Robo de fragmento desconocido del Libro de Thot

[Sagitas E. Potter Blue]

En la "Ojo Loco" Potter Blue:

Es imposible escuchar la perorata de Hayame sin ir frunciendo el morro y desear tirarle algo a la cabeza. Gruñí un poco. ¿Por qué no hablaba Sean para evitarme una pelea entre nosotras? O tal vez es que le gustaba y por eso prefería observar para apostar por la que perdería.

 

-- Tú pintas menos en una biblioteca que @@Amya An. Ella no lee, ¿es que no lo sabes? Sólo archiva, eso se le da bien, aunque creo que ella no estudió Biblioteconomía y que va un poco por libre. Es imposible encontrar un documento, un libro, un panfleto, si ella lo ha archivado. Es por eso que la sugiero. Siempre se le ocurre una lógica insuperable para encontrar parámetros imposibles para los normales.

 

¿Acababa de llamar a Amya "no-normal"? Bueno, no estaba presente y, al menos que le fueran con el chisme, estaba segura que podría echarme una siesta sin gusarajos entre los cojines.

 

-- Y se esconde mejor que nadie, lo que le da una perspectiva valiosa sobre los lugares más inverosímiles para esconder cualquier cosa. Y sobre lo que escondo en... ahí... Pues... Eso... Hum...

 

Me rasqué la nuca en un intento de pensar, de ganar tiempo y de ocultar el rugido de mis tripas vacías. En casa y sin haber comido una maldita galleta desde hacía minutos, ¿o más tiempo?

 

-- ¿No lo había dicho antes? Es parte de la mercancía robada a los Zabini. Tengo que organizarlo y devolverlo. -- Lancé un suspiro enorme. -- Ahora sólo faltaría que vinieran del ministerio y me lo encontraran en la mesa. ¿Alguien me ayuda a clasificarlo y embalarlo y... esconderlo?

 

Sí, lo sabía, eso me haría más culpable pero yo estaba segura que si se lo hacía llegar al patriarca de los Zabini, retirarían la denuncia, aunque les faltara alguna pequeña cosilla como el fragmento del Libro de Thot. Pero era inocente a pesar de las pruebas circunstanciales.

[Anthony R. Dracony M.]

Llegando al Ministerio Mágico...

 

Rodeado de tanta naturaleza en su exploración en Escocia, contrasta mucho con el Ministerio Mágico. Ahí estaba, por medio de la aparición, de pie observa la caseta telefónica...unos segundos se toma para sopesar lo que tiene en mente. Respira hondo y saca el aire, se recompone su ropa...(un traje blanco todo él...primera vez que lo usa pero no puede desairar un obsequio de su padre adoptivo Reacon...que aunque no está presente fisicamente, parece ir junto a él en espíritu...

 

La capa también es blanca, y al igual que su chaleco y saco, tiene bordados discretos en hilo de oro...o al menos dorado...se siente un tanto intranquilo. alerta con todos sus sentidos, avanza hasta donde está el mago que revisa las varitas...la suya es un recuerdo de su madre, pero nunca a tenido problemas por portar la o utilizarla. Pasa sin problema aquella revisión pero es muy pronto para cantar victoria....sus pasos firmes le conducen al ascensor...siente las miradas sobre él quien finge mirar muy atento lo que lleva escrito en unos pergaminos que desdobla frente a si...nada comprometedor, solo algunos datos sobre algunos reportes ministeriales pasados.

 

El ascensor va con varios magos y brujas, alguien le habla, él no levanta la vista pero atiende a quien le habla...

 

&&&&&&&&&&

 

El episodio en el ascensor ya pasó, el inefable ??? sale del ascensor, el encuentro y platica en el ascensor, fue de lo más inusual pero carente de peligro...o al menos eso se piensa el ojimiel.

 

Sobre su ropa lleva aquella credencial que hace un año le fue entregada, la que resa: "Director" "Departamento de Misterios"...también al entrar a la cabina teléfonica y nencionar su nombre, le fue entregada una plaquilla en la que puede leerse: "Antoni Ryvak Dracony, Embajador de Escocia, Orientador Vocacional Mágico" pasa su varita por ambos identificadores y los hechiza como sus primos del Departamento de Accidentes hacen con sus identificaciones para que cada vez se lea lo que sea más conveniente...que bueno haber aprendido tal táctica...

 

Aún falta llegar al Departamento, aquel donde se sintió como en casa...el Departamento de Misterios. Con tantas cosas ocurridas tras aquella declaración de guerra, no está seguro si han puesto alguna traba o hechizo defensivo, no lo cree, así que accede como usualmente lo ha hecho y.....¡Funciona! sin perder tiempo se adentra hasta la otrora oficina, de ahí accede al compartimiento oculto y extrae aquel objeto resguardado con gran sígilio, lo mete en su bolsa de moke, después hace lo mismo en otras cámaras, solo toma aquellos objetos que oculto por ser peligrosos en manos de gente ambiciosa y a la vez sin conciencia...los enemigos podrían querer adueñarse de ellos..lástima que no pueda llevarse todo!....vuelve a buscar utilizar aquella puerta y el pasadizo secreto hasta la misma oficina del Ministro...pero sigue cerrada, imposible de utilizar, tanto de Misterios a la oficina del Ministro como viceversa, ejecuta otro hechizo defensivo para reforzar la seguridad...lo último, es lanzar un embrujo a todos los accesos para que solo puedan accesar gente que él entregue la fórmula secreta...

 

Ahora sale del departamento, con su preciada carga debe volver afuera y desaparecer a su reserva natural...perderse y en un sitio no frecuente, resguardar bajo hechizos aquellos objetos que pueden ser la clave para utilizarlos contra los enemigos...

[Lucrezia Di Medici]

Antonio Pazzi.

Director de Comunicación de Piero Azzinari.

 

- ¿Y para que querría usted los fragmentos del libro de Thot?- espetó mientras tomaba asiento en el borde de la cama, enfrentando a aquel intruso con la barbilla levemente en alto.

 

Antonio sabía que estaba cada vez más cerca de tomar el control de la situación, como hacía cada vez que la situación se descontrolaba en una rueda de prensa de Piero o como cuando las editoriales romanas comenzaban a golpear la imagen pública del Ministro con noticas amarillista o mal intencionadas. Había sido formado para ello y para ello servía, para salvaguardar la información que no debía conocerse o evitar que la autoridad del gobierno muestre sus puntos flacos. Su cuerpo había vencido al temblor que lo había sacudido momentos atrás. El joven español no era realmente ducho en duelo, pero la cercanía que había ganado progresivamente a su varita lo envalentonaba.

 

Las miradas de ambos sujetos quedaron enfrentadas una con otra. Desde el primer instante Pazzi había comenzado a leer a aquel extraño, tratando de dilucidar entre líneas y en cada arista de su expresión cuales eran sus intenciones. Sin embargo, algo se le escapaba; no lograba entender que sacaría aquel hombre de toda esa situación ¿Cuál era su motivo y qué lo había arrancado a actuar de tal manera con el aún inconsciente Julio? La primera hipótesis que había armado en su cabeza era que aquel era el hombre que había perpetrado el robo en primer lugar y que había caído en que el fragmento en su poder era falso. La mención al resto de trozos del libro de Thot fortaleció su sospecha. Su fundamentación residía en los pequeños huecos del discurso de Dehorm y en encontrarlos Antonio era experto.

 

- El Ministro Azzinari no está interesado en los fragmentos fuera de su territorio soberano. No tiene poder, ni le interesa. Su único objetivo es recuperar un bien en manos del gobierno italiano y socavar cualquier intento de atacar nuestra nación.- la pasividad en su voz, dichas en un mismo tono, era irritante- Estamos al borde de entrar en una guerra ¿Y cree que tengo el poder para coordinar una reunión con el ministro extranjero a quien enfrentaremos si se confirma el origen del robo? Creo que está en el lugar equivocado y su objetivo está fuera de su alcance, señor.

 

Dehorm parecía no tener indicios de la movida del Ministerio Italiano con el robo de tan preciado fragmento y su ultra custodiado escondite dentro de una bóveda trastero en lo profundo de una fosa de Gringotts, donde incluso a los duendes les era complicado acceder; eso le ofrecía a Antonia una ventaja exquisita para mover los hilos de la conversación. Lo único que deseaba era acabar con aquella fantochada de escena y ocuparse de su pareja causal, ese amor prohibido que continuaba tendido en la cama y respirando de forma aun dificultosa. Era consciente que lo lograría: su meteórica escalada en los escalafones del Ministerio de la Magia italiano lo precedía.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Derhorm, Roma. Italia

 

-Se apresura usted a sacar conclusiones de mi persona- dijo Derhorm mientra trataba de poner cara de inocente ante el chico que tenia en frente, ese comentario de su interes por los fragmentos era improcedentes incluso de mal gusto, que el estaba tratando de ser amable- supongo que podria achacarselo a la juventud y principalmente a su ocupacion. No, no me interesan en si las reliquias y si detener que alguien las obtenga, mas especificamente Aaron o en su defecto el Ministerio Ingles.

 

Mejor seguir tenzando el rizo en esta serie de misterio. Derhorm creia que como buen periodista no resistiria la tentacion de hurgar mas en ese aspecto, que al final podria darle mas de un bombazo de titular e incluso dar herramientas a Piero para dejar esa parcimoniosa paciencia italiana. Si ese dicho de que la venganza era un plato se se comia frio le venia como anillo al dedo. Claro, despues Antonio entro con la perolata de que Piero no esta interesado en los fragmentos, seria un mal jugador del juego del poder o un tonto de no hacerlo, pero eso ya se veria en su momento.

 

-Poco sensata la actitud de Piero, tal vez desconosca el poder que tenia en Florencia.- Derhom se encogio de hombros.- y en cuanto a usted, supongo ya que no puede ayudarme lo mas aconsejable es que lo deje disfrutar del resto de la velada.

 

Podria haberse equivocado, quien sabe en la vida nada era seguro. Eso si en lo que no tranzo fue en creerse fue en esa supuesta falta de poder de Antonio, agentes de menos rango que el habian hecho mas que eso en otros momentos de la historia magica. Si no lo hacia era porque no queria. Y donde quedaba la buena voluntad en esta conversacion. Ahh que decepcion. No habia tiempo para mas asi que terminada esta conversacion habia que pasar a lo siguiente. Derhorm era propenso a manipular a sus interlocutores pero siempre habia fijado limites y mas cuando intentaban darle de largas, eso a cualquiera le subia el nivel de malas pulgas. Sabia que Antonio jugaba la baza tal vez por lealtad, pero Derhorm no queria romperla ofrecia un trato mucho mas que ventajoso. En fin, que ya poco importaba lo que pudo haber sido. Miro la varita de Antonio a varios metros de distancia de este y....

 

-IMPERIUS!!!!- murmuro con desgano pero con voluntad firme apretando el baculo que ilumino algunas de sus runas. Con esta accion Derhorm se sintio tratando de subyugar la voluntad de Antonio que lo mas probable que se sorprendiera. Claro el no dejaba cabos sueltos y mas si se trataba de algo tan importante. Asi que como ya conocia la reaccion de Antonio ante el sufrimiento de su paraja nocturna mejor utilizarlo para que dejara cualquier futil intento de luchar. Alzo la mano haciando levitar el desnudo cuerpo al lado de Antonio mientras cerraba el puño haciendo que de nuevo las cortinas comenzaran a sofocar al mancebo que casi estaba recuperado de la vez anterior, solo que ahora Derhorm no tenia reparo ni escusa para dejarlo vivo. -Comencemos de nuevo gustas??? Necesito me digas todo lo que sabes sobre los fragmentos del Libro de Thot, especialmente el de Florencia y que me redactes una solicitud de audiencia para el Ministro ingles Aaron Lestrange- y sin mas apreto con mas fuerza el puño pasando el chico que levitaba de rojo a un tenue morado. -tic...tac...

 

@@Lucrezia Di Medici Di Médici

 

 

Sean Linmer. Mansion Ojo Loco. Ottery

 

Sagitas hablo y como que despues de hacerlo al menos para mi habian muchas cosas claras. Si, ese trafico paralelo podria ser perjudicial aunque no sabia si tanto para los bolsillos de algun incauto que apostase a algo falso como a la actual problematica. En fin que si Sagitas tenia contactos....como decirlo...tan familiares pues haria bien en aprovecharse de ellos. Tambien Hayame aporto, claro la sola mencion de Amya me hizo erizar los pelos de la nuca. otra de las hermanas con las que no me llevaba para nada bien...y que en cuanto despiste y hechos de coleccionar "trastos" le ganaba a las otras dos.....o habian mas hermanas???. En fin, que ya bastante tiempo estabamos perdiendo, como para comenzar el debate entre hermanas sobre Amya...

 

-Creo que podemos dejarle a Harpo lo de empaquetar lo de los Zabini....-dije mirando al elfo con confianza. Si algo tenia Harpo era que sabia hacer bien todos los encargos de su ama. -Sagitas, Hayame y tu vayan al Ministerio a ver si logramos reacaudar mas informacion...esperemos que con Antony (@) y que Adrian nos ayude a salir "legalmente" del pais -me detuve un momento...y de cuando aca era yo el que daba las ordenes...jahh...como habia aumentado mi rango familiar de unos dias a la fecha. -yo me ocupare de evitar en lo posible el trafico de baratijas a un nivel no perjudicial.

 

Si creo que eso era todo....ahora solo faltaba movernos.

 

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[Zoella Triviani]

Algún lugar del centro de Londres.

 

 

Me encontraba dentro de un galpón escondido entre las calles del centro de Londres, había llegado nueva mercancía de mi ultimo encargo y yo necesitaba una pequeña ayuda de mis hermanos, les dejé a los dos un traslador a mi despacho, no sabrían donde estarían, y me encargaría de que no descubrieran la ubicación de mi almacén. Elfos caminaban de aquí para allá mientras yo me encontraba en el despacho, abriendo los más secretos pedidos que llegaban nuevos. Entre ellos, un supuesto fragmento de algún libro antiguo.

 

Mientras leía un poco sobre la descripción del mismo una llamada llegó, llamada que contesté al segundo timbre - Zoella Triviani ¿quien al otro lado? - contesté, a penas pose el auricular en mi oreja. Hablaban del muelle, parece que otro barco a mi nombre llegaba, dando ordenes de que hacer al lacayo que tenía en dicho lugar, colgué para ver como ambos brujos aparecían frente a mi escritorio - Tomen asiento, y bienvenidos a mi humilde morada ¿algo de beber? - Ofrecí a mis hermanos mayores, mientras chasqueaba mis dedos y Malario aparecía, junto a tres vasos y tres botellas diferentes.

 

- Les tengo una propuesta, y espero no la desaprovechen - comenté, guardando ante la atenta mirada de ambos magos el fragmento que tenía en mis manos nuevamente en su caja.

 

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[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Sean, cierta cloaca del Callejon Knockturn

 

Acomode el cuerpo lo mejor posible. No me gustaban estos métodos ya que siempre era mejor el negociar la información, pero, como buen miembro del bajo mundo, cuando la extorsión no servia la violencia era un buen aliciente para soltar la lengua. Así que lo deje ahí mientras ponía una botella de liquido de dudosa procedencia aun sin terminar en su mano. Nadie podría culpar al pobre chico de embriagarse en una de estas especiales noches de otoño, al final las cosas no iban bien para nadie desde la guerra. Claro cuando se despertara ademas de una buena jaqueca apenas si recordaría como había llegado ahí, gajes del oficio de desmemorizador, tan así que había confirmado con sus recuerdos lo dicho por su boca.

 

Lo importante era que el auge de copias falsas de algunas baratijas de las que Hayame fue victima no tenia fundamento real tras de si. Simplemente surgieron por el hecho de que ahora cualquier cosa que uno dijera que había sido robado en alguno de los sitios de las noticias se vendía como pan caliente. Eso era una de mis averiguaciones, la otra no tan genial y si bastante perturbadora era que existía cierto rumor en el bajo mundo de que los Triviani tenían mercancía valiosa recién llegada, incluso asociada al robo de Florencia.

 

Y esos rumores casi siempre eran mas reales que el aire que uno respiraba. Conocía la reputación de esta familia, así como los rumores que la rodeaban. Siempre peligrosos, medios mafiosos y según los chismes de Vuelapluma capaz de extorsionar e intentar apretarle las perlas colgantes al propio Ministro. Tenían los medios y la falta de escrúpulos necesarios para esta clase de trabajos y claro, la reputación para no caer en eso de vender apestosas falsificaciones mal hechas.

 

Respire profundo y tome camino a negociar con los Triviani. Mejor no involucrar a mas nadie en esto al final no se sabría como terminaría la cosa lo que si era cierto es que habría que hilar fino para....logra mis objetivos...y dejar satisfechos a los italianos. Lo bueno es que no era relativamente difícil encontrarlos cuando uno manejaba una propuesta de negocios entre manos. Así, sin apenas quitarme el sudor de la frente llegue a cierto antro, donde ante la mención de los Triviani seguido de la palabra negocios el barman me dirigió a un conocido, y este a un sitio de apuestas, que me paso a un almacén y de ahí vía traslador a un...bueno a otro lugar.

 

Y heme ahí, de puerta en puerta, de viaje en viaje de tal forma que se informe a los Triviani antes de mi llegada, así podrían mantener todo en movimiento, excelente tactica para no ser detectado, los puntos fijos eran blancos fáciles. Por suerte después de un salto quede en una sala de estar, donde en una esquina una figura me miraba inquisitivamente.

 

-Sean Linmer, tengo negocios que atender con los Triviani. -dije mientras me acomodaba la gabardina y retomaba la serenidad perdida ante el mareo de tanto aquí para allá.

 

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[Matthew Black Triviani]

Matthew Triviani

 

 

Búnker Burlington in England - Utilizado para reuniones clandestinas.

 

 

No iba a su encuentro por casualidad. Habia quedado en verse con su hermana ahí. Últimamente tenia muchos negocios a los cuales estar presente y aun así no se enteraba de varias cosas que pasaban en el mundo mágico.

 

En su mano derecha tenia la varita y sus anillos, en el cuello llevaba las cadenas de los amuletos que había ganado en los libros aprobados y acomodados en él, como si fueran dijes. Podía parecer muy exagerado, pero estaban encantados para que quedasen perfectamente con el atuendo del gitano. Después de todo nunca se sabia cuando podría necesitarse alguno de ellos. ¿Matarían a Jeremy de nuevo? quizás.

 

Estaba apoyado en una de las paredes, vestido con unos pantalones de sarga negros, una camisa casual de color azul oscuro con un chaleco que le daba un toque formal a su atuendo y unos zapatos acharolados con unos pequeños detalles fundidos en oro. Fueron un método de pago por concluir satisfactoriamente con unos encargos monetarios dentro del Banco Mágico Estadounidense.

 

No se le escapó el detalle al morocho de que su hermana venia en asuntos serios, lo que lo hizo sonreír con la mas falsa y amable de sus sonrisas, que se tornó gélida al reconocer la figura que se aparecía por las sombras. ¿Otra vez aquel mago desconocido? Puedo haberlo matado, pero pensó que podría ser un buen jugador para lo que Zoella estaba buscando.

 

¿A quien debemos hostigar? comento, enarcando una ceja, recorriendo fugazmente con su mirada a sus hermanos. ¿Y ese fragmento? ¿haz conseguido el fragmento de Toth?

 

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[Lucrezia Di Medici]

Antonio Pazzi

Director de Comunicación de Piero Azzinari

Aquella escena, a priori tétrica, se había vuelto hilarante ¿Por qué Derhorm no caía en los huecos y lo contradictorio de su discurso? Antonio había tomado las riendas del intercambio, sentía como había en sus manos tenía el poder para conducir los destinos de aquella charla, como había hecho en cada conferencia de prensa de Piero. Cuando quería ser objetivo culpaba a su formación académica de dicha habilidad para la comunicación, pero normalmente lo consideraba un talento innato al que había sabido explotar.

 

- ¿Está juzgando las decisiones del Ministro Azzinari, quien elaboró su llegada al poder desde los cimientos del mismo, en cuanto a los fragmentos del libro de Thot y el atentado en Florencia?- como amaba Antonio el discurso meritocrático y sin dudas lo dejó notar en sus palabras- Le repito señor, por si no entendió, que el resto de los fragmentos no están en el país y sería irresponsable ir contra la soberanía del resto de los países que los guardan.

 

Sin darse cuenta había dejado escapar algo de su hastío en el fluir de su voz. El español había tomado una postura de imponente firmeza, extendiendo su pecho y tensando sus músculos poco trabajados pero marcados dada su delgadez. No era difícil intuir que con un simple salto podría ponerse de pie y tomar su varita para enfrentar al intruso que tan violentamente había interrumpido la pasión de su velada. El ritmo cardíaco de Julio había recuperado regularidad y su consciencia podría despertarse de un momento al otro; Antonio iba a asegurarse que Derhorm no estuviese allí, al menos vivo.

 

Sabía Pazzi, el italoespañol director de comunicación, que con el simple contacto con su varita podría avisar a las fuerzas de seguridad de Piero de un peligro inminente como el que allí se respiraba. Los custodios del Ministro italiano habían sido autorizados por este, bajo la más reservada y secreta confidencialidad de Estado, a utilizar maldiciones imperdonables contra quien pusiese en peligro su gobierno y a sus funcionarios, al menos los más cercanos. Antonio sabía que su superior tenía el poder para ocultar cualquier rastro del uso del maleficio asesino y, si por alguna razón ello salía a la luz pública, tenía la firma para indultar al culpable. Los beneficios inherentes de ser la cabeza del gobierno, al fin y al cabo.

 

Por más magia antigua que el ladrón poseyese en las runas de aquel báculo, nada podría hacer contra los más preparados agentes del Ministerio. Fue con esa seguridad que Antonio decidió tomar la posta de la situación y dejar su posición sobre la cama. Con un movimiento brusco pero vitalmente efectivo se abalanzó hacia donde se encontraba su varita, arrimada a la pared por el ligero desbalance del suelo de aquella habitación. La yema de sus dedos se encontraba a unos centímetros del mango de aquella arma mágica cuando su cuerpo quedó inerte. No entendía que pasaba. Intentó estirar aún más su brazo y mover sus piernas a gatas pero nada de lo que su mente elaboraba sus extremidades cumplía.

 

- La naturaleza del libro de Thot es ser un arma mágica que Piero quiere para la guerra.- sus palabras brotaban de su boca de manera inconsciente y fue cuando se entendió víctima de un Imperius- Al declarar Rumania la guerra Piero mandó a reemplazar el fragmento de Florencia por una réplica apócrifa y escondió el verdadero en la bóveda de una mujer llamada Lucrezia- su lucha contra los efectos del maleficio era tan encarnizada que logró omitir el apellido, sabiendo que eso retrasaría los planes de Derhorm- bajo Gringotts. La bóveda está muy custodiada.

 

Al finalizar aquella tortuosa confesión su cuerpo continuaba sin responder a sus ordenes; por más que en su fuero interno se debatiera una dura e ininterrumpida batalla contra el poder que el ladrón ejercía sobre él, su deseo de tomar su varita se quedaba solo en ello en una añoranza incumplible. Sus músculos no reaccionaban. Percibió con censurada bronca como con el soporte de sus brazos se levantaba del suelo y caminaba hacia el otro lado de la habitación arrastrando los pies. Al pasar de forma obligada junto a la cama notó horrorizado algo que el manejo involuntario de su mirada no le había permitido captar hasta el momento: Julio volvía a levitar en el aire, ahorcado con aún más fuerza por las sábanas. La situación se había ido de control y Antonio había perdido de repente todo el dominio conquistado en el encuentro.

 

A quien corresponda:

 

Antonio Pazzi, Director de Comunicación del Sr. Ministro Piero Azzinari, solicita una reunión de suma urgencia con el Ministro de la Magia de Gran Bretaña dados los hechos recientes de público conocimiento. Se implora celeridad en la organización de la misma.

 

Dirección de Comunicación.

Ministerio de la Magia, Roma.

Aquello fue lo que se grabó en letra elegante y formal sobre un impoluto pergamino blanco protocolar, sobre el cual relucía el escudo del flamante Ministerio italiano y la firma enrevesada de Antonio Pazzi, su autor. La vuelapluma del funcionario ministerial volvió a posarse sobre el escritorio postrado en una de las paredes laterales de la habitación del hotel. Una vez cumplidas las ordenes enumeradas por Derhorm, el rubio joven experimentó la liberación del maleficio que había controlado sus acciones. Completamente alterado por el temor que recorría toda su blanca piel hasta erizarla se giró hacia su atacante.

 

- Que te vayas de aquí de una vez y que lo sueles.- le gritó con liberadora rabia, apuntando con su dedo índice a su acompañante sexual que se retorcía en el aire. Su voz resonó en toda la habitación.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Derhorm......Roma. Italia

 

Su intento de retomar la varita habia sido futil, pues lo habia hechizado antes, asi que ahora era cuestion de esperar. Podria decirse que se resistio pero, al parecer, ver a su adorado tormento en una pose como esa de peligro inminente le hizo recapacitar. Tal como demostro la maldicion imperdonable habia estado ocultando informacion valiosa tal vez pensando que en algun momento habia controlado la situacion, error. Estar desarmado, a pesar de que se estuviese muy buena labia como para llevar una conversacion a tu terreno, no te daba ninguna garantia de control, solo extendia la buena voluntad del interlocutar con la varita. Y ya Derhorm se habia cansado de actuar como bueno, nunca le salia bien.

 

Regresando a cuestiones de interes para el mago albino, las palabras dichas a la fuerza por Antonio reafirmaron lo que en Viena habia formulado como hipotesis. Si, los italianos siempre cuidandose las espaldas, jugando con cosas que los sobrepasaban y con ellos Piero tratando de parecer relevante en la guerra magica que se avecinaba. Buenas noticias sin duda, que usaria a mi favor. Pero sin duda lo mas importante era el hecho de que, confirmada la jugarreta en la que habia caido Derhorm, ya sabia donde estaba el fragmento de Florencia. Saberlo hizo que las llamas en los ojos del mago se avivaran y amenazaran con iniciar un incendio.

 

A todas estas y aun bajo el control de Derhorm, Antonio completo la otra parte del plan. Una vez terminada la carta el efecto termino, y viendose libre ahora el comunicador italiano en serio le exigia cosas???. Acaso no habi apredido que era mejor jugar con la cadena y no con el mono. Ante la ofuscacion dirigida hacia Derhorm el rostro de este muto, ya bastaba de insolencias. Habia sido paciente, ya en mi dimension lo habria colgado por el talon de aquiles de la torre mas alta del castillo para que los cuervos de tres ojos se alimentaran de sus partes. Asi pues nada mas terminar sus "exigencias", Derhorm se movio demasiado rapido. Tal vez fue la sorpresa de verlo moverse a esa velocidad o que iniciara un ataque fisico un mago visiblemente anciano, lo que hizo dudar en reaccionar a Antonio que pronto se vio fuertemente agarrado por el cuello. Y no era solo la presion fuerte y constante de la mano que lo sujetaba y comenzaba a ahogarlo sino que Derhorm lo alzo del suelo un palmo .

 

-Seria un placer hacerte tragar tu insolencia- siseo como un reptilmientras su rosotro mostraba una mueca inexpresiva- pero no vales la pena. DESMAIUS!!!!

 

Y un fogonazo escarlata salio del baculo que sostenia en la mano y fue a estrellarse en el pecho de Antonio que perdio el conocimiento. Derhorm lo lanzo al lado como saco de patatas mientras se acercaba a la mesita y tomaba la carta Aaron. Miro de nuevo al mago que recidia en el suelo y sonrio, para tomar un nuevo tro de papel, la pluma y escribir lo que desde el inicio tenia concertado:

 

 

Fragmentos del LIbro de Thot: Berlín, París, Viena, Florencia, Copenhague, New Haven.

 

Y con eso le dejaba al periodista de Piero la informacion basica del paradero de los demas fragmentos, claro si tachaba Florencia ya se podrian unir a la carrera, mientras mas mejor. Era un riesgo???. Eso era evidente, pero Derhorm era asi y no pensaba cambiar a estas alturas. A mayor riesgo mejor sabia la victoria y se disfrutaba mas de las recompensas. Dejo la pluma a un lado y se dirigio en la puerta, pero al poner la mano en el picaporte se detuvo. Miro al ser que flotaba aun sobre la cama y despues a Antonio.

 

-Supongo que nos veremos otra vez- dijo y con una risa en el rostro cerro el puño violentamente trazando un semicirculo a un movimiento de muñeca y un crac proveniente del cuello del ser que levita anuncio su subito deceso. Abrio lentamente el puño para caer sobre la cama. Ya no tenia nada que hace ahi. Abrio la puerta y en una leve brisa se desaparecio. Por suerte nadie habia mirado el cuerto de la limpieza o los cadaveres de los dos de seguridad que custodiaban el cuarto de agente de Piero los habrina sorprendido.

[Jeremy Triviani]

Jeremy se apareció en el galpón con una sonrisa. Llevaba en su mano un mapa detallado de todos los sortilegios y encantamientos que uno debía pasar para llegar a la bóveda trastero de una ex líder. Quien poseía un objeto muy valioso como la Piedra Filosofal. No se sabía si era la verdadera o había logrado crear una, los rumores llegaban hasta ahí. Pero el vampiro ya estaba tan interesado, que había usado sus conocimientos de ex empleado en Gringott para tener esa información.

 

-Miren lo que tengo -Les mostró a sus hermanos ignorando - Es un mapa donde… -Zoella lo interrumpió para saludarlos y ofrecerles bebida -Si, sí, claro. Tomaré lo que quieras…

 

Se sentó en uno de los sillones, mientras se acomodaba la chaqueta de cuero y ordenaba sus pensamientos para volver a tocar el tema. No tuvo ocasión, la Calva parecía ser que tenía otro tema en mente y no tenía nada que ver con hacer el se.xo. Les dijo de una propuesta sosteniendo en su mano una pieza muy curiosa. El vampiro no tuvo tiempo de preguntar que era, porque Matthew se le adelantó.

 

-No puede ser que la hayas conseguido -Se impresionó, poniéndose de pie al instante para acercarse -Déjame verla -Pidió queriendo arrebatarle la caja a su hermana. ya su mente se había olvidado del mapa, el cual guardó en el monedero de Moke para otra ocasión.

 

 

 

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Editado 15 de Septiembre del 2019 por Jeremy Askar Triviani