Museo Mágico de Londres

[Noeline Malfoy McFarlan]

La pelirroja se encontraba de pie frente a la vitrina de la vieja tienda de antigüedades, a los ojos de los seres carentes de magia sería solo una tienda abandonada, pero aquellos que tenían el gen mágico podrían ingresar y encontrarse con algo totalmente distinto. 

En sus largos dedos sostenía una nota que le había llegado a su hogar, algo escueta decía: 《Acompáñame a una exposición de arte. Es en el museo, seguro sabrás como llegar.》 Cuando lo conoció no se hubiera imaginado que aceptaría esa invitación. Tenía entendido que el cazador que le había hecho llegar el mensaje, recién había llegado a Londres. ¿Quién diría que una persona así, tendría gustos tan refinados? Tal vez por eso se había animado a asistir, quería comprender como podría caber ese tipo de gusto en alguien con ese perfil, para la pelirroja no era fácil soportar la personalidad tan intensa del belga. 

Levantó los ojos azules de lo que llevaba en la mano izquierda, para contemplar a la muñeca que parecía observarla. Sacó la otra mano, que hasta el momento la había mantenido en el interior del abrigo, en ella sostenía la varita y con unos ligeros golpes sobre el cristal, la guardiana le permitió pasar. 

Atravesando el cristal se encontraba el amplio salón del museo. Si aquel que la invitó estuviera en el lugar lo más probable es que estuviera vagando por las salas, o ¿Acaso tendría la descendía de esperarla en el hall? Lo mejor era asegurarse, así que decidió acercarse al mostrador que presidía el lugar. Preguntaría por su compañero a la vez que se informaba sobre lo que podría realizar ahí.

[toji]

Fushiguro, Toji.

Heredero repudiado del Clan Zenin.

La conexión con la historia, con su cultura y los antepasados de muchas de las tribus y clanes que han existido en Japón, y que podía encontrar allí en el museo era meramente nostálgica. Pocas veces pensaba en lo que había dejado atrás cunado tuvo que marcharse de su país, huyendo perseguido por las mismas personas que lo vieron nacer y crecer. Hace mucho tiempo atrás había decidido enterrar esa parte de su pasado en lo más profundo de su ser, pero la repentina oferta que había llegado hasta sus oídos sobre objetos mágicos de culturas perdidas le llamaron la atención. ¿Acaso esa la única forma de poder conectar con su pasado? ¿Algún día volvería a pisar el país nipón sin temor a ser asesinado? Son preguntas que se le pasaron por la cabeza en cuestión de segundos. 

—No debí venir a este sitio— masculló para si mismo mientras intentaba borrar de su cabeza aquel pensamiento nostálgico de volver a casa. 

Si bien no llevaba ropa adecuada para tal solemnidad, Fushiguro vestía elegante, un tanto informal para según que ocasiones, pero no desencajaba tanto aquella noche en el museo. Botas negras altas, pantalón de vestir blanco y en la parte de arriba una camiseta negra básica y por encima una cazadora de cuero también negra. La mano que le quedaba libre la tenia metida en el bolsillo del pantalón dentro jugueteaba con una ficha de póker que llevaba siempre consigo, le ayudaba a concentrarse en tareas que a veces le resultaban un tanto tediosas. Toji, en un intento por apaciguar su hiperactividad sacó la ficha de dentro del bolsillo y la lanzó al aire como simulando ser una moneda para jugar a “cara o cruz”. 

Al intentar coger la ficha de póker al vuelo, Fushiguro se distrajo con la voz de una mujer que había irrumpido en el vestíbulo del museo en algún momento. El chamán no pudo evitar desviar la mirada hacia aquella persona y en ese milisegundo perdió de vista la ficha con la que jugaba. Esta se le escurrió de entre los dedos y rodó hasta lo pies de aquella pelirroja que acababa de entrar al museo. 

—Perdone señorita, no es mi intención molestarla, pero he perdido algo muy importante y la ultima vez que lo vi venia rodando hacia aquí— Toji se acercó a la pelirroja y con su acento apenas marcado la abordó. —¿Ha visto una ficha de póker? —preguntó enseguida. —Es de color negra y blanca… 

 

@ noe_snape

[Juliens]

Definitivamente Hobbamock Graves vive su viga pagando los pecados de su reencarnación anterior. Formar parte del cuerpo diplomático de Estados Unidos tiene muchas ventajas, es algo que sabe reconocer. Sin embargo su designación cuenta con algunos matices que no le agradan. Cuando está en su país natal tiene mucha más libertad, no es tan necesaria la protección ni los guardaespaldas. Aunque en esas tierras hay células activas de mortífagos y de locos seguidores de Grindelwald, su actividad es más bien reducida.

No importa que tan amigo sea del presidente, no importa que tan poderoso sea. No importa nada. Es difícil dejarse ver en público cuando pisa territorio Británico. De alguna forma ambos gobiernos son gobiernos amigos. Tienen relaciones y en apariencia son buenas. El problema son precisamente los mortífagos. El antiguo presidente fue un muy bueno amigo de Graves. Apoyó a la Orden del Fénix de forma directa, lo apoyó a él. Esas declaraciones permitieron mantener a salvo a mucha gente, las acciones legales y políticas de su viejo amigo salvaron vidas. Pero también colgaron una espada en la cabeza de Hobbamock. Al ser un diplomático, un representante de Estados Unidos ante la Confederación Internacional de Magos, el servicio secreto no le permite moverse con libertad en un lugar lleno de mortífagos.

—No es necesario que me acompañen, habrá gente de confianza en el museo

Es una pérdida de tiempo intentar negociar con las dos brujas que hacen de guarda espaldas. Le desagrada mucho tener a dos aurores del MACUSA caminando siempre junto a él. Pero no tiene más alternativa. La otra opción es escapar, puede hacerlo con mucha facilidad. Sin embargo eso pondría en problemas a las auroras, no es algo que desea.

Frunce la nariz en el momento en que llegan al punto indicado. Es una callejuela abandonada, húmeda, con apariencia de pocilga. Desde aquel fatídico día en que se reveló la existencia de los magos, Hobb suele caminar siempre con la varita mágica en la mano. Eso suele causar que algunos nomajs se alejen, asustados. Hay otros que lo miran sorprendidos, como si no pudieran aún creer en la magia. También recibe insultos, porque tanto mágicos como nomajs odian lo desconocido. Lanzar chispas de su varita suele bastar para alejar a los últimos.

Ingresa al museo que se le parece bastante elegante. Él mismo viste elegante, otra cosa bastante extraña. Su vestimenta normal es bastante informal. Pero ahí está haciendo acto de presencia, representando al MACUSA. Lleva su túnica, azul, más elegante. Incluso los zapatos no parecen ser de él, brillan y son de color negro. Su cabello no está desordenado.

[Noeline Malfoy McFarlan]

Atravesando el salón se erigía un mostrador negro al que la Malfoy se había acercado, lo primero que correspondía era averiguar si había llegado Dubois o le tocaría visitar las salas sin él. 

–Buenas noches,– saludó a la señorita que atendía desde aquel lugar –quería saber si ha llegado un joven un poco más alto que yo, rubio, delgado, ojos un poco más claros.– terminó la descripción señalando sus propios ojos. Por su parte la chica al otro lado del mostrador lo decía todo con su expresión. El cazador no se había aparecido aún por ahí. Desconocía si el belga era o no puntual, con respecto a sus tiempos lo único que conocía de él es que sabía llegar en el momento menos oportuno, pero su naturaleza le hacía inoportuno en cualquier situación.

Junto a la barra del mostrador se levantaba un exhibidor con la frase "Poderosas Civilizaciones Mágicas del Pasado" donde había algunos ejemplares de folletería con el contenido de la exhibición. Apenas había tomado uno entre sus manos y se disponía a revisarlo cuando una voz la interrumpió. Apartándose los cabellos levantó la mirada para ver quien era que le hablaba.

–¿Ficha de póker?– respondió al joven con rasgos asiáticos que le había dirigido alguna pregunta. ¿Acaso el museo también incluía casino? Resultaba un poco absurdo que en el recibidor hubiera algún artículo de aquellos. –Lo siento, no he visto nada, no sé a qué se refiere.– culminó con la intensión de continuar revisando el documento, mientras hacia tiempo o se decidía a visitar por su cuenta las salas.

 

@ Tazz Malfoy

[toji]

Fushiguro, Toji.

Heredero repudiado del Clan Zenin.

Llevaba un par de días desde que había decidido no volver a apostar ni a jugar juegos de azar, no se le daban muy bien, pero había desarrollado una dependencia a sitios como casinos y demás salas recreativas y de apuestas que lo dejaban muy mal. No le avergonzaba reconocerlo, pero si le preocupaba un poco crear una mala imagen, sobretodo porque su vida pública era una prioridad, necesitaba tener buenos contactos para poder seguir los planes que habían trazado él y su amigo Tazz. 

—Oh vaya… perdone—se disculpó inmediatamente mientras se acachaba a recoger la ficha del suelo. —Es esta misma, seguro habrá venido rodando hasta aquí en busca de alguien con más suerte que yo—añadió Toji en tono bromista mientras observaba la ficha blanquinegra. —Por cierto… no me he escuchado su nombre, señorita— Fushiguro volvió a guardar la ficha en el bolsillo del pantalón. —MI nombre es Toji Fushiguro. 

El chamán desvió su mirada unos segundos y la puso en el folleto que sostenía con su mano izquierda, buscaba entre líneas alguna indicación de la hora a la que se iniciaban las visitas guiadas. Le resultaba un poco exasperante la espera y a pasear de tener muchas ganas de ver dicha exposición, tenía asuntos pendientes que resolver y muy pronto. Su amigo Tazz se estaba encargando de la parte del plan que le correspondía y había dejado en manos de Toji la parte más dura.  

 

@ noe_snape

[Noeline Malfoy McFarlan]

Una de las cosas que más le solía cansar de las personas era cuando querían parecer amables y entablaban conversaciones superficiales para pretender iniciar algún tipo de amistad, mas aún cuando no se conocían de nada. Podría ser este el motivo por el que no tenía muchos amigos, cosa que tampoco le resultara de gran necesidad. Pero la educación ante todo le hacía contestar al menos de manera breve cuando le dirigían alguna palabra.

El completo desconocido que tenía delante de sí continúo hablando, así que no tuvo otra opción que desistir de empezar a revisar el folleto y lo siguió con la mirada en su monólogo mientras se agachaba a recoger lo que parecía haber perdido, una especie de moneda en colores blanco y negro. Aquel sujeto en lugar de alejarse continúo con una broma y finalmente presentándose. Ya que Fushiguro le había dado su nombre, no quedaba más opción que hacer lo mismo.

–Un gusto.– respondió casi por obligación –mi nombre es Noeline Malfoy... McFarlan– inmediatamente cayó en cuenta de que tanto en Bulgaria como en Francia había estado usando ese apellido escocés. No esperaba ser reconocida, pero alguien podría relacionarla fácilmente, mas que todo si eran aficionados al deporte mágico, lo cual era altamente probable. Le hizo un ligero gesto de cabeza a modo de saludo, esperando que su interlocutor reconociera en el ademán su nula intención de darle algún apretón de mano como era habitual en este caso.

Era tan cómodo el silencio y la soledad y ese era el motivo por el que no solía frecuentar este tipo de eventos. Al menos el mago que estaba delante de ella parecía tener un poco de educación.

 

@ Tazz Malfoy

[Rory Despard]

Rory ingresa al museo, y aunque está esforzándose por mostrar un rostro afable, su expresión de contrariedad es notoria. No es mera casualidad el haber demorado tanto para llegar a ese evento, al que ha sido invitado para formar parte de la delegación de inauguración oficial, y es que desde el comienzo hay cosas allí que le hacen ruido, pero por protocolo, no las ha comentado más que con su párroco confesor quien le ha aconsejado que vaya igualmente, a pesar de esas dudas de fe que lo aquejan ante la idea de andar exhibiendo para la comunidad mágica aquella magia de antiguas culturas politeístas contrarias a la fe del Dios único. 

Sin contar que además la actividad se restrinja al círculo mágico.

Igual tampoco puede detenerse demasiado en todos esos pensamientos. A la distancia ha reconocido al ministro y la viceministra y también a varios otros miembros de la Orden del Fénix, pero lo más discretamente que puede, le comenta a Whisper que lo ha acompañado, que por favor se haga cargo de todo el tema protocolar, mientras él se dirige hacia la sala de exhibiciones de los Dioses Romanos.

Y es que hay una segunda razón que lo tiene allí, un tanto confuso y un tanto nervioso. Acostumbrado a esas misivas largas, y escritas a mano, se había esforzado en escribirle un mensaje a Agnes, la joven que ha encontrado de una manera particular brillante, tanto en la misión en la Abadía de Erast donde se cruzaron por primera vez, como después en las incursiones en Francia. Es poco lo que ha averiguado en realidad respecto a la historia que tiene, pero su evidente cercanía al mundo muggle es la clase de perfil que Rory percibe que le está faltando para completar su gabinete ministerial.

Ha dejado pasar ya mucho tiempo para el anuncio que desde el día uno de su mandato ha querido comunicar, y la prensa día a día no ha dejado de martillear y atacarlo con ese hecho, así como con  muchos otros, mas lleva algo de cierto todo ese cúmulo de ataques. Puede que no lo haya sabido antes, pero tras la visita a todos esos portentosos sitios en Francia, es más consciente que nunca que ningún pueblo extiende un cheque en blanco a sus gobernantes.

Y el inglés definitivamente no va a hacerlo con él, menos con esa élite que sabe que nunca lo ha tolerado y probablemente nunca lo hará.

Ingresa entonces a esa sala, agradecido por primera vez de que su puesto le permita el privilegio de evitar molestas intrusiones de otras personas y observa el casco de Plutón con fingido interés, pues sus sentidos en realidad están atentos a la llegada de la bruja.

@ Scavenger Weatherwax

[Agnes Lynn]

Agnes Lynn

La invitación la ha tomado por sorpresa. Aunque ha coincidido con Rory en varias misiones de su bando, la idea de que ha causado una impresión los suficientemente buena como para recibir correspondencia personal la inquieta. Antes de irse, Scavenger le contó un poco acerca de las personas a las que conocía, y aunque la lista no es muy extensa (debido a la naturaleza ermitaña de la Weatherwax), el sacerdote ocupa un lugar importante en ella.

Tampoco puede ignorar que el hombre en sí le produce curiosidad. Un sacerdote común y corriente, cabeza del ministerio de magia. Vaya, si no pudiera verlo con sus propios ojos, Agnes no lo creería. Lo que sabe acerca de la sociedad mágica es que se rige por líneas sanguíneas e influencias, el que alguien de orígenes tan simples y mundanos como el padre esté ahora en una posición tan importante le causa intriga y consuelo al mismo tiempo.

La invitación es al museo mágico de Londres, donde una exposición de objetos mágicos está en exhibición. Sabe que la exposición -o al menos partes de ella- son de acceso exclusivo, es la razón principal por la cuál ha aceptado la oferta del ministro, quiere ver todos aquellos objetos ella misma. Si los rumores que ha escuchado son ciertos, hay varios objetos ahí que pueden atraer miradas peligrosas.

Se alegra un poco cuando llega al museo y se da cuenta que la seguridad es superior a la que se ve en una exposición normal. Juzgando por la manera en que los guardias la observan en cuanto pone un pie en el recinto, sabe que hay ojos por todos lados.  En la entrada, muestra la invitación con la firma y sello del ministro, lo que hace que los guardias la dejen entrar, dirigiéndola a la sala con los objetos romanos.

Una vez ahí no le cuesta nada encontrar al sacerdote, pensativo frente a lo que parece ser un casco. Al acercarse a él puede ver con más detalle la placa y no puede evitar el suspiro de asombro que le escapa de los labios al leerla.

— Aïdos Kynein, — suelta. Las sílabas griegas dejan su boca con familiaridad, pero inmediatamente aclara — El casco de invisibilidad. Los mitos son muchos, pero algunos indican que puede esconder a alguien de los mismos dioses.

Una vez que su asombro principal la deja, Agnes se gira para mirar al ministro. — Hola, padre. Espero no haberlo hecho esperar mucho.

@ Rory Despard

[Rory Despard]

La ha sentido, la esencia de ella colándose a través de sus sentidos, pues no tiene modo de explicarlo en palabras, pero el uso constante de la lectura de auras, ha fortalecido su magia de la naturaleza, y la conexión con otros seres vivos, en este plano y otros. Es merced a ese mismo poder que se ha sabido de un modo acompañado en esa estancia, por energías que están fuera del plano material, pero igualmente le observan atentas, casi acechantes.

La voz de Lynn es suave, y la primera frase que le dirige le es por completo incomprensible, pero rápidamente ella se las arregla para traducir lo que ha dicho y Rory arruga la nariz ante la mención de los dioses, que revive su conflicto interno con aquella parafernalia idólatra, aunque por otro lado, él sabe también que los mitos tienen esa misma fuerza que la fe, capaces de mover a los hombres a realizar proezas que la razón no alcanza.

— Me alegra que viniera Agnes Lynn, realmente no estaba seguro si aceptaría esa invitación. Temía que la tomase como algo inesperado, cuando en realidad venía pensándolo mucho ¿sabe? El escribirle y tener este encuentro- sus ojos no se detienen mucho sobre el rostro de la bruja, pues cuando ella lo llama "padre" niega con la cabeza, decidido a aclarar de inmediato aquella confusión- oh no, no he tenido la gracia de recibir el sacramento de la orden sacerdotal Agnes, soy en realidad un laico en acción evangelizadora, pero no le negaré que no haya evaluado a futuro tomar definitivamente ese camino.

La invita entonces, a caminar un poco hacia el siguiente objeto en exhibición, mientras va pensando en la mejor forma de encarar el tema por el cual ha solicitado la presencia de la joven. Con cada persona a la que ha pedio integrarse en un cargo de confianza la dinámica ha sido tan distinta, que bastante pronto entiende que está pensando demasiado el asunto, pecando de soberbia, en lugar de confiar en que Dios va guiarlo por el camino correcto para que su misión culmine de forma satisfactoria.

Suelta entonces una larga exhalación, y a los pies de Jupiter finalmente se anima a comentar a la bruja sobre su predicamento.

— Entiendo que como yo, su convivencia en el mundo muggle ha sido extensa. Yo también me encuentro en una situación similar, en algún modo, sin terminar de acostumbrarme a las dinámicas de una población completamente mágica y extrañando, a veces más de lo debido, la sana interacción entre magos y muggles que puede darse en los pueblos pequeños. Gentes que humildes no hacen esas diferencias. Si miro atrás, la vida como pastor de ovejas rara vez impacientaba mi espíritu del modo en que lo ha hecho todas estas distinciones de clases de las élites mágicas y no mágicas. Como Sagitas y la Inquisidora que al final resultan dos caras de una misma moneda ¿verdad? Entonces, quizá estoy desviándome de la idea original que quería darle, pero lo que trato de decir, es que creo, desde que asumí el puesto de ministro, que se necesita más gente como usted, gente que no tiene est****as ideas del mundo muggle, que quizá me ayude, ayude en general a esta sociedad, a creer en la posibilidad de una convivencia pacífica que no implique volver a ser islas aisladas la una de las otras. ¿Cree usted que algo como eso es posible Agnes Lynn o es esto, como me ha dicho mi asesor Whisper, una aspiración tonta poco práctica e inalcanzable?

@ Scavenger Weatherwax

[Agnes Lynn]

Agnes Lynn

No se considera a sí misma como una persona intimidante, es un poco más alta que el promedio, pero nada acerca de ella resalta entre la multitud. Es algo de lo que se siente orgullosa, y algo que ha cultivado desde niña, la capacidad de pasar desapercibida. Es muy raro que capture la mirada de alguna persona sin habérselo propuesto así misma antes.

Por lo mismo, sabe que el nerviosismo de Despard no tiene que ver con ella, sino con sus ideas acerca de la convivencia entre la sociedad mágica y muggle. Todavía se encuentra digiriendo el hecho de que Rory no es un sacerdote de modo oficial, sólo un hombre de gran fe, cuando el hombre lanza una pregunta hacia ella.

Parpadea un par de veces, no esperaba el tener que enfrentarse a una pregunta ideológica tan pronto, pero aprecia la franqueza del ministro. — Lo inalcanzable parece más incierto cada día. — comienza después de un momento.

— Crecí en un pueblo muggle, es correcto. En cierto modo, ese es todavía el lugar al que llamo casa, así que entiendo la preocupación. En cuanto a su pregunta, la verdad es que no creo que haya una sola respuesta. ¿Quién sabe lo que es posible? Hace menos de dos años ambas comunidades estaban separadas por el estatuto de secreto, pero ahora… Ahora imaginarlas separadas es imposible.

» No es algo fácil, ambos lados son reacios al cambio. Pero mis padres no me abandonaron cuando descubrieron que la magia existía, no me limitaron o aislaron del mundo. Si ellos pudieron hacerlo, ¿por qué no el resto del mundo?

Agnes no es una idealista, sabe que lo que Rory dice podría ser considerado como algo radical en ciertos círculos, algunos de los cuales podrían estar incluso presentes en la exposición. Scavenger siempre fue mejor para esto que ella, para imaginar un mundo mejor. Por un momento desea que la bruja estuviera presente con ellos, Scav sabría qué decir, en momentos como estos.

@ Rory Despard