~¤~Copa Mundial de Quidditch 2020 ~¤~

[Isabella Hawthorne R.]

Becan Viatore

Castillo Ravenclaw – Junto a @@Danny Lestrange

(Antes del partido Gales contra Grecia)

 

¿Realmente no podía oír? La boca del pequeño Hawthorne se mantuvo entreabierta, nunca había estado en presencia de alguien que no contase con todos los sentidos, y más siendo un licántropo, porque podía percatarse del peculiar aroma que emanaba su cuerpo. — Vaya… lo siento —. Torció un gesto, sintiéndose un idi*** por no haberse percatado de ellos antes de susurrarle al oído.

 

Se encogió de hombros luego de un momento, al final de cuentas la comunicación entre ellos fluía con normalidad, aunque aquel par de colmillos le impedían la correcta pronunciación de las palabras. Hacía tan solo un par de semanas que sus incisivos comenzaron a crecer de forma descomunal, debido a la naturaleza heredada de su progenitor, pero a partir de ese momento intentaría modular correctamente, abriendo un poco más los labios y pronunciado cada vocablo con lentitud.

 

— Te decía, que ya me he subido a una escoba una vez… Logré hacerla despegar del suelo apenas diez centímetros, antes de que apareciera Hugo y me amenazara con contarle a mi madre lo que sus ojos saltones acababan de ver —. Aquella criatura no hacía más que arruinar su diversión, parecía tener ojos y oídos en todos lados, entrometiéndose en donde no le incumbía, hasta él mismo había intentado liberarlo, pero quizás su madre jamás le perdonaría aquello, después de todo él era su fisgón por excelencia.

 

—Ahora que estamos de regreso en el castillo, quería que mi tío Franck me enseñara a volar, pero tengo que idear un plan para que mi mamá no se entere de ello, o sino… —permaneció en silencio mientras sus ojos se abrían—¡no debe enterarse de eso jamás! —. Sabía de lo que su madre era capaz de hacerle a su hermano si por accidente se él caía de la escoba ¡no iba a perdonárselo jamás! Y posiblemente tendría que ir a darle a su tío una visita a San Mungo; pero de todas formas él tomaría ese riesgo.

 

—¿Hasta Salem en escoba? Creo, que esa es la idea más descabellada que he oído —. Al principio le sonó tentadora aquella propuesta, pero recorrer tantos miles de kilómetros sobrevolando solos le pareció arriesgado, además de que se podrían tardar días en llega y él realmente quería ver aquel partido. —Mejor fabriquemos un traslador, bueno, deberás hacerlo tú, yo aún no tengo una varita mágica, tengo apenas diez años.

 

Y, justo después de oír la presentación de Daniel, salió corriendo en dirección al bosque adentrándose en él para llegar hasta una de las rocas planas, lo suficientemente grande como para que la totalidad de tres cuerpos adultos se pararan sobre ella. La superficie era resbaladiza y estaba cubierta por una espesa capa de moho verde que crecía en su plenitud. —¡Creo que esta podrá funcionar! — Comentó, al mismo tiempo que se paraba sobre ella dejando la huella de sus botas sobre aquella materia orgánica.

 

 

Isabella Hawthorne

Mazmorras del Castillo Ravenclaw - Junto a @

 

Aún no confiaba lo suficiente en el gitano como para llevarlo hasta aquel escondrijo que funcionaba como laboratorio en las profundidades del Callejón Knockturn, hasta el momento el único que había sido capaz de pisarlo fue nada más ni nada menos que Emiliano Black; después de todo, aquel vampiro tenía la mente tan retorcida como ella, pero aún contaba con la cordura suficiente como para prever el riesgo al que debía afrontar si llegara a divulgar dónde estaba oculto.

 

En cambio, sabía que el Triviani estaba completamente desquiciado por dinero y, no dudaría ni un segundo en traicionarla; después de todo las malas lenguas decían que solamente se había casado con el descendente de Rowena Ravenclaw solamente por la fortuna que había heredado, e Isabella era lo suficientemente astuta como para intuir que algo se traía entre manos.

 

Chasqueó la lengua, mientras se cruzaba de brazos y repiqueteaba la punta de sus zapatos contra el piso de piedra, con impaciencia. Mientras que, a lo lejos, podía escuchar las firmes zancadas masculinas descender por las escaleras. —Llegas tarde—. Le recordó, dándole la espalda a aquel sujeto manteniendo su rostro inexpresivo. —No me gusta la impuntualidad cuando se trata de negocios, esto demuestra tu falta de interés —. Giró su cabeza a penas, mirándolo por encima del hombro con el rabillo del ojo. — Esto va a costarte un par de miles de Galeones, cariño —. Arrugó la nariz, mostrando su descontento.

Editado 10 de Julio del 2020 por Isabella Hawthorne

[Lisette Ryddleturn]

@@Ashley Peverell

 

Las multitudes siempre se apretujaban cuando se trataba del quiditch y la bruja lo tenía bastante en claro por lo que había charlado con su familia acerca de lo que querían hacer

 

No había conseguido contactar con tiempo a Ashley pero al menos esperaba que durante toda la temporada de partidos pudieran quedarse juntas y sin separarse

 

Así que había hecho lo suyo para separar una pieza de tierra para que pudieran colocar una tienda diminuta y luego un sótano mágico extendido por debajo de la tierra

 

Por si cualquier cosa al menos todas podrían refugiarse en este y le había pedido a la Snape que llevase una de sus puertas mágicas aunque hubiera preferido un armario evanescente

 

Pero esperarían a conseguir uno

 

-Ashley?... Ashley estás por aqui?

 

La bruja rubia se las había arreglado para dirigirse hacia las bancas donde la otra bruja rubia les había separado asiento con los boletos y empezó a mover la varita para mostrar una pequeña luz para que la chica la pudiese ver

[Danny Lestrange]

Castillo Ravenclaw - Inglaterra

(Antes del partido Gales contra Grecia)

 

 

 

Danny ríe un poco cuando mira la cara de asombro del chico, al parecer era la primera vez que se encontraba con alguien con un problema como el suyo, pero no le da importancia y asiente. Parecía que Becan no lo decía con mala intención aunque en ocasiones le costaba un poco interpretar las expresiones faciales que veía en él de vez en cuando. Sin embargo se da cuenta de que esta vez pronuncia de forma mas clara las palabras frente a él, así que era realmente sencillo entenderle.

 

—Las escobas no son tan peligrosas, diez centímetros no son la muerte segura.

 

Le responde el chico, hace una pausa y presta atención al resto del relato. Al mago le parecía realmente gracioso que existieran elfos con una personalidad como la de aquél, aunque era de esperarse que si las personas eran distintas entre sí, y una característica de algunas de ellas era el de divulgar todo lo que escuchan o ven, también podrían poseerla otras criaturas no humanas. O al menos eso era lo que el joven mago pensaba. Y realmente no se estaba equivocando.

 

—Quizá tu tío quiera unírsete después... supongo.

 

Aquél a quien había visto dentro del castillo, suponía que era el chico del que hablaba Becan así que se queda callado. Había pasado un poco de tiempo desde que la chica (madre de Becan, cosa que el joven mago ignoraba todavía), se hubiese burlado de él. Recordarlo le provocaba malestar y pronto su rostro revela signos de incomodidad que se quita de encima sacudiendo un poco la cabeza. No era el momento de pensar en cosas así.

 

—Pero será fácil ir nosotros dos. Ya luego le llevas un recuerdo si él no asiste al partido.

 

Le responde mientras se pone de pie y sigue al chico hasta donde se había quedado de pie. Observa atentamente aquella gran roca pintada con el verde del musgo, y asiente. Aquella sería perfecta para su viaje y lo más sensato también. Solo había una cosa que el muchacho no había tomado en cuenta y era el hecho de que jamás había viajado con ayuda de un traslador, por lo que no sabría lo que le esperaba unos minutos más adelante.

 

—De acuerdo, va.

 

Después de ocultar su pequeño radio camina hasta allá, se sube a ella y saca la varita para apuntar pronunciando un hechizo en voz muy baja esta vez. De inmediato los chicos son como succionados en el aire, Danny cierra los ojos y de un momento aparecen en otro lugar, ni más ni menos que en los terrenos fuera del estadio en donde se veían algunos campamentos de aquellos que se habían adelantado con tiempo.

 

—Ah...

 

El joven mago mira a Becan, se aleja un poco de él para vomitar debido al mareo. Estaba verdaderamente avergonzado y no quería escuchar risas de burla ni nada parecido. Al carecer de su sentido del oído, Danny también tenía algunos fallos en el equilibrio, situación que empeora al haber desaparecido de forma súbita. Segundos después regresa ya que se había lavado con ayuda de un chorro de agua salido de su varita.

 

—¿Estás bien? Entremos.

 

 

 

@

[Darla G Dumbledore]

Copa Mundial de Quidditch en Salem

El mago al que vigilaba fue interceptado por otro que parecía estar a cargo de algo en la organización, notó el gesto de sorpresa y como de inmediato se borró de su rostro. Metamorfomago, pensó. E inmediatamente el hombre salió de la carpa en que estaban, obligándolos a ambos a seguirlo. Kimberly se apresuró a ir tras ellos, obviamente si el tipo de negro era todo lo que peligroso que ella sospechaba el que lo había interpelado no estaría seguro.

 

La rubia no supo bien qué había pasado luego, había sentido el choque cuando un mago pasó a su lado atropellándola y encima quejándose. ¿De qué? Si hasta le había dolido a ella, lo cual en cierta forma la sorprendió, había sido como un piquete. Abrió los ojos sorprendida al darse cuenta que aquella espalda que se alejaba era similar al porte de los guardaespaldas del mago que seguía. Tarde…

 

Supo que unos brazos la sostuvieron pero si esperaban que permaneciera mucho tiempo así se habían equivocado. Sintió como la llevaban entre dos brazos, murmurando que se le había ido la mano con la cerveza. Malditos, que esperasen se le fuera el efecto y verían. De hecho los dos que la llevaban se habían confiado demasiado, la ventaja de tener anillos hechizados por los magos ugandeses era que podías revertir alguno de los “defectos” de ser un vampiro. Y ese era el estar en pleno día, pero muchos no lo sabían, como los dos que la habían llevado hacia la carpa exterior.

 

Kimberly sintió que sus poderes lograban revertir el efecto de lo que le habían inyectado para dormirla, su sangre se autolimpiaba podía decirse y para cuando la depositaron en el camastro fue tarde para ellos. La vampiresa reaccionó rápido, con su velocidad amplificada aún más por el phanton se colgó de un salto de la espalda de uno de los hombres, clavando sus colmillos en su cuello, el otro intentó lanzarle un hechizo y ella empujó al mago que había mordido frente al rayo, éste cayó desmayado al piso y ella se lanzó sobre el otro, empujándolo hacia atrás y obligándolo de un golpe a soltar su varita, que atrapó en el aire y apoyó en el cuello del mago.

 

Fue inútil amenazarlo, el sudafricano no quiso decir más que lo habían mandado porque ella estaba siguiendo a alguien pero no logró descifrar quién era el culpable, claro que no necesitaba demasiado. Lo desmayó y ató a ambos hombres, llevándose sus varitas que dejó en objetos perdidos. Se iban a perder más partidos de lo que sus sobrinos querrían en realidad. Fue al aeropuerto a ponerlos en un vuelo de regreso a Inglaterra. Ella volvería a Salem en cuanto ellos estuvieran a salvo.

[Hayame Snape Potter Black]

En el campo de Tiendas

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Según la bruja tenía entendido aún no era momento para que estuvieran metiéndose al estadio por lo que lejos de buscar a su familia en el interior de este en cuanto llegó se dispuso a buscar la tienda más diminuta del lugar; los dos elfos que iban a su lado, uno muy viejo y con cara de gruñón junto con uno muy joven que se veía entusiasmado por su trabajo ahora y que entre ambos llevaban el equipaje de la bruja que avanzaba por delante con un mapa en las manos

 

-Estas cosas muggles... porqué tienen que limitarnos la magia en estas zonas? -se quejó la bruja girando aquel mapa y frunciendo el ceño para después, apuntar en una dirección -supongo que tendremos que guiarnos por la nariz... si detecto el aroma de esas chicas, oye Czésar, si trajiste mis boletos, verdad?

 

-La señorita Peverell es quien los tiene, dijo que estarían más seguros con ella porque seguramente que usted los perdería, señora -gruñó el elfo a lo que su ama emitió un gruñido y se encogió de hombros para luego mover una mano en dirección de su esposo que como siempre estaba cubierto de pies a cabeza y llevaba un bebé en brazos así como un niño pequeño que avanzaba a saltitos aferrado a la túnica de su padre -andando, por este lado!!... creo que ya nos ubiqué!!

[Nate Weasley]

Nathan entendía quizá demasiado a la perfección la actitud de su amiga: cauta, como si alguien podía estar escuchando su conversación o preparando para atacarlos. El Weasley había convivido con aquella sensación mucho tiempo: primero desde allá por mediados de la década pasada cuando había ido en busca de su madre y había sido perseguido por mortífagos, y luego tras su revelación como miembro de la Orden del Fénix en el Ministerio de la Magia tras lo cual había sido hostigado por la sociedad. Lo entendía, y sabía que Kirara lo había experimentado también, pero lo inaudito del contexto en el que estaban inmersos era cuanto menos desconcertante y los obligaba a tomar precauciones extra. Asintió, esperando transmitir con aquel gesto lo que en verdad quería decir: "está bien, no te preocupes, hablemos de ello más tarde".

 

- Gracias, muy amable. - respondió el Weasley al camarero, en cuanto éste trajo sus pedidos - Ponga toda la cuenta aquí, y déjese estos galeones para usted. - agregó Nathan, deslizando un par de monedas por encima de su tarjeta de crédito expedida por el FMI Mágico, un privilegio casi exclusivo de su membresía.

 

No había escuchado nada de aquellas criaturas mágicas, y sintió curiosidad, más también prestó atención al deje de preocupación que había en la voz de la rubia. Iba más allá del problema de las criaturas y sus potenciales implicancias, sino que estaba concentrado en algo muy particular: el blindaje mediático que la prensa estaba haciendo sobre la situación actual. No se había detenido demasiado a analizar su veracidad, pero había escuchado rumores de que los reporteros de El Profeta y otras casas editoriales se habían alineado con el Ministro de Magia para detectar insurgentes o potenciales rebeldes que desestabilizasen el gobierno.

 

- Gringotts sobrevivirá la crisis, si todo sale como lo tenemos planeado. Tuvimos que hacer un par de maniobras de salvataje luego de que las acciones en el mercado mágico se desplomaran, y estuve conversando con muchas personas. No sé si lo sabes, pero hace ya unos meses me dedico a hacer asesoría financiera mágica, así que implicó conversar y aconsejarlos... fueron semanas locas. En un par de semanas tendré que viajar a Nueva York por motivos del FMI y la situación de Inglaterra en el mismo; pero veremos de qué va eso. - hizo una pausa, y se apresuró a darle un sorbo a su café, su gusto amargo y tajante reconfortante como siempre - ¿De qué va eso de las criaturas mágicas? ¿Qué ha pasado?

 

@@Sherlyn Stark

[Isabella Hawthorne R.]

Becan Viatore

Salem- Usa

(Antes del partido Gales contra Grecia)

 

No sabía a ciencia cierta si aquel muchacho sabía hacer trasladores, según lo que había entendido aquello se trataba de una magia muy avanzada, ya que, si el hechizo estaba pronunciado mal, era posible que alguna de sus extremidades quedase varada en el punto de partida, o lo que era aún más aterrador para Becan, quedar inmersos en la nada misma.

 

Torció un gesto con nerviosismo, mientras se rascaba la nuca y aguardaba que el mago terminara de pronunciar aquel conjuro en voz baja y cuando finalizó, la piedra sobre la que estaban parados comenzó a dar vueltas, tan rápidamente que atinó a cerrar los ojos con fuerza y poder liberar el grito que estaba conteniendo dentro de su pecho.

 

Su cuerpo aterrizó sobre el pasto, sintiendo como se le metía dentro de los dedos provocándole cosquillas. Pestañeó varias veces, intentando contener las náuseas que sentía en aquel momento hasta que logró ponerse de pie y sacudir su vestimenta, la cual estaba cubierta por la tierra floja.

 

Su azulada mirada viajó por la infinidad de coloridas carpas unas más grandes o más altas que otras, aquel campamento estaba lleno de magos y brujas que, al igual que él, disfrutaban demasiado aquel deporte. A lo lejos alcanzó a divisar un par de jóvenes sobrevolando el cielo en sus escobas mágicas. Aún era de día, y, según le indicaba la posición del sol, todavía no era hora del almuerzo.

 

—¿Entrar? Pero si no son siquiera las doce, es mejor explorar y ver si podemos divertirnos antes —Se negaba a permanecer sentado en el estadio hasta el comienzo del partido.

 

 

@@Danny Lestrange

[Lisette Ryddleturn]

Sabía que todavía era muy temprano pero por lo que veía no era la única persona que había decidido adelantarse por unos momentos a la multitud que estaría agitada en unas horas

Pero de todas maneras pronto sería la hora de comer y esperaba que todas pudieran estar juntas para el almuerzo y no era como que le gustase la idea de comer en las gradas

Finalmente pudo ver una cabeza de pelo dorado y era fácilmente reconocible hasta en la distancia, era inevitable no saber que los vestidos naranjas y rosas y rubios eran de Ashley Peverell.

-Querida Ashley! Qué haces aquí desde temprano? sabes que todavía falta un rato para que las cosas comiencen y se pongan vivas y deberíamos de comer algo fuera de este lugar

Indicó moviendo una de sus manos mientras caminaba hacia la bruja para acercarse y finalmente quedar al lado de esta, sentándose solamente unos momentos mientras hablaban

-Que ya sabes que la comida que venden en los estadios de este tipo es carísima y yo no quiero gastar todos mis galeones en este lugar solamente en alimentos que ya traemos

[Darla G Dumbledore]

Copa Mundial de Quidditch en Salem


Sus sobrinos la habían odiado, luego se habían preocupado, habían insistido que volviera con ellos al enterarse de lo ocurrido con el par de magos sudafricanos, los mellizos se habían ofrecido de hacer de sus guardaespaldas. Cat había recriminado que la quisieran enviar a ella sola cuando de los tres hermanos era la que podía hacer magia. Y tras de mil discusiones habían acordado quedarse en un hotel en la ciudad donde habían arribado y con los espejos comunicadores estarían en contacto. Había tenido que negociar, sus sobrinos no se querían perder la final, después de todo, los partidos parecían continuar sin mayores incidentes, según habían oído en la radio mágica el relatar de Dean Thomas y Seamus Finigan, aunque no les había hecho gracia que casi todos sus favoritos fueran atrás. Al menos Gales e Inglaterra seguían jugando.

 

 

Kimberly se había enterado de la victoria de Gales apenas llegar de regreso a Salem, ahora sin tanta carga, había dejado la tienda con sus sobrinos, se dedicaba a buscar el lugar en que había dejado atados a los surafricanos. Obvio que no les encontraría, pero tenía en mente buscar algunas pistas por el lugar. Había utilizado una buzo con capucha de las Holyhades Harpies para disimular que no la identificaran tan a simple vista, el medallón para avisar peligro estaba contra su piel colgando en su cuello., sentiría de inmediato si algo ocurría. Pero en realidad la gente parecía continuar armoniosa con su vida por el lugar, disfrutando del Mundial y olvidándose que hubiera otras cosas en el mundo que les pudiera afectar. Quizás si buscaba al mago que había ido tras el que ella seguía lograría obtener alguna información. Claro, siempre y cuando él mismo no hubiera sido víctima de los compañeros del desconocido, o del propio hombre que había sido capaz de utilizar magia oscura en aquel lugar.

[Hayame Snape Potter Black]

Zona de Carpas

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

La bruja estaba asomada hacia el exterior de la pequeña carpa mientras que algunos magos pasaban y la volteaban a ver como si no estuvieran seguros de que aquella cabeza realmente debiera de estar ahí; la bruja les dejó escapar un gruñido para luego, regresarse hacia la escotilla en el suelo donde estaba la verdadera zona de descanso que las brujas habían llevado, realmente no quería limitarse a su vieja tienda de campaña amarillo pollito que tantas aventuras había visto en el pasado mientras la colocase en el departamento de Accidentes.

Ahora al menos le servia de cubierta para aquel evento aunque todavía recordaba uno muy lejano cuando su hermana Sagitas la hubiese llevado a observarlo

Había sido muy entretenido pero en ese entonces Crazy Malfoy todavía era Ministro...

Hmmm

Cuánto tiempo desde entonces...

-Oye Czésar -llamó a su elfo que en un momento se aprestó a aparecer al lado de la cabeza de la bruja pelirroja, sacudiéndose las manitas y dirigiéndole una mirada de extrañeza

-Ya no debería de sorprenderme verla salir del suelo como una seta...

-Olvídate de eso -cortó la bruja frunciendo el ceño -puedes ir a por @@Sagitas Potter Blue para que nos acompañe?... creo que Ash también le compró boletos para toda la temporada y no me siento a gusto estando sola y encerrada dentro de esta carpa hasta que inicie el próximo partido -le dijo al elfo agitando una de sus manos mientras que la pequeña criatura rodaba los ojos y se encogía de hombros

-Como si este campamento necesitase que lo revuelvan como los mortífagos en el pasado -suspiró el elfo pero igualmente obedeció a aquella orden y en un momento se desapareció para ir a buscar a la Potter Blue