, fui firme en la respuesta, esperaba no sonar brusco pero era la única manera de que se deje ese tema aún lado por lo pronto, había muchas cosas que tenía que poner en orden con mis hijos, tenía aún que hablar con Emma y Alex, ya era hora que cada cual ocupe su lugar, pero como dije, a toda tarea su lugar y su tiempo.

Al escucharla con respecto a que quería disfrutar el tiempo juntos no me pude resistir y nuevamente tomé su mano, esta vez con más fuerza que la primera vez, como queriéndole transmitir en ese apretón, todo lo que pasaba en mí esos momentos.

 -Créeme Verónica...-le miré fijamente a los ojos, esperando que pueda ver a través de mi...-créeme que lo que mas quiero es disfrutar muchos más momentos contigo, a quien el moleste me tiene sin cuidado y lo que tenga que pasar, que así sea...-

@ Veronica Prince Rambaldi  @ Malum Luxure

 

[Veronica Prince Rambaldi]

Parecía que había puesto el dedo en la llaga, observé el gesto pensativo de Mefis y me pregunté si había hecho mal en preguntar sobre su relación con mis hermanos. Asentí, sí, tendríamos tiempo y quizás para entonces con una botella de por medio o dos, junto a una chimenea. Bueno, más bien en esta época sería en una piscina, porque el clima se acercaba ya a un verano tórrido. ¿O lo tórrido sería la sensación que inundaba mi cuerpo en cada instante?

Me obligué a volver mi mente a Hell Moon o tal vez fuera su mano sosteniendo la mía, si la vez anterior había sentido una corriente que recorría mi cuerpo ahora fue más como una certeza, me acerqué a él viéndolo a los ojos. Mi nombre en sus labios sonaba más que genial y no tenía por qué me sentía tan bien sabiendo que él me notaba y en verdad deseaba estar a mi lado.

Sin poder evitarlo me acerqué más a él y rocé mis labios con los suyos y viéndolo a los ojos me alejé nuevamente con una sonrisa.

—Pues sí, que lo que tenga que pasar que pase —le guiñé un ojo y acariciando su mano volví a mi lugar, dándome cuenta que de nuevo había dejado a mi madre de lado para actuar como, dude unos segundos hasta para conmigo misma, pero sí, debía reconocerlo, actuaba con todos los instintos de demonio súcubo que podía sentir vibrando dentro de mi ser, buscando entregarse de forma completa a lo que sentía en ese momento.

—¿Dónde te quedarás estos días? —pregunté como si no hubiera ocurrido nada segundos antes y continuáramos la charla de forma amena y familiar.

Mientras lo observaba con una expresión que podía sentir era totalmente la de una joven inocente, llevé el vaso a mis labios sin llegar a beber aún su contenido, más bien dejé deslizar mi lengua por sobre mis labios, disfrutando el sabor de los labios que acababa de probar tan descaradamente.  Definitivamente mi mente estaba sin el control total sobre mí, o quizás el único control en ese momento era el de mis instintos más básicos.

@ Malum Luxure  @ Alexander Joseph Luthor

[Mefistófeles Evil.]

El sentirse sorprendido no es algo que conmigo se pueda hacer con facilidad, pero aquel húmedo rose de sus labios con los míos me dejó casi en shock, no atiné mas que tratar de disfrutar cada una de las sensaciones que cayeron como cascadas sobre mi, el miedo irracional que tenía a sentirme atrapado por aquellos dulces lasos del amor, el fuego voraz de la lujuria, la sorpresa de que todo suceda tan rápido sin que haya plan de por medio, mi ego inflado por haber conquistado a tan hermosa mujer y darme cuenta que mi charm está intacto y cientos de cosas más mezcla de todo; aquellos segundos en que se posó Verónica en mi boca en mi cabeza se sintió como una eternidad pero en una tortura el momento en que nuevamente se alejó de mi.

Las cosas estaban trascurriendo demasiado rápido para mi racionalidad, regresé a ver a la barra y estaba mi trago listo, tomé el vaso de cristal entre mis manos observando al moverlo como pintaba el licor las paredes del recipiente, aquel liquido de color ámbar similar a sus ojos, de los cuales quería beber como hacía con aquel licor, apuré aquel trago sintiendo como el licor despertaba todos mis sentidos, mire nuevamente el vaso prácticamente vacío y lo coloqué nuevamente sobre la barra. Tenía que analizar todo lo sucedido, no podía dejarme llevar por mis instintos, no era prudente, no con todo los planes que tengo, pero no puedo negar que aquel beso fue lo más excitante que he vivido en mucho tiempo.

-La verdad es que no tengo definida aún el lugar donde pernoctaré hoy ni donde será mi residencia permanente, pero ten por seguro que cuando lo tenga claro, vas a ser la primera en saberlo...-aun tenía en mi aquella sensación de sus labios, no pude evitar y me pasé uno de mis dedos por ellos, cuando me di cuenta, fingí que era algo de licor en mi boca...-creo que es prudente ahora que me marche...-mientras tengo control de mi, pensé...-hay algunos destinos que tengo para esta noche que cumplir, dime cuándo y dónde paso por ti para ir a la despedida, todavía no me voy y ya quiero volver a verte...- 

@ Veronica Prince Rambaldi  @ Malum Luxure

 

[Veronica Prince Rambaldi]

Respiré profundo y tomé un sorbo de mi bebida, debía calmarme, lo estaba logrando lentamente, pero podía sentir esa inquietud en él y no sabía si había cometido un error al dejarme llevar por mis instintos. No esperaba que él se incomodara, pero no me había podido resistir. Le miraba de reojo mientras movía su bebida y la probaba a su vez, casi la terminó de un trago. Su expresión era pensativa, no voy a negar que me preocupé hasta que volvió a hablar.

Sí contuve las ganas de invitarlo a que se quedara en la Luxure, seguramente querría tener libertad y no estar en el hogar donde mi madre pasaría las horas antes de abandonar su soltería. Sonreí, asintiendo y volví a notar su gesto, pensativo acariciaba sus labios, como secando alguna gota de la ambarina bebida que había consumido.

—Sí, la prudencia —dije repitiendo la palabra que me estaba faltando cuando él hizo mención de que debía marcharse, me puse de pie para despedirle —oh, —sus palabras me habían hecho sonrojar, la idea de que me buscara era encantadora y nunca le había dicho en dónde estaba parando —bueno, tienes suerte, no me estoy hospedando en mi departamento en Londres, sino que me he instalado en la casa de madre, el hogar de los Luxure, así que solo basta que asistas a la despedida y allí me encontrarás, solo debo bajar de mi habitación a la fiesta —una vez más contuve el invitarle a la habitación y sonreí con lo último que decía que quería volver a verme —pues es un deseo mutuo y es un viaje corto, solo ven a casa y disfrutemos de la fiesta, te espero  en la Mansión Luxure, estoy segura que a pesar de las máscaras serás capaz de reconocerme —le guiñé un ojo y me acerqué a él, para darle un nuevo beso, de despedida, pero esta vez en su mejilla mientras apoyaba distraídamente mi mano acariciando su brazo —nos vemos pronto —agregué como saludo final.

@ Alexander Joseph Luthor  @ Malum Luxure